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Lunas de Hiel por ritsuka10

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Un chico de cabellos largos y rizados ingresa a un elevador con un ramo de rosas rojas, las sostiene fuertemente y las pega a su pecho. El corazón del hombre de 29 años baja y sube de forma pausada, cuando llega al piso objetivo camina por un largo pasillo y se detiene frente a una puerta blanca. Ingresa al departamento sin tocar, las luces se han apagado, al fondo se ilumina gracias a la inmensidad de la ciudad brillando  al fondo de la ventana, una figura sentada en el sillón con un copa de vino se pone de pie. HimChan lleva el cabello negro corto, a sus 29 años luce increíblemente perfecto, ahora pelea por ser el editor de una de las secciones de la revista de moda en Corea, una sonrisa se dibuja en su rostro.

 

—Nuevamente rosas rojas.— Comenta con una mediana sonrisa, rodea al pelinegro fuertemente y esconde el rostro en el arco de su cuello.— Gracias.

 

El extraño toma asiento en aquel conocido sofá, ahora lleva una copa de vino a sus labios, el anfitrión ha encendido velas para darle un toque más romántico a esa reunión. Los dos personajes admiran la envidiable vista que posee el departamento, se encuentran en silencio hasta que el menor emite una mediana sonrisa y vuelve a tomar de la copa de vino que comparte con su invitado.

 

—Cuando llegaron las rosas con la llave terminaste por destrozar mi corazón.— Comenta el menor.—Te odie tanto, sentí tanta rabia, asco, impunidad pero salí adelante.— HimChan se gira para observar el tranquilo perfil de su compañero.— Me enfoque a ser feliz por mí mismo.

 

—Lo siento.— Responde YongGuk emitiendo una mediana sonrisa, esa era su cuarta reunión con su ex novio desde que rompieron.—Me da gusto que encontrarás a alguien mejor.

 

HimChan lleva la mirada hacia al retrato sobre una mesa, no puede evitar reír, ese pequeño chico llegó una mañana pidiendo ser compañeros de departamento unos meses después por fin alcanzó su premio al por fin seducirlo. Han pasado dos años desde que HimChan comenzó una vida separada a la de Bang, por todo un año le impidió acercarse, ni siquiera aceptó las disculpas, las rosas fueron lanzadas a la basura,  pero uso la impotencia que un abandono acarrea para volverse independiente, amarse así mismo, elevar sus alas y volar hasta tocar el cielo. Esa mañana celebró su cumpleaños número 29 a lado de su novio, cinco años menor, festejaron los 5 meses de relación más satisfactorios, por fin encontró en JongUp aquel príncipe que tanto buscó en su adolescencia.

 

—Feliz cumpleaños.— Interrumpe el silencio una  grave voz.— Debo irme.

 

El cumpleañero asiente, se pone de pie para acompañar a su invitado  a la salida, antes de despedirlo en la puerta lo abraza, quiere olvidar los malos momentos pero no puede ser su amigo, no hay manera de retroceder en su relación, no le desea eventos negativos en el futuro pero tampoco lo necesita en su presente. Antes de soltarlo quiere preguntarle algo pero no se anima.

 

—Jun vuelve este verano.— Contesta el hombre de cabellos rizados dejando ver una sonrisa que calma al pelinegro menos quien contesta con el mismo ánimo.— Tengo planeada una pequeña fiesta en el club de Maslo, eres bienvenido.

 

El chico de cabellos negros cortos asiente con una sonrisa. No necesita la presencia de YongGuk pero sí la de su hermano, fueron dos largos años de casi no cruzar palabras más las necesarias en las reuniones familiares. Esa situación debía cambiar, no ser los mejores amigos pero si formar un lazo más fuerte, eran hermanos al final de día.

 

Los ex amantes se despidieron con un movimiento de manos. Un chico de cabellos azules al notar entrar al extraño al elevador sale de su escondite para ir por el pasillo a casa, ingresa las llaves en la puerta al abrir se encuentra a su pareja acomodando flores rojas en un jarrón, las odia porque representa el pasado pero los humanos somos consecuencia de nuestro yo anterior así que JongUp no es incapaz de odiar al HimChan de hace unos años.

 

—Traje el champán para continuar celebrando.— Indica mostrando la botella, alcanza dos copas para servir algo y guardar la usada.— ¿En que nos quedamos?

 

—Perdiste la partida de poker en la fiesta.— Comentó el mayor acercándose a su pareja para sujetarlo por los glúteos y alzarlo.— Esta noche me toca estar arriba.

 

JongUp dibujo una perversa sonrisa al percatarse que su cuello era atacado por hambrientos dientes, fue dejado sobre la superficie de la mesa. HimChan se acomodo entre esas piernas para dirigir a los botones de la camisa del menor, desabrocho el primer botón haciendo un gesto de sorpresa, continuó con el segundo, tercero, como si desafiara a su pareja, al notar el pecho expuesto dirigió su lengua hacia los botones rosas, enrollo la punta cuando descargas eléctricas en el menor.  JongUp enrollo las piernas en la cadera de su amante, su entrepierna comenzó a moverse de arriba hacia abajo, las erecciones se acariciaban aún debajo de la ropa, sus manos desesperadamente abrieron la camisa de su amante, le quitó el saco y se aferró a su espalda desesperado.

 

— Te deje ganar por ser tu cumpleaños.— Le susurró lamiendo el contorno de esa blanca oreja.— Feliz cumpleaños amor.

 

— Te amo.—  Contestó Him, apresando a su amante en la mesa, lamió su labio inferior y zafo el cinturon del pantalon.— Parece que te gusta que gane.

 

Los amantes se entregaron a la pasión, al calor que el champán introducía en sus cuerpos, su relación daba sus primeros pasos, sus vidas compaginaba a la perfección, vivían siempre en el mismo canal, ambicionaban una vida de lujos, fruto de su arduo trabajo. Him trabajaba duro para crearse un nombre propio, JongUp era el heredero de un conglomerado comercial que peleaba para que todos lo respetan por  su nombre y no apellido. HimChan como regalo de cumpleaños compró unos boletos de avión hacia Los Ángeles para visitar la ciudad que tanto su novio quería conocer.




YongGuk bajo de la motocicleta que recién había comprado, llevó las manos a su bolsillo descubriendo varios mensajes en su bandeja de entrada, una sonrisa iluminó su rostro, eran selcas y videos de un chico con cabellos rubios, caminó hacia el puesto de ramen ambulante para pedir una orden mientras contestaba con rapidez los cuestionamientos.

 

“Te extraño”, “Hoy ví algo genial en la Universidad”, “Mis amigos son unos idiotas” , “”

selca1

 

“Tienes que visitar las ligas que te envíe”, “Vas amar el regalo que te compré”, “Hoy un chico trato de ligar conmigo xD ”, “Pero le dije que mi Sugar Daddy  no me deja jugar con otros niños”.

 

selca 2

 

La idea de Bang después de terminar con Him era dejar libre a YongGuk, que buscará a alguien que lo hiciera feliz, con quien tuviera una saludable relación pero solo soportó 100 días con esa idea, y su voluntad se desvaneció. Lamentablemente fue el tiempo suficiente para que el menor tomará una radical decisión. JunHong decidió ingresar a una Universidad en Estados Unidos, busco una beca y el apoyo de sus padres, HimChan fue un gran promotor de esa idea, en esa época el mayor quería vengarse de su ex. Para cuando el compositor quiso buscar al estudiante este se encontraba al otro lado del mundo, al verlo lejos tratando de iniciar una nueva vida, trato de olvidarlo pero el corazón es necio y cuando se ama en verdad la distancia se vuelve nada.

Bang consiguió el número de Jun, lo contacto sin tener éxito, simplemente el menor se negó aceptar sus llamados, mensajes quedaron abandonados, el mayor espero a que el siguiente verano Jun volviera a Corea pero este decidió quedarse al otro lado del mundo, por ello usando todos sus  ahorros, vendiendo sus preciados objetos, YongGuk viajó hasta Los Ángeles donde busco a Jun para suplicar su perdón y una oportunidad para conquistarlo.

El universitario se negó en un inicio tratando de mantener su promesa de olvidarlo todas las mañanas para desaparecer su amor, pasaron 365 días y el sentimiento no disminuyó sino se hizo más fuerte, Trató de conocer nuevas personas, de enamorarse pero nadie cumplia con los requisitos, demasiado jóvenes, muy viejos, aburridos, nadie alcanzaba a reemplazar su primer amor. Jun le dio una oportunidad a ese hombre pero debía ir despacio, ambos conocieron parte de Estados Unidos deambulando de mochilazo hasta que el menor volvió a clases y el mayor a Corea.

 

Ambos decidieron seguir separados, poner a prueba la relación, desaparecer sus dudas, confirmar que su amor no se basaba en deseo carnal o lujuria de un momento, no se volvieron a besar por 100 días, solo en navidad caminaron tomados de la manos por las calles de Corea, descubrieron que quizá era real su amor.

 

Bang terminó de cenar para ingresar al edificio donde alcanzo a comprar un departamento para vivir solo, no dejaba de reír antes los mensajes de Jun, había una diferencia de 13 horas pero aún con ese tiempo podían mantenerse en contacto, excepto cuando Bang tenía que trabajar en canciones para algunos artistas o Jun estudiar para sus exámenes. El mayor se metió a la cama y le envió una foto a su pareja quien contestó con una selca.

 

selca pareja



El mayor alcanzó a observar ese nuevo arete brillando en la nariz, con los dedos acarició la figura, su corazón latía ante la sola imagen, le parecían eternos los meses que faltaban para volver a tenerlo en sus brazos, a pesar de no querer caer en las manos de Morfeo Bang tuvo que rendirse.



Los días pasaron el compositor tuvo nulo contacto con su novio debido a que este entró en fase de exámenes finales, lo extrañaba pero no quería ahogarlo con su devoción, además cada vez faltaba menos para estar juntos, con esa idea en la mente el mayor se consolaba.

 

YongGuk caminaba con la cabeza baja en dirección al nuevo estudio que compartía con unos amigos,  el compositor comenzaba a ser reconocido en el submundo, algunos artistas reconocidos en Corea pedían su participación en discos, mientras deambulaba por los callejones escucho pasos seguirlo, giro a buscar al seguidor pero nada, volvió andar un par de metros pero el ruido continuaba persiguiendo hubo un momento que no aguanto y se detuvo para enfrentar a su acosador pero no había nadie, se volvió para continuar, fue entonces que ahí a mitad de la calle estaba un rubio quien le emite una extraña sonrisa.



Bang corrió hacia él para guardarlo en sus brazos. Los labios de ambos amantes se unieron en un desesperado beso, maldijeron su poca capacidad para mantenerse sin oxigeno, se separaron para admirar, observar cada detalle del rostro del contrario. Bang creía estar en un sueño, pellizco su mano para confirmar que la presencia no era un fantasma conformado por sus fantasías, una sonrisa iluminó su rostro, lo había extrañado tanto, mordió el labio superior, lo sujeto fuertemente de las caderas con el temor de que esa figura desapareciera.

 

—No podía soportar más tiempo lejos de ti.— Contestó los cuestionamientos de las preguntas mudas lanzadas por un rostro confundido.—  Adelante exámenes y entregas.—Ambas narices se rozaron, alientos se mezclaron.— Nadie sabe que he llegado una semana antes de lo pactado.

 

El mayor levantó la ceja intrigado por los perversos planes de su amante, tuvieron que separarse para caminar por el callejón y arrastrar las enormes maletas con las cuales arribó el estudiante.

 

La pareja llegó al departamento dejando las maletas regadas en el piso, un rastro de prendas fueron dibujandose en dirección a la habitación principal. JunHong cayó desnudo sobre las colchas de una perfecta cama tendida que terminó siendo un desastre al tener dos figuras sobre ella, dientes devoraban el cuello del rubio quien acomodaba la cabeza en las almohadas, abrió las piernas dejando que un semi desnudo pelinegro se colocara entre ellas. Bang deslizó la punta de su lengua por ese pecho que se contrae ante las caricias de sus dedos, los cuales se abren paso entre nerviosos muslos.  

 

—Eres lo más hermoso que he visto.—Dijo relamiéndose los labios para después desplazarse al abdomen donde dejó pequeñas marcas rojas.—Tu sabor es delicioso.

 

Las mejillas del idolatrado se tiñeron rojizas como las rosas en primavera, los gemidos hicieron acto de presencia, la columna del menor se contrajo al sentir unos delgados labios rodear su hombría, había pasado un año desde su último encuentro pasional debido a que en navidad no se dejaron consumir por la lujuria, una prueba más pasada con éxito. El placer experimentado en su entrepierna lo invitó a moverse sensualmente hasta que alcanzo el orgasmo. Bang trago todo aquel líquido blanco ante la sorpresiva mirada del menor, se terminó de quitar la camisa y los pantalones quedando al mismo nivel de desnudez que su amante.  

Los dedos de Jun se elevaron y acariciaron los trazos negros formando palabras en español, levantó el rostro para que sus dientes alcanzaran a morder tan sensuales clavículas, la tinta negra quedó adornada por manchas carmín, continuo por los hombros, un camino húmedo se fue dibujando por esos tatuajes. Bang movió el brazo para que sus dedos ingresaran al interior de esos labios rosas, una lengua se enredó en ellos dejándolos mojados.  

El Universitario dobló las rodillas hacia arriba y  abrió los los muslos, su entrada se mojaba al percibir una húmeda erección rozarla con la punta. Bang dirigió los dedos a la entrepierna de su amante ingresa uno, dos, los abre para contraer las paredes, los envía más al fondo para alcanzar un punto, un tercero hace compañía, ese abdomen color mármol con un tatuaje se comienza a contraer, las caderas se retuercen con sensualidad.

 

—No me hagas esperar.—El menor gimió, el cuarto dedo causaba un poco de dolor pero le abría camino al placer.—Por favor hyung.

 

El ronroneo causó que una descarga eléctrica sacudiera la espalda del pelinegro quien siguiendo las órdenes de su amante sacó los dedos y tomó su propio miembro, la punta fue puesta al inicio de esa entrada que se contrae debido a desea  ser invadida. YongGuk admiro esa figura moverse sobre las colchas, esas rodillas temblar y esas piernas abrirse a su máximo esplendor, detectó que fueron depiladas acto perversamente adorable, el tatuaje era humedecido por sudor, era excitante y perversa su visión. Ingresó su excitación, la calidez era celestial, las paredes se reducían para arrullarlo en el placer,  acercó sus labios a esa boca, la devoró, lenguas pelearon por obtener el control. Jun enrollo los brazos en el cuello, levantaba la cadera para que las embestidas se volvieron más fuertes, profundas, esa punta tocara sus entrañas, su punto G.

El orgasmo parecía arribar en ambas figuras acompañadas por oleadas de placer, sus cuerpos se reconocieron, era como un dejavu de la primera vez, de su despedida, los sentimientos se aglomeraron en los pechos que bajaban y subían en ritmos sincronizados, el sudor fue una segunda capa. Jun cayó sobre las almohadas cuandos sus brazos se debilitarón, las uñas se clavaron en la tela de las colchas, sus pezones eran mordidos por una bestial boca que los dejaba rojos, manchas rojas aparecieron a lo largo del cuello. Las embestidas retumbaron cuando la cama comenzó a rechinar, el coro de gemidos también tomaron fuerza, alcanzaban el cielo  envueltos en el pecado.  Ambos terminaron llamando el nombre del contrario, el abdomen de ambos se manchó al igual que los muslos de Jun. El inicio de un reencuentro cargado de lujuria y pasión.  

 

Bang no dejaba de admirar el rostro de su compañero de cama quien se sonrojaba por obtener la total atención. Jun a veces detrás de sus dedos quería ocultar la cara pero el mayor lo obliga a quitar el muro de carne. Guk besó los labios inferiores con ternura, admirando la piel blanca desnuda bajo las sábanas. El silencio era el mejor conductor en ese momento, la repentina risa de Jun o del mayor daban un poco de sabor.

—No volveré el próximo semestre a Estados Unidos.— Confesó el rubio atrapando con los los dientes el dedo pulgar de su pareja.— Terminaré la carrera en  Corea.

 

Bang dibujó una sonrisa, con su brazo libre rodeo la cintura desnuda del rubio.

 

—Mudate conmigo.— Susurró acercando su frente.— Ahorremos para el próximo año ir a Europa, después compremos un estudio, hagamos música, aprendamos a cocinar, pasamos noches enteras deambulando por las calles solitarias de Seúl tomados de las manos, viajemos los fines de semana a la playa en moto,  adoptemos un perro, quédate el resto de tu vida conmigo.

 

JunHong asentía a cada una de las peticiones emocionado soltando el dedo para rodear con los brazos el cuello del pelinegro, sí, si quería amanecer todas las mañanas a lado del amor de su vida, no le importaba el resto, pasarían las tardes viendo documentales de arte, moda,  ee volverían dos almas bohemias disfrutando de su realidad, soñando con cambiar al mundo. Los labios de ambos idealistas se encontraron en un ansiado beso, se devoraron, el calor aumentaba.

 

—Muero de hambre.— Interrumpió el rubio, emitiendo una sonrisa.— Vamos por algo de ramen.

 

JunHong se giró para salir de la cama pero una mano lo detuvo. Bang lo volvió a mirarlo a los ojos, lo tomó del rostro con ambas manos.

 

—Se me olvido confesar algo. —Comentó besando la comisura.—Te amo JunHong, te amo, te amo.— Le dijo en tono fuerte  y despacio para que entendiera el mensaje.—Eres el amor de mi vida.

 

Los ojos del menor se volvieron vidriosos, se escondió en el arco del cuello del pelinegro, se acomodo sobre su pecho, tanto dolor por fin tenía su recompensa.  

Como fuego encendido

Te encuentro en la luz

Es la razón por la que encontré mi vida de nuevo

¿Que vi en ese momento?

Tu perfume me hace olvidar todo




      

Notas finales:

GRACIAS POR SUS REVIEWS y espero les guste el final, también los invito a seguir mis fics en wattpad ya que ahí les pongo imágenes a los fics, espero les guste y GRACIAS POR TODO 

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