Dulces II
Hwang Bo no puede contactarme entonces viene a mi casa… Es lógico, pero eso no hace que mi enojo se vaya.
No hace que mi erección se vaya.
Y menos si tengo la vista de un Young Saeng sonrojado grabado en mi mente.
-Está durmiendo – bajo mi voz y acomodo la bata para que ella no note lo obvio. Young Saeng no está durmiendo pero de seguro lo estará si ella no se va pronto. Hwang Bo habla y habla y eso la distrae lo cual es genial… pero es mucho más estresante.
-Parece que ustedes se hicieron los mejores amigos – ha estado repitiendo eso varios minutos. Halagando a su hijo por lograr el trabajo soñado y a la vez conseguir otro amigo.
-¿Para qué viniste? – Pero ambos sabemos que no vino solo a comer las galletas que preparo Young Saeng – Dilo Hwang Bo, no creo que vaya a ir a la horca – suelta el aire que tiene retenido. Parece mucho más tranquila con lo que he dicho.
-Claro. Cierto… Hara, ella ya está mejor… - y entonces rompe en llanto. Tan de pronto que solo puedo quedarme mirándola cuando cae – Ya… tu relación habrá terminado la próxima semana y…
-Hwang Bo esto no es tu culpa.
-Lo sé. Lo sé, no es… ella… pensé que ustedes realmente tenían algo Kyu Jong – no sé qué decir ante eso.
-En algún momento lo hubo, pero ya es pasado. Ahora solo quiero estar lo más lejos posible de Hara – bajo hasta su altura y acaricio sus cabellos, puedo ver el parecido con Young Saeng.
-De hecho cancele una cita por ella hoy y estoy un poco molesta por eso – se limpia las lágrimas y me sonríe.
-¿Qué esperas para ir a buscarlo?
-Justo que alguien lo preguntara – reímos, luego de ofrecerle una bebida se va pidiéndome que cuide a su niño. “Creo que termino con su novia” Asiento con una sonrisa escondida. Vuelvo a mi habitación y efectivamente Young Saeng está dormido, muy tranquilo así que no atrevo a moverlo mientras me acomodo a su lado. Dejo un beso en su frente y lo abrazo antes de quedarme dormido.
Despierto solo unos minutos después, al menos eso es lo que parece. Ha amanecido y no tengo ganas de salir de cama y menos dejar de abrazar a Young Saeng. Me siento tan bien como no me he sentido en mucho tiempo. Y soy molestado por el centro de esa felicidad.
-¿Qué? – me mira sonrojado. Young Saeng se ve de maravilla cuando despierta.
-Casi me ahogo – aparto mis brazos cuando me doy cuenta a que se refiere, parece que lo abrace demasiado. Suelto una risita nerviosa y es mi turno de sonrojarme, logro calmarme cuando noto que me mira sorprendido - ¿Qué hora es?
-Ni idea – entonces se aleja y tiene intención de levantarse pero lo atrapo de nuevo.
-¡Kyu Jong! – me golpea el brazo pero me niego a dejarlo. Entonces se calma y de pronto estamos besándonos en una posición extraña, me obligo a parar y a girarlo pero es cuando aprovecha y se aleja por completo.
-¿Es en serio? – me mira emocionado.
-Hay muchas cosas que hacer Kyu Jong, están mis pasteles que ya deberían estar listos y…. Tú debes ir a ver a alguien.
-¿Disculpa?
-Consigue al menos unos 10 discos y ve a casa de Nicole – su sonrisa es triste, vuelve a acercarse y deja un beso en mi mejilla, cuando está a punto de irse no vuelvo a retenerlo. Sigo sus pasos.
-Saeng – se detiene al escuchar su nombre, mi intención es hablar pero cambia cuando vuelvo a verlo. Vuelvo a abrazarlo, con más fuerza que antes.
-¿Qué… - Tampoco dejo que él hable, lo beso, mis manos aprietan sus caderas y las suyas mi cabello, bajo las mias para coger sus muslos y cuando ya estoy preparado lo levanto. La pared me ayuda a cargarlo y a apretarme más – No… pares – No se refiere al beso, o tal vez sí pero sus palabras van más dirigidas al hecho que estoy frotando nuestras entrepiernas, una de sus manos viaja hasta esa parte en especial y entonces la siento, fría y suave. Mis piernas van a dolerme pero justo ahora la adrenalina me hace enfocarme en Young Saeng, en cómo me mira y toca. Que valiente se ha vuelto, joder.
-Más rápido – sigue mis suplicas, su mano aprieta mi pene y siento su erección crecer mientras grita pero no detiene sus movimientos. No hasta que ambos terminamos – Mi asistente es tan bueno en todo – me golpea con su mano limpia, lo bajo y luego sale corriendo hasta desaparecer tras la habitación, como si fuera el único que necesita limpiarse cierra la puerta en mi cara.