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Blue: Cruel intentions por ritsuka10

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YongGuk ingreso por la puerta principal de su mansión después que un taxi del aeropuerto lo dejará, eran las dos de la mañana, el vuelo se había retrasado un par de horas. Sube por las escaleras sin llamar la atención, no estaba de humor para soportar las preguntas de su mayordomo principal. Al entrar a su dormitorio  lo primero que hizo fue caminar hacia el pasillo que lo llevaría a la recamara de su omega. Agradecia que Kim no lo invitara a su departamento, no estaba de humor para seguir conversando con él, ya suficiente fue complacerlo en su tonto capricho de una cena en la playa, eso le debería de bastar.

Encendió la luz al percatarse que no había una figura durmiendo sobre la cama, arrugó la frente. Zelo no tenía permitido dormir fuera de esa recamara, apretó los dientes para dirigirse al baño, cuarto también vacío.

Un peso se posaba sobre sus hombros, fue al closet buscando la ropa del chico, todo estaba ahí, los zapatos comprados recientemente, ropa interior intacta descansaba dentro de los cajones, no existía un solo rastro de que faltara algo, más que el dueño del cuarto. YongGuk comprendió que el omega no había dormido ese fin de semana en casa, por eso salió para hacer resonar su voz por toda la mansión, estaba sediento por respuestas.

 

—¿Donde diablos esta Zelo?.—Las paredes retumbaron, un mayordomo que estaba en pijama hizo acto de presencia saliendo exaltado de su habitación, él también acaba de llegar en la tarde con el menor de los Bang.— ¿Quiero que despiertes a todos?  Busca al omega.

 

El mayordomo dio un paso hacia atrás, nunca en el pasado el alfa actuó de una forma tan violenta, corrió hacia las habitaciones de los empleados para encontrar respuestas, se percató que a su espalda iba el amo . YongGuk escucho de los labios de los empleados que la última vez que vieron al omega fue el sábado a mediodía cuando volvió de pasear, entonces ingresó a su habitación sin volver hacer acto de presencia.

Zelo generalmente cuando el alfa o DaeHyun no estaban en casa se escondía en su habitación, como era autónomo, él mismo se preparaba de comer por eso pocas veces molestaba al resto de los empleados. El dueño de la mansión pasó la mano por encima de su cabello para despeinar las hebras negras estaba cansado por el viaje.  La única persona que podía saber sobre el paradero del omega era el amante de su hermano.



YoungJae despertó a causa de golpes estampandose contra su puerta. DaeHyun ya estaba de pie para meterse en sus pantalones y decidido atender al intruso que estaba apunto de tirar el pedazo de madera.  Sin previo aviso YongGuk  arrinconó al beta, lo golpeo con ambas manos en el pecho. En los ojos del hombre se observaba la rabia inyectada en sus globos oculares, sus manos temblaban, era como un adicto a la heroína buscando a su camello que esa tarde no apareció a la cita acordada.

 

—Te ordeno decirme donde esta el omega. — Le gritó con profunda voz, pasando su antebrazo sobre el cuello, presiono  fuertemente.—Quiero su ubicación, ahora.

 

—No lo sé.—Contestó levantando la barbilla, lo miraba de frente, no le temía, a diferencia de YoungJae al beta no le aterraba la violencia física, no huía ya que era bueno con los puños.— Llegue esta tarde, tu hermano puede constatar eso.

 

DaeHyun llevó la vista a YoungJae, quien trataba de separarlos, el menor de los alfa asintió ante la frase para corroborar que era verdad. El beta le comentó que fue con unos amigos a Busan, le envio fotos de la reunión, paseando por la playa, por lo tanto no estuvo ese fin de semana en Seúl. YongGuk escucho la justificación de su hermano, alegaba que su pareja desconocía donde el estúpido omega había escapado.

 

—Sé que mientes. —El alfa no desistiera de su agarre, olía la mentira creada para tapar el escape, solo ese beta conocía los métodos para salir de la mansión sin ser detectado.— Cuando averigue la verdad, tú pagarás muy caro tu insolencia.

 

—Comprueba que miento. —Lo desafío soltándose del agarre, lo retaba con la mirada, acto de rebeldía que irritó al mayor. — Para ti será sencillo de encontrar a Zelo .—Le indico colocándose a un lado de YoungJae,  el CEO daba un paso hacia atrás para salir por la umbral, le dio la espalda a la pareja. ¡Claro! ¿ Si Zelo es su nombre real?

 

La pregunta fue lanzada al aire, con claro objetivo de atacar. DaeHyun dibujo una burlona sonrisa que el mayor captó, esa mueca hizo hervir la sangre. YongGuk caía en cuenta que desconocía el verdadero nombre del omega, nunca lo investigó debido a que no lo creyó necesario, ni cuestionó sobre el  pasado o apellidos de ese intruso. Se suponía que la estancia del omega en esa mansión era transitoria y fugaz, no tenía razón de formar más vínculos de los necesarios.

 

 

 

El alfa nuevamente emprendió el andar con paso firme  para dirigirse a la habitación del fugitivo. En aquellas cuatro paredes YongGuk registro el interior de los muebles con brusquedad, a tal grado de casi arrancar las puertas de los muebles,  buscaba los papeles que avalan la compra de “Zelo”. Era el único nombre pintado en un desgastado, viejo formato, era el único papel que garantiza la “compra” de un ser humano. Faltaba fecha de nacimientos, domicilio o nombre real del chico. Simplemente figuraban los hombres de los compradores y del vendedor pero no identifica a la mercancía.

 

El alfa arremetió contra los objetos sobre el tocador, espejos, cremas, cajas fueron a dar al piso, ¿Donde diablos podía estar el omega?  no sabía nada sobre él, ¿si tenía amigos? ¿Si conocía a alguien fuera de esa mansión?  nuevamente despeinó su cabello, saco los cajones de las cómodas, buscaba desesperadamente objetos personales, fotos, papeles, pateo las prendas, destrozó cada objeto que se encontró interfiriendo su camino.

 

—Conocía los puntos ciegos de las cámaras.—La zona de guerra fue interrumpida por BaekHyun que miraba asombrado, en ningún segundo antes aquel intachable alfa perdió la cordura.—La mansión es enorme será complicado averiguar qué ruta siguió.

 

—No me importa que todo el personal no duerma pero quiero saber como logro escapar.— Su mirada se dirigio al beta, quien tembló por ese brillo crecimiento en los orbes.— Muévete.

 

El beta salió haciendo una reverencia. YongGuk enfoco su mirada en aquella cama, en el caos a sus pies, sus manos formaron un puño, era uno de los hombres más poderosos de Asia y no tenía la menor idea donde estaba ese omega. Quedaba como un estúpido  cazador engañado por la presa.

 

YongGuk, como todas las mañanas se arreglaba frente al espejo, de reojo observaba al omega doblar las prendas dentro de una maleta, esa mañana solo usaba una camisa negra que le cubría hasta los muslos, sus piernas eran largas, el tono simulaba a los copos de nieve, torneadas, suaves como la superficie de un melocotón. El alfa se giró para alcanzar al chico y de un brusco movimiento lo tiró sobre la cama, sin importarle arrugar su traje se posó sobre él, dedos quedaron plasmados sobre esos muslos.

 

—Hueles delicioso.— Comentó conteniendo el aliento, acercó sus dientes a la clavícula, dejando una pequeña marca roja, sumergió su fosa nasal en la piel, su cuerpo se acomodaba en medio de las piernas, sus manos subían hasta llegar a la cadera, comprobaba que no usaba ropa interior.— Cuando vuelva quiero que uses la lencería que compré.

 

Labios se estamparon en el largo cuello, mordieron algunas zonas. El omega levantaba la cadera para rozar la entrepierna con la del mayor, se restregaba con sensualidad, era su forma sútil de seducir. Las manos soltaron el cuerpo, el alfa amenazaba con irse por esa razón Zelo de un rápido movimiento lo sujetó por el cuello, sin pedir permiso lo beso, un intercambio inusual en ellos.

El alfa le tenía prohibido los besos sin una autorización,. Zelo introdujo su lengua, se aferró a esa espalda desesperadamente tratando de mantenerlo el mayor tiempo posible en sus brazos. Se aferraba de él como si desde el interior le gritara que no se fuera, se quedará para siempre a su lado.

YongGuk contesto a la muestra con la misma intensidad, la emoción lo embargaba, la falta de aire los separó, sus mirdad se cruzaron, entonces el mayor con los dedos separó el cabello cubriendo uno de esos brillantes ojos, le dio una dulce caricia antes de separarse, una tierna y cargada de cariño. Zelo se dejó caer sobre la cama mirando al techo.

Bang cerró su maleta, la tomo para caminar hacia la salida, antes de cerrar la puerta dejo un fajo de billetes sobre la cómoda, y sin despedirse cerró,  no se atrevió dirigirle al omega una última mirada de consuelo.

 

 

El alfa tomó una silla de madera delante de él para lanzarla en el aire, la pieza terminó  por estamparse en uno de los espejos, piezas volaron por en todas direcciones, esa muestra de violencia física no calmó la rabia, sino la incito a despertarse, las sábanas  fueron a dar al suelo, la lámpara sobre una cómodo se estampo con la pared. El hombre desató su resentimiento hacia la realidad con una verdadera muestra violenta de lo que su fisonomía era capaz de hacer. Maldijo el nombre de ese omega,  lo llamó con voz ahogada de ira, hasta las ventanas terminaron sufriendo daños. Por primera vez el intachable YongGuk Bang no podía controlar su cuerpo, ni sus emociones.



 

 



HimChan besaba apasionadamente la base del cuello del chico sentado en su regazo, la pareja se encontraba mirando una película en la sala del penthouse. El diseñador pasó la mañana descansado del viaje de regreso tan repentino, se había molestado con su prometido por no esperar a volver el lunes temprano. Él necesitaba dormir sus ocho horas o se ponía de un pésimo humor. A medio día fue a la oficina atender una reunión, volvió temprano a casa a comer con el omega y ahora se encontraban disfrutando un maratón de una serie.

 

—Mmm, !Ahh!.—El chico gimió abriendo mas sus piernas, bajo la mirada a sus pantalones, una fiesta se celebraba en esa zona. HimChan lo masturbaba por debajo de la ropa.— Fue buena idea no usar ropa interior,

 

El alfa dibujó una mediana sonrisa para asentir a la afirmación, le parecía bastante erótica la desinhibición que mostraba su joven amante ante sus lujuriosas proposiciones.  Los blancos dedos del Diseñador Kim, ingresaban en la entrada del chico,la otra mano masturbaba la hombría. JongUp trataba de enfocar su vista en la televisor de plasma de 44 pulgadas, seguir el hilo de la historia pero su cuerpo se retorcia como ente independiente, su respiración se volvía más pesada, excitaba con sensuales impulsos aquella hombría golpeando su trasero.

 

—Parece que me extrañaste.—Susurró con sensualidad golpeando con su fresco aliento la oreja izquierda. Su propia erección rozaba descaradamente aquellos firmes glúteos. —Yo también te deseaba.

 

Him soltó a su presa, el omega se puso de pie y admiró la forma que un erguido miembro salía orgulloso por los pantalones, se hincó para acercar su boca.  El alfa abrió las piernas para disfrutar de las lamidas. Le gustaba esa posición, le fascinaba poder dominar a alguien. Por primera vez el alfa disfrutaba del poder de controlar a las personas, fue educado para seguir órdenes de su prometido, ser dependiente de alguien.

YongGuk dirigía su relación, escribía las líneas de los diálogos, concretaba el horario a seguir, especificaba que giró tomaban sus encuentros sexuales, su agenda social era planeada por sus caprichos, HimChan no tenía voz,ni voto. Era un simple adorno que se presume en los eventos sociales. Siempre odio que por ser un alfa fértil se le tratara como una incubadora viviente.

Aquella boca rodeando su hombría lo llevaban al cielo, llevo sus manos a ese rubio cabello con tintes casi platinados, lo obligo a tragar toda la longitud, presionaba con fuerza, su punta tocaba casa la campanilla del menor, echó la cabeza hacia atrás para terminar gimiendo y corriendose.

 

—Tragalo todo. —Girtço casi violento, le asustaba en ese personaja que se volvía con  el chico, sus ojos se cruzaron la embrujante mirada.—Jóder, eres tan perfecto. —Lo levantó para obligarlo a sentarse en su regazo. —Eres mío.

 

Devero desesperadamente esa boca, no le importó también probar su propia semilla en esa cavidad bucal, lo deseaba como un adicto ruega por su próxima dosis.  JongUp era suyo, a él lo podía dominar, someterlo  a sus caprichos, besarlo cuando le daba la gana, tocarlo, hacerle el amor no porque ciclo de celo lo exigiera sino por gusto. Le gustaba ser quien llevará la batuta, ser el penetrador, estar arriba, besar, morder, dejar miles, cientos de marcas tatuadas en la piel. Era un adolescente descubriendo su propia sexualidad. El poder enerva los corazones y envicia las mentes,  HimChan ya lo había probado, no estaba dispuesto a dejarlo ir.

 

 




Habían pasado 24 horas de la “desaparición” de Zelo, mejor dicho, desde que YongGuk se percató de su ausencia. El alfa estaba de un pésimo humor, decido contratar a un investigador privado para saber el paradero, pero el profesional le recalco que sin el nombre del omega la búsqueda llevaría un largo tiempo. Primero debía averiguar el pasado del chico, su origen, Familia y después cómo huyó. Con el dinero suficiente en efectivo, pasos bien planeados le tomaría por lo menos un mes descubrir el sendero tomado por el omega.

 

El hombre miró la ciudad por la ventana de su oficina, era dueño de casi toda Asia y no podía a encontrar a un simple chico. Por mas que recordaba el tiempo que pasó con él, no podía obtener información tangible de su existencia. Cerraba los ojos entonces se dibujaban los rasgos físicos, la cicatriz en la ceja derecha, el orificio de un percing en la nariz y orejas. La suave piel blanca, el tatuaje en el vientre, los lunares del cuello, espalda, su forma de pestañear repetidas veces en un minuto. Tenía presente los rasgos físicos, las manías pero desconocía si tenía amigos, si poseía una Familia antes de ser vendido en el burdel, era increíble que ni siquiera conociera su verdadero nombre o edad. Los recuerdos lo ahogaban en una desesperación que ni el cigarro calmaba.

 

El CEO pego su frente en el vidrio, debía haber otra manera de saber dónde estaba el chico, entonces recordó las palabras del amante de su hermano, ese tipo debía ayudarle a encontrar la solución. El beta llevaba suficiente tiempo en la mansión para saber los puntos ciegos de las cámaras, él era astuto e inteligente para idear una ruta de escape sin dejar rastro. Caminó hacia su escritorio donde levantó el teléfono, le solicitó agendar una reunión urgente con su hermano.







DaeHyun miraba asombrado al sujeto delante de èl, se puso de pie para abrir sus brazos y darle un beso a su amante, eran las 3 de la tarde, por primera vez YoungJae llegaba tan temprano a casa desde que se volvió director. Su alegría aumentó al sentir que su muestra de cariño era contestada con efusividad, dejó caer la pala de jardinería para rodear con los brazos la figura. La falta de aire separó a los efusivos amantes. Se miraron a los ojos, entonces el beta entendió la presencia.

 

—Debes decirme donde esta el omega, por favor DaeHyun.—La palabras salieron como un ruego ahogado.—Dime su nombre.—El chico posó las manos en el pecho del mayor.—Tú le ayudaste a escapar ¿Verdad?.

 

El beta dio un paso hacia atrás liberando a su preocupado amante, su rostro dibujaba una genuina ansia por una positiva respuesta. Sospechaba que YongGuk lo presionaba para saber la verdad, rasco su cabello dudoso de que contestar. YoungJae lo giró para levantar los brazos y sujetarlo por el rostro. YongGuk lo amenazo con decirle al beta sobre la fiesta de presentación, que su padre ya le buscaba marido.  

 

—Por favor. —Volvió a suplicar el chico, era la primera vez que el beta notaba tan preocupado a su pareja, su hermano debe presionar o amenazar con algo terrible para que Jae doblegara su orgullo. —¿A dondé fue el chico?

 

—No lo sé.—Mintió magistralmente, retrasaría lo inevitable por el mayor tiempo posible.—Acepto que le dije cómo salir de la casa sin ser detectado por las cámaras pero él me dijo que solo quería ir a ver a unos amigos.—Guardó entre sus manos las del menor.—Tú hermano es un bastardo que enfurece si se enteraba que Zelo dormía fuera de la casa pero nunca sospeche que escaparía.  —Dio besos regados en esa piel morena.— Yo también estoy sorprendido.

 

El alfa se quedó mirando esos hermosos orbes cafés tratando de descubrir que parte de la historia era falsa y cuál sección verdadera. El chico mentía lo detectaba en ese tic en el destello de sus ojo izquierdo, pero nunca le diría nada, conocía lo fiel que era a sus amigos. Admiraba esa fuerza de voluntad y esa fidelidad a sus creencias.

El beta tenía sus razones para apoyar la huida, de hecho YoungJae estaba feliz de que el omega no estuviera ahí, dejó escapar un suspiro, besos los labios gruesos de su amante para liberarlo de su abrazo. Del bolsillo sacó su móvil para marcarle a su hermano.

 

YongGuk escuchaba atentamente el informe completo de su hermano menor, golpeó la superficie del escritorio con el puño cerrado. La furia invadió su cuerpo por eso se puso de pie. Aquel bastardo no diría nada, lamentablemente el alfa tampoco estaba dispuesto a lastimar a su hermano menor, así que ese camino de búsqueda era un callejón sin salida, su única esperanza era el investigador privado. Antes de finalizar la llamada le solicitó el nombre completo del beta, quizá el chico usaría sus recursos para ayudar al omega.

 

—Jung DaeHyun.—Deletreo el chico mirando de reojo a su amante moverse al escuchar su nombre.— ¿Sobre el trato?

 

—Evitaré que nuestro padre envíe información a casa sobre las entrevistas matrimoniales. —Contestó el hombre dejando escapar el aire de sus pulmones.—No puedes tapar el Sol con un dedo, Jae solo es cuestión de tiempo.

 

El mencionado dio las gracias para despedirse. Era consciente que su felicidad era una efímera fantasía que poco a poco se transformaba en una aterradora realidad. YoungJae guardó su móvil para girarse y recargar su frente en el firme pecho de su amante quien estaba a su espalda. DaeHyun abrazo al chico, esperaba que YongGuk no fuera una bestia que se atreviera a lastimar a su hermano, aunque por la reacción de YoungJae, parecía que el mayor se daba por vencido por esa vía de investigación. Rogaba porque Zelo llegará a su destino con bien, que Guk lo encontrara hasta que el embarazo fuera imposible de revertir, no tenía la menor idea de lo que el destino les deparaba pero quería pasar el mayor tiempo posible con la persona que amaba tanto.











YongGuk se movía irregularmente entre las sábanas de su cama, llevo la vista al techo tratando de contar las ovejas suficientes para conciliar el sueño, un par de semanas sin poder dormir lo agotaban a tal grado de dejarlo sin fuerza. El investigador no avanzaba al ritmo que deseaba, cada vez que llegaba a una fuente confiable se convertía a un callejón sin salida. ”Zelo” fue vendido por el amante de su madre, un beta adicto a la heroína que al verse metido en problemas terminó engañando al chico para venderlo en un burdel de mala muerte. La madre del jovencito, una alfa proveniente de una familia caída en desgracia había muerto un par de años antes, el detonante para que aquel agradable beta, su vecino se volviera adicto a drogas recreativas.

 

El sujeto salió de su cama para deambular a lo largo de la habitación, ahora conocía el verdadero nombre del omega. JunHong Choi, sus labio se movieron al repetir el nombre que en su cabeza deambulaba. Se encontraba sumergido en los recuerdos de los meses vividos con el chico,  se sentía como un basura tirada al piso por alguien que lo uso, le enfermaba esa sensación, lo dejaba sin aliento. Era doloroso, y mas que nada vergonzoso pero admitió que extraña aquel aroma a vainilla inundando sus fosas nasales, en lo más profundo de su alma rogaba poder volver a ver una vez más a Jun.

 

 

 

Notas finales:

MUCHAS GRACIAS POR SUS REVIEWS!! Los leo todo yt les estoy agradecida por sus palabras, gracias por su apoyo, gracias por ser tan amable conmigo, muchas gracias y saben que las aprecio mucho!! espero les guste el cap!


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