Todo está en paz, mi cuerpo se siente liviano, mi cabeza despejada. No hay problemas, preocupaciones ni nada que pueda herirme. ¿Hace cuánto no me sentía así? Probablemente nunca.
―Nunca dejaré que nadie te lastime―. Escucho una voz de repente, no sé de dónde viene, pero me hace seguirla―. No llores, siempre estaré contigo.
Miro hacia lo lejos, hay dos niños en una especie de jardín. Uno está sentado, con la cabeza escondida entre las piernas, llora como si no hubiera un mañana. El otro se mantiene de cuclillas, acariciando tiernamente su espalda mientras le da palabras de ánimo.
¡El que llora soy yo! Pero el que está al lado no lo reconozco, su rostro esta como nublado, aunque su voz se me hace familiar.
―¿Lo prometes?― El niño desconocido asiente y atina a darme un beso en la frente, sin embargo termina dándome un abrazo.
―Lo prometo.
Me veo transportado a otro lugar, está lloviendo y me veo a mi mismo llorando bajo la tormenta.
―Fue una promesa ¿verdad? ¿Por qué no la cumpliste?― Miro hacia el cielo como si esperará una respuesta―. Dijiste que te quedarías conmigo, que no me abandonarías… ¿Por qué te fuiste? ¿Por qué no te despediste?
Mi corazón duele, duele mucho. De repente siento un vacío en mi pecho, ¿por qué te marchaste sin mirar atrás?
Se despertó sobresaltado, escuchando un bip constante y repetitivo, sentía los pulmones cerrados, el aire no entraba a su cuerpo.
―¡Doctor necesitamos asistencia de inmediato!― Las voces se escuchaban lejanas, no podía dejar de agarrar su cuello en un acto desesperado para que el oxígeno entrara a sus pulmones.
―… Respirar… No… ¡No puedo respirar!
―Tranquilo, debes mantenerte tranquilo―. Un hombre de cabello negro lo miraba con preocupación, tratando de que regularizara su respiración―. Escúchame, debes tranquilizarte―. Sintió un pinchazo en su brazo y poco a poco fue soltando su agarre, pudo volver a sentir el oxigeno en su cuerpo―. ¿Te sientes mejor?
―S-si… Creo que si…― Miro a su alrededor, viendo una habitación completamente blanca, sus brazos estaban conectados a diferentes maquinas por medio de agujas y mangueras medicas―. ¿Dónde estoy?
―En el hospital―. El doctor lo miro por una fracción de segundo―. ¿Recuerdas lo que paso?
―No…― Trataba de recordar, pero su mente estaba en blanco, sin embargo su cuerpo se sentía adolorido, demasiado―. ¿Tuve un accidente?
―No―. El pelinegro hizo una mueca antes de ordenar a una de las enfermeras que trajera al coronel de Sabaody―. Garp-ya te lo explicará, debes mantenerte tranquilo ¿vale?
―¿Eh?― Tenia un mal presentimiento, ¿por qué tenia un ojo vendado? ¿Por qué estaba en el hospital? ¿Dónde estaban sus hermanos? ¿Sus padres?
―Sabo―. Se vio apresado en los brazos del alto hombre peliblanco, siendo cuestión de segundos sentir sus lagrimas en el hombro―. Estas despierto, estas despierto―. ¿Por qué sentía que su abuelo trataba de convencerse a sí mismo?
―Garp-san…― El hombre deshizo el abrazo, pero no dejó de mirarlo―. ¿Qué ha pasado?― El mayor le agarro las manos, sentándose en la cama para quedar a su altura.
―Hubo un tiroteo en tu casa…― Soltó un suspiro dudando como seguir―. Una masacre.
―Masacre…― Unos flashes aparecieron en su cabeza.
―¡Mamá!― Luffy grita desesperado, esta asustado―. ¿Qué está pasando mamá?― Nuestra madre nos agarra de las manos, se gira hacia mí.
―Sabo, saca a tu hermano de aquí―. Nos abraza con fuerza, está temblando―. Todo estará bien, iré a buscar a Ace.
―Alguien quiso asesinarlos a todos…― Volvió su vista a su abuelo, abriendo los ojos poco a poco―. Mandaron a esos hombres para acabarlos…
―¡Ace!― Mi hermano esta desmayado, tiene la cabeza llena de sangre―. ¡Mamá!― Tiene un agujero en el cráneo, los ojos abiertos… no respira―. ¡Dios mío! ¡¿Qué es todo esto?!
―¡NOOO! ¡SUELTAME!― Luffy comienza a gritar, me había olvidado que estaba atrás mío. Un hombre lo está agarrando, manoseándolo…
―¡Suelta a mi hermano, imbécil!― De alguna manera saco fuerzas para enfrentar al tipo, es difícil pero logro dejarlo inconsciente.― Luffy, escúchame…― Lo tomó de los hombros, no podremos salir de aquí, debo protegerlo como sea―. ¿Recuerdas cuando jugábamos a las escondidas?
―S-si…― Esta haciendo un esfuerzo por no llorar, me parte el alma. Sea como sea, me pase lo que me pase, él tiene que salir vivo de esto.
―¿Recuerdas el escondite que te enseñe aquella vez que quisimos molestar a Ace?― Asiente repetidas veces―. Escóndete ahí, no salgas por nada del mundo―. Veo que quiere replicar, pero hablo antes―. Todo estará bien, Luffy. Hazme caso ¿sí? Te protegeré así sea lo último que haga.
―Sabo…― Le doy un fuerte abrazo antes de escuchar unos pasos acercándose a nosotros.
―Vete, ahora.
―¡LUFFY! ¡¿DÓNDE ESTA LUFFY?! ¡¿Y ACE?!― Antes de que Law interviniera para sedarlo, Garp abrazo a su nieto hasta que poco a poco se tranquilizó.
―Luffy esta en estado de shock, pero no tuvo heridas graves. Ace está luchando, recibió una herida en el cuello que fue fatal―. Deshizo el abrazo para mirarlo al único ojo visible―. Pero estará bien, es fuerte.
―Quiero verlo...― Ladeo la cabeza―. Quiero verlos.
―Lo harás, pero cuando te recuperes un poco―. La acaricio la mejilla―. No querrás que Luffy te vea así ¿verdad?― Dudo un segundo antes de negar con la cabeza.
―Luffy los vio… A Ace herido y a mamá muerta…― Trafalgar se puso recto al escuchar aquello―. Tenia… Tenia una herida en la cabeza, un disparo―. Garp se dio cuenta que su nieto empezaba a respirar de forma agitada―. M-me dijo que lo protegiera… Ace estaba en su habitación… Tenía que llevármelo fuera de la ca-casa, pero… Pero era imposible sa-salir―. Miles de flashes comenzaron a aparecer dentro de su cabeza, imágenes que nunca creyó ver con sus propios ojos.
Al ver que el rubio comenzaba a alterarse, el doctor decidió que debía intervenir y aplicarle el sedante. Fue cuestión de segundos antes de que cayera dormido.
―Por eso Luffy esta así―. Decreto el coronel al tiempo que se levantaba para mirarlo―. El ver tal escena fue lo que lo impacto de esa forma.
―Disculpe, Garp-ya… Pero creo que es cuestión de tiempo antes de que Sabo-ya recuerde la violación―. El mayor suspiro, ya lo había pensado―. Necesitaría su permiso para que una de las psicólogas lo atienda lo antes posible, sino el shock podría ser peor.
―Claro que si―. Law le hizo una seña con la cabeza para que lo siguiera, debía llenar algunas hojas y firmar otras tantas para terminar de autorizar que sus dos nietos recibieran tratamiento psicológico.
Hospital General de Sabaody, habitación 324.
Dudo en entrar al cuarto, pero tenía órdenes estrictas de avisar a los policías asignados al caso sobre la reunión que tendría lugar en una hora.
―Marco―. Le partió el alma ver al rubio de esa manera, totalmente roto―. En una hora habrá una reunión en la estación, el equipo de Arlong Park también estará.
―…― El hombre no contesto, manteniéndose en silencio y agarrando la mano de su novio.
―Superará esto, no lo conozco mucho, pero sé que es fuerte―. Marco sonrió.
―Cuando lo conocí quede prendado de él ¿sabes? Habíamos recibido una llamada por una pelea en un bar, unos tipos estaban molestando a su hermano y él salió en su defensa.
››Yo nunca me había enamorado, sentía que el amor no era para mí, pero esa noche todo cambio. Cuando llegamos mi compañero se encargo de arrestar a los otros hombres, y yo debía llevármelo a la estación… No pude, quedé cautivado en cuanto lo vi. A los pocos minutos volvió mi compañero, dijo que lo superiores ordenaron que ni se nos ocurriera llevárnoslo. No lo entendí al principio, y te imaginaras mi cara cuando me enteré que era el hijo mayor de Monkey D. Dragon‹‹
―¿Te sorprendiste, verdad?― Asintió.
―Si, y mis esperanzas se fueron al suelo―. Suspiro―. Quiero decir ¿Qué probabilidades había de que alguien así se fijara en mí? ¿Alguien común y corriente, de clase media con el primogénito y heredero del Clan Monkey D.? Era imposible siquiera pensarlo―. Volvió su vista a su novio―. Pero, no… A los pocos días apareció en la estación, preguntando por mí, diciendo que quería invitarme a cenar en agradecimiento.
―¡Woah!― Marco rio por su respuesta.
―Y ahí empezamos a tratarnos, desde el principio me dejo en claro que no quería que lo viera como ¨el heredero¨ o ¨el primogénito de¨ sino como una persona de carne y hueso.
―Ósea que… ¿Nunca se abusó de su estatus?
―No, al contrario, siempre tuvo los pies sobre la tierra―. Acaricio la mejilla del castaño―. Jamás creyó que era superior a alguien, y sabia que el dinero no lo era todo en la vida, al mismo tiempo nunca lo vi menospreciar o maltratar a sus empleados, siempre pedía las cosas por favor y daba las gracias.
―Wow, te sacaste la lotería…
―De algún modo, si…― Saco su billetera del bolsillo trasero de su pantalón, la abrió y le tendió una fotografía a su amigo―. A pesar de ser el hijo mayor, de poseer millones en el banco, ser el próximo líder de su Clan… Siempre fue humilde, amable y protector con los suyos.
―¿Y sus hermanos también?― Pregunto mientras miraba la fotografía, en la cual se los veía a ambos dándose un tierno beso.
―Si, Sabo siempre fue muy respetuoso, estudioso y amable; al igual que Ace, protege mucho a su hermano menor. Luffy es hiperactivo, escandaloso y sonríe todo el tiempo, pero tiene un gran corazón.
―Marco―. El hombre se sorprendió por el semblante serio de su amigo―. Vamos a encontrar a los culpables de esto y los encerraremos, te juro por lo que mas quiero que este crimen no quedará impune.
―Gracias, Thatch.
Estación de policía de Sabaody, sala de juntas.
El aire estaba tenso, personas iban y venían con carpetas en las manos, otros permanecían sentados. Faltaban quince minutos para el comienzo de la reunión.
Arlong Park y Sabaody, combinación que rara vez se llego a ver, perfecto para los medios.
Notó que la gran mayoría que fue reclutado para el caso estaba en la sala, que era ridículamente espacioso, estaban ya allí. A lo sumo faltarían cinco o seis agentes de su prefectura.
―Katakuri, que bueno verte―. Un hombre de cabellera verde se sentó a su lado.
―Roronoa.
―¿Ya has escuchado los rumores?― Lo miro confundido, no se consideraba una persona cotilla pero nunca estaba de más estar informado―. Sobre el Germa.
―¿Germa?― Su confusión se hizo más grande.
―Si, se dice qu― Se cayo de repente al escuchar su celular, el cual tenia una llamada entrante―. Discúlpame.
Se levanto para entender el llamado, dejando a un intrigado Katakuri. Sin embargo, no tuvo tiempo de pensar mas porque los altos mandos de Arlong Park y Sabaody entraron por la puerta.
―Buenos días, esperaremos cinco minutos mas para que lleguen los que faltan, entre tanto vayan acomodándose para iniciar la reunión.
Hospital General de Sabaody.
―Chopper, en cuanto salgas de la escuela ven para el hospital, necesito hablar contigo―. En cuanto dejo el mensaje grabado, comenzó a revisar algunas planillas―. Ya revisé a los hermanos mayores, así que solo falta Luffy-ya.
Se encamino directamente a la habitación del pequeño, el cual nuevamente no se había movido de su lugar.
―Hola, Luffy-ya―. Aun cuando nunca le respondía, él le hablaba para hacerle saber que estaba ahí para revisarlo―. Tus signos vitales están bien, respiras sin problemas, tus heridas están sanando…― Se acerco para acomodarle las almohadas, tal como hacia siempre desde que ingreso al hospital, pero al momento de separarse de la cama, y sin esperárselo, una mano le agarro la muñeca―. Pero que― Miro a su paciente, notando que por primera vez lo estaba mirando, sin soltar su agarre.
―¨Hay que matarlos, sino él nos matará¨―. Sus ojos comenzaron a humedecerse mientras seguía hablando―. ¨Monkey D. Dragon le arruino la vida, más bien este Clan destruyó el suyo¨.
―¿Luffy-ya?― Se estaba asustando por lo que decía, pero sobre todo porque hablaba de forma automática, tal como si estuviera citando a alguien.
―¨Ninguno de ellos pueden quedar vivo, ni siquiera los hijos¨―. Pensó un segundo que hacer, parecía estar sumido en un recuerdo.
―¿Por qué los hijos también?― Tal como hacia a veces con su hermano cuando hablaba dormido, decidió seguirle la conversación.
―¨Monkey D. Sabo y Portgas D. Ace tienen la sangre manchada, Monkey D. Luffy es el único que puede tomar el mando de este Clan¨.
―¿Sangre manchada?
―¨No son quienes creen que son¨―. Poco a poco sintió que el agarre perdía fuerza, el pequeño pelinegro desvió la mirada, fijándola en el techo.
No sabia exactamente que decir, ni que hacer. ¿Qué había sido todo eso? ¿Por qué Luffy había dicho esas cosas? ¿Qué significado tenían?
Debía informar de forma inmediata a Garp.
Estación de policía de Sabaody, sala juntas.
―Todos y cada uno de ustedes fue informado sobre la situación actual―. Comenzó a hablar Monkey D. Garp mirando a los presentes―. Debido a la magnitud del caso, no solo los oficiales de la Prefectura de Sabaody estarán en la investigación, también se sumará el equipo de Arlong Park.
―Les presento al comandante de Arlong Park, Akagami Shanks―. Un pelirrojo se levanto de su asiento y saludo a todos―. Y él es el vicealmirante Donquixote Rosinante―. Katakuri lo reconoció enseguida, era el tipo que se había tropezado esa mañana en la entrada de la estación.
―Como imaginaran este caso requerirá de mucha ayuda, por lo que se decidió solicitar la ayuda del Equipo de Inteligencia y Lucha de Arabasta, más conocido como EILA―. Los murmullos no tardaron en aparecer, todos sabían quienes eran, y solo en las investigaciones especiales se requería su ayuda.
―Debido a la magnitud del mismo, nos ofrecieron enviar a sus mejores hombres―. Todos miraban con sorpresa―. Pasen, por favor.
La puerta fue abierta un segundo después, un alto hombre de cabello largo y rubio comenzó a caminar al centro de la sala, tras él había tres hombres y una mujer.
Amarillo, rojo, azul, verde y rosa. Esos eran los colores en orden de llegada, todos contuvieron la respiración.
―Les presento a la Unidad Principal del EILA, el Germa 66 y su líder, Vinsmoke Judge.
Continuara…