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Persecutie [MenChara ] por Ckonny Nickole

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Notas del capitulo:

Sé que no ha pasado mucho tiempo desde que publiqué la primera parte PERO VOY A FORMATEAR EL PC ASI QUE PREFIERO SUBIR LA CONTINUACIÓN AHORA ANTES QUE SE PIERDA.
Eso, gracias por apoyar este fic!

02.

Estúpidamente, creyeron que su destino incierto se haría largo dada a la incomodidad causada por una compañía desconocida.

Pero no se sentía del todo así pese al silencio que traían ambos, el ambiente era reconfortante. Sasuke había encendido la radio en algún momento del camino, la música aleatoria de una estación cualquiera parecía ser todo lo que necesitaban.

— ¿Cómo está tu herida? —Preguntó entonces Sasuke deteniendo el auto en un semáforo en rojo. Su mirada fue a dar a la herida cubierta por un trozo de tela rasgada del suéter que Menma había decidido deshacerse.

Menma, quien hacia bastante rato sentía el brazo dormido, le miró también— Como si me hubiesen amputado el brazo.

—Oh, eso es escalofriante —Exclamó el moreno poniéndose en marcha después de unos segundos— ¿Me vas a contar qué fue lo que pasó? —Quiso saber intrigado.

Namikaze bufó un “qué te importa” por lo bajo, pero su acompañante insistió haciendo un mohín disgustado.

—Uno de esos carniceros que me seguía logró alcanzarme con su sable.

— ¿Sable? Wow, ¿Eres un yakuza? 

Casi suelta una carcajada por esa pregunta tan idiota pero al parecer ese chico lo estaba diciendo en serio por lo que solo rodó los ojos pensando sin querer que esa pregunta inocente junto a la expresión de genuina sorpresa del otro resultaban ser un poco adorable, solo un poco.

— ¿En qué siglo vives, retardado? —Cuestionó— Son unos tipos que habitan la periferia de Konoha. Los malditos violadores homicidas que se esconden como ratas en la basura.

El auto frenó en el estacionamiento vacío de un minimarket justo cuando terminó de decir aquello. Menma observó al otro en silencio intentando averiguar las intenciones del chico. No podía relajarse sabiendo que estaba con un completo desconocido que casualmente era un ladrón que se ofreció a ayudarlo sin pedir nada a cambio. La situación era lo suficientemente sospechosa como para hacerle pensar en que probablemente el otro estaba pensando en llamar a la policía en este momento y entregar su cabeza a cambio de una gran suma de dinero.

Pero Sasuke no tenía esa intensión. Uchiha notando la tensión en el cuerpo del otro se recargó por completo en el costoso asiento de cuero del auto deportivo haciéndose un poco más hacia atrás sin decir ni media palabra, con la mirada perdida en la tela manchada de sangre de su acompañante.

— ¿Qué mierda te traes? —Preguntó Menma alerta.

—Escucharte —Respondió el otro poniéndose de lado como si estuviese en una cómoda cama. Menma tembló un poco al sentirse nuevamente el punto de atención de esos ojos oscuros e hipnotizantes— Continúa. Había escuchado rumores de gente así en Konoha pero nunca creí que fuera de verdad.

—Tsk, debí imaginarlo.

— ¿Por qué?

—Si hubieses pisado ese lugar no habrías salido de ahí, tienes la cara que a esos depravados sexuales les gusta.

Sasuke abrió sus ojos más de lo normal, sorprendido y luego rió suavemente cubriéndose la boca con una mano al hacerlo.

Menma no entendió por qué el otro se estaba riendo así que se lo hizo notar de inmediato — ¿Qué mierda es tan gracioso?

— ¿Acabas de piropearme? —Cuestionó el moreno suavizando su mirada felina y seductora— Nunca había escuchado un halago como ese, lo apuntaré en mi lista.

—Estas demente, no es un puto cumplido —Aclaró el otro rodando los ojos con hastío.

—Claro que si —Insistió— Ahora sé qué decir cuando me encuentre en aprietos con uno de esos tipos. Algo como… —Bajó la voz acercándosele un poco, lo suficiente como para que sus alientos chocaran. El ceño fruncido de Menma le regocijó— “Hey, oí que mi cara podría agradarte, cariño, ¿Qué dices?”

La voz ronca y coqueta del moreno logró erizarle la piel, era impresionante como unas palabras cualquieras dichas con el tono y expresión adecuada podría hacerlo sentir tan incómodo y excitado al mismo tiempo. De inmediato lo empujó bruscamente hacia atrás.

—Auch, bruto —Se quejó Uchiha, pero sus palabras no iban acorde a su expresión. ¿Por qué lucia tan satisfecho?

—No sé a qué diablos estás jugando.

— ¿Yo? A nada —Se encogió de hombros— ¿A qué podría estar jugando? Digo, no es como si tuviese planeado desde meses meterme a un bar exclusivo, emborrachar a una millonaria, robarle su auto y dinero para finalizar mi día ayudando a un desconocido aparentemente peligroso.

Menma, quien estaba totalmente pendiente de cualquier movimiento que hiciese el otro, no pudo evitar admirar en secreto la eficiencia con que el otro había ejecutado aquel plan que describía. No por nada estaban montados sobre un deportivo de última generación sin ningún policía siguiéndolos.

Al parecer, no estaba tratando con ningún aficionado como lo creyó al comienzo.

 —Jo, entonces así te ganas la vida —Mencionó y el otro sonrió ampliamente.

—Dios me hizo con este rostro, pecado seria no aprovecharlo.

Menma solo negó con la cabeza pidiendo paciencia, a lo que Sasuke le soltó un golpecito en el brazo reclamando con un “¡Oye!” a manera de juego.

Al moreno le sorprendió escuchar a ese tipo serio reír después del pequeño golpe que le dio.

—Ya vámonos —Ordenó Namikaze, como si le hablara a su amigo de toda la vida.

El moreno simplemente se encogió de hombros.

—Supongo que no vas a seguir contándome lo que te pasó, chico peligroso —Insistió el de ojos negros sin moverse ningún musculo.

—Ya déjalo, con un demonio —Se quejó— Y me llamo Menma.

— ¿Menma? —Cuestionó, inmediatamente iba a soltar su nombre, pero Sasuke no había llegado a donde estaba sin tomar precauciones, así que inventó uno— Yo soy Charasuke.

—Charasuke, eh. ¿Puedes mover el culo y encender el puto auto?

—Aún no, querido.

Menma volvió a rodar los ojos, “¿Y ahora qué diablos quiere?” pensó. La mirada insistente de Charasuke sobre su herida pareció darle una pista.

—No es nada —Quiso quitarle importancia para que el otro se pusiera en marcha, pero eso estaba lejos de pasar. De pronto tenía el rostro de Charasuke nuevamente muy cerca de él.

—Shh —Lo mandó a callar antes de que siquiera dijese algo— Escucha, necesito hilo para suturas, agua oxigenada, yodo, algodón y un poco de gasa sería genial.

— ¿De qué diablos estás hablando ahora? —Cuestionó y solo bastó la señal que hicieron esos ojos negros indicando el minimarket delante de ellos para entender a qué se refería— Jo, estas demente. ¿Crees que tendrán todo eso a la vista?

— ¿Nunca has ido a una de estas tiendas? —Cuestionó ahora Charasuke divertido— ¡Tienen de todo! Literal, una vez pedí en broma unos condones en forma de animales y tenian como cinco variedades distintas. Tuve una noche interesante gracias a eso.

Namikaze no supo si creer esa historia o no, ¿Cómo sabía que el otro no estaba bromeando otra vez? Charasuke interpretó erróneamente su silencio.

— ¿Asustado?

Menma gruñó con gracia— Ya quisieras.

El sonido de la campañilla anunciando la entrada de un nuevo cliente llamó la atención de la chica que antes hablaba por celular mientras admiraba la manicura de sus uñas. La conversación que estaba teniendo en línea la dio por finalizada de inmediato con un “Te tengo que cortar, un chico guapo acaba de entrar “que Charasuke escuchó claramente haciéndole avanzar más seguro que antes.

—Hey —Saludó despreocupado recargando su peso en un brazo apoyado sobre la mesa que lo separaba de la encargada— ¿Puedes darme uno de esos? —Señaló unos cigarrillos detrás de ella, lo suficientemente altos como para que esta tuviese que demorarse un poco más en obtenerlos.

Su mirada buscó a Menma inmediatamente cuando la encargada se volteó. Recargó su mandíbula en su mano admirando como el chico tranquilamente inspeccionaba el lugar y sacaba más cosas de las que había pedido con una agilidad envidiable.

La expresión seria y varonil que tenía ese chico rudo a quien acababa de conocer le hizo morder sus labios con fascinación. Tenía que admitir que no estaba mal.

— ¿Estos? —La voz dela encargada lo sacó de su ensimismo.

—Sí, esos —Respondió sonriendo con complacencia— Disculpa por pedir los más difíciles de alcanzar.

— ¡Oh! No es ningún problema, de verdad.

—No entiendo cómo pudieron dejarte sola atendiendo el local —Mencionó acercando su rostro lentamente, lo suficiente para hablarle demasiado cerca de sus labios— Parece duro, pero, quiero decirte que realmente aprecié la vista que me diste al voltearte.

El sonrojo en ese rostro juvenil junto a la mirada de ensoñación le dejó más que claro que ella estaba totalmente perdida de él, lo suficiente como para no darse cuenta de que había alguien más en la tienda.

— ¿Q-qué dices? —La encargada se acomodó un mechón de cabello— ¿Y… qué hace un chico tan guapo como tú a esta hora comprando cigarrillos?

— ¿Qué hago? Por supuesto solo los compré para poder hablar contigo —Respondió— ¿No te parece la noche el momento más romántico para entablar una conversación con una linda chica?

La risita coqueta y nerviosa de la chica comenzaba a fastidiarlo, pero aun así no podía dejar de prestar más atención a las palabras que escuchaba decir a Charasuke que a lo que se estaba echando en los bolsillos. Cualquiera podía decir que el tipo era un mujeriego común y corriente con el don de la palabra, pero Menma podía notar algo más en la “técnica” del moreno.

Era como si admirara un arte desconocido. Las palabras de Charasuke combinaban tan bien con sus expresiones y esos ojos, oh, Menma claramente era testigo de cómo esos afilados ojos de rasgos occidentales atrayentes analizaban cada reacción que obtenía de aquella chica, como si fuera una computadora que elije su siguiente jugada dependiendo de la situación en la que se encontrara.

Chasqueó la lengua, el sonido se había perdido entre el gran espacio de la tienda pero Charasuke lo escuchó claramente.

—Temo decir, que debo despedirme —Dijo entonces el moreno dando finalizada la conversación que tenía con la encargada quien puso una expresión de infelicidad que le hizo sonreír halagado— Me pregunto, si podré llevarme algo que me haga recordarte esta noche —Pidió al tiempo en que le acariciaba la mejilla haciéndola estremecer.

— ¡Los cigarrillos! —Respondió ella de inmediato, roja como un semáforo y con los parpados tan apretados que parecía ser doloroso— ¡Llévatelos, yo… yo los pagaré por ti!

— ¿Enserio? No podría ser más afortunado —Dijo sonriéndole por última vez y se alejó buscando a Menma impresionándole que este ya estuviese en el auto esperándolo — ¿En qué momento saliste? —Preguntó apenas entró encendiendo el deportivo de inmediato.

—Cuando ella se puso a chillar como gata en celo.

—Menma, esa boca —Le regañó divertido echándose a andar— ¿Tienes todo?

—Por supuesto.

Y hasta allí pareció quedar la conversación porque ninguno de los dos agregó algo más. La música de la radio nuevamente fue la protagonista en medio del silencio que ambos llevaban.

Era una hora de viaje interesante. Ambos compartían miradas cómplices de vez en cuando durante el trayecto, como si quisiesen decirse algo pero al final nada surgía. Menma frunció el ceño cuando Charasuke rio tímidamente al verse descubierto mirándolo con mucha atención.

El auto volvió a detenerse, estaba vez fuera de un motel. Ninguno dijo nada tampoco, solo bajaron adentrándose al lugar poco importándoles que hubiese un cuarto disponible que debían compartir. Después de todo, no podían quejarse dada la situación en la que se encontraban.

—Con una mierda  —Exclamó Menma al quitarse la tela que cubría su herida completamente manchada en sangre. Torpemente quiso abrir el agua oxigenada pero con una mano resultaba imposible.

Charasuke quien había ido a buscar algo para comer se encontró con esa graciosa escena al volver haciéndole negar con la cabeza en medio de una risa silenciosa.

—Eres un desastre —Se burló el moreno dejando los botes humeantes de ramen que había conseguido en la recepción y el agua embotellada sobre la mesita de noche para luego ir hacia la cama en donde estaba sentado Menma. Se ubicó a su lado tomándole el brazo ignorando la mirada desagradable del otro— Déjame ayudarte o de verdad tendremos que amputarte el brazo.

Menma solo dejó salir un gran suspiro antes de apretar los dientes por el dolor que le causaba las curaciones que el chico le daba. Pero el dolor pareció minimizarse al observar la expresión serena y preocupada del moreno mientras acercaba la aguja con el hilo a la herida.

—Menma, esto podría doler un poco —Mencionó sin atreverse a hacer algo hasta que su compañero se lo permitiera, pero no recibió respuesta por parte de este. Al alzar la mirada para verlo se sonrojó por tener esos ojos azules concentrados en su propio rostro— ¿Qué?

—Nada.

Charasuke no le creyó, así que buscó picarle— No me mires así mientras estamos en sobre la cama de un motel, Menma —Mordió su labio inferior fingiendo timidez.

Y vaya que resultó mejor de lo que esperaba. El chico de cabello teñido desvió la mirada incómodo y pudo reconocer fácilmente que esa muesca de desagrado era fingida.

—Joder ¿Seduces a todo el mundo?

—A las chicas principalmente, pero podría hacer una excepción si es lo que quieres.

Menma le mandó una mirada fiera y en respuesta Charasuke clavó con el hilo en su piel como venganza comenzando a coser la herida.

— ¿Cómo es que sabes hacer esto? —Preguntó un tanto impresionado por la habilidad que parecía tener el moreno al no tocar en ningún momento con la aguja algún nervio que lo hiciese sentir aún más dolor del que ya sentía.

Charasuke, que ya estaba terminando su labor hizo un pequeño nudo en el hilo antes de responder — Mi hermano es doctor, sé perfectamente cómo funcionan estas cosas.

Vaya, ese era un dato realmente interesante. Aun así Menma no quiso ahondar en el tema y dejó que el chico terminara enrollando su herida en gasa.

—Tará~ —Canturreó Charasuke graciosamente. Menma soltó una carcajada sin poder evitarlo, el buen humor del otro comenzaba a contagiársele sin darse cuenta— Yah, no te rías —Lo regañó y abrió la cama para meterse dentro de esta tomando un bote de ramen para comerlo acostado— Deberías comer un poco y luego descansar, ha sido un día agotador.

Iba a reclamar que no quería nada, pero al sentir el olor de su comida favorita sumado al dolor de su brazo que parecía más frio que antes no pudo rechazar la invitación. Estaba seguro que si la persona que estuviera al lado suyo no fuera Charasuke lo habría sacado a patadas de la cama pero el tipo era tan… ¿Adorable? ¿Era esa la palabra que quería usar? Como sea, era imposible sacar a Charasuke y punto. Se la debía.

Aunque igual le jodia que este le sonriera tan juguetonamente de la nada mientras comían.

 —Bien, dormiré —Dijo el moreno metiéndose más abajo en las cobijas— Intenta no asesinarme mientras lo hago —Bromeó soltando un bostezo mirándolo de frente.

Menma observó lo observó unos segundos antes de hacer lo mismo— Y tu intenta no robarme la billetera.

La risita que soltó Charasuke le pareció tan jodidamente adorable, con un demonio. Le daban unas inmensas ganas de quitar esa mano que el moreno solía usar para cubrir su sonrisa al reírse porque estaba seguro que el chico solo lo hacía para actuar lindo.

Menma creyó que el moreno se estaba riendo de su chiste, pero claramente no fue de eso y lo supo cuando este alzó la otra mano mostrando su billetera haciéndole abrir los ojos sorprendido.

— ¿Hablas de esta? —Cuestionó Charasuke haciendo que iba a revisarla siendo impedido por la mano de Menma que se la arrebató de inmediato— Jaja, soy inocente.

—Ya, duérmete con un demonio —Dio punto final apagando las luces y volteándose para darle la espalda.

Escuchó a Charasuke reír nuevamente, pero no le prestó atención.

.

.

.

Su velada nocturna no fue tan mala como creyó que sería. Su brazo había dejado de dolor y podía moverlo más que antes por lo que se apoderó del volante apenas vió la oportunidad dejando a Charasuke a cargo de cambiar las estaciones de radio.

Soltó el humo del cigarrillo que estaba fumando mientras llenaba el tanque de gasolina y veía a Charasuke haciendo lo mismo sentado cómodamente sobre el maletero.

— ¿A dónde iremos, chofer? —Preguntó el moreno cuando guardó la pistola dispensadora bajándose.

—No tengo una puta idea —Respondió. La verdad es que nunca había estado fuera de Konoha, pero era más que claro que no podía volver como si nada. Era un suicidio solo considerarlo.

Se recargó en el auto dándole las últimas caladas a su cigarrillo.

Charasuke que ahora se estiraba relajando sus músculos abrió sin ninguna intensión más que curiosear el maletero del auto que no había revisado por completo. Su expresión relajada cambió drásticamente a una de sorpresa.

—Menma… —Lo llamó en voz baja.

El nombrado pisó el cigarrillo y hubiese simplemente preguntado qué diablos quería pero al ver su expresión no pudo evitar sentir curiosidad por lo que se acercó para ver aquello que tan impactado tenia al otro.   

Y vaya que fue una sorpresa.

—Mierda —Exclamó.

Sus ojos azules dieron con los negros del otro. La fascinación en ambos podía palparse claramente.

¿Quién iba a pensar que la hija consentida de un diplomático le gustaba pasear sus millones en el maletero de su auto como si acabara de asaltar un banco?

 

Notas finales:

Nos vemos en el próximo capitulo!  


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