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Tu Deber por Cucuxumusu

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Notas del capitulo:

Este cap va especificamente dedicado a cierto pesado que me lleva pidiendo esto durante siglos.

Tu sabes quien eres hijo mio XD

 

...Seis años después...

 

Los gemidos del más puro placer no dejaban de escucharse en la pequeña tienda de campaña mientras los dos cuerpos se encontraban en medio de la noche. Buscándose, anhelándose y juntándose en un baile practicado ya muchas veces.

 

—Ah Luffy—gimió el peli verde tumbado contra las suaves mantas mientras su amante le empujaba violentamente arrastrándole con cada embestida y haciendo a la cama crujir demasiado alto para su gusto. Parecían dos fieras en celo, con los gritos, los arañazos, gruñidos y mordidas.

 

Aunque siempre era igual.

 

Debía estar pareciendo una puta en aquellos momentos, pensó el peli verde. Con las piernas abiertas a más no poder y claramente disfrutando del violento tratamiento que estaba recibiendo a manos del otro. Los gemidos y sollozos por más acción se perdían en el aire mientras intentaba aferrarse desesperado al menor que le había llevado a aquel estado.

 

—Dios Zoro, eres tan deliciosamente estrecho como siempre— ronroneó su superior con aquella mirada depredadora e inteligente que ponía siempre en aquella situación.

 

Y es que Luffy era un misterio en sí mismo. Con aquella inocencia y amabilidad la mayor parte del tiempo y esa furia desenfrenada y mirada peligrosa cada vez que le follaba, como si su personalidad se volviese retorcida solo para él. Le encantaban las dos versiones, pero definitivamente era la peligrosa e inteligente la que podía con sus defensas, la que le volvía más sumiso que un gatito y le reducía a aquel degradante estado.

 

Gritó en la noche arqueándose contra el colchón habiendo ya perdido toda capacidad de contener su cuerpo debido al intenso placer que el otro le estaba dando. Luffy siempre sabía como volverle loco con unas pocas caricias, y en aquel momento ya no podía mucho más con aquello. Pero el moreno encima suyo seguía torturándole sin descanso, apretando su erección entre sus manos e impidiéndole acabar mientras aquella sonrisa hambrienta surcaba su cara.

 

—Ah idiota—le insulto arañándole desesperado la espalda— no puedo más, Luffy por dios te voy a matar—

 

Pero el otro simplemente le empujó de nuevo contra el colchón alejándole, y comenzó a envestirle más profundamente, golpeando su próstata con una precisión y potencia que volvió a dejarle con todo su cuerpo sufriendo espasmos por ello. Sus ojos se cerraban con fuerza y sus manos temblaban de la intensidad del acto.

 

—Sabes lo que tienes que decir si quieres acabar—le dijo el otro con una sonrisa divertida mientras seguía torturándole, apretándole, bombeándole, embistiéndole, haciéndole perder la cabeza y cada parte de su alma en aquello.

 

Y ese era otro de los problemas de la personalidad psicópata de Luffy, pensó frustrado el peli verde. Al parecer a su parte diabólica le encantaba torturarle, humillarle y sacarle de su normal estado de indiferencia y seriedad. Y lo peor es que siempre lo conseguía por mucho que el intentase contenerse y resistirse.

 

Zoro comenzó a ver estrellas azules surcar su visión cuando Luffy siguió acelerando aun más el frenético ritmo. Se aferró al cabecero de la cama inconscientemente apretándolo entre sus manos para contener la sensación que volvió a recorrerle de pies a cabeza. ¿Cuántas veces se había corrido ya? Sentía su miembro a punto de estallas bajo el agarre del otro que no le dejaba terminar y la presión acumularse insoportablemente.

 

—Venga Zoro dímelo—canturreó el otro acercándose a su boca y susurrándole con deseo— dímelo y te prometo que tendrás el mejor orgasmo de tu vida—

 

Zoro quiso llorar entre jadeos suplicantes. La última vez que Luffy había dicho aquello él había acabado inconsciente por culpa de la abrumadora oleada de placer. Y no sabía si quería volver a sentir aquello.

 

—De-déjame correrme Luffy por favor—suplicó como el otro quería, como siempre, haciéndole rogar desesperado por un final, con su orgullo por los suelos y las lagrimas de frustración en sus ojos.

 

Y el moreno le sonrió cariñosamente y le dio un beso en los labios lento y consolador. Como una recompensa por su esfuerzo y por rendirse a él, un premio de compensación por la batalla perdida.

 

Y así le liberó.

 

Zoro gritó contra la boca del otro mientras la sensación le arrastraba de este mundo y le llevaba al séptimo cielo. Se corrió varias veces, tiñendo su pecho y el del menor de blanco y sintiendo a su vez como el otro se venía en su interior entre roncos gemidos, llenándole por completo y arrancándole un sonido lastimero al sentirlo.

 

Luffy se dejo caer contra su pecho y le abrazó posesivo con una enorme sonrisa satisfecha en su cara. Zoro suspiró cabreado. Cuando ambos volvieron a un pulso y una respiración normal fue el turno del otro de quejarse.

 

—Luffy eres un bestia—gruñó el peli verde dándole una colleja en la cabeza antes de enroscar su mano en el pelo moreno del menor.

 

Luffy se rió.

 

—Shishishi pero es que me encanta verte así, normalmente eres tan serio y callado que me encanta torturarte y verte poner esa cara—

 

—¡Pero podías hacerlo con un poco de consideración como todo el maldito mundo idiota!—le chillo cabreado. A lo que Luffy solo siguió riendo feliz.

 

Zoro rodó los ojos cansado. Habían mantenido aquella conversación miles de veces y nunca había conseguido hacer cambiar de parecer al menor. La primera vez que Luffy le había atacado de improviso, la escusa a la violación sufrida por su parte, había sido que se aburría y que quería ver otras emociones que podía poner Zoro. El mayor había alucinado durante un momento ya que la gente normalmente salía corriendo al verle, no le saltaba encima diciendo que quería verle gemir y suplicar. Al principio pensó que era una broma y le había seguido el rollo al moreno, y al final, después de la sesión, decidió que nunca jamás volvería a acercarse al menor y le quedo totalmente claro que Luffy iba en serio. Y después de la primera vez había habido una segunda, y una tercera por distintos y variados motivos. Y así habían empezado.

 

Curiosamente él tampoco se había resistido mucho al asalto. Luffy era alguien a quien admiraba después de todo y por el que había acabado desarrollando un sentimiento más profundo que muchos llamarían amor. Era cierto que Luffy tenía un hermano y un abuelo sobreprotectores que daban bastante mal royo, pero era alguien fuerte y en el que se podía confiar cuando la situación se torcía.

 

Recientemente le habían ascendido a general al retirarse Garp y inmediatamente Luffy le había escogido a él como segunda mano. Aquello les dejaba mucho tiempo a solas y había empeorado todavía más la caótica situación. Luffy no le dejaba ni un segundo en paz para su desesperación y descuidaba las tareas que le eran asignadas causando que tuviese que echarle la bronca más de una vez.

 

—Como esto siga así voy a tener que buscarme otro general que atienda sus tareas— comentó de pasada aludiendo a que en aquellos momentos deberían estar pasando revisión en las tiendas.

 

Luffy sobre él se tensó al instante y se alzó sobre sus codos para mirarle a la cara. Por su mirada estaba claramente enfadado, y Zoro pudo ver perfectamente el por qué. Sabía que Luffy le quería, pero desgraciadamente nunca le conseguía arrancar la confesión, era como si Luffy temiese perderle si se lo decía. Como si temiese perder lo que tenían ahora con aquellas simples palabras. Zoro había intentado convencerle con sus acciones de que no sería así, de que sería correspondido si lo decía, pero el menor parecía convencido de lo contrario y nunca lo soltaba y ponía escusas cuando se veía acorralado.

 

Y a Zoro le estaba empezando a cansar todo aquel fingimiento.

 

—No, Zoro es mío y solo mío, solo yo puedo verte así, nunca nadie mas—siseó el menor con aquella mirada dominante que le dedicaba a veces, como si le intentase convencer de que sus palabras eran absolutas y tenía razón.

 

—¿Por qué?—preguntó entonces intentando arrancarle la confesión.

 

Y la mirada de Luffy vacilo. Como siempre.

 

—Porque entonces se enamorarían de Zoro y yo ya no tendría a nadie con quien divertirme—respondió el menor con una sonrisa claramente forzada.

 

"Divertirse" al parecer eso era lo que hacían. Zoro se cabreó al instante. Apartando al otro de encima suyo se limpio con las sabanas y se levantó de la destrozada cama.

 

—¿A dónde vas?—preguntó al instante Luffy persiguiéndole con la mirada. Era tan evidente—¿Te has enfadado?—su voz parecía perdida y triste, y Zoro se arrepintió al instante de haber sido tan brusco. Pero solo ligeramente.

 

El peli verde ignoró apropósito la segunda pregunta mientras recogía su ropa y empezaba a adecentarse.

 

—Voy a hacer lo que deberíamos estar haciendo. Te espero en la tienda de novatos para pasar la revisión… mi general—comentó pronunciando la última palabra con una frialdad y formalidad que dejaba claro que no podía sentir nada por él. Que como Luffy decía, aquello solo era una "diversión".

 

Y sin más se pasó la capa de lana por los hombros y salió de la tienda al frio aire de principios de invierno.

 

.

 

.

 

.

 

Ace bebió en silencio de la botella mientras sus pensamientos volvían a sumirse en la lejanía de los recuerdos. Hacia frio en la cueva y estaba tan húmeda como siempre, por lo que la pequeña hoguera que había preparado no calentaba tanto como había esperado en un principio.

 

La oscuridad de la noche era todavía más intensa en aquel pequeño agujero que en el exterior y si no hubiese sido por la antorcha que había llevado al principio en la barca a aquel lugar, estaba claro que se hubiese pegado de hostias con el resbaladizo suelo y los tramposos agujeros. Y sin embargo, a pesar de las dificultades de aquello, había conseguido llegar y preparar mínimamente el lugar para lo que pasaría, y ahora, sin más que hacer, esperaba en la silenciosa cueva observando mientras tanto al chisporroteante fuego.

 

Por fin un suave chapoteo le sacó de su ensoñación y girando la cabeza observo a la conocida figura que como él había hecho, se acercaba a la cueva en medio del mar en una destartalada barquilla. Luffy saltó de la barca cuando esta tocó la roca y la ató rápidamente junto a la de Ace antes de acercarse en total silencio hacia el pequeño círculo iluminado.

 

No necesitaban hablar ni decir nada, no había necesidad de ello. Aquello era una ceremonia antigua para ellos, un recuerdo melancólico y deprimente perdido en la tranquilidad del lugar.

 

Ace le pasó la botella a Luffy cuando se sentó y este tragó un poco del contenido con una cara de seriedad y trascendencia que se parecía mucho a la de Ace.

 

—Han pasado ya seis años—comentó entonces Luffy interrumpiendo el profundo silencio.

 

Ace asintió tranquilamente sin saber ya que más decir, solo observando el fuego danzar mágicamente frente a sus ojos con un brillo hipnótico y triste.

 

—¿Co-como crees que estará?¿Se acordara todavía de nosotros?—siguió el menor interrumpiendo de nuevo el silencio reinante.

 

Ace suspiró cansado y removió el fuego con un pedazo de madera intentando avivarlo un poco más para que les calentase y iluminase más el deprimente ambiente. Y para distraerse de lo a respuesta que le iba a dar al menor.

 

—No lo sé Luffy—

 

Ambos continuaron en silencio con las cabezas bajas mirando a la hoguera y sin atreverse a alzar la vista hacia la enorme roca que constituía una de las paredes de la cueva a su lado. La vieja roca que tenía sus nombres gravados junto con el de Law. La roca a la que volvían cada 6 de octubre y que había quedado como único recordatorio de su hermano.

 

Aquel húmedo agujero había sido su lugar secreto de pequeños, cuando Garp cansado de tenerles pululando por casa tocando las narices les llevaba a la playa a que corriesen y se tranquilizasen. Era un cueva que habían descubierto por casualidad y que cuando subía la marea quedaba con el suelo plagado de agua salada y algas. Era un sitio que nadie conocía y del que ellos se habían adueñado cuando apenas tenían doce años. Había sido su santuario personal cada vez que iban. Se sentaban alrededor de una hoguera que como hoy preparaba Ace y reían mientras Law sentado contra la piedra y cerrando el círculo, les contaba historias de miedo que hacían a Luffy llorar y a Ace burlarse de ello entre miradas nerviosas a la salida.

 

Y ahora volvían a él una única vez al año en conmemoración al cumpleaños de Law, brindaban por él, le contaban como estaban como si estuviese delante de ellos y pudiese oírles y luego se iban de allí con el recuerdo de lo ocurrido matándoles por dentro.

 

—Zoro se ha enfadado conmigo—dijo de repente Luffy.

 

Ace le sonrió cariñosamente, agradecido ligeramente por la distracción de aquellos oscuros pensamientos.

 

Conocía la relación de su hermano desde hacia tiempo y aunque al enterarse había ido a partirle la cara al peli verde y a gritarle y amenazarle, descubrió luego que no era lo que él había supuesto y que en vez de ser el peli verde el que se aprovechaba de Luffy, era más bien al revés. Aquella confesión le había destruido totalmente la idea que tenía de su inocente hermanito pequeño, y lloró desconsolado por la pérdida de su inofensiva fantasía. Luego, cuando salió del shock, le había tocado disculparse ante un totalmente cortado Zoro por las amenazas y insultos infringidos, y matar mentalmente a su hermano pequeño por meterle en aquellas situaciones. Pero al final había acabado bien y no había pasado nada.

 

Pero también sabía que aquella relación no estaba avanzando como debía, y sinceramente, le empezaba a preocupar. Sobre todo porque la culpa de aquello era de Luffy, la persona que ahora mismo se estaba quejando de ello.

 

—¿Por qué no se lo dices de una vez?—dijo a su hermano aludiendo a que debía confesarse de una santa vez.

 

—No—respondió el menor sin dudar.

 

—¿Por qué no?—pregunto al instante Ace queriendo llegar al fondo del problema y ayudar a su hermanito ya no tan inocente.

 

Luffy se revolvió incomodo en su sitio y aparto su vista de hoguera. Ace esperó a que el otro dijese algo paciente y realmente curioso del por qué Luffy se negaba a avanzar en su relación cuando estaba claro de que los dos querían que pasase.

 

—Por que cuando te confiesas nunca acaba bien, cuando te enamoras todo se estropea—susurró bajo con total convencimiento. Ace frunció el ceño sin entender mucho por qué lo decía— mira a Kidd y a Law, estoy seguro de que ellos se querían y se lo habían dicho...y mira como han acabado—soltó por fin.

 

Ace le miró horrorizado. Aquello era lo más absurdo que nunca le había oído.

 

—Luffy, lo que pasó...—intentó que entrase en razón.

 

—No—le interrumpió el menor sabiendo lo que le diría— acaba mal, lo sé, lo he visto, y yo no quiero acabar como...—

 

Se interrumpió antes de acabar la fatídica frase, pero fue demasiado tarde y Ace se tensó y le lanzo una mirada dolida.

 

—...Mierda— Luffy sabía que Ace se culpaba por lo que había pasado hacia 6 años.

 

El silencio volvió a aparecer, tenso durante un momento antes de que Ace lo interrumpiese de nuevo.

 

—Law está bien Luffy, lo sé, es alguien fuerte ¿Recuerdas?... y sé que te diría que no pienses semejantes gilipolleces, te diría que él y Kidd están bien aunque no hayan acabado juntos—le dijo levantándose y mirando a su hermanito serio—Los dos están bien— murmuro de nuevo como si intentase convencerse a sí mismo.

 

Pero Luffy negó con la cabeza sin pizca de convencimiento, él ya había aceptado la cruel realidad hacia mucho. Ace apretó los puños enfadado al verle así, y golpeó la piedra con sus nombres para desahogar su frustración. ¿Es que no podían seguir su vida después de aquello como si nada? ¿por qué se seguían castigando? Luffy había sido demasiado pequeño e inocente cuando había pasado y claramente le había afectado, pero Ace no esperaba que fuese hasta aquel punto.

 

Lo de Kidd y Law había sido horrible, era cierto, había visto al pelirrojo cuando se lo habían llevado para no regresar jamás y era una imagen que seguiría atormentando sus más vividos temores y pesadillas. Pero también había cosas buenas. Él tenía a Marco. ¿por qué Luffy no les veía a ellos? ellos eran felices y se habían confesado ¿O acaso Luffy pensaba que ellos también iban a acabar mal?.

 

—Luffy, no todo es así, Marco y yo...—

 

—No es lo mismo—volvió a interrumpirle rápidamente el menor—Vosotros os lo dijisteis al principio, todo el mundo os acepta, los dos os parecéis y os entendéis...—empezó a enumerar—pero Zoro y yo somos todo lo contrario, a veces creo que me odia... y además esta lo de...—cerró los ojos y tomó aire— somos como Kidd y Law, y sé que no va a acabar bien si lo digo, no hay forma de que lo haga—

 

Ace volvió a sentarse y a observar el fuego en silencio sin saber que decirle a Luffy para animarle. Ya no tenía más argumentos y aquello le jodia demasiado. Aquel tenía que ser un momento feliz, una fiesta para Law, no una tortura para ellos.

 

Además no podían quedarse allí mucho más. Dentro de poco comenzaría a subir la marea y seria entonces imposible salir de allí sin mojarse. Y Marco le estaba esperando en casa. Y mañana tenían reunión de generales junto con Luffy y el resto y necesitaban prepararse y dormir.

 

Había tantas escusas para marcharse y tan pocas para quedarse se dio cuenta de repente odiándose por ello.

 

Alzó la cabeza y contemplo los patéticos rasguños en la roca intentando parecer letras. "Guarida secreta de Ace, Law y Luffy, hermanos y amigos hasta el fin de los tiempos" Una frase típica y sin mucho enrevesamiento que les había llevado horas gravar en la dura piedra. Había sido una promesa en otro tiempo, cuando se habían prometido que estarían siempre juntos y que se apoyarían y ayudarían en lo que fuese que pasase. Siempre se tensaba al leerlo, al ver rota la promesa que se había hecho de niños y que había parecido tan fácil de cumplir.

 

Pero Ace estaba convencido de que aquello no podía acabar así, de que la vida no podía ser tan cruel y de que la horrible situación se resolvería de alguna manera. Y aun así la pequeña esperanza se iba desvaneciendo a medida que los años pasaban, y aquella posibilidad parecía cada vez más remota y distante hasta que al final se contempló un día dando por hecho que jamás volvería a ver a su inteligente y orgulloso hermano. Y por eso, ahora que estaba de nuevo enfrente de la roca, los remordimientos volvían a su mente, por haber perdido él también la esperanza como Luffy.

 

¿Pero de verdad iba aquello a acabar así?¿De verdad no había esperanza para nadie y se iban a rendir sin más?

 

 

Notas finales:

Bueno algunas aclaraciones primero. Han pasado seis años desde lo de la violacion asique considerar a los personajes como despues del time skip (menos a Marco y a Ace of course).

Vale ahora lo dibertido XD ¿Quien se esperaba a un Zoro de Uke? jajajaja lo siento, pero esque no aguanto al Luffy uke idiota y estupido, por que al menos para mi no es asi, sobre todo despues de lo de Ace y haber madurado, asique SORPRESAAAA jajajaja

Bueno pos eso, que gracias por leer y dejadme tantos reviews (en serio el capitulo de la violacion es el que más reviews ha tenido ¬¬ si quereis sufrimiento y dolor puedo seguir dandolo pero vamos...me preocupais)

Y sin más nus vemoooos


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