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El vecino de al lado por Korone Lobstar

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Notas del capitulo:

Bueno, aquí dejo el capítulo dos. Es el primer día de Kid como universitario, a ver si aprende rápido. Un besete a quien me lea ;)

Soy consciente de que el primer capítulo y este serán un poco aburridos, porque los estoy haciendo meramente introductorios. A partir del tercero tendremos más cosas interesantes ^^

One piece pertenece a Eiichiro Oda y yo no obtengo ningún tipo de beneficio económico. Asique chhhhsst.

El despertador se puso a pitar como un demente, y de un guantazo le apagó. Al poco Kid levantó la cara para mirar la mesilla. Joder, las 8 y media… ¡Las 8 y media!

De un tirón lanzó las sábanas al suelo y abrió el armario de golpe. Mierda, mierda, mierda. Iba a llegar tarde en su primer día de clase, no podía creérselo. Cogió lo primero que pilló a mano y se puso una camiseta de manga corta negra ajustada. Con los vaqueros bailando al aire, mientras corría por el salón, se metió directo a la cocina y saco del frigorífico una botella de zumo y de un cajón más abajo un par de bollos. Normalmente prefería otras cosas para desayunar, pero el tiempo apremiaba y no estaba para ponerse exquisito.

Con uno de los bollos en la boca, masticando lo más rápido que podía, iba poniéndose los vaqueros a la velocidad del rayo. Engulló lo que quedaba del dulce y de dos tragos se bebió el zumo. De un suspiro, corrió con toda su alma para el baño. Se lavó la cara con agua.

Abrió el pequeño armario que había debajo del lavabo, y sacó su pintalabios y su raya negra.

Miró el reloj que llevaba en la muñeca. Las 9 menos cuarto.

Cagándose en todos sus muertos cogió la mochila que había preparado ayer y salió disparado por la puerta.

Por mera casualidad, cruzó la mirada con unos ojos grises que le miraban desde la puerta a su izquierda.

-¡Buenos días, Kid! – Un Luffy sonriente, al lado de Law, estaba con una mochila a la espalda.

Miró a ambos, primero a uno y luego a otro. No tenía tiempo para estar de cháchara.

-Ahora no es el momento, llego tarde.

Antes de que pudiera salir corriendo escalera abajo para coger la moto, una vocecilla juguetona le hizo parar en seco.

-Buenos días, Eustass-ya. ¿Hoy no te pones las gafas?

Uh, ¿gafas? Kid se tocó la frente, y se dio cuenta de que, en lugar de sus gafas de soldador de siempre, sus mechones pelirrojos caían sobre su frente.

-Me cago en la ostia puta.

Volvió a su piso y abrió cabreado. Salió a los pocos segundos con ellas puestas, y con el casco de la moto. Un poco fastidiado, miraba como Trafalgar le ponía una sonrisa divertida y Luffy le agarraba de la mochila.

-¿Vas a la universidad? ¿A qué hora tienes clase? – el más pequeño preguntó sonriendo.

-A en punto – miró su reloj. Eran las 9 menos diez - ¡Mierda!

Cerrando con llave la puerta de su piso bajó corriendo como un rayo las escaleras, saltándolas incluso de dos en dos. Por el camino iba poniéndose el casco y en un abrir y cerrar de ojos, ya estaba montado en su moto, arrancando todo lo rápido que pudo y se fue como alma lleva el diablo.

Aparcó en el parking principal de la universidad. Quitó las llaves y salió corriendo con un papel que había sacado del bolsillo.

“Edificio 24…no puede estar muy lejos”

Corría por el campus sabiendo que en breve iba a empezar la clase que le tocaba y todavía iba por el edificio 10.

“Joder, joder, joder…”

Justo entonces, escuchó a unos chicos hablando sobre las asignaturas de este año. Casualmente, las mismas que las suyas. Fantástico. Solo tenía que seguirlos e iría directo a las aulas. Fue a sacar el horario de las horas que tenía y de las que tenía libres. Pero cuando dio la vuelta a su mochila vio que se la había dejado abierta. Y que se le había caído el cuaderno donde llevaba los horarios y muchas cosas más. Con un gruñido, los chicos a los que seguía aceleraron el paso asustados.

“Perfecto”

Enfadado, miró la hora. Ya eran en punto, llegaba tarde. Echó la vista atrás por si su cuaderno estaba allí, pero no había ni rastro. Pensó que pudo habérsele caído mientras iba conduciendo. Hay que joderse. Y encima todavía no sabía llegar. Eso le pasaba por gilipollas.

“Pues que lo jodan”

Comenzó a andar tranquilamente por el campus. Pasaba de cabrearse. Ya iba a llegar tarde de todas formas, así que le daba igual unos minutos antes que después. Entre los edificios, vio a alguien que se le hacía familiar de pie frente a una de las puertas de cristal.

Allí, plantado mirándole fijamente, Trafalgar Law sostenía algo entre sus manos. Su cuaderno. Aliviado, corrió hacia él y paró a su lado, recuperando el aliento. El moreno le miraba con una sonrisa torcida. A Kid le repateó el estómago.

-Ese es mi cuaderno – Prácticamente se lo quitó de las manos.

-Lo sé, saliste corriendo con la mochila abierta, Eustass-ya, era de esperar que perdieras algo, ¿No crees?

Con la mirada, Kid miró a ambos lados, esperando que apareciera de un momento a otro un tornado de pelo negro con patas corriendo hacia ellos. Pero eso no llegó a pasar. Law leyó sus pensamientos.

-Luffy acaba de entrar a clase, y tu deberías hacer lo mismo – otra vez esa sonrisa.

Esa puta sonrisa.

-¿Acaso tu no?  - pensé que había dado de lleno en el blanco. Pero cuando oí su respuesta me sentí más molesto aún.

-A diferencia de ti, yo terminé la carrera y estoy trabajando ya – sonrió con cara de autosuficiencia.

-¿Y se puede saber en que trabajas, que estás aquí perdiendo el tiempo? – refunfuñé.

Law se giró y señaló un edificio blanco que asomaba por detrás del resto del campus. Era el hospital central de Sabaody. Así que era eso. Se formó una sonrisa en el rostro de Kid.

-¿Y a que te dedicas, Trafalgar? ¿A cambiar pañales? ¿O eres de los que se pasea con pijama rosa por maternidad?

La reacción de Law no podía esperársela. Más que nada porque no hubo reacción. El moreno estaba ahí plantado sonriendo.

-Soy cirujano. Pero si no te lo crees, luego puedo abrirte en canal a la salida. Yo no tengo problema.

La cara de Kid era un maldito libro abierto. Su molestia se encarnó en rabia, mirándole desafiante a los ojos. Pero Law decidió darle la estocada final, mirando su reloj.

-Son las 9 y cuarto.

-OSTIAS

Olvidó todo lo demás y se metió apresuradamente en su edificio. Law veía como se alejaba a través de la puerta de cristal. Vaya vecino nuevo le había tocado. Malas pulgas tenía, desde luego. Sonriendo, salió del campus para irse a trabajar.

Kid corría como si lo impulsaran con cohetes. Con el cuaderno en la mano miró el aula. Era justo la que estaba al final del pasillo. Y la puerta estaba cerrada. Como plus se oían voces dentro.

Con toda la cautela del mundo, abrió despacio la puerta para no llamar la atención. Pero toda la clase se volteó para ver quién era el que llegaba tarde. Incluido el profesor, que estaba escribiendo cosas en la pizarra.

“Mierda, joder”

-Llega usted tarde.

Maldiciendo por lo bajo, se sentó en una de las mesas de atrás del todo. Aunque se viera menos, no había casi nadie allí, por lo que menos gilipollas que aguantar.

El resto de la mañana se la pasó de clase en clase. Conociendo a los profesores, apuntando ciertas notas en las que se explicaba en qué consistía la asignatura y como se iba a calificar.

“Bueno, al menos no hemos empezado a dar temario”

Una vez fuera, los rayos del sol le deslumbraron la vista. Demasiadas horas con las luces apagadas y el proyector encendido.

Vio que había una gran extensión de césped que lo estaba invitando claramente a tumbarse. Le pareció la mar de agradable y se tumbó bajo la sombra de uno de los pinos.

-OEEEEEEEEEEEE, KIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIID

Alzó la cabeza reconociendo perfectamente esa voz. Luffy, que estaba en la otra punta del campus, le había distinguido a lo lejos, y ahora estaba corriendo hacia él a toda velocidad.

-Eh….EH, ESPERA – Kid se retiró a tiempo de que el moreno se abalanzara sobre él.

-Ahhh….que bien se está aquí…yaawwwnnn~ - bostezó tan tranquilo después de haber caído de boca donde había estado Eustass.

-¿Se puede saber qué quieres? – el pelirrojo buscaba asesinarle con la mirada.

Ojalá las miradas matasen, pensó.

-¡Nada! Solo que te vi el pelo desde lejos y decidí pasar a saludarte, shishishishishi~

Frunció el ceño. No le gustaba que la gente hablara de su pelo. Ni que lo mirase. Ni que lo tocase. Ni nada que tuviera que ver con él. Tenía más recelo por su pelo que por cualquier otra cosa que pudiera tener.

Luffy no pudo evitar sonreír al verle la cara. Abrió su mochila sacando de ella dos grandes bocadillos envueltos en papel albal. Le ofreció uno de ellos.

-Toma, es de lomo, ¿Te gusta el lomo?

Kid desconfiado cogió el bocadillo.

-¿Por qué me lo das?

-No me gusta comer solo. Además, tengo muchos todavía.

Dio la vuelta a su mochila y, además de material escolar, cayeron un montón de bocadillos, que él hubiera contado 7. Arqueó una ceja y miró el que tenía en la mano. En fin, tampoco tenía pensado hacer nada de comer, y ya eran las 3 de la tarde.

Suspirando, le abrió y comió en silencio, y un contento Luffy le imitó. La brisa de lo lindo a la sombra, y el bocadillo estaba realmente bueno.

Todo el estrés de por la mañana, lentamente, se estaba esfumando. Tampoco es que le encantase la idea de comer con alguien como ese pirado, pero debía reconocer que era buen chaval, y le agotaba el simple hecho de mandarle a la mierda sin que éste entendiera.

-¡Por cierto! ¿Has visto a Torao por la mañana?

Kid dejó de comer. ¿Por qué tenía que recordárselo?

Claramente molesto asintió con la cabeza.

-Cuando vi tu cuaderno tirado en el suelo se lo dije y lo cogió. Me dijo que parecía importante, y que iba a venir a traértelo – sonrió de oreja a oreja - ¿Ya te lo ha dado?

¿En serio? ¿Ese capullo? Pues con esa estúpida sonrisa que pedía ser borrada a puñetazos no lo parecía. Su mente estaba jugando a imaginarse esa escena de muchas maneras posibles, pero no había contado con esa opción. No había pensado que Law pudiera ser amable después de lo de esta mañana.

-Sí, me lo ha traído.

-¡Genial! Shishishishishi – el chico se incorporó.

El pelirrojo le observaba mientras este se alejaba a tirar el papel albal a la basura. Luego se acercó de nuevo a él tarareando alguna canción inventada, como la de ayer.

-Bueno, voy a tomarme un café antes de irme al curro… - Se puso de pie.

-¿Curro? ¿Tu trabajas? – La cara de Luffy ardía en asombro.

Kid le contó toda la historia de cómo empezó a trabajar y el por qué mientras caminaban hacia la cafetería. Allí, detrás de la barra, un chico alto y rubio, de cejas onduladas, servía babeando a las chicas bonitas que estaban sentadas.

-¡Sanjiiiiiiiiiiiiiiiiiiii! – El chico corrió hacia él.

Así que se conocen, ¿Eh? Kid se acercó a la barra con más tranquilidad, cogiendo una butaca y sentándose.

-Sanji, este es mi nuevo vecino, estudia aquí.

-Encantado – el chico rubio saludó mientras limpiaba algunos vasos – soy Sanji, el cocinero.

-Eustass Kid - se limitó a decir - ¿Y qué hace el cocinero sirviendo cafés?

-De vez en cuando está bien salir de la cocina a tomar el aire – sonrió.

Justo entonces un par de chicas pasaron a su lado, sentándose no muy lejos de ellos.

-¡NAMI-SWAN, ROBIN-SWAN, HOY ESTAIS REALMENTE ESPLENDIDAS!

Una chica de pelo naranja y otra de pelo negro les sonreía dulcemente.

-Hola Sanji-kun, ¿nos pones dos zumos de naranja? – le guiñó un ojo.

-AHORA MISMO~

Rápidamente se puso a hacerlas lo que habían pedido. “Ya…a tomar el aire mis cojones” Pensó el pelirrojo, mirando constantemente el reloj. Tenía que darle tiempo a irse a la ferretería.

-Cuando puedas ponme un café.

-¡Sanji, zumo! – gritó tarareando el moreno.

-Ya va, ya va, un poco de paciencia – las sirvió a las chicas los zumos - ¿Deseáis alguna cosita más, preciosas?

Kid juraría que sus ojos se habían vuelto corazones, pero pasó del tema. Al poco tenía en la barra el café y el zumo. Se bebió el café en unos sorbos y dejó el dinero encima de la mesa.

-¡Espera! ¡Donde vas!

-A trabajar, que voy justo.

Kid se despidió con la mano y cogió la moto. Cuando llegó aparcó justo en la puerta, donde Killer estaba abriendo la tienda. Menos mal, ya pensaba que no iba a llegar.

-¿Qué tal tu primer día como universitario?

-Largo, muy largo – se limitó a responder.

Justo antes de que les diera tiempo a seguir hablando, un hombre muy alto, con camisa hawaiana y tanga azul se puso a bailar detrás de ellos.

-¡Buenas tardes chicos! ¿Éstais suuuuuuuuuuuuuuuper? – Ambos sonrieron – Ey Kid, mocoso, ¿Qué tal tu primer día?

El jefe de Kid era muy estrafalario. Demasiado para su gusto. Pero con el paso de los años le había cogido mucho cariño. Killer y él eran como sus hermanos pequeños.

-Venga, ¡Manos a la obra enanos! – Franky entró bailoteando espantando a alguna anciana que andaba por la calle.

.     .     .     .     .     .

No habían hecho mal día. Habían entrado bastantes clientes, más de lo normal para ser lunes. Se despidieron todos con todos y Kid se marchó a casa, cansado. Era el primer día, era normal, ¿no?

Después de aparcar subió las escaleras mientras sacaba distraídamente las llaves del bolsillo. Cuando miró hacia delante vio que la puerta de al lado estaba entreabierta. El piso de Luffy y Trafalgar.

Mientras metía la llave en la cerradura, no pudo evitar la tentación de mirar…

-Buenas noches, Eustass-ya, ¿Quieres una foto?

Mierda.

CONTINUARÁ

Notas finales:

¿Reviews? ;)


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