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Blue: Cruel intentions por ritsuka10

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En una anticuada cafetería, con estilo occidental  en un barrio olvidado de la ciudad de Kagoshima, al sur de Japón. Un chico de cabellos negros dejaba sobre la mesa un par de tazas de café, los clientes, dos hombres de mayor edad agradecieron el gesto. El mesero volvió a la barra donde una mujer con mirada maternal le regalaba una sonrisa, otra persona sentada a un lado llevó la mano a un hinchado vientre para acariciarlo. El mesero se sonrojo por tales muestras de cariño, desde que llegó a esa pequeño pueblo fue tratado con cariño y respeto.

 

—Debes descansar o tus pies se van a volver a hinchar.— Una de las mujeres comentaba para salir detrás de la barra y sentarse a un lado de otra mujer de mayor edad.—  Llevas toda la mañana sirviendo.

 

El omega se sentía abrumado por la lista de cuidados que recibía por las personas en aquel barrio. Llegó a un pequeño pueblo de pescadores, que se encontraba al Sur de Japón por la zona de Kagoshima. El nombre del pequeño barrio no figuraba en un los mapas digitales. La mayoría de la población eran mayores de 40 años, personajes retirados que no deseaban abandonar el pueblo donde crecieron. El sitio continuaba vivo debido a una pequeña empresa familiar. El nombre de DaeHyun era ampliamente conocido en se punto tan lejano, él fue quie inició la minúscula empresa, que era sostén de tal olvidado lugar. Los habitantes recibieron a JunHong con los brazos abiertos cuando dijo que el bebé era del héroe local por lo tanto todos lo cuidaban.

 

—No quiero sentirme como un inútil.— Comentó con una mediana sonrisa para fijar su vista en esas dos amable mujeres, dueñas del único restaurante Familiar en ese poblado.—Desde que llegué he subido mucho de peso.

 

Ambas  mujeres dejaron escapar una carcajada para continuar conversando. El omega vivía en una casa, la cual pertenecía a su “prometido”, tuvo que mentir al decirle al resto que DaeHyun no podía volver al pueblo por cuestiones de trabajo pero que el Jun tuvo un par de intentos de aborto, por lo tanto el medico le recomendo ir a una zona alejada del bullicio de las grandes ciudades.  Por lo tanto el joven asistía regularmente al médico para llevar un riguroso registro de su estado, su salud como el del bebé era perfecto pero no podía estar sin hacer nada por ello se ofreció ayudar en los diferentes establecimientos. Las dueñas del restaurante Familiar aceptaron entiendo su aburrimiento aunque casi no lo dejaban hacer nada.

 

El omega se veía así mismo como el protagonista de un cuento de hadas,  se sentía  pleno, vivo, disfrutar la libertad, decidir su camino y futuro eran los regalos más grandes de la existencia, mucho tiempo fue privado de su libertad. El niño en su vientre no solo le daba fuerza para continuar sino también ese sitio tan escondido le enseñaba que había vida después de caos, la tormenta puede golpear con fuerza pero es pasajera y Sol sale más fuerte a la mañana siguiente

 

Esos meses le ayudaron a recuperar su propia identidad, recordó vivir para él, aspiro a tener sueños personales, ese no era un mal sitio para criar un hijo, quizá cuando tuviera más valentía regresaría  a una ciudad poblada para que su hijo tuviera más oportunidades, pero por el momento ese hermoso pueblo escondido era un refugio seguro.  No le importaba volver a ver a YongGuk. Para él esa era su nueva vida, una hoja blanca lista para ser escrita. El personaje de Bang no figuraba como elemento importante, ni siquiera como un tema recurrente. Estaba seguro que el alfa seguía su vida, además él solo fue uno más en la lista de de mercancía comprada.  No lo recorda y todos los días cuando se despertaba con el olor sal agradeció olvidar los rasgos de ese hombre.Ya no odiaba a Bang, simplemente dejó de tener sentimientos por él.



 




HimChan después de verse solo en aquel sótano y con un nudo en la garganta volvió a su oficina.  Ahí se encontró a su pareja “amorosa” inmerso en la lectura de varios documentos, su semblante era serio, actitud general en él al momento de concentrarse en el trabajo. El omega detuvo su lectura al sentir una nueva figura, se giró para regalarle una mediana sonrisa. Esa mueca trajo algo de paz en la conciencia de HimChan, quien caminaba decidido hacer frente, claro que no terminaría la conexión pero debía ser honesto con el omega. Ya fue suficiente de mentiras y tratar de tapar el cielo con un dedo, aceptaba que fue un manipulador, escondió la verdad. Aclaró la garganta para soltar el monólogo creado en su cabeza después de que Bang se fuera.

 

— JongUp debemos hablar sobre el invitado de hace rato.— El pelinegro indicó acercando sus manos al cuerpo del menor y ponerlas sobre los hombros y captar su atención.—  Ese hombre es mi …

— Tu prometido, lo sé.— Interrumpió el omega con un gesto despreocupado, hasta una sonrisa parecía formarse entre los labios.—  Lo entiendo, él será tu esposo y padre de tus hijos.—  La frialdad usada en las palabras del menor congelaron la sangre del alfa.—  Yo soy tu amante omega, entiendo mi lugar así que no debes preocuparte.

 

Llevo los labios para callar al mayor, deposito un casto beso dibujando una sonrisa, pero no era brillante y honesta como las anteriores, era una mueca practicada para ocultar las verdaderas intenciones. El alfa trato de continuar con la íntima caricia, profundiza en el beso pero el omega, como un ávido gato, supo zafarse de la situación para alejarse. Aquel acto despertó las alarmas internas del diseñador, algo en  su compañero era distinto, ese no era su dulce y amable amante que noches anteriores no se cansaba de besarlo, decirle palabras dulces con pizcas de vulgaridades para excitarlo.

JongUp dio un paso hacia atrás aún no estaba preparado para fingir, nunca fue bueno mintiendo.

 

— Tienes una junta importante y vas tarde.— Se excusó para sentarse sobre el borde del escritorio, usaba toda su fuerza de voluntad para no perder el encanto.—  Nos vemos en casa.

 

HimChan asintió para llevar a su mirada a la espalda del omega que desaparecía tras una puerta de madera, sin otro adiós que unas secas palabras escapando de unos inertes labios, las sonrisas, los gestos melosos desaparecieron. Dolía, algo dentro de su cuerpo se rompió por eso llevo la mano al pecho.

JongUp llevaba una carpeta escondida bajo la ropa, usaría el conocimiento y la mentira creada por el alfa para cimentarse un nuevo futuro, si HimChan lo usaba como la arma perfecta  para vengarse de su prometido, él también podría pagarle con la misma moneda. En esa empresa de modas se había creado una falsa documentación, acreditando a JongUp como un beta con la cualidades perfectas para trabajar en cualquier empresa como asistente personal.

 

Esa tarde llevaría su currículum algunas empresas, de bajo perfil, se labrará un camino como personaje independiente. Lentamente iría formando su plan B, ese que usaría cuando el alfa se aburriera de él, ese momento donde HimChan siga los pasos de su cuento de hadas. Era bueno ideando planes secundarios cuando sus expectativas cambian de manera brusca, su cabeza era fría aunque no logrará soportar su corazón, dolía, realmente le lastimaba la verdad detrás de las dulces palabras de ese mentiroso. Si le hubiese sido honesto desde el comienzo, quizá él hubiera generado falsas expectativas de un romance.

 

 

 



YoungJae caminaba por los pasillos de un elegante edificio con arquitectura europea,  apresaba sus dedos hechos un puño, levantaba la barbilla orgulloso. Apretaba de vez en cuanto los párpados impidiendo que lágrimas escaparan de sus ojos. Era humillante si llorara por una estupidez tan pequeña. La navidad no debía representar un evento crucial para una Familia asiática de alfas, para ellos no existía la connotación religiosa. Por mil y una razones era imposible poder sentirse solo o triste.

 

El alfa se detuvo para abrir la puerta, entonces se percató que su mano temblaba. Su padre tenía razón al recalcar continuamente su debilidad, ¿porque se ponía en ese estado? ¿porque le lastimaba no regresar a Corea en las vacaciones de navidad? Esa mañana llamo a su padre para cuestionar sobre su boleto de avión para volver a casar. El hombre le dijo que esa temporada de invierno la pasará en el Instituto,  en ese país, como mejor eligiera pero no tenía caso que volviera a casa debido a que nadie lo esperaba. El señor Bang esa navidad tenía planeado viajar a una isla con su amante en turno, los gemelos Bang visitaron Francia, Natasha estaba de paseo con amigos por la Isla Jeju mientras que su otro hermano compartiría los eventos sociales con la Familia de su novia.  En la vida de los integrantes Clan Bang no existía cabida para el menor.

 

Cuando la puerta se cerró el chico de cabellos negros se apresuró a correr hasta acostarse sobre su cama, se aferró a su almohada cerrando los ojos. Era un alfa, debía aprender a estar solo, de hecho debería idear una forma de trabajar o hacer algo productivo esos días festivos, una manera de atraer la atención de su padre hacia su persona para que viera que no era el eslabón débil del clan.

El sonido de la puerta nuevamente abriéndose interrumpió  el silencio dentro de la habitació. El alfa de pronto percibió  un peso extra sobre su espalda, conocía quien era la persona que lo abrazaba fuertemente, colocando su rostro en el cuello,  esa loción  inundaba sus fosas nasales,  fue un regalo de cumpleaños para el beta.

 

— Yo tampoco iré a casa por navidad, es muy caro el vuelo para solo estar  pocos días.— Susurró al oído dándole un beso en la nuca.— Nos quedaremos juntos, tu eres mi mejor amigo y le persona que mas amo en el mundo.

 

El alfa se quedo sin palabras, simplemente se hizo a un lado para dejar que el chico se recostó completamente sobre la cama. Entonces ahí él acomodó su rostro sobre el fuerte pecho, dejó que por primera vez aquellos brazos lo rodearon, lo estrecharon con fuerza, llevó sus pequeños labios a la mejilla morena para dejar un beso, después otro, y así consecutivamente hasta llegar a la boca.

DaeHyun había escuchado a su compañero de cuarto discutir con su padre sobre volver a casa, le pareció desalmada la respuesta, aunque nada nuevo en el señor Bang, por ello decidió llamar a sus abuelos y avisarles que esa navidad la pasaría en Europa con un amigo especial.

"

 

 

YoungJae siempre supo que esa tarde el beta mintió, pero esa era parte importante del encanto de su mante, amarlo sobre todas las cosas. El alfa nunca se sintió especial de niño, con hermanos tan sobresalientes. Nunca creyó que las personas lo amaran por méritos propios, él no era nadie, no era más hermoso que Natasha, ni más astuto que YoungWoon, ni mucho menos inteligente y rebelde como los gemelos. YoungJae siempre fue el más pequeño, indefenso y transparente de los Bang. Nadie le prestaba atención hasta que llegó ese beta, quien lo hizo sentirse especial, único, que lo amaba sin reserva, quien juraba nunca abandonarlo.

 

 

YoungJae levantó la vista al escuchar como la puerta de su oficina se abría sin un golpe de aviso, no le gustaba que ingresaran a  su despacho sin antes anunciar la presencia. Con la frente fruncida se puso de pie  para enfrentar al intruso, pero su valentía se esfumó al descubrir la identidad del extraño. El hombre rodeo el escritorio para sujetarlo por los hombros, ahí delante de él se encontraba su padre, quien sin decir palabra estampo los labios en su mejilla derecha.

 

— He venido a invitarte a cenar.—  El hombre posó su mano en la cintura del chico, evadía de manera agresiva el espacio personal del pelinegro.—  ¿Por Qué tan sorprendido? .— Acercó sus labios al oído, el aliento fresco golpeó la piel canela.—  Debo admitir que me has dejado impresionado con la reunión en Jeju, quiero que seamos más cercanos.

 

El hombre rodeo con ambos brazos la figura del menor. YoungJae cerró los ojos para depositar la frente sobre el firme pecho del mayor, en ese instante en su vida se sentía tan solo, tan abandonado. YongGuk lo obligó a dejar la mansión, su amante desapareció sin dejar rastro, trato de llamarlo pero el número así como todas las redes sociales del joven fueron dadas de bajas.  Era su culpa, su castigo por haber jugado con los sentimientos del beta pero nunca se había dando cuenta lo solo que estaba y lo dependiente que se volvió a tener a su lado un ser humano que le brindara algo de calor a su fría existencia.

 

El alfa mayor evoco una malvada sonrisa al sentir ese tenso cuerpo descansar en su pecho, lo sostuvo con firmeza. Usando toda su voluntad se mantuvo al margen de actuar de forma grosera o de acosarlo, sumergió su nariz en el arco del cuello para embriagarse de ese aroma a té verde. Depués de la últia reunión el patriarca del Clan Bnag trazó un plan detallado para cumplir su más vulgar fantasía. Sujeto por la barbilla al chico para que sus ojos se cruzaran, por primera vez le dio un gesto cariñoso, era una sonrisa de apoyo.

 

— ¿Te agrada verme? .— EL menor asintió, sus mejillas se sonrojaron, acto que elevó el calor en las venas del mayor.—  De hoy en adelante yo cuidaré de ti.

 

SeungHyun era un habilidoso conquistador, siempre obtuvo al amante que se propusiera, nunca importó sexo, religión o casta para él cada amante fue un reto, ese era su hobby especial, cazar los especímenes más extraños y coleccionarlos. Gracias a su informante especial supo que su hijo menor abandonó a su amante beta, fue sacado de la mansión de YongGuk, se encontraba en un momento vulnerable. YoungJae siempre fue un individuo que necesitaba sentirse protegido, amado y cuidado por alguien, sin un amante o su hermano mayor cuidando de él, era un objetivo fácil de cazar.

 

 

Notas finales:

GRACIAS POR LEER EL FIC!! muchas gracias por sus comentarios, en verdad los leo y me llenan de alegria, ustedes me animan a seguis escribiendo, gracias por ser tan amables conmigo. Es un mini cap y espero les guste, saben que lo hago con mucho cariño


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