El lugar le encanto a Danny por lo que ese mismo iniciaron los tramites de compra. A Steve le gustaba las risas que cada vez se hacia mas común tanto en la casa como en el restaurant. Cada tarde cuando el reloj marcaba las cinco dejaba todo y corría al restaurant a ayudar a Danny. Se quedaban hasta alta horas de la noche limpiando, martillando, pintando. Los fines de semanas se levantaban temprano y se iban a seguir trabajando. Más de una vez incluso se quedaron trabajando toda la noche. Risas, roces fugases y nervios se convirtieron en un común denominador entre ellos fundiéndose con sus ya inevitables peleas por tonterías que ninguno entendía realmente y de las cuales se reían cada noche durante la cena, o viendo la televisión en la sala
Cierto día en el que Danny ya estaba casi totalmente recuperado gracias a que Steve lo llevaba religiosamente a su fisioterapia, habían tenido un día mas difícil de lo normal en la oficina y Danny lo supo ni bien atravesó el lugar y escucho el gruñido del comandante a todo ser vivo o inanimado
- ¿Qué le pasa ahora? – pregunto Danny intrigado
- Ve a averiguarlo y nos cuentas – dijo Chin
- ¿De casualidad no tienes por allí una silla y un látigo para pelear contra fieras? Bueno, contra Neandertales
- Suerte – dijo Cho sonriendo.
- Buenos días. Mi nombre es Sigmund Freud – dijo Danny entrando – ¿En que lo puedo ayudar?
- Ahora no Danno – dijo Steve cerrando los ojos
- Si se lo cuentas al bueno de Danno, lo resolveremos juntos – dijo esté
- ¡Tú no quieres resolver nada! – grito Steve – sino saber el chisme
- Este…, chicos… – dijo Chin asomándose por la puerta
- No soy como tú que lo quieres controlar todo – acuso Danny
- ¿Controlar? – dijo Steve – revisas cada milímetro de lo que le compro a Grace buscando no sé qué cosa
- Soló cuido a mi monito – dijo Danny a la defensiva saliendo molesto de la oficina
- Chicos… – repitió Chin
- ¿Insinúas que yo no cuidó a mi pequeña? – dijo Steve siguiéndolo molesto
- ¿Cuidar? – dijo Danny con ironía –. La asfixias con tantos cuidados
- Eso es mentira – se defendió Steve – ¿o te dijo algo? – ahora preocupado
- Chicos… – insistió Chin
- No hace falta – dijo Danny – ¿Qué niño se levanta a las cinco de la mañana un sábado para correr?
- Es ella la que me quiere acompañar – dijo Steve – buscando que tú también hagas ejercicio
- ¡Basta! – dijo Cho
- ¿Qué quieres? – dijeron Danny y Steve al mismo tiempo
- Que dejen de practicar la obra de teatro para el aniversario de Cinco Cero – dijo Cho – ya que estamos en horas de trabajo
- ¿Obra? – dijo Steve – ¿Qué o…? – fue allí que noto la presencia de una mujer junto a los primos – Ah, si, la obra – dijo Steve mientras abrazaba a Danny por la cintura
- Tenemos que practicarlo mucho para que nos salga natural – dijo Danny sonriendo mientras le apretaba las costillas al comandante
- Yo lo vi bastante natural – dijo el hombre
- Fruto de la practica – dijo Steve sonriendo mientras le pellizcaba un glúteo al rubio
- ¡Si! – grito Danny para disimular el dolor
- El señor viene de la oficina de Bienestar Familiar – dijo Cho y tanto Steve como Danny se miraron entre si
- Buenos días, Steve McGarrett – dijo Steve estrechándole la mano –, mi esposo Danniel – Danny se la estrecho también –. pasemos a mi oficina – dijo Steve y le cedió el paso
- ¡Me pagaras ese pellico, maldito animal! – dijo Danny en un susurro disfrazado de sonrisa que solo el comandante escucho
- Jamás imagine que fueran tan duras – dijo Steve en el mismo tono y Danny se sonrojo a niveles insospechados
A pesar de los nervios de ambos hombres, la entrevista transcurrió sin mayores inconvenientes. Ninguno fue consiente que al sentarse en el sofá frente al trabajador social se tomaron de las manos y no se soltaron en ningún momento. Las sonrisas sinceras, las miradas cómplices, las palabras dulces, los nervios mal disimulados. Si en algún momento el asistente social tuvo alguna duda de si eso era una farsa quedo completamente disipada cuando a Danny se le quebró la voz hablando de Grace y Steve lo abrazo contra su pecho mientras esperaba que se calmara. Cuando el rubio lo consiguió, Steve suavemente le levanto el rostro y le limpio las lágrimas con una dulzura y delicadeza que estaba seguro que jamás volvería a ver.
Su trabajo no solo consistía en entrevistar a padres que buscaban la custodia de un niño, sino en analizar sus vidas a fondo y no dejar que se escape ningún recoveco. Ya había ido a casa de los Edwards y había hablado con estos. Le había agradado el trato que se tenían entre sí y el cuidado que tenían hacia los niños. Era un buen lugar para los niños. Y ahora que había visto hablado con los McGarrett estaba lista para presentarle su infórmeme a la juez del caso.
Al principio le había parecido un caso complicado donde debería desplegar sus veinte años de experiencia, pero tras hablar con ambas parejas, todo estaba claro
- Eso es todo señores McGarrett – dijo el hombre poniéndose de pie
- ¿Cuándo se sabrá…? – pregunto Danny nervioso
- Le presentare mi informe al juez a más tardar mañana – dijo él – y la revisara para dar su veredicto
- ¿Cree que tengamos oportunidad? – dijo Danny nervioso
- Yo creo que… – decía el asistente social cuando la puerta se abrió sin previo aviso
- Steve – dijo Catherine entrando sorpresivamente – te tengo grandes noticias… – concluyo antes de besarlo apasionadamente
- ¿Qué es esto? – dijo el asistente social
- ¡Sal de aquí Catherine! – exigió Steve separándose de la mujer
- ¿Qué? – dijo sorprendida la mujer
- Yo le puedo explicar – decía Danny más nervioso que nunca
- ¡Sal de aquí Catherine! – exigió Steve nuevamente –. Le aseguro que no es lo que parece – dijo mirando al hombre
- Ahora si tengo las cosas en la perspectiva correcta – dijo el hombre – buen día
- Por favor espere – suplicaba Danny –, las cosas no son… – pero él ya se había ido
- ¿Interrumpí algo? – pregunto Catherine
- Permiso – dijo Danny y también salió deprisa
- ¡Danny! – dijo Steve intentando detenerlo
- Déjame Steve – exigió Danny saliendo del cuartel
- Steve, explícame que pasa aquí – exigió Catherine
- Luego Cat – dijo este mientras salía corriendo –, luego
* * *
Los días para Danny a partir de aquel instante se volvió un auténtico infierno, no se lograba concentrar en el trabajo y daba gracias a cualquier deidad que hubiese arriba que Steve le había exigido solo hacer trabajo de escritorio, ya que de lo contrario le hubiesen dada más de un balazo. Estaba seguro que todo se había ido por el caño y que nunca más vería a su hija. Lo peor era la confusión mental y emocional que tenía. Por un lado estaba consciente de que lo que había entre Steve y él solo era una farsa, pero es que se sentía tan natural, tan correcto que no quería que terminase nunca y daría todo porque fuese real y para siempre, pero el comandante la había dejado clara su posición desde el principio, eso solo era una treta para que él tuviese a Grace. Ahora Steve estaba distante, frio, había un muro entre ellos y cada día se hacía más infranqueable. Por otro lado estaba el desastre que había sido la entrevista con el trabajador social, se había llevado la peor de las impresiones y ya se imaginaba lo que escribiría en ese informe.
El restaurant estaba casi listo y tanto Steve como Danny querían que la inauguración fuese cuando Grace estuviese con ellos por lo tanto pidieron que Helen solicitase permiso para que la niña fuese a pesar de que Rachel no quería que existiera contacto entre ellos
Casualmente, por esos días Rachel y Charlie tuvieron que acompañar a Stand al continente por negocios, por lo que el juez ordeno que Grace se quedaría bajo la tutela de lo McGarrett, dado que estaban en época de clase. Esto no le hizo ninguna gracia a la mujer pero no le quedo de otra.
- La cena ya está lista – dijo Danny sonriendo mientras entraba a la sala y veía a Steve jugando con Danny
- Me muero de hambre – dijo Grace
- Entonces ve a lavarte las manos – dijo Steve sonriendo y esta obedeció
- Catherine te llamo – dijo Danny
- ¿Qué dijo? – pregunto Steve
- Que no te podrá ver hoy porque le salieron cosas de último momento – dijo Danny mientras volvía a la cocina seguido del Marine
- Gracias – dijo ayudándolo a poner la mesa
- ¿Cómo van las cosas entre ustedes? – dijo Danny como quien no quiere la cosa
- Bien – dijo Steve sonriente – pasamos por nuestro mejor momento. Creo que después que acabe todo esto le pediré matrimonio
- ¿Qué? – dijo Danny sorprendido mientras un plato se le escapaba de las manos – ¡maldición! Disculpa, no sé qué me paso
- No te preocupes – dijo Steve apresurándose a ayudarlo a levantar los pedazos
- Yo lo levanto – dijo Danny y accidentalmente sus manos se rozaron, levanto lentamente su vista y se cruzó con la del Marine. El tacto era suave y cargado de tensión sexual, esa tensión que había existido entre ambos desde el primer momento. Steve sintió como Danny se estremecía
- Ya volví – dijo Grace entrando
- No entres – dijo Danny –, voy a limpiar
- Volvamos a la sala – dijo Steve poniéndose de pie y levantándola en brazos para salir de allí
El resto del día fue tranquilo y muy familiar, a pesar de ese incidente. Como la habitación que Steve le había asignado todavía no estaba completamente lista, esa tarde fueron de compra tal como Steve había sugerido, fueron a comprar todo lo necesario para la recamara de Grace y aunque Danny quiso comprar cosas simples, el seal no escatimo en gastos. Tanto así que cuando pasaron frente a una tienda de peluches y Grace vio un peluche que era tres veces su tamaño, Steve simplemente entro y se lo compro. Danny solo movió la cabeza negativamente y sonrió cuando Steve se lo entrego a Grace
- Y este es para ti – dijo entregándole un pequeño gatito al rubio
- Se parece a ti, Danno – dijo Grace sonriendo
- ¿Te parezco un gato, eh? – dijo Danny sonriendo mientras le hacia cosquilla a su hija
- Y el más lindo de todos – dijo Steve consiguiendo un sonrojo del detective
- Grace – dijo Danny intentando cambiar el tema –, tu tío Steve y yo… tenemos que contarte algo –, a ambos hombres les preocupaba la reacción de la niña cuando se enterase de los cambios en sus vidas –, y no me gustaría que pensaras que…
- Danno y yo nos casamos – interrumpió Steve – y vamos a pedir tu custodia
- ¿Mi que? – dijo ella sorprendida
- ¡Animal! – susurro el rubio molesto –, ¡así no! Veras, mi amor – dijo Danny con la mayor paciencia del mundo mientras la niña ponía cara de no entender nada –, la custodia es cuando un juez…
- Vamos a lograr que vivas para siempre con nosotros – interrumpió Steve – y seamos solo nosotros tus padres
- Eres una bestia – grito Danny cuando Grace se quedó en completo silencio por la sorpresa –. ¡La choqueaste!
- Fue tu culpa – acuso Steve –, dabas muchas vueltas
- ¡La estaba preparando para darle la noticia! – se defendió Danny
- ¡Es una niña – dijo Steve señalándola –, no la cena de esta noche!
- ¿Me estas llamando caníbal? – dijo Danny
- Grace – dijo Steve mientras lentamente le agarraba la mano al ver que la niña no reaccionaba –, cariño
- ¿Y mi mamá? – dijo Grace después de un largo silencio
- La podrás ver los fines de semana – dijo Danny
- ¿Y… si… no la quiero ver…. nunca más? – dijo la niña tímidamente
- ¿A qué te refieres, monito? – dijo Danny mirando disimuladamente a Steve – ¿Tú… no quieres volverla a ver?
- Yo… – miro hacia un lado nerviosa – ¿Charlie también vivirá contigo? Él también es… – pero de pronto se quedó en silencio
- ¿Él también es que, Grace? – dijo Steve intrigado
- Nada – dijo ella nerviosa
- Monito – dijo Danny con la voz más dulce que pudo – ¿quieres contarnos algo? – pero la niña negó rotundamente
- Mira, – dijo Grace señalando la vitrina – la nueva mochila de Hannah Montana – y corrió hacia allí
- ¿Qué crees que quiso decir? – dijo Danny nervioso
- No lo sé, Danno – dijo Steve mirando fijamente a la niña –, no lo se
No volvieron a tocar el tema dado que era algo que ponía nerviosa a la niña, pero Steve se prometió a si mismo llegar hasta el fondo del asunto y si sus sospechas resultaban ciertas, ni la fortuna de Bill Gates impediría que esa mujer pagara por todo lo que les estaba haciendo a los Williams. Los días pasaron y era obvio cuan feliz estaba Grace de estar con ellos, aunque la felicidad de Danny no era menor. Procuraba estar el mayor tiempo posible con ella, por eso cada tarde, después que recogía a la niña del colegio iban a trabajar en el restaurante, luego pasaban por Steve para ir un rato al parque o a tomar un helado. Al llegar a casa se turnaban para hacer la cena mientras el ayudaba a Grace con la terea. En pocos días se había vuelto una rutina que parecía tener de toda la vida. Dos semanas después, estaban los tres riendo en la sala mientras veían una película, cuando el timbre sonó insistentemente
- Yo abro – dijo Grace sonriendo mientras corría hacia la puerta. En cuanto la abrió un escalofrió recorrió su cuerpo
- Prepara tus cosas nos vamos en este momento – dijo Rachel ni bien vio quien era quien le había abierto
- Hoy es sábado – dijo Grace tímidamente – ¿me puedo quedar con Danno?
- Dije que prepares tus cosas porque nos vamos – ordeno la mujer
- ¿Quién es, Grace? – dijo Steve acercándose – Buenos días Rachel
- Buen día Steve – dijo esta –, vengo por Grace
- Es sábado – dijo Steve – teníamos planeado ir a la playa
- Chicos – dijo Danny – apuren ¿Qué hacen parados…? ¡Rachel!
- Que lo disfruten – respondió la mujer – vámonos
- Danno – dijo Steve – ayuda a Grace. Rachel vino por ella
- Steve… – iba protestar el rubio
- Ayuda a Grace por favor – dijo el comandante acariciándole el rostro al rubio –, y no te preocupes por nada – susurro besándole la frente –, ve
- Vamos monito – dijo Danny tomándole la mano a su hija –, hagámosle caso a tu tío
- Y date prisa – le grito Rachel
- ¡No le hables…! – dijo Danny girándose para encarar a la mujer
- Danno no – dijo Steve interponiéndose –, ve con Grace
- Eso – dijo Rachel con sorna – hazle, caso a tu dueño. No eres más que un perro que es incapaz de sobrevivir solo
- Piensa en Grace – dijo Steve y Danny entro a la casa con la pequeña – ¿Y Charlie? ¿cómo sigue?
- No es tu problema – dijo la mujer cortante
- Aun – dijo Steve sonriendo
- ¿A qué te refieres? – dijo ella
- Cuida bien a los niños – dijo Steve
- Son mis hijos – dijo Rachel –, siempre lo hago
- ¿Estas segura? – dijo el comandante
- ¿Grace te dijo algo a ti o Danny? – pregunto la mujer algo nerviosa
- ¿Tenía que contarnos algo? – dijo Steve cruzándose de brazos
- Claro que no – dijo ella. Diez minutos después regresaron Danny y Grace –, camina cielo. Ya se nos hizo tarde
- Adiós Danno – dijo la niña abrazando a su padre
- Danno te ama monito – dijo el hombre aferrándola entre sus brazos –. No importa lo que venga, tú siempre serás lo más importante en mi vida.
- Y tú en la mía, Danno – dijo la niña aferrándose a su padre –. A nadie amo tanto como a ti
- Adiós Grace – dijo Steve abrazándola
- Te quiero tío – dijo la niña
- Vamos – dijo Rachel llevándose a la niña
- Danno te ama, monito – grito el rubio – Danno te ama
- Ven aquí – dijo Steve abrazando al detective, mientras este escondía el rostro en el pecho del comandante para llorar.