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Difícilmente por BocaDeSerpiente

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—...creo que ese es el último, veamos —Draco repartió el libro entre los calderos que sus amigos sostenían, y comenzó a contar con los dedos de una mano—. ¿Pociones Avanzadas?

—Lo tenemos —Hannah asintió después de darle un vistazo a su caldero.

—¿Astronomía?

—Sólo tú y yo vamos a ver los EXTASIS de Astronomía —Zacharias sacó el libro de su caldero y se lo mostró.

—¿Herbología?

—Todos lo tenemos —Susan elevó el libro por encima de sus cabezas y lo agitó, como si fuese una especie de premio.

—Uhm, ¿Runas Antiguas Avanzadas y Alquimia?

—Aquí —Hannah volvió a alzar el caldero—, aunque sólo nosotros veremos Alquimia.

—¿Y los de Adivinación?

—Sussy y yo los tenemos desde hace días —Justin hizo un gesto vago con la mano y se encogió de hombros. Draco recorrió con la mirada a sus amigos y sonrió.

—Creo que ya terminamos aquí entonces. Oficialmente tenemos todo.

—Head Girl, guíanos hacia la salida —Susan y Justin realizaron dramáticas reverencias y abrieron paso a Hannah, que se rio y simuló abrir una marcha militar hacia el exterior de la tienda. Formaron una fila al caminar, que se dispersó una vez que alcanzaron el Callejón Diagón, y se detuvo a medio camino de los padres de Hannah, cuando se dio cuenta de que una mirada verde, muy familiar, estaba fija en él.

Riéndose, les dijo que le dieran un momento y se abrió espacio entre los transeúntes, para correr hacia los brazos abiertos de Harry, que lo recibió con un beso en la mejilla. Estaba a punto de preguntarle por qué en la mejilla, cuando escuchó un carraspeo y se puso rígido.

Se apartó de su novio tan rápido, que casi se caen. Se aclaró la garganta y fingió no darse cuenta de que las mejillas le ardían, en cuanto tuvo que saludar a James y Lily Potter.

—No te vemos desde el cumpleaños de Harry —La mujer le peinó el cabello con una sonrisa maternal, y tuvo que hacer un esfuerzo por no desear abrir un agujero en el suelo, desde que se enteró que  podía hacerlo. Se aclaró la garganta de nuevo.

—Los Abbot me acompañaron a Francia, estábamos arreglando papeles. Le Manoir français Malfoy es toda mía —Le comentó a Harry, mirándolo de reojo. Su novio hizo un pequeño puchero y le pasó un brazo sobre los hombros.

—Francia queda muy lejos.

—Todavía queda el séptimo año, y seguro viviré unos meses con los Abbot o los Smith —Se encogió, con una sonrisa avergonzada.

—Claro, los Smith, como Zac no intentó que un Runespoor me mordiera la última vez que estuve ahí...

—Era la cabeza que no es venenosa, ¿de acuerdo? —Sentenció en voz baja, temeroso de que los mayores los escucharan—. Y me dijo que no fue a propósito.

—No, fue igual que cuando Abby me lanzó a su crup más agresivo en la finca familiar, o Sussy me dejó solo en el Londres muggle, o Tin dejó caer un tapiz de la Tejonera justo sobre mí para que no te besara.

Draco se mordió el labio un instante.

—Lo último fue gracioso —Mencionó en un susurro, y aunque su novio fingió estar enojado, volvió a besarle la mejilla y después se rio.

—Hasta que me caí y casi lloras.

—Sh, no lloré. Me preocupé, que es diferente.

—¿Sabes? —La voz suave de Lily, que se entretuvo hablando con su esposo un momento, y ahora parecía haber llegado a una conclusión, lo hizo dar un brinco. Ella sonreía—. Si no tienes dónde quedarte por navidad, podríamos venir con nosotros esas vacaciones.

Draco tenía un par de razones para no aceptar. Los padres de Hannah estaban haciendo planes por si iba a su casa, los de Zacharias ya lo habían invitado, sus amigos se preocuparían, Snape le diría que se estaba convirtiendo en un insolente Potter lentamente.

Pero significaría estar con Harry, y desde hace un tiempo, que había aceptado que aquella era una buena razón para lo que fuese.

Sonrió a la mujer.

—Me gustaría, gracias —Y cuando la vergüenza lo asaltó, giró la cabeza para ocultar el rostro en el hombro de su novio. Harry se burló de él, sin malicia, y tan pronto como sus padres se distrajeron, lo levantó por la barbilla y le dio uno de esos besos que lo hacían sentir la amenaza de sus rodillas de flanquear, a los que no terminaba de acostumbrarse, porque le generaban sensaciones nuevas y aun más vibrantes cada vez.

—Yo podría ir a Francia unos días, después de graduarnos —Mencionó tras un momento, aún sin aliento por el beso, y guiándolo detrás de sus padres, que iban a la tienda de libros y saludaron a los Abbot y el grupo de Hufflepuff; cada uno de sus amigos era la viva imagen de la inocencia, educación y dulzura frente a los Potter, hecho que hacía a Harry rodar los ojos.

—Falta mucho para eso —Musitó—, y tendrías que soportar a mis amigos, todos quieren ir a conocer la nueva Mansión.

—Los aguanto desde hace meses, ¿no? Tú tendrías que soportar a los míos —Aclaró, desviando la mirada hacia el tumulto de pelirrojos, los Weasley que se quedaban atrás, porque Hermione y Ron tenían, lo que parecía ser, la enésima discusión del día—, creo que van a casa esta navidad.

Draco arrugó la nariz, arrancándole una carcajada a su novio.

—Esos dos van a terminar juntos. Sussy dice que se casarán y tendrán dos hijos.

—Creí que a Sussy le gustaba Ron —Harry estrechó los ojos tras los lentes, a la vez que fruncía el ceño. Él negó.

—Ella terminará con Tin.

—¡Pero si no se soportan!

—Lo sé, harán linda pareja.

Su novio lo observó con las cejas arqueadas, después sacudió la cabeza y se echó a reír.

—Bien, si Hermione y Ron se casan, y Sussy y Tin se hacen pareja, te voy a pedir matrimonio.

Draco se olvidó de todo el decoro sangrepura cuando giró y lo observó boquiabierto, las mejillas encendiéndose en un rojo intenso y ardiente. Su novio mostraba una sonrisa leve y tranquila, como si acabase de decirle qué día era y nada más.

Estaba seguro de haber balbuceando algo que sonaba a "demasiado pronto" y "locura", aunque el contexto carecía de sentido y las palabras se le trababan. Su cerebro se sentía desconectado, y el corazón le latía tan fuerte que acallaba cada voz en la calle, excepto la de Harry.

—¿Por qué no? Míralos —Los hizo darse la vuelta, en la dirección en que iban los Weasley, donde Hermione le gritaba a Ron, que tenía el rostro rojo de rabia. Luego se giraron hacia los Abbot, junto a los cuales Susan se colgaba del cuello de un irritado Zacharias, y Justin los miraba de brazos cruzados—, pasarán años antes de que cualquiera de ellos llegue a algo y se dé cuenta de lo que pasa.

Draco emitió un largo "hm", abrazándose a uno de los costados de su novio, mientras continuaban caminando entre el gentío.

—Qué raro, Zac me dijo algo parecido cuando le conté que me gustabas.

—Yo hubiese tardado mucho más si no hubieses sido tan obvio, amor. Ellos tendrán más problemas, créeme.

—Pero matrimonio...—Volvió a balbucear, llevándose una mano al rostro para cubrir el rubor creciente. Harry se rio y apoyó un lado de la cabeza en uno de sus hombros.

—Así es cómo hacemos las cosas los Gryffindor, pensé que te estabas acostumbrando.

Draco miró, a través de las rendijas que le quedaban entre los dedos, a los chicos que se peleaban, y a los que ni siquiera se hablaban sin gritarse o empujarse. Después soltó un pesado suspiro y se fijó en su novio, en los ojos brillantes que lo miraban con un cariño infinito, justo como había deseado meses atrás.

Se acurrucó un poco contra uno de sus costados.

—Sí —Murmuró—, creo que me acostumbré.

Era una locura. Pero eso estaba bien.

Difícilmente tendrían una relación normal, y eso también estaba bien.


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