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¿Tú? ¡No puede ser! por Liss83

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Paul House, llevaba tres años como primer ministro del Reino Unido, en ese tiempo había conocido muchas personas, lugares y cosas debido a su cargo. Sin embargo, aquello que le ponía la piel de gallina, sin importar que tiempo que pasara, era tratar con los representantes del mundo mágico. Aun recordaba como si hubiese sido hace cinco minutos el momento en el que su antecesor le había pedido presentarse en su despacho y se había sorprendido de ver la chimenea prendida en pleno verano. Minutos después de su llegada las llamas de esta se habían intensificado dejando salir un hombre alto, de piel morena, cubierto con una especie de vestido de color vino, en la cabeza llevaba un pequeño sombrero del mismo color. Se presentó como Kingsley Shacklebolt, el primer ministro del mundo mágico. Le explico cómo funcionaba y porque se mantenían oculto de los muggles, o seres sin magia. La verdad era que independientemente de lo que era Shacklebolt, le había demostrado que era un hombre interesante y educado por lo que no les había costado entablar una amistad sincera, amistad que con el tiempo se había convertido en algo más. Ya habían pasado varias semanas desde la última vez que se habían visto y lo extrañaba



Dos meses después del más completo silencio, en el que House se imaginó todos los escenarios posibles, su chimenea se activó repentinamente haciendo latir furiosamente su corazón, pero este se paralizo en el instante en el que Kingsley salió despedido de las llamas cayendo a sus pies. Detrás de él brotó de estas un hombre alto, de piel blanca, cabellos negros y unos sorprendentes ojos verdes que por momentos se convertían en un rojo intenso


- Creo que eso es suyo, primer ministro – dijo con voz sedosa. Detrás de él apareció una gigante serpiente. – Tranquilo, se lo puede quedar entero, nuestro mundo ya no lo necesita – volvió a entra en la chimenea y desapareció junto con la serpiente.
- ¡Kingsley! – grito corriendo hacia él y arrodillándose a su lado para abrazarlo – ¿Qué paso? ¿quién era…?
- En tu mundo… el mismísimo satanás – susurro el mago antes de desmayarse



* * *



Ya podía respirar un poco más tranquilo, se había deshecho de esa molestia convirtiéndolo en un squib. Al llegar a su oficina se sirvió un wiskey de fuego, sintió como su mejor amiga entrando en su despacho.



- ¿Dóoonnndeee eeesstaaa? – pregunto el amo
- Ennn suuuu haaabiiitaaacióooon, miii sssseeeñor – respondió subiéndose por su brazo – cooon suuus maaascoootaaas. Haaaciiieeendoooo plaaaneeesss
- Peeeeeerfectoooo – le hace una caricia – ¿Teeee haaa peeermiiitiiidooo cooomeeerrr? – la serpiente negó con la cabeza – yaaa looo aaarreeeglaaarrreeemooos. Sooolooo eeesssstaaa uuunnn pooocooo moooleeessstooo, naaadaaa masss




Harry jugaba con una snitch acostado en la cama tirándola al aire y atrapándola nuevamente, cuando sintió que alguien entro pero lo ignoro totalmente, ya sabía quién era



- ¿Podemos hablar? – dijo sentándose a su lado
- ¿Sirve de algo que diga que no? – respondió el moreno sin mirarlo
- Nagini, querida, muéstrales a tus nuevos amigos el resto de la casa – ordena a su mascota
- ¡No! – dijo tajantemente el menor mientras sus amigos se acercaban a ellos
- No les pasara nada – dijo tranquilamente el Lord
- Ellos se quedan – alzo la voz Harry intentando ser determinante, pero su resolución murió cuando vio como la sonrisa de su amante cruzaba su rostro mientras se acercaba a él – por favor
- No me trates como a un amo – susurro acariciándole el cabello – eres mi pareja
- Soy tu esclavo – dijo el muchacho intentando no temblar, ni cerrar los ojos
- ¿Y… que tal si negociamos eso? – tanto Bill como Flour lanzaron un ladrido y le gruñeron al amo del mundo mágico
- ¿A qué te refieres? – dijo Harry tembloroso
- A solas – contesto el lord viendo a los esclavos
- Bill, Flour, no se preocupen. – Ambas mascotas aullaron – estaré bien



Los nombrados salieron custodiados por la serpiente mientras el amo de esta última le decía que no tenía autorización para comerse a nadie. Una vez estuvieron a sola el lord 



- Te escucho – dijo Harry 
- No abra más esclavos, o mejor dicho, el R.O.E. no entregara más collares – dijo lentamente mientras se acercaba nuevamente a Harry
- ¿A cambio de qué? – pregunto este nervioso
- Un hijo
- No entiendo 
- ¿Recuerdas esas semanas en esa cabaña donde nos reencontramos?
- ¿Hablas del lugar donde me violabas cada noche y torturabas a la mujer que amaba? 
- ¿O sea que ya no la amas? –dijo con picardía el lord
- Habla claro
- ¿Recuerdas la cabaña? – y por un momento Harry se sintió transportado a esos días y sintió que estaba en ese lugar nuevamente – revivamos esos días sin presiones, me das un hijo y todo se acaba
- Pídeme otra cosa 
- Sabes que tendré ese hijo. – Harry cerro los ojo – Tú decides la forma



En ese momento Harry recordó el mundo muggle. Recordó sus días de colegio y las clases de biología, cuando el profesor explicaba una de las características de la araña la viuda negra, comerse al macho durante el acto sexual



* * *



Sirius caminaba feliz del brazo del que en sus tiempos de colegio fuera su peor enemigo. Llevaba mucho sin pisar el mundo muggle, y de pronto su amo le había tomado la mano y lo había llevado a lugares increíbles. Habían ido a tomar helados, se habían tomado fotografías juntos entre risas, besándose, haciendo gestos a la cámara, y con el peluche que Severus le había regalado a Sirius. Cualquiera que los viera diría que eran dos enamorados en plena primavera 



- Te amo, mi loquito – le susurro Severus al oído abrazándolo por la espalda
- Ta – dijo Sirius cerrando los ojos
- ¿Qué? – pregunto Severus sonriendo intrigado
- Loquita – dijo girándose en los brazos de su amante -. ¿Severus, en verdad harías cualquier cosa por mí? – Severus levanta las cejas – Legal
- Dime – sonrió acariciándole el rostro y besándole suavemente los labios
- Quiero dejar de ser hombre
- No entiendo – dijo Severus sonriendo
- Vuelve a tratarme como a mujer, no solo frente a los demás para disque humillarme, – Severus lo miro sorprendido – también ahora, a solas
- ¿Por qué? – dijo atónito
- Él lo odiaba. Odia ser tratado como mujer – dijo Sirius mirando hacia otro lado – no quiero una relación parecida esa. Quiero algo real. – Clavó su mirada en los de su compañero –. No soy imbécil Severus, siempre supe que estabas interesado en mi
- ¿Y por eso me tratabas como a una paria? – dijo Severus con un dejo de ironía
- No – replico acariciándole el rostro –. Por favor no pienses eso. – le beso los labios con dulzura y delicadeza -. Mira, soy tonto, inmaduro, todo lo que quieras pero quiero ser amado, y no temido como el resto de mi familia.
- Yo no te temo – susurro Severus
- Ni yo te amo. – se acomodó en el pecho de este – arráncalo de mi piel, obligándome a ser otra persona diferente a la que siempre he sido y a cambio me quedare, no porque tenga el collar, sino porque lo elijo
- ¿y cómo puedo saber que no me traicionaras?
- Dentro mío, por alguna parte hay un Slyffering, como estoy seguro que dentro tuyo, en alguna parte hay un Gryffindor – dijo sonriendo con malicia
- Okey. Si es lo mi loquita quiere… 
- Quiero algo más…



Diez minutos más tarde, ambos gritaban sonriendo en lo alto de una montaña rusa, mientras Sirius se abrazaba a su amo, aunque él preferiría pensar a partir ese día como… su pareja

 

Notas finales:

Bueno, ustedes diran. A partir de aqui rigen las mismas reglas que en SlaHaven.

1) Publicare cada dos o tres dias

2) Necesito ideas, asi que, diganme que quieren leer. Lo adaptare a mis ideas

3) A los que llegaaron hasta aqui...  G R A C I A S


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