Capítulo 8: El destino escrito en piedra
>> Hace demasiado tiempo que no caminaba por las calles de esta ciudad, ya no me había tomado la molestia ni mi tiempo en hacerlo, mucho menos acompañado de alguien; ese alguien era un sujeto pelirrojo de mirada rara, propenso a ser disecado o perdida de alguna parte de su cuerpo, habían pasado una semana desde que me hacía salir con él a todos lados. Al terminar mi trabajo venía a recogerme, caminábamos por las calles mirando a nuestro alrededor, ya le había explicado sobre el juego, no esperaba que me creyera aun así se lo dije.
-Me dejas poco tiempo para jugar –Si, ya no había tomado mi ordenador desde que nos habíamos reencontrado, me estrecho entre sus brazos susurrándome al odio.
-¿Quieres que juguemos en el parque? –
-Eustass… Estamos en público –Lo aleje de mi siguiendo el camino de siempre, sin darle importancia a algunas miradas sobre nosotros.
-Vamos no seas así Law, era una broma - No le hice el menor caso y seguí caminado, a los poco segundos me alcanzó tomándome de los brazos jalándome fuertemente.
-Un helado de vainilla –Pidió, yo lo mire interrogante, solo sonrió y me dio el helado mientras pagaba.
-Tu helado de vainilla – Ladee la cabeza mirando el helado, señale una banca desocupada, nos sentamos allí, por suerte ningún mocoso corrió a ganárnosla.
- … -El silencio era mortal, comí un poco del helado mirando hacia enfrente, esta realidad apesta… Podría estar jugando, estar en ese mundo, tener grandes batallas y claro allí yo era un cirujano.
-Te intento violar con la mirada y ¿tu solo miras al frente?- Eustass me tomo de los brazos tirando el helado en mi playera se acercó a mi besándome, el resto de helado en mi boca se desvaneció, no detuve aquel beso lo prolongue tocando su lengua con la mía, el absorbía mis suspiros inaudibles junto con mi aliento, esto era mejor que un simple helado de vainilla, el beso termino con un par de jadeos de mi parte, sentía que me faltaba oxígeno.
-Ahora tú me debes un helado y una playera limpia –Señale mi ropa llena de helado, el solo sonrió para intentar limpiarla con la pequeña servilleta que le habían dado, me tomo del brazo llevándome a los baños públicos.
-Quítate la playera –Me ordeno, en verdad era un idiota.
-No me ordenes nada Eustass ya… -Me quite la playera y él le paso un poco de agua encima, era pésimo intentando quitarle lo pegajoso, me dio su playera quedándose con su chaqueta.
-Bueno, al menos no me has dejado medio desnudo –Me puse su playera, bueno algo grande pero estaba bien.
-A la próxima te quitare algo más que la playera– Después de aquella tarde en el parque fuimos nuevamente a su casa, el iría a comprar algunas cosas para la cena que se habían acabado, mientras le esperaba decidí tomar mi ordenador que ahora vivía en su casa.
-Bepo –Sonreí al verlo en mi querido barco. – ¿Cuánto tiempo ha pasado? – Bepo me había comentado sobre el tiempo en este mundo y aquel otro.
-lo siento. –Nos acercábamos a Marineford, Bepo comenzó a contarme lo que estaba ocurriendo, algo que se veía venir. <<
>> ¿Cómo había terminado todo de esta manera? Yo estaba seguro que lo lograría junto con el viejo, todo parecía haber mejorado sin embargo lo último que quedo de él eran sus palabras desapareciendo con el viento, un último abrazo, un último toque, un último roce.
Tenía una sonrisa en el rostro, había logrado protegerme a cambio de su propia vida.
¡Ace! ¡Ace!! ¡No te vayas, no me dejes! Lo prometiste… Me lo prometiste.
-¡Ace! ¿Todo eso ha sido un sueño? ¡Hah!! –No paraba de golpear aquellos árboles, no soportaba la idea de lo que realmente había pasado; mis puños sangraban, veía al cielo gritando su nombre, gritando con todas mis fuerzas. Sus palabras resonaban en mi mente “Lo siento Luffy, no has podido salvarme.”
-¡Desaparece desaparece! –Destrozaba aquel lugar, Ace aparecía delante de mí con su vida desvaneciéndose frente a mí una y otra vez.
-¡Realmente deseaba que fuera un sueño… ¿Pero no lo es verdad?! Si fuera un sueño ya habría despertado… No es un sueño… -No quería que me dijera nada, Jinbei solo me veía le decía que no lo dijera una y otra vez hasta que de mi boca salió la pregunta, no aguantaba más…
-¡¡¿Ace está muerto verdad?!! –Mis lágrimas salían de mis ojos, ya no podía dejar de llorar, solo esperaba la respuesta de Jinbei.
-Sí…¡Ha muerto! –Sentía que todo se había ido al fondo del mar, mi llanto no podía detenerlo, recordaba cuando éramos pequeños “¡¿Quién es Ace?!” “Él va a ser tu hermano mayor”… “Venga Ace vamos a ser amigos”… Nos hicimos hermanos junto a Sabo.
Mi vida estaba en lo profundo del mar, agonizando por la pérdida de la persona que yo amaba, deseaba con todas mis fuerzas que esto fuera un sueño solo un sueño… <<
-Me voy un momento y tú ya hasta salvaste a mugiwara-san – Estaba en su barco, ya había curado las heridas de Luffy, había llegado en un buen momento, solo miro al suelo sin responder al pelirrojo.
-¡Ahora esto comienza… Una nueva era como nunca antes fue vista! –Al darse la vuelta pudo verlo de pie frente a él.
-Tu… estas aquí –Lawse acercó a él, Bepo se acercó a ellos para inclinarse hacia su capitán.
-Lo siento, lo deje pasar –
-Está bien es un conocido, Eustass… Sera mejor regresar, la noticia ya ha de saberse allá. –
Pasaron solo un par de días, Luffy iría a visitar a Ace por primera y tal vez ultima vez, cruzaba las calles en soledad, ya pronto llegaría donde él se encontraba, el día estuvo nublado desde el inicio del día; en el cementerio ya había muchas personas debían ser sus conocidos, compañeros de la escuela que hace tiempo no tenían noticia de él. Los allí presentes miraron extrañados al chico, jamás lo habían visto en su vida, dejo un ramo de orquídeas blancas en la lápida.
-Ace… -Derramo unas ultimas lagrimas por él, habían llegado más hombres ellos eran parte de la tripulación de barba blanca junto a Ivankov. Edward Newgate Shirohige yacía enterrado a un lado del joven puño de fuego.
-Ace, siempre serás mi gran hermano, me habías hecho una promesa, que no morirías. –Las lágrimas seguían brotando cayendo al suelo, respiro profundamente –Diste tu vida para salvarme, pasamos muchas cosas juntos… Te he perdido Ace, pero tengo a mis nakamas, aun los tengo. Me hare más fuerte y cuando cumpla mi sueño regresare para contarte lo maravillosa que ha sido mi vida, que no me rendí. Viejo gracias por ayudarme en ese tiempo –Miro la lápida de Shirohige.
-Shirohige Shirohige Shirohige –Gritaron al mismo tiempo la tripulación de barba blanca –Shirohige y Ace, maravilloso padre y un increíble hermano, ¡Jamás serán olvidados gran Shirohige y puño de fuego Ace! –Las palabras de Marco eran pocas pero llenas de verdad, no llovía las lágrimas de los presentes eran demasiadas, Luffy se colocó su sombrero dándose la vuelta. –Te amo… -Fue un susurro, palabras empapadas por sus lágrimas que no paraban de brotar, su corazón estaba sangrando sintiendo el punzante dolor de aquellas saladas lágrimas.
En el epitafio de Barba Blanca se leía:
"Edward Newgate, capitán de los Piratas de Barba Blanca, aquí se encuentra un gran pirata y padre. Liberado del trabajo agotado, quien capitaneó el Moby Dick en la espectacular Era de los Piratas. ”
El epitafio de Ace decía:
“Ace, puede tu valiente alma ser eterna porque siempre estará con nosotros".
To Be Continued…