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Más de media hora por Aurora Artemiva

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Notas del capitulo:

¡Hola preciosuras! ¿Cómo están? Estuve un poco desaparecida por los parciales de la Universidad, pero acá vuelvo con la continuación de este fic para ustedes.

 Si vienen leyendo mi escritos con anterioridad, no van a necesitar aclaraciones.

 ¡A disfrutar!

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21:22 PM

 

—¿Tenés todo en orden?—

—Sí, sólo necesito acomodarme bien la corbata— contestó el chico frente al espejo del baño.

Semanas atrás, cuando el rastreo del nuevo objetivo se llevó a cabo, dieron con una noticia claramente buena. 

Una reunión; una fiesta exclusiva en el hotel Hamilton donde podrían infiltrarse para capturarlo, o al menos acercarse lo suficiente. 

De esta forma, Eren se ajusta su corbata gris en un ángulo perfecto que esconda el micrófono corbatero por el cual se comunica con Levi, mientras el contrario hace una disimulada guardia en la puerta del baño. 

Vestidos para la ocasión como debe ser, Levi no pudo evitar mirarle el culo al chico cuando éste se acercó al espejo, inclinando apenas su torso. 

Tal penetración visual no fue pasada por alto por él.

—¿Podés dejar de comerme el orto con la mirada?— preguntó sin observar, riendo en el proceso.

—Si no te regalaras tanto, no te lo miraría— aseguró el mayor.

—Me sorprende que pienses en esas cosas en medio de una misión—

Antes de que salieran del baño, Levi se encargó de abrir la puerta para que el ambiente exótico y lujoso del exterior les cambiara el contexto y los papeles que (obviamente) ahora tendrían que interpretar.

—A diferencia de un mocoso como vos, puedo tener bajo control mis impulsos bajos. No es tu caso; ¿Verdad?—

Con esas palabras bajo el gusto amargo de la vergüenza, Eren camino por entre las personas invitadas de la fiesta recordando cómo, días atrás en otra misión, se excitó con el traje apretado al cuerpo que Levi vistió haciéndose pasar por un prostituto para reconocer al sujeto que compraba chicos ilegalmente en las afueras de la Ciudad.

Claro; la apariencia pequeña y bien disfrazada del mayor hizo caer al objetivo en un dos por tres, pero Eren terminó cogiéndose a Ackerman en su propia oficina apenas terminaron de pasar el reporte del caso.

Ahora, mientras el chico toma una copa de sidra ofrecida por una de las camareras, envía lejos esos recuerdos pecaminosos y graciosos para tomar seriedad y total atención en la misión actual. 

De reojo observa la silueta de Levi encaminarse escaleras arriba, así obtienen una vista panóptica de la plata alta y baja en busca del hombre que, según las características otorgadas por la Agencia, debería vestir un excéntrico traje beige y dorado. De cabello igual de rubio con canas y facciones bien determinadas. El típico viejo de buen cuerpo y esencia encantadora. 

Claro, toda esa belleza exterior servía como fachada de los kilos y kilos de cocaína que hacía distribuir en los barrios bajos de Singapur.

Dejando esos puntos claves de lado, volvemos a los ojos de Eren y la repentina aparición frente suyo de un sujeto envuelto en tales características. No dudó en comenzar a caminar, disimuladamente y con una faceta amigable. Paso a paso, avanzando con elegancia y desinterés hasta llegar a solo dos metros. Fue entonces que actuó la búsqueda de algún encededor con un cigarro en la boca sin prender. Esa excusa fue la puerta abierta para mirar al sujeto fumar e invadir dentro del círculo social que lo rodeaba.

—Disculpe, ¿Tiene fuego?— preguntó asomando apenas su mano y mostrando el pucho.

El sujeto, interrumpiendo su propia conversación con los presentes, admiró la presencia contraria. Sin notarlo, ya deseaba ver los gruesos labios de Eren sobre el filtro y moviéndose alrededor. 

Tal pensamiento lo hizo actuar.

—Por supuesto — le cedió un encendedor, invitando a Jaeguer a quedarse. 

Fue entonces que el chico aceptó, informándole a Levi que ya estaba adentro con la frase clave que tenían encriptada y transmitida.

—Es una noche muy singular,¿Verdad? —comentó luego de una pitada.

Ni bien escuchó esas palabras a través del auricular, el mayor situó su cuerpo sobre la baranda barnizada para observar el trabajo de Jaeguer entablando conversación.  

Una hora, no más que eso fue lo que tardó Eren en acercarse lo suficiente para bromear, posar su mano una o dos veces en el hombro del sujeto fingiendo risas y ¡Ups!, Un teléfono desechable apareció en el bolsillo del chico al igual que unos documentos que quitó del pantalón ajeno. 

Meses atrás Levi seguía impresionado por la rapidez y agilidad que tenía para los hurtos, pero actualmente ya puede leer los movimientos previos de Eren al actuar, y es así que observó el momento preciso donde los dedos se desplazaron por el bolsillo beige para quitar el contenido.

Sonrió por inercia mientras bebía de la copa que tomó subiendo las escaleras antes de darle una orden al chico. 

—Fase dos— palabras cortas.

Eren escuchó perfectamente, así que acató el mensaje. 

—¿Quiere acompañarme afuera? El bullicio de este lugar aturde un poco — invitó Jaeguer; invitación que fue bien correspondida. 

Unos largos metros hasta el jardín con fuentes de agua y rocío bañando las hierbas y demás flora, el chico estuvo a punto de darle la señal al mayor para que saliera al exterior y pudieran reducir al sujeto. Dos segundos se despistó sin notar que, la musculatura imponente del hombre se posó tras suyo demasiado cerca. Fue entonces que cuando quiso hablar, una mano gruesa y callosa lo tomó por la nuca para meterlo de lleno en el agua de una fuente. 

—Sos bastante comprador, pero no se me iba pasar por alto que me quitaras casi toda mi documentación— le informo el sujeto, aún ahogandolo. 

Pateó en los puntos que serían claves para quitárselo de encima, pero no funcionó. Un codazo contra las costillas tampoco sirvió, y el agua comenzó a introducirse en su boca hasta la garganta. La desesperación lo llevó a actuar por tercera vez, y la pisada dura con zapato de cuero sobre el pie del hombre fue la clave para que lo soltara. 

—¡Fuera de simulacro! — habló con áspero para que Levi fuera en su búsqueda y resguardo.

Al mayor ya se le había hecho raro que el chico tardara tanto en dar la señal, y solo entonces entendió que la tardanza fue producto de peligro. La voz; la voz agitada de Eren daba cuenta de eso. 

Bajó las escaleras casi al trote y llegó al jardín, encontrando al sujeto de espaldas contra el suelo y Jaeguer intentando esposarlo.

—Quedate quieto —le informó, mostrándole el cañón del arma que desenfundó  de su traje segundos antes.

—Hijos de puta, ¡¿Quién los manda?! — 

Sólo cuando Eren pudo terminar de esposarlo, Levi mostró su identificación.

—Agente de la CIA - reveló su placa - señor Hoffman, queda detenido por tráfico de cocaína en la nación de Singapur. La jurisdicción de la Ciudad va hacerse cargo de su caso —

Minutos más tarde, cuando la Agencia envió una camioneta con guardias para llevárselo, Ackerman se ocupó de preocupaciones más grandes.

—¿Estas bien? ¿No te hizo nada? — preguntó tomando la quijada de Eren para inspeccionar.

Aunque tuviera el cabello y principio de la camisa mojado, la piel se le enrojeció por tener a Levi preocupado.

—N-no, no ocurrió nada grave — aseguró un poco avergonzado, desviando la vista.

La suave mano que lo sostenía por la barbilla, se convirtió en un cachetazo rápido (aunque sin fuerza).

—No te pongas como colegiala enamorada, estupido; ¡Te lo estoy preguntando en serio!—

En vez de hacerle caso a sus palabras, le ardieron los pómulos aún peor. Eso no evitó que se pusiera firme.

—¡Descuide señor, estoy en perfectas condiciones! — elevó el mentón en una postura segura. 

Levi pudo asemejar esa actitud como la de un cachorro orgulloso.

—Me alegro mocoso—

Claramente, al llegar las autoridades al lugar, la fiesta tuvo que terminar y los invitados tuvieron que retirarse del hotel. De esta forma, el recinto de fue vaciando con la noche llegando a su cúspide.

Hubiera sido una misión medianamente normal y exitosa si no fuera por una persona; una persona entre la multitud que Eren divisó de lejos y que pudo, con total seguridad, decir que lo conocía. 

Entró en un estado perdido y de puro instinto. Actuó sin racionalizar y caminó, al igual que una serpiente cuando marca a su presa, hasta llegar a las espaldas del hombre.

Estatura media, tez morena y cabello maltratado. Una barba bien negra que sobresalía más que la de Jesús y unas cejas bien gordas y acentuadas que moldeaban el registro de la cara; una cara que Eren se encargó de estudiar y memorizar hasta el cansancio en sus primeros años dentro de la AFI.

Por una milésima de segundos, se rescató de lo que estaba a punto de hacer, y quito su propia mano de la empuñadura del arma escondida bajo su chaleco para dirigirla, lo más rápido que pudo, a los billetes y pocos papeles que sobresalían del bolsillo. El hurto más rápido y eficaz que realizó en toda su vida, acababa de llevarlo a cabo.

Se alejó antes de ser notado, y apretó los dientes cuando lo vio retirarse del lugar. 

Por primera vez lo tenía frente a él, y no pudo hacer más que robarle una mísera documentación.

Al volver con Levi, quién lo buscaba con la mirada, se comió la reprimenda que ya veía venir.

—¿A dónde mierda te fuiste? Estamos por irnos y vos desapareces de la nada-

Bajó la cabeza un momento aceptando sus palabras.

—Señor… tengo que hablarle de algo—

Ackerman entendió enseguida que se trataba de algo importante. Sólo en situaciones claves Eren lo trataba como su superior y tan formal.

Emprendieron la vuelta hacia el auto de Levi, y en el transcurso de la caminata le habló.

—En casa me lo decís—

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00:21 AM

 

Hace algún tiempo ambos asentaron que, luego de una misión, siempre volverían al departamento de Levi para descansar. Fue entonces que Eren dejó una muda de ropa de dormir en casa ajena horas atrás cuando partieron para dormir al volver ( si es que la misión no se extendía más de lo esperado).

Al llegar, destaparon dos cervezas y se sentaron en el living a conversar. Fue entonces que el chico vomitó el extraño momento que ocurrió en el hotel.

—¿Uno de los culpables del atentado a la AMIA?... ¿Estás seguro, Eren? —

—Sí, lo estoy. Estos documentos tendrían que servir de algo — comentó señalando los carnets que depositó en el sillón.

El tema no era tan sencillo para Levi. Si vamos al caso;¿Qué tan objetivo podía ser un agente que se movió en base a odio, a venganza y falta de justicia?

Es claro, confía en que las palabras de Eren demuestran verdad. De otro modo, el crío habría desenfundado el arma y disparado sin tener en cuenta el contexto. Tal situación le hace ver que Eren no actuó por instinto y que debe haber reconocido al sujeto.

—Bien, ¿Cuál es tu idea? —

—Quiero presentar esta documentación en la Agencia y que lo investiguen. Quién es, qué hace y dónde vive. En el peor de los casos, habrá sido confusión mía; pero de no ser así, tenemos a uno de los responsables del atentado en la mira — le informó.

Levi también sabía que eso, el atentado a la AMIA, era la razón por la que el chico se volvió espía. Más de una vez le comentó que su objetivo final siempre fue encontrar a los responsables. Es por eso que entiende que la situación es bastante personal.

—No va ser tan fácil - comentó volviendo a tomar de la pequeña botella - ésto sería mucho más que una misión para vos. Se tornaría personal, y podrías ponerte en riesgo vos mismo al involucrarte —

Eren no le contestó, solo esperó el veredicto final de su superior. Muy en el fondo, entendía que Levi siempre buscaba la mejor salida. 

—Dejame presentar esto con los de arriba, y si este sujeto es uno de los culpables, iremos juntos a buscarlo; ¿Entendiste? No quiero que te muevas solo —

Jaeguer asintió eufórico, dejando traslucir la confianza que claramente tenía en su superior.

Cuando el ámbito laboral quedó en segundo plano, el regazo vacío de Ackerman fue ocupado por la temperatura elevada de los muslos de Eren cuando éste se le subió encima.

Los besos se acompañaron de toques promiscuos que los llevaron a la cama, y solo después de friccionarse lo suficiente para eyacular, durmieron tapados hasta la cabeza.

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10:37 AM

 

Pedir apoyo o al menos un poco de información por parte de la Agencia no fue cosa sencilla a sabiendas de que tales documentos se consiguieron de forma ilegítima. De cualquier manera, Levi paso los detalles por alto cuando la CIA intentó presionarlo. 

Con el pasar de algunos días, la Agencia notificó que tenía información para otorgarle al líder de escuadrón de Élite, y fue en esa ocasión que estando traspasando los movimientos de tráfico junto a Eren en la sala de reuniones, les llegó la noticia. 

—¿Nada?, ¿Cómo que nada?; Tiene que haber algo de ese hombre, algún expediente archivado, algún grupo terrorista al que haya pertenecido - continuó hablando Ackerman por teléfono frente a la presencia de Eren, quién ya sentía hervir la sangre - le pido que corrobore esa información, ese hombre puede… De acuerdo… entendido — 

Cuando colgó, la frustración floreció cual crisantemo en los ojos de Eren.

—¿No hay rastro de él? —

No obtuvo respuesta.

La figura de Levi continuó volteada hacia la ventana, sin mirar al chico. Eren supuso que era enojo o algo similar, pero las magulladuras debajo de los ojos de Ackerman fueron signo de algo sombrío.

—Eren… ¿qué tan seguro estás de que era uno de los culpables?—

—Muy seguro— respondió sin titubear.

Frente a la posibilidad de estar metiéndose en un lugar mucho más sucio, Levi volteó a dar su conjetura.

—La Agencia dice no tener informes de él, pero… Me pidieron que no volviera a tocar el tema, ni buscar información acerca de él...—

Sólo entonces el chico creyó entender a dónde apuntaba.

—¿Pensás que… la Agencia...—

—Ellos lo están encubriendo - interpretó Levi - están involucrados—

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21:36 PM

 

Un cielo apenas nublado pero de un azul marino los acoge cerca del río. Un viento frío pero soportable envía quemaduras leves al rostro de Eren mientras exahala en busca de calor; en busca de calor y algún consuelo.

—No...no lo entiendo - le confiesa a Levi, quién está sentado a su lado, en la tierra húmeda de pastizal observando el leve oleaje - yo, formé parte de la AFI para buscar a los responsables. ¿Cómo es que ellos mismos estarían envueltos en el atentado?—

Levi decidió no contestar por el momento. Si bien no compartía el mismo dolor que Eren, sí experimenta el sabor agrio de la tradición frente a sus narices.

Años, años de estar ascendiendo y persiguiendo a las escorias del mundo, para dar con una mayor, y que sea la propia CIA.

Ahí encontró una explicación lógica.

—Sinceramente no sé qué esperábamos - le contestó a Eren. Éste volteó a mirarlo - venimos de un mundo donde aniquilaron y transformaron humanos en titanes por ideologías de mierda. Si ese fue el comienzo de la humanidad, no sé qué esperábamos obtener de esta época… es la misma mierda con diferente forma — confesó con asco sus pensamientos.

Eren comprendió a mitad de su relato a qué se refería. Sintiéndose más nauseabundo, supo que no estaba equivocado y que sus sospechas se volvían reales.

—¿Erwin te lo confirmó? — preguntó el chico, sabiendo que aquello sería la gota final para afirmar su teoría.

—Sí… hace algunos minutos me envió un informe detallado de las transacciones entre el grupo terrorista y la CIA. Ya se encargó de eliminar esa información de la base para que no lo noten —

El chico descansó su cabeza en el hombro del mayor, y mientras éste enredaba sus dedos en la larga hierba, Eren se sintió a la deriva.

—Levi, no pienso seguir dentro de la Agencia. No puedo. No sabiendo esto —

La mano que activaba las hojas de las hierbas aromáticas del lugar fue a peinar el enredado cabello del chico.

—No sos el único - confesó, y la piel de Eren se erizó - tampoco puedo seguir a sabiendas de que la CIA forma parte de esto —

—¿Qué?- se puso colérico -  No podés renunciar. Te costó mucho llegar hasta acá—

—¿Hasta dónde, Eren? ¿Hasta ser parte de un Equipo que tranza con terroristas?... Yo tampoco ingresé al espionaje para esto. Tampoco puedo continuar —

El viento se agitó lo suficiente para mover las pesadas nubes, y fue allí que distinguieron la bella luminiscencia de la Luna acuñarlos.

—¿Qué se supone que vamos hacer? Ninguno sabe ser nada más que espías— preguntó Eren.

—Bueno… siempre quise tener una tienda y buscar variedades de té. Tal vez ésta sea la oportunidad — 

Las comisuras de Eren se estiraron por la confesión y por el toque cariñoso alrededor de su oreja.

—Yo quería estudiar meteorología, te lo dije ¿No? - le asintió con la cabeza - puede que también sea mi oportunidad para cambiar de aire—

Durante unos minutos, el silencio fue testigo de una resolución que tardaron años; demasiados años en notar.

—Tal vez es hora de descansar, Eren… el mundo va seguir siendo un lugar injusto y cruel a su debida medida. Nos merecemos un poco de paz, ya que si lo pensamos detenidamente, hace más de dos mil años que estamos luchando—

El menor no supo porqué, pero una angustia aberrante caló por su garganta y pecho hasta dar con su consciencia. Los ojos le picaron con fuerza y el viento lo obligó a escurrir las lágrimas pesadas que guardaba. Asintió varias veces con la cabeza ante las palabras de Levi, y cuando quiso decir "sí", la voz se le quebró por unos segundos y los labios le temblaron como bandera desgarrada en medio de una guerra perdida. 

Las manos del mayor lo tomaron con cautela desde la quijada hasta la nuca, y se encargó de besarlo y tragar a través de su resquebrajada coraza las finísimas lágrimas que invadieron la comisura de los labios contrarios.

Lo supieron entonces; era hora de detener su lucha.

O sea fue lo que creyó Eren cuando dejaron de besarse para admirar la noche.

—Sin embargo... - continuó el mayor, encontrando los faroles de Eren que esperaban su veredicto con ansias - no podemos dejar que salgan del todo victoriosos—

La voluntad férrea del chico se hizo presente en una última instancia. Le dio una sonrisa cómplice antes de levantarse de la hierba. Desde arriba, al igual que un cometa pasando con frialdad, le otorgó una mano y una petición a Levi.

—¿Una última misión?—

Rió por lo bajo antes de tomar la mano de Jaeguer.

—Una última misión, mocoso—

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Aeropuerto de Singapur

 

14:20 PM

 

Que la CIA estuviera enredada en los vestigios y arreglos del terrorismo no fue maldición suficiente para detenerlos. Es entonces que empacaron, llevándose dentro de unas pequeñas valijas la ropa y artefactos necesarios para viajar hasta la Ciudad donde el paradero era clave.

¿Qué de dónde provino la información? Bueno, Erwin le debía algunos favores importantes a Levi; así que no fue problema inmiscuirse en los archivos clasificados a través de una deep web.

No obstante, mientras ambos esperaban en los asientos del aeropuerto la llegada del avión, Eren divisó varias siluetas conocidas ingresar al lugar.

—Levi, Levi — lo zamarreó apenas del brazo, quitándole la atención de los papeles que leía.

—¿qué pasa?—

No le contestó, directamente señaló con la barbilla al tumulto de hombres que se acercaban.

—¿Es Erwin y…?——

—....Nuestro primer equipo?—

Al igual que una bomba resonando en su estallido, los hombres carcajearon al verlos.

—¡Eren, Levi!— llegaron hasta su parate.

—¡Gomez!— saltó de su banca Eren al ver a su primer equipo allí, reunido con ellos. 

Un poco más estupefacto, el mayor no comprendió.

—Erwin,¿ Qué mierda es esto?—

La maleta que cada una llevaba en la mano era respuesta obvia.

—Supe lo que estabas planeando con Eren, y me encargué de buscar a tu equipo - confesó, pero Levi siguió sin asumirlo - ¿De verdad creíste que se irían solos a realizar esta misión?—

Ackerman dejó traslucir su faceta de orgullo ante la presencia de ellos.

Solo entonces se encaminaron al igual que viejos guerreros a terminar una última misión. 

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Notas finales:

Hasta acá por hoy bellezas.

 Espero les esté gustando. Pronto va haber un cambio al fin para vida de nuestros legendarios guerreros.

 Besos y fuerza!


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