Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

REENCUENTROS por Agatha_Shadiness

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Parte 6. Agridulce

 

Cuando despertaron estaban en un mundo extraño. Era muy oscuro, apenas lograban ver sus siluetas. Loki estaba recostado sobre el brazo de Thor, comenzaba a quejarse debido a la herida en su espalda. Thor se levantó cuidando de no lastimarlo más. Parecían estar sobre arena, pero era muy difícil decirlo.

— ¿Loki, estás bien? ¿Qué sucedió, donde estamos?

—Y cómo voy a saberlo. No, Thor, no estoy bien, espera…—Loki invocó un poco de su magia para generar una luz que rodeaba su mano, Thor pudo ver su rostro agotado y una sonrisa mezclada con dolor.

— ¡Por los dioses! —Murmuró antes de agacharse sobre su hermano, tomarlo entre sus brazos y besarlo con ansias. Loki disfrutó el contacto, pero no pudo evitar quejarse cuando el abrazo de Thor le avivó el dolor en su herida. —Lo siento, no era mi intención, busquemos ayuda para curarte.

—No creo poder moverme, Thor. Estoy cansado.

—No te preocupes por eso. —Thor se acomodó a Loki en los brazos, recargándolo contra su pecho, después de meter el Strombreaker en una funda de su espalda, luego pasó uno de sus brazos por debajo de las rodillas de Loki y lo cargó con cuidado, buscando no lastimarlo, aunque el hechicero no podía evitar quejarse.

Comenzó a caminar, con Loki iluminando un poco el camino, Thor estaba muy preocupado, por momentos Loki perdía la razón y la luz se apagaba, entonces él comenzaba a llamarlo con angustia hasta que el hechicero recobraba el sentido y seguía iluminándolos, pasaron largas horas hasta que dieron con lo que parecía un poblado, ni Loki ni Thor conocían aquel mundo. Se observaron uno al otro al descubrir aquel lugar, las casas eran pequeñas y redondas y no parecían tener más que una puerta para entrar, ni ventanas ni arcos. Y el material era completamente desconocido, aunque se parecía al barro que Loki había visto a los midgardianos utilizar alguna vez.

— ¿Crees que pueda ser este el mundo de los elfos oscuros?

—No, ellos se extinguieron hace mucho y sus casas eran enormes construcciones echas de metal y magia.

—Puede ser que este sea un pueblo lejano.

—Lo dudo.

—Vamos, tal vez haya alguien que nos ayude.

Thor se acercó al poblado, no había ruido y tampoco una sola alma, supusieron que al ser de noche todos debían dormir. Cuando estuvo en el centro del lugar se dio cuenta que había pequeños ruidos provenientes de las casas, una especie de zumbido.

— ¿Hola? — Dijo, pero no hubo respuesta. — ¿Hay alguien?, por favor, no vamos a hacerles daño, necesitamos ayuda.

Loki rodó los ojos, impaciente por el dolor en su espalda.

—Espera un poco. —Le dijo Thor, —te bajaré aquí y entraré en una casa, para buscar ayuda.

—No creo que sea buena idea, Thor. No deberíamos invadir este lugar, además, cómo verás qué hay dentro, sin mi magia estás tan ciego como un topo.

Ante la voz de Loki, los zumbidos se hicieron más intensos, Thor y Loki observaron muy quietos como fueron apareciendo pequeñas luces verdes, del mismo tono que la magia de Loki.

De inmediato las casas de barro se llenaron de esas luces y comenzaron a salir, flotando, para postrarse alrededor de ellos, el lugar comenzó a iluminarse, pequeñas y delgadas voces chillonas salían de esas luces, eran criaturas, con diminutos cuerpos y alas. El lugar se reveló como una enorme caverna que contenía esas casas, sobre ellos colgaban largas ramas llenas de hojas y tallos, con flores y demás enredaderas, algunas de color verde, otras parecían de tonalidades desconocidas. El piso estaba cubierto de césped, al fondo de la caverna había un oasis, las criaturas comenzaron a flotar observando a Loki. Eran muy pequeñas, apenas del tamaño de sus manos. Loki levantó su mano libre y uno de aquellos seres se acercó a tocarlo.

—Hadas. —Dijo en un susurro. —Estamos en su mundo.

—Pensé que habían sido exterminadas por los nomos.

—Parece que sobrevivieron a la guerra. No te preocupes, son inofensivas. — Dijo Loki, observando como las pequeñas criaturas eran hermosas, tenían largos dedos que terminaban en unas pequeñas garras, colmillos y unas alas enormes, ojos del color del espacio y sus cuerpos eran humanoides pero brillaban de un intenso verde. Loki acarició con la punta de su dedo índice imbuido en magia el pequeño rostro de una de ellas, la cual cerró los ojos y se dejó hacer.

— ¿Y ahora? —Dijo Thor, observando como Loki se entretenía con la criatura.

—Les gusta mi magia. Creo que podrían ayudarnos. Oye, pequeña, necesito curarme. —Le dijo, y la pequeña hada lo observó con mucho cuidado, las demás, que danzaban alrededor de ambos se quedaron muy quietas. —Tengo una herida algo profunda, ¿crees que puedas decirme como volver a casa?

La pequeña hada le sonrió traviesa y le jaló el dedo, todas las demás comenzaron a chillar, llamándolos. Ambos fueron guiados hacia el fondo de la caverna. Cuando se adentraron aún más se dieron cuenta que las paredes de la caverna escondían un castillo, completamente rodeado de enredaderas y con una enorme fuente al frente. Las hadas le hicieron señas a Loki para que ambos se acercaran al estanque.

—Creo que quieren que entremos.

— ¿Crees que eso pueda curarte? —Preguntó Thor.

—Las hadas son conocidas por ser seres de magia muy poderosa, así que, quizá.

—Entraremos juntos.

Las hadas comenzaron a chillar de  nuevo, cuando Thor hizo el ademán de entrar en el estanque cargando a Loki, una de ellas tomó uno de sus mechones largos y lo jaló hacia atrás. Además, un amplio grupo se paró frente a ellos, formando una pared de luz.

—Creo que no lo van a permitir.

—Está bien, te dejaré en el estanque, ¿me permitirían acercarme sólo para bajarlo de manera segura?, no quiero que se lastime al caminar  —Las hadas se hicieron a un lado, Thor avanzó hasta la orilla del agua y se agachó, depositando a Loki con cuidado. —Dame tu mano, no me sueltes.

—Está fría. —Dijo Loki, inquieto ante la sensación de ardor en la herida. Cerró los ojos, esperando la cura. Un brillo más amplio surgió frente a ellos, cegándolos momentáneamente, de entre todas las hadas existía una que destacaba por su tamaño. Era la reina, o eso pensaron, y venía flotando sobre el agua curativa en que Loki descansaba.

Thor la observó, tenía un rostro infantil, unas alas enormes y un cuerpo que parecía el de una adolescente, sus ojos eran negros y tenían destellos de luces en lugar de pupilas. Ella les sonrió y se acercó al agua, agachándose para tocarla con la punta de los dedos, de inmediato las heridas de Loki comenzaron a sanar. El ritual continuó unos minutos, hasta que el cuerpo de Loki se recuperó por completo, cuando la reina se dio cuenta se levantó y Loki imitó sus movimientos, poniéndose de pie y saliendo de inmediato del agua. Thor lo observó contento de ver que se había recuperado.

—Gracias. —Le dijo el rubio a la hada cuando ésta se acercó a verlos de cerca. —Yo soy…

—Thor, dios del trueno, hijo de Odín, padre de todo; —La voz que salió de aquellos labios era delgada y dulce, como la de una criatura pequeña, pero hablaba pausadamente, sin prisas. — y él es Loki, dios de las travesuras… tu consorte.

Loki se sonrojó enormemente cuando se dio cuenta de un pequeño detalle.

—Eh, bueno no aún. —Dijo Thor, asombrado. Loki lo interrumpió.

—Lees la mente.

—Es una de mis cualidades: leo los pensamientos pasados y presentes.  —Esta vez fue el turno de Thor para asombrarse, eso quería decir que la reina hada había leído la mente de Loki y éste pensaba en sí mismo como su esposo. Thor no cabía en sí de felicidad y orgullo y la reina se dio cuenta, echándose a reír discretamente. —Sé que tienen muchas preguntas.

—Si nos permites. —Dijo diplomáticamente el pelinegro. La reina seguía sonriéndoles y asintió complacida con la educación del hechicero. — ¿Dónde estamos?

—Áes Sídhe, nuestro hogar. Al menos así le llamamos, los nomos nos vencieron en batalla hace muchos siglos y tuvimos que abandonar nuestro mundo. Encontramos este pequeño planeta, oscuro y deshabitado, pero dócil para nuestra existencia. Vivimos aquí, hasta que llegue el tiempo de volver a donde pertenecemos.

—Ya veo.

— ¿Y por qué no se van a otro mundo con más luz?

—Perdimos el mundo que nos pertenecía, estamos exiliadas.

—Es una lástima. —Dijo Loki, la reina le regaló una sonrisa tierna. A Loki le parecían criaturas hermosas. Bailaban a su alrededor, como atraídas por él y su magia. La reina notó que las hadas mostraban una amplia curiosidad por Loki, lo rodeaban y tocaban su rostro, se acercaban a sus manos para acariciarlas, olisqueaban su cabello y ropa, como si tratasen de reconocerlo. Al hechicero no le molestaba, pero Thor comenzaba a cuestionarse aquel comportamiento, ya que a él ni siquiera se le acercaban, era como si le tuviesen miedo.

—Discúlpalas… —Dijo la reina. —Él tiene el olor de la magia en todo su ser. Es poderoso. Y eso les llama la atención. Les parece atractivo.

—Ahh… —Dijo Thor, sin dejar que aquellos pensamientos abandonaran su cabeza. —Pero, ¿atractivo como bonito o atractivo como…?

—Thor, no digas tonterías. —Regañó Loki, que se retiró a un hada que le había besado la comisura de los labios.

—En el mismo sentido que te parece a ti, hijo de Odín. A las hadas les gustaría que Loki fuera su pareja.

Thor tosió incómodamente mientras trataba de ocultar su sonrojo, a Loki simplemente le causó gracia. La reina soltó una nueva carcajada. Entonces notaron que dos hadas, particularmente brillantes, empezaban a pelear entre sí. La reina levantó un dedo y utilizando su magia las separó.

—Basta ya, amigos. Dejen esas discusiones, además, él ya tiene consorte, es Thor, hijo de Odín. —Les dijo señalando al rubio, al que todas las diminutas criaturas comenzaron a ver con un deje de envidia. Loki y Thor las veían asombrados. —Peleaban por ver quién podría preñarte. —De nuevo Thor se sonrojó furiosamente, Loki en cambio sólo las observó asombrado. —Desde luego, primero tendrían que cortejarte y ganarse tus favores, luego buscar una forma de convertirte en uno de nosotros.

—Eh no, gracias. Me gustaría conservar mi forma.

—Además, Loki es mío. —Rugió el rubio, e hizo que todas las hadas se escondieran detrás de algunas piedras. Al fin sus celos habían salido a relucir. —Esto ya es el colmo, primero ese anciano y ahora un montón de...

— ¡Thor! —Lo regañó de nuevo el pelinegro, pero entonces la reina intervino.

—No te molestes hechicero, él sólo está celoso. No quiere que te aparten de su lado. —Dijo haciendo que Thor se sonrojara aún más. — Además, te aseguro que tu Loki —Le dijo imitando el tono con que Thor solía decirlo o pensarlo. —no podría ser domado tan fácilmente por mis hermanos o hermanas. Él es más poderoso que la mayoría de las hadas de este lugar.

—Aun así, es mío y  no se lo daré a cualquiera.

—Ya cálmate. —Exigió Loki con el sonrojo marcándole la piel. —Mejor dinos… ¿reina hada? —Preguntó Loki, confuso. Thor aún seguía en una guerra de miradas con las hadas más pequeñas.

—Soy Meiga, las hadas me eligieron como su representante hace mucho tiempo, pero no existen entre nosotros escalas de poder. Todas somos uno. Existimos en completo equilibrio y armonía. —Loki se sorprendió y observó a las hadas con atención, recordando un pequeño detalle con el que podía molestar a Thor.

— ¿Quiere decir que nadie se cree más que otros por ser más fuerte? —Preguntó Loki con maledicencia.

—Así es.

— ¿Todos existen en términos de equidad e igualdad? —Dijo de nuevo el pelinegro, asomándose un dejo de reclamo.

—Sí.

—Nadie es la sombra de nadie…

— ¡Ya entendí, Loki!, ya te he pedido disculpas muchas veces por lo mal que me porté.

— Nadie. —Dijo la hada, sonriendo ante la travesura del pelinegro que se congratulaba del sufrimiento en el rostro de Thor. — Y en cuanto a tu pregunta, me temo que no tenemos los medios para enviarlos a Asgard, es un lugar muy lejano desde aquí. Sin embargo, existe un portal que puede permitirles ir a un mundo cercano: Midgard.

— ¡Genial!, entonces sólo tenemos que utilizar ese portal y desde ahí pedirle a Heimdall que nos lleve a Asgard. —Gritó Thor encantado con la idea de, al fin, volver a casa.

—Uy sí, wow… que emoción. —Ironizó Loki, cruzándose de brazos, molesto. Meiga de nuevo se rio.

— No tenemos más opciones Loki. Ya que ellas no pueden ayudarnos a llegar a casa y seguramente Heimdall no alcanza a ver hasta este lugar, es casi un hecho que no enviarán el Bifrost para ayudarnos.

—El guardián sí logra ver este mundo, pero, todo lo que ve es oscuridad. Este mundo es pequeño y para él es apenas un asteroide sin vida.

—Ya veo. —Dijo el rubio. —Entonces en marcha.

—Pero, ahora mismo no pueden volver.

— ¿Por qué?

—El portal está cerrado. —Dijo Meiga. —Se abre únicamente con una gran cantidad de magia y por ahora no la poseemos. La gastamos hace un año, cuando lo abrimos en la primavera midgardiana.

—No puede ser. —Dijo Thor, visiblemente decepcionado.

— ¿Y qué clase de magia es la que necesitan, Meiga?

—Magia antigua, de movimiento de la materia, es magia difícil de lograr, pero muy útil.

—Tal vez yo pueda ayudar, si me enseñan el hechizo.

—Pero, aunque aprendas el hechizo, no sabemos si tu magia será suficiente para abrir el portal.

—Lo intentaré. —Dijo Loki, confiado en que podría lograr abrir ese portal, ya tenía experiencia abriendo otros portales en el pasado, aunque no sabía si este era del tipo que él ya conocía o no.

—Un momento, —Interrumpió Thor. — ¿no es peligroso para Loki o sí?

—Todo hechizo es peligroso si no se lleva a cabo con precisión. —Dijo Meiga. Luego observó a Loki. —Pero él es hábil, y si su vida corre riesgo podríamos utilizar mi magia para detener el hechizo y salvarlo.

—No dejaré que ponga su vida en riesgo. —Dijo Thor, oponiéndose de inmediato.

— ¿Acaso tenemos más opciones para salir de aquí? —Preguntó Loki, algo molesto.

—Podemos buscarlas. —Dijo, discutiendo ya con su amado.

—Ya escuchaste a Meiga, no hay más vida en este planeta que la de las hadas. No hay nada Thor, caímos en un lugar desolado, sin esperanza alguna y para colmo el inútil de Heimdall, como siempre, no sirve de ayuda.

—Pero ponerte en peligro es una mala decisión. No lo harás, no te lo permitiré.

— ¿Perdón?, desde cuándo necesito tu permiso para ejercer mis habilidades.

—Desde que decidiste que eres mi esposo.

— ¡Sólo inventé esa mentira para evitar que el Gran Maestro se aprovechara de mí!

— ¡Me dijiste que no te había hecho daño! ¡Ese cabrón!

—Te lo acabo de decir, orejas de cera: Evité que se aprovechara de mí.

— ¿Qué fue lo que pasó entre ustedes exactamente?

— ¿En serio Thor, justo ahora?... no bromees. —Dijo Loki, molesto por la escena de celos que Thor estaba armando, Meiga los observaba con diversión.

—Loki, quiero que me digas qué pasó mientras estuviste secuestrado.

—Ya te dije que ahora mismo no es el momento.

—Tienes que dejar de verme como un maldito enemigo, Loki. Yo sólo quiero protegerte. Tienes que confiar en mí.

—Déjame en paz, tenemos asuntos más importantes que tratar ahora: ¿quieres o no regresar al maldito Asgard?

—Asgard es tu hogar. Y sí, quiero.

—Entonces déjame encargarme, no soy un maldito lisiado para depender todo el tiempo de ti, si digo que puedo abrir ese jodido portal, es porque puedo, ¿entiendes, cabeza de aire?

—Pero Loki…

—Siempre estás molestándome con que no tengo confianza hacia tu persona, pero tú mismo no me muestras confianza a mí. Déjame hacer esto, sé que puedo.

Thor guardó un largo silencio. Era cierto. Siempre le reprochaba a Loki su falta de confianza, pero él nunca le daba a Loki la oportunidad de mostrar su valía, lo menospreciaba porque trataba de protegerlo. No dejarlo realizar actos que podrían arriesgar su vida, por miedo a que algo malo le pasara, era visto para Loki como una ofensa a sus habilidades o fuerza, que ironía, nunca lo había pensado así. Loki y Meiga siguieron hablando, mientras él se sumió en un silencio de reflexiones.

—Entonces, mañana que hayas descansado lo suficiente, —Dijo Meiga. —traeré los pergaminos antiguos para que los leas y aprendas el hechizo, es sencillo, pero poderoso, estoy segura que no te costará ningún esfuerzo aprenderlo.

—Está bien. Mientras tanto, ¿crees que podamos dormir ahí? —Dijo, señalando el castillo. —Necesito una cama, urgentemente.

—Claro, hay una habitación enorme al fondo del pasillo principal, tiene una cama muy cómoda y un escritorio amplio, les pediré a las hadas que les consigan comida suficiente, aunque, me temo que sólo podemos ofrecer frutas y vegetales, junto a agua de la fuente. Verás, en este mundo no hay animales para cazar, nos alimentamos de savia y plantas.

—Thor y yo podemos alimentarnos de lo que nos obsequien, pero, no se preocupen por eso, nosotros podemos resistir muchos días sin comer y sin perder nuestra fuerza.

—Eso es impresionante. Pero aun así les ofreceremos algo de comer, no es bueno que tus fuerzas se debiliten. —Dijo la hada, sonriéndole. —Entonces hasta mañana. Que descansen.

—Gracias —Dijo Thor, viendo como la pequeña hada les daba la espalda.

—Una última cosa: no pierdan los estribos con mis compañeras, son traviesas… en exceso. —La forma en que pronunció esas últimas palabras le dio una mala impresión a Thor, quien observó con cierta desconfianza a las pequeñas criaturas que flotaban alrededor de Loki.

— ¿Qué quieres decir? —Preguntó el rubio. Meiga acarició la mejilla de una hada que se había posado en su hombro.

—A veces son impredecibles, hacen cosas que no tienen justificación alguna o que son, francamente, inesperadas. Sólo, no lo tomen personal, es parte de su carácter.

—No te preocupes, —volvió a hablar Thor, esta vez había un dejo de burla en su voz, mientras observaba a Loki. —sé lidiar con ese tipo de personalidades, problemáticas.  —Loki soltó un bufido mientras se encaminaba hacia el lugar donde dormirían. 

Meiga también se retiró, Loki y Thor se adentraron en el castillo y ocuparon la habitación principal. Por suerte, las paredes estaban iluminadas con antorchas de verdad. El lugar no era muy grande, pero estaba en buen estado y tenían los aditamentos necesarios.

 

 

La recámara solo tenía una cama grande, por lo que Loki y Thor procedieron a ocuparla sin mayor problema. Loki se deshizo de la parte superior de su ropa, quedando sólo en una larga camisa negra y un delgado pantalón de un tono gris. Thor se deshizo de su armadura y pensó en quitarse la camisa de manga larga, pero recordó su estómago aún grande así que desistió.

—Loki, —Le dijo al hechicero cuando éste entró en la cama y se acomodó entre sus brazos. — ¿sabes que te amo más que nada en cualquier mundo? —Preguntó sin querer aún abordar el tema del conflicto anterior. Loki pareció meditar sus palabras antes de volver a hablar.

— ¿Más que a esa tonta humana? —El rostro de Thor denotó su sorpresa, no esperaba que Loki trajera a colación su fallida relación con Jane, pero suponía que en algún momento tendrían que hablar de ello. Era otro tema que tenía pendiente.

—Loki, no le llames así. Ten piedad. —Pidió acariciando los hombros del pelinegro.

—Es una tonta. —Dijo, haciendo un adorable puchero.

— ¿Por qué la odias tanto?

—Te alejó de mí, se quedó con tu amor, y yo no quería compartirlo con nadie. Moría de celos pensando en que estabas enamorado de ella, en que sólo la veías a ella, en que sólo la besabas a ella…. Consiguió lo que yo quería. Además, tu otro yo ahora mismo está revolcándose con ella.

— Eso no era amor. —Dijo Thor, tomando su rostro y obligándolo a que lo viera a los ojos. —Yo nunca la amé, porque mi corazón ya te pertenecía a ti. Además, en esta época yo estaba ayudando a los Vengadores a mantener la paz de Midgard. Jane y yo comenzamos a distanciarnos desde antes.

—Pero tú la amabas. —Dijo con los ojos cristalinos, Thor tomó su rostro y besó cada párpado con devoción. Loki se regocijó en esa muestra de cariño que, estaba seguro, él nunca le había dado a la humana.

—Loki, yo a quien he amado y amaré siempre, es a ti. —Dijo antes de besarlo tiernamente, borrando los rastros de dolor de su rostro.

—Más te vale o te cortaré las bolas y se las daré de comer a un puerco en Asgard.

—Aunque cortes cada miembro de mi cuerpo, te voy a seguir amando. —Loki le sonrió con felicidad, era una sonrisa pura e inocente, como las que solía darle antes de que toda su vida comenzara a ir en picada. Antes de que su padre le rompiera el corazón anunciándole de una forma cruel que no era su hijo. Antes de que la mente de Loki se quebrara y comenzara a delirar con venganzas y ofensas inexistentes e innecesarias. Ahí, en sus brazos, volvía a ser aquel Loki, tierno, angelical, que siempre sonreía para él. Entonces, Thor lo besó apasionado, lamiendo los labios y saboreando esa boca cálida que ahora le pertenecía.

—Entonces…—Dijo Loki cuando se separaron, después de unos segundos en que sus labios estuvieron tan unidos que parecían uno. —si ya no la quieres, cuando hagamos una escala en Midgard, ¿podemos visitarla?

—Me da miedo preguntar, pero: ¿para qué quieres visitar a Jane, Loki?

—Para qué más, bobo: para que me folles muy duro frente a ella, para que te corras en mi interior y me marques, y se muera de celos. Quiero que huela mi cuerpo y que sepa que huele a ti. Que se retuerza como un gusano inmundo. Que no le queden ganas de volver a tocar lo que es mío.

—Cielo santo… —Dijo Thor antes de reírse abiertamente. Aquella risa clara que solo Loki podía lograr. —Eres insuperable, amor mío. —Y ahí estaba su Loki, aquel que tanto amaba, trucando la imagen angelical en tinieblas sensuales, cabello negro y ondulado sugiriendo una naturaleza indómita y tentadora. Su Loki, impredecible, caprichoso, posesivo.

En ese momento un grupo de hadas entró en la habitación, evitando que Loki y Thor pudieran volver a besarse, haciendo una serie de vuelos sobre la pareja, sobre todo porque querían estar cerca de Loki y Thor había decidido esconderlo contra su cuerpo, dejaron alimentos sobre la mesa que había en la habitación, al igual que agua. Las hadas se ofuscaron por la imposibilidad de acercarse al pelinegro y porque Thor les evitó a toda costa el contacto.

— ¡Fuera, él es mío! ¡Arribistas! —Gritó Thor, entonces las pequeñas criaturas golpearon débilmente sus brazos y se dieron por vencidas.

—No deberías hacerlas enojar. —Anunció Loki mientras reía divertido ante los celos de Thor. Cuando las hadas se marcharon en una batalla campal de miradas de odio contra Thor, el pelinegro salió de la cama y trajo consigo un par de cuencos de madera y las frutas que las hadas habían dejado.

—Ellas me provocan. —Dijo cuándo Loki comenzó a alimentarlo. Entre besos y caricias comenzaron a comer y beber el agua hasta terminarlos. Estaban hambrientos, aunque sus cuerpos lo notaban poco. Cuando acabaron Loki comenzó a acariciar los pectorales y abdomen de Thor.

—Dime, Thor, ¿has bajado de peso?

—No que yo sepa. —Pero sí, había estado perdiendo peso desde que iniciara la batalla en Sakaar y Asgard. Tal vez eso era más efectivo que los ejercicios de Drax. — ¿Te gusta?

—No. —Thor abrió los ojos de sorpresa. —Es decir, no es que no me gustara tu otro yo. —Dijo, sincerándose. —Pero me encanta tu nuevo cuerpo, es como un titán. Alto, musculoso, grande. Sensual.

Thor se acercó hasta Loki y lo tomó de la nuca, besándolo con fuerza. No cabía en sí de felicidad. A su Loki le gustaba su nuevo yo, no tenía por qué avergonzarse.

—Aquí, amor mío, lo único más sensual en el universo, eres tú. —Thor tomó la cintura de Loki y lo hizo girarse sobre su espalda, recostándolo en la cama. Besó largamente esos labios y luego pasó a su cuello, deleitándose con el aroma.

—Thor. —Gimió Loki, abrazándose al cuerpo de su amante. Le tocaba los brazos mientras los besos en sus labios se volvían más demandantes y desesperados.

—Supongo que estos significa que me has perdonado. —Preguntó Thor haciendo alusión al engaño con que había enredado a Loki.

— ¿Aún no te queda claro, mi bello guardián?; déjame ser más elocuente. —Dijo bajando una de sus delgadas manos a la entrepierna de Thor, sobre sus ropas, comenzando a tentarlo. — ¿Cómo no podría perdonar a mi salvador?, fuiste por mí a ese asqueroso Sakaar, mataste a muchos, llevaste como perros de arrastre a tus odiosos amiguitos…

—Loki… por Odín.

—Silencio, mi guardián, aún no termino de hablar. —Demandó lamiendo el largo cuello de Thor, haciendo que éste gimiera en respuesta. Le gustaba ese juego sensual que Loki proponía tan astutamente. —Le rompiste sus juguetes al odioso Gran Payaso y lo que más me gustó es que le rompiste la cara, de nuevo, ¿crees que podría seguir enojado contigo?

—Por ti, mi Loki, iría al mismísimo infierno.

—Oh Dioses, que novedad. —Ironizó Loki besando de nuevo a Thor, sólo se separó para seguir hablando. —Solo así podría amarte.

Se besaron de nuevo, el silencio de la recámara se vio invadido por la humedad en los labios de Thor y Loki, que se devoraban mutuamente. Loki comenzó a restregarse contra el cuerpo grande de Thor, hasta que sus mejillas se tornaron rojas. Entonces Thor terminó abruptamente con el beso y se recostó de lado, dando la espalda al hueco que servía como entrada a la recámara y a la única ventana que había.

— ¿Qué pasa?

—Las hadas, están viendo. —Dijo Thor, apuntando como cientos de diminutos ojos estaban puestos en sus personas. Trató de cubrir a Loki, pero éste se sentó para entender qué pasaba.

—Déjalas, tal vez es su única forma de satisfacción.

—No, Loki. Yo no quiero que ellas te vean. Tú eres sólo para mí. —Anunció Thor, separándose de Loki, dejándolo ofuscado sobre la cama, con la camisa a medio abrir, las mejillas rojas y los labios brillantes.

— ¿Estás de joda, verdad? ¿Me vas a decir que no me vas a follar sólo porque unos bichitos te van a ver la polla?

—No, mi amor, pero te la van a ver a ti y yo no quiero. Así que a dormir.

— ¡Me vas a dejar así! —Señaló Loki mientras abría las piernas y denotaba su pantalón visiblemente levantado. Su ceño estaba fruncido y Thor no parecía querer atenderlo.

—Pues, va a tocar que te calmes, mi vida, porque no voy a dejar que estas hadas leperas se deleiten con tus gemidos. Recuerda que si yo soy tuyo, tu, Loki, eres sólo mío. —Lo besó de nuevo de manera posesiva, Loki disfrutó el contacto, pero no dejó de bufar cuando Thor lo abrazó y lo llevó de nuevo en la cama. Era notorio que Thor no iba a hacerle el amor frente a esas criaturas, por un lado, le encantaba que lo cuidara tanto, pero, por otro, sentía la necesidad de tocarlo y ser tocado. Intentó calmarse abrazándose a Thor y tratando de dormir.

—Está bien, pero, me debes una noche de follar locamente, ¿entendiste?

—Si Loki.

— ¡Y quiero que me montes como si fuera la primera vez!

—Sí, sí, lo que tú quieras.

—No aceptaré menos que toda una noche completa, ¿ok? Y no es negociable.

—De acuerdo, tú ganas Loki, pero por amor a los dioses: Solo duérmete.

—Ok… pero sigo enojado.

— aja…

Loki cerró los ojos envuelto en los brazos anchos de Thor, mientras éste recargaba su barbilla sobre el cabello negro de su amante. Pasaron apenas diez minutos cuando lo sintió moverse de nuevo, Loki estaba comenzando a ponerse muy inquieto y era obvio que no había logrado dormirse.

—Loki, por favor, ya tenemos un trato, relájate y duerme un poco.

—Estoy tratando, pero hace calor. —Dijo, levantando luego el rostro, Thor notó que estaba visiblemente sonrojado.

— ¿Te sientes bien?

—Sí, solo es que me quedé, tú sabes…

— ¿Quieres que te suelte y dormimos separados?

—No, ya me calmo, no te preocupes. —Pero la fiebre de Loki no era normal, ni bajaba conforme pasaron los minutos. Thor también comenzó a sentir un fuerte calor en su estómago, más insistentemente a la altura del vientre.

—Loki.

— ¿Si?

—Yo también tengo calor.

—Ajá…—Dijo Loki, pero en lugar de enunciar alguna pregunta comenzó a restregarse con fuerza contra el cuerpo de Thor, sus miembros, inevitablemente se tocaron a través de las ropas. —Oh, Thor. —Gimió contra el pecho del rubio, que no pudo aguantar su propia respiración y comenzó a volverse violenta. Loki levantó con rapidez el rostro, movió sus brazos y tomó el rostro de Thor entre sus manos, para proceder a besarlo con desespero. Thor abrió los ojos entre la oscuridad, un par de preciosas gemas verdes brillaron atrayentes sobre su rostro cuando Loki separó un momento el beso.

—Espera…—Gimió Thor, pero Loki no escuchó su ruego, siguió restregándose hasta que ambos estuvieron demasiado excitados.  —Loki, las hadas.

—Pero Thor, necesito. Sólo un poco. —Loki había usado una baja artimaña que siempre lograba confundir y ablandar la fuerza de voluntad de Thor, quien le observó con cierta hambre en sus ojos.

—No. Por todos los dioses del Valhalla. —Dijo cuándo Loki abrió su camisa con cierta violencia y comenzó a besar su pecho. Thor trataba con todas sus fuerzas de resistir, pero Loki había comenzado a desnudarse lentamente, casi recostado sobre él, mientras acariciaba su cuerpo.

Thor observó a su amante desabrochando su pantalón y luchando con él para bajarlo por sus largas piernas y lanzarlo fuera de la cama, se quedó en su larga camisa oscura restregándose contra las piernas anchas del rubio.

— ¿Sólo un poco, si? —Loki le  rogó de nuevo, sin dejar de moverse como una fina serpiente ansiosa contra su piel, pasando sus manos calientes sobre los fuertes brazos de Thor, que gimió en el contacto. Cortos y repetidos besos llegaron tiernos a su boca. — ¿Ni un beso?

—He dicho que…—Su autocontrol estaba al límite, Loki no dejaba de besarlo y él sólo cerraba y abría los puños como único escape de la tentación, pero el calor en su vientre se volvió insoportable, Loki se sentó sobre su entrepierna y empezó a friccionar, como si lo montara. —n…o Loki… no —La voz de Thor se quebró y entonces no pudo más, llevó sus anchas manos a las caderas de su amante y comenzó a moverlo a un ritmo acelerado.

—Sí, así. Fóllame. ¡Thor! —Gritó Loki agachándose a besarlo. Estaba ardiendo de deseo y no se explicaba por qué.

Thor no tuvo mayor autocontrol, correspondió el ansiado beso y acarició los glúteos de Loki sobre la tela de su ropa interior, anhelando la carne. Con cierta prisa giró a Loki sobre la cama, para dejarlo recostado y comenzó a desnudarlo rudamente, abrió los botones de la camisa y comenzó a besar la piel que se exponía, nítida, caliente, deliciosa para él. Acarició cada centímetro del vientre plano, besó y chupó ambos pezones hasta que éstos endurecieron bajo su tacto, amó el largo cuello, subió por su costado hasta depositar una lluvia de besos largos en la boca ya enrojecida. Veneró largamente el cuerpo de su amante hasta que de sus bocas sólo lograban escapar los gemidos y las quejas por la tardanza en la unión. Con una lentitud inusitada, Thor se hincó sobre la cama y tomó los costados de la ropa interior de Loki, tirando de ella por el largo de sus piernas. Sus respiraciones se volvieron pesadas cuando el dulce miembro del hechicero saltó; completamente endurecido, de adentro de su prisión.

—Loki, tócate para mí. —Pidió enloquecido de pasión el rubio. Thor mismo se arrancó la camisa y se abrió el pantalón, dejando expuesto su miembro. Llevó su mano ahí, donde la carne pedía atención urgente. Loki quedó embelesado: Thor se masturbaba con su imagen. Era erótico, era imperdible.

Loki hizo lo que le fue solicitado, abrió sus piernas, mostrando sin vergüenza alguna aquel miembro largo y blanco, que ya enrojecía por la necesidad. Imitó a Thor y comenzó a tocarse eróticamente, subía y bajaba por su largo, hasta que separó una de sus manos para llevarla a sus pezones y jugar con ellos. Thor comenzó a gemir más fuerte, como si la imagen misma fuera un afrodisiaco. Ninguno de los dos veía ya a las hadas, que no apartaban sus diminutos ojos de aquella función divina. Loki era precioso en su belleza hetera, una sílfide atrapada en la belleza de un dios nórdico. Expuesto al natural era casi andrógino, sus rasgos, contraídos por la excitación se volvían aún más delicados y tiernos, sus ojos se llenaban de una expectativa ardiente.

Thor observó la mano de Loki, aquella que acariciaba su pecho y se agachó ligeramente para tomarla, besar sus dedos, y luego, ante la mirada ardorosa que Loki le dedicó, comenzar a introducir dos de ellos en su boca, humedeciéndolos en el acto. La sensación fue poderosamente estimulante, el miembro de Loki comenzó a amenazar con un orgasmo. Thor chupaba el largo de aquellos dedos, mientras gemía contra la punta de los dígitos. Loki se estremecía ante la sensación de esa grandiosa y sabia lengua. Duró apenas largos segundos hasta asegurarse de que había suficiente humedad cuando los deliciosos labios hinchados de Thor los dejaron ir, el rubio, absorto en los ojos de Loki, que brillaban tanto como los suyos, pronunció con voz ronca:

—Ya sabes qué hacer.

Y Loki lo sabía bien. Llevó esos dedos a su entrada, introduciéndolos con cuidado, esperando a que Thor se sintiera conforme con la vista, el miembro de su amante parecía bastante conforme desde donde él estaba. Se acostumbró a la sensación antes de lo esperado y comenzó a moverlos, sintiendo la presión de sus dígitos contra sus zonas más sensibles, provocando que gimiera más alto.

—Si mi amor. Muéstrame más.  —Thor continuó gimiendo hasta que su voz era tan ronca que parecía muda. Loki le acompañaba en su delirio erótico, sus dedos perdiéndose en lo profundo de aquel lugar sagrado. Pudo ver como Thor cerraba los ojos un momento, mientras tocaba con desespero su miembro, que estaba necesitado de su calor.

—Por favor, te necesito. —Le dijo Loki, entonces el rubio abrió su mirada y le sonrió.

—Nadie más que yo tiene derecho a marcarte. Eres mío. Sólo mío. Espero que al próximo cabrón que quiera tenerte le llegue mi aroma antes de pensarlo. Porque voy a dejarlo muy dentro de ti. —Thor se agachó en ese momento y con violencia retiró aquellos dedos, abrió aún más las piernas de Loki, colocándolas alrededor de su cadera, para proceder a besarlo con fiereza e introducirse con fuerza y rapidez en su cuerpo.

Loki se vio en la necesidad de arquear su espalda y emitir un grito. La penetración lo había lastimado, pero se sentía feliz, pleno. Thor lo estaba tomando con desespero y ansiedad y eso, a pesar del dolor inicial, le pareció excitante. Las embestidas fueron frenéticas desde el principio y los besos se volvieron necesitados. Las manos de Thor se aferraron a los redondos glúteos de Loki, y en un movimiento aún más desesperado por llegar hasta el fondo, Thor besó largamente a su amante mientras abría sus glúteos y se metía hasta el centro de placer de Loki, quien gritó en medio de las salvajes embestidas.

—Ah… Thor… Thor…—No pudo articular nada decente cuando el grueso miembro del dios del trueno comenzó a atacar su próstata una y otra vez, enloqueciéndolo de pasión. Largos minutos transcurrieron hasta que Loki sintió como su cuerpo comenzaba a temblar, el orgasmo se acercaba y la respiración entrecortada en sus pulmones estaba anunciándolo. Cuando la marea de éste le atacó, Loki no pudo más que encoger sus piernas y atraer aún más al rubio, temblando y derramándose entre los dos vientres, contrayendo involuntaria y rítmicamente sus paredes internas, provocando el éxtasis posterior de Thor, quien se aferró a su cuello en un beso para luego liberar su esencia con fuerza dentro de él. La sensación de calor fue abrazadora, pero el orgasmo fue delirante. Tras una serie de embestidas Loki gimió el nombre de Thor hasta que un beso selló su paso al paraíso post-orgasmo que le dejó agotado. Cuando terminaron, sus respiraciones eran muy agitadas y Thor aún besaba tiernamente los labios rojos de Loki.

—Te amo tanto. —Le dijo sonriendo, y Loki amo esa dulce sonrisa boba que Thor podía hacer para él. Sólo para él.

—Lo sé. Mi Thor. Solo mío.

—Solo tuyo.

—Por siempre jamás.

—Siempre. —Dijo Thor, haciendo un movimiento ondulatorio con la cadera y clavándose más profundamente en el cuerpo de Loki.

— ¡Thor, no puede ser que tú!

—Oh sí, mi amor. Dijiste que querías que te hiciera el amor toda la noche, ¿cierto?, y quién soy yo para negarle a mi esposo su deseo.

Con nuevos besos apasionados Thor encendió la hoguera de Loki al bajar hasta su miembro y comenzar a succionarlo con fuerza. Largas fueron las horas en que decidieron amarse sin control alguno, largos los minutos en que Thor y Loki gritaron el nombre del otro, olvidándose de la cruda realidad que los esperaría una vez que regresaran a Asgard. Olvidando que, como lo había advertido su madre: Thor no pertenecía ahí.

Las hadas, por su parte, se sonreían pícaras ante las imágenes sexuales que habían logrado observar, balbuceando entre ellas la broma que habían dejado en la comida de los dioses. Cuando al fin llegó la mañana, Loki había caído rendido en los brazos de Thor, éste aún con el calor recorriendo su cuerpo había besado a Loki una vez más antes de tomar las sábanas de la cama y recostarse junto a su amado, cubriéndolos para dormir todo el día.

Cuando despertaron ya había llegado de nuevo la noche, y las hadas ya se encontraban en sus casas, durmiendo. Fueron donde Meiga para recibir los pergaminos donde Loki estudiaría el hechizo para salir de ahí. Thor y él pasaron gran parte de los siguientes días analizando la información de esos escritos y gran parte de las noches teniendo sus encuentros amorosos, era inevitable para ellos el fuego que ardía cuando llegaba la noche, después de comer y beber lo que las hadas les regalaban. Fue al cabo de una semana cuando Loki dijo estar listo para intentar abrir el portal.

 

 

Amanecía en ese sexto día cuando se reunieron nuevamente con Meiga, quien les sonrió al notar los marcados chupetones que Loki y Thor lucían en el cuello.

—Veo que han estado divirtiéndose.

—Algo hay de eso. —Contestó Loki sin pudor alguno, Thor guardó un silencio abochornado. — En este lugar pasa algo raro, nosotros,  no podemos parar de querer hacerlo.

Thor tosió con fuerza para disimular su incomodidad, pero Loki quería respuestas.

—Necesito saber por qué.

—Este lugar no tiene nada especial para los amantes. Es sólo un pequeño planeta desierto.

—Mientes. —Dijo Loki, Thor no pudo estar más de acuerdo. Se notaba que Meiga ocultaba algo.

— ¿Qué está pasando aquí, hada?, te exijo que nos lo digas.

—Calma mis amigos. Es sólo que yo se los advertí: las hadas son traviesas. Díganme, ¿qué han estado consumiendo?

—Agua y frutas del bosque que ellas traen. —Contestó de nuevo el dios del trueno.

— ¡Envenenadas! —Dijo Loki, alertado. Pero Meiga no soportó más la risa y soltó una serie de carcajadas.

— ¡No, por favor!; nunca harían algo tan horrible, les repito, sólo son traviesas. Según he escuchado, le han puesto un pequeño afrodisíaco al agua, pero no es venenoso, todo lo contrario.

— ¡Esas hadas, las voy a...! —Exclamó Thor, cayendo en cuenta del porqué sus ataques de pasión hacia el pobre Loki que ya caminaba un poco raro. — ¡Y tú no hiciste nada al respecto!

—Tranquilos amigos míos, si no intervine es porque sé que estarían a salvo y que el afrodisiaco también sirve para fortalecer la magia.

—Pero debiste pararlas. — Reclamó Loki, aunque no se arrepentía de haber pasado los últimos días en el lecho con Thor, que había resultado ser un amante excepcional.

—Lo siento, a veces la vida aquí es aburrida, así que dejo que las pequeñas se diviertan en lo que pueden.

—Vaya manera que tienen de hacerlo. —Dijo Thor, enrojecido de nuevo.

—Ésta bien, mientras no sea algo dañino. —Concedió Loki. Meiga le regaló una sonrisa. — ¿Y, por qué no vienen con nosotros? —Preguntó el hechicero, Thor lo observó con horror. —Estoy seguro de que Odín estaría complacido de recibirte a ti y tus criaturas en el palacio de Asgard. Pueden vivir en los jardines de madre, son muy hermosos y grandes.

—Hemos hecho de este lugar nuestro hogar, y el viaje a Midgard cada año se volvió parte de nuestro objetivo de vida, llevamos nuestra magia a ese mundo y parece que gracias a eso el equilibrio de la vida en ese planeta se mantiene. Además, estamos cómodas aquí, pero les diré de tu invitación y de la posibilidad de irse, tal vez algunas de ellas tomen la oferta.

— Ojalá no. —Exclamó Thor, recibiendo una mirada de reprobación de Loki. —En fin, Loki, ¿estás seguro de continuar con esto?

— Por milésima vez: Sí. Vamos Meiga, llévanos a donde está el portal, ya estoy listo.

La pequeña hada complació a los dioses, atravesaron la fuente en donde Loki había sido curado, encontrando un camino de flores silvestres que daba a una entrada aún más profunda en la cueva, al atravesar el portal notaron que el ambiente cambiaba de manera radical, el dulce aroma a flores se cortaba abruptamente, el piso ya no estaba cubierto por tierra blanda y pasto, sino por duras rocas que tenían peligrosos bordes. Olía a tierra y minerales. Y la luz que les había invadido en el oasis de las hadas se terminó, dejándolos de nuevo entre sombras muy oscuras, sin embargo, a diferencia de la primera vez que Thor y Loki llegaron a ese lugar, había una fuente de luz: un portal mágico resplandecía a unos metros de ellos, era dorado y emanaba una energía misteriosa que permitía ver entre sombras tenues aquel lugar, además, las pequeñas hadas los rodearon en todo momento, ayudándoles a iluminar el camino.

Meiga les indicó que se pararan frente a aquel portal. Loki inició el hechizo que activaría la magia. Thor aún lucía preocupado, pero, a diferencia de otras ocasiones, no hizo nada para detener a Loki, quería darle la confianza que su hermano le había solicitado, pero aún existía en su pecho un miedo ante la incertidumbre de perderlo.

—Loki, sólo por si no lo has notado, si veo que algo raro pasa te apartaré de esa cosa. —Dijo Thor, señalando el portal, Loki le regaló una mirada molesta, Thor se apresuró a aclararse. —No es que no confíe en ti, pero entiéndeme, no quiero que nada malo te suceda. Haré todo lo necesario para protegerte.

—Yo puedo con esto. —Le dijo, aun molesto. Thor le sonrió antes de acercarse y darle un beso fugaz.

—Lo sé, amor mío. Pero eso no evita que me preocupe por ti. Estoy aquí para ti, Loki, volví por ti, sólo por ti.

Loki le sonrió complacido antes de iniciar el mantra que convocaría el hechizo, reunió toda su energía mágica, tal como su madre le había enseñado y comenzó a trabajar. Meiga observaba muy atenta, preparada por si tenía que sacar de urgencia a Loki. Cuando el hechizo estuvo listo comenzó a hacer efecto en el portal, que comenzó a irradiar mayor energía, iluminando por completo a los dioses y las hadas presentes, el portal comenzó a rugir, señal de que se activaría por completo, un remolino se formó en su interior cuando la luz que nacía desde éste se hizo más intensa, Loki luchaba por mantenerlo abierto, pero sus fuerzas comenzaron a menguar, el portal estaba drenando hasta la última gota de su energía y eso se notaba palpablemente, en un momento crucial Loki se dejó caer de rodillas, visiblemente agotado pero sin interrumpir aquel hechizo, Thor corrió a su lado, sujetándolo entre sus brazos. El portal seguía haciendo un ruido tan alto que apenas podían escucharse.

— ¡Loki!

—Estoy bien. —Le dijo al rubio, que le tomó por la cintura. —Sólo, es muy fuerte, apenas puedo sostener el hechizo.

—Tienen que cruzar, ahora. —Dijo Meiga, asombrada por la magia que emanaba de Loki, quien sostenía una mano en dirección del portal, manteniéndolo abierto el tiempo suficiente.

—Thor, vamos. —Pidió Loki, observando los ojos asustados del rubio. —Si no te apresuras no podremos salir de aquí.

—De acuerdo.

Thor echó el brazo libre de Loki sobre su hombro y se encaminó hacia el portal que amenazaba con comenzar a cerrarse.

— ¡No! —Gritó el rubio, comenzando a correr con Loki casi en peso hacia la salida que se las había prometido. En ese momento la magia de Loki comenzaba a escasear, Meiga intermino, enviando también la suya.

— ¡Ahora! —Les gritó mientras observaba como los dos dioses de Asgard cruzaban hacia Midgard. Finalmente, en un estruendo, el portal se cerró, pero Loki y Thor ya no estaban en ese pequeño planeta.

 

 

Cuando terminaron de cruzar el portal los arrojó con violencia sobre otra nueva tierra, Thor logró mantenerse de pie, aún con Loki sujetado de la cintura, cerró los ojos ante un fuerte mareo que lo atacó y al abrirlos se notó en aquel planeta que tanto cuidaba.

—Lo logramos. —Dijo, pero su amante estaba colgando, inerte sobre sus brazos. Asustado lo recostó sobre el suelo, Loki había perdido la consciencia, posiblemente por el esfuerzo, le llamó varias veces, pero el pelinegro seguía completamente noqueado. —No me hagas esto, vamos. Por favor.

Thor trató de despertarlo, pero Loki seguía aferrado a su inconsciencia, sin perder tiempo lo tomó entre sus brazos, recargándolo contra su pecho utilizó su arma para volar y llegar a donde suponía había estado la marca del Bifrost. Apenas llegó y pisó tierra la magia de Heimdall cayó como un relámpago sobre la superficie de la tierra. Nadie lo había notado aún. Del Bifrost surgió su padre, seguido de su hermosa madre, en extremo preocupada, que corrió a alcanzarlo para observar a Loki.

—Madre, estás recuperada, que alegría. —le dijo Thor, Frigga le regaló una sonrisa ligera.

—Gracias a quién crees. —En ese momento se acercó su padre, observando con preocupación a su hermano. —Llevémoslo a casa.

—No sé qué le ocurre, no despierta. —Dijo Thor, notablemente angustiado. Su padre colocó una mano sobre la frente de Loki, haciendo que su poder ancestral manara hacia él.

—Está muy agotado, pero fuera de peligro.

Inmediatamente partieron, en cuanto ingresaron al castillo Thor pudo observar como era reconstruido aún tras la pelea contra el ejército del Gran Maestro. Loki fue atendido por su madre y un grupo de sanadores, él se quedó con su padre quién le había asegurado que tenían que hablar. Lo guio hasta una sala privada, en donde ya lo esperaban sus amigos. Esa iba a ser una larga charla.

—Hola. —Saludó apenas, Hogun, Volstagg, Fandral y Lady Sif le regresaron el saludo, su padre se encaminó a una larga mesa ovalada en el centro de la sala, tomó lugar en la silla principal.

—Hay ciertas cosas que debemos discutir. —Dijo su padre, quitándose el casco y recargando su lanza en una de las sillas, tomando una pose un tanto relajada. —Tus amigos ya están al tanto de todo, les he explicado la situación con la intención de que nos presten su ayuda.

—Entiendo. —Dijo Thor. —Lamento haberles ocultado algo tan importante, pero comprenderán que era vital mantenerlo en secreto. Ahora, dependeré de su discreción.

—Y cuentas con ella. —Le dijo Sif, sonriéndole. Entonces Thor entendió que ellos no estaban enfadados.

—Gracias.

—Pues sí, deberías agradecernos. —Dijo Fandral en un tono jocoso. —Que guardemos en secreto tu enorme barriga. Eso sí es un sacrificio.

Todos rieron ante la burla del rubio, Thor les regaló una sonrisa amplia.

—No saben que gusto me da volver a verlos, amigos. Fue muy duro perderlos a todos. Yo fui débil, no pude proteger nuestro mundo. No pude proteger a nuestra gente.

—Thor, —Interrumpió Lady Sif. —no debes culparte, nada de lo que pasó en tu línea del tiempo fue culpa tuya, trataste de hacer lo mejor posible, y eso es suficiente.

—Pero yo…

—Basta, escúchame amigo, como tu súbdita, como tu compañera de batallas y como tu amiga de infancia te digo que no tienes nada que lamentar; volviste a este tiempo para salvarnos, tratas de arreglar lo que pasó en esa época a la que perteneces. Eres noble y honorable, no podríamos estar más orgullosos de nuestro príncipe. —Lady Sif le regaló una sonrisa, Thor sintió como si el corazón se le hiciera chiquito. Sus amigos también le observaron con un deje de alegría en sus ojos. Fandral, que siempre había sido el más bromista se acercó a su costado y le palmeó la espalda.

—Larga vida a nuestra rechoncha alteza. Estoy seguro que entregamos nuestras vidas por Asgard con todo nuestro orgullo guerrero. Ya deja esa cara larga, como lo dijo nuestra matriarca: no hay nada que lamentar.

—Vuelve a llamarme así y te haré lamentarlo, Fandral. —Amenazó Sif, el rubio le regaló unas carcajadas. Thor se sentía feliz, tenía de vuelta a su familia, a sus amigos y  a su reino. Aunque en realidad no eran suyo.

—Gracias, a todos.

—Ahora, —Intervino Odín una vez que fue pertinente, le complacía la amistad cercana y limpia que existía entre los guerreros y su hijo. —hay algunas cosas que debemos discutir. Primero, el nuevo reino de Asgard debe ser gobernado por un representante de nuestro pueblo, pero aún no tenemos a nadie capaz de hacerlo.

— ¿Nuevo reino, padre, de qué hablas?

—Es verdad, no te hemos puesto al corriente. —Odín se inclinó un poco al frente antes de seguir hablando. —Después de que los guerreros regresaran y tú y Loki desaparecieran en el Bifrost, ordené a Heimdall que los buscase, pero no encontró rastro suyo, entonces decidimos viajar a Sakaar para exigir respuestas a En Dwin Gast, naturalmente, no las tuvo, lo reté a un combate y lo vencí…

— ¿Lo mataste? —Interrumpió el rubio, Odín no quitó su expresión fría.

—No aún. Está en el calabozo, la nueva corte de consejeros y yo no hemos decidido su sentencia todavía, pero seguramente será muy larga.

— ¿Nueva corte? ¿Padre, seleccionaste a otros sabios?

—Los estás viendo. —Dijo Hogun levantando una mano para señalarse a sí mismo y, posteriormente, a los demás guerreros. Thor les regaló una sonrisa muy amplia, aunque no podía ocultar su asombro.

—Así es, he decidido que tus amigos, quienes tienen amplia experiencia en las relaciones con otros mundos, sean el nuevo consejo.

—Eso me parece excelente, padre.

—También debes saber que al vencer al Gran Maestro, tu padre fue proclamado nuevo rey de Sakaar. —Dijo Hogun. —Ahora ese mundo le pertenece a Asgard.

—No es mi intención extender Asgard a nuevos reinos. No deseo la conquista. Sin embargo, al ver la derrota del dictador miles de habitantes de Sakaar nos rogaron por ayuda. El mundo es un desorden, hay violencia y muerte sin parar y esas horribles arenas de combate son un horror para los sakaarianos humildes. He decidido ayudarles a organizar un mundo más justo, pero necesitaré quién lo gobierne en mi lugar.

—Entiendo, padre. ¿Pero, aún no has pensado en alguien?

—No aún. Teníamos como prioridad buscarte junto a tu hermano.

—Ya veo. —Dijo Thor, pensativo.

—Aún hay otras cosas que debemos discutir, amigo. —Fue el turno de Volstagg para interrumpir. —Hay muchos problemas derivados de tu viaje a este tiempo. Hemos estado pensando qué podría pasar si el tú de este tiempo coincide contigo. No creemos que sea algo bueno.

—Lo sé.

—Entonces, creo que sabes lo que eso significa. —Dijo Fandral. Odín inclinó la cabeza.

—Hijo mío, debes volver a tu tiempo.

Thor bajó la cabeza. Era cierto. No podía permanecer en ese tiempo. Era riesgoso. Pero… ¿no había hecho lo mismo Steve?, viajar al pasado: permanecer en una época que no le correspondía. Claro, Steve era un humano con un lugar al que regresar y su otro yo estaba inconsciente hasta dentro de muchos años, sumergido en el hielo. Pero él… el Thor de esta época estaba vivo, sin ningún problema para encontrarlo en el momento en que decidiera volver a Asgard. Sí, podría haber muchas complicaciones.

Lo cierto era que Thor ya no quería volver a su tiempo; en este tenía todo lo que siempre anheló: el amor de Loki, su padre y madre, sus amigos, Asgard… todo. No quería perderlos de nuevo.

— ¿Y si me niego? —Un silencio tenso llenó la sala. Thor miró los rostros, momentos antes llenos de alegría, ahora ensombrecidos por su negativa.

—Thor, amigo… no sabemos los riesgos de que permanezcas aquí. Por favor, trata de entender. Debes regresar. —Dijo Fandral, con una voz condescendiente que Thor odió.

—Pero, en el otro tiempo no tengo nada. No quiero volver a eso. Por favor. —Rogó, pero los rostros de sus amigos no se ablandaron, su padre lo observó con cierto deje de piedad en su mirada.

—Hijo mío, hemos consultado con una hechicera en la tierra, una criatura de gran poder que puede leer las venas del tiempo, la estabilidad de los mundos se está alterando desde que tú estás aquí, se han creado nuevas líneas temporales en las que no sabemos qué futuro les depara y otras, han desaparecido por completo. Thor, a diferencia de otros seres, los Aesir somos vitales para la existencia, esto se debe a nuestro nexo con Yggdrasil. No debes permanecer aquí o las consecuencias sobre los mundos serán irreversibles.

—Esto no pasó antes.

—Porque tu estancia en esta línea temporal fue corta. Pero en este momento los mundos están sufriendo. Tienes que irte, no hay opción. Te daremos unos días para que te despidas.

—Padre.

—Es como debe ser, hijo mío.

La decisión estaba tomada. Él debía volver a su tiempo. Ellos tenían que continuar con su vida. Bajó de nuevo su vista a sus manos, recordando. Era cierto, él mismo había viajado a este tiempo con solo la idea de protegerlos, ya lo había logrado. Odín estaba advertido del peligro que significaban las gemas del infinito. Su madre estaba a salvo de la muerte que le esperaría a manos de Malekith. Loki ya se encontraba de nuevo en casa, con sus padres, seguramente, después de un tiempo todo volvería a la normalidad y ellos encontrarían una forma de hacer que su otro yo aceptara que Loki estuviera de nuevo en Asgard. Además, no le cabía duda de que eso, lejos de molestarle, sería una alegría para el Thor de ese tiempo.

No pudo decir más palabras, se sentía devastado por la idea. Había soñado con que su padre le permitiera quedarse, pero no era así. Porque sabía que ellos tenían razón. Había sido un sueño vano. Tenía que volver.

—Está bien. —Concedió. —Volveré a mi tiempo.

—Lo siento, amigo. —Dijo Volstagg. Thor no pudo evitar la expresión de tristeza que invadió su rostro. —Siempre estaremos pensando en ti y en tu bien.

—Me quedará el consuelo de que ustedes están a salvo aquí.

Ante la vista de todos, Odín se puso de pie y caminó hacia su hijo, para luego abrazarlo con fuerza. Estaba orgulloso del hombre en que Thor se había convertido, y se lo hizo saber de inmediato. Esta vez, la herida de Thor parecía sanar, tal como lo había hecho la de Loki.

 

 

Dos días después, su amado pelinegro despertó de su sueño, estaba pálido y aún débil, pero mantenía una linda sonrisa ladina en su rostro, sobre todo cuando se dio cuenta que el lugar en donde despertaba era su propia habitación. Era casi medio día cuando Loki abrió los ojos y se topó con que Thor, sentado en una silla amplia, se había quedado dormido esperándolo. No había nadie más en ese lugar. Loki tomó una de sus almohadas y la lanzó a la cara del rubio quien de inmediato se incorporó alarmado.

— ¡Loki! — Dijo cuándo notó que su pelinegro estaba despierto y corrió a abrazarlo. —Al fin despertaste, amor mío.

—Supongo que lo logramos. ¿Hace cuántos días arribamos a Asgard?

—Apenas un par. ¿Cómo te sientes?, ¿quieres que llame a algún sanador para que te revise?

—No es necesario. —Le dijo, sus ojos brillaban de un verde intenso. Estaba feliz. —Tengo todo lo que necesito aquí. —Loki se colgó del cuello de Thor para besarlo intensamente. —Te dije que podía hacerlo.

—Lo sé. Fui un iluso al dudar de ti, ¿me disculpas?

—mmm no lo sé, ¿qué has hecho para merecer la disculpa? —Thor le sonrió antes de volver a besarlo con ganas. Adoraba a su pelinegro, era adictivo tenerlo entre sus brazos. Loki comenzó a acariciar sus pectorales y antebrazos, mientras se dejaba devorar por su amante. —Sí, eso es un buen inicio. —Dijo cuándo lo soltaron y descubrió que Thor prácticamente estaba cargándolo sobre su regazo. —Me encanta cuando me abrazas, es muy cómodo.

—Lo sé. —Dijo, deleitándose en el calor de Loki. Estuvieron así unos minutos hasta que su madre ingresó a la recámara para saludar y hacer que el hechicero tomara algunos alimentos. Aunque había despertado no era recomendable que se levantara.

Su padre también lo visitó más tarde, una vez que supo la noticia. Loki se comportaba como un niño mimado cuando Thor y él se quedaban solos. Thor, por su parte, estaba sacándole el mayor partido posible a tener que cuidar a Loki hasta su recuperación.

Pasaron los días en Asgard hasta que Loki fue capaz de abandonar su recámara y unirse, al fin, a la mesa de sus padres para comer. Thor se negaba a revelar al resto del pueblo su identidad, así que seguía fingiendo que era el guardia personal de Loki. Pero el tiempo se le terminó y al quinto día fue su padre quien le informó que había llegado la hora de marcharse. Loki se había recuperado y estaban pensando en nombrarle regente de Sakaar para que ayudara a gobernar y llevar paz a ese reino, solo faltaba que él aceptase. Los guerreros habían concedido ayudarle en esta tarea y su padre le informó que le daría a Loki un grupo de soldados asgardianos que estarían protegiéndolo siempre. Además, sin el Gran Maestro en Sakaar, Loki estaba completamente seguro.

 

 

Ese día, Thor había estado paseando por Asgard, observando la felicidad de su pueblo, complacido de haber podido darles un mejor futuro que él que tuvieron en su línea temporal. Loki había sido citado por su padre para informarle de la situación en Sakaar, esperaba que su querido hechicero aceptara ayudar a ese pueblo. Él esperaría a que esa reunión terminara para despedirse de él y marcharse. A su padre y madre ya les había informado la situación y ellos, con el corazón roto le habían dicho adiós. También había visitado a los guerreros, encargándoles que cuidaran de su hermano, ellos, a diferencia de ocasiones anteriores; prometieron llevarse bien con Loki. Al parecer, las diferencias entre ellos subsanarían si alguna de las partes cedía un poco. Además, el honor de los guerreros les impedía hacer algo contra su hechicero, puesto que ahora también sería su rey y gobernante.

 

Cuando la noche llegó, Thor regresó a la habitación de Loki, lo encontró sentado junto al balcón de su recámara, sus ojos estaban tristes. Escuchó su ingresó y no se giró para hablarle, pero Thor pudo notar el dolor en su voz. Se dio cuenta de inmediato que la reunión había salido muy mal.

— ¿Ibas a decirme que te marcharías o pensabas dejarme sin decir una palabra? —Le preguntó, su cabello estaba suelto sobre sus hombros, se había dado una larga ducha y aún estaba húmedo para recogerlo o peinarlo.

—No, Loki, es todo lo contrario. Estaba pensando en cómo decírtelo sin herirte, pero veo que padre se me ha adelantado.

—Sí, habló conmigo. Me hizo comprender que nuestra relación no puede prosperar. Eso fue lo que dijo: que debía comprenderlo, que era lo suficientemente listo para comprenderlo.

—Yo no pertenezco aquí. Ambos lo sabíamos desde el principio. —Loki guardó silencio, pero se giró lentamente, para enfrentar la mirada de Thor, sus ojos verdes estaban enrojecidos por el llanto. Thor sintió que una daga atravesaba su estómago. —Lo siento, Loki.

—No lo hagas. Tus arrepentimientos no tienen valor para mí, de qué me sirve saber que volveré a quedarme solo, que volverás a dejarme, ¿no te ha quedado claro lo que siento?

—Loki…

—Vete. —Loki no pudo soportar la visión. Thor tría su capa lista, debajo, su arma y traje de batallas. Todo preparado para marcharse. — No quiero que me veas con lástima cuando te marches. No necesito que estés a mi lado, si lo que siento no te interesa, entonces largo.

—Eso no es verdad. Y lo sabes. No hay nada más importante para mí que tu persona.

—Y sin embargo te marchas.

—Es inevitable.

—Yo no te estoy deteniendo.

—Loki, por favor. —Thor se acercó a Loki y se agachó frente a él, poniendo una de sus rodillas en el piso, Loki lloraba y él no podía evitarlo. Le dolía profundamente la tristeza en los ojos de su amante.

—Podrías revelarte y podríamos huir juntos. Pero prefieres someterte al designio de Odín. Nuevamente me lo quitan todo. Nunca pido nada para mí y sin embargo, todo me lo arrebatan. Siempre ha sido así.

Thor apretó los puños, las lágrimas de Loki comenzaron a descender por sus pálidas mejillas.

— ¿Irás a Sakaar?

—No. Ya le dije a Odín que no pienso volver a ese horrible lugar nunca más. Sif  se hará cargo de todo. Odín la nombró mi reemplazo.

— ¿Qué vas a hacer entonces?

—Madre dijo que puedo vivir con las hechiceras que la criaron. Ellas me aceptarán en su mundo. Si es lo que quiero.

— ¿Y eso es lo que quieres?

—Lo que quiero es algo que no puedo tener. Pero tampoco quiero estar aquí en Asgard, así que aceptaré marcharme.

— ¿Por qué no puedes quedarte aquí?, Asgard es tu hogar. —Dijo Thor, dolido por la decisión del pelinegro, pero sin la intención de contradecirlo.

— ¡Porque Asgard me recuerda a ti!; y no puedo vivir así, siempre, a donde quería que mire estará tu sombra, todos mis recuerdos que sólo me remiten a ti, porque yo te amo tanto, con tanta fuerza, que duele. Duele tanto no poder tenerte, ¿acaso no es claro, acaso tengo que morir mil veces para que lo entiendas? —Gritó con desesperación, se tomó el cabello y comenzó a llorar más fuerte, Thor sintió tanta tristeza que no pudo evitar que sus ojos también lloraran. Su Loki, siempre había sido suyo, que idiota de su parte que no se hubiera dado cuenta antes. Si lo hubiese hecho él estaría en su tiempo, vivo. Tan vivo como lo estaba en ese momento, llorando a grito abierto por su futura pérdida.

—Ven conmigo. —Le dijo, rindiéndose a la inevitable verdad. No podía separarse de él. Le era imposible. —Si yo no puedo quedarme en este tiempo para hacerte feliz, entonces ven conmigo y déjame hacerte feliz en el mío. Huiremos siempre, a donde tú quieras. Viviremos escondidos de todo, y de las consecuencias que nuestros actos acarreen. Y lucharé por ti, por el resto de mi vida, sin importar lo que pueda sucedernos.

Thor también lloraba, Loki había vuelto su vista sobre los ojos de su amante, observando como aquella sonrisa dorada aparecía entre las gruesas lágrimas de Thor. Su Thor, que incluso llorando se veía hermoso y perfecto. Loki se abalanzó sobre él, abrazándolo con toda su fuerza.

— ¡Oh, tonto, tonto Thor!, no podemos….  no podemos hacerlo. ¿A cuántas personas lastimaremos con nuestra decisión?

—No lo sé.

— ¿A cuántos mundos dañaremos?

—Tampoco lo sé. Pero te amo. Es todo lo que necesito. —Loki lo soltó en ese momento, observando sus ojos para luego hablar.

—Y saber que me elegiste, en lugar de todo lo demás, es más que suficiente para mí. Márchate, antes que cambie de parecer.

— ¿Pero, por qué?, creí que tú querías…

—Sí lo quiero, pero el riesgo es muy alto. Odín dijo que tu estancia en este mundo...

—Está alterando las líneas del tiempo. —Interrumpió el dio rubio con tristeza.

—Thor, debes volver. —Hubo un largo silencio en el que ambos se miraron, por última vez. Loki lo besó, con una calma y lentitud que parecían detener el tiempo. —Te amo. —Le dijo, después de un largo beso de despedida. Thor limpió las lágrimas de las mejillas de Loki con sus pulgares.

—Y yo a ti, siempre, a donde vaya, en este o en cualquier tiempo, siempre voy a amarte. No lo olvides.

—No lo hagas tú. Bobo.

—Adiós. Loki.

Loki ya no contestó, le regaló un corto y último beso antes de verlo partir, Thor se alejó corriendo a una sala del castillo, alzó su arma y emprendió el vuelo lejos de Loki, antes de que su corazón cediera a sus deseos y volviera a sus brazos. A lo lejos, Loki pudo observar desde la ventana de su habitación, una lluvia de relámpagos cruzaba el cielo de Asgard con violencia, una iluminación que devoró el dorado de la ciudad por largos segundos. Y luego nada, Thor había desaparecido para siempre. Había vuelto a su tiempo y él, de nuevo, se había quedado solo.

Un par de días después Loki también se marchó de la ciudad dorada, las hechiceras que habían criado a su madre le recibieron con ternura, tratarían de curar ese corazón herido que había llegado a su mundo. Pero Loki sabía que no habría cura para su dolor, jamás. Sin embargo, debía aprender a vivir ahora, sin la compañía de Thor, porque había alguien más que lo necesitaba. Alguien que venía en camino.

Thor regresó a su tiempo, las líneas se reestablecieron, sus amigos lo vieron volver, con una tristeza aún más grande de la que se había llevado en los ojos. Los guardianes de la galaxia no quisieron preguntar muchas cosas, Thor estuvo como ausente muchos días hasta que finalmente fue capaz de responder a todas sus preguntas, ante la mirada sorprendida de todos, Thor liberó todo su dolor y lo mucho que extrañaba a su querido Loki. Sus amigos no dudaron en apoyarlo y brindarle ánimos para seguir adelante, Quill y Thor se volvieron como hermanos que compartían un mismo dolor, así, recordando los días con su hechicero, Thor prometió aprender a vivir alejado de él, para honrar la memoria del que había perdido y también de aquel al que había encontrado en otro tiempo, en otra línea que nunca le pertenecería.

Poco a poco las venas del tiempo se reestablecieron, poco a poco, todo volvió a la normalidad para todos.

Notas finales:

Muchas gracias a quienes han leído este fanfic. Dedicí subirlo completo de nuevo por el simple capricho de verlo entero en la página, lamento las molestias.

:)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).