Después de ir por sus donas y casi me pidiera la tienda completa, regresamos a casa, pero Luhan estaba algo extraño, estaba bastante callado desde que habíamos subido al carro.
— Luhan, ¿Te sientes bien?
No me contesto, solo siguió caminando con la mirada perdida, mientras subía las escaleras.
— ¿Que tiene?
—No lo sé
— ¿Le hiciste algo?
—Claro que no — suspire y rasque mi nuca— Creí que lo del beso estaba aclarado
— ¿Cual beso? ¡LO BESASTE!
La voz de Baekhyun resonó en toda la sala y me di cuenta que no estaba hablando con mi mente, sonreí y seguí a Luhan hasta mi cuarto seguido muy de cerca de Baek, que me gritaba que quería una explicación de lo que había dicho anteriormente...
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Mire la bolsas de esa tarde estaban acomodadas junto a la cama de Jong In, me preguntaba como había llegado al cuarto.
Sabía que estaba actuando mal, pero no sabía qué hacer, ese sueño que se repetía en mi mente ya no estaba seguro de que lo fuera y eso me espantaba, escuche la puerta abrirse de golpe, un Kai seguido de un Baekhyun algo molesto, tenía que decirlo...
—Kai… ¿Podemos hablar?
—Si, al fin dices algo... ¡Aunch! — Baek le había soltado un zape
— ¿Estás bien Lu? ¿Este degenerado te beso?
—No Baekhyun, de hecho todo lo inicie yo — baje mi cabeza, todo había sido tan rápido que no lo había notado, parte de mi conciencia no era la mía
Kai me miró preocupado y Baek me tomaba de los hombros protectoramente.
—Eso... ya te había dicho
—No es eso, necesito decirte algo, más bien contarte
Nos sentamos en la mini sala, pero me sentía demasiado vulnerable, me negaba a aceptarlo pero tal vez esto cambiaría el rumbo de la relación tan buena que tenía con Jong In. Me senté abrazando mis piernas y suspire más de una vez antes de comenzar. Él tal vez pesaría que estoy loco, hasta yo lo creería, pero era la vida que me había tocado y esperaba que el comprendiera, que lo que yo sentía por él, no era implantado por nadie ni eran los sentimientos de nadie más.
—Yo tuve un sueño, que me es difícil de explicar
—Bueno Lu, todos tenemos sueños
—No es el sueño es sí Kai — me aferre mas a mis piernas —, es que no es un sueño es un recuerdo
—No entiendo que tiene de...
— ¿Hace cuanto murieron tus padres?
— ¿Como lo...?
Me quede callado por un momento, mordí mi labio, era cierto él jamás me había contado sobre eso, todo me llegó a la mente el día que crecí, como estoy. Me quede consolando a Kai y caí en un sueño profundo que no pude detener, recordando mi historia antes de vivir.
—Se tanto de ti, que ni yo me lo creo
—Continua
—Todo esto, es para mí como un recuerdo, trata sobre mí, pero no es mío...
-** Hace cinco años...
Un chico completamente de negro, caminaba sobre las escaleras vacías del Meigetsuin, templo japonés importante de la cultura budista, mejor llamado "El templo de la luna llena" contando con solo 14 años de edad, el chico se enfrentaba a una tragedia familiar, la pérdida de sus padres. Un padre atento y una Madre amorosa a pesar de concentrarse mucho en su trabajo, que como todos unos magnates tenían intereses por otras culturas, su madre en particular, se había enamorado de la cultura japonesa y china; sobre todo de sus mitos de la Luna.
—Supongo que si me dejan, debo aceptarlo...
Sus ojos sin luz se habían perdido en el cementerio de ese templo, donde se habían sepultado los restos de sus padres, tras subir escaleras, cruzar el puente y tras haberte perdido en su jardín, hasta llegar al lago cristalino de detrás de la ventana redonda y enigmática del templo mayor, se dejo caer de rodillas sobre el, reflejando su silueta junto a la de la luna nueva de ese día, juntó a mí, él chico del que me había enamorado por sus profundos sentimientos y sus ojos ausentes pero un con vida...
-** En otro lado en Japón
Una chica de servidumbre, traída desde China, para trabajar de manera abrupta y sin descanso, ganándose el cariño de la casa por su amabilidad y gran inocencia que poseía en su ser. La dueña de la casa no tenía hijos, ni podría tenerlos, por lo que la acogió con todo y lo que llevaba con ella. Con el paso del tiempo lo que ella engendraba en su vientre tenía que nacer, no pudo ser.
Con su hijo en brazos, entro a la pequeña laguna de la gran casa, con llanto en sus ojos y suplicas en sus labios, dejo el pequeño cuerpo a merced del agua, rogando a su dios que pudiera darle una oportunidad de vivir para su bebé, dejando que entrara a la silueta de la luna sobre el agua.
—Te haré una propuesta...
—Lo que sea, por mi hijo… ¡lo que sea! — la mujer gritaba al aire intentando encontrarme
—Le daré vida a tu hijo, pero cuando sea hora deberás dejarle ir
— ¿Cuándo será eso?
—Cuando el destino diga que debe encontrase con esa persona especial
— ¡Lo haré! le dejare ir...
Esa noche, la misma noche, encontré a ese chico, que iría junto a mi enamorado y le haría feliz junto a mí. Aparecí junto al lago, una forma conocida por los humanos, pero ella no se inmuto, ni entro en pánico al verme, un lobo. La divinidad entro al agua junto a mi pata haciéndola relucir, encerrando al pequeño bebé en un círculo de Luz y al rededor de su cuello un aro rojo, haciendo un tono plateado en su cabello y dándole vida.
-** 4 años después
El pequeño niño crecía sano, como debía ser y velaba por él junto a su madre, era uno de los niños más hermosos que había visto, hijo del dios de la luna, digno de serlo, mientras el niño jugaba y sonreía no sabía lo que pasaba en el mundo, un mundo cruel y sin escrúpulos. Las puertas de la casa fueron rotas y con ellas los gritos irrumpieron.
— ¡Todos los niños, tráiganlos a la entrada principal!
— ¡Pero esta casa no es pobre! ¿Quién diablos se ha creído!?
—Madame, usted no tiene hijos, solo quiero ver a los hijos de la servidumbre
Encendida la mujer junto a su pequeño hijo, en esa laguna de nuevo, era momento de dejarle ir, aun era muy pequeño pero yo arreglaría eso. Aparecí frente a la mujer y ella entendió mi señal y por segunda vez; vi la desesperación y la tristeza en sus ojos.
— ¡No! aun es un bebé,¡ no por favor!
—Tenemos un trato — mi voz era áspera, el que un lobo hablara era extraño pero era la única forma de comunicación
— ¡Ellos son malas personas!
—Yo le cuidare, para siempre
Me miro y comenzó a llorar, acaricio el cabello del niño y acomodo un poco su ropa, intento sonreír cuando el pequeño la vio para tranquilizarle. Me esfume.
—Luhan, debes ser fuerte y ser feliz
—¿Mamá?
—No pasa nada
Ese hombre llegó hasta ahí y como era de esperarse, se llevo al pequeño Luhan con él, ella lloraba por su hijo que se e iba y el pequeño no entendía lo que estaba por venir para él.
Encerrado y sin buena comida, en una lugar perdido de el Sur de Corea, no había mas que decir, un lugar horrible, llevaban pequeños y adolecentes, nada mayor a 14 años, jugaban con sus cuerpos y sus vidas. Se creían dioses ante esas pequeñas criaturas sin protección y sin remordimientos. Dentro de exámenes dolorosos y que desafiaban la naturaleza, Luhan, mi protegido paso sus primeros 6 meses ahí.
Cada cierto tiempo esos hombres buscaban especímenes raros para poder unir a sus llamados y amados "PET ", era el momento para poder protegerle y asegurar su supervivencia. Capturaron un lobo blanco y hermoso, que creían que encajaría con cierto pequeño. Un lobo que terrenalmente jamás existiría.
—Hola pequeño ¿estás bien?
—Sí, pero tengo miedo
—Tranquilo, todo estará bien
—Pero, hay muchos que no vuelven
—Eso no pasara contigo, me llamo Chanyeol y ¿tu?
—Luhan
Un momento de silencio, hasta que ese "lobo" llego a ese lugar, la conexión con Luhan fue muy fuerte desde el principio. Se paso cerca de 5 meses con la manera de unir a Luhan con ese especial "Lobo". Dándole a ese niño parte de mi divinidad.
Era hora de llevarle al Harem junto a los chicos que eran un "Éxito Hermoso" dentro de eses experimentos, lo que significaba hora de salir de ese lugar. Al romper los barrotes de esa jaula con fuertes intentos, ya se tenía una ruta de escape y el aroma que tenía que seguir.
—No puedes hacer eso pequeño lobo...
No había tiempo de lidiar con nada, con mis instintos nublados y mi tamaño reducido al doble solo pude empujar al alto chico de cabellos negros, sin mirar que le pasaba solo salí de ahí.
Jamás creí que me costara tanto encontrar a ese muchacho, de tez morena y ojos hermosos, fue todo un mes. Entrando por un bosque enorme que no tenia fin, enredándonos en los arbustos hasta salir de ellos, un aroma conocido y mi conciencia se perdía.
—Solo debes estar con él y todo estará bien, debes recordarme, yo te di la vida, y te la daré junto a él, mi nombre es Tsukuyomi — dije antes quedar dormido en el subconsciente del pequeño Luhan
Me quede callado unos instantes en lo que ellos parecían asimilar lo que había dicho, no me sorprendía, ni lo haría si me corrían o algo así
— ¿Recuerdas quien fue él que alejo de tu madre? — mire a Baek
—Fue Junsu
— ¿Junsu? — mi mirada fue a Kai parecía confundido —Estas diciéndome que... ¿se enamoro de mi un Dios?