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Persecutie [MenChara ] por Ckonny Nickole

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05.

—Asesiné a alguien.

—Mh~ sí que eres peligroso.

Menma solo reviró los ojos dejando que Charasuke le llenara el cuello de besos en medio del abrazo que parecía no querer deshacer.

El despertar de ese día había sido demasiado placentero, lo suficiente para atemorizarlo. Después de todo, él no debería haber dormido tan a gusto siendo consciente de que era cuestión de horas para que esos malditos perros de la mafia descubrieran lo que había hecho.

Estiró la mano para alcanzar su celular sobre la mesita de noche a su lado. Doce con cinco minutos.

Se suponía que partirían de Konoha apenas amaneciera para evitar los problemas que sabía que vendrían si se quedaba por más tiempo, pero seguían ahí, en la habitación de un hotel barato cuya ausencia de seguridad tanto de personal como de las puertas los dejaban más expuestos al peligro que podía sentir acercándose de manera silenciosa e imprevista.

¿Entonces por qué no se ponían en marcha de una vez si era consciente de la situación?

Las manos tibias y suaves de Charasuke acariciándole la nuca para llamar su atención parecían querer darle la respuesta a su pregunta. Observó el mohín disgustado del moreno recostado a su lado y le envolvió la cintura con el brazo acariciándosela sutilmente logrando que este le regalara una sonrisa satisfecha.

¿Cuánto tiempo llevaban así? Abrazados en la cama mientras repartían caricias superficiales en el cuerpo del otro en medio de conversaciones incompletas y sin sentido.

Horas, estaba seguro de hecho.

Debió haber imaginado por la personalidad de su compañero que a este le gustaba la atención y el cariño. Charasuke fue el que le despertó en medio de un intento de cosquillas y un beso en la boca seguido del más adorable “Buenos días, cariño” que le revolvió incómodamente el estómago.

— ¿Qué piensas tanto, eh? —Cuestionó el moreno después de que dejara su celular en donde estaba.

No respondió de inmediato, abrumado por la sensación desconocida que provocaba Uchiha en él.

—En que no tenemos mucho tiempo —Respondió por fin haciendo amago de querer separarse pero Charasuke se lo impidió aferrándose a él con algo de fuerza.

— ¿Podemos malgastar unos pocos minutos del tiempo que nos queda?

— ¿En qué?

El beso apasionado sobre su boca fue lo que recibió como respuesta. No se había dado cuenta hasta ahora, pero estaba seguro que el otro también era consciente de que las palabras para ambos se volvían en ocasiones innecesarias, pues podían entenderse fácilmente con solo una caricia o mirada.

Charasuke le mordisqueó el labio inferior riéndose luego de hacerlo a lo que Menma posa dos dedos sobre los contrarios. El moreno sacó la lengua para ensalivarlos en medio de miradas excitantes que lo hicieron gruñir.

—Entonces… —Mencionó Charasuke cuando los dedos de Menma fueron retirados de su boca permitiéndole hablar. Tembló al sentir las manos heladas de este acariciarle la cintura bajando peligrosamente por sus glúteos buscando aquello que el moreno estaba dispuesto a entregar nuevamente. La intromisión de ambos dedos dentro de él le sacó un suspiro ahogado— Mh… ¿Sólo mataste a alguien y por eso te ganaste tanta amenazas atemorizantes? —Cuestionó retomando el tema anterior del que estaban conversando poco importándole que la situación no fuera la más adecuada para seguir con ello.

Menma frunció el ceño mientras succionaba una gran porción de piel de ese cuello blanco y doblaba sus dedos dentro del apretado interior de Charasuke haciéndole gemir.

—Esa mierda ya no importa, concéntrate —Pidió quitando sus dedos para voltearlo sorpresivamente dejándolo boca abajo. Le soltó una nalgada cuya fuerza dejó una marca roja en la zona golpeada.

— ¡Que bruto! —Se quejó Charasuke en medio de una risa divertida que demostraba que no le desagradaba para nada el asunto.

Menma torció una sonrisa encantado por la vista que tenía delante de él. Ahora que había más luz podía apreciar claramente cada centímetro del cuerpo del Uchiha y uf, nunca le había parecido un cuerpo masculino tan ardiente como aquel. Era imposible no admirar aquella piel blanca inmaculada que cubría la esbelta figura de Charasuke.

Se adentró en el interior del chico mordiéndose los labios de gusto. La calidez de aquel no se comparaba al de ninguna chica.

—Jo, ¿Bruto, dices? —Cuestionó deteniéndose unos momentos antes de comenzar a embestirlo. Observó como las manos de Charasuke se apretaban volviéndose puños— Tsk, a mí se me hace que te gusta.

Charasuke que había cerrado los ojos y recargado la mejilla contra el colchón dejándose totalmente a disposición del otro abrió la boca no solo para gemir— ¡Me encanta! ¡Tú polla es asombrosa!

Menma se carcajeó sintiendo su orgullo inflarse hasta límites insospechados. Joder, es que estaba seguro que no cualquiera podría tener la suerte de follarse a semejante espécimen humano y se encargaría de ser el único de poseerlo. Aunque tuviera que asesinar con sus manos al hijo de puta que quisiera ponerle un solo dedo al Uchiha encima. Ya lo tenía decidido.

El movimiento de caderas producía  un sonido húmedo al chocar sus pieles. En ningún momento intentó ser considerado, embestía a Charasuke con todas las ganas que le tenía y este parecía disfrutarlo porque no paraba de gemir su nombre y exclamar cosas demasiado vergonzosas como para repetirlas.

—El vecino se volverá a quejar —Comentó con diversión, en medio de jadeos cuando se acercó para besarle la nuca.

— ¡Ah! ¡Por mí que entre y nos vea coger para que se dé cuenta lo difícil que es mantener la boca cerrada! Ugh… —Alegó con la frente sudorosa apoyada en el colchón sintiendo que se mareaba de tanto placer— ¡Menma, cariño, por favor… no pares…!

—No… no pensaba hacer eso… —Gimió Namikaze sin dejar de embestirlo. Frunció el ceño al sentir que se vendría pronto y por la cantidad de líquido que soltaba el pene desatendido parecía que no sería el único.

Acarició esa zona del moreno haciendo que gritara agudamente para luego sentir como el cálido interior de este se estremecía y contraía sobre su miembro apretándolo producto del orgasmo. No pudo evitar correrse también, en el interior del Uchiha saliendo segundos después para admirar como las caderas temblorosas se mojaban en semen.

Un increíble espectáculo.

—Oh Dios… esto es tan bueno… pero tan bueno —Decía Charasuke entre jadeos reincorporándose en la cama para verlo, pero no precisamente al rostro sino a otra parte— Es tan grande y asombroso —Acto seguido el moreno traviesamente acarició el pene de Menma con su mano haciéndole respingar.  

Menma inmediatamente apartó su mano, no porque no quisiera que le hiciera una paja (joder, ¿Quién no quiere eso?) sino porque era consciente de la hora.

—Tenemos que irnos ya, Charasuke —El nombrado hizo un mohín disgustado haciéndole revirar los ojos— ¿Qué?

—Podrías ser más cariñoso conmigo, sabes.

—Tsk, ¿De qué hablas ahora?

—Yo no he dejado de alagarte y tú no me dices nada, ¿Cómo sé que te gusto también?

Oh, un momento, ¿Charasuke acababa de declarársele? Pestañeó un par de veces entre confundido, impactado y apurado por el tiempo.

— ¿Qué? —Cuestionó como idiota haciendo que el moreno se levantara de un brinco de la cama para ponerse su ropa. A Menma se le pasó por la cabeza que el otro se había ofendido y ahora pensaba irse de ahí por lo que lo agarró del brazo— Explícate, no te entiendo, ¿Qué es lo que quieres?

El moreno soltó un hondo suspiro— Quiero que me digas si te gusto también, joder. Qué lento eres con un demonio.

Ah, así que si era lo que creía. Era demasiado vergonzoso decirlo en voz alta así que simplemente lo arrinconó besándole apasionadamente. Sus miradas volvieron a conectarse al separarse unos segundos. Maldición, Charasuke le hacia sentir la necesidad de seguir encerrado en aquella habitación por siempre.

Lo hubiese hecho de no ser porque tocaron la puerta con fuerza. Un ruido lo suficientemente escalofriante como para ignorarlo.

—Mierda —Se separó del chico para terminar de vestirse a duras penas y se acercó a la puerta.

Charasuke rápidamente comenzó a ordenar el dinero desparramado por toda la habitación metiéndolo en el bolso en el que Menma lo había traído la noche anterior echándoselo al hombro. Abrió la ventana echándole un vistazo abajo.

Menma estaba por abrir la puerta cuando volvieron a tocar, de la misma forma en la que lo habían hecho antes pero apenas tuvo la mano sobre el picaporte una bala atravesó la madera pasando justo por sus narices.

—Tenemos que irnos —Dijo Charasuke desde el otro lado de la ventana, sosteniéndose de la escalera de seguridad que pasaba por fuera de esta.

—Joder, mueve ya —Ordenó apresurado escuchando varias armas cargándose al mismo tiempo antes de soltar disparos que chocaban con todas las cosas de la habitación mientras él intentaba esquivarlas a duras penas. Casi se cae al intentar salir por la ventana pero eso era lo de menos.

—Las llaves, ¿Las tienes? —Preguntó Charasuke metiéndose al auto. El ruido de una patrulla policial le hizo respingar sintiendo su corazón apresurarse.

Menma encendió el auto luciendo más nervioso que antes.

— ¡Por esto te dije que teníamos que irnos! —Alegó echándose a andar de inmediato— Con una mierda, estos hijos de perra.

Había echado a andar el auto a la máxima velocidad posible sabiendo que ya para ese entonces, algunos autos escondidos le estaban esperando para seguirlo. No era la primera vez que intentaba escapar de esos idiotas después de todo y estaba decidido a no ser atrapado esta vez.

Estaba alerta, la respiración se le entrecortaba y las manos le temblaban sobre el volante. ¿Por qué estaba tan nervioso de repente? El sonido de notificación de Charasuke hizo que desviara la mirada de enfrente para ver al moreno viendo como este revisaba algo en su celular antes de volver a concentrarse en el camino para no chocar a nadie por estar pasándose los semáforos.

Al doblar en una esquina se percató que la cantidad de autos que andaban tras él había aumentado considerablemente. La bocina de una patrulla policial rondando la ciudad se escuchaba más cerca que antes también. Si, ahora sí lo estaban persiguiendo, de una manera demasiado discreta que le enfermó.

Charasuke tenía los ojos bien abiertos mientras veía el video que le habían enviado por mensaje bajo la cita de ¿Qué diablos se supone que estás haciendo? Yo mismo iré a buscarte”. Se mordió los labiosy volvió a reproducirlo ahora subiéndole el volumen para que Menma escuchara.

“Noticias de último mínimo: se pide a la ciudadanía mantener la calma mientras se lleva a cabo el operativo policial para capturar a los delincuentes Menma Namikaze y… su compañero sin identificar.”

—Ese hijo de puta de Obito, con sus malditos perros bastaba ¡¿Cómo es que incluso informó a la policía?! Su abuso de poder nunca ha tenido límites con una mierda.

Escuchaba a Menma maldecir, sin embargo, no entendía lo que este estaba diciendo pues su mirada estaba concentrada en la mujer de cabello negro que anunciaba las noticias y su acompañante que la observaba como queriendo preguntarle por qué no dio a conocer el nombre del segundo criminal.

¿La razón? Charasuke la sabía de sobra.

— ¡Agáchate!

Salió de su estupor a tiempo cuando el vidrio de su ventana pareció explotar producto de una bala silenciosa proveniente de un auto que los estaba esperando en otra esquina, casi a la salida de Konoha.

— ¡Mierda! —Menma giró el volante rápidamente para cambiar el rumbo al percatarse de las patrullas bloqueando el camino más adelante pero se vió de frente a los autos negros que le seguían por detrás.

—Wow —Exclamó Charasuke impactado por el dramatismo de la situación. Con su dedo terminó de quitar los vidrios de la ventana que habían quedado en el marco— Esto es tan…

— ¡¿QUÉ DIABLOS HACES?!

—Excitante.

De no ser porque Menma frenó de golpe para luego agarrarlo con fuerza echándolo hacia atrás con asiento y todo otra bala le hubiese atravesado el cráneo.

Sentía la respiración agitada de Menma sobre su oreja mientras este lo abrazaba protegiéndolo de las balas que chocaban contra el metal de la camioneta. Una tras otra en mayor número.

Estaban atrapados.

—Con una mierda —Masculló Menma con el rostro muy cerca del suyo.

Los ojos azules buscaron los suyos mostrándose algo aliviados de no tener ningún rasguño. La mano fría de Menma dio con su mejilla acariciándosela y él la tomó con la suya presionándola, como si con eso quisiera consolarlo y decirle que todo estaría bien.

Menma sintió que nuevamente estaba a punto de asesinar a alguien con sus mentiras, al igual como lo había hecho con su madre, pero ¿Qué más podía hacer?

Charasuke se acercó un momento para presionar sus labios con los suyos en medio del bullicio causado por las balas, separándose únicamente cuando este cesó de manera abrupta.

— ¡Namikaze! —La voz ronca de un hombre llamándolo hizo que se reincorporara.

— ¡Menma! —Charasuke lo tomó del brazo intentando impedir que saliera— Por favor… no vayas…

Suplicó como nunca en su vida lo había hecho, dispuesto a forcejear si tenía que hacerlo con tal de que su amante no saliera temiendo que lo asesinaran apenas pusiera un pie fuera del auto.

—Charasuke —Dijo Menma con una seriedad que asustaba.

—Por favor… —Insistió. La bala chocando contra el metal de la puerta hizo respingar a ambos— Te van a matar, Menma. Por favor…

— ¡¿Cuánto más tengo que esperarte, maldito?! ¡Tú y tú maldito amigo salgan ahora!

Los ojos de Menma parecieron cambiar cuando escuchó que los llamaban a ambos y no pudo evitar maldecir por lo bajo. Por un momento, rogó que Obito solo lo buscase a él y solo a él.

Su vida era una mierda, le valía lo que pasara con él, pero con Charasuke era diferente.

—Menma… —Escuchó la voz del moreno. La cicatriz en su brazo parecía quemar ante el agarre de aquellas manos que lo sanaron la primera vez que se conocieron.

— Escúchame —Pidió, viéndolo con una tranquilidad que Charasuke supo que era falsa— No te va a pasar nada, no dejaré que ese hijo de puta te toque, ¿Está claro?

— ¡No me importa! —Le hizo saber de inmediato que el miedo que sentía no era precisamente por lo que le fuera a pasar— ¿Y qué pasará contigo, eh? ¡Dime! Dijiste que me llevarías contigo, ¿Vas a dejarme ahora? —Sus ojos se entrecerraron dolidos.

Menma sintió una punzada en su pecho difícil de ignorar. Podía sentir la preocupación de Charasuke  tanto como la suya

—Hey, amorcito —Lo llamó de una manera ridícula (según él) más que nada para burlarse de él y sus motes cariñosos con los que solía llamarlo.

Charasuke se mordió los labios acongojado.

—Me gustas —Confesó observando claramente como aquellos labios enrojecidos por la fricción causada por los dientes que antes presionaban sobre la carne temblaban a causa de sus palabras— Ahora puedo morir tranquilo. Perdón por esto —Dijo antes de abrir la puerta de la camioneta de una patada en donde un tipo le apuntó con el arma inmediatamente obligándolo a bajarse alzando ambas manos mostrándose desarmado.

Charasuke rápidamente se bajó también sin esperar a que se lo pidieran.

—Se puede saber… —Empezó a decir entonces un hombre alto cuya cicatriz en su ojo le daba un aspecto intimidante. Se acercó al cabello negro de Menma que se habia teñido hace poco estirándoselo mientras varios sujetos lo apuntaban con un arma— ¿Cómo cojones se te ocurrió traicionarme?

—Jo —Menma sonrió para luego escupirle recibiendo un puñetazo en la cara que le hizo escupir sangre— Teníamos un trato… —Musitó— ¡UN CORAZÓN PARA MI MADRE A CAMBIO DE TODA LA MIERDA QUE ME HICISTE HACER, CABRÓN! ¡¿LO RECUERDAS?!

Obito que ni se inmutó con el grito del Namikaze se hizo el desentendido— De todas formas esa mujer no merecía vivir —Soltó desconsideradamente riéndose de Menma que intentó golpearlo siendo detenido por los muchos guardias a su alrededor— ¡Un mujer que trajo al mundo un desperdicio como tú no merece vivir en mi ciudad perfecta!

— ¡Voy a matarte, hijo de puta! —Gritó Menma a lo que el hombre dio la señal para que le apuntaran a Charasuke haciendo que Namikaze se quedara quieto de inmediato.

—Así que, este es tu supuesto amigo —Comentó acercándose al moreno que se había puesto de rodillas por culpa de los tipos que le apuntaban con el arma de igual forma que a Menma— Eres hermoso —Mencionó admirándolo.

— ¿Usted cree? —Preguntó Charasuke de vuelta con sarcasmo cargado en su voz.

—De verdad, lo creo —Respondió poniéndose de rodillas para verlo más de cerca— Si no fuera porque estas cerca de esta inmundicia te hubiese dejado libre.

— ¡No lo toques, infeliz! —Advirtió Menma de inmediato— ¡Él es solo un rehén!

Charasuke abrió los ojos con sorpresa al igual que el sujeto que se volteó a verlo queriendo comprobar la verdad en sus palabras.

—Menma…

— ¡Yo lo obligué! —Siguió el Namikaze— Le dije que mataría a su familia si no me ayudaba a ocultarme ¡Pero es un inútil! ¡Un completo imbécil que mete las narices en donde no debiese!

— ¿Lo que él dice es cierto? —Le preguntó Obito a Charasuke analizándolo también. Antes que siquiera pudiese responder la mujer del mafioso apareció corriendo entre los guardaespaldas.

— ¡Cariño! —Gritó ella— ¡Créele, yo misma ví como ese sujeto lo extorsionaba! —Mintió descaradamente guiñándole el ojo apenas su marido desvió la mirada hacia otro lugar. Al parecer, había conquistado demasiado bien a esa mujer.

Quiso desmentir esas palabras y dejarse al descubierto, ¿Qué importaba salvarse solamente él? Por primera vez en su vida odió la suerte que tenía. Buscó a su alrededor, algo, cualquier cosa que pudiese servirle para huir pero todo parecía jugarle en contra en su plan de salvar a Menma.

— ¡¿Escuchaste?! ¡Lo usé! ¡Así que déjalo en paz!

—Ya lo oí —Aclaró el hombre creyéndole totalmente a su esposa que también era su mano derecha y no creía que esta pudiese mentirle— Él puede irse —Ordenó a sus matones que dejaron de apuntar al Uchiha con las armas.

Menma dejó salir un suspiro aliviado mientras le enviaba miradas furtivas a Charasuke queriendo que este se fuera de una maldita vez antes que el sujeto cambiara de opinión pero este no parecía querer mover ni un puto musculo.

Y no es que Charasuke no quisiera hacerlo, sino que la presencia del auto estacionado metros más allá se lo impedía. No porque le temiese, sino por lo que pasaba por su cabeza al verlo.

Namikaze estaba a punto de gritarle que se fuera al demonio y saliera de su vida pero justo en ese momento los ojos negros de Charasuke parecieron atravesarle.

Su mirada oscura siempre le había parecido atrayente y misteriosa, pero ahora, quizás por el deseo que le tenía, se veía más hermosa que nunca y no por ello menos enigmática haciéndole preguntarse, ¿Qué era lo que estaba pasando por la cabeza de aquel que siempre creyó ser su ángel guardián?

Era inteligente, pero sin dudas no demasiado.

Antes que siquiera pudiera escuchar unas últimas palabras de su amante el golpe propinado por uno de los guardias de Obito sobre su cabeza le hizo caer rendido al piso cayendo en la inconciencia inmediata.

 

 

Notas finales:

Como dije a un comienzo, este fic iba a ser cortito y lo será, el siguiente capitulo es el último
Muchas gracias por su apoyo y mensajes de animo, los aprecio mucho pese a que aun siento algo raro al escribir pero no importa, ya pasará.
Nos vemos! 

 


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