Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sacrificial bull. por Master weasel

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Un saludo a los lectores, espero la esten pasando bien este fin de semana. 

Todas las extremidades de Katsuki le estaban fallando en ese segundo. No estaba seguro porque su cuerpo se había paralizado al punto de que no lo dejaba moverse. 

 

Lo peor es que ahora no estaba tratando de huir, si no moverse para socorrer al pobre imbécil que lo asaltó. Y es que no importaba que tan horrible supiera Katsuki que era la gente, y que tanto dijera el rubio que los villanos merecen "morirse", justo ahora no estaba preparado para ver REALMENTE cómo mataban a sangre fría a un pobre diablo, sobre todo porque los dos sujetos que lo tenían acorralado en ese callejón no había durado ni medio segundo en aparecer y ya lo estaban convirtiendo su cuerpo lodoso en una pulpa combinada entre su quirk y sangre. 

 

Katsuki lo sabía porque los puñetazos estaban haciendo eco entre las paredes, la mujer de la sombra lo estaba sosteniendo en un solo sitio mientras venía azote detrás de azote de los puños contra el concreto en el suelo. Todo acompañados de sonidos viscosos y súplicas lastimeras, el pobre tipo gritando piedad a todo lo que le dieran sus pulmones. 

 

Y luego vino una risa. 

 

Oh carajo, pensaba Katsuki. Aquella risilla traviesa que había escuchado cuando esos tipos aparecieron. A los bastardos les estaba divirtiendo todo ese maldito espectáculo. 

 

- PERDONENME POR FAVOR, PIEDAD, ¡¡PIEDAD!!

 

Lo único bueno en todo eso es que los otros vándalos estaban tan concentrados en darle un paliza al villano de lodo que parecía inerte a la presencia del rubio. 

 

-¡Carajo! ¡¿Porque no puedo moverme?!- maldecía el rubio mentalmente. 

 

Katsuki solo se quedó ahí, viendo como estaban moliendo a golpes a un tipo, por lo que quizás fueron los 3 minutos más largos de toda su vida.

 

Capítulo 4

El ogro y la sombra

Parte 2

 

La situación estaba echada, y Katsuki estaba frustrado al saber que no podía hacer nada para detener eso. 

 

Aquel villano de lodo que lo trató de sofocar buscaba esconderse de estos otros locos, que francamente eran peores que él. Y por lo que notaba que iban a ir las cosas, los tipos iban a matar a ese imbécil, se iban a ir, dejarían a Katsuki enfrente de un cadáver lodoso, aguado y sanguinolento, y el chico que vociferaba que iba a ser el héroe número uno de Japón solo iba a poder dar reporte a la policía porque no pudo ni moverse debido a una especie de quirk de parálisis. 

 

Fue cuando escuchó murmurar algo al tipo gigante, sonaba joven, y eso era extraño. 

 

- Donde estan, donde estan, donde estan...- murmuraba mientras jadeaba y seguía golpeando al sujeto. 

- ¡¡¡NO LO SE, NO LO SE!!! - escucho Katsuki una súplica desgarradora. 

 

Katsuki entendió que algo les había hecho ese payaso, pero con un diablo que no iba a poder resolverlo si seguía ahí tirado en el piso. 

 

Fue en ese momento que no supo de donde agarro fuerza, pero lleno sus palmas de sudor, las estrello la una contra la otra y lanzó una explosion poderosa contra la espalda del gigante. Katsuki notó horrorizado que eso solo se aturdió por un segundo, y el sujeto solo estaba volviendo su mirada molesta hacia él. Tuvo suerte en que eso fue suficiente para distraer a la otra chica, y que el hombre liberara un tentáculo y usar las pocas fuerzas que le quedaban para aferrarse al brazo de Katsuki, gritando que corriera por su vida. 

 

Al ver eso, el rubio no lo pensó, solo corrió. Un rugido irritado no se hizo esperar. Ahora estaba en problemas por no pensar bien en qué carajos estaba haciendo. 

 

Su abuelo seguramente se reiría de él, si es que llegaban a encontrarlo vivo. 

 

El villano de lodo se agarró a su espalda, estaba mucho más reducido que hacía rato. Seguro la resistencia de su cuerpo le había ayudado a soportar aquella paliza, pero lo había dejado débil y a merced de ese otro loco. No tardaron mucho en escuchar al sujeto moviéndose por los tejados como lo estuvo haciendo antes. Pero lo peor era la otra presencia que parecía reptar entre la oscuridad de las calles cual serpiente, y que sabía que no le estaba quitando el ojo de encima. 

 

Katsuki luego sintió en su cuerpo una fuerza que le estaba tratando de cortar su carrera. La macabra chica del suéter flotante estaba alcanzando su sombra, aprovechando los claros oscuros de aquel paraje solitario, tal y como lo hizo con el sujeto de lodo. Si lo agarraba estaba perdido. 

 

Aun con las muñecas adoloridas por el sobre uso, logró juntar suficiente nitroglicerina para hacer una explosion que le impulsó hacia enfrente, haciendo que aquella presencia reptante se hiciera hacia atrás. 

 

Quitandose a la sombra de encima, el rubio logró llegar a una avenida transitada, corriendo a lo más que podían sus piernas, empujando a los transeúntes e ignorando sus reclamos, mientras buscaba desesperadamente un cruce para que así el tipo que los seguía en los tejados no pudiera brincar a otro techo. Encontró finalmente el cruce, comiéndose la luz en rojo para los automóviles, quienes le pitaban con furia al tener que parar de forma abrupta por culpa de Katsuki. 

 

Fue cuando llegaron a la otra calle que el hombre de lodo le gritó a Katsuki que doblara a la derecha y que fuera directamente a otra zona de callejones separados con rejas. 

 

- ¡¿Que estás loco?! - le replicó el chico - Fue en un lugar como esos donde te acorralaron, ¡¿quieres darles ventaja otra vez?!

- ¡Solo hazlo mocoso de mierda! ¡Tal vez pueda arreglar todo esto!

 

Katsuki obedeció al escuchar el reclamo y se metió entre otro grupo de calles solitarias que daban a los basureros de algunos restaurantes de la zona. Al sentir que no lo seguían, Katsuki paró, y comenzó a jadear con fuerza. El villano de lodo, que tenía ahora el otro ojo hinchado y un diente de menos, estaba respirando asustado firmemente agarrado a la espalda de Katsuki. Pronto el rubio notó eso y empezó a tratar de sacudirse al villano de su cuerpo. 

 

- ¡Ya suéltame pedazo de mierda! - le grito - ¡Tuve suficiente con salvar tu inutil vida para que te me pegues como una lapa! 

- ¡Claro que no me voy a soltar, no me puedes dejar solo! - le gritó el hombre. 

- ¡¿No puede ser más cobarde?! - arremetió contra el Katsuki - ¡Primero tratas de matarme! ¡¿Y ahora quieres que te proteja?!

- ¡Mira crio, lo mejor es no separarnos! ¡Esos bastardos están locos, y seguro ahora que vieron que me ayudaste trataran de matarte a ti también!

- ¿Al menos sabes quienes son ese par de peleles?

- No se

- ¡¿Como que no sabes imbecil?! - le gritó exasperado Katsuki.

- ¡Te digo la verdad!

- ¡¿Entonces por qué te siguen?! ¡¿Qué puta mierda hiciste?! 

- ¡No tengo ni la más puta idea! - se quejó el tipo - Venía siendo seguido de cerca por unos judiciales porque asalté una tienda de conveniencia, mire a este grupo de gente y una mochila en una parada de autobús. Tome la mochila para esconder el botín y repte hacia las coladeras- le explico - Lo segundo que supe fue que el tipo este me siguió hasta la salida de un desagüe, aun no se como demonios hizo para dar conmigo tan rápido, y ahí acompañado por la otra perra, me agarraron, me golpearon y me dejaron el ojo hinchado. Logré escabullirme, pero no paran de venir detrás mío, lugar en donde me trato de esconder, ahí están y así ha sido por hora y media. ¡No desisten y no me dejan en paz! 

- ¡Claro que no te van a dejar tranquilo! ¡Les robaste! ¡¿Es que eres demasiado imbécil como para no darte cuenta que tu problema es que le quitaste sus pertenencias a gente demasiado peligrosa?! - le recrimino el chico rubio. Luego se calmó un poco y pensó - Bueno... dijiste que quizas podrias solucionar esta mierda no, o al menos eso me gritaste para que me metiera en este lugar abandonado. 

- Si, tal vez pueda hacer algo si les doy de vuelta la maldita mochila esa.

- Estaban extremadamente cabreados, ¡¿realmente crees eso funciones?!

- Con un carajo. ¡Es lo menos que se me ocurre para arreglar todo este trapujo de mierda! - se quejó de vuelta el villano de lodo - Quizás si le doy lo que quiere a esa cosa me deje tranquilo, y por consecuente a ti también. Habría que intentarlo, ¿no lo crees? Que no tengo planes de morir hoy. 

- Bueno, bueno, ¿donde tienes la mochila?

- Está escondida en uno de estos botes de basura, desde aquí comenzaron a seguirme.

- ¿No crees que hayan deducido que estas de vuelta aca, idiota? No tardaran mucho en volver aquí y masacrarnos. 

- Por eso quiero la mochila, ¡buscala rápido!

- Maldita sea, lo que me saco por actuar de forma impulsiva.   

 

Dicho esto, Katsuki se movió hacia el bote de basura señalado, que pateó de forma descuidada para dejar caer el contenido. Un gato corrió, y del basurero cayó un morral que parecía cuidadosamente tejido. Bueno, el sujeto tenía una mochila hecha a mano de forma esmerada, quizás eso explicaba porque estaban tan enojados. 

 

- ¿Es esa cosa?

- Si, es eso, saca el dinero que metí en ella y busquemos cómo darle su mochila al otro carajo ese... 

 

Pero antes de que pudiera recogerlo, escucho un golpeteo de zapatos que se iba acercando con mucha rapidez. Los habían encontrado. Cuando menos lo esperaba, el tipo grande se agarró de una verja de metal, que era lo único que los separaba de él en el callejón, y de un solo impulso, la salto, quedando Katsuki y el hombre de lodo a merced de este tipo. 

 

Maldita fuera esta hora, las palmas y las muñecas le dolían hasta este punto, ya no tenía cómo defenderse, y no pudo hacer retroceder a esos bastardos siquiera un milímetro. 

 

La figura reptante de su otro atacante comenzó a formarse detrás de ellos, y una sensación helada le corrió por toda la espina a Katsuki. Pronto sintió como si una especie de mano gigante lo estuviera sosteniendo en su lugar, y, mirando hacia abajo, observó que su sombra estaba pegada a la de la criatura con suéter flotante y risa siniestra.  

 

El que estaba al frente de él no tenía mejor apariencia que el espectro atrás suyo. Jadeaba molesto y parecía dispuesto a matar. Toda su actitud le hacía ver como un ogro. Katsuki noto detalles como que le sacaba varios centímetros de altura, y al parecer también tenía cuernos. Sus ojos dejaban ver un brillo ligero, parecido al de los gatos en las noches, y su boca exhalaba un ligero gruñido con cada jadeo que se le escapaba. En ese momento no podía articular palabras, ese efecto de intimidación paralizante debía ser parte de su quirk, y vaya que era malamente conveniente en ese momento.

 

El corazón del rubio se estaba acelerando y su respiración entrecortando, era como si supiera que lo estaba acechando un tigre, y el no pudiera hacer nada para evitar ser devorado. Pero justo cuando sintió las manos del ogro rozar el cuello de su camisa, el sujeto de lodo usó las fuerzas que le quedaban para estirar un tentáculo y jalar a Katsuki hacia los botes, donde lo soltó. La chica del sueter perdio la concentración, Katsuki dio un golpe entre los botes de basura y el ogro aprisionó al criminal con una mano. 

 

El joven rubio miró a su lado el morral, y lo tomó justo cuando el ogro estaba a punto de golpear al pobre tipo. La chica del suéter tomó la sombra de Katsuki de vuelta y comenzó a jalarlo hacia ella, mientras el ogro tenía al villano de lodo contra el suelo, y seguramente estaba a punto de terminar con su trabajo de hacía rato.  

 

Katsuki tomó con fuerza el morral, y justo cuando estaba enfrente de la chica sombra, su garganta sintió un ligero desbloqueo. 

 

- ¡Espera! - le gritó Katsuki. 

 

Ambos se detuvieron, mirando embelesados el morral en las manos del joven rubio. 

 

- Dejalo vivir, ¿es esto lo que querías, no? - exclamó Katsuki. 

 

El ogro dejó al tipo de lado, se movió hacia Katsuki, y arrebató el morral de las manos del rubio. Acto seguido, abrió su mochila para ver varios fajos de billetes, que saco como si se trataran de nada, mientras el villano de lodo reptaba débilmente, tratando de escapar. La chica del sueter volvió a reír y lo retuvo en su lugar, con el pobre tipo suplicando para que lo dejaran ir. 

 

- Está todo - murmuró de repente el ogro. 

 

En ese segundo las pocas nubes que estaba cubriendo ligeramente al sol se movieron. Un ligero halo de luz iluminó la cara del sujeto, de manera que Katsuki pudo ver sus facciones más de cerca. Pelo verde, ojos de color esmerarlda, cuernos de color hueso y las mejillas llenas de pecas. Katsuki se quedó estupefacto.

 

... No podía ser...  

 

- ¿Deku? 

 

El ogro se volvió hacia él tan rápido como los labios del rubio soltaron la palabra Deku. Fue como si aquel tipo sediento de sangre se hubiera transformado en un tierno gatito con la sola mención de ella, y la sensación de intimidación que ese tipo producía se relajó casi de un instante. Ya no estaba esa aura depredadora que mantenia los músculos de Katsuki tiesos, lo cual fue extraño, Katsuki no recordaba que Izuku podía hacer eso. 

 

- ¿Kacchan? ¿E-eres tu? - exclamó cauteloso. 

 

Se vinieron varias sirenas de coches policiales, y las luces de las mismas comenzaron a inundar el callejón. Eso estaba mal, seguramente alguien, finalmente, respondió a los disturbios y llamó a la policía para que les buscara. Si los arrestaban se iban a meter en un montón de problemas. Pero el villano de lodo, rendido, debilitado y cansado de todo, levanto un par de tentáculos en señal de mansedumbre, mientras se escuchaban pasos hacia el recinto.  

 

- Vayanse - le dijo a Katsuki. El chico le salvó el pellejo, lo menos que podía hacer era encubrirlo. 

 

Katsuki no lo pensó dos veces y se levantó en un instante. Era probable que si lo agarraban, le iba a venir una mancha gigante en su currículum, y probablemente sus chances de entrar a la UA se iban a ver reducidos drásticamente. Fue entonces que sintió un fuerte agarre en su muñeca y se sintió jalado cual mono de trapo atado a un auto. Para cuando la policía estaba rodeando el hombre de lodo, tanto Katsuki como el mal llamado ogro y la chica sombra, habían saltado y/o reptando a través del cerco y se habían perdido en las calles. 

 

Todos pararon a la mitad de una calle cuando todo se calmó. Katsuki retorno sus ojos al chico de cabello verde ignorando la máquina expendedora que estaba cerca de ellos para enfocarse en su compañero; seguía siendo un gigante, pero ahora se miraba mucho mas trabajado. Cuerpo musculoso, largo cabello enmarañado, una sonrisa con afilados dientes, una piel menos pálida de cuando lo conoció. 

 

También, a decir que por lo pasado hacía rato, se vino un cierto silencio incomodo, pero algo debió de romperse. 

 

- Izuku... han sido años - dijo finalmente Katsuki, armándose de valor. 

- Lo sé - le respondió Izuku casi susurrando.  

- Ya no te ves tan rechoncho.

- Jejejeje. No... no creo. 

- ¿Se conocen? - de manera repentina preguntó la chica. 

 

Katsuki pudo ver a la luz que el amedrentador espectro sombrío ahora era una chica de facciones invisibles, sin cara y sin cuerpo, solo una serie de ropas flotantes que fuera en la luz, resultaban más inofensivos que el monstruo que trato de matarlo hacia menos de un minuto atrás.  

 

- Yo eh, si Tooru, si lo conozco, era... Era mi amigo de la infancia cuando viví aquí en la ciudad - le respondió Izuku a la chica invisible, ahora llamada Tooru. 

 

Por alguna razón a Katsuki le pego ese ERA en el pecho. Había pasado mucho tiempo, nunca se reconciliaron después de pelear en el riachuelo, quizás Izuku se fue al campo con la idea de que ya no eran amigos, y con ello se quedó durante todo ese tiempo. 

 

Pero aun con todo, Katsuki no podía quedarse con las dudas, tomó aire, e hizo la pregunta que quería hacerle desde que lo reconoció. 

 

- Izuku. 

- ¿Uhm?

- ¿Por qué atacaste a ese sujeto?

- Tomo mi mochila. 

- ¿Fue realmente por eso?

- Claro que fue por eso - irrumpió Tooru - Toma algo de un yokai y tienes que pagar, toma algo a la fuerza y serás perseguido por la eternidad. No se porque se les hace tan difícil pensar en eso a los humanos. 

- Oh Tooru, no creo que eso sea suficiente justificación - le dijo Izuku. 

- Hablas como si quitarle TUS pertenencias al tipo que te ROBO fuera malo Zu kun. Se merecía cada golpe que recibió el sátrapa ese. 

- ¿Yokai? 

 

Dejando de lado el hecho de que aquel espectáculo, que más se iba convertir en una carnicería, parecía una acción completamente justificada para esta gente, Katsuki no pudo articular más que eso. ¿Escucho la palabra yokai? ¿Escucho la palabra HUMANO? ¿Trataba de decirle esta niña que toda la mierda que vio hacía un momento no era parte de un quirk?

 

- ¿Que mierda es un yokai Deku? ¿De que está hablando ella?

- Es algo complicado Katsuki, veras, yo... 

- Joven Midoriya, joven Hagakure.

 

Katsuki volvió a sentir esa fuerza intimidatoria, pero como con 20 veces más intensidad. Quedando paralizado y sin habla, pero esta vez se sentía como si hubiera alguna especie de vórtice a punto de succionarlo. ¿Era esto normal entre esas cosas? 

 

Katsuki logró volver la cabeza para notar a un hombre extremadamente alto, de cabello rubio enmarañado y ojos hundidos de un azul eléctrico. Llevaba una yukata gris, un par de sandalias de madera y un paraguas de papel. Por alguna razón, creyó que estaba viendo a un esqueleto, quizás por las facciones afiladas y los pómulos hundidos de aquel hombre, pero eso solo provocaba todo menos confianza. 

 

- Buenas tardes Yagi sensei - exclamó Tooru en una voz cantarina
- ¿Quién es él? - preguntó el hombre esqueleto

- Un viejo conocido, Yagi sensei - respondió Deku.

- Entiendo. Bueno, despidete de el, joven Midoriya, me hicieron seguirlos hasta quien sabe donde, y los otros están preocupados. 

- Lo lamento Yagi sensei- se disculpó el chico con un leve sonrojo - Nos vemos Kacchan...

 

Los dos chicos se fueron detrás de aquel hombre, dobló la esquina y Katsuki no supo cómo reaccionar. Se quedó parado un segundo y luego fue a seguirlo. 

 

- Deku... ¡Deku espera!

 

Katsuki se dio la vuelta y no vio a nadie. 

 

- ¡Agh! ¡Maldita sea! - grito el chico mientras los sonidos de la sirena de la policía se iban disipando entre las calles.  

 

00000000000000000000000000000000000000000000000000000000000

 

Regresando a la casa de sus abuelos, Katsuki pensaba en todo lo que pasó. En las palabras del anciano, en Deku, y en esta niña Tooru. 

 

Resolver las cosas rápido y al momento era su filosofía, pensando en que no se ocupaba ser compasivo para vencer a un villano. Hoy, sin embargo, odio la idea de ver a un tipo casi morir en manos de alguien que estaba impartiendo justicia por cuenta propia, aun si ese sujeto amenazó su vida anteriormente. Lo peor es que los implicados lo encontraban, hasta cierto punto, justificado debido a la situación. Si hubiera seguido pensando igual, y no hubiera sentido nada de empatia por el pobre idiota, tambien los hubiera justificado. ¿Realmente todo lo que decía era porque nunca le tocó estar frente a un caso de verdad?

 

Odiaba que sus abuelos tuvieran la razón en todo. 

 

Por otra parte, estaba el cambio de actitud de su amigo. Katsuki recordaba a Izuku como un gigante manso, el tipo que casi masacro al villano de lodo por una mochila, obviamente no lo era; era más parecido a la bestia que le rompió un hueso a un niño años atrás. ¿Es que estar rodeado de otro tipo de ambiente le hizo alguien más violento? ¿Oh es que siempre  fue así, pero ahora el tío Hisashi no tenía cómo reprimir ese comportamiento? 

 

Y pensándolo más a fondo, viendo a esta chica, recordaba que antes de irse, su tío Hisashi mencionó a gente igual a Izuku. Lo que vio de la habilidad de la tal Tooru era extravagante y terrorífica, una especie de poder que le permitía controlar las sombras a su antojo, y a lo que tuviera esa sombra su antojo. Eso apenas lo hizo retroceder con su propio quirk, logrando escapar de él muy apenas. Si la habilidad de gigante de Deku en su tiempo le pareció una monserga, no se imaginaba que clase de cosas eran ahora los nuevos amigos de Izuku.  

 

Por último y no menos importante, estaba el hecho de que Tooru implicó fuertemente que ella, y quizás tampoco Deku, eran seres humanos. Eso último era una estupidez, si esos poderes que demostraron no eran quirks, ¿entonces que demonios eran? 

 

Luego recordó cómo la chica usó la palabra Yokai. No sabia que significaba eso. 

 

Fuera lo que fuese, estaba en un lío. 

 

Entre esos pensamientos, tras una larga caminata, logró llegar a la casa de sus abuelos, quienes lo esperaba en la sala con una cierta preocupación. 

 

- Katsuki, ¿dónde estabas? Llegas más tarde de lo normal - mencionó su abuela - Y encima estás todo sucio, ¿no me digas que se metieron contigo otra panda de bravucones?  

- Algo así... - reclamo Katsuki. 

- Esa escuela tiene que hacer algo, siempre es la misma, y esta no es la primera vez que...

- Abuela, no es para tanto. Ya me encargue de ellos, ¿ok?

- Quizás meterte en problemas no sea lo mejor para ti, cielo. 

- Da lo mismo con esos extras, solo están ahí para alardear y crear problemas - replicó el chico, luego se volvió a Don Torino - Oye viejo, reitero lo que dije en la mañana. No importa que mis padres vengan en el viernes, quiero quedarme hasta el fin de semana. 

- ¿Quieres entrenar para la UA, verdad? 

- No necesariamente, pero sí. 

- ¿Como eso muchacho? - preguntó su abuelo. 

- Estuve pensando, y tenias razon en lo que me dijiste en la mañana, quizás sí quiero volverme fuerte para desmostrarselo a alguien.

- Bueno, eso es un asunto diferente. Sobrepasar a alguien puede que no sea sencillo. 

- Lo sé - dijo el chico mientras subía las escaleras a la habitacion de huespedes - Ahora creo que necesito fuerza suficiente como para tener que hacerle frente a un espectro. 

 

Los abuelos del chico se vieron entre ellos, mientras su nieto subía a la planta alta para tomar una ducha.

 

Notas finales:

GUIA DE BOLSILLO DE YOKAI

Una de las bestias mas conocidas en el folklore japones son los Oni. Un tipo de ogro de montaña cuya participacion en los cuentos puede variar de lugar en lugar. Ciertos sitios dicen que son invicibles, otros que son bestias enormes capaces de aplastar a un hombre, pero todos cohiciden en que son muy enojones, y casi nunca se llevan bien con la gente.

En varias ocaciones es necesario exorcisarlos para que dejen de atacar poblados, por lo que enfrentarlos en esas ocaciones requieren de personas muy versadas, o ejercitos muy preparados. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).