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Autumn Leaves por ritsuka10

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Nuevamente los labios de la pareja se encontraron para devorase. Jun arrinconó a su amante en el sillón, lo rodeaba por el cuello con sus largos brazos, golpeaba la pelvis contra la entrepierna. Bang se aferraba a la cintura para en ocasiones bajar las manos y acariciar aquellos glúteos bien formados. La falta de aire separó a los amantes, las melodías a su alrededor continuaban reproduciendose por ello carecían de espectadores en tan demencial encuentro de labios.  

 

—Gukkie tengo un ligero problema.—Le susurro sensualmente al oído, el pelinegro al sentir algo golpear su pelvis se percató de la emoción de su pareja.— No creo aguantar hasta un motel.

 

—No necesitamos ir a uno. —Contestó el hombre ayudando a su esposo a ponerse de pie.

 

La pareja camino tomados de la mano por la pista de baile en dirección a los baños, el pasillo por el cual pasaron antes de su meta se encontraba sumergido en oscuridad, parejas ya se aglomeraban en las paredes cegados por el calor y se entregaban a la pasión. Bang abrió la puerta de uno de los cubículos, lanzó a su esposo en el interior para después cerrarla detrás suyo no le importaron las miradas curiosas de quienes lavaban sus manos frente al espejo, el sonido de la música retumbaba el sitio, las luces tenues color neón cegaba la mente de los borrachos asistentes.

 

JunHong fue puesto de rostro frente a la rayada pared, sus manos se posaron sobre al tanque de agua alcanzaba percibir a su pareja pegado a su espalda, una erección protegida por una capa de tela se restregaba en su trasero, el aire no parecía llegar a sus pulmones debido al calor aumentado, unos dedos se colaban por debajo de su camisa rasgando la blanca piel. La respiración de Bang golpeaba el contorno de la oreja de su amante, sus dientes se afilan para clavarse en la nunca, marcas rojas comienzan a surgir.

 

Los dedos de Bang se abren paso por el ajustado pantalón del rubio liberando un botón, la prenda junto con la ropa interior van a dar el piso. Jun trato de girar su rostro pero una mano lo detuvo obligándolo a continuar mirando la pared, donde mensajes obscenos estaban escritos, cerró los ojos al percibir las yemas de unos dedos deslizarse por sus mojados muslos y después fueron subiendo hasta llegar a su erección, lo masajearon desde la base hasta la punta, la masturbaron por varios minutos hasta lograr que un hilo de saliva escapara entre sus apretados labios.

La mente de JunHong comenzó a navegar entre la locura y la emoción, nunca antes había tenido sexo en un baño público, escuchaba sobre esas osadas aventuras de labios de sus amigos pero hasta ese momento él nunca lo había probado.

 

—Parece que te gusta.—Le susurró sensualmente pegando más su visible erección en aquel firme trasero desnudo.—Estas más excitado de lo normal.

 

Los labios de Jun fueron apresados  por unos hambrientos dientes, se besaron sin pudor. Bang llevó dos dedos aquella boca buscando mojarlos, la lengua del rubio los envolvieron para chuparlos sin pudor, al sentirlos lo suficiente húmedos los dirigio a ese expuesto trasero, introdujo el dedo de en medio. Uñas rasgaron la cerámica de ese sucio baño, un segundo dedo ingreso, un sonido obsceno escapaba de esa escena, los gemidos del universitario subieron de volumen, instintivamente movió las caderas buscando más calor proveniente de esa pelvis golpeándolo.

La mano libre de Bang se dirigió e ingreso en esos cabellos rubios donde se enredados los dedos en  un mechón  y los sujetó  con fuerza, era un acto morboso que le encantaba al productor, ver doblegado a tan rebelde chico, el menor echó la cabeza hacia atrás dejando ver una seductora sonrisa, disfrutaba ser tocado de manera salvaje y sin mimos tiernos como lo tenían acostumbrado .

YongGuk continuó invadiendo aquella entrada varias veces hasta que su propio deseo se lo prohibió, se bajó los pantalones para sacar su agitada erección que se levantaba orgullosa, la dirigio a la entrada mojada de su amante, la restregó para que sintiera como goteaba. JunHong abrió más las piernas, sus manos soltaron la cerámica para dirigirse a sus propias pompas y separarlas, giró su rostro para observar como el mayor mostraba orgulloso su miembro.

 

—Por favor mételo aquí.—Dijo ronroneando mientras mostraba su rosada entrada.—Te quiero dentro de mi.

 

Bang acercó su palpitante erección a esa entrada, solamente lo frotó para molestar a su amante quien lanzó un pequeño gruñido, una mediana sonrisa escapó de sus labios y terminó metiendo toda su extensión de golpe en aquel agujero que se contrajo por la invasión.  Jun volvió las palmas de las manos sobre la cerámica del retrete, sus gemidos fueron aumentando en decibeles. Bang se volvió apoderar de un mechón de cabellos con la mano derecha mientras con la izquierda se aferraba a las caderas de su amante. Las embestidas se volvieron más fuertes, el sonido de la penetración era más grotesco, los gemidos de la pareja se volvieron un coro que retumbaba aún fuera de esas cuatro paredes de madera.

—¿Lo escuchas? .—Bang acercó su boca a la oreja de su amante para morderla.—Tus gemidos ha  puesto calientes a nuestros vecinos.

 

El rubio  alcanzó a escuchar que del otro lado de esa delgada pared gemidos extraños provienen, era como si alguien estuviera masturbandose, aquel sencillo acto despertó la lujuria anidada en su interior. Nuestros deseos carnales se encienden por pequeños actos morbosos provenientes del medio que nos rodea, por eso la pornografia es tan accediada, en gustos se rompen géneros, por ello en las páginas hay distintas categorías que alimentan nuestros pervertidos pensamientos.

Jun esa noche descubrió que le excitaba ser escuchado por extraños, una llama se encendía en su interior al pensar que personas a su alrededor lograban verlo siendo penetrado por su esposo. Bang dejo un par de marcas en ese cuello para soltar los mechones rubios y sujetar con ambas manos la sensual cadera de su pareja, las embestidas se volvieron más frenéticas, golpeaba con fuerza el trasero con su pelvis, lo admitía, adoraba tener sexo, esa parte primitiva de su instinto nunca podría ser erradicada con su ideales de paz y amor.

 

JunHong arañaba la cerámica manchada y otras ocasiones el muro, su frente golpeaba levemente con la pared, sus piernas comenzaban a doblegarse por la fuerza puesta en cada estocada, no necesitaba tocarse para sentir placer debido a que su entrada era continuamente acariciada, el orgasmo fue apareciendo en pequeñas explosiones expandiéndose por su cuerpo y mente, echó la cabeza hacia atrás debido a que una descarga eléctrica le avisaba sobre el preámbulo del orgasmo.  

Bang al percatarse de cómo esa entrada lo apretaba se animó ingresar hasta el fondo, acariciar las entrañas de su esposo donde terminó explotando.  Ambos amantes tocaron el cielo, un liquido blanco manchó la tapa de esa taza de baño mientras los muslos del rubio eran manchados por algo pegajoso. Los labios de ambos amantes se encontraron en un desesperado beso, los pantalones del menor fueron subidos despacio al igual que los del mayor. Jun tomó asiento sobre la pila de agua con las piernas extendidas rodeo la cadera del pelinegro, sus labios se hincharon por el énfasis puesto en esa muestra de amor.

 

—Te amo.— Le susurró el productor pegado a sus labios.—Eres el amor de mi vida.

 

JunHong evocó una sonrisa para rodear con los brazos el cuello de su marido, lo volvía loco, en esos segundos se sintió el hombre más dichoso y amado del planeta.




JunHong saltaba fuera de la cama en busca de su móvil que no paraba de sonar, en la madrugada terminó enredado en las cobijas de su propia habitación con su esposo a un lado, olvido avisarle a su madre, cuando alcanzó el artefacto logró leer el mensaje proveniente de su progenitora. La señora Choi avisaba que esa mañana llevaría a los gemelos a desayunar al restaurante favorito de su padre, de igual manera le pedía alcanzarlos en el establecimiento.

El rubio le contestó a su madre avisando que llegaría en una hora, se giró al sentir unos labios estamparse en su desnuda espalda, Bang le regalaba una coqueta sonrisa.

 

—Voy a ir por los gemelos.—Le comentó contestando los besos con minúsculas sonrisas.— ¿Quieres acompañarme? .—El mayor automáticamente negó con un movimiento de cabeza.—¿Porqué?

 

—He pasado una de las noches más increíbles de mi vida.-— Alabo besando al desnudo hombre.—No quiero amargar mi mañana con las peleas sin sentido de  tu madre.

 

El rubio frunció el ceño a veces tenía la sensación de que su esposo se había dado por vencido al tratar de agradarle a su Familia, era consciente que no era toda su culpa, la señora Choi era una persona bastante difícil pero Guk ¿No podría intentar ganarla?. Jun chasqueo la lengua fastidiado, le hartaba estar en medio de las dos personas que más amaba.

 

—Es raro que mi madre no preguntará donde pase la noche. —Sus labios se movieron tratando de que su mente cambiará el tema o simplemente olvidara los malos pensamientos. —¿Crees que sepa que estoy contigo?

 

—Quizá.—El pelinegro dijo sin mucho ánimo dejándose caer de espaldas sobre las cobijas.—Te puedo asegurar  que tiene la esperanza que me seas infiel.

 

El universitario arrugó la frente, se puso de pie girando hacia su marido que encendía el televisor, no le agradó el comentario dicho, era obvio que su madre no valoraba a Bang pero de eso a permitir que él le fuera infiel a su propio marido había un gran espacio, su madre nunca le aplaudiria ni lo alentaría a romper sus votos matrimoniales. Bang miró de reojo como su esposo sacaba algo de ropa para meterse al baño, se regañó a sí mismo por el comentario, no quería que madre e hijo pelearan por él, desde el instante que dio el sí en el altar también acepto cargar con esa cruz llamada suegra.

 

El universitario se adentro al cuarto de aseo para darse una ducha rápida y poder alcanzar a su Familia mientras el mayor escuchaba atentamente las noticias de esa cálida mañana.

 

—Mi madre nunca me aplaudiría una infidelidad.—Interrumpió Jun con una toalla en la cabeza mientras buscaba sus zapatos, el mayor levantó la ceja intrigado por ese comentario.—Le ha costado aceptar nuestro matrimonio pero….

— Junnie tu madre me odia y puedo asegurar que ruega por  el día que nos separemos. — Interrumpió algo molesto, le frustraba la inocencia de su esposo ¿no podía entender la realidad?, se envolvió en las cobijas volviendo la mirada al televisor tratando de no hablar más ya que el rubio comenzaba arrugar la frente.— Olvidalo.

 

— No puedo olvidar el hecho que odias a mi madre y la crees la peor de las personas. — Le enfrento pero Bang se limitó a quedarse callado, la vía más rápida para ganar una batalla con Jun era guardar silencio.—No creo volver temprano.  

 

El rubio torció los labios, no le agradaba saber que su esposo se expresaba tan mal de su progenitora, molestó jalo la chaqueta dejada sobre la cama ¿Porqué Bang no podía ponerse en el lugar de su madre? salió de la habitación sin despedirse en determinadas veces le desesperaba esa actitud de su esposo, prefería evadir una pelea. Bang se enredó abatido sobre las cobijas, cuando su esposo tenía un berrinche lo mejor era dejarlo solo hasta que se le bajara, adoraba a ese chico pero a veces su lado mimado y caprichoso lo alteraba.



JunHong entraba al restaurante acordado aunque en el trayecto trato de calmarse su molestia no había disminuido, lo primero que hizo al llegar al sitio fue abrazar a los gemelos que extendían las manos emocionados al verlo, les dio un beso para después acomodarse en una silla. La señora Choi ya había pedido la comida para su primogénito sin mucha platica se dedicaron a comer en silencio.

 

La familia al terminar sus alimentos decidieron dar una vuelta por el parque, el abuelo tomó a los gemelos para lanzarlos delicadamente en el arenero y jugar con ellos. Madre e hijo continuaron caminando por los alrededores.

—Mamá ¿Qué piensas de una infidelidad?. — Cuestiono de golpe el rubio deteniendo su andar, la mujer se giró para enfrentarlo.— ¿Cuál sería tu reacción si yo le fuera infiel a Guk?

 

La mujer  medito a conciencia aquella pregunta para dar una opinión neutral.

 

—Me decepcionarás porque no te eduque de esa manera. — Comentó seriamente levantando la mano para acariciar el rostro. — Pero la entendería. — Suspiro pesadamente.—  Eres muy joven, YongGuk fue el primer chico con quien saliste y es normal que quieras experimentar. — Se mordió el labio.—  Cariño en lo personal no creo que Bang sea el amor de tu vida.

 

El menor dio un paso hacia atrás, ¿su propia  madre no tenía fe en su matrimonio? ¿Porque le permitieron casarse si dudaban? sus labios se secaron una cosa era no querer a su esposo y otra asegurar que su vida conyugal no tenía futuro. La señora Choi  estiró la otra mano para acariciar aquel rostro contraído para ella JunHong era un jovencito enamorado de un galante, salvaje, rebelde y sexi hombre, a  su edad tener como pareja a un temerario sujeto como lo era Bang era el sueño de cualquier colegial pero llegaría un momento que Jun se graduará, ejercería una carrera y entonces en ese momento pleno de su juventud descubrirá que YongGuk no cubre sus expectativas económicas y emocionales.

 

Notas finales:

he vuelto!! poco a poco regresaré actualiza!! espero les guste y espero sigan leyendome !! GRACIAS POR TODO!!


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