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Tu Deber por Cucuxumusu

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Notas del capitulo:

Bueno despues de mucho tiempo, aqui teneis la conti n_n

Llevo mucho tiempo avandonando la pareja de Marco X Ace asique en recompenza en este cap es practicamete la unica que sale.

Espero que os guste.

 

 

Los cuatro hombres en la sala no sabían qué hacer y simplemente callaban con su mente dándole vueltas al asunto. Se encontraban en el enorme salón de los Mugiwara, con los enormes sillones, la mesa llena de libros y la imponente decoración militar. Era más grande que el despacho en el que se habían reunido la ultima vez y las vistas al jardín imponían mucho más desde los ventanales que desde las diminutas ventanas de otras habitaciones.

 

Los dos hijos de la familia se encontraban sentados juntos en uno de los enormes sillones en absoluto silencio uno al lado del otro. El mayor de ellos, Ace, acababa de levantarse hacia unos minutos con la mayor resaca de su vida cuando le habían dado la horrible noticia. Ahora estaba en el salón con la cabeza entre las manos soportando la mente ida y la jaqueca mientras se odiaba a sí mismo por no haber hecho nada para impedir aquello.

 

Luffy, el menor de los hermanos, a su lado tenía la misma expresión de derrota y traición que Ace. Sus ojos estaban inundados de lágrimas pero peleaba por no dejarlas caer costase lo que costase. Se encontraba totalmente pegado a Ace sin moverse ni siquiera un milímetro de su lado, como temiendo que si lo hacía podría estallar en llanto y como si la mera presencia del mayor consiguiese frenarlo.

 

Luego estaba el abuelo, el anciano de pelo gris tenía una expresión neutral y seria en su cara, como si aquello no le estuviese afectando en lo más mínimo o como si se lo hubiese esperado. Sin embargo, si te fijabas mejor podías observar como apretaba los puños fuertemente dejando los nudillos blancos o como su mirada era de profundo enfado y el ceño estaba ligeramente más fruncido de lo habitual.

 

Y el último de los hombres en la sala era el pelirrojo. Eustass Kidd paseaba por la habitación como un león enjaulado queriendo escapar de su prisión para descuartizar al primero que se le pusiese por delante. Parecía a punto de estallar en gritos y arremeter contra cualquier cosa en cualquier momento.

 

Aun no se lo podía creer, simplemente era demasiado horrible para ser verdad.

 

Law, su Law le había abandonado...para siempre.

 

No lo entendía.

 

Simplemente no teníasentido.

 

—No puedo creer que haya hecho esto—murmuró Ace rompiendo por fin el, por ahora, pacifico silencio—simplemente no lo entiendo—

 

Kidd le fulmino con la mirada deteniendo su recorrido de idas y venidas sobre las tres mismas baldosas del suelo, listo para abalanzarse sobre cualquier mínima presa.

 

—Tal vez si alguien no se hubiese ido de fiesta egoístamente y le hubiese estado apoyando cuando lo necesitaba no se hubiese ido—atacó sin piedad.

 

Ace y Luffy le miraron sorprendidos y con un sentimiento de culpa en su pecho, ya que sabían que Kidd tenía razón, que no habían apoyado a Law cuando les necesitaba. Aun así era la primera vez que el pelirrojo les hablaba así y ligeramente les dolió, después de todo, el pelirrojo se había convertido en los últimos días en alguien más de la pequeña familia, era el hermano mayor que les ayudaba cuando lo necesitaban o les animaba cuando estaban tristes.

 

Y dos traiciones en un día eran más de lo que podían asimilar.

 

—¿Qué has dicho?—preguntó Ace levantándose y encarando al otro dolido. Sabía que tenían cierta culpa, pero no se merecían aquel trato…no de Kidd.

 

Kidd le miró furioso ante sus palabras, con la violencia contenida en cada línea de su cuerpo. Ace también se tensó y se preparo para pelear. Ambos necesitaban desahogarse, necesitaban quitarse aquel sentimiento de frustración y traición, necesitaban…

 

Garp dio un fuerte puñetazo en la mesa atrayendo su atención.

 

Dios aquello era peor que entrenar a sus tropas, y mil veces más peligroso, ya que a diferencia de los estúpidos soldados Kidd era un general entrenado para matar y Ace un chico que llevaba toda su vida entrenando en casa de un comandante. Enfadarles era algo que realmente no se debía hacer.

 

—Ya vale—gritó fulminándoles con la mirada—Eustass relájate, y Ace siéntate por dios, somos gente civilizada, no animales sin cerebro—les ordenó.

 

El pelirrojo le miró furioso pero al rato soltó un bufido y volvió a dar vueltas por la habitación impaciente, trazando de nuevo aquel camino sobre las tres baldosas. Si seguía así Garp estaba seguro que acabaría haciendo un surco en el suelo. Ace en cambio volvió a sentarse en el sillón rendido y demasiado cansado como para seguir con aquello por mucho tiempo, pero aun con mirada dolida.

 

—No sé por qué Law se ha ido sin despedirse, pero no podemos hacer nada para evitarlo—soltó al final Garp recostándose en el asiento. Kidd detuvo su avance sorprendido—… después de todo ha sido su decisión—añadió.

 

Ace y Luffy le miraron aterrorizaros.

 

—¿Qué?—rugió Kidd caminando hasta pararse enfrente de la mesa en frente de la cual estaba sentado el anciano. El pelirrojo poso sus manos en la mesa con fuerza para intentar tranquilizarse y fulmino con la mirada al viejo. Garp juraba que podía ver la mismísima muerte reflejada en sus ojos rojos.

 

—Lo que oyes— repitió el anciano—fue su decisión y tú también deberías aceptarla… aunque sigo sin comprender por qué estás tan alterado, casi no conocías a Law ¿por qué tan enfadado?— preguntó inquisitivo.

 

Kidd le miró serio sujetándole la mirada desafiante durante un rato más, mostrando totalmente todas su emociones en sus ojos. Rabia. Ira. Decepción. Garp se la devolvió enfadado durante un rato, pero al final desvió la mirada incapaz de imponerse sobre el hombre que tenía delante.

 

—Sabes perfectamente porque Law ha ingresado así en el templo—siseó Kidd furioso, con un extraño tono calmado que no consiguió engañar a Garp, es más solo sirvió para mandarle un escalofrió de alerta por toda su columna.

 

Y entonces respondió simplemente.

 

—Sí...era su deber—

 

Y Kidd quiso partirle la cara a puñetazos aunque fuese su puto jefe. Sabía perfectamente por que Law había ingresado en templo, y no era por semejante gilipollez. Era porque no tenía otra opción más que aceptarlo, porque pensaba que no iban a poder hacer nada para impedirlo, porque pensaba que así les protegería…

 

—Y te vas a quedar sin hacer nada de nuevo—era un hecho no una pregunta.

 

—Si—simple y llanamente.

 

El pelirrojo salió de la habitación como alma que lleva Hades dando un fuerte portazo que hizo que los que estaban dentro temblasen atemorizados por la estructura del edificio. Ace y Luffy miraron a su abuelo entre temerosos y incrédulos sin todavía creérselo. ¿Garp no iba a hacer nada por Law?¿Por su hermano?¿Que habría hecho si les hubiese pasado a ellos?

 

La mirada de Garp era la que ponía cuando no admitía replica ni ninguna queja.

 

Luffy no pudo más y estalló en silencioso llanto pegándose a Ace en busca de consuelo. Ace rodeo los hombros de su hermano con su brazo y le acarició el pelo intentando a la vez contener sus propias lágrimas. No lo consiguió. Y le dio igual.

 

No volverían a ver a Law.

 

Nunca.

.

.

.

Horas más tarde Marco se paseó por enfrente de la fila de chicos cuadrados entrante suyo. Aquel año los novatos a los que tenía que entrenar hacían un total de cinco y entre ellos estaba el moreno que tanto le llamaba la atención.

 

Marco estaba explicando por encima cómo funcionaba el ejército y lo que iban a hacer en los meses siguientes, que no sería nada más y nada menos que un entrenamiento a saco para aumentar la resistencia y fuerza de los chicos. Luego pasarían a las especializaciones, es decir espadas, caballos… etc. El mismo había tenido que pasar por aquello y lo recordaba con una mezcla de terror y cariño. Pero sobre todo terror.

 

Bueno, sobrevivirían. O al menos la mayoría.

 

Era en aquellos primeros meses donde se decidía todo. Donde ponías la base de lo que serias más adelante, o donde conseguías a los amigos de verdad. Era allí donde él había conocido a Kidd al que ahora consideraba como a su hermano gemelo.

 

Frunció el ceño preocupado al pensar en su amigo. Kidd no se había presentado ese día en el campo de entrenamiento. Era la primera vez que faltaba en toda la historia, incluso había asistido al trabajo los días que estaba enfermo o los de resaca impresionante. Que hubiese faltado ahora era raro. Aunque Marco sospechaba internamente que era por culpa de cierto moreno con tatuajes.

 

Suspirando miró a los cinco chicos serio, evaluándolos. La mitad de ellos estaban con cara de haber recibido una paliza, seguramente aun con resaca de la fiesta de anoche. Y luego estaba Ace. Su cara podía haber pertenecido a un alma en pena del averno en aquellos momentos. Su mirada estaba fija en el suelo con aire triste y no parecía estar prestando la suficiente atención a lo que decía.

 

Lo que curiosamente le cabreaba.

 

El otro novato rubio que parecía amigo de Ace y que si no recordaba mal se llamaba Sabo, escrutaba al moreno a su lado con aire preocupado, como sabiendo lo que le pasaba pero sin atreverse a decir nada.

 

A Marco ya le caía mal.

 

—Bueno, y ahora os voy a enseñar el campamento para que os orientéis —comentó esperando que aquello despejase al moreno de sus oscuros pensamientos— seguidme—

 

La mayoría de los chicos se apresuraron rápidamente detrás suyo emocionados e intentando ocultar su dolor de cabeza, pero a Marco no se le escapó que los dos amigos se separasen un poco del grupo como necesitando un poco de espacio para hablar y apoyarse mutuamente.

 

Marco se obligó a convencerse de que aquello no le importaba en lo más mínimo.

 

Recorrieron el campamento mientras el rubio explicaba a los chicos más o menos como estaba montado. Había un parte con carpas blancas y elegantes donde los altos mandos se reunían para discutir tácticas o simplemente para estudiar cómo podían entrenar mejor a los soldados en determinada parte. También había una serie de carpas donde se guardaban las armaduras, armas o material de pelea. Eran más viejas y no estaban tan bien cuidadas como las otras pero ejercían perfectamente la función de almacén. Dejo a los chicos entrar en una de aquellas durante un rato para que explorasen y cuando salieron a todos les brillaban los ojos de la emoción. Incluso a Ace, lo que para el rubio resultó un ligero alivio.

 

Luego les enseño las cuadras, los campos de entrenamiento de tierra batida o las letrinas. En las ultimas les explicó que uno de los castigos preferidos de los entrenadores cuando no se hacía lo que quería, era mandar al recluta rebelde a limpiar aquellos escasos agujeros donde más de doscientos fornidos soldados hacían sus necesidades. La cara de pánico que pusieron los chicos fue impresionante y no dudo que acatarían todo lo que les dijese.

 

Dios, era tan divertido meterse con los novatos.

 

Al final de la mañana comenzó por fin el entrenamiento y pusó a correr a los chicos en círculos alrededor de una de las pistas libres. Sonrió orgulloso al ver que los cinco chicos aguantaban sin entrar en jadeos angustiados más de lo que los novatos normalmente hacían. Al parecer aquel año le había tocado un regimiento decente.

 

Aprovechó ese momento para mirar preocupado a Ace. El moreno parecía un poco mejor que hacia unas horas, pero aun seguía con los pensamientos en otra parte sin prestar atención a lo que hacía. Marco había perdido la cuenta de las veces en las que había tropezado con alguna piedra en su camino y casi caía al suelo.

 

Suspiro sin aguantar aquello mucho más.

 

—Ace—le llamó a gritos—ven aquí—

 

El pecoso empalideció un poco seguramente pensando en las letrinas de las que había hablado antes pero obedientemente se acercó a él.

 

—¿Ocurre algo?—le preguntó el rubio cuando le tuvo delante.

 

Ace le miró por un momento dudoso, con aquellos profundos ojos negros como la noche fijos en su cara antes de bajar la cabeza de nuevo con mirada dolida.

 

—No realmente—empezó—solo son… problemas familiares...mi hermano se ha ido al templo esta mañana sin despedirse de nadie—le comentó con voz ligeramente quebrada.

 

Su hermano ¿el moreno arrogante de tatuajes? vale aquello explicaba muchas cosas, entre ellas por qué Kidd no había venido hoy, pero le extrañaba que nadie se lo hubiese tratado de impedir, sobre todo el sobreprotector de Garp o el atacado de Kidd.

 

Espera ¿había dicho que se había ido sin despedirse?

 

Oooh mierda.

 

Observó al chico enfrente suyo que de nuevo estaba perdido en sus pensamientos con mirada dolida casi como si estuviese a punto de llorar.

 

Marco tuvo entonces unas terribles ganas de abrazarle e intentar consolarle, decirle que todo saldría bien entre besos suaves. Pero aquello habría sido demasiado raro. Además aun ni se conocían y no había que olvidar que estaban en medio de un campo de entrenamiento. Y aquel tipo de relaciones no estaban permitidas en aquel contexto.

 

Suspiró. Como su superior tampoco debería permitirle al menor la más mínima debilidad, si no que debía fortalecerle hasta convertirle en un despiadado soldado.

 

Pero tenía que hacer algo por él.

 

—Puedes irte a casa si no te encuentras bien Ace—le propusó—después de todo hoy no haremos nada más que correr y no pareces necesitar mucho ganar resistencia—

 

Genial, ahora le mandaba halagos camuflados de comentarios normales. Que bajo había caído. No podía salir con uno de sus reclutas y lo sabía. Asique tenía que acabar ya con aquella extraña obsesión por el otro.

 

Ace le miró un momento sorprendido pero luego negó con la cabeza.

 

—No, estoy bien, se pasara en unos días—comentó con una reluciente sonrisa en su cara.

 

Marco odió esa sonrisa.

 

Era simplemente demasiado falsa. Demasiado triste y oscura para la perfecta cara del menor. Sin darse ni cuenta frunció el ceño y apretó los puños impotente de nuevo con aquel sentimiento de protección retumbando en cada fibra de su persona.

 

No podía hacerle nada al otro y menos delante del resto de alumnos, se recordó. Así que simplemente asintió con la cabeza en dirección al campo dándole permiso al menor para volver al entrenamiento.

 

Cuando el moreno se alejó lo suficiente de él, chasqueó la lengua enfadado con sigo mismo y con el mundo en general. No era ni medio día y ya estaba cabreado. Dios si ni siquiera había visto al amargado de Kidd.

 

Vaya mierda de día.

.

.

.

Kidd golpeó la puerta furioso de nuevo mientras la gente de la calle le miraba aterrorizada. Le deba igual. Todo le daba igual. Llevaba media hora dándole golpes a aquel maldito trozo de madera y gritando improperios, pero como siempre, la puerta del templo permaneció sellada.

 

—Law—chilló sintiendo su garganta desgarrada—Law sal del maldito templo y mueve tu tatuado culo hasta aquí—gritó furioso dando otra patada.

 

La gente de la calle había formado un circulo de curiosos alrededor suyo y le miraban como si se hubiese vuelto loco. Y puede que en el fondo lo estuviese.

 

—¿No es ese el nuevo general del ejército?—

 

—¿Quién es Law?—

 

Pero su mente no estaba pensando en ello. Su mente estaba enfocada simplemente en la puerta interior del templo. Iba a entrar y punto. Iba a coger al enano y salir de allí para siempre. Luego le iba a follar hasta que el moreno no pudiese ni andar y no supiese ni como se llamaba cuando acabase con él.

 

Pero la enorme puerta de madera se interponía en su camino. Era demasiado grande como para tirarla. Era demasiado resistente como para romperla, así que lo único que había podido hacer era golpearla dejándose los nudillos en carne viva y esperar a que alguien le abriera desde dentro.

 

Grito de nuevo y dio otro golpe descargando más su frustración intentando abrir la puerta. En el fondo sabia que aquello era imposible. Aquella puerta no se iba a abrir por mucho que la golpease. Nunca se abría. Solo lo hacía para que alguien entrase en el templo y sirviese al dios. Nunca salía nadie. Y a él no le iban a dejar entrar.

 

Pero no podía parar. Aquello seria como reconocer que había perdido a Law para siempre. Seria rendirse y darse por vencido. Y no podía. No podía después de ver a Law totalmente rendido bajo el, después de haberle hecho suyo al fin, después de haber visto aquella mirada desesperada por ayuda o la llena de amor cuando le había besado en medio de aquel éxtasis...no podía abandonarle, se lo había prometido, le había dicho que le quería, que aquello no era un juego. No podía traicionar su confianza. No era una opción.

 

¿Pero qué pasaba cuando era a él a quien traicionaban?

 

No sabía todavía como tomárselo, pero definitivamente no iba a pensarlo demasiado. Sacaría a Law de allí y punto. No había más que pensar. No había que dudar ni cuestionarse nada.

 

Volvió a golpear furioso la puerta y entonces fue cuando escucho el ruido de las armaduras a su espalda. Sabía lo que era y porque estaban allí, sin embargo las ignoro.

 

—Law, me cago en ti, deja de esconderte y sal aquí cobarde— chilló furioso sabiendo que se le acababa el tiempo.

 

—Kidd, deja esta estupidez y ven aquí—le ordeno una voz conocida.

 

¿Marco? Asique habían enviado a Marco a detenerle, que hijos de puta. Volvió a golpear la puerta ignorando todo y volviendo a llamar al moreno.

 

—Kidd no quiero hacer esto y tú no quieres que lo haga—le recordó Marco sabiendo también lo que vendría a continuación—asique para—

 

Kidd siguió ignorándole como si no pudiese oírle. Marco suspiró cansado y Kidd quisó gritar cuando oyó aquella simple palabra.

 

—Prendedle—

 

La pelea estalló a su alrededor mientras un grupo de cinco soldados regulares intentaban atraparle e inmovilizarle. Por supuesto se resistió y devolvió el ataque furioso. Lanzó puñetazos y patadas sin saber realmente lo que estaba golpeando. Su mente seguía enfocada en la puerta.

 

—Law—chilló con la voz patéticamente quebrada.

 

Dos soldados habían inmovilizado los brazos y le alejaban de la puerta pero aun así todavía no podían con él y les estaba costando demasiado esfuerzo. Cuando pasado un rato estaba claro que no iban a poder detenerle intervino Marco.

 

Kidd estaba demasiado ocupado intentando soltarse del soldado que le sujetaba por la cintura sin saber que más hacer, asique no pudo defenderse en condiciones cuando Marco presionó su pulgar en un nervio estratégico entre su cuello y su hombro.

 

Se derrumbó al instante en el suelo sin fuerza en sus músculos para sujetarse. Sintió su pecho chocar contra el de Marco y como sus brazos le encovilan por la cintura y hombros intentando sostenerle. Quiso golpearle en la cara por haberle hecho aquello y por no ayudarle, en cambio. a tirar la puerta abajo, pero su cuerpo no respondía.

 

Suertudo Marco.

 

—Venga Kidd, vámonos de aquí—murmuró el rubio contra su oreja cargándolo suavemente como haría un compañero por su amigo borracho—déjame invitarte a una taberna—

 

Kidd gruñó sin poder articular palabra. Estúpido Marco por entenderle tan bien. Estúpido mundo por ir siempre en su contra. Estúpido Law.

 

Sin poder moverse y sin fuerza de voluntad para hacerlo aunque pudiese, dejo que el rubio le guiase calle abajo mientras el grupo de gente curiosa comenzaba a disolverse. Marco siempre sabia que hacer en aquellos casos, siempre sabia como distraerle o detenerle cuando su mente se salía de control.

 

Una conocida taberna se cruzó en su camino y Kidd sintió como la rabia se transformaba en algo peor al no poder se liberada. Un nudo atenazó su garganta y su vista se volvió borrosa. Esta vez dudaba que Marco pudiese ayudarle con aquello.

 

Vale, puede que después de todo beber no fuera tan mala idea.

 

Notas finales:

Si lo se ¿Donde esta Law? ¿Le van a avandonar en serio?¿ Se volvera Kidd un alcoholico? ¿Y Zoro? 

Vamos por partes U_U

Primero, los caps siguientes seran integramente dedicados a Law y lo que pase en templo, por lo menos calculo que dos caps asique sin agovios n_n

Segundo: En cuanto a Kidd...bueno...eso ya lo vereis en su determinado momento, por ahora no puedo decir nada, pero lo superara.

Y Tercero, dejarme ya en paz con lo de LuffyZoro >_< os prometi que saldrian pero hasta que Luffy no pase su prueba (y quedan unos añitos) no va a pasar nada, asique por dios tened paciencia o os juro que me da un soponcio...y nadie quiere que eso pase ¬¬

Bueno, creo que eso es todo U_U' muchas gracias por los increibles reviews wapos, me animais mucho y gracias tambien por leer cosas tan raras n_n

Os quierooo

 


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