REMUSXSEVERUS
Apoyó su frente en la copa de vino que degustaba sin real interés, tan solo requería de algo que mantuviera su boca ocupada para no lanzar todas las maldiciones que tenía en la menta ¡Maldito una y mil veces! ¡Snape podía irse al demonio! Un gruñido se le escapó; y Remus no estaba seguro si aquel acido que le subía por la garganta era provocado por su ira o si su lobo era el que deseaba arrancarle la cabeza al idiota pocionista, o mejor la lengua...si, con la lengua sería suficiente. Bebió el contenido de su copa y dejó el vaso en la barra, indicando con un gesto que quería más de aquel trago. Era consciente de que esa no era una decisión adecuada, no tenía el dinero suficiente para despilfarrarlo de aquel modo, y con la luna llena tan cerca debía contar con todos sus sentidos intactos. De nuevo se encontraba como hace unos meses, sin un trabajo estable y rebuscando oficios en los barrios más bajos y oscuros del mundo mágico; aquellos lugares en los que no le hacían demasiadas preguntas. Quizás, más que su trabajo lamentaba no poder estar con Harry, he intervenir en lo que más pudiera a favor de los estudiantes, su mente no le daba salida, solo le recordaba una y otra vez que era un pobre diablo con una vida de mierda.
Sus sentidos se agudizaron al sentir una fresca brisa entrar al lugar, alguien se había ido o alguna desafortunada alma estaba entrando, tomó entre sus dedos el nuevo trago que tenía frente a él y por el rabillo del ojo fue capaz de divisar un negro inmaculado, alguien se había sentado cerca de él y lo observaba, con la cabeza un poco baja se giró y cualquier indicio de mostrarse incomodo se borró por la ira que lo lleno al ver ese rostro pálido con la expresión asqueada.
—¿Qué carajo haces aquí, Snape? — Aunque lo intentara, Lupin no pudo guardar su desagrado en su interior.
—Vaya, Lupin, te vez mejor de lo que esperaba, aunque... la Luna siempre te ha sentado de manera bestial.
Un extraño brillo parecía reflejarse en esos ojos negros, que estaba seguro no conocían el significado de la palabra "decencia humana"
—Si tú lo dices debe ser cierto, después de todo lo has comprobado con tus propios ojos —Aquello resultaba liberador, no guardarse lo que sentía por miedo a ser temido o rechazado, pelear con Snape era casi terapéutico; debía concederle la razón a Sirius.
Snape le sonrió, mostrando sus dientes de modo agresivo — Veo que nos topamos en mal momento — El mago metió su mana dentro de su capa a la par que le hablaba — Porque lo que tengo aquí no te resultara tan placentero como es licor de quinta.
Antes sus ojos miel el pocionista agitaba un frasco con un líquido de color azul.
—Matalobos... ¿Por qué?
—El profesor Dumbledore insiste en que la prepare para ti, dice que es lo mínimo que puedo hacer después de ese desliz.
Remus aceró su mano al frasco, el cual fue retirado con agilidad por el otro.
—Sin embargo, deseo intercambiar algunas palabras contigo en un lugar más privado, después de eso te daré la matalobos.
Snape se levantó, tomando rumbo a una zona oscura que conducía a un complejo de habitaciones y aunque lo dudo por algunos minutos Lupin lo siguió, porque aquella poción no era solo costosa sino muy difícil de conseguir, Remus había intentado prepararla, pero aun en su forma humana era vulnerable a los ingredientes. Cuando entró a la habitación busco con la mirada al hombre y logro distinguir su particular perfil cerca de una ventana.
—Aquella noche cometiste muchas estupideces, y no tomar la poción fue sin duda la principal.
—¿Me dirás que te preocupaba que atacara a alguien? Yo sé que el cuidado de niños no es algo que te emocione particularmente ¿Me dirás que hachaste a perder mi vida porque me consideras un riesgo para ellos?
—Eso depende, si quieres que mienta puedo complacerte...
Remus estaba por replicar, cuando un detalle capto su atención, de repente percibía la voz de Severus menos profunda y podría jurar que parecía más bajo que hace unos segundos.
—Dime de una vez que es lo que quieres, porque no me encuentro precisamente feliz de verte —Ante su atenta mirada Snape abandono la oscuridad en la que se había refugiado, algunas velas se encendieron a su alrededor y Remus fue capaz de notar que, en efecto, Snape se veía más bajo y mucho más joven —Tú...
—Yo — Dijo imitando el tono del licántropo — Yo, Lupin, no olvido tomar mi poción — El de cabello negro sonrió, dejando al descubierto dos largos colmillos que solo podían verse cuando adoptaba esa forma, una que no había cambiado desde sus quince años.
—¿Qué eres? ¿Por qué? —Si antes no había dejado de pensar en Snape arruinando su vida, ahora no paraba de imaginar si en verdad eran ciertas su sospecha — Un vampiro.
—Cinco puntos para Gryffindor —Snape parecía degustar la incertidumbre del otro —No fuiste el único intento de Black por "hacerme menos curioso" aunque era claro que a ese imbécil nada le saldría bien.
Absorto por la revelación paso por alto el nombre de Sirius, se acercó al otro hombre para contemplarlo mejor, lo recordaba... se veía igual que en su quinto año, con esas ojeras y la piel pálida que lo hacía parecer enfermo, muerto.
Y la ira lo lleno de nuevo, porque Snape tenía una condición peor que la suya y aun así lo había acusado, tomo fuertemente sus mejillas y metió sus dedos en la boca del vampiro, acariciando sus colmillos con fuerza, para recordarle al otro que los tenía ahí, hilos de saliva escapaban de la boca del pelinegro, al igual que suspiros ahogados.
—Mírate, eres un ser incluso más peligroso que yo ¿Cómo es que nadie se dio cuenta? — Con fuerza empujo el delgado cuerpo a la cama — Aunque siempre te veías demacrado, supongo que fue suerte que te mordiera una bestia que ya llevabas por dentro ¡Maldito bastardo! — Se subió sobre él, apretando sus muñecas con fuerza, sintiéndose más frustrado al ver al otro allí, como si aquello fuera un encuentro entre dos amantes que se veían después de mucho tiempo. Sintió una presión a sus costados, las piernas del mago lo rodearon y la risa macabra de su dueño lleno la habitación.
—Sabes Lupin, en los pasillos dicen que eres el maestro más apuesto que ha pisado Hogwarts, aunque yo aun no decido cuál de los dos tú es más atractivo...
Remus desconocía el motivo, pero al final había cedido a aquella pasión que nacía desde su vientre, y en cada acto, cada beso, cada mordida y cada movimiento dentro del cuerpo que se retorcía de bajo suyo; se repetía en su mente que aquella sabandija asquerosa algún día recibiría el castigo por sus acciones egoístas,y que tal vez cuando no se encontrara tan dominado por su lobo se tomaría el tiempo de tratarlo mejor, pero de momento le sacaría provecho a esos días en los que se encontraran para hablar sobre la poción y no tendrían que hablar sobre aquella noche, después de todo , eso se quedaría como un secreto entre bestias nocturnas ¿O no?