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La Tregua por sue

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Notas del capitulo:


Hola hola a todos mis héroes!! :D que tal les ha ido en la ardua lucha a la que llamamos vida? (inner: qué clase de introducción es esa? ¬¬UU) sólo quería sonar algo cool xD (inner: lo que digas ¬¬U) me apena que la serie ya no la pasen con tanta constancia como antes, así como tener que recordar que estamos ante el último capitulo del fanfic, de verdad, me disculpo por la tardanza en traer esto… muchas situaciones se presentaron n_nU pero!! Lo importante es que luego de acabar de leerlo, queden ustedes con las ganas de escribir los suyos propios, esa es la mejor de las recompensas que una escritora de fanfics puede recibir *w* (inner: y que nos inviten a leerlos, claro está xD) nos leemos en las finales!!

 



Al amanecer, sentía como si en vez de cabeza tuviera un bloque sobre los hombros, tenía la boca pastosa y las nauseas aparecían de a poco.

Rippen se estrujaba los ojos, rojos por completo, buscando de mejorar su nefasta visión; la cruda era terrible, tenía escasos recuerdos de la noche anterior. Le dolía todo el cuerpo por lo que con enorme dificultad, se giró sobre su cama y por casi se le desorbitan los ojos de sus cuencas al hallarse a Larry completamente encuerado.

- “¿Qué hace Larry desnudo en mi cama…?”... ¡! – Saltó en su sitioal darse cuenta también de su propia desnudez…

¡¿Qué habían hecho?! ¡¡¿Realmente lo habían hecho?!!

- Ñam… ñam… - Larry se removía, aún dormido – Cinco minutitos más y las palomitas estarán listas…

El ojirojo se llevó la mano a la frente.

- Esto no puede ser verdad…

- Mmm… - El hombre abría los ojos. Se incorporó  – Rippen, ya te despertaste – Exclamó con energía renovada.

- Baja la voz que estoy aquí junto - Sobándose las sienes – Larry… dime que no lo hicimos.

- Está bien… No lo hicimos.

- ¿Lo dices por el simple hecho de complacer a mi petición?

- Pues… Si. Me dijiste que lo dijera ¿No?

- Olvídalo… hay que vestirnos o llegaremos tarde al instituto.

- Que agradable va a ser que nos vean llegar juntos – Exclamó con una sonrisa y brillitos en los ojos.

- Ya deja de imaginarte cosas. Además, no sería la primera vez que llegamos juntos a alguna parte – Gruñó Rippen completamente enfadado – A todas éstas… ¿Cómo fue que pasó esto?

- Pues… - Se sonrojó – Tú me besaste y entonces yo me sorprendí mucho, así que dije ¿Qué importa si ambos somos hombres y si trabajamos en la educación pública? Luego continuamos besándonos hasta llegar a la cama y…

- ¡Larry! – Lo calló de inmediato, alarmado ante lo que oía - No me refería a eso – Totalmente ruborizado.

Estaba seguro que el hombre era capaz de contarle con lujos y detalles lo sucedido sin inmutarse. No estaba preparado mentalmente para ello   

- ¿Entonces?

- ¡¿A cómo rayos llegué anoche del local de Phil a acá?!

- Ah, eso… Como anoche bebiste mucho, me declaré conductor designado.

- Pero… ¿Tú sabes conducir? – Luego de salir de casa, se daría cuenta de la respuesta, hallando ralladuras y abolladuras en su precioso automóvil.

- Tenía pensado acostarte, quitarte los zapatos, arroparte… y luego irme a casa. Pero de pronto te pusiste muy meloso y…

- ¡Basta! – Hizo un gesto con su mano – No necesito más señales para darme cuenta de que las bebidas alcohólicas y yo no debemos mezclarnos… ¡Jamás!

- Uy, pero que malo eres… - Suspiró con ansias – Y eso es lo que me encanta de ti.

Rippen buscó de levantarse, pero la cabeza parecía que le iba a estallar.

- Maldita resaca… me siento como si me hubiera arrollado un camión. Me duelen hasta las puntas de los cabellos…

Mientras que Larry terminaba de vestirse, el pelinegro fue hasta la repisa donde tenía los licores y los vació todos en el fregadero.

- Vencido, una vez más… - Declaró, ante el líquido que se entremezclaba con el agua.

Al llegar a la secundaria, los hombres descendieron del vehículo. En eso Boone también iba llegando por lo que, obviamente les vio llegar... juntos. Pensó en Penn y eso lo alarmó.

- Esto… - Se puso de colores al darse cuenta de que el ojiverde le contemplaba con su singular expresión - ¡No es lo que parece!

- ¿No lo es? Pues a mí me parece un par de amigos llegando juntos al lugar de trabajo que comparten – Exclamó Boone con una sonrisa – Oh… ¡Penn! – Exclamó al darse cuenta de que el pelirrojo llegaba deslizándose en su monopatín.

- “Penn Zero…” – Rippen tuvo deseos de desviar el rostro, pero no quería darse el lujo de demostrarse derrotado.

- Hola Boone – Frenó. Se dio cuenta de la presencia de Rippen y de Larry, pero trató de hacerse el desentendido – Entremos. De seguro Sashi ya debe estar esperándonos dentro.

Al hombre le dolió un poco tal indiferencia, pero era normal que el muchacho buscara de comportarse de ese modo…

Las horas de clase pasaban. Sonó el timbre anunciando la segunda hora. Se abrió una vez más la puerta del salón de arte y de en uno en uno, fueron entrando los alumnos de la siguiente sección. Rippen vio al pelirrojo entrar y sentarse en su puesto respectivo; había sido astuto en enfocarse en un documento ficticio para no tener que chocar su vista con la azulada del adolescente; pero la verdad era, que deseaba tener las cosas como antes, no como ahora, dónde evidentemente ambos buscaban de ignorarse.

Eran mejor el amor y el odio, porque ambos, nacen de la intensidad de los sentimientos y la indiferencia, de la pérdida de los mismos…

Los minutos que duraron los muchachos haciendo su trabajo, fueron más largos de lo habitual para Rippen, sentía que los alumnos llevaban horas pegados a esos trozos de papel.

Cuando llegó el momento de evaluar, Rippen fue severo como era costumbre. Se aproximó finalmente hasta dónde estaba Penn… el ojiazul le miró con su cándida expresión y el pelinegro se alivió de no encontrarse con aquella mirada tan fría que le había visto en la anterior misión.

Nunca más deseaba que le mirase así…

Miró el dibujo del adolescente.

- Bien… ¿Qué tiene que decir señor Zero?

- Pues… creo que me estoy interesando un poco en las caricaturas ¿Usted qué opina? – Sonrió - ¿Soy bueno o qué?

Rippen no sabía queé decir, claramente el del dibujo era él realizado con trazos deformes, metiéndose un dedo en la nariz y expulsando un gas, al tiempo que un globo de pensamiento ponía “¡Hay una fuga, cierren las compuertas!”.


La expresión desafiante del chico le hizo entender… Penn ya había atacado ¿Qué esperaba él para contestarle?

- Yo diría ¿O qué? – Puso una mueca de repudio - Las caricaturas no son arte. Son garabatos de dibujantes sin visión… Hasta que no vea un bodegón bien estructurado, su nota queda reducida a un “cero”… señor Zero – Se atrevió a sonreír - ¿Contento con su caricatura ahora?

- Pues si… ya se lo he mencionado, el fracaso siempre estimula mi arte – Penn mantuvo su sonrisa, complacido con el contraataque de su adversario.

El mayor pudo entonces sentarse con mayor tranquilidad en su silla.

Sonrió por lo bajo. Al parecer, las cosas entre ellos se habían normalizado. Lo habían demostrado con aquella pequeña lucha.

- “Esto es lo que nos queda Penn” – Pensó el pelinegro mientras observaba al muchacho bostezar en su lugar – “Héroe contra villano. Alumno contra profesor. Adolescente contra adulto… Así es como lo nuestro funciona y lo prefiero… lo prefiero a no tenerte o ver aquella mirada en tus ojos otra vez…” – Suspiró. Si aquel era su destino, había decidido aceptarlo como todo un martir.

Terminada la clase, todos abandonaron el salón, excepto Penn.

- Esto… ¿Sucede algo Penn Zero?

- Creo que tú y yo tenemos algo de que hablar – Mencionó el pelirrojo con los brazos cruzados.

- ¿Ah si?

- Si… - Aflojó los brazos – Realmente me dolió tu jugada - Confesó.

Rippen no supo qué decirle.

- Pero… también admito que fue muy buena… Je… Has crecido bastante profesionalmente, lo demostraste con creces - Se giró. Ya no podía seguir viendo al hombre a la cara sin sentir deseos de llorar - ¿Qué patético no? Caer en una trampa tan vieja y desgastada como lo es alianza ficticia… Me presentaste el caballo de Troya y yo inocentemente, lo recibí…

- Penn… yo… - Tuvo deseos de tocarlo, de abrazarlo… pero su mano ansiosa de alcanzarlo, se quedó en el aire – No todo lo que te dije fue mentira – Confesó – Mis labios siempre fueron sinceros.

- Ja… ¿Debería creer entonces que cada beso que nos dimos fue verdadero? ¿Cómo creerlo cuando antes de arrojarme al vacío, me dijiste todo lo contrario? ¿A qué se debe tu falta de congruencia? – Hizo una pausa – Dime algo… Lo de aquella vez… ¿Qué significó para ti? ¿Sólo pretendías abusar de mí para sentirte superior? ¿Todo eso también fue parte de tu plan? ¿Robarme el corazón para luego destruirlo en mil pedazos?

Rippen se alarmó, no quería que el joven pensase que se había acostado con él para humillarlo.

- Jamás… escúchame bien Penn Zero, jamás se me pasó por la mente semejante vileza – Se acercó hasta el chico y lo obligó a voltearse – Puedo ser realmente malo, despiadado… pero aquella vez, pude sentir que hasta el más villano de los hombres se puede sentir amado y amar del mismo modo a alguien más – Le tomó suavemente del mentón – Fue hermoso en verdad. Gracias Penn… Nunca te olvidaré.

- ¿Por qué lo dices de ese modo… como si te estuvieras despidiendo?...  

- Porque así son las cosas hermosas, sólo nos duran un instante – Mencionó con suma melancolía –…Y  las partes de nosotros, que cumplieron el rol de amantes, están destinadas a decirse adiós.

Penn sonrió un poco, ciertamente ambos habían crecido luego de aquello.

- Entonces… ¿Podemos seguir juntos, de alguna u otra manera?

- Así es Penn… Nuestros vínculos, inevitablemente continuarán unidos.

- Es bueno saberlo…  

Tal vez no podían estar juntos del modo en que querían… pero sus corazones se conformaban con poder compartir cualquier otro sentimiento distinto del amor…

Alumno y profesor, héroe y villano… fuera cual fuera el nombre que llevase su relación de ahora en adelante, poco importaba. Para ellos funcionaba.  

Mientras permanecieran juntos, el destino se encargaría de darle vida a sus historias.

Rippen salió del edificio y se encontró al director esperándole.

- ¿Y bien? ¿A dónde vamos? ¿A tu casa o a la mía?

- ¿Disculpa?

- Pues, como aún no hemos resuelto lo del presupuesto para lo de la exposición, pensé que lo mejor era reunirnos en un sitio más tranquilo.

- Muy bien Larry, quiero aclararte algo de una vez – Calló, miró a ambos lados, verificando que nadie pudiera oírles – No pienso tener sexo de nuevo contigo – Mencionó utilizando un tono de voz moderado. Evitando que alguien los oyese.

- Está bien – Comentó de lo más normal.

- ¿En serio? – Se impresionó e incluso se molestó ante su poca insistencia - ¿Seguro?

- Seguro – Manteniendo su sonrisa.

- ¿Qué? – Rippen se cruzó de brazos y arrugó el entrecejo - ¿Me cogiste y ya no te intereso? ¿Así es el asunto Larry?

- No quiero sonar insistente. Aunque es una lastima. Hacia tiempo que nadie me hacía sentir así.

Su orgullo de macho, hizo que Rippen esbozara una tonta sonrisa.

- ¿En serio? ¿Tan bueno estuve?

- Uy si, como un toro.

- Sabes qué decir – Mencionó juguetón y sin dejar de sonreír – Bien… mejor vayamos a mi departamento, detesto a tus mayordomos y ni qué decir de tu horrible elefante genéticamente modificado.

En cuanto se giró para abrir la puerta del auto, sintió que le dieron una nalgada. Quedó como de piedra con las llaves en la mano.

- Otra cosa que me gusta de ti es tu trasero. Duro como roca – Murmuró para luego, subirse al vehículo.

- Mi… trasero… - Repitió mientras en su mente una pregunta se formulaba ¿Acaso el pasivo había sido…? – No volveré a beber ¡No señor!

***

Llegó el día de la exposición de arte en la secundaria. Los adolescentes presentaron sus materiales, incluido Penn Zero entre los participantes. Su dibujo era abstracto, reflejaba claramente sus sentimientos por Rippen, pero para el ojo del mundo exterior, aquella aglomeración de pintura, no era más que una composición de colores muy bien realizada… Sin embargo, hubo uno solo de quienes examinaron su obra, que logró entenderla por completo en el silencio de la contemplación.

- “Es una obra de arte” – Rippen sonrió por lo bajo.

Orgulloso del trabajo de Penn… orgulloso del trabajo de su alumno.

- Sacaste la mayor nota.

Susurró Rippen tras haberse acercado cautelosamente a su oído.

- No inventes – Espetó el pelirrojo.

El pelinegro le dejó quieto, más cuando anunciaron cuál había sido el mejor cuadro realizado por los estudiantes, Penn se sorprendió pues se trataba del suyo.

- “¿Ves?” – Rippen sonreía desde su sitio – “Te lo dije” – Le transmitía con su candorosa sonrisa.

Los ojos azules brillaron. Para que su trabajo fuese aceptado como el mejor, tenía que tener el visto bueno del profesor de artística y estaba más que claro, Rippen era extremadamente exigente con los alumnos – por no decir que les hacía la vida de cuadritos -; su veredicto por lo tanto, no fue puesto en entredicho por los demás profesores.

- De verdad… ¿Piensas que es bueno? ¿O lo haces sólo como modo de disculpa? – Preguntaba Penn mientras el profesor le colocaba el botoncito dorado que habían mandado confeccionar para el ganador del primer lugar.

- Por favor Penn. No tengo nada porqué disculparme – Mencionó dramático – Únicamente hago mi trabajo, escoger el mejor cuadro entre mis estudiantes. Es mera casualidad que haya sido el tuyo…

- Si, debe ser eso – Sonrió.   

- Además, eres demasiado pretencioso. No necesitas que alguien tenga un acto de compasión contigo de esa clase, para sentirte que eres bueno en algo.

Rippen le imitó la sonrisa. Le empujó suavemente desde la espalda.

- Anda. Como todo artista, debes dar una breve explicación de tu obra… cuida que no se te enrede la lengua.

- Eso te gustaría ¿No? Verme fallar…

- Oh… sabes que siempre lo ansío.

Intercambiaron sonrisas. El extraño e inexplicable bienestar que les generaba compartir aquel lazo de héroe y villano, era para ellos más grato que tratarse de mejores amigos.

Siendo cierto aquel adagio que cita que “No hay nada más fuerte que el amor y el odio”, ya que ambos, tienen la fuerza opresiva de unir hasta los más impares…

***

Como en la mayoría de sus noches, Peces Pescados servía de bar para Rippen; ahí, Phil no sólo se desempeñaba como experimentado barman sino que muchas veces actuaba como consejero.

- Luego de cómo acabaste, prácticamente pidiéndole permiso a un pie para poder mover el otro, lo menos que pensé es que volverías a sentarte a beber ésta noche. Espero que no termines volviendo alcohólico.  

- No te preocupes Phil, sólo me agrada éste lugar. Tiene un aire tétrico y melancólico que resulta encantador para todo aquel que se considere malvado.

- Bien, porque no soy tan condescendiente como Larry.

- A propósito – Mencionó como lo más normal del mundo – Tuve sexo con él.

- ¡¿Por fin?! – Exclamó con una sonrisa que impresionó al propio Rippen - ¿Y bien? ¿Cómo estuvo?

- No lo recuerdo… por eso volvimos a hacerlo en su oficina… - Cambió su tono de voz neutral por uno bastante lujurioso – Debo mencionar con toda responsabilidad que Larry es todo un semental.

- Vaya, me sorprende que tú digas eso cuando te llenabas la boca diciendo que “sólo Brock Zero te hacía vibrar de placer”.

- Si… - Sonrió, asegurando lo mencionado por el otro – Es una sorpresa ciertamente incluso hasta para mí. Con eso me di cuenta de la veracidad de eso que pone que “Lo bueno viene a veces en envase pequeño”.

- ¿Lo dices por su estatura o por su pene?

- Oh, nada de eso Phil… - La sonrisa se mantuvo al tiempo que negaba con la cabeza – El tamaño de su pene está bien – Agregó con coquetería: - Es un hombre de color después de todo.

- Tan racista y cínico. Ese es el Rippen que conozco – Celebró Phil con una sonrisa. De aquel despojo de hombre que había visto llorar en la plataforma de transporte, sólo quedaba el recuerdo – Así que por fin se dignaron a llevar su desgastada relación de casi villano y secuaz a otro nivel… Me alegro mucho en verdad – Dijo con sinceridad.

- Tienes razón Phil, ese pobre de Larry estuvo tanto tiempo detrás de mí.

- Lo digo por ti – Anunció el caucásico – Me alegro mucho de que por fin consiguieras a alguien que te tiene tan alta estima y que disfruta mucho estando a tu lado.

- Nada más acertado… sobretodo sosteniéndome el cabello cuando entro en vómito luego de haber bebido como un desgraciado – Comentó con burla, había perdido la cuenta de las veces en que Larry había estado en sus malestares.

- Oye, nadie más que él haría algo como eso. Yo no lo soportaría, sería capaz de dejarte borracho tendido en el piso, permitiendo que las cucarachas hagan nido en tu cabeza… pero ese Larry jamás lo haría. Él no sólo te lleva a casa sino que cuando caes enfermo, te cuida y te prepara la comida… Mira Rippen, no soy de los que se fijan en otros hombres, pero si Larry me hubiese echado el ojo, ten por seguro de que hace tiempo hubiese mordido ese anzuelo sin dudarlo siquiera. Es un hombre estupendo, lo he concluido luego de ver todo lo que hace por ti, que lo tratas a las patadas.

- Bueno, eso era en el pasado… Ahora que lo pienso… creo que te he contado demasiado de mi vida. Sabes más de ella que mi propio diario.

- ¿Qué esperabas? Soy tu barman/jefe de medio tiempo después de todo. Aparte de eso, también me considero tu amigo.

 - Gracias Phil ¿Quién dice que los villanos no consideran la amistad? - Le brindó su sonrisa sincera, una pequeña y muy dulce que pocos le habían visto esbozar - ¿Me sirves otro poco?

- Claro, cortesía de la casa. Como siempre.

Rippen se bebió el licor de un sólo golpe.

- Me voy… Larry me espera con una fastuosa cena en su mansión y seguramente una noche entretenida, llena de caricias y palabras igualmente llenas de voluptuosidad.

- Mala… - Phil sacudió su cabeza y exclamó: - Buena suerte con eso, mi buen amigo.  

***

Rippen, sin darse cuenta, comenzó a visitar más a menudo la mansión del director.

- Hay algo que quiero mostrarte.

Larry abrió una cortina y descubrió un maniquí con un traje.

- Es para ti.

- ¿Para mí? – Rippen se señaló.

El ojirojo se acercó y revisó la tela. Obviamente se trataba de un traje costoso, lo dedujo al darse cuenta del material. No dudó tampoco en probárselo.

- Vaya… me queda perfecto al talle. Es como si hubiese sido hecho para mí – Se veía en un amplio espejo y confirmaba lo dicho.

- Pues claro que fue hecho especialmente para ti tontito – Admitió, al tiempo que sonreía.

- ¿Ah si?

- Si. Le hice llegar al sastre tus medidas exactas y escogí las mejores telas de su muestrario.

- ¿Y cómo sabes mis medidas? – Antes de que pudiera contestarle, añadió – Olvídalo. Contigo he aprendido que es mejor pasar por ignorante – Se volvió a admirar en el espejo – Aunque digas que es para mí Larry, no creo que pueda aceptar algo tan costoso.

- ¿Por qué no? – Larry se acercó a él y le tomó de la cintura - El mejor de los villanos se merece sólo la excelencia. Aparte de un guardarropas digno de su maldad.

- Pues si… lo merezco - Sonrió amplio, sus palabras lo hacían sumirse en la arrogancia.

- Además, si no aceptas mis regalos ¿Qué haría con todas éstas que conseguí para ti?

Los ojos de Rippen se agrandaron ante la pila de camisas y corbatas nuevas que el hombre tenía en el amplio armario. No dudó en acercarse y revisar las marcas que relucían como si tuvieran un brillo sobre ellas.

- Gucci… Prada… ¡Channel!... – Sus ojos rojos brillaron cuales rubíes en sus cuencas - ¡Pero si éstas son las marcas más famosas y costosas del mercado! Con un salario de profesor es imposible de adquirir alguna de estas cosas… – Mencionó con emoción al admirar las camisas, corbatas, correas de cuero... ¡Y los zapatos! Dios… ¡Como quería lucir esos zapatos! Al darse cuenta de que estaba mostrando gestualmente sus ansias, carraspeó, un tanto avergonzado – Ejem… No es que sea una reinona amante de las marcas.

- Lo sé.

Aunque Larry sabía que Rippen estaba suscrito a una revista de moda de publicación semanal.  

Penn se aclaró la garganta.

- Bien, aquí va… “A mi padre, aquel que de pequeño me tomó de la mano y me ayudó a andar. A mi padre, que en todo momento me buscó enseñar. A mi padre, que lucha incansable por entregarme un mundo bueno, huellas que espero un día pisar. A mi padre, guerrero fuerte e inquebrantable, hombre justo y admirable; luchador sagaz, cuya alma inquieta no tiene igual. Mi ilustre padre, un ejemplo claro es él, de la lucha que no tiene fin… A mi padre y también a mi madre, porque ambos son los responsables de que yo aquí me halle, agradecido; con deseos de seguir luchando, en ésta batalla interminable que conocemos como vida… ustedes son para mí, el ejemplo más claro de lo que quiero alguna vez llegar a ser, sin importar el tiempo que tome…” – Se sonrojó – Eso es todo, lo sé… no soy muy bueno para esto. Pensé en regalarte otra cosa, pero no me atreví a tirarlo en la basura.

Para alguien que estaba acostumbrado a sólo lograr la excelencia en todo y que por tanto, sus padres esperaran recibir de él, únicamente un trabajo digno, aquel poema malhecho, carente de consistencia y evidente falta de concentración y práctica, representaba un dolor agudo, nacido del pensamiento de que sus padres merecían algo mejor, pues él los amaba de tal forma que le era difícil explicarlo, pero que inconscientemente, demostraba a diario: Buscándolos incansablemente a través de innumerables dimensiones.

- Pero… ¿Qué dices campeón? ¡Eso estuvo increíble! – Comentó el rubio.

- ¿Lo dices en serio? – Sus ojos azules brillaron.

- Oh Penn… - La pelirroja estaba claramente conmovida – Esas son unas muy bellas palabras.

Penn se sonrojó aún más y su corazón se llenó de ese cálido sentimiento, que esperaba algún día, poder ser expresado ante sus padres a través de un emotivo abrazo.

- Te amamos hijo – Mencionaron los señores Zero al unísono.

- Y yo a ustedes – Penn esbozó una sonrisa.

Algún día volverían a estar juntos, ese era su mayor anhelo. Esa era su esperanza. Su motivo para luchar y mantenerse en pie, contra todo pronóstico y sin importar las batallas que estuvieran por venir…
 

*Fin*


Notas finales:

Le dedico esto a dos personas que quise mucho: Un profesor que fue mi héroe y luego mi villano, también a mi padre, un poco de ambos… A donde quiera que estén, les dedico a los dos éste fanfic, abiertamente uno de mis favoritos n___n disculpen el desastre de poema, por más que me exprimí los sesos no pude lograr algo decente – ese era uno de los motivos de la tardanza en subir el capi final – pero lo que importa es que terminamos el fanfic por fin!! Y para que van que no soy tan malvada,  les he traído un epílogo… vamos, leánlo!! :D


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