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Persecutie [MenChara ] por Ckonny Nickole

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Notas del capitulo:

¡Hola! Estoy sin computador actualmente, por lo que escribí el capitulo desde el celular. Otra vez, gracias a todas las personillas que siguen la historia, lo aprecio mucho.

03.

La vida con dinero, sin duda era la mejor que podía existir en toda la maldita tierra. Y si tenías a alguien con quien compartir tu riqueza, entonces se volvía el doble de bueno.

Fue en ese instante en que sus ojos se encontraron, cómplices del otro, en que se dieron cuenta de que su encuentro había sido destinado.

Charasuke había cerrado el maletero y Menma por su parte se había subido al auto de inmediato para encenderlo, en medio de risas risueñas del moreno y un par de maldiciones producidas por el entusiasmo que él mismo no podía contener.

Así fue como empezó la verdadera persecución. No la de las patrullas policiales buscándolos en Konoha, sino la de ambos persiguiéndose sin saberlo.  

La música sonando a un volumen considerablemente alto opacando todos aquellos gritos histéricos provenientes de las chicas con las que Charasuke coqueteaba buscando obtener algún beneficio por parte de ellas.

Los litros de alcohol en su cuerpo que no parecían afectarle en lo más mínimo. ¿Cómo podrían?  Su alma perturbada parecía haber encontrado la dicha que siempre añoró causándole un terror indescriptible que le hacía preguntarse si realmente estaba vivo o en realidad había muerto en manos de esos idiotas que casi le hacen perder el brazo.

Lo había estado pensando durante esa semana, ¿Cómo era que la suerte le sonreía de esa forma después de haber asesinado a la persona que dejó morir a su madre por no conseguir el donador que necesitaba? Prácticamente, había asesinado a dos personas, una con sus propias manos y la otra con sus falsas promesas.

Era un asesino, entonces, ¿Por qué?

— ¿Qué haces, cariño?

Si Dios existía, ¿Por qué incluso le enviaba un ángel como aquel? No lo entendía.

Menma no le respondió a Charasuke, en su lugar se permitió admirarlo detalladamente en silencio, como si la sola existencia de este fuera necesaria para ser consciente de la suya propia.

Fueron más de un par de minutos los que dedicó en repasar con la mirada cada detalle en aquel rostro bonito de rasgos atractivos de su “ángel” e inmediatamente le echó la culpa al alcohol por pensar de esa manera del moreno, pese que no era la primera vez que lo hacía.   

—Joder, esta mierda no se acaba —Exclamó Menma con una emoción en su voz que su rostro no reflejaba. A su lado, acostado igual que él sobre el montón de billetes que lanzaron en medio de una fiesta cualquiera en la que decidieron colarse, Charasuke soltó una risita que nuevamente era amortiguada por la mano que apoyaba sobre su boca. Nuevamente, Menma odió esa mano, como también odio la música que el Dj no dejaba de subir y bajar como una montaña rusa para los oídos.

— ¿Cuánto hemos gastado? —Cuestionó el moreno tomando un par de billetes para quemarlos con el encendedor como si no fueran nada— ¿Un millón? ¿Dos? ¿Treinta?

Menma en respuesta le quitó el encendedor para ocuparlo en encender un papelillo de marihuana que un sujeto en la fiesta le había ofreció.

—Eso no importa —Aseguró.

A pesar de que decía aquello, sabía que durante la semana  que había transcurrido desde el descubrimiento, habían gastado lo suficiente en fiestas escandalosas y extravagantes  como para comenzar a preocuparse.

—Solo vive el puto momento.

—Lo hago, Menma.

—Pues no lo parece —Dijo aquello solo para llevarle la contraria a su expresivo amigo— ¿Cómo es que aún no he encargado una rana alucinógena ilegal? Esa mierda es mejor que las drogas que consumimos ayer.

Charasuke alzó una ceja interrogante y volteó la cabeza para ver mejor el perfil de Menma que fumaba acostado en el suelo como si nada. Como si no le importara que fueran los únicos idiotas echados en el suelo mientras todos los demás disfrutaban de la música bailando en la pista— ¿Rana alucinógena? ¿Y luego dices que yo soy el raro?

El comentario pareció indignar a Menma, pues este se incorporó sentándose de golpe haciendo a un lado de manera desconsiderada a una de las chicas que Charasuke emborrachó que había decidido usarlo de almohada en algún momento que no notó.

— ¿Estas de joda?

—No es como si en las noches me desvelara pensando en lo miserable que es mi vida por no haber lamido nunca una rana —Respondió Charasuke sentándose también, admirando el desastre a su alrededor. Debían ser como las cinco de la mañana y la fiesta parecía continuar eternamente.

—Jo, tú no sabes nada del mundo real —Lo molestó Menma parándose por fin del suelo, ofreciéndole la mano para ayudarlo más que nada queriendo hacer quedar al otro como “su majestad” por desconocer los placeres que disfrutaban la gente del bajo mundo.

Charasuke se mantuvo en silencio unos segundos, admirando la mano que le ofrecían como si fuera lo más interesante del mundo- ¿Entonces me lo vas a mostrar? —Preguntó por fin aceptando la ayuda y apenas estuvo de pie se acercó peligrosamente a Menma, arrinconándolo en una pared— ¿Me darás mi primera vez? —Insistió, mordiéndose los labios de manera sugerente. El ceño fruncido en el rostro del otro le regocijó- ¿Quieres saber qué más no he lamido nunca?

Ahí era cuando Menma decidía cortar el rollo, pero no de la forma en la que siempre lo hacía (empujándolo). Tomó ambos brazos de Charasuke de manera brusca notando como este abría los ojos más de lo normal y fue ahora él quien se le apegó lo suficiente como para sentir la respiración nerviosa del otro golpeando contra su rostro.

La luz que tenuemente iluminaba a ambos le impedía ver con claridad como su compañero enrojecía hasta las orejas, pero aun así era consciente de su nerviosismo  por la forma en como su respirar se volvía irregular.

—Estoy pensando desde hace días en ponerte de rodillas frente a mi polla y…

— ¡Ya! ¡Entendí! —Le cortó Charasuke nervioso, aparentando incomodidad— ¡Suéltame!

Menma sonrió, de manera que mostró toda su dentadura. Una sonrisa que Charasuke no supo interpretar, pero que sin dudas le gustaba.

—Desde hace tiempo que me vengo preguntando, ¿Cómo es que conquistas mujeres y no te las llevas a la cama? Ahora mismo, tenías cinco dispuestas a dejarse follar…

— ¿Qué me estas queriendo decir? —Cuestionó el moreno, poniéndose repentinamente serio. Algo inusual en él.

—Jo, creo que sabes lo que quiero decir —Menma chasqueó la lengua— ¿Seguro que tu coqueteo conmigo es solo en broma?

Por nada del mundo, se esperó que Charasuke lo agarrara con fuerza del cuello de su ropa y lo jalara hacia adelante permitiendo un toque de labios tibios y confiados.

¿Qué era esa sensación? No estaba seguro si la música a su alrededor se había apagado en el mismo momento que Charasuke le besó, como si los labios de este fueran un interruptor, que al mismo tiempo encendía algo dentro de él que no podía describir, o quizás no quería hacerlo.

Era extraño. Ninguno de los dos se movía y a nadie a su alrededor parecía importarle. Las manos apoyadas firmemente en su ropa dejaban en claro que no permitiría que huyera.

Y Menma estaba lejos de querer huir de ese contacto la verdad.

—Ains, Menma —Entonces dijo Charasuke, rompiendo el beso sutilmente, con sus labios tan cerca de los contrarios que al hablar podía rozarlos— Y dices que soy yo el que no conoce nada del mundo real, ¿Realmente me ves acostándome con cualquiera? —Seguido de eso, el moreno sonrió también, de una manera peligrosa que a Menma se le antojaba admirar por horas— ¿Qué pueden ofrecerme ellas a cambio de tener mi polla metida entre sus piernas? Nada. Así que no es como si valiera la pena.

Menma se hizo hacia atrás, observando hacia la misma dirección en donde el moreno lo hacía. El sillón en donde este había estado sentado antes coqueteando con el mismo grupo de mujeres que ahora se emborrachan hasta vomitar.

— ¿Y qué puedes obtener de mi besándome así? — Se atrevió a preguntar, escondiendo las manos en sus bolsillos mientras su atención se situaba completamente sobre su compañero que jugueteaba con una rosa que acababa de sacar de un jarrón.

Charasuke arrancó un par de pétalos en medio de su silencio, dándole vueltas a la pregunta que le hacían como si intentara encontrar una respuesta coherente a algo que él mismo desconocía. 

—Eso es lo que quiero averiguar —Respondió dejando caer descuidadamente el jarrón fino repleto de rosas sobre la cabeza de un chico drogado que había gateado hacia él sujetándose de su pierna con una mirada lasciva.

La sangre que comenzaba a fluir en el suelo, ensuciando los billetes en los que antes estuvieron recostados, pero a Menma no le importó en lo más mínimo.

Por fin la música se detuvo, en medio de miradas aterradas y sorprendidas cayendo sobre ellos. ¿Y qué?

El mundo los juzgaba, pero a ninguno de los dos parecía importarle.

Ninguna de esas expresiones superficiales que hacia la gente rodeándolos se podía comparar a la mueca de asco que Charasuke había hecho al ser tocado por un hombre cualquiera.

Entonces a Menma le quedó claro y Charasuke sonrió sabiendo que su mensaje había sido recibido.

Charasuke no se dejaba tocar por cualquiera.

Y Menma no era cualquiera.

.

.

.

— ¡Jaja, sus expresiones eran más que geniales! —Se iba riendo Uchiha como si nada en medio de la oscura calle, importándole una mierda que hubiesen tenido que salir corriendo a pie de esa casa dejando el auto deportivo atrás. Una reacción bastante idiota por parte de ambos la verdad.

Menma se aseguraba mientras seguía al moreno desde atrás de inspeccionar las calles aparentemente vacías por la hora. Suspiró dejando salir un vaho de aliento frío. Debían haber como dos putos grados de temperatura.

Charasuke parecía que también era consciente del frio pues tiritaba en medio de su animada caminata. Debía agradecer el alcohol que traía en su cuerpo o de lo contrario ya estaría a punto de coger una hipotermia.

— ¿Y? ¿Conseguiste algo? —Fue el propio Namikaze quien prefirió romper el silencio incómodo en el que habían caído ambos luego de lo sucedido momentos atrás. Charasuke se detuvo, esperándolo.

Apenas estuvo a su lado el moreno se le apegó al brazo temblando un poco.

—Ugh, que frío —Mencionó.

Entonces Menma pudo ver como aquellas mejillas blancas estaban sonrojadas al igual que la nariz respingada de su compañero producto del viento helado que pegaba en el rostro de ambos. Rechistó una maldición por lo bajo, y volteó la mirada hacia otro lugar que no fuera el moreno, pero no lo apartó.

Después de todo él también tenía frio. O esa era la excusa que quería tragarse para no admitir que le gustaba su compañía.

Uchiha no dijo nada más en varios minutos, en los cuales no soltó el brazo musculoso de Menma verificando si efectivamente este estaba permitiendo aquel contacto. Cuando se dio cuenta que realmente no lo apartaría como pensó que lo haría sonrió por la bajo, para luego buscar en el bolsillo de su chaqueta de cuero varios anillos y pendientes de oro enseñándoselos al Namikaze.

—Esto —Respondió a la pregunta anterior— Revisé los cuartos cuando fingí ir al baño pero la mayoría estaban cerrados.

—Debiste forzar las puertas —Alegó Menma enseñándole ahora él lo que había robado de aquella casa. Un par de relojes costosos y celulares de último modelo. Sin duda habían elegido bien al colarse en aquella fiesta.

Guardó los artefactos, aun en guardia, como si sintiera que lo estaban persiguiendo, pero sabía que esa sensación era producida por la costumbre. Nunca había asesinado a alguien sin tener a otra persona asechándolo durante semanas, y a veces meses. Aunque en esta ocasión él no había sido el culpable, la tranquilidad con la que Charasuke parecía haber tomado la situación le hacía parecerlo.

—No sabía que eras capaz de asesinar a una persona.

—Fue un accidente, tú lo viste ¿No?

Una de las cejas oscuras de Namikaze se alzó. ¿Accidente? La mirada que le había dado Charasuke a ese sujeto, dejaba en claro que aquello no había sido un simple accidente. 

—Menma, me gusta caminar contigo así —Mencionó entonces Charasuke, cambiando el tema. Sus dedos largos y delgados acariciaron su brazo por todo lo ancho entreteniéndose en palpar los músculos de este— Pero, me estoy muriendo de frio ¿Podemos pedir un taxi e ir a un hotel? Oh, mejor…

La frase a media terminar, justo delante de una tienda de autos que dejaba a la vista los modelos disponibles gracias a una enorme ventana, le hicieron sonreír de aquella manera socarrona y fascinante que solo Menma podía hacer.

—Jo, me encanta como piensas, ¿Cuál quieres? —Le dio a elegir al chico.

Charasuke encantado, soltó una risita entre divertido por la cortesía y avergonzado al mismo tiempo por esta señalando la camioneta todo terreno justo delante de ellos— Quiero esa, cariño.

—Tsk.

Ni siquiera se detuvo a darle vueltas al mote cariñoso que el Uchiha le decía de vez en cuando como antes, ya se había acostumbrado a eso, simplemente observó su objetivo pensando en conseguirlo a toda costa.

Analizó su alrededor. Nadie, ni un alma. Dos cámaras podían verse desde adentro. Puso las manos sobre el vidrio: delgado. Sonrió antes de tomar una piedra.

—Dos pulgadas, tres metros de largo y cinco de ancho —Analizó Charasuke mientras golpeaba la ventana con el dedo buscando una zona en específico. El sonido delicado y más alto de un pequeño punto en medio de la ventana le hizo morderse los labios— Aquí —Señaló.

“Nada mal”

Menma no podía evitar sorprenderse cada vez que el moreno mostraba alguna habilidad como aquella.

Inteligente, habilidoso, atractivo…

Sus ojos  se abrieron más de lo normal cuando observó como Charasuke pegó sus labios sobre el vidrio helado dejando una marca con estos, para luego decirle de manera inocente “Apunta aquí, no vayas a fallar, Menma”

Jodidamente excitante.

El movimiento fue uno y la precisión correcta. Las alarmas sonaron de inmediato en medio del estruendo causado por los cristales cayendo contra el suelo.

Menma se apresuró a entrar al local, metiéndose al auto sin problemas. Charasuke no tardó en unírsele buscando en los frenos los cables que necesitaba unir para hacerlo encender.

Bingo.

— ¡Con un demonio, Charasuke! —Gritó sin poder evitarlo, más sorprendido que antes con aquel chico que parecía todo saberlo, cuando el auto encendió poniéndose en marcha sin pensarlo.

Charasuke se carcajeó divertido— ¡Que divertido! ¡HAGÁMOSLO OTRA VEZ! —Pidió sacando la mitad del cuerpo por la ventana del techo y estiró los brazos emocionado como si estuviera en el parque de diversiones.

Sintiendo la adrenalina correr por su cuerpo, Menma abrió la ventana a su lado para gritar a todo pulmón — ¡CHUPENME LA POLLA, IMBÉCILES! —A lo que Charasuke gritó aún más emocionado apoyando su entusiasmo antes de bajarse.

—Ains, me gusta cuando te saltas los semáforos —Se rió el moreno notando como estaban violando varias leyes de transito de pasada. Encendió la radio, dando con una estación de música rock que subió a todo volumen.

— ¡Joder, Charasuke, joder! —No paraba de decir Namikaze, extasiado. Ahora más que nunca pensaba en que Charasuke era su puto ángel guardián, quizás enviado por su difunta madre que nunca dejó de amarlo a pesar de toda la mierda que había hecho — ¿Trabajaste en la CIA o alguna de esas mierdas?

— ¡Ojalá! —Gritó, en medio de su canto haciendo un mini baile usando sus brazos que hizo reír a Menma— ¡Siempre quise robar algo grande! ¡MAGINA LO QUE PODRIAMOS HACER JUNTOS, MENMA! ¡YO SOY EL CEREBRO Y TU ERES LA FUERZA! ¡YA SABES, COMO EN LAS PELICULAS!

La idea era tentadora, sus labios apretados y sus ojos azules iluminados demostraban lo mucho que parecía gustarle la idea de meterse en algo peligroso que podría costarle años en prisión. 

Volteó a ver a Charasuke que parecía sumergido en su propia emoción.

La música fuerte, ensordecedora y perfecta.

Su rostro acercándose al contrario provocando un choque nuevo de miradas.

No eran solo cómplices y parece que comenzaban a entenderlo.

Sus labios tocándose por segunda vez, delicadamente. La risita encantadora de Charasuke y la carcajada divertida de Menma.

Ambos se mostraron el dedo medio sufriendo un repentino ataque de risa.

Notas finales:

¡Muchas gracias por leer y darse el tiempo para dejar sus votos y comentarios! De verdad lo aprecio :') nos vemos la próxima vez!


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