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¿Tú? ¡No puede ser! por Liss83

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Notas del capitulo:

Espero les guste. Gracias por su apoyo

      Habían pasado semanas desde que Marcus le había impuesto el collar a los Weasley. No podía negar que lo pasaba muy bien sometiendo a su pareja. Si bien, con el uso del collar permitía controlar la voluntad del esclavo, a él le gustaba verlo pelear todo el tiempo. Le resultaba excitante verlo huir, esconderse. Era una especie de juego previo para él.        En ese momento, estaba revisando las habitaciones del segundo piso, cuando entro una lechuza y se posó sobre una mesa que estaba en la última habitación, donde dejo una carta.        - Cariño, sal de una vez del closet – dijo abriendo la puerta de este y vio a Percy que estaba convertido en un ovillo quien sollozaba vistiendo harapos -. ¿Dónde quedo el orgulloso y, sobretodo, vanidoso Percy Weasley? - No, – suplico este – por favor. Duele - Pero a mí no – contesto Marcus agarrándolo del brazo y obligándolo a ponerse de pie. – Y aquí lo que interesa es lo que me gusta a mí. Y tú me gustas mucho. Ya te imagino con esa barriguita en su séptimo mes de gestación, y otros tres niños rodeándote jugando mientras cargas a… - el graznido de la lechuza lo hizo mirar hacia esta. Se acercó y tomo la nota para    Percy confírmame si vendrás a la reunión. Extraño tanto la convivencia fraternal que teníamos cuando visitaba la madriguera, por eso he invitado a todos mis amigos. Espero tu confirmación.    Harry P.       - No sabía que eras tan amigo de la reina – dijo Marcus entregándole la nota. – Sería útil esa cercanía. Confírmale que iras - ¿Me dejaras ir? – pregunto ilusionado - Solo porque me conviene       A Percy no le importo el motivo que Flint tenia para dejarlo ir a la dichosa reunión, lo único que importaba era el hecho que iría, y se las arreglaría para contactarse con los aurores y encontrar la manera de ponerle un fin a esta locura. Ese desquiciado terminaría siendo besado por un dementor, igual que el mal nacido de Flint.        Se bañó a conciencia y alisto una túnica que encontró en el guardarropa. Si lograba contactarlos serviría como infiltrado para el auténtico ministro y ponerle fin a toda esa demencia. Una vez estuvo listo, se dirigió a la sala, desde donde viajaría vía chimenea hasta la mansión Riddel       - Esa túnica te hace ver muy sexi – dijo su amo abrazándolo por la espalda –. Hasta me dan ganas de…  – le beso el cuello, pero en ese momento entro una lechuza blanca entregándole otra carta que lo hizo sonreír de manera maliciosa en cuanto la ley. Junto a esta habían unos galeones que se guardó inmediatamente –. Vete ya – ordeno dándole una nalgada.        Percy salió deprisa antes que ese… cambiase de opinión.  Marcus vio nuevamente la nota y escribió la respuesta, se la ato a la pata de una lechuza y esta salió de inmediatamente. Tenía negocios que atender.       *                            *                            *       Harry estaba conversando con  Hermione, cuando un elfo domestico entro       - Mi ama tiene visita – dijo este y detrás suyo aparecieron Lucius, Remus y Neville - ¡Lunático! – dijo Harry corriendo a abrazar a Remus - Mi cachorrito – dijo este besándole el cabello  - Remus, no me parece que esa sea la mejor manera… - empezó a decir Lucius pero al momento cuando Harry lo miro despectivamente y Nagini siseo - Él puede llamarme como quiera ¿está claro?– dijo Harry con la voz baja y llena de veneno y de pronto Lucius entendió porque su señor había elegido a ese niño como su igual – Me has hecho tanta falta – dijo Harry regresando su atención a su ex profesor para alivio del mortifago - Yo quiero un abrazo igual – dijo suavemente con un voz masculina desde la puerta - ¡Padrino! – dijo Harry emocionado corriendo a abrazarlo – te he extrañado tanto - Simple, visítame – dijo sonriendo el animago – oh, lo olvidaba, ahora eres la reina de todo - ¡Sirius! – amonesto Lupin  - ¿Qué? – dijo este sonriendo – si yo fuera Harry me la pasaría de tienda en tienda. Y cuando me aburriera de Londres me iría directamente a Paris. La semana pasada Sev me llevo a cenar a Le Amour, y… - ¿Sev? – pregunto Harry extrañado - Así le digo ahora – dijo Sirius sonrojándose y bajando el rostro - ¿Te obliga a…? – dijo sorprendido a su padrino – Ya bastante aguantas con usar es… - ¡No,  no, no! – interrumpió el Gryffindor mayor – por favor no me malinterpreten, Severus y yo…, bueno…, nosotros… - Yo me retiro – dijo Lucius haciendo una venia – mi reina – salió deprisa - Creo que lo asustaste – dijo Sirius sonriendo - ¿En verdad estas saliendo con Snape? – dijo Hermione sorprendida - Yo… - dijo Sirius y respira hondo, levanto el rostro y los miro con una de las sonrisas más radiantes que Remus le había visto, sonrisa que nunca fue para él – Severus y yo decimos intentarlo… La verdad es que… nunca me imaginé comportándome así, pero... me gusta. – Miro fijamente a Harry – Soy verdaderamente feliz, – le tomo las manos a su ahijado – por mí no te preocupes. Yo fui feliz, muy feliz con Remus, pero nada es eterno Harry. Tal vez no fue la mejor forma de terminar esa relación, pero ahora en verdad siento que debo darme esta oportunidad con Sev, más allá del collar y el régimen - Yo… de verdad no sé qué decir – dijo Harry –, pero si eres feliz, por mi está bien - Gracias mi niño – dijo Sirius abrazándolo y besándole el cabello - Permiso – dijo Remus poniéndose de pie – necesito ir al servicio - Claro – dijo Harry, cuando el elfo entro nuevamente pero esta vez acompañado de un pelirrojo – Percy – susurro mientras este se ponía de pie – yo… - Remus sale con el elfo - ¿Puedo…? – dijo mirando a su hermano menor que se puso de pie y tímidamente se acercó – ¡Ron!       Con un ladrido lastimero froto su cabeza en la pierna de su hermano que doblo a su altura para abrazarlo, mientras ambos lloraban, feliz de al menos poder verse       *                            *                            *       Molly miraba en silencio como su esposo vestía con una túnica negra que tenía bordes dorados, se peinó y se puso colonia. Sus lágrimas caían mientras Arthur se ponía un leve brillo sobre los labios.        - Perdóname – susurro este mientras una de sus lágrimas caían mirándola atreves del espejo - Gritabas, Arthur, como… – cerro los ojos - Yo no quería – dijo acercándose  su mujer, pero esta retrocedió - No te obligaba a nada – sollozo – Te entregaste a los dos y lo disfrutaste - Molly… – susurro  - Ahora eres de él… – protesto Molly retrocedió más – le perteneces en cuerpo, y me atrevería a decir que en alma también - No…  – se escuchó una voz que llamaba a Arthur desde las escaleras - Tu dueño te llama – salió deprisa secándose las lágrimas y Arthur cerro los ojos - Aquí estas hermoso – dijo Marcus entrando en la habitación – te esperan. Déjame verte – dijo mirándolo de pies a cabeza – Eres toda una delicia, Arthur. – Este miro hacia otro lado cerrando los ojos – no te hagas que esto no te gusta, porque sé cuánto lo disfrutas  - Eres un monstruo – dijo Arthur escupiéndole la cara, pero Marcus lo abraza por la cintura para besarlo apasionadamente. Al principio Arthur se resistió pero a medida que los segundos pasaban dejo de hacerlo y se abrazó a su cuello. Sintió como Marcus se reía mientras le acariciaba los muslos. Jadeo cuando se separaron – yo… - Tranquilo. Hoy te tengo dos clientes, pero no te preocupes, tendrás tiempo para descansar  - le abrió la puerta y el pelirrojo salió        Al llegar a la sala, Arthur vio a un hombre de brazos musculosos y piel blanca, cabellos rubios ensortijados que hacían resaltar unos ojos azules. Este le hizo un gesto y Arthur se sentó en sus piernas. Le beso el cuello       - Hueles a hombre, pero dicen que no lo eres – dijo el hombre  - Ya no sé lo que soy, mi señor – dijo bajando el rostro - Art… – Flint lo iba a regañar pero con una seña de su mano el hombre lo detuvo, mientras Molly entraba para dejar unas tazas y una tetera en la mesita de centro - ¿Y… que te parece si te ayudo a descubrirlo? – dijo tomándole la mano para besársela - ¿Cómo? – pregunto con un susurro - Se mío – dijo aricándole el rostro - Aunque no tengo un collar, tengo un amo – susurro bajando el rostro - Lo puedo arreglar – le acaricio el muslos. Arthur miro de reojo a Molly que se fue a la cocina - Yo… - Piénsalo – dijo – pero primero déjame presentarme – le entrego una rosa roja que saco de su túnica – Alexander Fleming - Gracias – susurro sonriendo – Arthur, Arthur Weasley - Mucho gusto Arthur – suavemente le agarro el mentón y delicadamente lo beso. Cuando sus labios se separaron el rostro de Arthur estaba encendido con un rubor – Eres hermoso. Una auténtica joya - Ya no soy joven, señor – susurro Arthur - Nada de señor. Llámame Alex. Y en cuanto a tu edad… yo tampoco soy precisamente un adolescente – Arthur sonrió acomodándose en los brazos del hombre - Yo… los dejos – dijo sonriendo – Arthur luego regreso. Atiende bien a lord Fleming. Permiso – se fue hacia la cocina donde estaba  Molly llorando en silencio. – Por Merlín mujer, ya para de llorar. Tu marido es feliz. Agradece que te permito estar aquí aunque sea como su empleada - Mátame – suplico – por favor, mátame - ¿Y quién atenderá a Arthur? No. Tu lugar es ese y allí seguirás. Si al menos fueras más agraciada te conseguiría clientes, pero… – de una bofetada la tiro al suelo y salió de la casa.       Molly escuchaba como su marido reía junto al hombre. Fue a la despensa y tomo una lata muggle de raticida. Salió de la casa y se dirigió a la parte trasera por donde ingreso al sótano.        Horas después, tanto Arthur como Alex reían en la sala de la casa, mientras cenaban  - Ven aquí – dijo Alex poniéndose de pie y jalando a Arthur para que también se levantara, cuando este lo hizo sonriendo, lo abrazo por la cintura para besarlo - ¿listo para ir al cielo? - Pensé que ya estaba en él – susurro Arthur para después besarlo apasionadamente mientras Alex lo levanta en brazos. Subieron a la recamara y allí lo bajo mientras le besaba el cuello. Le desabotono la túnica, dejándola caer libremente - ¡Merlín! – le acaricio los hombros – eres… Quiero que cuando yo venga no uses ropa interior ¿entendiste? – susurro mientras bajaba las manos hasta llegar a su entrepierna arrancándole gemidos. Cuando Arthur se sujetó de sus hombros, lo hizo retroceder hasta acostarse en la cama. Beso su pecho y su cuello mientras Arthur abría sus piernas – disfruta pequeño – los labios de Alex bajan hasta llegar a sus entrepiernas para devorar su erecta hombría.  - Y… yo… de… de… dddee… - lanzo un grito de placer  - Mientras estés conmigo en la cama – susurro volviendo a su rostro – solo tienes una obligación… disfrutar – lo beso mientras le lanzaba un hechizo lubricador – y demostrármelo       Alex volvió a acomodarse entre sus piernas para entrar lentamente en él. Arthur gemía aferrándose a su espalda perdida en la millones de sensaciones que sentía en ese instante. No lograba coordinar sus pensamientos. Quería que eso fue eterno, que ese hombre no saliera jamás de su interior, que se quedase clavado justo allí, en lo más profundo de su ser y haciendo girar todo a su alrededor mientras sus sentidos se desconectaban haciéndolo ver literalmente las estrellas. Ninguno de los hombres que habían visitado esas semanas antes su lecho lo había hecho sentir eso, nisiquiera su primera vez había sido así. Estaba consciente de lo que ahora era, y aunque amaba a Molly, hasta cierto punto disfrutaba la situación, pues casi a diario le llegaban regalos, pero lo que estaba experimentando en ese momento, era inigualable. Ya después lo analizaría, pero de algo estaba completamente sabía que nunca se cansaría de tener un hombre dentro suyo Y de pronto, lo supo. Ese era su lugar. Había encontrado su verdadera vocación.                   

 

Notas finales:

Pequeño adelanto. Se me acaba de ocurrir algo con los lores un giro en la historia en los proximos capitulos que creo q les va gustar. Besos y espero sus comentarios

 


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