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Más de media hora por Aurora Artemiva

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Notas del capitulo:

¡Hola bellezas! Les entrego la nueva actualización. Por suerte la universidad no llegó a matarme, así que sobreviví para traer este cap ajajajaj.

 Aclaraciones:

 -Tirar onda: engatusar, dar señales indirectas de atracción por alguien.

 -Agrandar el ganado: hace referencia a tener a disposición diferentes personas con las cuales mantener relaciones sexuales.

 -Comprador: engatusador.

 ¡A disfrutar!

...4 meses después…
 
09:16 AM
 
POV Levi
 
Tengo que reconocerlo: el puesto de Líder de Escuadrón de Élite me sienta bien, aunque su desarrollo es ajetreado.
Estoy capacitado, lo sé, sino no hubiera aceptado el puesto. Me lleva un poco más de tiempo de mi vida privada el encargarme de estudiar los detalles de cada misión. En ocasiones encuentro disfunciones dentro de la Agencia cuando designan el tipo de arma a utilizarse , o los preparativos para infiltrarse en las fiestas públicas para conseguir información. Todo ese material pasa por mis manos para ser examinado y, más tarde, llevado a cabo bajo mi jurisdicción. 
 
Cómo lo supuse, la Agencia me pidió un compañero de campo, y la presencia del mocoso me vino de maravilla. 
 
Esperen, no crean que lo elegí para tenerlo cerca (esa es una razón secundaria), Eren es alguien muy capaz y predispuesto a mis exigencias. Llena mis expectativas y en vez de serme una molestia, es una ayuda constante. Su oficina se ubicó al lado mio, por ende la mía quedó entre la de Erwin y el mocoso. El ambiente es muy ligero y el chico se adaptó rápidamente al ritmo de mi trabajo. También reconozco que le di mucho con el fin de ponerlo a prueba y, efectivamente, volvió a sorprenderme. Se merece mi reconocimiento.
 
Pero hay algo que me está poniendo los pelos de punta, y es la obvia actitud de mi secretaria Elena. Me está tirando onda, lo puedo percibir cuando me trae al escritorio los nuevos documentos o cuando me pasa los llamados. Lo peor es que no lo hace notar directamente, entonces quedaría mal atacar o frenarla cuando no hace algo en concreto. 
 
Mierda, no sé cómo sobrellevarlo.
 
En la Legión esto no ocurría por dos razones: la primera, que tenía un carácter del orto y no era necesario ubicar a nadie en su lugar. La segunda, que me acostaba con prostitutas. Este jueguito de miradas e indirectas no lo viví. La puta madre, es un dolor de huevos.
 
Casi como si me escuchara, Elena golpea la puerta de mi oficina para entregarme los nuevos petitorios. 
Sepan que es una mujer hermosa, lo sé. Tiene el pelo colorado y rizado, pecas por su nariz y labios finos, un buen cuerpo que llama la atención. Todo eso lo reconozco, pero no me gusta. Dios, si lo único que hago es ponerme en 4 cuando Eren y yo nos calentamos y queremos hacerlo; no podría verla a ella como alguien que enardezca mis deseos. 
 
—Señor, le entrego los documentos — me dice al ingresar. Se acerca al escritorio para ubicarlos allí.
 
—Gracias— le devolví. 
 
Sin embargo, no se fue. Al contrario, situó sutilmente un muslo en el borde de la madera.
 
—¿Cómo lleva el nuevo puesto?— pregunta de improvisto.
 
—...Bien, nada que no pueda tratar— necesito que se vaya, mierda.
 
—¿Y en Singapur?¿No conoció a alguien estando acá?
 
Ya sé a dónde apunta: quiere tantear terreno. 
 
—Digamos que sí—
 
—Ah…- parece que se rindió, pero luego vuelve al juego- que bueno señor; sepa que nunca es tarde para agrandar el ganado—
 
¿Escuché bien? ¿En serio lo dijo?
 
Elevé mi mirada de los papeles estupefacto, y recibí la de ella como si fuera medusa. Esta vez fue clara su intención de engatusarme, y no pudo ocurrir mejor cosa que la entrada repentina de Eren sin permiso. No estuvo fuera de lugar ya que yo se lo permito, pero en aquel momento se me tensaron los nervios del cuello. 
 
—Levi, me llegó el- se quedó mudó al ver a Elena apoyada sobre el escritorio.
 
Gracias a algún Dios, ella entendió que lo mejor era irse, pero lo hizo luego de arrojarme ésta oración:
 
—Más tarde continuamos nuestra conversación, señor— y salió del lugar otorgándole una sonrisa encantadora a Eren. 
 
Mierda, estoy hasta las manos.
 
Entró a la oficina del todo y se sentó en el escritorio en el mismo lugar donde estaba Elena. Su cara demostraba asco.
 
—¿Me puede contar sobre esa conversación, señor?- me pregunta, imitando la voz de ella y sonando totalmente gracioso.
 
Me río con ganas, está celoso pero no son celos tóxicos. Sólo juega.
 
Alejo mi silla del escritorio para sacar un cigarro e irme a la ventana. Me deja tranquilo ver que Eren no tiene esas inseguridades infantiles.
 
—Se me insinuó, pero no llegué a cortarla. Justo entraste— le cuento con confianza.
 
Cuando enciendo el pucho, lo veo acercarse tras mío. Siento sus dedos jugando con mi nuca rapada y los mechones largos.
 
—Ya era hora, si se nota a la distancia que te tiene ganas— me confiesa. 
 
¿Él ya lo sabía?
 
—¿De verdad? - lo siento asentir con la cabeza - yo lo sospechaba, pero nunca había sido directa. Ésta vez lo fue—
 
Lo escucho reír y seguir acariciandome, mientras exhalo el humo al exterior.
 
—Jajajaja, a ver. ¿Cómo te lo dijo?—
 
Siento que voy a quedar como idiota al relatarle esto.
 
—Me preguntó si había conocido a alguien, a lo que contesté que sí. Y ahí me dijo que nunca era tarde para agrandar el ganado—
 
Explotó. Escuché con disfrute la risa burlona y sincera de Eren. De hecho, dejó de hacerme mimos para taparse la boca y amortiguar las risas.
 
Me encanta, esa misma risa me la contagió, aunque menos fuerte.
 
—Me muero Levi, ajajajajaja. Eso fue totalmente directo— ya pudo parar con la carcajada.
 
—Lo sé, me dio escalofríos— y lo demostré al recordar el momento.
 
Y de la nada, como si hubiera cambiado de piel, veo a Eren acercarse cual víbora hasta mi cuerpo.  Lo dejo acechar, porque me gusta. Encierra mis caderas con sus manos contra el escritorio, alejando la silla de su camino para tenerme atrapado. Sepan que esto no es algo intimidante, yo disfruto de tenerlo así; medio celoso y medio cachondo. 
 
Al fin al cabo, es solo un mocoso.
 
—No creo que sirvan mucho los intentos de Elena - me susurra en el cuello mientras me encierra - ella no podría hacerte las cosas que yo te hago —
 
Automáticamente, y sin darme tiempo a replicar, me besa con fuerza. No se apura, pero se encarga de abarcar cada porción de mis labios en su interior, cada parte de mi aliento a través del suyo. Es en ese momento donde me encuentro un poco perdido, que me toma por los muslos para subirme al escritorio. 
 
Voy a matarlo, en cuanto deje de estar caliente voy a matarlo. 
 
Sin embargo, ahora entiendo sus palabras. Hay mucha verdad en ellas; la manera en cómo me enciende y altera la consciencia con sus besos e impulsividad no logra nadie hacerlo. 
 
¿Se imaginan a Elena elevandome por los muslos como lo hace Eren? 
Imposible, exacto. 
 
Sólo él puede jugar con mi cuerpo de esta manera sin que yo ponga trabas en el acto. Es así, que cuando lo siento bajar por mi cuello me doy cuenta que no lo estoy evitando, que no le estoy dando un parate a la situación. No podemos seguir con esto, no ahora que está desaflojando mi corbata. Ah pero… mierda, es muy difícil. Últimamente estoy sensible ante su presencia y por más que no lo deje notar, tal hecho sale a la luz en momentos como éstos, cuando quiere volverse dominante y me doblega a su antojo.
 
Intento separarlo un poco por los hombros cuando me deja chupones cerca del pecho y encima, hace ruido. Me enferma de nervios saber que Erwin o alguien puede escucharlo, y apuesto mi culo que lo hizo a propósito, es un desgraciado.
 
Es suficiente, no voy a dejarlo seguir,  voy a-
 
—Nunca lo intentamos en tu oficina, ¿Verdad?—
 
No, no puede ser. Me lo acaba de preguntar y para empeorar la cosa, su mirada denota determinación. 
 
—No va ocurrir, andate— le comunico.
 
Al parecer reconoce con facilidad mis facciones, porque si bien dudó de obedecer mis palabras, terminó plantandome un rico beso en la lengua para alejarse con paciencia de mi espacio personal. 
 
Fue lo mejor, de otro modo hubiéramos discutido del tema.
 
—Muy bien jefe, pero recuerde que mañana quedó en salir conmigo a la noche. Ahí no va tener escapatoria— me dice sobre el lóbulo de mi oreja para después morderlo. 
 
La puta madre, este mocoso de mierda me pone caliente y eso mismo es lo que me irrita.
 
—Andate de una puta vez— le pido ya abajo del escritorio. 
 
Lo hace, y cuando abre la puerta para salir, Erwin se encontraba a milisegundos de golpear. 
 
¿Alguien más que quiera venir a joderme en la mañana?
 
—Buenos días Jaeguer. ¿Todo bien?—
 
—¡Que tal señor! Todo en orden— escucho a Eren ya a punto de irse.
 
Igualmente esto es algo rutinario, así que enchufo la pava eléctrica sabiendo que Erwin viene a desayunar como de costumbre. Mientras me acerco a preparar dos tazas de té, unos juguetones rayos solares se filtran por entre los edificios de la Ciudad, hasta dar con la ventana de mi oficina. Es allí donde caigo en la cuenta de que el clima está cambiando para bien, alumbrando las bellezas de este lugar…y puede que de la misma manera en que el Sol baña con su luminosidad a los elementos de esta urbanización, también esté dándole luz a mi existencia.
Desde que obtuve las memorias, mi vida fue un desvarío entre creer, intentar olvidar o acostumbrarme al tormento. Había optado por la última opción, y con ello vinieron los sueños de mierda, las escenas tétricas que casi me arrojan a la locura. 
Para ser sincero, la peor parte fue estar solo; soportar esa maldición en soledad. Y fue allí, con la aparición de Eren, que pude vomitar y liberar a los demonios de mi antiguo Capitán que cargaban con pesares injustos. 
 
Si lo pienso bien, Eren vino a Singapur para cobijarme bajo su esperanza nuevamente… ese crío de mierda se convierte en mi esperanza para luchar contra mis propias oscuridades.
 
—Va salir volando la pava, Levi— escucho decir a Erwin. Y tiene razón, el vapor recubre la pava.
 
Nos sirvo el té para situarlo en mi escritorio, y me encuentro con una bolsa de galletas de vainilla. 
 
Cuando se sienta en la silla también deja ir el aire por la nariz al contener una risa, puedo percibirlo.
 
—¿Qué te causa gracia?—
 
—El efecto que causa Jaeguer en vos— ¿De qué mierda habla?
 
—Explicate cejon— le pido ya ingiriendo el primer sorbo del té.
 
Ahora sí sonríe y eso me causa nervios; si Erwin sonríe de esa manera denota que ya sabe muchas cosas. Me sorprende la capacidad que tiene incluso en esta época para estar al tanto de todo.
 
—Tu guardia baja en cuanto lo tenés cerca. Y puedo aportar el sueldo del mes a que le generas los mismo— me informa mientras degusta el desayuno. Yo le asiento con la cabeza
 
—Bueno, hacía mucho no sentía ésto. Me transmite calma—
 
Lo veo cruzar una pierna y dar cuenta del porte que tiene como pajarillo botón.
 
—¿Son novios?—
 
¿Qué mierda?
 
—...No, no lo somos- aseguro. De hecho ni siquiera lo planteé con el mocoso- estamos conociéndonos aún—
 
Deja la taza en el escritorio dando cuenta de que va utilizar las manos para explicarse. Lo está por hacer, lo noto… sí, ya tomó la posición.
 
—Deberías de considerarlo. Eren cambió repentinamente de decisión para trabajar en Singapur, y estoy seguro que vos, Levi, fuiste motivo de ello- y tiene razón, todavía recuerdo la cara del mocoso como un perro golpeado cuando arribó en mi casa - pero algo inseguro no es justo para él en tales circunstancias.
 
—¿Qué? ¿Por qué decís que es algo inseguro?— me desconcierta.
 
—Levi…- casi que parece reprimenda cómo me llama- ese chico tiene una familia y una vida en Argentina, la cual dejó no solo para trabajar acá, sino también para intentarlo juntos. Si mañana te cansas o te aburris de lo que sea que tengan, no sería algo justo para él.  Por lo que hablamos, ustedes están en completa libertad con respecto a las relaciones, ¿No? - aún aturdido, asiento con desconfianza- si en dos semanas apareces con el cuento de que conociste a alguien más, te pegaría siendo Eren—
 
Dejo la taza al igual que él sobre la mesa, y recalculo sus palabras… tiene razón, este cejas de mierda tiene razón.
 
No me da tiempo de formular alguna defensa que continúa con su análisis.
 
—No sé qué tanto te quiera ese chico, o si la decisión arriesgada de quedarse en Singapur fue obra de su idiotez, pero tendrías que ser claro con él… Puede que también sienta culpa por no haberlo intentado antes como me contaste; ¿Crees que sea eso?—
 
Un cortocircuito me paralizó la cabeza. 
¿Eren habría dejado todo de lado para estar conmigo debido a lo que ocurrió cuando éramos soldados?¿Siente culpa por haberse ido a la guerra sólo, dejando a la Legión atrás y con ello lo nuestro?
 
—No te pongas tan pálido Levi, es solo una suposición— le escucho decir para aligerar el ambiente y apaciguar los nervios que comenzaron a comerme el estómago. De repente ya no quiero ni desayunar.
 
—Puede que tengas razón… si soy sincero, estuve tan enfocado en cómo me sentía yo con respecto a lo nuestro, que no me paré a pensar las variadas razones de su actuar—
 
Lo veo pararse y tomar las tazas sucias. Es obvio que está por irse.
 
—Yo que vos hablaría con él de esto. Tanto para despejar malentendidos como para otorgarle seguridad al chico; es lo mínimo que se merece si dejó absolutamente todo para estar a tu lado— me suelta antes de abrir la puerta y dejarla mal cerrada al salir.
 
Desde mi lugar y con un malestar sofocante, observó a través de la puerta semiabierta la silueta de Eren pasar hacia donde se encuentra la sala de reuniones. Hace algunos días le dije que la preparara y ya lo veo llevando documentos confidenciales de un lado para el otro. Desprende vigor y entusiasmo, siempre es así. 
 
Cuando su sexto sentido advierte que lo están observando, se detiene a inspeccionar hasta chocar con mi mirada por la abertura. Así, con disimulo, me guiña un ojo seguido de un sutil beso dibujado en sus labios. 
 
¡¿Por qué?! ¡¿Por qué es tan comprador?!
 
—Tch, mocoso de mierda — puteo para levantarme a cerrar la puerta.
 
Cuando encuentro un poco de privacidad, recuesto mi espalda sobre la madera para suspirar pesado… la conversación con Erwin me sembró muchas dudas.
 
Es entonces que cuestiono mi propia moral al no tomar en cuenta la cantidad de cosas que Eren pudo haber sacrificado para intentarlo conmigo; con alguien que ya tiene la vida resuelta y bien armada en base a sus aspiraciones.
Él en cambio, deconstruyó sus propias prioridades para quedarse. 
 
No sé en qué momento ni cómo, pero tengo que resolver ésto.
 
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00:24 AM
 
—¡Ah!, Levi… no, no dejes de mov-verte… aah mierda...—
 
Cómo bien dije, no sé en qué momento hablaré del tema con él, pero éste no es el indicado.
 
—¡Más mocoso!... Ah, no pares— le exijo agarrándome con fuerza de su cabello.
 
Para ponerlos en contexto; tuvimos una cita, unos tragos por el centro de la Ciudad y conduje al mirador que hay frente al Río para disfrutar de la brisa fresca. 
No me pregunten cómo termine en el asiento del copiloto arriba de sus piernas, cabalgandolo con una potencia que ni yo conocía.
Supongo que los lugares públicos combinados con un poco de cerveza hacen estragos en mi apetito sexual.
 
—Aahh, carajo Levi… me encantas— me gruñe en el oído.
 
Es mucha presión, puedo sentirla. Entre el poco espacio del auto y nuestros jadeos, los vidrios se empañaron y contuvieron el calor. De repente siento todo arder; mi cuello que es besado y mordido por Eren, mi abdomen desnudo que roza con el suyo al subir y bajar por su falo, mis brazos que se agarran del respaldo del asiento adquiriendo mayor fuerza, mis piernas que se contraen al soportar el peso de mi cuerpo… todo, todo lo siento quemar y enardecer mientras me penetra tan efusivamente.
 
Sus dedos son crudos y estrujan mi espalda y cadera, obligándome a descender por su longitud, por esa porción de músculo tan rígida y húmeda. Ah, levanta su pelvis en sincronización con mi bajada y entra de lleno a mi interior. 
Puta madre, no pude evitar que me temblaran las piernas. 
 
El vaivén de nuestros cuerpos también se lleva de camino la fricción contra mi miembro, y cuando creo poder aguantar unos minutos más sin venirme, Eren me toma por el cabello sin cuidado y se entierra hasta el fondo, acariciando mi próstata. 
 
—¡Aagh!— cierro los ojos en cuanto se me nubla la vista… se siente espectacular esto.
 
Sé que estoy sonrojado, es de pura excitación. Un poco más, ah… unos embates más de esa manera forzosa a mi interior y-
 
—¿De quién sos, Levi?—
 
Esta loco si piensa que voy a cumplirle el capricho.
 
—N-no le pertenezco a nadie, Jaeguer— la forma en cómo deja de moverse y me amenaza con la mirada es singular. 
 
Si, es eso, un salvaje de mierda insatisfecho por mi respuesta.
 
—¿Ah no?- pregunta en medio de una sonrisa antes de salirse y entrar por completo. Mierda… eso me dolió y excitó de sobremanera - ¿Estás seguro de que no sos mío? —
 
Acaba de parar, es un malnacido.
 
—M-mocoso de mierda — maldigo dándole a entender que no es buena opción dejarme con ganas
 
No obstante, toda replica mía queda tragada en el fondo de mi garganta cuando con violencia y posesión tira mi cabello del todo hacia tras exponiendo mi cuello, para enseguida retomar el ritmo aumentando la velocidad y la intensidad de sus embestidas.
 
—¡Ah, ah ah...— no puedo, no puedo contenerme.
 
Se refugia en el sudor de mi piel para jadear con necesidad.
 
—Decilo... ah, decilo Levi— 
 
—N-no.
 
Me embiste aún más duro.
 
—¡AH!
 
—¡Admitilo, mierda!— me implora.
 
No puedo más, quiero venirme.
 
—Soy tuyo- jadeo desesperado- soy tuyo, Eren—
 
Eso le da el vigor suficiente para masturbarme. Que rico, Dios, estoy a punto.
 
Las terminaciones nerviosas me hacen vibrar y disfrutar de la contracción de mis músculos, y para cuando observo destellos en la oscuridad de mis párpados, la expulsión rítmica y jugosa de mi semen embadurna nuestros abdomenes. Mi interior también se contrae con fuerza en cuanto comienzo acabar, estrangulando el miembro de Eren en mi interior.
 
Una, dos estocadas más y siento escurrir su líquido tibio por mi entrada y ardiendo en las paredes musculares. Es mucho...ah, es genial tener sexo con él.
 
Trato de regularizar mi respiración como puedo, aún con la cabeza hacia atrás siendo sostenida por la mano posesiva de él. Lo escucho dar un último jadeo antes de soltarme y hacer chocar su aliento en mi torax. Se abraza de una manera tan inofensiva a mi cuerpo, que no parece la misma persona que hace minutos me poseía.
 
—¿Cómo…- para a respirar - estuve esta vez?—
 
—Muy bien, mocoso— eso es suficiente.
 
Lo siento sonreír en mi pecho para luego besarlo pausadamente con ternura. Es un bipolar de mierda.
 
Una vez que me salgo de su interior y nos limpiamos, me siento ( un poco difícil la cosa, pero lo hago) en el asiento del conductor y tapo tanto mi intimidad como mis piernas con la manta que guardaba en el baúl. 
Veo a Eren recostarse sereno en el asiento y tomar un poco de la botella que compramos en el camino. 
 
Estando allí, tan relajado después del sexo y con esa faceta de plenitud, se ve encantadoramente completo. 
 
No sé por qué, pero siento que este es el momento para hablar con él; así que me siento recto y derecho mientras saco un cigarro bajo su atenta vista. No suelta el pico de la botella, pero sigue observándome. 
 
—Oi, mocoso- está expectante- tenemos que hablar—
 
El ligero y  carismático "uh" que escapó de sus labios lo hacen ver como un niño a punto de ser reprendido. Me causa una gracia que maquillo fácil.
 
—¿Me mandé alguna cagada?— se sienta cual indio sobre el asiento en dirección a mí.
 
—No, solo quiero que hablemos de algo—
 
Se relaja y mueve los hombros desnudos en muestra de soltura.
 
—Muy bien señor, lo escucho — juega con mi rango para aligerar el ambiente.
 
Pensé con claridad la formulación de cada pregunta que le haría, así que comienzo luego de dar la primera pitada.
 
—¿Por qué te quedaste?—
 
—¿En Singapur?—
 
—No, en Disney - voy abofetearlo - sí, en Singapur. Dónde más sino—
 
Sonríe como un bobo.
 
—Jajajaj, bueno… creo que eso es obvio, ¿No?- baja su mirada antes de continuar- me gustó mucho el ritmo que lleva la Agencia en cuanto al espionaje; es más efectivo y práctico que en Argentina. Eso por un lado… y también quería seguir conociéndote—
 
—Entonces…- exhaló el humo por la ventanilla - ¿Estás diciendo que dejaste todo lo que tenías en Argentina para probar suerte en el trabajo y en lo que respecta a nosotros?—
 
Lo veo tensarse un poco, pero su silencio demuestra que está pensando la respuesta. 
 
No se lo voy a permitir.
 
—Eren- enseguida me mira a los ojos- entiendo que, nuestro encuentro fue algo extraordinario y que nos hizo bien con respecto a las memorias. Apareciste en mi vida para ayudarme con ello, y supongo que tuve el mismo efecto en la tuya- me asiente energético- pero lo que haya sucedido en el pasado, no tiene que ser motivo de tus acciones actuales… ni mucho menos de culpas. ¿Estás entendiendo lo que digo?—
 
Una diminuta pero calcable sonrisa asoma en la comisura de sus labios antes de contestarme.
 
—Sí, entiendo bien a qué te referís. Déjame decirte que si me mudé a Singapur, cambiando radicalmente de vida, no fue por culpa. Yo… me es difícil apartar lo que ocurrió dentro de las murallas con mi día a día. Eso no tiene que ver con vos, es una cuestión personal. Incluso sigo teniendo sueños horribles y en ocasiones confundo los tiempos, pero todo eso comenzó a desaparecer en cuanto te conocí - mierda, eso me agito el pecho - tengo presente que no debo mezclar ambas vidas, pero… Vamos Levi, llamé a mi gato Capitán, esa es una muestra de cómo inciden los recuerdos en mi día a día—
 
Lo escucho atento, y sé que tiene aún más para decir, así que no lo interrumpo.
 
—Estar acá hoy, no es por culpa de mis acciones pasadas. En cierta parte estoy conforme con lo que hice; dejé un mundo libre de titanes y murallas a un alto costo, pero lo logré. No cargo culpas ni arrepentimientos, y eso es gracias a vos... - deja la botella para tomar mi mano libre. Roza nuestros dedos hasta que los entrelaza con sutileza - puede que haya sido impulsivo, pero sé que fue la mejor decisión. Me gusta este lugar y me gusta que nos sigamos conociendo. Argentina no va ir a ningún lado, así que puedo volver a visitar cuando quiera—
 
Finaliza con una satisfacción que demuestra la verdad y sinceridad de sus palabras. Ahora puedo respirar su mismo aire sin nervios ni ansiedad por saber la respuesta.
 
Vuelve para tomar un sorbo de la botella, pero se olvida de algo: el interrogatorio no terminó.
 
Reúno valor de algún sitio desconocido para animarme a plantear esto.
 
—¿Te gustaría ser mi novio?—
 
La concha bien de su madre, acaba de escupir de imprevisto su barbilla y el asiento de auto.
 
—¡Oí, no me escupas el tapizado mocos-
 
—¿Qué dijiste?— 
 
No, no pongas esa cara de cachorro ilusionado.
 
—… no pienso preguntarlo dos veces. Es "sí" o "no", simple— carajo, dame una respuesta antes de que me ardan la nariz y los pómulos.
 
No utilizó palabras en ese momento, pero se acercó con tal sigilo a mi rostro que denoto sus intenciones de besarme. Desvío mi vista de sus ojos cuando su boca está más cerca que el resto de sus facciones, y le acaricio los labios con parsimonia y atracción. No entiendo cómo alguien como él, tan vivaz y volátil, puede perderse tantos segundos en mis ojos; los ojos de un hombre apático y duro. Nunca voy a entender qué fue lo que vio Eren en mi para dejar tanto atrás con tal de sostener mi mano.
 
Finalmente me besa, y la magnitud de este encuentro altera mi ritmo cardíaco. Mis ojos entrecerrados se cierran cuando su otra mano juega con mi nuca al intensificar el beso, haciendo que nuestras lenguas jueguen. 
 
Otra vez, no entiendo el poder ésta situación, pero me siento emocionado.
 
—Sí quiero - dice en medio del beso- quiero ser tu novio—
 
Con esa respuesta, puedo definir a esta noche como la mejor del año antes de dejarme llevar por su voluntad nuevamente.
Notas finales:  

¡Hasta acá por hoy gente! Espero con mucho amor que les haya gustado.

 Besos y fuerza!


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