SIRIUSXSEVERUS
La sangre corría por el lavabo, aunque no era en demasía, pero aquel liquido rojo era con frecuencia bastante escandaloso, llevo más agua a su nariz para terminar de limpiarla, aunque la brusquedad con la que se limpiaba solo hacía que su herida empeorara. Pero la verdad su ira no podía menguar cunado aquel suceso estaba tan fresco en su mente, de nuevo ese idiota de Black se había interpuesto en su camino y como ya era costumbre entre ellos habían terminado hechizándose, el sangre pura lo atacaba riéndose, como si ellos tuvieran alguna clase de acuerdo o pacto para tratarse de ese modo. Por los pasillos hablaban de su rivalidad con los merodeadores ¡Una mierda! El único con el que tenía un conflicto real y reciproco era con Potter, los otros tres no tenían nada que ver, y el único que no lo entendía era Sirius Black.
—Para ser una serpiente dejas un rastro evidente.
Severus mascullo en voz baja, ahí estaba ese idiota arrogante, riéndose como si tuviera el control absoluto de todo.
—Black, ¿Potter te dejó salir solo? Pensé que le gustaba cuidar mejor de sus mascotas — No se giró para verlo, en lugar de ello aprovechó el espejo frente a él para mirarlo, fijándose especialmente en sus manos, aquellas que desenfundaba su varita de manera magistral, los dedos decorados con anillos de plata que hacían a los golpes más potentes de lo que eran.
—¡Ja! Que simpático, no entiendo como no tienes más amigos — Ironizo el de ojos plata, acercándose al otro con cautela, la ropa de Snape le quedaba tan grande que era difícil notar algún movimiento —Como sea, no estoy aquí por gusto, solo quiero aclarar algunas cosas.
Severus se giró, cruzándose de brazos, aun con rastros de sangré en su rostro.
—¿Qué eres un imbécil? No te preocupes, eso es bastante evidente, después de todos tus papás son primos, era obvio que algo les saldría mal.
Sirius no entendía que implicaciones tenía aquel comentario, la primera vez que Snape la uso algunos estudiantes se había burlado, y luego Remus le explicó que en el mundo no mágico estaba muy mal visto los matrimonios entre familiares.
—Claro que sí, ahí tienes a Regulus, aunque supongo que como pasas tanto tiempo con tu cabeza metida entre sus piernas no te has dado cuenta —Los dientes blancos de Sirius se hicieron más visibles, y sus pasos se prolongaron hasta quedar frente a frente contra el pálido chico.
—Oh, puede ser — Su pose imitaba a una contemplativa, como si en realidad pensara en lo dicho por el otro.
Molesto por ver la facilidad con la que el otro le respondía lo tomó por la camisa, frunciendo el ceño molesto —¿Te crees muy listo, Quejicus?
—Obviamente.
Un nuevo golpe llego a su rostro, lo que lo hizo caer al suelo con el merodeador sobre él, Sirius no lo golpeo de nuevo y Severus no sabía si se debía a algún arrepentimiento fortuito o si su risa le había petrificado la sangre al otro. Snape no le tomo importancia, paso la lengua por sus dientes ahora manchados de sangre.
—Eres un matón, una maldita cucaracha, igual a tus padres que tanto dices odiar.
—¿Yo un matón? ¿Y que eres tú?
—¿Importa lo que yo sea?
La mirada acusadora del Slytherin hizo estremecer al otro chico, Snape era espeluznante y cuando se llenaba la boca de palabras irónicas lo era aún más.
El de mayor estatura tomó con fuerza un puñado de cabello oscuro, apretándolo y encontrando cierto placer al tenerlo así, siendo capaz de rebatir todo comentario mal intencionado que salía de su boca.
—No, no importa, tu no importas, ni siquiera a Dumbledore — Comentó aquello con mofa, era cierto, de otro modo el director habría reconsiderado el tener a Lupin en la escuela o lo habría regañado a él. Levanto el rostro ajeno, acercándolo más— A Lily tampoco ¡Merlin! Estoy seguro que ni a tu madre le importas, de lo contrario procuraría que no parecieras un esperpento.
Lo que antes había sido una sonrisa de suficiencia había mutado en un gesto de profundo desprecio, Snape odiaba a Black, pero también lo deseaba, deseaba su fuerza y vigor, su sonrisa encantadora y su risa estridente, corrompida y prohibida. Pensó por un segundo en escupirle, aún tenía sangre en su boca por lo que resultaría divertirlo verlo asqueado cuando le cayera en la cara, pero un plan mejor surco su mente. Mordió su labio inferior para hacerse sangrar aun mas y aprovechando la sorpresa del otro por su acto; se abalanzo sobre sus labios, mordiéndolo para causarle una herida y en medio de un beso hizo lo posible por mezclar sus sangres.
Horrorizado, Sirius se levantó, limpiando el interior de su boca con desesperación.
—Creo que ahora si le importo a alguien ¿No lo crees? —Severus se levantó, pasando junto al otro, quien movía la cabeza, negando enérgicamente.
—He leído muchos libros, en todos dice que los pactos de sangre deben ser consensuados — Un poco más calmado por su propio argumento Sirius retomó su pose confiada.
—¿Y los de la sección prohibida? — Aquel fue el golpe final, Snape no estaba seguro si en realidad habían hecho un pacto de sangre, pero el desasosiego que percibió en el otro compenso aquel golpe y los que vendrían a futuro.