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Un extraño en navidad por Girlyfairly

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El desayuno familiar se volvió incómodo desde que su papá decidió traer a la mesa lo que vio la noche anterior. Él le prometió a Light que inventaría algo para no dejarlo mal parado y él cumplió, ¿quién manda a ese tonto castaño a besuquearse con otro a una cuadra de su casa? No le sienta nada bien que su papá le haya compartido ese detalle, sin embargo tampoco se siente feliz que ese tonto castaño quede como lo peor ante su familia. 


 


—No es culpa de Light… —Interrumpe cabizbajo. 


 


—No lo defiendas, Elle —añade de prisa Josh, empleando más fuerza de la necesaria para cortar un trozo de hot cake—. Yo sé lo que vi. 


 


El pelinegro sabe que la única manera de justificar las acciones de Light es contarles la verdad, así que decide hacerlo. Toma valor y les habla de la aplicación de citas, procediendo  a mostrarles algunos de los mensajes que estuvo intercambiando con el castaño mientras la foto que mostraba su perfil era una fotografía de Teru. 


 


—Él viajó creyendo que se encontraría con el de las fotos, no conmigo. 


 


Les explica también que una vez que Light vio que Teru existía en la misma ciudad, él se ofreció a ayudarlo para que se conocieran, esto en un intento de minimizar sus culpas. 


 


—¿¡Y en qué momento se te ocurrió hacer algo como eso, Elle Lawliet!? —Vocifera Marie, apretando los cubiertos. 


 


—Mi intención era tener a un holidate. 


 


—¿A un qué? —Pregunta Watari acomodándose los anteojos. Cada vez entiende menos el léxico de la juventud. 


 


Holidate. Básicamente alguien que es tu cita nada más en días festivos, así evitas pasar solo y las preguntas incómodas. —suspira, jugando con un trozo de fresa en su plato— El problema es que con mi perfil real no dio resultados, entonces decidí usar las fotos de alguien más atractivo, obviamente hubo muchos a los que les dije que no era yo quien estaba detrás de la foto porque no tenía que existir atracción física… 


 


—¿Por qué hiciste eso…? —Interrumpe Marie con voz desconcertada. 


 


—Porque yo sé que se preocupan de que siga soltero, estábamos en los últimos meses del año y todos las navidades es lo mismo —se exalta un poco, agitando las manos—. Solo me pareció buena idea convencer a alguien de que fuese mi cita y no sé cómo terminé haciendo match con alguien que vivía al otro extremo del país. Obviamente Light no podía ser mi holidate al vivir tan lejos pero me la pasaba tan bien chateando con él que quise seguir y… y bueno yo… 


 


—Terminaste enamorándote. —Concluye Marie, soltando un suspiro. Elle asiente. —Hijo, jamás quisimos hacerte sentir presionado, es solo que… 


 


—Yo sé, yo sé. Los padres siempre se preocupan por los hijos. 


 


—Creo que fui un poco injusto con ese muchacho. —Josh carraspea la garganta, rascándose la mejilla mientras recuerda la noche previa. 


 


—Espero que hayas aprendido la lección, Elle —interrumpe Watari de forma apacible, luego le da un breve sorbo a su té—. Tarde o temprano las mentiras siempre salen a la luz y la mayoría de veces termina mal. 


 


—Lo sé, abuelo. Créeme que aprendí la lección. —Murmura mientras suspira cabizbajo. 


 


oOo


 


Light da vueltas por la habitación del hotel. Ha estado todo el día ahí encerrado, ya debería haberse ido, no tiene nada qué hacer ahí. Debería haber llamado a la aerolínea, adelantar el vuelo sin importar el cargo extra y hacerle frente a lo que le espera una vez vuelva a casa. No obstante, algo le impide hacerlo. Es como si quisiera darle fin a todo esto y a la vez no. Ha estado pensando toda el día hablarle a Elle para al menos despedirse, creyendo que eso es lo que lo mantiene atado a ese sitio, pero ¿cómo llamarle cuando el señor Lawliet le advirtió que no lo quería cerca?


 


Se deja caer de espaldas sobre la cama, apenas ha dormido y está cansado. Ni siquiera tiene sueño pero el lío mental es fatigante. De pronto su celular emite un sonido, es una notificación. Lo busca debajo de la almohada donde recuerda haberlo dejado y sonríe al ver la viñeta de la app de citas: «Hemos encontrado un nuevo match en tu zona.»


 


«Elle Lawliet. 27 años. Elaborador de candelas», se lee en la bio, lo último lo hace reír un poco mientras se lleva la grata sorpresa que este perfil posee fotos reales donde Elle ha alejado la cámara y la ha colocado en un ángulo que favorece a sus bonitas facciones. No se percata en qué momento comienza a trazar con su dedo el rostro de ese pálido pelinegro sobre el celular. 


 


Sin pensarlo le manda por privado un “Hola, extraño”, el cual aparece como visto a los pocos segundos, sin embargo no recibe respuesta. 


 


Que el verdadero perfil de Elle aparezca justo ahora debería ser considerado una broma de mal gusto. Sin embargo, éste trajo un poco de claridad a su enjambre mental. Llega a la conclusión que lo que lo mantiene atado ahí no es algo tan simple como una despedida, sino el haberse dado cuenta después de ayer que de quién está enamorado es de Elle. No obstante su situación es complicada, ya se echó en contra al papá y tampoco cree que el pelinegro quiera saber algo de él. Necesita hablar con alguien, ¿y la mejor opción? Su hermana. 


 


—Más te vale atender… —masculla con el teléfono pegado en la oreja. 


 


—Mierda, Light ¿qué haces llamando tan temprano? —Sayu responde malhumorada y claramente adormitada. 


 


—Es pasado el mediodía. 


 


—¿Acaso no recuerdas la diferencia de horarios? 


 


—Emmm, sip. Recuerdo perfectamente que allá son tres horas más. 


 


—¿Ah, sí? Carajo, ¿y qué horas son? —La escucha removiendo cosas, por lo que la imagina palpando la mesita de noche en busca del control remoto para abrir las persianas de la habitación. 


 


—¿Puedes dejar de preocuparte por la hora? Esto es serio. 


 


—Siempre me dices lo mismo y resulta ser puro drama. —Se talla los ojos y luego aparta las cobijas para incorporarse en la cama. 


 


—Mis dramas son serios, deal with It. 


 


Sayu pone los ojos en blanco. —Solo suéltalo y ahorrémonos parte del drama. 


 


—Estoy enamorado de Elle. —Dice de un solo, aguantando el aire después como si eso lo fuese a proteger de alguna reacción indeseada. 


 


—Ay no… —ella ríe, encuentra esto demasiado cómico— ayer en la mañana me escribiste para decirme que tenías una cita con el hombre guapo de las fotos, ¿y ahora quieres con Elle? Hermanito, sabía que eras puta pero no tanto. 


 


—No entiendo por qué sigo llamándote cuando necesito un consejo. —Suelta un bufido haciendo un mohín con los labios. 


 


—Porque no tienes muchas amigas mujeres, y es contarme a mí o a mamá, y no creo que quieras matarla con tus puterías.


 


—Como si tú no hicieras cosas peores cuando no hay nadie en casa. 


 


—No creo que me hayas llamado para saber quien la mataría primero de un ataque al corazón. Mejor volvamos a ti y tu dificultad para elegir hombres. —Sale de la cama, comenzando a recoger un poco el tiradero que tiene en la habitación. 


 


—Está conversación se ha alargado por tu dificultad para enfocarte. ¡Estoy al borde del colapso, Sayu! 


 


—¿Ves? Dramático —hace puño las cobijas y las pone debajo de la almohada mientras sostiene el celular con el hombro— Hermanito, no es tan alocado que te hayas dado cuenta que quien te gusta es Elle, después de todo es con quien has estado hablando los últimos meses. Ve y habla con él. 


 


—En primera no soy dramático, y en segunda… —carraspea la garganta, poniéndose de pie y comenzando a dar vueltas por la habitación— ayer Teru me besó y el papá de Elle nos vio, ese señor no me quiere ver ni en pinturas. 


 


—Uy, ¿te besaste con Teru y ahora quieres a Elle? Cuando vuelvas debes contarme todo sin omitir detalle —dice con voz aguda y una sonrisa pícara— En cuanto a lo otro, no eres el primero que tiene problemas con los padres del posible novio, y creo que Elle tiene los suficientes pelos abajo para decidir por sí mismo si quiere hablar contigo o no. 


 


—Que fina, hermanita. 


 


—Después críticas mi vocabulario mientras yo me burlo de tu catfish, ahora solo deberías preocuparte por arreglar las cosas. Todo esto empezó porque él te mandó un mensaje donde decía que le gustaría pasar navidad contigo, estamos a unas horas para Nochebuena, aún hay tiempo ¿no crees?


 


—¿Y si me rechaza? —murmura con palpable miedo. 


 


—La verdad lo único que sé de Elle son las conversaciones que me mostrabas, no estoy segura de cómo reaccionará —tapa el teléfono, gritándole a su mamá que saldrá en un momento—. Lo único que sé es que si te regresas sin haber intentado hablar con él, pasarás los días preguntándote qué hubiera pasado si lo hubieras buscado. 


 


Light sonríe, soltando un suspiro. —¿Ves por qué siempre te llamo a ti? 


 


—¿Porque te digo las cosas obvias que cualquiera te podría decir? 


 


—Yyy arruinaste el momento. —masculla poniendo los ojos en blanco. 


 


—Sabes que solo me gusta molestarte. —ríe, imaginando la cara de fastidio que el otro debe haber hecho— Mira, ya le debes a papá, ya destrozaste el corazón de mamá y empacaste más lubricante del necesario. Al menos intenta que valga la pena haber cruzado el país dejando a tu pobre familia sola en estas festividades. 


 


—¿Lo último era necesario? —Frunce el ceño, sin embargo con la mirada comienza a buscar sus zapatos. 


 


—Oye… —Sayu lo conoce tanto que sabe que hará lo que le dice aunque tenga miedo de ser rechazado— si todo sale bien y esta misma noche ponen en uso esos botes y no puedes llamar a la medianoche… te deseo una feliz navidad, hermanito. 


 


Light se detiene justo cuando sacaba de la maleta un par de pantalones decentes, sonríe y si ignora lo de los botes de lubricante lo demás se le hace muy tierno. 


 


—Feliz navidad, adoptada. 


 


oOo


 


Aunque los Lawliet no tuvieron el mejor comienzo este día, los ánimos han ido mejorando. Al menos Elle trata de fingir que se encuentra bien para no preocuparlos mientras están dando los últimos toques a la cena de esta noche. Marie está pendiente del pavo, Watari pelando unas verduras y Josh lavando los platos a regañadientes, no es su actividad favorita. Es por eso que cuando suena el timbre se ofrece a abrir al mismo tiempo que sale corriendo para escapar de su tortura al menos un momento. 


 


Marie le pregunta desde la cocina que quién era ya que no escucha la voz de su esposo o la de alguien más. Elle, a quien han puesto a sacudir, pregunta lo mismo desde la sala creyendo que su padre no la escuchó. Al no haber respuesta todos asoman la cabeza por el recibidor, es entonces que el pelinegro traga saliva al vislumbrar una cabellera castaña debajo de un gorro. 


 


Josh traga saliva y voltea hacia el interior de la casa, buscando específicamente a su hijo. 


 


—Elle, te buscan. 


 


—¿¡Qué esperas!? ¡Ve! —Marie le da un leve golpe que más bien es un empujón. 


 


Elle camina rígido, como si fuera un robot. Su padre les dice que les dará privacidad y cierra la puerta. Por unos segundos hay silencio entre ellos, solo viéndose con timidez hasta que uno de ellos decide romperlo. 


 


—Hola, extraño… —murmura Light más blanco que un papel y no a causa del frío, sino porque la persona que lo recibió fue el mismo hombre que ayer lo amenazó— Dame un segundo… —ahueca las manos y se las lleva a los labios, donde pretende darles un poco de calor con su aliento— Cuando tu papá abrió la puerta pensé que me iba a agarrar a escobazos o algo… 


 


—Sabes… lo de la privacidad fue un decir, ¡apuesto que todos están detrás de la puerta escuchando! —alza la voz al decir lo último, soltando a la vez un golpe en la puerta y escuchando un gruñido grupal como respuesta. 


 


—Supongo que eso me ahorrará el trabajo —se abraza a sí mismo, está bastante abrigado y aún así comenzó a temblar del frío desde que se paró en ese pórtico—, le debo una disculpa a tu papá, por lo que vio ayer, yo… 


 


—No, no —interrumpe agitando las manos—. Les dije toda la verdad y todos comprendieron el por qué lo hiciste. Tú solo querías conocer al hombre de las fotos luego de que yo te mentí. 


 


Los ojos de Light se abren por completo, sin poder creer lo que acaba de escuchar. 


 


—¿Tú les… es decir… ¿qué?


 


—Sí, les dije todo —encoge los hombros, llevándose las manos a los bolsillos—. Así que si viniste con intenciones de disculparte con mi papá antes de irte, te puedes marchar tranquilo. No tienes que pedir perdón por nada ni dar explicaciones. —Elle se saca una mano del pantalón y toma el pomo de la puerta, dispuesto a entrar. Sin embargo el castaño lo sujeta del brazo. 


 


—Espera, Elle. No vine solo por eso. 


 


El aludido frunce el ceño, volteando a verlo confundido. —Entonces dime. 


 


Light aprieta los ojos, buscando valor a la vez que trae a su mente las palabras de su hermana. Ya cruzó todo el país con dinero de su papá, es la primera navidad que no pasa con su familia y sabe que de cierto modo eso entristece a su madre, hasta el hecho de haber empacado lubricante lo hace llegar a la conclusión de que él lo apostó todo en este viaje, y se niega a irse con las manos vacías sin antes al menos intentarlo, sobre todo ahora que se ha dado cuenta de quién realmente es el dueño de sus sentimientos.


 


—Elle, fui un tonto… —murmura soltando el aire al mismo tiempo que abre los ojos— estaba tan molesto contigo por haberme mentido y sin darme cuenta yo le hice lo mismo a Teru al querer hacerle creer que yo era alguien que no soy.. 


 


—Sí pero tú sólo querías… 


 


—Déjame terminar —pide temblando luego de haber sido interrumpido—. Tú me lo dijiste y tenías razón… no me enamoré de Teru, yo me enamoré de ti… —el otro traga saliva, abriendo los ojos por completo— de tus historias, de tus chistes, de tus atenciones aún estando lejos… siempre fuiste tú…. 


 


—Yo… —Interrumpe carraspeando la garganta y removiéndose nervioso. No está seguro si debe dejarlo seguir luego de saber que se besó con Mikami— Yo no sé qué decir… 


 


—¡Solo dile que tú también, maldita sea! —Grita Marie desde el otro lado, soltando un golpe a la puerta. 


 


—¡Yo soy difícil, mamá! 


 


—Oh… —Light aprieta los labios, apartando la mirada— entiendo si no quieres verme. Creo que… debería irme… —Masculla apenado, dando media vuelta. No obstante el otro lo detiene. 


 


—¡Espera! Tampoco soy taaaan difícil. —Forma una sonrisa temblorosa mientras se rasca la mejilla— ¿Decías? 


 


El castaño también está temblando de nervios pero saca valor de quién sabe dónde para continuar. 


 


—Elle, sé que me equivoqué, creí que era a Teru a quien quería por unas fotografías, sin darme cuenta que el hombre del que me había enamorado lo tenía enfrente, porque detrás de la pantalla siempre fuiste tú… —sonríe, dando un paso hacia adelante para acortar la distancia— Me gustas y solo tengo una pregunta: ¿todavía quisieras que pase la navidad contigo? 


 


Elle también sonríe, recordando el mensaje que dio inicio a todo este embrollo. Sabe que dijo que era una frase común que se dicen las parejas, y aunque al principio se arrepintió, en este momento le alegra tanto haberla dicho. 


 


—La verdadera pregunta es: ¿quisieras tú pasar la navidad con el rarito de la ciudad? 


 


—Pueees… —Light avanza un par de pasos más, acortando la distancia por completo y colocando las manos sobre el pecho del otro— el rarito de la ciudad está muy guapo. 


 


Elle sonríe y sin forzar nada los dos juntan sus labios, dándose un beso de forma natural, casi como si sus labios estuvieran destinados a ese momento. 


 


—¿Y entonces qué le dijiste? —Marie abre la puerta un poco, asomando los tres la cabeza y siendo testigos de lo que ocurre— Oh, veo que siguen necesitando privacidad. Sigan en lo suyo. —Y tras decir eso cierra la puerta. 


 


Light se separa sonriente y sonrojado por haber sido encontrado así por ellos, Elle también ríe apenado.


 


—¿Entramos? —Pregunta el pelinegro, rodeándole la cintura despacio. El otro asiente. 


 


Quizá el día no empezó de la mejor manera pero está terminando mejor de lo que podría desear. Vuelven todos a lo que hacían con el fin de tener todo listo para la cena, ahora con la ayuda extra del castaño. En todo momento ambos se tiran miradas furtivas, procediendo a morderse los labios con una sonrisa nerviosa. 


 


Cuando todo está acomodado Marie saca los gorros de Santa, repartiendolos entre la familia para avivar más el espíritu navideño. Light se acomoda el suyo y antes que su novio se le escape lo toma del brazo. 


 


—Saquémonos una foto frente al árbol. 


 


Elle asiente y tomados de la mano caminan hacia la esquina donde el luminoso y pomposo árbol se encuentra. El pelinegro le pasa el brazo por los hombros y Light junta su mejilla a la de él, ambos sonríen genuinamente felices. 


 


Marie les grita que vuelvan a la cocina y que tomen asiento para cenar, Elle lo toma de la mano de nuevo sin embargo Light le dice que irá en un segundo. Una vez solo elige la mejor foto y se la manda a su madre, no sin antes añadirle un mensaje al pie de la misma para no espantarla tanto. 


 


«Mamá, te presento a Elle. Sé que no es el mismo de las fotos que te he enviado, por favor no te alteres, te lo explicaré todo cuando vuelva, lo prometo. Por el momento lo único que te puedo decir es que estoy feliz.»


 


Tendrá que explicar muchas cosas al volver y aún deben de pensar cómo harán con la distancia, porque al menos él no quisiera tener que estar de nuevo tan lejos, pero por esta noche solo quiere disfrutar el momento. Hace unos días se sintió como el hombre más estúpido luego de haber cruzado el país para encontrarse con alguien que resultó siendo un extraño ante sus ojos, ahora considera a ese extraño como el mejor regalo de navidad. 


 


——


Notas de autor:


Y llegamos al fin de esta pequeña historia/especial de navidad, así como también llegamos al final del año, otro año con este virus popo. Pero como sea, los minutos geis dándose amor nos siguen dando vida, y por eso seguimos aquí. Les deseo un lindo año nuevo linduras, coman rico y pásenla bonito <3 


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