CAPITULO 12
-De verdad no entiendo nada, Marietta... -decía Cho a su amiga mientras caminaban tomadas del brazo por un pasillo.
-Yo creo que es por tímido... siempre ha sido así, ¿no?
-Si, pero... no sé, ahora lo veo diferente, antes, cuando platicábamos, se ponía nervioso y hasta se sonrojaba... pero ahora...
-¿Ahora qué hace?
-Ahora ni siquiera me mira.
-A lo mejor ya no le gustas.
-¿De un día para otro?
-mmm... si, eso es raro. -dijo Marietta pensativa.
-También pasó algo raro.
-¿Qué pasó?
-Hace días, cuando le reclamé a Harry el porque me había dejado plantada, sus amigos le reclamaron lo mismo.
-Entonces si...
-Entonces si no estaba conmigo ni con ellos... ¿con quien?
-Buena pregunta... -dijo Marietta- en fin, eso te pasa por hacerte la interesante.
-¡Yo no me hacía la interesante!... él no se atrevía.
-Pues ni hablar, ¿no?
-¿Cómo que ni hablar?
-Pues si ¿no?
-No... -dijo Cho deteniéndose- Harry... Harry me gusta mucho.
-Pues si, pero parece que él ya no esta interesado.
-No, Marietta... ha de ser otra cosa. -dijo Cho reanudando el camino.
-¿Cómo qué?
-Pues... no se... tal vez este metido en algún lío, él y los otros Griffindor acostumbran hacer eso.
-Acostumbraban, -corrigió Marietta- hacían eso cuando quien tú sabes no había sido derrotado; ahora no hay motivo.
-¿Entonces qué? -preguntó Cho impaciente.
-No se... tal vez alguna novia.
-¿Novia?... ¿de qué lado estas? -exclamó Cho molesta.
-No intento hacerte pasar un mal rato amiga... -dijo Marietta sinceramente- es solo que con lo que me cuentas, eso es lo que parece.
-Pues sigo sin aceptarlo... no hasta que lo vea con mis propios ojos.
-¿Qué quieres decir?
-Que si Harry tiene alguna novia escondida por ahí, yo voy a descubrir quien es.
-¿Y luego?
-¿Y luego?... pues... nada, ¿Qué podría hacer?... ¿desquitarme?... pues no.
Los días transcurrían y Harry ya no había intentado acercarse a Draco, hecho que pareció tranquilizar al rubio, no así a cierto pelinegro de ojos esmeralda.
-Ya Harry, suéltalo de una vez. -dijo Hermione en voz baja mientras mezclaba tierra de cultivo con excremento para hacer abono en la clase de la profesora Sprout.
-¿Ah que te refieres? -preguntó Harry mientras se tapaba la nariz.
-Estos últimos dos días has estado de un humorcito que no dan ganas ni de acercarse a ti.
-Ah... bueno...
-¿Es ella?
-¿Quién?
-Mi abuelita.
-¿Perdón?
-¡La chica Slytherin; Harry!... ¡¿pues quien mas?!
-¡Ah si, ella!
-¿Y bien?
-Bueno, Hermione... la verdad es que se está poniendo más difícil de lo que pensé.
-¿Y entonces qué piensas hacer?
-No se... dímelo tú.
-¿A qué te refieres?
-Que necesito consejos para... bueno... tu sabes...
-¿Para conquistarla? -dijo Hermione sonriendo, descuido que provocó que el estiércol cayera al piso.
-¡Mierda! -exclamó Harry.
-¡Señor Potter, cuide su lenguaje! -dijo la profesora Sprout.
-No dije nada malo profesora... -dijo Harry con gesto inocente- es lo que se cayó.
-De acuerdo, Harry... -dijo Hermione en voz baja- hay que hacer un plan.
-Tampoco quiero que armes todo un alboroto con esto, ¿eh? -dijo Harry esperando no arrepentirse de su petición al ver el rostro emocionado de Hermione.
Después de cenar, el trío dorado se encontraba en la sala común ideando la manera de ayudar a Harry.
-¿Chocolates?... ¿flores?... -dijo Harry arrugando el ceño- las flores me las arrojara en la cara y los chocolates hará que me los coma por donde no me da el sol.
-Pues entonces creo que estas enamorado de un trol y no de una chica. -dijo Hermione.
-Primero, no estoy enamorado... -dijo Harry- y segunda... pues no es un trol, pero si... tiene el carácter de uno.
-Pues con mayor razón, Harry, -dijo Hermione- estos detalles le endulzaran el humor.
-mmm... ¿tú crees? -dijo Harry poco convencido.
-¡Claro!... mira, lo primero será una caja de chocolates con una pequeña nota.
-¿y qué diría la nota?... -dijo Harry- ¿"estas bien buena"?
-¡No seas bruto, Harry!... ¿Cómo vas a poner eso?
-¿Entonces?
-Te lo pondré yo, sino eres capaz de regarla... haber... -dijo Hermione tomando un pergamino y una pluma entintada- ¿Cómo es ella?... podríamos hacer un bonito poema describiendo sus cualidades físicas.
-Buen intento, -dijo Harry- no te diré como es para que puedas descubrir quien es.
-No lo pregunte por eso. -dijo Hermione a la defensiva.
-Claro que sí... a ti, de entre todas las personas, lo último en lo que te fijarías seria en el físico.
-jmmm... de acuerdo... -dijo Hermione sin dejar de mirar el pergamino- entonces solo pon tu nombre, ella sabrá que son tuyos y listo.
-Bueno... los pediré a Hogsmeade ahora mismo y se los daré mañana.
A la mañana siguiente, Draco se levantó y lo primero que vio, fue una lechuza golpeando su ventana, al abrirla, el ave de plumas pardas se paro en el alfeizar tendiéndole una pata con un paquete atado a ella; Draco lo desató y luego de darle a la lechuza una golosina lechucil, se fue a sentarse a su cama con la caja en las manos; muy intrigado le arrancó el papel marrón en el que estaba envuelta y se encontró con una hermosa caja de madera con el logotipo de Honeydukes en la tapa y una nota que decía:
"Espero que te gusten... me comí uno y descubrí que son tan ricos como tú"
Atte.
H.P.