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¿Tú? ¡No puede ser! por Liss83

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A lo largo de su vida en el mundo mágico, Hermione había estado infinidad de veces en la casa numero doce de Grimmauld Place, es mas, en su edad escolar y tras el primer regreso del señor oscuro, ella había vivido allí junto a Sirius, a Harry, los Weasley…, junto a Ron. Como lo extrañaba. Cuanta falta le hacían sus ocurrencias. Como cuando Ron protesto durante meses porque tuvieron que limpiar el lugar de las plagas, teniendo que soportar día y noche los gritos de Walburga Black sobre los traidores de sangre. 

Sin embargo ahora todo era silencio. El viejo cuadro la observaba en completo silencio deleitándose con el trato de prostituta de bar que recibía. Era realmente humillante y las reglas de la casa eran una clara muestra de ello. Se debía levantar a las seis de la mañana y sin vestir ninguna prenda ir a la cocina para supervisar que los elfos preparasen el desayuno como a Bella le gustaba. Luego subir y despertar a su ama practicándole sexo oral. A medida que despertaba su libido también lo hacía, pero antes de llegar al clímax salían de la cama para ir al baño donde una tina con agua y flores ya estaba preparada. Bella entraba en ella para que Hermione le lavase cada parte del cuerpo con esmero y delicadeza, obviamente ahí terminaban lo que habían empezado en la cama Al salir la vestía y bajaban al comedor. Hermione tenia terminantemente prohibido vestirse en casa, ya que debía estar lista para brindarle placer a su ama. La cual en el momento menos pensado cruzaba la chimenea desde su oficina solamente para acariciarla y darle un beso obsceno junto a un par de nalgadas. Sus noches eran un infierno, ya que cada caricia parecía no hacer otra cosa que aumentar su obsesión por ella.


Aunque las cosas habían cambiado hacia un par de días. Mientras estaba en la cocina controlando que se preparase el te de la manera correcta, sintió como todo su mundo giraba y se debió agarrar al mesón par no caer. Le pidió a los elfos domésticos no decir nada. No quería pasar por otra humillación frente a un médico que viera en las condiciones que vivía. 
Pero sus planes fueron alterados cuando al día siguiente, durante un almuerzo, Bella la había sentado en su regazo para que compartieran los alimentos como era habitual y en mitad de este, Hermione había salido disparada al baño para devolver todo lo que tenia en el estomago. Eso le había pasado un par de veces antes que Bella hubiese llamado al medimago de la vez anterior. 


Al llegar este, nuevamente la había examinado, ordenando que se acostara de espalda y abriese las piernas. Cuando lo hizo el médico, había introducido sus dedos por su vagina sin ningún tipo de delicadeza, después había lanzado unos hechizos sobre su vientre. 

- Muchas felicidades mi señora su esclava esta embarazada – dijo el medimago – tiene un mes de gestación 
- ¿Qué dijo? – susurro Hermione sorprendida 
- El hechizo funciono correctamente, pero para evitar accidentes lo sellare
- ¿Qué hechizo? – pregunto Hermione un tanto histérica.
- ¿Recuerdas el día que llegaste por primera vez a la mansión? Bueno cuando Philips te examino, tambien te lanzo un hechizo para que te pudieras embarazar de mi con el simple hecho de que nuestros fluidos se intercambien – dijo Bella con simpleza
- Eso es imposible – dijo la muchacha –. Estas mintiendo. Este hijo de Ron 
- ¿Existe alguna posibilidad de saber el tiempo del bebe? – pregunto Bella
- Si señora. – el medimago lanzo nuevamente un hechizo sobre el vientre de su paciente y sobre este apareció una pequeña pantalla en que se vio claramente el tiempo del embarazo: “cuatro semanas” 


Las lágrimas de Hermione empezaron a salir de sus ojos sin que él se pudiera contener. Iba a darle un hijo a ese monstruo que la había violado. No. Eso era imposible. Debía haber un error y se descubriría cuando diera a luz un hermoso bebe pecoso y pelirrojo



* * *



Augusta Longbotoon ya no podía más. Desde lo que había ocurrido en el ministerio vivía con una mescla de sentimientos que pronto la harían colapsar. Cuando Neville había llevado a ese muchacho a su casa y luego presentado como su novio, en verdad ella había dado gracias a Merlín, porque los veía enamorados y con tantos planes. Si existía alguien que merecía toda la felicidad ese era su nieto, ya bastante había sufrido teniendo que visitar de vez en cuando a unos padres que no lo reconocían.



Pero cuando su nieto había sido esclavizado públicamente, todas sus ilusiones quedaron muertas. Theodore Nott se había aprovechado del amor que Neville ingenuamente le profesaba desde muy joven. Le hubiese perdonado todo, pero aquello se lo cobraría cueste lo que le cueste.



Esos pensamientos quedaron interrumpidos cuando la puerta principal de la casa se había abierto repentinamente, cruzando por ella el mortífago, quien sin más dijo:

- Augusta Longbotoon 


Sintió como algo en su cuello quemaba al rojo vivo. Sus piernas se doblaron pero no cayo, a pesar que sus sentidos se nublaron. Y aunque lucho con todas sus fuerzas por no perder la conciencia y defenderse de lo que sabía que vendría, nada podía hacer. 



Neville caminaba por toda la sala de la mansión Nott mordiéndose las uñas ante todo el nerviosismo del que era presa. Todo había comenzando muy temprano, cuando Theo y él estaban desayunando en la sala y una lechuza entro por la ventana para entregarle un sobre a su pareja, del cual este saco una carta y un collar de esclavitud. Ambos intercambiaron una mirada sin hablar y se pudieron de pie. Neville nervioso se abrazó a Theo, quien le beso el cabello, para luego salir de la casa en completo silencio. De eso ya había pasado cerca de dos horas y no sabía nada de lo que estaba pasando.



De pronto, Theo entro con su abuela en brazos. Él no sabía que hacer al ver a la mujer que lo había criado tan frágil, por lo que sus lágrimas cayeron a raudales mientras veía como la acostaban en la cama


- ¿Qué paso? ¿Por qué se desmayó? – dijo presa de los nervios
- Ya tranquilo – le respondió Theo abrazándolo. – Estará bien, solo dale tiempo
- ¿Qué te dijo? – pregunto aferrándose a la túnica de su pareja
- Está furiosa – dijo riendo bajo -. Así que es posible que te quedes viudo antes de la boda. – Augusta estaba empezando a despertar por lo que Theo opto por usar su instinto de supervivencia – Debo solucionar algunas cosas. Volveré a la hora del almuerzo – suavemente tomo el rostro del hombre que amaba y lo beso dulcemente. No te preocupes por nada. Traeré algo para almorzar juntos, solo… doma a la fiera por favor
- Theo – dijo Neville empujándolo suavemente mientras volvía a sonreír. – Gracias por todo. Por mi abuela, por…
- Shhh – susurro Theo – te amo. Ya vuelvo – lo beso nuevamente y se fue.



Lo primero que vio Augusta al abrir los ojos horas después fue una enorme sonrisa en el alargado rostro de su nieto, que le beso la frente y tomaba sus manos entre las suyas para llevárselas s su pecho


- Hola – susurro Neville sonriendo nervioso. - ¿Estás bien? ¡Abuela! – se abrazó a ella
- Mi niño – dijo ella acareándole su cabello – te prometo que saldremos de aquí. Ese… pagara haberte...
- No abuela – interrumpió el joven -, las cosas no son como parecen – Augusta lo miro atónita -. Desde ese día Theo y yo vivimos como pareja. Él… yo… evitamos salir juntos para que nadie lo sepa, aunque cuando salimos me debo comportar como su esclavo. Pero la verdad es que – exhalo sonriendo – soy muchas cosas aquí, menos esclavo
- ¿Él… está cumpliendo…? – pregunto Augusta con un hilo de voz
- Soy feliz abuela. Esta mal que lo diga, pero mientras allá fuera todo es caos, yo soy el ser más feliz de este planeta aquí. Solo me faltabas tú para que MI mundo sea perfecto
- ¿Y este collar? – dijo agarrándole el cuello
- Solo apariencia – dijo una voz desde la puerta – igual que el suyo. Por ahora no podemos irnos, pero en cuanto se presente una oportunidad saldremos del país, los tres – afirmo Theo mirándose fijamente con la mujer
- ¿Por qué no fuiste a verme entonces? – reclamo Augusta a su nieto 
- Yo le explicare todo, pero antes quiero que sepa que no permitiré que nada ni nadie los lastime ni a usted ni a su nieto, se lo juro señora – sentencio el heredero Nott


Por increíble que pareciera, Augusta solo vio determinación en su mirada y entonces lo supo. Ese collar en el cuello de su nieto era su mejor garantía de libertad para los tres. Miro a Neville y vio la felicidad más grande que jamás se hubiera imaginado para su pequeño. Si el precio para que eso continuara así era ser la sirvienta en esa casa, pues bien, se aseguraría personalmente que la casa de los Nott fuese la mas envidiada de todo el Mundo Mágico de los cinco continentes



Mas tarde, cuando Theo y Neville estaban solos en su habitación, el Slyffering le mostro a su pareja el frasco y le explico para que era, haciendo hincapié en cuanto le dolería la transformación que su cuerpo sufriría


- No importa – dijo Neville sonriendo emocionado – seremos padres 
- Te amo – dijo Theo besándolo apasionadamente



Bajo la atenta mirada de su pareja, Neville tomo el frasco y lo bebió. Minutos después estaba retorciéndose en los brazos de Theo debido al dolor, pero eso no lo detuvo para entregarse al hombre que amaba rogándole a Merlín que bendijera su relación. Semanas más tarde la casa se llenaba de alegría por la feliz noticia del primer heredero Not

 


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