CAPITULO 29
Los dos chicos se levantaron y comenzaron a vestirse ante el enfado de Draco quien exclamó:
-¡Por Merlín!... mi ropa está hecha un asco.
-Y que quieres... -respondió Harry poniéndose los calzoncillos- ¿irte desnudo?
-Pues no pero... -dijo Draco mirando con mala cara su ropa arrugada y llena de polvo- ¿no te sabes algún hechizo de esos que alisan la ropa?
-Pues no... -respondió Harry- la señora Weasley hace todo eso pero nunca le eh preguntado cómo, ¿tu mamá nunca te enseño eso?
-¿Y como para qué? -dijo Draco poniéndose su ropa con cara de asco- eso lo hacen los elfos domésticos.
Cuando los dos estuvieron vestidos, Draco comenzó a alisar su cabello mientras buscaba su cinta por todos lados.
-¿Por qué siempre la pierdo? -exclamó molesto.
-Ya, no seas tan gruñón. -Dijo Harry sonriendo mientras lo tomaba por los hombros y le acomodaba unos mechones que insistían en caer sobre su frente- así te ves bien.
-Claro, -dijo Draco sacudiéndose el polvo de su pantalón- me vería bien si fuera cualquier persona.
-Dije que te ves bien. -Repitió Harry besando su frente- ¿no me crees?
-mmm... bueno, -dijo Draco abrazándolo por la cintura y viéndolo a la cara- soy un Malfoy, siempre me veo bien.
-Que tonto. -Contestó Harry pasándole un brazo por los hombros y caminando hacia la puerta- ¿ya llevas tu varita?
-Si, ¿Quién saldrá primero?
-Ve tú, con suerte aun no cenan y querrás ir a asearte, ¿o me equivoco?
-No te equivocas, pero mejor le encargaré algo a Gregory, así podre bañarme sin prisas.
-Y yo a Ron.
-Bien.
Los dos se despidieron con un suave beso y Draco salió cuidando no ser visto; para después seguirle Harry, quien intentando inútilmente de acomodarse el rebelde cabello negro, se dirigió a su casa.
Cuando Draco llegó a la sala común de Slytherin, ya solo quedaban Pansy y Blaise, quienes lo estaban esperando para ir al comedor.
-¿En qué agujero te metiste? -preguntó Blaise con expresión de sorpresa al verlo llegar con el cabello suelto y la ropa arrugada y llena de polvo.
-De ningún lado, -respondió Draco como si nada- Pansy, no voy a ir a cenar, ¿podrías traerme algo?
-eee... -balbuceó Pansy saliendo de su estupor por verlo llegar así- claro... ¿Qué quieres que te traiga?
-No sé, pero que sea mucho, -dijo Draco subiendo las escaleras- me muero de hambre.
Los dos Slytherin salieron del lugar dejando la casa vacía; y ya en su habitación, Draco tomó un baño caliente que relajo sus músculos, no supo cuanto se tardó, pero al salir del baño, se encontró con Blaise sentado en su cama.
-Toma, -dijo Blaise tendiéndole un plato con un trozo de tarta de queso y un vaso de leche.
-Gracias. -respondió Draco sentándose en su cama mientras secaba su cabello.
-¿Qué tienes ahí? -dijo de pronto Blaise mirándole el cuello.
-¿Dónde?
-Ahí, -dijo Blaise levantándose y haciendo a un lado el cuello de la bata de baño de Draco- ¿es una mordida?
-No, pero no se que sea. -dijo Draco retirándole la mano.
Sin hacer más comentarios sobre eso, Blaise dijo:
-Bueno... ¿entonces si vamos a ir a Hogsmeade este domingo?
-¿El domingo? -exclamó Draco extrañado- ¿y para qué?
-¿Cómo para qué?... -dijiste que querías ir a "Dervish y Banges" a ver los pianos.
-No, dije que se me antojaba ver los pianos de "Dervish y Banges"... -corrigió Draco tomando un cepillo para peinar su larga cabellera- pero aun no me decido... cuando era pequeño y aun ahora en vacaciones, mamá me obliga a tomar clases de piano, realmente no entiendo para qué, pero si le pido uno especialmente caro a papá, tal vez deje de obligarme a tomar esas clases estúpidas.
-No lo creo, -dijo Blaise- tu padre te lo comprará.
-Si, pero es que después le pediré otro.
-¿Otro?... ¿y para qué?
-Ashh Blaise... -exclamó Draco rodando los ojos- pues para fastidiarlo.
-Tú y tus fantásticos planes, -respondió Blaise con cierta seriedad en el rostro- ¿entonces no?
-No.
-¿Quién es? -dijo de pronto Blaise.
-¿Quién es quién? -dijo Draco sin dejar de cepillarse.
-La chica.
-¿Cuál chica?
-La chica con la que estas saliendo.
-Yo no estoy saliendo con nadie.
-Si, como no... ¿entonces de quien es la mordida?
-Que no es una mordida. -respondió Draco comenzando a sentirse molesto.
-Entonces sino estas ocupado el domingo, ¿Por qué no vamos a Hogsmeade?
-Porque no quiero.
-Tú dijiste que iríamos.
-Yo nunca dije eso. -respondió Draco dejando de cepillarse al notar enojo en la voz de Blaise. -¿Qué rayos te pasa?
-No, que rayos te pasa a ti... ya casi no pasas tiempo con nosotros, te pierdes por horas y regresas sin decir en donde demonios andabas.
-En primer lugar, yo hago de mi tiempo libre lo que se me pega la gana, -respondió Draco enojado- y en segunda, no tengo porque darle explicaciones a nadie de lo que hago o dejo de hacer.
-Así que si estas saliendo con alguien. -Dijo Blaise levantándose de la cama- ¿es la que te mandaba los obsequios?
-Con un demonio, que no ando con nadie. -Respondió Draco- y si anduviera... ultimadamente, ¿a ti, qué?
-Es solo que creí que éramos amigos, -dijo Blaise dirigiéndose a la puerta- pensé que me tenías confianza y que sabrías que puedes contar conmigo siempre... pero veo que mi amistad no te interesa. -y sin decir más, salió de la habitación dando un portazo.
Draco suspiró y se dejó caer de espaldas en la cama; en realidad si necesitaba contarle a alguien lo que estaba viviendo, pero sabía que por más confianza que pudiera tenerle a alguien y que este alguien lo apreciara mucho, era imposible revelar su secreto; primero muerto a contarle a alguien de su relación con Harry Potter; así que por más mal que se sintiera y que se sintiera Blaise, no le contaría nunca lo que hacia el tiempo en el que se desaparecía.
Abajo, Blaise platicaba con Vincent, quien escuchaba al apuesto chico de color quejarse mientras él daba cuenta de un trozo de tarta.
-En serio Vincent... creí que Draco me tenía confianza, ¡nos conocemos desde niños!
-Ya olvídalo viejo... -respondió Vincent con la boca llena de migajas de pan- al rato se le pasa el gusto, siempre sucede con todas las chicas con las que ha andado.
-Si, pero siempre he sabido quienes son.
-¿Ese es todo el problema?... -dijo Vincent alzando una ceja- pues pregúntale quien es.
-Ya lo hice, tarado... ¿Por qué crees que estoy molesto?
-Ah bueno, pues entonces solo es cuestión de tiempo, ¿no crees?
Blaise no respondió, solo alzó los hombros y dejo caer su cabeza hacia atrás, y así la dejo, recargada en el sofá. Pasado un buen rato, y cuando Vincent salió para buscar a Gregory, Blaise subió de nuevo a la habitación en donde encontró a Draco ya acostado y dormido.
Siendo los únicos que se encontraban en ese momento en el cuarto, Blaise descorrió la cortina y se sentó en la cama de Draco y lo observó por un momento; luego tomó uno de los húmedos mechones de cabello rubio y se lo llevó a los labios, luego se inclinó y retiró uno más de la frente de Draco quien dormía boca arriba con el rostro de lado; acercó su nariz a su cuello y aspiró el fresco aroma del chico recién bañado mientras pensaba:
-Siempre has olido delicioso Draco... -entonces acerco sus labios a la boca entreabierta del durmiente y sacando la punta de su lengua, tocó sus labios suavemente.
-mmm... -murmuró Draco sin despertar y volvió el rostro hacia el otro lado dejando al descubierto la marca de su cuello.
-¿De quién son estos dientes? -preguntó Blaise en un murmullo- ah Draco... si me dejaras marcarte así...
Entonces, unos pasos provenientes de las escaleras lo hicieron levantarse y cerrar las cortinas; Vincent y Gregory entraron en la habitación platicando animadamente.
-Ustedes dos, cállense que ya hay gente durmiendo.
Sin hacer gran caso, los dos chicos se dirigieron a sus camas siguiendo su plática en voz más baja mientras Blaise se dirigía a la suya.
Al día siguiente todos fueron a desayunar; Blaise se comportó como siempre haciendo que Draco olvidara el asunto.
En ese día, Harry y Draco no pudieron encontrarse, sus deberes se les habían acumulado para variar haciendo que ambos se pusieran frenéticos y trabajaran como locos; sin embargo, eso no impedía a Draco pensar en la respuesta de su padre.
-¿Por qué tarda tanto en contestar? -pensó preocupado mientras podaba una "Mimbulos Mimbletonia", a la cual, por estar distraído cortó accidentalmente de mas haciendo que ésta expulsara un chorro de liquido con fuerte olor a estiércol podrido bañándolo a él y a la profesora Sprout.
¡Señor Malfoy, tenga más cuidado! -exclamó la profesora con el rostro empapado de apestoso liquido verde oscuro.
-¡Yo lo tuve, pero la planta se movió! -respondió Draco limpiándose el rostro con la manga.
Mientras ellos discutían, la clase entera de Griffindor, con la cual compartían en ese momento, se desternillaban de risa al ver a la profesora embarrada en el nauseabundo líquido, pero sobretodo por ver a Malfoy con el rostro y la ropa escurriendo del apestoso líquido verde.
-¡Vaya a asearse! -exclamó la profesora molesta- ¡y la próxima vez ponga más atención a lo que está haciendo!
Sin decir nada, Draco se dirigió a la salida del invernadero pasando por todos los alumnos quienes se hacían a un lado con expresión de asco al percibir el fuerte olor que despedía.
-Hasta que encontraste una loción que va con tu personalidad, Malfoy. -exclamó Ron riendo cuando Draco pasó a su lado.
-Me imagino que ya lo conocías comadreja estúpida... -respondió Draco mirándolo con desdén- es el que usa tu madre, -la risa de Ron se congeló en sus labios al oír lo que dijo Malfoy, quien poniendo cara de olvido exagerado agregó: -¡ah no, perdón!... ella ya huele así de manera natural.
-Maldito malnacido... -exclamó Ron entre dientes al tempo que era sujetado por Hermione y Neville.
-Ya Ron, toma las cosas de quien vienen, no vale la pena que te castiguen por... éste. -dijo Hermione poniendo todo su desprecio en la última palabra.
Sin decir nada más, Draco siguió su camino dejando a Ron sintiendo un revoltijo en el estomago del coraje; Harry, quien había estado trabajando a un par de metros, llegó diciendo:
-Creo que no debiste provocarlo.
-¡¿Estas defendiéndolo?! -exclamó Ron viéndolo con incredulidad.
-¿Oíste lo que dijo de la señora Weasley, Harry? -dijo Hermione sorprendida- ¡la ofendió!
-Yo no estoy defendiendo a Malfoy, -exclamó Harry- solo digo que quien comenzó la bulla fuiste tú, Ron... tal vez lo mejor sea ya no meterse con él... solo sacas que digan cosas feas de tu mamá.
Ron iba a replicar al igual que Hermione, pero el último comentario de Harry los hizo guardar silencio.
-Creo que Harry tiene razón, -dijo Hermione- ese Malfoy tiene un tino para sacarte de tus casillas, Ron.
-Pues como sea, -respondió Ron tercamente- si esa sabandija se mete conmigo, me encontrará... ¿Qué puede pasarme?.... su papi ya no tiene al "Señor Tenebroso" a su lado. -dijo Ron imitando la forma de hablar de Lucius.
-Eso es cierto Ron, -dijo Hermione- pero considerando que este es nuestro último año en Hogwarts, creo que deberíamos evitar todo tipo de problemas y aprovechar el tiempo al máximo, y eso va para ti también Harry.
-¿Para mí? -exclamó Harry extrañado.
-Si, pierdes mucho tiempo con tu chica misteriosa, -dijo Hermione- si sigues así, reprobaras el curso.
-¿De nuevo con eso? -replicó Harry rodando los ojos- dejen de darme lata, yo sé mi cuento.
La clase terminó temprano debido a que la profesora tuvo que ir a asearse, Hecho que los chicos agradecieron.
-¿Sabes en que me he fijado, Ron? -dijo Hermione mientras caminaban en dirección al castillo.
-¿Qué?
-Que ahora eres tú quien provoca a Malfoy.
-¿En serio? -respondió Ron mirándola con curiosidad.
-Si... ¿Por qué lo haces?
-Bueno... -dijo Ron algo dudoso- ahora que lo mencionas, me doy cuenta de ello... tal vez sea porque sé que ya no puede hacer nada; me refiero a que su padre tome represalias con mi familia o algo así... como sea, me doy cuenta que disfruto haciéndolo enojar.
-Si, solo que su lengua venenosa termina haciéndote enojar más.
-Eso sí, -dijo Ron con el ceño fruncido- no sé de dónde saca tanta basura por la boca.
-Es fácil Ron, -dijo Hermione suspirando- es que él mismo es basura.
-Oigan chicos... -exclamó Harry sintiendo incomodidad por la plática.
-Si su padre no está en Askaban es por Dumbledore y por Harry, -continuo Hermione sin hacer caso de la intervención de Harry- ¿recuerdan como en plena batalla, huyó el muy cobarde?
-Pero si estoy vivo, es gracias a su madre. -dijo de repente Harry con las mejillas arreboladas por el enojo que sentía; Ron y Hermione se le quedaron viendo con la sorpresa reflejada en sus rostros; a lo que Harry, sin hacer caso, continuó diciendo: -Cuando Voldemort quiso asegurarse de que yo estaba muerto, envió a la madre de Malfoy a verificarlo... ella me preguntó muy quedo si él estaba vivo, a lo que yo le respondí que si... entonces ella se dirigió a ese maldito y con voz firme dijo que yo estaba muerto.
Ron y Hermione se quedaron sin habla ante la revelación que Harry les había hecho; ellos sabían a muy grandes rasgos lo que había vivido Harry en la última batalla, pero ignoraban muchas cosas debido a la incomodidad de su amigo de recordar todos esos sucesos terribles; sin embargo, Hermione se atrevió a decir:
-Bueno... lo hizo por Malfoy, Harry... no por ti.
-¡Exacto!... -exclamó Harry ya encontrándose verdaderamente molesto- ¡hizo exactamente lo mismo que hizo mi madre por mí!... ¡arriesgó su vida por su hijo!... después de todo, no son tan diferentes. -y sin decir más, se alejó a paso veloz dejando a sus dos amigos clavados prácticamente en el piso.
-Por Merlín... -exclamó Ron apenas pudo hablar- ¿Qué rayos le pasa?
-Ni idea, -respondió Hermione- pero está muy raro de hace unos días para acá.
-¿Tendrá algo que ver que su chica sea de Slytherin?
-Podría ser... a lo mejor ella le habla bien sobre Malfoy o algo así, porque nunca lo había visto defenderlo de esa manera... una cosa es que Harry le salvara la vida en la sala de los menesteres, pero otra muy distinta defenderlo de esa manera.
-Vaya... a este paso terminará cambiándose de casa.
-Mas que nunca, -exclamó Hermione con determinación- averiguaré quien es la chica que esta lavándole el cerebro a Harry.
No muy lejos de ahí, Harry caminaba con paso veloz hacia un lugar que ni siquiera él sabía a dónde, finalmente, sus pasos lo llevaron atrás del sauce boxeador, en donde se sentó en el lugar acostumbrado para rumiar su coraje sintiéndose también mas confundido que nunca.
-¡Rayos!... -pensó malhumorado mientras recargaba sus codos en sus rodillas e inclinaba la cabeza- ¿Qué fue lo que pasó en el invernadero?... ¿Por qué estoy tan enojado?... -estaba molesto no solo con ellos sino consigo mismo por reaccionar de aquella manera tan explosiva.
Suspirando con desaliento se dejó caer hacia atrás quedando recostado en la tierra, cerró los ojos y comenzó a analizarse como ya era su costumbre; no podía culpar a sus amigos por detestar a Draco, él mismo reconocía que el Slytherin les había hecho la vida imposible todos esos años en Hogwarts, principalmente a él; Malfoy era presumido, arrogante... y estúpido y desagradable como él solo cuando se lo proponía, como aquella ocasión en que se disfrazó de dementor en el partido de Quidditch; ¡cómo lo odió esa vez!... o como cuando disfrazado de Goyle junto con Ron entraron a la sala común de Slytherin para averiguar algo sobre el heredero de Slytherin, y escuchó a Malfoy hablar desdeñosamente del padre de Ron, regodeándose de que al señor Weasley lo hubiesen multado con cincuenta galeones por embrujar un automóvil muggle; lo escuchó burlarse en serio, no fingía que lo disfrutaba. -definitivamente... -pensó con desaliento, que no podía culpar a sus amigos de odiar a Malfoy... él mismo aun no lograba entender del todo como es que estaba liado con él, -Es que no lo conocen como yo... -pensó riéndose al momento de lo absurdo de su comentario; él mismo no conocía bien a Draco Malfoy.
La vida de Draco dentro y fuera del colegio era un total misterio para él si se ponía a analizar las cosas, habían hablado mucho rato sobre muchos temas y había descubierto otra faceta de Malfoy, una hasta ahora desconocida para él; había descubierto que el chico Slytherin no tenía la cabeza tan hueca como rezaba ese adagio muggle sobre la gente rubia; fuera de que Draco ya no insultaba a los alumnos hijos de muggle tan abiertamente, en realidad se comportaba igual que antes, entonces.... ¿Por qué estaba tan... encandilado con él?
-¿Qué tienes, Draco Malfoy, que me gusta tanto? -pensó arrugando el ceño- la verdad es que eres el mismo de siempre... no... -rectificó poniendo sus manos atrás de su cabeza- no es solo eso... más bien es que eres más que eso... la cara que todos te conocen y que la mayoría detesta, es solo una parte de ti, una que nunca dejaras de tener porque tú eres así... eres como eres y nunca vas a cambiar... pero hay otra que nadie conoce... excepto yo. -pensó mientras una sonrisa comenzaba a dibujarse en su rostro- eres detestable, pero también adorable... eres odioso, pero también dulce... y aunque eres un snob de primera, al mismo tiempo eres más franco que otros al no fingir que alguien te agrada cuando no es verdad.
¿Pero qué hacer respecto a sus amigos?... esa pregunta aun daba vueltas en su cabeza; se dio cuenta de que le molestaba mucho que hablaran mal de Draco aunque tuvieran toda la razón del mundo; y tampoco le gustaba cuando Draco se expresaba mal de ellos... ¿Qué hacer entonces?... esa situación nunca la contemplo, comenzando que nunca, en todos esos años, consideró siquiera en sus sueños más locos, tener una relación sentimental con Draco Malfoy; un momento... ¿sentimental?
Mientras tanto, en el castillo, Blaise caminaba hacia los baños de los prefectos, estaba seguro que Draco se había dirigido ahí para asearse; y no se equivocó; cuando abrió la puerta, vio a Draco sumergido en la tina llena de espumosa agua caliente; al verlo llegar, el chico rubio dijo:
-Pásame el jabón.
Blaise se acercó y tomó el jabón, se acuclilló y se lo pasó a Malfoy diciendo:
-¿Quieres que te enjabone la espalda?
-No es necesario, -dijo Draco con naturalidad- la porquería esa me cayó en la cara y el pecho, ya se me quito todo con el agua pero aun siento que apesto.
-Pues entonces con mayor razón déjame hacerlo, -exclamó Blaise arremangándose la túnica y tomando el jabón- date vuelta.
Draco obedeció y le dio la espalda a Blaise mientras tomaba agua en el cuenco de sus manos y se la arrojaba en la cara diciendo:
-Esa cosa huele horrible.
Blaise no respondió; tomó el empapado cabello largo y dejó que resbalara por entre sus dedos; al hacerlo, cerró los ojos al sentir como las suaves hebras resbalaban hasta caer de nuevo en la blanca espalda de Draco; volvió a tomarlo y se lo pasó al frente; entonces frotó el jabón en sus manos hasta formar una capa de espuma, dejó el jabón en el suelo y pasó sus manos por los hombros desnudos.
Draco, quien acababa de enjuagar por enésima vez su cara, abrió los ojos al sentir las manos de Blaise en sus hombros y preguntó extrañado:
-Creí que usarías el jabón.
-Y eso hago.
-Si, pero yo pensé que lo harías directamente.
-¿Te molesta lo que hago?
-Pues no, pero...
-¿Cuándo me dirás con que chica sales, Draco? -interrumpió Blaise.
-Ya te dije que no salgo con nadie.
-Uy, pues cuanto misterio. -Respondió Blaise pasando sus manos ahora por la espalda de Draco, quien comenzó a sentirse incomodo.
Pero Blaise estaba embelesado sintiendo la suave piel bajo sus manos; la piel húmeda dejaba caer gotitas de agua provocándole deseos de lamerla; su pantalón comenzó a apretarle en la entrepierna, y sin poder resistir más, se agachó y pasó su lengua en el cuello de Draco, quien dándose vuelta rápidamente exclamó:
-¡¿Qué demonios crees que haces?!