-Este asunto era prioritario, por eso mi equipo y yo nos enfocamos en resolver esta investigación –dijo Oscar Morton sentado ante el escritorio del jefe Walsh.
-¿Y bien señor Morton? –Respondió el jefe con gesto grave- ¿Cuál fue el resultado?
-Lo que nos entregó son los auténticos restos de un horrocrux -Al escuchar aquello el jefe Walsh no reprimió el suspiro de alivio que le hizo prácticamente deshacerse en su asiento- a pesar de haber sido destruido había restos de magia oscura, pero una poco común, como sea señor Walsh son detalles técnicos con los cuales no pienso aburrirlo, sin embargo como jefe del Departamento de Inefables tengo la autoridad suficiente para determinar que en efecto, eso era un horrocrux.
-El último horrocrux –dijo mirándolo.
-No sé si sea el último, lo que sí sé es que eso, ya no lo es.
El siguiente paso fue reunirse con el nuevo ministro de magia, un hombre muy mayor, un mago retirado miembro del Wizengamot que seguía la misma escuela que Albus Dumbledore y al que casi le habían rogado para que aceptara el cargo hasta que las cosas tomaran su curso de nuevo.
-Bueno… -dijo Leonard Cabott, el nuevo ministro- este asunto va mejorando, se pudo arrestar a Evan Hughes, sacarle información sobre otros mortífagos de alto nivel infiltrados, como ese tal Thomas Wilson; no dudo que haya más sueltos por ahí pero la principal amenaza ha sido neutralizada, creo que debo felicitarlo por este complicado operativo señor Walsh.
-Me gustaría aceptar el merito señor ministro, pero la verdad es que fue un trabajo de equipo y la peor parte no me la llevé yo.
-Señor ministro –dijo Percy Weasley abriendo la puerta- Harry Potter esta aquí.
-Déjalo pasar.
-Señor Potter, que bueno que pudo venir, lamento interrumpir sus vacaciones.
-No hay problema señor ministro –respondio sentándose junto a su jefe por indicación del anciano.
-Supe que fue usted quien recibió el paquete de Draco Malfoy.
-Así es.
-Me sentí en el deber de llamarlo para informarle, el señor Walsh ha venido a entregarme el resultado de este complicado caso, el último horrocrux finalmente fue destruido.
-Lo sé.
-¿Lo sabe? ¿Sin esperar los resultados del departamento de Inefables?
-Así es.
El anciano lo miró en silencio por unos segundos, luego se dirigió al jefe Walsh.
-Entonces cerremos oficialmente este caso señor Walsh.
-¿Así nada más? –Intervino Harry- ¿Qué hay de Draco Malfoy?
-¿Qué hay de qué? –preguntó el anciano- él ya no será requerido para esta investigación, no hay indicio fuera de lo legal de que hubiese sido despojado a la fuerza de sus bienes, para su mala fortuna los movimientos de Evan Hughes con Lucius Malfoy fueron dentro del marco de lo legal, sus propiedades y bienes no se le pueden regresar.
-Ya no será perseguido Harry –dijo su jefe- ya no hay necesidad de que se esconda dentro de su mansión.
-El ya no sigue ahí ¿no lo entiende?
-El que siga ahí o no ya no importa, no tiene cuentas con la justicia.
-Antes tampoco y aun así se le buscaba -Dándose cuenta de que estaba perdiendo la paciencia, Harry exhaló un suspiro antes de continuar- Señores… aun falta algo muy importante que decirle a Draco Malfoy y ustedes lo saben.
-¿Y eso es…? –dijo el ministro quedándose en suspenso con gesto interrogante.
-Qué con ese libro de magia oscura encontrado por Percy aun hay posibilidades.
-¿Y donde esta? –Preguntó el jefe Walsh con un dejo de exasperación en la voz- dudo mucho que responda a un llamado público… nos mandará a la mierda en cuanto vea en el diario “se le pide a Draco Malfoy comunicarse con el departamento de aurores”
-¡Pues yo lo voy a encontrar! –Exclamó estampando sus palmas en el escritorio al tiempo que se ponía de pie- juro que lo voy a encontrar.
Y sin más salió de ahí.
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“Un año después…”
-Estoy muerto –dijo Draco cerrando “The Dragón Black” su estudio de tatuaje- chicos, nos vemos mañana.
Los dos tatuadores que tenía y su recepcionista se despidieron de él y de Bambi, quien estaba sentada en uno de los cómodos sofás de piel.
-Hoy tardaste más –dijo ella mientras lo veía guardar varias cosas- yo cerré hace media hora.
-Sí, hoy hubo más gente.
-Ven, siéntate aquí –exclamó palmeando el asiento a su lado.
-¿Ahora qué Evie? –preguntó contrariado pero obedeciendo, llamándola con su nombre real pues sus nombres de “batalla” habían decidido dejarlos en el olvido.
-Toma.
Draco la vio sacar una cajita de su bolsillo y entregársela.
-¿Y esto? –dijo viendo la cajita plateada con un diminuto moño.
-Ábrelo tonto –respondio rodando los ojos.
Draco abrió la cajita encontrando un dije de oro con un par de pequeñas alas.
-Son alitas de dragón –aclaro Evie.
-Yo creí que de murciélago.
-¡Claro que no torpe! –exclamó dándole un golpe en el brazo.
-Es muy bonito –respondio riendo- ¿y esto porqué?
-Hace un año Draco…. Hace un año me rescataste de una vida horrible.
-Solo te ayudé a cumplir tus sueños –respondio colocándose la cadena.
-Recuerdo cuando llegaste después de estar meses desaparecido.
-Lloraste como una magdalena al verme.
-Idiota, creí que Lucas te había secuestrado y asesinado.
-Pero no fue así.
-No, no fue así… no podía creer el verte sano y salvo, oh Draco creí que jamás te volvería a ver –Draco solo sonrió- me he puesto a rememorar todo y aun me parece un cuento de fantasía todo lo que ha sucedido, de todo lo que me he enterado…
-Pero no lo creías querida.
-¿Y quien en su sano juicio podría creer que existe la magia y que tú eres un mago?
-Ya no soy un mago, acuérdate.
-Claro que lo eres porque hiciste magia en mi vida… Draco, hablamos toda la noche y yo seguía sin creerte hasta que vi a nana.
-Buenas noches señorita Evie –dijo Nana entrando en ese momento para comenzar a limpiar.
-Nana, ya es tarde, vete a descansar.
-No amo, es mi deber ayudarle a mantener limpio el estudio.
-Pero ya te encargas de la casa ¿quieres que te traiga un elfo para que te ayude?
-¡Claro que no! –Respondio ofendida- esto no es nada comparado con Malfoy Manor.
-Cuando te vi, me desmayé Nana.
-Sí señorita Evie, lo recuerdo muy bien.
-Y en cuanto desperté me di cuenta de que todos esos cuentos eran ciertos… ¡oh Draco, fue increíble descubrir ese nuevo mundo! Pero más increíble aceptar irnos contigo, así… sin más ni más.
-Pero creíste en mi Evie ¿cómo es que te lanzaste a la aventura de lo desconocido con tu madre y tu hija? Todavía me lo pregunto.
-Es que siempre confié en ti, sabía que guardabas un dolor muy grande en el corazón y yo lo respetaba y me sentía contenta de ser la única con quien compartías tu casa y tu intimidad ¿algún día me llevaras a conocer tu mansión ancestral?
-Puede ser.
-Mi madre era la reticente a dejar todo, pero era comprensible.
-Pero igual confió en su hija y aceptó venirse a vivir a Alemania.
-¡Alemania, que locura!
-Sí, aun recuerdo tu cara al oír a donde iríamos.
-Y cuando me mostraste la casa de mis sueños… Draco ¡me regalaste una casa y un negocio!... nadie hace eso –dijo con los ojos empañándose de lagrimas.
-¿Ya vas a llorar de nuevo mujer?
-Draco… nadie ha sido así de bueno conmigo sin esperar nada a cambio… cambiaste mi vida, la de mi madre y la de mi hija… ya no soy una prostituta gracias a ti -Draco la miró y sonrió mientras inclinaba la cabeza- de ser una puta pasé a ser una estudiante.
-¡Por todos los cielos, también llorabas por eso Evie!
-¡Es que aprender alemán me costó un huevo y mas Draco, por todos los cielos, quería estrellarme en la pared! Yo que fui un asno en la escuela y de pronto me vi en una escuela estudiando alemán.
-Debías aprenderlo para poder abrir tu cafetería ¿Cómo ibas a ofrecerles un pastel, con mímica?
-Tú porque ya lo sabías.
-Lo hablaba de niño, mi padre era estricto en eso, él hablaba varios idiomas para tratar con sus clientes y no le gustaba usar hechizos traductores, por eso me obligó a aprenderlo, pero siendo sincero ya lo había olvidado.
-Pues hace un año iniciamos nuestra nueva vida Draco, yo abrí mi cafetería y tú tu estudio de tatuaje, lo único que nos falta es un gran amor -Ante eso Draco se levantó y comenzó a apagar las luces- cariño, no debes cerrarte al amor.
-No, no me cierro, es solo que no lo necesito.
-El que Archie te haya engañado no significa que…
-Nunca existió un Archie –interrumpió mirándola serio- era un policía disfrazado y nada más.
-Pero…
-Me voy a dormir, estoy cansado, en cuanto termines de limpiar ve a descansar Nana.
-Sí amo.
Draco se fue dejándolas solas.
-Creo que el amo se molestó –dijo Nana haciendo los últimos retoques a su aseo.
-Ven Nana, siéntate aquí.
Nana dejó lo que estaba haciendo y fue a sentarse al lugar donde estaba Draco.
-¿Cómo has visto a tu amo?
-Bien señorita.
-Sé sincera.
-Bueno… -respondio titubeante- es verdad que está mucho mejor que hace tiempo, pero a veces lo descubro con una expresión tan nostálgica y triste que me parte el corazón… ¿cree que se deba al engaño del auror Potter?
-Es que lo hubieras visto cuando estaban juntos Nana, sonreía y su rostro se iluminaba.
-Pero el auror Potter lo engañó –exclamó con enojo- le rompió el corazón a mi amo.
-Sí, lo sé… pero había veces en que yo lo pescaba mirándolo de tal manera… -añadió pensativa- que podría jurar que él también lo amaba.
-No, Potter es un auror malvado.
-Pues como sea –dijo exhalando un suspiro y poniéndose de pie- Draco merece a alguien en su vida, hay a quienes les gusta la soledad, pero él no es de esos aunque aparente que si… puede que ahora no desee estar con nadie, pero yo vi que cuando se enamoró su vida se iluminó al igual que su cara, buenas noches Nana, descansa.
-Buenas noches señorita Evie.
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-Oh si, café, café… -exclamó Draco tomando el vaso de café que Evie le había llevado a la hora del almuerzo a su estudio de tatuaje.
-¿Ya viste que van a ocupar el local de enfrente?
-Sí, es un buen lugar, tiene buena ubicación, me pregunto qué negocio irán a poner.
-Espero que no sea una cafetería.
-Ni un estudio de tatuaje.
Ambos comenzaron a reír mientras veían por el cristal a los trabajadores pintando y metiendo cajas al local.
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Dos semanas bastaron para que el local en cuestión estuviera listo y pronto tuvieron en sus manos un volante con la publicidad de la próxima inauguración.
-¡No lo puedo creer, artículos profesionales para tatuajes! –exclamo Evie sentada a la mesa de su cafetería en donde Draco iba a comer todos los días.
-Sí, increíble ¿no? –respondio él mirando otro volante al tiempo que bebía un té helado.
-Abrirán dentro de una semana, dicen que habrá promociones por inauguración ¡Tenemos que ir!
-Definitivamente.
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El día de la inauguración fue un día sábado, Draco aprovechó un momento libre para ir por Evie e ir a la inauguración del local, que ese día había abierto por primera vez y música a gran volumen salía de una bocina afuera mientras un par de chicas hermosas regalaban globos y dulces a los trasuntes invitándolos a pasar a “Dark Soul” Tattoo & Piercing.
-¡Vaya! –Dijo Evie cuando entró- por dentro se mas grande y ya hay mucha gente.
Draco no respondio, miraba impresionado la amplia e iluminada estancia con un gran mostrador que era atendido por una chica y un chico, que en cuanto los vieron les sonrieron amables.
-Adelante, tenemos lo que necesites para tatuar, son las mejores marcas y a buen precio –dijo la chica- y si no lo tenemos te lo conseguimos, hay mejores precios para mayoristas.
-Gracias, solo quiero ver –respondio sonriendo al tiempo que miraba una vitrina llena de frascos de tintas.
-Esta es de la que usas ¿no? –dijo Evie acercándose a él.
-Sí.
-Preguntaré por el precio.
En cuanto se desocupó, la chica fue a atenderlos hasta ahí, mostrándoles varias marcas de tintas.
-Incluso si arman un paquete de varios artículos podemos darles un descuento por inauguración.
-Es genial –respondio Evie- él es dueño del estudio de enfrente.
-¿En serio? Aquí puedes abastecerte de lo que necesites, no tienes que ir hasta el centro a comprarlos –respondio la chica emocionada de poder hacerse de un cliente regular.
-Ya veremos –dijo Draco viendo que algunos precios realmente eran mejores que otros lugares en los que iba a comprar.
No fue hasta que Viveka su recepcionista lo fue a buscar que salieron de ahí, no sin un pequeño obsequio de parte de la tienda por su visita en su primer día.
-Es un buen lugar y con buenas marcas, creo que definitivamente regresaré –dijo a Evie.
Una semana después regresó al local decidido a hacer una prueba, así que compró algunas cosas y encargó otras que no estaban.
-La máquina rotativa Stigma Prodigy Azul llegará mañana sin falta –dijo Gretchen mientras ponía en una bolsa las demás cosas.
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Al medio día siguiente salió de “The Dragón Black” y cruzó la calle para entrar a “Dark Soul”.
-Buen día Draco –saludó Gretchen al verlo- enseguida te atiendo –añadió mientras mostraba unos Piercing a unos chicos.
-Gracias.
-O si gustas esperarme en la trastienda, ahí hay otros modelos de maquinas que están súper.
-¿En la trastienda? –Pensó Draco extrañado- no gracias, aquí te espero.
-Tranquilo, no soy una acosadora –respondió riendo- es solo que me falta desempaquetar algunas cosas y alguien no ayuda mucho que digamos.
-No tengo cuatro manos –dijo Johann, el otro chico que también atendía.
-Pues si no coquetearas con las chicas bonitas que entran, tal vez te sobraría algo de tiempo.
-Yo no…
-Está bien –interrumpió sonriendo al ver la batalla de aquellos dos- yo desempaquetaré la maquina.
-Gracias Draco, eres un sol, no como otros… pasa, es la habitación que esta al final del pasillo, es el paquete que está en una mesa
Draco asintió y pasó a un lado del mostrador caminando por un pasillo, vio una puerta y entró encontrándose en una habitación con varios anaqueles llenos de mercancía y en una mesa estaba un paquete el cual procedió a examinar después de poner su bastón en ella; tan concentrado estaba que no se dio cuenta que alguien entró por la puerta.
-Hola Draco.
Se giró dando un respingo encontrando recargado en la puerta a Harry Potter.
-¿¡Potter?!
-Sí, soy yo.
Draco tragó en seco sin atinar a decir ni pensar nada, por lo que Harry levantó una mano para tranquilizarlo.
-Todo está bien, solo quiero hablar contigo.
Enfurecido tomó su bastón y se dirigió a la puerta.
-Quítate –Masculló sin mirarlo; Harry se hizo a un lado viéndolo tomar la perilla y darle vuelta sin resultado- ¿¡está cerrado?! ¿¡Quién demonios te crees?! ¡Abre!
-Primero escúchame…
-¡Primero te vas al carajo, abre la maldita puerta!
-Draco…
Draco se giró a ver la puerta sintiéndose más acorralado que nunca, viéndola de arriba abajo una y otra vez como si esta se fuera a abrir mágicamente.
-Tranquilo, solo quiero hablar contigo.
-¡¿Qué más quieren de mí?! ¡Destruí el maldito horrocrux!
-Quiero pedirte que me escuches.
-¿Pedirme? –Exclamó sonriendo- ¿y desde cuando pides?... tu eres auror ¿no? tienes toda la autoridad.
-No, ya no lo soy, bueno técnicamente si pues tengo licencia indefinida –respondio con una sonrisa cansina.
-Me importa una mierda lo que tengas, me voy de aquí –dijo tomando la perilla otra vez girándola con una desesperación creciente- déjame salir ¡déjame salir!
-Por favor Draco…
-¡No me toques! –gritó alejándose un paso al sentir una mano en su hombro.
Harry bajó su brazo y se quedó quieto mientras inclinaba la cabeza al tiempo que sus ojos se llenaban de lágrimas.
-Te busqué durante tanto tiempo… pensé mil veces en lo que te diría cuando estuviera frente a ti y ahora… ahora no tengo palabras…
-¿De qué trata toda esta basura? –Exclamó sin entender todo aquel teatro- ¿quieren entrar a la mansión todavía? Porque si es así le diré a Nana que los lleve.
-No, de hecho la investigación terminó, se certificó que lo que enviaste si era un horrocrux –respondió enjugándose una lagrima.
-Genial, ahora déjame salir.
-Draco por favor, necesito explicarte.
-No necesito ni quiero oír nada de ti –respondio cerrando los ojos y alzando su dedo índice para enfatizar sus palabras.
-Te lo suplico, dame una oportunidad.
-¡No, déjame en paz, quiero salir! –gritó golpeando la puerta.
Harry comenzó a llorar de nuevo mientras se recargaba en un anaquel dando la impresión de estar agotado y fue entonces que Draco notó lo delgado y demacrado que estaba; entonces la puerta se abrió por fuera entrando alguien que tampoco esperó ver nunca más.
-Harry suficiente, vamos al “German Heart”
-No –respondio tomándolo de un brazo- no necesito un hospital.
-Claro que lo necesitas.
Draco reaccionó y salió de ahí.
-¡Espera Draco!
-Vete al diablo Potter –respondió sin detenerse.
-¡Yo puedo… yo puedo devolverte tu magia! –Exclamó asomándose a la puerta; Draco se detuvo sin volverse creyendo haber escuchado mal- yo puedo…
-Aléjate de mí –interrumpió reiniciando su camino.
-Harry, ya esperaste demasiado, necesitas…
-Yo sé lo que necesito Ron –interrumpió viéndolo desaparecer- y no es un hospital.
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Draco llegó hasta su casa, subió y azotó la puerta ante el azoro de Nana, quien limpiaba un florero con un plumero al mero estilo muggle.
-¡Amo!
-Malditos hijos de puta –masculló caminando de un lado a otro resoplando y maldiciendo.
-¿Qué pasa amo, Nana puede ayudarlo en algo? –pregunto acercándose preocupada.
Draco no respondio, de hecho ni siquiera la escuchó, pensaba desesperado que haría ahora que estando cómodamente establecido, con una vida hecha de nuevo, los aurores lo ubicaban otra vez… ¿Cuándo lo dejarían en paz? ¿Cómo escapar de nuevo?... ¿cómo arrancar las raíces?... la vez anterior había sido relativamente fácil pues su vida era una mierda, pero ahora estaba tranquilo y feliz con la vida que se había hecho, con amigos y viviendo su sueño de tatuador ¿Qué hacer ahora?
-¿Qué voy a hacer? -Pero también había algo que no cuadraba ¿cómo lo habían ubicado?- mierda… -masculló dirigiéndose de nuevo a la puerta.
Salió de su casa caminando lo más rápido que su cojera se lo permitía, cruzó la calle y entró a una cafetería.
-La tarta de manzana esta recién hecha, se las recomiendo –decía Evie a un par de chicas mientras les servía un capuchino- ¿Qué…? –Exclamó sobresaltada cuando una fuerte mano la tomó de un brazo prácticamente arrastrándola a la parte de atrás- ¿Draco qué pasa?
El no respondió hasta que estuvieron fuera del alcance de las miradas curiosas de los clientes.
-Están aquí… -dijo mirándola con furia- ¡Están aquí, me encontraron de nuevo!
Evie no necesito que le explicara quienes lo habían encontrado de nuevo, solo se tapó la boca con ambas manos mientras lo miraba estupefacta.
-¿Pero cómo?
-Eso mismo me pregunto yo –respondio con dureza mirándola fijamente.
-No fui yo Draco, te juro que corte lazos de tajo con mi vida anterior.
-¡¿Y entonces quien?!
-¿Pasa algo? –pregunto Alice, la madre de Evie entrando en ese momento al escuchar los gritos.
Ambos se le quedaron mirando por unos segundos hasta que Evie la tomó por los hombros.
-Mamá ¿te has comunicado con alguien en Gran Bretaña?
-¿Qué? ¡No!
-Madre esto es serio, necesito la verdad, la situación es muy grave y Draco merece respuestas ¿te comunicaste con alguien en Gran Bretaña?
La señora la miró por unos segundos con la angustia reflejada en su rostro, luego miró a Draco y notó su palidez y labios apretados, en una actitud que no le había visto nunca.
-Yo…
-¡Habla mamá!
-Lo siento, no pensé que… que…
Evie la soltó exhalando un suspiro mientras Draco se daba la vuelta pasándose los dedos por entre el cabello.
-Mierda… -masculló dando pasos nerviosos de un lado a otro- ¡Mierda, mierda!
-No pensé que… que algo malo fuera a pasar –continuó la señora sintiendo que había hecho algo muy grave- ¿Por qué, que sucedió?
-Sucedió que la cagaste en pleno, madre –respondio Evie desplomándose en una silla.
-¡Lo siento de verdad! –Dijo poniéndose las manos en el pecho mirándolos alternativamente- fue solo una carta a mi única amiga…
-Mamá…
Pero Draco no dio tiempo a más conversación, solo se dio la vuelta y salió de ahí seguido de Evie.
-Espera Draco ¿Qué vamos a hacer?
-¿Vamos? –repitió sin detenerse y sin siquiera mirarla- ustedes nada, no es a ustedes a quien buscan.
-Pero…
-Déjame en paz –cortó cruzando la calle dejándola parada frente a su cafetería.
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