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Hey, Daddy! [NamJin] por HeyKyu

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Notas del capitulo:

¡Hola! A pasado tiempo, lo siento, pero creo que ya lo dije en unas notas anteriores, acerca de mis exámenes  y trabajos finales.

Pero ya pasó y finalmente pude traerles actualización,  fuera de eso no tengo mucho que decir, así que sin más…

 

 

Martes, 9:15 a.m.
NamJoon.

 

-¡Jeon!-grito plantándose frente al escritorio de JungKook.

-¡No estoy dormido!- JungKook grito y se enderezó rápidamente en su silla y el libro que mantenía en su cara calló su regazo.

NamJoon rodo los ojos ante el terrible disimulo del empleado, en cualquier momento le habría regañado y sentenciado, talvez ponerle algo más arriba del límite, pero dado lo especial de la situación,  lo dejo pasar, solo por esa ocasión.

-JungKook – comenzó diciendo con el tono más normal posible, no quería que JungKook se diera cuenta de que lo descubrió durmiendo, aunque por la vista perdida de JungKook  sabía que no le importaba o más bien, que no se había dado  cuenta– Tengo entendido que el viernes un Cliente, Kim SeokJin llamo y no lo atendiste.

JungKook aún mantenía el rostro soñoliento, sus ojos estaban más cerrados de lo normal, apenas y NamJoon era capaz de ver el iris en estos, mantenía la boca entreabierta,  tenía saliva seca en la barbilla y el cabello lo llevaba revuelto, parecía recién levantado de la cama.

-Hyung –la  voz de JungKook sonaba tan cansada como su apariencia, si NamJoon hubiera tenido un poco más interés en la vida de los demás o si JungKook le interesara al menos un poco, le habría preguntado porque se veía tan cansado, él porque se vía tan… Decaído– Estábamos apuntó de hacer cierre, aunque hubiese querido ayudarlo no habría podido porqué....

-Si llama hoy, pásamelo a mí, yo lo atenderé– interrumpió, JungKook abrió tanto los ojos que parecía que se le saldrían, NamJoon sabía lo que pensaba, no era común pasarse los clientes, de hecho, estaba prohibido y que el encargado lo pidiera era inusual, pero era aún más inusual que NamJoon lo hiciera por el hecho de que era él, quien siempre evitaba el trabajo extra y obligaba a todos a seguir las reglas.

JungKook iba a comenzar a balbucear una respuesta cuando una tercera voz los interrumpió.

-¿Por qué debería de hacer eso?– NamJoon contó hasta diez mentalmente e intento no arrojarle la computadora a la cabeza a JiMin, el entrometido de JiMin.

-Park, no es asunto tuyo-. Escupió al de cabello ahora anaranjado.

-Hyung, ¿Por qué le pides a Kookie que te traspase a un cliente?-. Preguntó en un tono inocentemente falso-. ¿No va contra las reglas?

A NamJoon no le desagradaba JiMin, pero era irritante como la comezón y el hecho de que fuera tan entrometido le llegaba más que nada a cansar.

-Noticias Park-. Se inclinó un poco para estar frente a frente, la expresión de JiMin era sería, la de NamJoon divertida, quería irritarlo tanto como lo hacía él-. Yo hice las reglas ChimChim.

Le guiño descaradamente un ojo y JiMin se sonrojó, NamJoon sabía que JiMin no diría nada, era todo, pero no era un delatador.

-¡Y tú!-Grito golpeando fuertemente el escritorio para que JungKoook despertará otra vez.

-¡No estoy dormido Hyung!-contesto saltando en su silla.

-Kim SeokJin, no lo olvides. Ahora para de holgazanes-. Grito por encima del farfullo matutino y todos los adolescentes le prestaron atención, no era común que NamJoon les hablara- ¡A trabajar!

Toda la oficina lo observó desaparecer tras su pequeño cubículo, pero siguieron sin moverse. Kim NamJoon les había... Dirigido la palabra.

Y por otro lado, tras la delgada pared, NamJoon comenzó su trabajo muy animadamente

 

Martes, 12:45 p.m.
SeokJin.

SeokJin estaba con los detalles finales del protagonista cuando le interrumpieron.

-¿Estas ocupado?-preguntaron inocentemente.

-No HimChan, solo estoy respirando – El contrario sabía perfectamente que SeokJin estaba ocupado.

-Excelente-. Tomo asiento en la silla libre que estaba a su lado y SeokJin no intento ocultar su cara de irritación. No era como si no le agradara HimChan, era solo que no le agradaba HimChan.

-¿Como vas con el diseño?

SeokJin lo ignoro e intento concentrarse en su trabajo,  no le faltaban más que los últimos detalles,  esos que había estado imaginado los últimos meses y que podía dibujar con los ojos cerrados –como ya había hecho–  Pero al tener toda la tensión sobre la pluma y la pantalla le era imposible hacer siquiera un rayón. HimChan le ponía de malas.

-Oh vamos Jinnie-.Molesto con una falsamente tierna voz que SeokJin no se tragaba, sabía que lo quería molestar y no se rebajaría a eso –Como quieras, solo vine a decirte que JaeHyo quiere ver el boceto.

-HimChan, Si JaeHyo te utilizo como mensajero es porque hay dos  razones, ¿no lo crees?

-No me importa –contesto con desinterés jugando con un portalápices.  Pero SeokJin no se quedaría callado.

-La primera –comenzó–. Es porque tal vez no sirves de mucho en tu trabajo y lo único bueno que puedes hacer es dar mensajes o también está la opción de que, si JaeHyo no  ha visto es el boceto, es porque no está terminado.

HimChan pasó por el alto el comentario  ofensivo. Así  era siempre entre ellos dos,  siempre había comentarios despectivos, frases irónicas e indirectas obscenas. Siempre había sido así entre ellos, desde la primera vez que fueron presentados, desde el primer apretón de manos, desde  el primer cruce de palabras, simplemente chocaron, no se agradaron, solo paso que a SeokJin le irritaba la presencia de HimChan y a HimChan le molestaba todo de SeokJin.
Cuando coincidían en la misma habitación, la gente alrededor se tensaba y el ambiente se ponía pesado, porque las peleas  entre HimChan y SeokJin jamás eran físicas, eran verbales y ni siquiera eran peleas groseras ni directas, más bien eran comentarios dirigidos a la nada, para que escucharan indirectamente, volviendo el lugar incómodo y pesado, provocando que nadie quisiera meterse en medio porque sabían que si eso pasaba, la victima sería el interruptor de una pelea que no quería ser interrumpida y los pocos que se animaban a entrometerse directamente terminaban llorando por las palabras tan afiladas que soltaban, solo terminaba cuando cualquier amigo cercanos a cualquiera de ellos creía  que era suficiente y metía algún comentario indirecto. Ninguno de ellos se rebajaba a pelear, pero tampoco se dejaban humillar ni mucho menos que los molestasen sin dar batalla, una que por supuesto, ninguno estaba dispuesto a perder.

-Lo quiere para hoy, no te vayas sin entregarlo– dijo para salir de la habitación, no sin antes acomodarse el cabello al ver su reflejo en el cristal.

SeokJin bufo y dejo la pluma a un lado,  le echó un vistazo al boceto, estaba perfecto, el personaje tenía un rostro  adorable, con unos enormes ojos y una dulce sonrisa,  un largo cabello rosado y una apariencia inocente, con el pequeño vestido dorado ondeando ante un viento inexistente, los brazos colocados tras su espalda, en una posición adorable y sumisa, le hacían ver como una niña hermosa y pequeña, nadie podría sospechar que se transformaba en un Demonio. Aún faltaban  pequeños detalles como los destellos del vestido y los zapatos, el rubor en sus mejillas y las pequeñas alas. Pero en sí, sin esos detalles estaba tan perfecto que SeokJin  lo revisaría meticulosamente y talvez borraría algunas cosas para volver a empezarlas.  JaeHyo no era su jefe, no le podía exigir ver el boceto y mucho menos amenazarlo con no irse a casa,  ¡Y fue peor mandar a HimChan a sentenciarlo! SeokJin se preguntaba a quien le afectaba más irse a casa tarde,  si a él, quien solo tenía a su Erizo esperándolo o a JaeHyo, quien posiblemente tenía a su harem de mujeres a su disposición.

Tomo su celular y se acomodó mejor en su silla giratoria, ese sería un largo día.  

Aprovecho que tenía un momento libre  en su ocupado día laboral y llamo al número registrado en llamadas recientes, ignoro el sentimiento de decepción al darse cuenta que no recibía ni hacía muchas llamadas telefónicas, pues el número de la empresa seguía en los primeros tres lugares de las llamadas realizadas, por encima de este estaba su hermano y un número desconocido al que llamo por accidente hacía seis días.  El timbre estaba sonando al otro lado de la línea y después de seguir las instrucciones de una voz femenina para su problema en específico, le atendieron.

-Buenas tardes, le atiende Jeon JungKook, ¿Qué se le ofrece? –Soltó una voz cantarina y joven al otro lado de la línea.

-Buenas tardes cariño –contesto como usualmente le hablaba a los niños, era algo que no podía evitar, los niños y los jóvenes sacaban su lado patero– Soy Kim SeokJin, llame el viernes por un… extravió de tarjeta de crédito.

-Por supuesto, espere un momento – Antes de que Jin contestara, el silencio se hizo presente en la línea,  se recargo completamente en su silla y subió los pies a la mesa, entre el retrato de sus sobrinos y su juguete cabezón de Mario Bross.

-Buenas tardes, le atiende Kim NamJoon – SeokJin dio un respingo por la sorpresa y termino pateando a su amado cabezota, la voz cantarina y joven había sido sustituida por una gruesa y dura, Jin había olvidado por completo que NamJoon le dijo que lo atendería el mismo. 

 

La noche anterior, habían tenido una agradable conversación, una que se llevaba cuidadosamente, no paso más allá de los niños y del trabajo que era cuidarlos, a pesar de que era lo único que tenían en común y a pesar de que era de  lo último de lo que querían hablar, había resultado agradable y nada forzado, al final, terminaron en una competencia por ver que niño les había hecho algo peor, la cual gano NamJoon, cuando Hye le quemo el cabello.
Y después de talvez una hora SeokJin se despidió, con la cabeza hecha un lío, porque no comprendía como es que ese hombre término en aquella situación, SeokJin veía algo en él, un hombre no termina criando a una hija a tan corta edad y mucho menos solo,  tenía que haber una razón tras todo eso y el hecho de no saberlo le carcomía la cabeza. Pero  después de despedirse,  cuando finalmente estuvo solo  y con la cabeza despejada, SeokJin lo olvido, lo olvido apenas llego a la recepción, porque después  de todo no era nada importante para Jin, por eso su mente termino en el boceto que tenía que finalizar y se había olvidado del tema,  incluso de que NamJoon le dijo que le ayudaría con el asunto de su tarjeta.

-¡Hola NamJoon! –SeokJin decidió que lo mejor era fingir que lo recordaba, después de todo, él sí lo hizo– ¿Cómo estás?

-Bien–  sonaba desinteresado– ¿Qué es lo que necesitas?

-Una nueva tarjeta, ya sabes, mi sobrina quemo la mía –SeokJin no sabía si era buena idea recodarle la conversación que tuvieron el día anterior, después de todo, NamJoon lo estaba tratando como un cliente más, como si no lo conociera–. Y bueno, necesito una nueva, andar sin dinero no es precisamente divertido.  Hoy tuve que caminar al trabajo porque me quede sin gasolina, es muy ecológico pero muy cansado.

Al final, NamJoon no le siguió el juego,  más bien le pasó por alto sus comentarios, terminaron hablando de los datos personales de SeokJin, de cuánto dinero mantenía en la tarjeta anterior y  que podría recoger su nueva tarjeta dentro de tres días.  SeokJin no quiso intentar hablar más con él, así que se limitó a contestar todas sus preguntas, si a NamJoon no le interesaba a él menos, aunque no sabía porque le molestaba, ¿Qué esperaba? ¿Qué siguieran charlando sobre niños? ¿Qué Hye quemo también el baño?
 Con un gracias por parte de SeokJin y un “Estoy para servirle” en respuesta de NamJoon, la llamada termino.

SeokJin supuso, que con el fin de la llamada terminaba todo, aunque dudaba mucho que se pudiera terminar algo que ni siquiera él sabía que esperaba que empezara.

Martes, 1:15 p.m.
NamJoon.

 

NamJoon colgó el teléfono e iba a pasar los datos a plantilla para hacer el trámite cuando un duende de cabello naranja y un joven con cara de rata lo invadieron.

-Eso fue patético –le dijo JiMin intentando parecer serio, incluso llevaba los brazos cruzados, queriendo posiblemente intimidarlo mientras JungKook se ocultaba tras él, cosa inútil, pues le sacaba unos cuantos centímetros, aunque bueno, cualquier persona le sacaba centímetros a JiMin… Cualquier persona menos YoonGi, talvez.

-¿De qué hablas enano?

-¿Crees que soy idiota Hyung? –pregunto.

-Sí. –Confirmo.

-¡NamJoon Hyung! –JiMin golpeo el suelo infantilmente con  la planta del pie a la vez que hacía un puchero, NamJoon levanto sus brazos junto con las palmas de sus manos en manera de rendición. JungKook reía.

-Tú me preguntaste –. Se inclinó desinteresadamente de hombros y concentro su vista en la pantalla del ordenador.

-A lo que me refiero Hyung –JiMin controlo rápidamente su tono de voz, no quería que se dieran cuenta que le molesto el comentario del mayor y mucho menos que le molesto que al menor le hubiera causado gracia – Es que uno no le habla así a la persona que le gusta.

Las manos de NamJoon dejaron de presionar las teclas y sus dedos se quedaron quietos encima de estas, un escalofrió le recorrió la piel sintiendo casi como los vellos de su cuerpo se erizaban ante el incómodo comentario.  

-¿Qué tonterías estas diciendo Park? –pregunto rápidamente intentando disimular el shock mental que le causo.

-Por favor Hyung –comenzó el cabeza de zanahoria–. ¿Pedir una transferencia específica a tus pupilos?

-No son mis pupilos –se defendió.

-Y no incluso eso, si no que ¡nos deseaste un buen día!

-Tampoco hice eso.

-Si lo hiciste Hyung –se entrometió el menor, aún escondido tras JiMin

-Ni siquiera nos diriges la palabra a nosotros y de repente le hablas a todo el personal. –continuo, NamJoon quería atarlo con cinta adhesiva a una caja y meterlo en un barco hasta la Antártida, así talvez  se le borraría esa estúpida sonrisa de la cara –. Sin mencionar que ya conoces a “El cliente” 

-No entiendo a qué quieres llegar con esto – ¿Por qué NamJoon lo estaba escuchando en primer lugar? 

-¡Una persona no hace eso a menos que le interese ese cliente! –grito exasperado al mismo tiempo en que levantaba sus diminutas manos en puños, JungKook solo asentía desde el fondo –. Y cuando finalmente lo consigues, ¡lo tratas como un cliente! ¿Por qué tomarse tantas molestias si tan solo lo ibas a tratar como un cliente?

-Talvez porque es un cliente, ¿No? –contesto con obviedad, no podía creer que le estuviera siguiendo la conversación, debería de mandarlos a volar a ambos, cosa que nunca funcionaba con JiMin, pero sí lograba asustar lo suficiente a JungKook talvez se lo llevaría con él, pero en vez de hacer eso, NamJoon le sostuvo la mirada a JiMin se observaron un largo rato, lo estaba matando con la mirada.

-¡Hyung me vas a matar de un infarto! –Grito tan repentinamente, que NamJoon se pegó más al respaldo de su silla –Tengo 20 años y voy a morir por un infarto ocasionado por mi jefe y JungKook estás de testigo ¡JungKook! –Grito aún más fuerte, el nombrado se posiciono rápidamente a su lado–Asegúrate de que en mí lapida diga: Park JiMin amado y atractivo hombre, demasiado perfecto para este mundo, murió a causa de que su jefe pidió una transferencia de llamada.

-Pero JiMin–comenzó JungKook– Hyung me la pidió a mí…

-¡JungKook!–interrumpió

-Bien, lo anotare como recordatorio–Se rindió comenzando a sacar su celular para posiblemente anotarlo, NamJoon quería golpear su cabeza contra el escritorio. JungKook era bastante ingenuo, por eso le quitaban la ropa y lo metían al vestidor de chicas.

-Gracias JungKookie –comenzó JiMin con una voz tan suave como el terciopelo, el anaranjado en engancho al brazo de JungKook, quien sostenía su celular con ambas manos –Eres el mejor amigo.

La voz tan erótica que JiMin uso al decir eso, le revolvió el estómago a NamJoon y le erizo los  vellos a JungKook, de repente el ambiente se tornó sexual alrededor de ellos dos y NamJoon por primera vez no supo que hacer. JiMin era un… coqueto, solo porque NamJoon no quería utilizar un adjetivo que no fuera ofensivo para el chico, pues después de cada fin de semana, JiMin siempre llegaba a su cubículo chillando que había conocido a alguien ese fin de semana, alegando que era el amor de su vida y que era todo lo que buscaba en alguien, son embargo, los nombres que le decía cada lunes sin falta eran distintos cada semana, ninguno logro quedar graba en la memoria de NamJoon en parte porque no le interesaba y en parte porque JiMin jamás lo volvía a mencionar, así que era sencillo adivinar que JiMin estaba tras los enormes dientes de JungKook, quien era demasiado ingenuo para darse cuenta.

-De nada JiMinnie –dijo normalmente. JungKook guardo su celular en el bolsillo del pantalón, pero JiMin no le soltó el brazo. NamJoon  se aclaró la garganta, era cierto que le gustaba el silencio para trabajar, pero no de esa manera.

-¡Cierto! –Volvió a decir exasperado, aventó el brazo de JungKook lejos y lo señalo –Tu Hyung, eres… eres…–se acercó peligrosamente a él con el dedo extendido, lo tenía demasiado cerca de su nariz.

-Cálmate cabeza de calabaza –dijo quitando su dedo de su nariz de un manotazo –No tengo porque darte explicaciones, Park, así que váyanse.

-Hyung, ¡solo queremos ayudarte! –JungKook asintió tras él.

-¡No necesito su ayuda niños! Así que por favor, solo vayan a hacer su trabajo.

JiMin volvió a su posición del principio, cerrando los puños a su costado y frunciendo los labios, posiblemente tragándose las palabras que quería decir, pero NamJoon no le hizo caso, le habían quitado bastante tiempo ese día y NamJoon no estaba dispuesto a quedarse más tiempo del necesario, antes de dar el asunto por cerrado se dirigió a ambos chicos.

-Cinco por arriba del limité chicos.

-¡Qué! –dijeron al mismo tiempo.

-Lo que escucharon, ahora, si quieren irse a casa temprano deben de comenzar.

-¡Pero Hyung!

NamJoon los ignoro y se dedicó a su trabajo.  NamJoon trato a SeokJin como un cliente más porque eso era, no tenía por qué tratarlo de manera diferente, solo le estaba dando una mano en agradecimiento, era lo único que podía hacer, no quería involucrarse más con él, no le agradaba conocer gente nueva ya que no la necesitaba. Y a pesar de que SeokJin  intento sacarle conversación, NamJoon lo ignoro totalmente, ya se lo estaba agradeciendo al adelantar el proceso de su nueva tarjeta, ¿Por qué intentaba hablarle?   

Mejor dicho, ¿Por qué todos se empeñaban en hablarle si era impasible con los demás?

 

 

 

 

Martes, 1:00 p.m.
JungKook.

 

-¡JIMIN! –grito en cuanto hubo pasado la llamada.

-¡Qué! –el pelinaranja aventó los documentos que traía en las manos y se agacho a recogerlos descaradamente, procurando que el menor viera su trasero hasta  que JungKook hablo. 

-¡He pasado la llamada!

JiMin arrojo los documentos que ya había levantado y olvido su intento de seducir al menor y ambos salieron corriendo al cubículo de NamJoon.

 

Los días pasaron para gusto de NamJoon, demasiado tranquilos, le había avisado a HoSeok temprano por la mañana que Hye había vuelto y no tenían nada de qué preocuparse, HoSeok le dijo que le haría saber a TaeHyung y después de eso NamJoon ya no supo nada más.  Estaba acostumbrado a hablar con ellos al menos tres veces por semana solo para terminar visitándolos los sábados, pero después de esa llamada NamJoon no quiso volver a llamarles y tampoco contesto las de ellos, no estaba enojado, sabía que fue un accidente y TaeHyung daría su propia vida antes de lastimar o perder a Hye, pero NamJoon no podía evitar sentirse desanimado por la situación, no tenía ánimos de lidiar con ellos, cosa que provocaba que Hye estuviera triste, ella no entendía porque su papá no le hablaba de sus tíos y NamJoon no podía explicarle porque.

Había hablado con ella por la mañana, la pequeña le dijo que solo vio algo que llamo su atención mientras TaeHyung se abrochaba las agujetas de los tenis y para cuando ella se dio cuenta, se encontró siguiendo cinco cosas diferentes a lo largo del camino y para cuando se dio cuenta ya estaba afuera del lugar, pero lejos de asustarse, se quedó viendo fuera de los aparadores hasta que SunHee la encontró.

NamJoon tuvo una seria charla con ella durante el transcurso a la guardería, repitiéndole hasta el cansancio que no se debe de separar de la persona con la que iba, que no debe de ir tras nada lindo, que siempre sujetara de la mano a su adulto encargado, que no le hablara a extraños y después de un montón de cosas más, finalmente le dijo que tenía que disculparse con su tío TaeHyung, Hye quedo encantada en cuanto el nombre de su tío salió de la boca de su padre.  

Y a pesar de que Hye no entendía él porque se tenía que disculpar con su tío, lo haría solo para poder verlo otra vez, por lo que ella no tenía inconvenientes con eso, eso le hizo entender a NamJoon que el del problema, era él.

 

 

Viernes, 6:20 p.m.
NamJoon.

 

-Pero yo quiero quedarme con mis tíos –dijo llevándose una papa frita a la boca.

-Ya te dije que no es posible Gir –contesto imitando la acción de la más pequeña.

Estaba cenando en el local de siempre, NamJoon había pasado por ella a la guardería y la había llevado al parque, en donde corrieron, saltaron y caminaron, haciendo las rutinas que a NamJoon se le iban ocurriendo conforme ella iba terminando y cuando NamJoon lo considero suficiente pararon y en poco tiempo, ya estaban ambos sentados con sus órdenes en la mesa mientras hacían casas de patatas.

-¡Pero no quiero ir hoy contigo! –Grito– ¡Quiero ir con tío Tae, quiero  ir con tío Tae, quiero ir con tío Tae!

Todos en el local les echaron una mirada, algunos los observaban fijamente, otros solo volteaban al ser el típico berrinche de una niña.

-Hye… Hye, escúchame –NamJoon intento calmarla por la buena manera.

-¡No! –Grito golpeando la mesa– ¡No quiero, no quiero, no quiero! ¡Quiero ir a casa de mis tíos!

-¡Basta! –Su voz sonó demasiado seria como para el gusto de su hija. NamJoon no estaba enojado, realmente NamJoon había desarrollado una paciencia infinita, pero eso no significaba que dejaba pasar esas situaciones –Kim Hye, detente ahora mismo –la más pequeña detuvo todo sonido y movimiento, dejando solo a la vista un puchero –Basta Hye. Lamento que tengas que acompañarme pero  no puedo dejarte en casa de tus tíos, ¿entendiste?

Hye miro a su padre, estaba demasiado molesta por que su padre no quería hacer lo que ella decía y en parte asustada por la actitud que tomo hacía, pocas veces su papá la regañaba y Hye no quería seguir metiéndose en problemas.

-Dije, ¿entendiste? –repitió.

La más pequeña asintió y se dedicó a terminar su comida. NamJoon la observo, mientras comía, a él se le había quitado el apetito y no precisamente por regañarla. Le molestaba tener que arrastrarla a todo eso y lo peor era tener que regañarla cuando no quería hacerlo, porque ella tenía todo el derecho a quejarse y no querer acompañarlo y él no estaba en posición de regañarla para nada ¡Y aun así lo hacía!  Como si la culpable fuera ella, como si ella estuviera haciendo algo malo.

Metió las manos entre su cabeza, sintiendo como el sentimiento de culpa comenzaba a florecer en su interior.

 

 

Viernes, 6:45 p.m.
NamJoon.

 

Estaba en problemas, joder que estaba metido en un gran lio.

-¡Papá mira esos colores! –dijo la más pequeña estirando el pantalón de su padre al ver los colores rojo y azul centellando al otro lado de la calle.

NamJoon estaba apuntó de contestarle cuando su celular vibro.

 

Número Desconocido.

NamJoon, hay policías investigando el lugar, ten precaución.

 

¡Y ahora se lo decían! NamJoon no podía darse el lujo de perder días,  en ninguno de sus trabajos, el cumpleaños de Hye estaba cerca y el fin de mes también.  Necesitaba pensar en algo… ¡Y porque diablos la policía estaba investigando el lugar!  

NamJoon no podía entrar con Hye,  ¿Qué diría si lo detenían?  “Hola, soy Kim NamJoon, trabajo en la barra de aquí… ¿Esta niña? ¡Es mi hija! La traigo todos los fines de semana porque soy un asco de padre, la cuidan las bailarinas, oigan, ¿pueden encender la sirena? A ella le encantaría” Sí, seguramente lo entenderían muy bien.

Y entonces todo tuvo sentido y el terror se apodero de NamJoon, ¿Y si alguien lo había visto entrar con ella? ¿Y si lo denunciaron? ¿Iban por él? ¿Se la iban a quitar?

-¡Ya viste! –Continuo, siendo demasiado pequeña como para entender que policías en un lugar, implicaban malas noticias–¡Son muy bonitas!

-Si cariño, muy bonitas, si –dijo con desinterés, acomodándola protectoramente tras él.

Estaba en peligro, su trabajo estaba del otro lado de la calle, lleno de policías investigando quien sabe qué y su turno comenzaba en 15 minutos y no había recibido la notificación de que ese día no habría servicio, talvez era una trampa, para que entrara y lo atraparan allá adentro.  ¿Qué podría hacer en esa situación?

¡Llamar a YoonGi!  No tenía su número.

¡Llamar a HoSeok! Se tardaría demasiado en llegar.

¡Llamar a su Hermana! Él no tenía hermana.

-¿Papá que pasa? –Pregunto la más pequeña tirando de su pantalón– ¿No vamos a entrar?

El rubio reacciono del trance en el que no sabía que había entrado y  comenzó a moverse, deslizo la mochila que llevaba cargada y se la posición en el pecho, saco los auriculares y el iPod, los conecto, puso el reproductor y se agacho.

-Escucha cariño, te pondré esto ¿Esta bien? –espero a que esta asintiera y cuando lo hizo prosiguió– Bien, no quiero que te los quites hasta que yo te lo diga.

Con un asentimiento más de cabeza NamJoon le coloco los auriculares en las pequeñas orejas y le tendió el aparato en el que ella enfoco su vista para cambiar de canción.
Apoyando sus manos sobre sus rodillas, se levantó lentamente,  le había estado doliendo la espalda en las últimas semanas junto con las rodillas ¡Y apenas tenía 24 años!

-¿Qué estás haciendo?

-¡Diablos!–NamJoon dio tres pasos hacía tras ante la repentina voz.

-¿Te asuste? –comento el más pequeño con un atisbo de sonrisa en  sus labios.

-No, para nada. Así saludo ahora.

-Ah, bien, déjame decirte que no se pondrá de moda.

NamJoon no le discutió, jamás se había sentido tan feliz por verlo.

-¡YoonGi! –Exclamo tomando al más pequeño por los hombros, sacudiéndolo descuidadamente al hablar– ¡Qué está pasando! ¿Por qué esta la policía afuera? ¿Me delataron? ¿La mafia lo organiza? ¿Venden órganos y no nos dijeron? ¿Vienen por mí para llevarme a la cárcel? ¿Vienen por Hye? ¡YoonGi háblame! ¡Porque no me contestas!

YoonGi empujo al más alto descuidadamente y se acomodó la camisa, allí de donde NamJoon lo había tomado. NamJoon sabía que YoonGi era de esos tipos que no les importaba lo que demás pensaran de él, pero para ser ese tipo de hombre, se vestía extraordinariamente bien, si NamJoon tenía algo que envidiarle sería su estilo y por eso mismo NamJoon creyó que lo mataría por arruinar su ropa… O talvez por tocarlo a él.

-Cálmate idiota –YoonGi bajo la vista, la niña de NamJoon traía audífonos puestos y parecía ajena a lo que pasaba fuera de la pantalla. YoonGi podía usar el vocabulario que le saliera en gana –Están aquí porque se están asegurando de que aquí trabajo.

 NamJoon sintió como si le quitaran un peso de encima, al menos ahora sabía que no estaban ahí por él.

-Bueno, menos mal, creí que... Espera, que demo… YoonGi, ¿Por qué te están investigando? –El   bajito se estaba mirando deliberadamente las uñas, NamJoon no tenía que bajar la cabeza cuando hablaba con YoonGi, pero si tenía que bajar la vista para poder verlo a los ojos.

-Por nada importante –dijo tranquilamente –Solo se están asegurando el perímetro de casa a este lugar.

-¿Y están haciendo eso por…?

-Porque quieren tenerme la cena lista para cuando llegue a casa.

-Vaya, que amables hombres, ¿puedes decirles que toquen la sirena para Hye? –NamJoon posiciono la mano en la cabeza de su hija, quien ni se inmuto por el contacto de su padre.

-¿Estas de joda? –Pregunto– ¿O solo eres imbécil?

-Oye, si no me lo quieres decir–Se encogió de hombros –Es tu problema.

-Como sea –contesto rodando los ojos–me voy a casa.

-¿No entraras al turno? –NamJoon sintió su cuerpo tensarse, otro fin de semana de estar en la barra le provocaría torticolis, pero lo usaría a su favor. Si algo había aprendido NamJoon en su estatus como padre, era en encontrar soluciones rápidas –Olvídalo, YoonGi, necesito un favor.

YoonGi finalmente bajo la mano que estaba observando y miro al más alto. Él y NamJoon no tenían esa clase de relación, la única razón porque la que YoonGi le hablaba era porque compartían la barra juntos tres días por semana, no le desagradaba, pero tampoco le agradaba, solo lo toleraba y sabía que era igual por parte del más grande, se veía que era igual de reservado que él, incluso peor y YoonGi solo tenía que bajar la vista para darse  cuenta del porque era así. Que le pidiera un favor le resultaba interesante.

-Es tu culpa que la policía este aquí y no pueda meter a Hye…

-¿Quién demonios es Hye? –interrumpió. Ahora fue el turno de NamJoon de mirarlo como si fuera estúpido.

-¿Ves a esta niña de aquí? –NamJoon la señalo con el pulgar –Por supuesto que la ves, si esta de tu tamaño.

YoonGi afilo más  la mirada, pero eso no detuvo a NamJoon, no confiaba en YoonGi, apenas y dejaba que TaeHyung la cuidara –Y vaya que esa confianza se había quebrantado– pero NamJoon no tenía tiempo ni para ir a dejarla con sus tíos ni mucho menos para llamarlos, necesitaba entrar al turno y YoonGi era su última esperanza.

-Déjame ver si te entiendo–Se acercó lentamente hacía NamJoon, levantando el dedo índice para hablar –Quieres que yo, un casi desconocido para ti y para tu hija la cuide ¿No es así?

-Sí.

-NamJoon, ¿ves a esas patrullas de allá atrás? –YoonGi se hizo a un lado para dejarle ver los autos, que realmente no era necesario, NamJoon las podía ver perfectamente sobre encima de YoonGi –Sé que no es secreto que estuve en detenido, así que sé que lo sabes.

-¿Acabas de salir de la cárcel y te escoltaron hasta acá? –pregunto, sabía por dónde iba YoonGi y tenía razón, no le podía confiar de esa manera a su hija.

-Estoy bajo arresto domiciliario por matar a cinco infantes, robar su ropa y mandar sus entrañas por correo –dijo finalmente.

-¿Y?

-¿Cómo qué Y? Soy un desalmado asesino de niños, no querrás dejarla conmigo.

-YoonGi, si estás aquí es porque no asesinaste a nadie –comenzó– o cualquier cosa que hayas hecho no fue tan grave y si  fueras un pedófilo violador no me lo estarías advirtiendo.

-¿Qué es un filo volador papá? –dijo una vocecilla bajo ellos.

-¡Hye te dije que no te quitaras lo  auriculares hasta que te lo digiera! –sin dejarla volver a preguntar, le coloco los audífonos de nuevo en los oídos y de paso  las manos sobre estos para que no se los volviera a quitar –En fin, YoonGi por favor.

-No. ¿Qué te hace pensar que no soy muy bueno encubriendo mis crímenes?

-¿Qué te hace pensar que no puedo cruzar la calle y decirle a esos hombres que me acabas de confesar tus fechorías?

-¿Qué me evita a mí  a decirles lo que haces con ella?

Se quedaron viendo unos segundos, no queriendo ceder.

-¿A quién crees que le ira peor? ¿A mí que no puedo pagar una niñera… O a ti que eres un “asesino serial”?

-¡Señor YoonGi! –Gritaron tras ellos, YoonGi abrió mucho los ojos y se posiciono rápidamente a lado de NamJoon, era un oficial de policía. –Tenemos todo listo, ahora solo debemos de ir a su casa para poner todo en marcha… ¿Quién es él? Sabe que no puede comunicarse con nadie.

 

-Lo lamento señor, vengo a cubrir a YoonGi –contesto NamJoon rápidamente –quedamos en vernos aquí para que cuidara a mi hija.

-¿Es cierto eso Min? –pregunto con voz seria, NamJoon miro a YoonGi, tenía curiosidad sobre la situación.

-Sí, señor, así es.

-Bien, tiene cinco minutos,  después lo llevaremos a casa.

NamJoon quito las manos de los oídos de su hija y le quito los audífonos rápidamente y se agacho nuevamente para quedar a su altura.

-Bien, Hye –comenzó rápidamente a la vez que guardaba las cosas en la mochila– ¿Recuerdas que querías ir con tus tíos hoy?

-¡Sí! –contesto felizmente, saltando sobre la punta de los pies.

-Pues bueno, no se podrá.

-Ay –detuvo cualquier movimiento corporal y un puchero de tristeza se formó en su rostro.

-Pero, te iras con Tío YoonGi –dijo con una alegría que no sentía y señalo al hombre que estaba observando su celular.

-¿El señor que tiene cabeza brócoli? –pregunto inocentemente, NamJoon rio ante la inocente comparación de la verdura y el cabello verde de YoonGi.

-Sabes que –comenzó YoonGi caminando hacia la patrulla– Creo que me declarare culpable.

-No, ¡YoonGi!

-¡Tío YoonGi! –grito ella y el hombre pequeño se detuvo a medio camino.

NamJoon sonrió victorioso y preparo mentalmente a su hija, sabía que YoonGi no era un tipo malo, pero se notaba que era el tipo de hombre que no le gustaban los niños, NamJoon no podía esperar a que su hija le contara que fue lo que hizo al nuevo miembro de la familia.

 

 

Viernes, 7:45 p.m.
HoSeok.

-¿Una fiesta? –pregunto desconcertado.

-Aja –continuo de manera desinteresada– De bienvenida.

-¿Bienvenida a quién?  

-¡A Hye tonto! –continuo.

-¿A dónde se fue? ¡Auch! Tae no muerdas.

-Sabes a lo que me refiero, así hacer las  paces con Nam, ver a Hye y conocer a quien la trajo a casa, quiero agradecérselo personalmente.

-¿Y cómo sabrás quien la llevo? NamJoon no te lo dirá.

-No, pero a ti sí y tú me lo dirás a mí.

-Bah, olvidemos eso por ahora y mejor abre las piernas para darle la bienvenida a mi pe…

-¡HoSeok!

Notas finales:

¡No me odien tanto! Como dije ya estoy casi libre y creo que podre actualizar más seguido.

Me han dicho que esto va muy lento conforme al NamJin y me encanta el personaje de YoonGi, así que no se si les gustaría un capitulo en donde YoonGi lidia con Hye, ya saben, en cómo sería con ella y todo, me encantaría que me lo digieran.

Siento que se me está pasando algo importante por decir, pero  no lo recuerdo, así que ahí muere.

¡Nos leemos después!


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