Bill se había casado hacia cuatro años y por uno había sido el hombre más feliz del mundo. Hasta que su madre y hermana habían muerto ese fatídico dos de mayo en la batalla de Hogwarts. Hacia dos años, durante una discusión había perdido el control y había agredido a Fleur, su esposa, quien tras salir del hospital se había mudado a casa de sus padres y pedido el divorcio, alegando diferencia irreconciliable.
Desde entonces se había dedicado solo a trabajar, sin pensar en nada fuera del ámbito laboral, al grado de ganarse la confianza de los duendes del banco. A menudo su padre y hermanos le aconsejaban rehacer su vida, darse una nueva oportunidad de ser feliz, pero él no tenía ganas de eso. Su vida se había acabado en el instante que había firmado los papeles del divorcio. Ahora seguía vivo solo porque le faltaba el valor para dejar de respirar
Ese día en especial todo le había salido mal. Su reloj no había sonado y se había quedado dormido más de la cuenta. Cuando entro a la ducha, el agua caliente no funcionaba. Su cocina decidió literalmente explotar inundando de humo todo su departamento.
Su chimenea se había descompuesto por lo que había sido transportado a otro lugar, llegando un segundo tarde al banco por lo que se había ganado una severa reprimenda de parte del duende supervisor, quien le había puesto una amonestación.
Se le ordeno romper una maldición de la cámara novecientos sesenta y nueve para que los herederos del difunto dueño tuvieran acceso a ella, sin embargo todo se había salido de control y él había salido expulsado contra un muró. Había despertado en el hospital con la novedad de que había sido despedido
Desde entonces todo había ido de mal en peor, hasta que hacia unos días atrás cuando una lechuza del banco con una nota donde se le pedía presentarse de manera inmediata.
Se dio un baño rápido regándole a Merlín por un milagro y cruzo la chimenea.
Ni bien piso el suelo del banco se le informo que debía presentarse ante el presidente de este.
Camino presuroso entre los pasillos hasta llegar a la oficina indicada y llamo a la puerta
- Adelante – dijo Nokgor, actual presidente de Gringotts
- Buenos días – dijo Bill entrando en el lugar – ¿me mando llamar, señor?
- Pase Weasley – dijo el duende – lo mande llamar porque usted a estado llevando las cuentas del señor Krastev
- Así es señor – dijo Bill – todos sus movimientos están registrados en la carpeta que le entregue al supervisor
- Y todo esta en perfecto orden – dijo el duende y fue cuando el pelirrojo noto la presencia del otro mago
- Señor Krastev – dijo Bill sorprendido – buenos días
- El señor Krastev se niega a ser atendido por otra persona que no sea usted Weasley – dijo Nokgor cosa que sorprendió a Bill
- Su profesionalismo me sorprendió y la verdad es que no me quiero arriesgar a que eso cambie - dijo Krastev
- Por lo tanto – dijo Nokgor – usted debe seguir al frente de ello. Señor Weasley lleve al señor Krastev a su oficina para que puedan conversar más cómodamente
- Enseguida señor – dijo Bill –. Por aquí señor Krastev
- Solo Boris por favor – dijo el rubio – y después de ti – le dijo cediéndole el pasó
Había algo en ese hombre que siempre había puesto nervioso a Billy. Se habían conocido hacia un año cuando Krastev había solicitado una cámara con máxima seguridad y Bill había sido el encardo de ponerle las protecciones pertinentes. De ahí en más se había afianzado una especie de amistad entre ambos hombres viéndose de vez en cuando fuera del ámbito laboral.
Amistad que en algún momento había sufrido un cambio a medida que los abrazos se extendían más de la cuenta, las miradas eran cómplices y las confidencias habituales
En esas largas caminatas por el callejón Diagón durante la hora de almuerzo de Bill había descubierto que Boris prácticamente había hecho toda su fortuna en base a una línea de ropa deportiva muy nueva en el mercado pero que ya estaba completamente posicionada
Boris vivía en el extranjero, aunque realmente no tenía un domicilio fijo ya que siempre estaba viajando de chimenea en chimenea debido a sus negocios
- Deberías visítame algún día en Bulgaria – dijo el rubio mientras se paraban frente al aparador de la Librería Flourish y Blotts – te encantara Sofía. Te llevare un día de estos e iremos al Museo Arqueológico Nacional tiene un estudio completo de la cultura de las tribus y pueblos que han ocupado la actual Bulgaria desde el pasado remoto hasta el siglo XVIII. También iremos a Borisova Gradina, es un hermoso parque que construyo el zar Boris III. El mercado central de Sofía te va dejar sin palabras
- Yo iré donde tú quieras – dijo Bill y enseguida se dio cuenta de sus palabras, razón por la que se sonrojó
- ¿Hablas enserio? – dijo Boris
- Claro – dijo Billy nervioso – somos amigos
- Pero yo… – dijo el rubio con voz suave parándose detrás de él – quiero ser mucho más que tu amigo. Quiero ser quien te provoque todo tipo de emociones – le susurro Boris abrazándolo por la espalda mientras Bill miraba hacia todas partes ya que estaban en un lugar completamente público –. Quiero ser el responsable de tus sonrisas y de tus gemidos – le susurro mantras metía su mano izquierda en la pretina del pantalón del banquero para masturbarlo lenta y tortuosamente
- Es… estam… os… – apenas logro decir el entre gemidos – lugar… pu… pub…bli…
- No te preocupes por eso – le susurro Boris – todo aquel que nos mira sólo ve a dos amigos conversando amenamente. Dos amigos que entraran en la heladería y se sentaran en una mesa para ponerse al día en sus vidas – prometió mientras otro gemido de placer se le escapaba al pelirrojo
- Billy – dijo una voz detrás de ellos y giraron para ver como Ron y Harry sonrientes se acercaban a saludar
- ¡Ron! ¡Harry! – gimió Billy presa de la lujuria que estaba sintiendo en este momento - ¿Cómo están?
- Bien – dijeron ambos aurores atrechándoles la mano
- Les presento a un amigo – dijo Bill con la vista nublada debido al placer que estaba experimentando en ese momento – Boris Krastev
- Primer ministro – dijo este inclinando ligeramente la cabeza – señor Weasley
- ¿Nos conocemos? – pregunto Ron intrigado
- Me temo que personalmente no – dijo Boris sonriendo mientras el mayor de los hermanos Weasley no aguantaba más y llegaba a un espectacular orgasmo – pero Billy me ha hablado mucho de ambos
- Billy ¿te encuentras bien? – pregunto Harry
- Si – dijo este sonriendo aunque algo sorprendido por la pregunta – acaso ambos aurores no habían visto todo lo que su amigo le había hecho en su presencia
- Nosotros nos tenemos que ir – dijo Ron – cuídense
- Permiso – dijo Harry y se alejaron
- ¿quieres un helado? – dijo Boris como si nada
Entraron a la heladería y se sentaron en la mesa que estaba en mitad del lugar, que debido a la hora y fecha estaba repleto de familias completas
Bill pidió un de chocolate, mientras que Boris pidió uno con sabor a mantequilla.
Mientras mas conversaban Billy se sentía mas impactado por la imponente y atrevida forma de ser de su amigo que no dejaba de acariciaba el muslo deslizando su mano hacia su entrepierna
- Lograras que nos detengan los aurores – dijo el pelirrojo a punto de llegar a un nuevo orgasmo
- Billy – dijo sonriendo – te hice gritar frente a tu hermano y al propio ministro de magia y ni lo notaron
- El lugar esta lleno – susurro este
- Párate – ordeno el hombre sonriendo de manera encantadora – siéntate aquí – le susurro señalándole sus muslos
- ¿Qué? – dijo Bill mirando hacia todos lados
- Confía en mí – dijo Boris suavemente
Bill lo pensó por un segundo y obedeció sintiendo como sorpresivamente su trasero estaba completamente desnudo al igual que la entrepierna de Boris
- ¿quieres que me siente ahí? – dijo sonriendo sorprendido
- No – dijo Boris sonriendo – quiero que seas una amazona y cabalgues ahí
- ¡Estas loco! – dijo Bill sonriendo
- Niega que te gusta – dijo Boris metiendo las manos bajó la túnica para acariciándole los muslos
- ¿Cómo es que nadie se da cuenta de lo que hacemos? – pregunto el pelirrojo intrigado
- ¡Magia! – Dijo Boris y ambos lanzaron una carcajada – siéntate. Te va gustar
- Es que… – dijo Bill mirando hacia todos lados
- Hermoso, te hizo gritar un orgasmo en mitad de la calle mientras conversabas con tus hermanos – dijo Boris sonriendo – y nadie lo noto ¿cierto?
- Es que…. No soy gay – dijo Billy nervioso mientras hacia la entrepierna del extranjero
- Nadie dijo que lo seas – aseguro Boris a medida que el otro iba cediendo y se sentaba en sus piernas esquivando su erección – aquí lo que hay es un hombre de verdad que te va demostrar con hechos que naciste para que él te llene de placer – y antes que Bill pudiera reaccionar se hundió arrancándole un grito de placer que el pelirrojo nunca llego a creer que podía llegar a sentir – ¿Te gusta?
- Bo… – gimió Weasley cerrando los ojos
- ¡abre los ojos! – Ordeno el extranjero moviéndose dentro suyo a su completo capricho – ¡abre los ojos! – Y Bill obedeció – eso quiero verte mientras dices quien eres
- Soy lo tú quieras – dijo Bill jadeante
- ¿Y si quisiera ser tu dueño? – dijo el rubio acendrando el ritmo
- ¡Si…! – dijo Bill
- ¿sí que? – dijo Boris
- ¡Eres mi dueño! – Grito Bill alcanzando el orgasmo mientras echaba la espalda hacia atrás y Boris sonrió – ¡mi único dueño!
- ¿Los señores necesitan algo más? – dijo el mesero sonriendo
- Dos helados más de chocolate – dijo Boris mientras le besaba el hombro a Bill
- ¿me dieras como es que nadie ve lo que hacemos realmente? – dijo Billy intrigado apoyando la cabeza en el hombro de Boris
- A su debido momento, te lo explicare – prometió Boris con voz suave cuando el mesero dejo los dos helados en la mesa – por ahora relájate y disfrutemos de nuestro pequeño secreto
- Te amo – dijo Billy sonriendo
- Come hermoso – dijo dándole una cucharada de helado – aun tenemos varias travesuras que hacer antes de que vuelvas al trabajo
- ¿aquí? – dijo Bill sonriendo
- Aun no quedas embarazado – dijo Boris ý ambos volvieron a reír
- Amor – dijo Bill apenado – debo volver al trabajo
- Entendido ¿puedo ir a tu casa hoy? – pregunto Boris besándole el cuello
- Claro – dijo Bill bastante animado
- Tengo varías cosas en mente – dijo besándole los labios y vistiéndolo nuevamente con un pase de varita – para continuar esta comida ¿te gusta la idea?
- ¡Me encanta! – Dijo Billy emocionado y lo besa apasionadamente – te estaré esperando.
- Nos vemos luego – dijo Boris mientras Bill salía del lugar – esta noche será inolvidable – dijo el rubio
Una sonrisa apareció en los labios del rubio que suspiro satisfecho. Faltaba tan poco para cumplir el objetivo deseado. Miro su reloj aun debió reunirse con e ministro Potter
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Bill estaba terminando de arreglar la mesa cuando una lechuza entro en la sala y dejo una carta a su lado antes de salir volando
Tomo el sobre y leyó:
“Mi hermosa pelirroja:
Lamento escribirte para disculparme ya que no podre ir a tu casa esta noche debido a una reunión de emergencia que tengo en Lima – Perú mañana a primera hora con unos inversionistas. Pero no creas que no quiero verte. Te envió un traslador con hora y fecha. Vístete casual te prometo que será inolvidable.
Mientras tanto te envió un traslador pre activado junto a la fecha y hora.
Tuyo, Boris
P. E. Adjunto un pequeño regalo que espero uses pensando en mi”
Bill no pudo evitar sonreír cuando del sobre saco un dilatador anal.
Ya había visto esos juguetes antes. Él mismo le había sugerido a Flor usar esos modernos pluying. Consistía en el aparato se activaba con un pequeño hechizo provocando que a distancia se le causaba placer al portador como sí quien lo activase este a su lado.
Iba ser como estar veinticuatro horas al día con Boris