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Blue: Cruel intentions por ritsuka10

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El auto BMW serie 7 2016  color negro se detuvo delante de un edificio con enormes vitrales, las prendas más trending de la temporada se mostraban en esteticos maniquíes. Un elegante hombre en un entallado traje azul descendió del auto, sin mucho ruido ingreso al establecimiento,  conocía a la perfección la distribución del  lugar. Los empleados solo inclinaron la cabeza al observar que pasaba delantes de ellos, era extraño que el alfa visitará a su prometido en su negocio.

 

YongGuk había peleado una semana antes con HimChan, situación nueva en su relación ya que no era regular en ellos pelear por pequeñeces. El CEO se encontraba de un pésimo humor, había pasado un mes más desde la desaparición de JunHong.  No era capaz de dormir tranquilamente en las noches, su concentración era pésima, su tiempo se disolvía en navegar en los recuerdos del rostro de ese omega desaparecido. Extrañaba aquellos labios rosas sobre los suyos, la cálida suave piel en las noches, añoraba con detener el invierno en su habitación y volver a la dulce primavera como cuando lo tuvo en sus brazos.

 

Su estabilidad emocional se veía empañada ante la falta de Jun, por ello las peleas con Him se volvieron más intensas, le era imposible esconder su estrés en vacías sonrisas. Los prometidos discutían por cualquier detalle, el diseñador cada vez era más autónomo, más liberal y no se conformaba con una respuesta estándar, peleaba por ser tomado en cuenta.  Bang no soportaba la nueva personalidad de su amado, su elevada autoestima le molestaba además no quería estar con él en ese momento, quería emprender la búsqueda por sus propios medios, por fin encontrar JunHong.

Aunque Bang seguía inseguro de qué acciones tomaría al encontrarlo ¿para que lo buscaba? ¿Por Qué no lo dejaba ir? para acallar sus remordimientos se excusaba diciendo que simplemente era una venganza. Nadie dejaba Bang YongGuk, nadie lo abandonaba, su orgullo y vanidad eran las afectadas ¿verdad? por ello no soportaba la idea de ser relajado. Él era el alfa que articulaba la última palabra.



 

 

El taller personal de HimChan se encontraba en el sótano del establecimiento, en un rincón al fondo del pasillo una entrada se dibujaba. El diseñador era el único en conocer la clave de acceso a su mundo, donde telas, dibujos, muebles vintage rodeaban su centro de creación. El alfa observó a su modelo favorito. JongUp estaba sentado sobre un banco verificando algunas telas para el nueva colección, levantó la mirada al sentir una penetrantes ojos sobre su figura, dibujo una mediana sonrisa.

 

El hombre mayor dejo unas cosas sobre la mesa de confección para caminar en dirección al chico, se acomodó entre sus piernas y sin previo aviso lo sujeto de la barbilla, introdujo la lengua hasta casi tocar la garganta, devoró los labios como un hambriento, sus manos se posaron en la cintura. EL omega soltó los objetos para aferrarse de esa espalda, le fascinaban esos segundos, ambos individuos pasaban las 24 horas juntos, cada uno haciendo actividades profesionales pero poseían horas y minutos para ellos, para sus muestras de “cariño” y deseo.

 

La falta de aire detuvo el intercambio efusivo de cariño, entonces HimChan enfoco su vista en una superficie lisa detrás del omega, era los restos de un espejo. Ahí se dibujaba una figura, el semblante era serio, usaba un traje azul entonces recordó que otra persona además de él conocía la contraseña para abrir la puerta que llevaba a su taller. Soltó a su presa para girarse y encontrar a su prometido bajo el umbral con una mueca de seriedad y decepción dibujada. Su pulso sanguíneo se helo al notar que el hombre sacaba una cajetilla de cigarros de su bolsillo, su semblante serio, esa seca mueca lo aterrorizo.

 

—¿Qué sucede HimChan? .—Cuestionó el omega jalando el brazo del mayor, el sujeto estaba más blanco de lo normal.— ¿Es un socio?

 

YongGuk encendió el cigarro en su boca para emitir una burlona sonrisa al escuchar las preguntas escapando por los labios del extraño, ahora comprendía la elevada autoestima impregnada en la personalidad de su prometido. HimChan trago en seco al mirar la fría aura desprendiendo de la figura, a Guk no le afectaría la presencia del amante sino el hecho de que le mintiera, aborrecía  que las personas le escondieron eventos importantes que pudieran causar directamente problemas a sus planes.

 

—No niño estúpido, no soy su socio.—El humo escapaba de las fosas nasales del hombre, que mascullaba las palabras de forma despectiva.—Soy su prometido y futuro esposo.— Una equivalencia mueca se dibujó en sus labios al notar el cambio de semblante.— ¿Channie no vas a presentarme a tu juguete temporal?

 

JongUp se enfado por el sobre nombre, por el tono usado para dirigirse a él, como si fuera una clase de retrasado, saltó fuera de su lugar para interponerse entre el intruso y HimChan, quien seguía en shock. El omega estaba seguro que ese sujeto mentía, quizá era un acosador, un bastardo orgulloso en  conquistar a su adorado Him. Él era quien tenía una conexión con el alfa, él era su actual y único compañero,  hasta ese momento era quien cargaba el puesto de pareja.

 

—Mientes.—Gritó el chico de cabellos plateados caminando para enfrentar al hombre que continuaba fumando.— Tú eres nada.—Lo enfrentó mirándolo a los ojos.—Yo soy quien tiene una conexión con él.

 

Se giró para mostrar la mordida detrás en su nuca, una vieja cicatriz de dientes. La mueca de burla en Bang desapareció, no le agradaba saber que sobre su cabeza descansaba los cuernos de un alce, odiaba que le mintieran o lo engañaran. HimChan le debía plena sumisión por ser un alfa fértil, su deber era obedecer, ser un hermoso trofeo de caza que pueda presumir en fiestas .

 

—Salté JongUp.—Intervino el diseñador por primera vez al notar como Bang estaba a minutos de sujetar a Up por el cuello.— Quiero que me dejes a solas. .—El omega dudoso por seguir las palabras levantó la mirada.—Es una orden.

 

El rostro del omega se contrajo por ese orgulloso tono usado en una frase imperativa. Nunca en el pasado el alfa le había hablado en se tono o usado esa frase que solo esclavistas usan  para controlar a su mercancía. Caminó hacia la salida pero no se alejó de la habitación, se quedó recargado en la pared del pasillo dispuesto a escuchar la discusión. YongGuk volvió  a emitir una regular sonrisa. Le parecía interesante que el alfa formará un lazo pero no estaba dispuesto a avalar acto de rebeldía.

 

—Quiero que deshagas la conexión y dejes al omega.—No fue una sugerencia sino una orden, no estaba de humor para pelear, sinceramente le parecía sorpresivo el engaño, pero no lo destrozaba.— Se suponía que somos prometidos, serás la madre de mis hijos y no quiero que te mezcles con esa sucia casta.

 

—No soy uno de tus sirvientes, no haré lo que me pides.—Le enfrenta el diseñador, levantó la barbilla orgulloso.— No dejaré al omega si no haces lo mismo.— Su semblante se endureció, era tiempo de gritar sus frustraciones.— Sé que también formaste un lazo con un sucio omega.

 

Los amantes se miraron a la cara, eran orgullosos, con tendencias a mantener el poder en sus manos sobre su propia conciencia. HimChan tenía claro su objetivo, volver a poner el apellido Kim como referencia en la alta sociedad coreana, YongGuk a seguir siendo el personaje idóneo para ocupar el lugar de su padre. HimChan era más un recurso que un compañero. La afinidad sexual y ligaduras emocionales quedaban en segundo término para su relación, eran demasiado calcaludadores para dejarse llevar por los sentimientos.

 

—¿Tu capricho fue provocado por la sed  venganza contra mi desliz?.— Le cuestionó levantando la ceja, dejó caer el cigarro al piso, con la punta del zapato lo presiono.— Nunca te creí con las agallas para desafiarme.—El hombre se acercó a su prometido, lo sujetó por la barbilla, se dibujó en esos orbes cafès.— Luces hermoso.

 

Acercó sus labios a esa boca. Un rey no se siente imponente doblegando la esencia de su pueblo débil, solo los cobardes se sienten vigorosos ante la debilidad, los conquistadores como Guk sienten un terrible placer al dominar enemigos imponentes, doblegar a los robles, ahí radica la fuerza del clan Bang. Las piernas de HimChan se aflojaron, esa cambio de actitud lo desarmo, esperaba una riña, un berrinche, un castigo, no una auténtica muestra de seducción, sus aliento se mezcló con el del mayor.

 

—He dejado al omega hace un par de meses, me aburrí de él.—,Mintió descaradamente acercando su boca a la oreja del chico.— Es tu turno de abandonar a tu pequeña animal de venganza.

 

HimChan se quedó sin aliento al sentir esos labios sobre los suyos, ahora todo había terminado, con una simple orden el omega mayor controlaba la situación, porque ese alfa no era un militar buscando guerra en la primer provocación sino era un estratega que se prepara para ganar una pelea mayor. YongGuk no se volvió loco, no tuvo celos, simplemente le dio la respuesta a un problema, había dejado a su aventura, los planes del compromiso nunca se vieron en peligro.

 

JongUp formó un puño con su mano traba ad reunir toda su ira en un solo punto. Era verdad esos dos alfas estaban comprometidos, y él, él solo fue el objeto de venganza de un amante resentido que busca desesperadamente castigar un engaño hacia su propia vanidad. Fue el objeto de un estúpida venganza, no fue el destino, ni su relación era secuencia  de capítulos pertenecientes a un cuento de hadas. HimChan simplemente lo eligió al azar con el objetivo de lastimar a su futuro esposo. Camino hacia las escaleras, necesitaba aire fresco en sus pulmones para diluir la rabia creciendo en su pecho, fue usado por un ser sin escrúpulos, uso palabras dulces para esconder sus terribles intenciones.

Para ese alfa, el omega era una pieza de juegos, un peón una partida de ajedrez contra su prometido.  Hubiese deseado mil veces que le hablara de frente, escupirle la verdad en lugar de endulzar sus oídos con  falsas promesas de un amor inexistente.

 

YongGuk dejó a un mudo alfa pero antes de salir porel umbral le surgió la duda de quien lo había traicionado, quién fue el soplón que le contó sobre su affair con Jun  a sus amante.  Se giró para volver acercarse a su prometido.

 

—¿Quien te dijo sobre Jun?.—Le preguntó frecuentemente entrecerrando los ojos, era la primera vez que decía el nombre del omega en voz alta.—Contesta.

 

—JB.— Fue lo único que escapó de los labios de un sorprendido alfa, era raro que Guk le diera nombre a un omega más en su lista, regularmente los llama por su casta sin notar individualidades.—ÉL me dijo que tenías un omega en casa.

 

HimChan observó como la espalda del sujeto se alejaba, no pudo enfrentarlo, en ese momento se comportó como un perro hogareño castigado y mandado al patio por error que no cometió. Su mano formó un puño se acercó a un maniquí para tirarlo de un limpio golpe, fue un estúpido, un débil personaje que aspiraba a una elegante venganza pero terminó siendo la parodia de un drama cliché. Fue incapaz de defender su postura ante un desalmado personaje.



 

 



YoungJae manejaba su propio automóvil, presionaba el acelerador hasta el fondo, una llamada de un minuto por parte de su hermano destrozó sus sueños, sus fantasías. Nuestras decisiones tienen consecuencias y debemos enfrentarlas. Él deliberadamente le encomendó a su asistente JB esparcir la situación  a Himchan sobre el omega viviendo con Bang. EL menor de los Bang estaba cansado de ese sucio chico vagando por la mansión, celoso de su cercanía a DaeHyun. Le destrozaba saber que pasaba más tiempo con ese chico que con él. Los celos lo cegaron a tal grado de no entender la magnitud de su error, no muerdas la mano de quien te alimenta.

 

El sonido de bocinas llegaron a sus oídos debido a que rompía las reglas de tránsito al rebasar autos, no le importaba debía llegar a casa antes de que su hermano ejecutar su venganza, aunque sospechaba que era tarde.

 

“—Debes aprender a no traicionar a la Familia,  hermano.—La grave voz de YongGuk resonó por al auricular.—Nunca intervine en tu vida sexual y debiste respetar mi privacidad.— Un chasquido de lengua se logró cruzar por la línea.—Date prisa para que el beta no lea la correspondencia.

 

YoungJae cometió un grave error de aprendiz, no se debe morder la mano que te da cobijo, auxilio y salvaguarda tu espalda cuando quieres tener un romance con un beta.  En su momento de ira tomó una decisión importante, ahora la tormenta tocaba a su puerta sin estar preparado para enfrentarla.





DaeHyun revisaba los documentos dejados sobre el césped por el mayordoma de la mansión. BaekHyun simplemente soltó  un par de carpetas frente a un  chico que arrancaba las hierba de unos rosales, sin ninguna palabra  se alejó. La curiosidad mato al gato y el instinto felino del beta se despertó para abrir las carpetas. Las hojas  eran los currículos de varios alfas, mostraban sus fortalezas, el árbol genealógico, fotos, crecimiento próximo de sus empresas, entre otras cosas.

Lo que captó la atención del beta fueron las anotaciones hechas con un lapicero rojo.  Notas sobre los chicos. “Uno de mis favoritos”, “Tiene compatibilidad con mi carrera”, “Mayor sería su tercer matrimonio”, “Ideal para fortalecer nuestra empresa en esa área”, descubrió que la caligrafía era la de su amante.  YoungJae era el autor de los comentarios.

 

Las palabras usadas eran análiticas, objetivas, como si buscara a un semental para mejorar la raza de caballos, un candidato idóneo para aumentar la fortuna Bang. Aquellas anotaciones despertaron un profundo asco y decepción en su interior. Arranco las hojas de los folders para hacerlas bolas y lanzarlas al piso, debía ser una mentira, su pequeño ángel no se había convertido en su padre.  DaeHyun pasó los últimos años a lado del alfa para evitar que se  convirtiera en una imitación del patriarca del clan Bang.




YoungJae ingresaba por la habitación para encontrarse con un chico guardando algunas prendas en una mochila, era claro que tomó una decisión después de leer cada una de las notas. El besta estaba decidido a irse de esa mansión, no tenía sentido continuar con una farsa, una mentira que eminentemente llegaba s u final. El alfa detuvo los movimientos de su amante se sujeto por su espalda para rogarle detenerse, pero el chico de cabellos violetas actuó violentamente lanzandolo lejos.

 

—No YoungJae.—Le dijo girando para enfrentarlo, tenía un límite y aunque algunos lo dudan contaba con algo de dignidad.—No seré tu asqueroso amante cuando te cases, no cuidare de ti embarazado de otro.— Llevo los ojos al vientre del pelinegro, quien dio un pie hacia atrás.— No seré el espectador en tu glamurosa vida Familiar.

 

El alfa trago en seco para nuevamente ponerse en el camino del beta, lo sujetó del brazo tratando de quitarle la maleta, las acciones eran tontas, innecesarias porque ya no existían razones para que ese personaje mantuvieran viva una historia que tiempo atrás ya había entrado en cancelación. Era injusto el solo hacer  una falsa esperanza, promesas de citas irreales, porque él no daría un paso atrás, no iría en contra de su padre.

 

—Te amo.— Gritó el menor aferrándose al dorso, sujetándolo con tal fuerza que casi deja sin aire al mayor.—Te amo, por favor no te vayas.

 

El rostro de DaeHyun se contrajo, añoraba esas palabras hace tiempo, eras el comando secreto que el alfa usaba para mantener las cadenas sobre su cuello y manos.  El alfa lo amaba de eso nunca dudaría ni un solo segundo, pero el estandarte del “amor” no tenía validez en un mundo que se divide a base  raíces biológicas, donde tu naturaleza es quien dicta si serás feliz o no. El beta estaba harto de palabras huecas escapando por esos egoístas labios, lo sujeto de la barbilla, lo beso dulcemente como la primera vez. Cerró los ojos disfrutando la íntima caricias, al término los abrió para observar la profundidad de los orbes cafés.

 

—Eres un bastardo egoísta.—Le masculló acariciando las mejillas, observando las facciones finas de esa perfecta muñeca de porcelana.— No puedes ir contra tu naturaleza, dejas que tu padre te manipule porque es lo que deseas.— Beso la frente, ingresó sus manos por esos brazos para rodearlo con fuerza.— Por favor díme la verdad, ¿Porqué me invitaste a quedarme en esta mansión?

 

Lagrimas escapaban por cuencas del beta, trataba de mantener los sollozos a raya, mirar a Jae, tenerlo entre sus brazos, con un recuento rápido se percató de una terrible verdad, había desperdiciado los últimos años de su vida en un inexistente futuro. El alfa nunca tuvo la ilusión de estar juntos. DaeHyun Jung solo fue el muñeco de consolación de un niño rico, un caprichoso manipulador que trato de estirar su fantasía hasta los límites establecidos por su padre.

 

—No te vayas, quédate conmigo.— Volvió a suplicar, clavando las uñas en la ropa, aquella rutina era nueva para un personaje que nunca antes hizo súplicas.—Te amo.

 

YoungJae siempre tuvo la visión clara del fin de esa historia de “amor” con el beta, muy en lo profundo d sabía que terminaría siendo abandonado, dejado atrás, nunca tuvo la intención de enfrentarse a su padre, ni pelear por ese ¿Amor?. Estaba obsesionado por DaeHyun, lo necesitaba como el oxígeno es esencial pero no quería perder su estatus, ni vivir relajado por su Familia. En un inicio para el alfa ese chico de cabellos violetas fue un “hermosa piedra en sus zapatos”.  Por qué los Bang no pueden darse el placer de sentir amor, ni cariño por otros seres humanos. Ellos están destinados a gobernar el mundo.

 

El beta noto que el agarre era aflojado, lo liberaba de la jaula de piel. El alfa se soltó para dar un paso a un lado, no seguir interfiriendo en el camino, ya no rogaría por un imposible. Esa huida la tenia esperando por años.YoungJae fue un tonto al creer en las fantasías de un imposible, probó la miel de lo prohibido pero solo debía degustar por un tiempo para después olvidarse del sabor.

 

—Ahora entiendo porque nunca quisiste formar un lazo conmigo.— El sabor dulce del dolor se convertía en hiel amargo de cargado de decepción.—Espero te encuentren un buen semental para que des crías pura sangre.

 

Las últimas palabras fueron dichas con un tono sombrío, vengativo, atributo que el alfa desconocía del beta. YoungJae se giró para darle la espalda a la huida, porque no tenía la fuerza suficiente para ver el escape. Pasaron los minutos hasta que por fin la figura en la habitación terminó por desplomarse. Los sollozos se volvieron un murmuro amargo rondando por cada rincón de esa zona en la mansión. Por esos minutos YoungJae deseaba dejar de ser un alfa perteneciente a una Familia de gran tradición  y ser simplemente un amante perdiendo a su pareja.

 

 



YongGuk miraba con tranquilidad el mensaje recién arribado a su bandeja de entrada, ahora que el beta se había ido tenía otra vía para descubrir dónde se encontraba el omega. Una malévola sonrisa se dibujó en su rostro,  no se sentía cómodo de haber sido el causante del rompimiento de su hermano con el beta, pero era inevitable la separación. YoungJae nunca tendría el valor para oponerse a su padre y tampoco parecía muy animado de oponerse a su destino.  

 

Saco la cajetilla de una cara marca de cigarros del primer cajón del escritorio, últimamente se había vuelto fiel aquel desagradable hábito. Llevó sus ojos a la mariposa clavada dentro de un pequeño cuadro de cristal, ahora sabía que haría cuando encontrara al omega, encendió el tubo de cáncer puesto entre sus labios. Ese mocoso nunca volvería a ser la luz del Sol, lo encerrará en una hermosa jaula de oro.  Usaría el deseo por la libertad para someterlo, aplastará su ilusiones, ese  malcriado omega aprendería a respetarlo y nunca abandonarlo.

 

El hombre se puso de pie absorbiendo los químicos del cigarro hasta que llegaran a sus pulmones. YoungJae había pagado su traición, no tardaría en volver a marcarle las riendas a HimChan para recordarle que era solo él quien daba las pautas para su  relación. Estaba cansado de que lo pisotearan no tocaría el corazón para volver el río a su causal original.

 

 

 

Notas finales:

Espero les guste el capitulo, gracias or sus reviews, muchas gracias por sus palabras.


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