Capítulo 10: Ruptura
>>Otro aburrido día de escuela, extrañamente en los pocos días que había asistido a la escuela del Ero-cook ya no había visto a esa chica, tal vez escapaba de mí, bueno no debía importarme. Podía ver el cabello de Sanji bancas más adelante. Sí, esto es aburrido, no entiendo porque es obligación venir a este lugar, es una lata.
Había muchas preguntas zumbándome en la mente, ¿Libro del destino? ¿Ya no podre regresar con Luffy y los demás? ¿Por qué era todo complicado?
-Marimo –Sanji se había sentado conmigo, haríamos equipo para un proyecto, lo único bueno era que en nuestro salón no estaba Usopp.
-¿Qué?-
-Marimo amargado –
-¿Quieres pelear? –Lo empuje, me dio una patada la cual detuve con mi brazo, jalándolo hacia a mí, nuestros rostros estaba a escasos centímetros realmente sentía algo por este sujeto, sus ojos brillaban reflejándome, acaricie su dorado cabello.
-Sanji ama a Zoro Sanji ama a Zoro, se besan sus bocas, se pasan el chicle, se tocan sus –Ese sonido desgarrador proveniente de la pizarra les hizo callar, Sanji estaba totalmente rojo eso me evocaba una sonrisa en el rostro, solo actué como si nada, el cocinero sí que se veía apenado por todo aquello.
-Por fin silencio, estamos en clases jóvenes. Roronoa y Kuroashi pueden mostrar su afecto en otro momento –Ante ese cometario estallaron pequeñas risitas contenidas, Sanji solo se apartó de mi yendo rápidamente a sentarse en su lugar.
-Lo siento, no pudimos contenernos –Dije contestándole al profesor, Sanji no se atrevía a voltearme a ver, seguro estaba cabreado conmigo, el timbre sonó, era día de educación física cosas raras. Lo único que se escuchó antes de que todos salieran era:
-Sanji ama a Zoro, se besan, se pasan el chicle, se tocan sus cosas.-
-Sanji ¿Cuándo la boda? No creía que tuvieras esos gustitos – En verdad quería ver su cara, ni siquiera se atrevió a voltearme a ver, salió del salón y yo le seguí puesto que iríamos al mismo lugar, como me gustaba ponerlo así. <<
El maestro de educación física sí que se había animado mucho, los había hecho sudar hasta las uñas, Sanji sí que detestaba estar tan sudoroso, fue a las duchas junto a Zoro, el agua caía por su cuerpo, resbalando por su suave piel, volteo un momento en busca del jabón y a unos pasos estaba Zoro; ese cuerpo que tanto entrenaba para dejarlo en esa forma tan buena según Sanji, no pensó en sus acciones hasta que la voz del peli verde lo saco del trance.
-¿Qué, te gusto? –Se acercó a él, acorralándolo contra la pared. El agua seguía cayendo sobre ambos, la sonrisa de Zoro le hizo querer retroceder en vano.
-¡¿Cómo puedes creer eso? marimo idiota! –El nerviosismo le hizo casi golpearlo con su mano pero esta fue detenida por Zoro; sus latidos eran cada vez más fuertes y continuos que hacían creer al joven rubio que aquel espadachín podía escucharle, escuchar dentro de él.
Las gotas de agua se escuchaban, silencio de agua. Zoro acaricio aquel húmedo cabello, una de sus manos acaricio aquella mejilla que se teñía de un rojo, lo beso. Un beso que siempre había querido tener; mordió aquel labio logrando adentrase en esa cavidad, sus leguas se encontraron peleando deseando tener control de uno sobre otro, sus deseos eran transmitidos en aquel beso, un beso que evocaba un sentimiento único de ambos.
-Ah… -Sanji respiraba rápidamente intentando recuperar el aliento, su mirada evitaba la de Zoro solo escuchaba su corazón latir como loco. Su entrepierna estaba siendo atrapada por la pierna de Zoro, sus cuerpos estaban cercas, un nuevo beso desbordando la pasión y lo que sentían, no estaban conteniéndose. Zoro acariciaba la suave piel de Sanji, quien ahogaba sus suspiros entre besos, su abdomen subía y bajaba a causa de su respiración agitada junto a aquellos espasmos y una extraña sensación deliciosa parecida a un escalofrió.
-Aquí… -Tomo con su mano el miembro del rubio haciéndolo estremecerse. Sanji buscaba con su mano la llave de la regadera, el agua estaba calentándolo en sobre manera, tenía que cerrarla.
-Déjalo así… así es más delicioso – Evito que cerrara la llave, estaba masturbándole, haciéndolo gemir.
>> ¡No podía estar pasándome esto a mí!, un hombre que existía para amar a las mujeres. Ya me había dejado llevar por él, desde el primer beso. La primera vez que lo vi lo supe, lo pensé, nunca debía dejarme llevar por él, si lo hacía no habría marcha atrás… No podía sentir algo por Zoro, el me detestaba, él no era gay, él era un hombre. Ese era el problema era un hombre.
-Zo… Zoro… mhn De… detente –No podía detenerlo, cuando me di cuenta su ser me había arrastrado; sentí un par de dedos en mis nalgas, me acariciaba; caía ante sus carisias, su mirada, sus besos, ante todo su ser. Pude cerrar la llave me viene, me vine sobre mi ensuciando la mano de Zoro, apenas y lo había notado, él estaba duro. Lo hice aun lado con mi pierna tirándolo al suelo. Me fui de allí tomando una toalla y mi ropa, me iría al baño o algún lugar solo y vacío, estaba seguro Rororoa no me encontraría, no con esa pésima orentacion.
Unas lágrimas resbalaron por mi rostro ¿Yo llorando por un hombre? ¿Por Zoro?...
–Eso es lo único que fue, un calentón… Solo quería tener sexo conmigo, no es que me quiera… -Yo estaba seguro que Zoro no me amaba ni sentía absolutamente nada por mí, me dolía mucho pero solo me quería para satisfacer sus deseos sexuales. Dolía mucho, no era la primera vez que sentía aquella mirada, o alguna insinuación que yo fingía pasar por desapercibida. Rápidamente me seque poniéndome mi ropa. ¿Sera que esto también estaba escrito en piedra? Sentía que el destino no me unía a Zoro, si alguna vez llegaba a ver ese libro del destino jamás seria mencionado el marimo, no en mi destino… Si acaso solo sería su compañero sexual… ¡No debía pensar así! Solo, solamente estaba confundido, estaba triste, me sentía utilizado. Pero aun sintiendo un arcoíris multicolores dentro de mí, no dejaría que ese idiota tuviera sexo conmigo, no lo permitiría.
Iría a mi casa, intentaría jugar de nuevo, irme a esa realidad sin importar que el estúpido marimo con patas se quedara aquí. Sí, desde ya algo de tiempo solía pensar que esta realidad era un asco, prefería jugar ese juego el cual era la verdadera realidad.
Con mi portafolio en la mano caminaba rumbo a casa, el día estaba nublado. Aún tenía ganas de llorar pero no lo haría. Mis ojos se cerraron, me cubrí mis oídos fuertemente con mis manos cayendo de rodillas, un estruendoso sonido resonaba por el cielo ¿era un rayo? Sí, un extraño rayo rojizo había caído no muy lejos y su sonido era desgarrador sentía que me cortaba.
Cuando abrí los ojos pude ver un atardecer escarlata, me sentía terriblemente mal, parecía como si todo lo que me había pasado se ciñera sobre mí, sofocándome. Seguí caminando a pasos lentos. Arena que pasaba flotando por las calles secando las plantas y árboles que estaban a su paso, eso me sonaba ridículamente conocido.
-Vaya, Kuroashi-san… -La arena pareció acariciarme la mejilla, ahora entendía y a la vez preguntas abordaron mi mente.
-¿Crocodile? Pero ¿Cómo tu… Suna Suna no Mi? –
-¿Estas sorprendido Kuroashi? Después de la guerra en Marineford creí que nada se pondría interesante, pero ya vez. –El humo del cigarrillo se esparcía, aun no comprendía.
-¿Cómo tienes poderes aquí? Eso no es posible. –
-Si lo es. Esos estúpidos guardianes son un asco, ni siquiera lograron la manera de controlar el balance de realidades, o mejor dicho el equilibrio de ambos planos dimensionales. – Demonios, con esa respuesta tan extraña solo había logrado aún más dudas, pero sentía que no debía preguntar, ya lo descubriría. Me hice a un lado siguiendo mi camino, haciéndole caso omiso a Crocodile.
-No te vayas, no me quedare con las ganas de probarte –
-¿A qué mierda te refieres?-
-Que eres mi rehén Kuroashi –Una risa retorcida me dirigió, comencé a correr, sabía que no podía ganarle, yo no era tan fuerte, necesitaba saber más de lo que pasaba. ¿Acaso no era esta la aburrida realidad donde la fantasía no existe? <<
Sanji corría lo más rápido que lograban sus piernas, no se había fijado a donde le llevaban sus pasos, solo había una cosa en su mente, escapar. Las calles se veían extrañas, un ambiente color arena y café. El sol ya estaba sumiéndose por el horizonte, pronto, más pronto en lo que ese extraño rayo tardo en caer, apareció la noche.
-Sanji –Su brazo fue tomado por alguien llevándolo rumbo a una casa cercana, algo escondida entre otros hogares y tiendas. ¿Pero qué estaba pasando tan repentinamente? El día estaba ofuscando a todos en City Sunny, allí en esa ciudad había comenzado todo.
To Be Continued…