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Twins Game por Hikeri_Hime16

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Notas del capitulo:

Bueno primero que nada agradecerles de todo corazon a ustedes mis hermosos lectores (chicas y chicos) me alegra ver que les gusta *O* este cap esta bastante largo :P y pasará de todo xD y no se preocupen que ya para el proximo será el tan ansiado reecuentro del MINKEY!!! *O* pero eso será hasta el siguiente xDD

Saldran 2 personajes mas, Kwanghee y Heecheol de ZE:A :D no los odien *^*

Tambien como en el anterior durante el capitulo habran links, son detalles... :P

Este cap va dedicado para mis hermosas chingus a quienes amo <3

Minessa Nessa 

Kim Lizzie

Karol Peru

Gaby Dragnnel

Fanny Sakine 

Rebek Campos 

 

y tambien a todas las de MinKey Is Love~ <3 

 

Sin más que decir, los dejo para que lean ^^

Una pequeña niña de cabello ahora castaño se encontraba en uno de los asientos de primera clase del avión observando por la ventana como pasaban las nubes, no era la primera vez que viajaba en avión pero si la primera vez que viajaba en avión a otro país, exactamente al país donde vive su omma, estaba nerviosa y no por el hecho de estar sola en un avión, sino porque tenía miedo que su madre no la quisiera o peor, que se diera cuenta del cambio y que la odie, o no, eso no podía ocurrir se dijo a sí misma mientras suspiraba y miraba hacia la televisión tratando de distraerse pero no podía, volvió de nuevo su vista a la ventana distrayéndose con las nubes esponjosas que le recordaban algodones, helados, cremas de vainilla en fin, mucha comida, lo veía y no puedo evitar sonreír, recordaba como con su padre solía jugar a pensar que forma tenían las nubes, lo extrañaba, pero algo la consolaba y eso era saber que cuando esta mentira explotara y ambas tuvieran que ser cambiadas, sus padres se verían de nuevo y tal vez eso sea el comienzo del fin de su separación y podrían ser… ser la familia que siempre soñó.

-Dear passengers within short time we land at the airport in London, please keep yourselves sitting – habló una vez femenina sacando de sus pensamientos a la pequeña Hanna (Estimados pasajeros dentro de poco tiempo que aterrizamos en el aeropuerto de Londres, por favor manténganse sentados)

-Bueno… ya estoy aquí – dijo jugando con sus dedos y suspirando suavemente – Dios espero que me ame… quiéreme mamá… por favor quiéreme…



Tropezaba con todo ese mar humano tratando de localizar al tío Jong pero nada, corrió y se subió a uno de los asientos para poder verlo desde una mejor altura pues no era la persona más alta del mundo, en eso volvió su vista y vio a un hombre de cabellos castaños y piel morena entrar rápidamente.

-¡¡Lauren!!!– gritó desde lejos al verla

Hanna sonrió–Tío Jonghyun-

El moreno corrió y se paró frente a ella con unas hermosas flores en un ramo que seguro eran para ella, la miró directamente a los ojos luego la abrazó con fuerza, no la veía desde hace tiempo, solo 8 semanas pero para alguien que quiere mucho a otra persona era toda una vida, no pudo evitar derramar algunas lágrimas al sentirla de nuevo cerca de él, cerca a su pequeña sobrina.
-Te eché mucho de menos- dijo tomándola de las manos y dándole las flores.

-También yo– dijo sonriendo nerviosamente

-¿Qué te hiciste?– dijo abriendo sus ojos

-Eh… solo me oscurecí un poco el cabello ¿te agrada?

-Me encanta ¡It’s Cool!– Dijo sonriéndole - ¿es tu nuevo look?

La niña solo asintió
-Y también regresas con aretes– dijo bajándola del asiento -estoy muy feliz de volver a verte mi princesita.
-Yo también tío– dijo sonriente al verlo tan feliz


Se encontraba viendo con los ojos abiertos toda la hermosura de la ciudad, veía sorprendida los grandes edificios, las hermosas plazas, los grandes monumentos, las tiendas, pero lo que más la sorprendió fue ver el Puente de la Torre, el London Eye y el Palacio de Westminster, eran la cosa más grandes y hermosas que jamás hay visto, simplemente era algo majestuoso que le sería imposible describir.
Saludaba a algunas personas a través del cristal de la limosina, los londinenses eran tan amables que aunque no la conocían le devolvían el saludo, ahora comprendía porque Lauren era así, ella fue criada como una princesita por eso su forma de ser y aunque ella también eran totalmente diferentes.

Se sentó tranquila con las manos juntas pensando lo que podría venir ahora, lo que su madre diría, lo que podría ocurrir, todo eso era abrumante pero como se había dicho ya tenían todo listo “ya no había marcha atrás”

Se recostó en el asiento sintiendo como la respiración le faltaba y su corazón comenzaba a latir a mil, y no era para menos, conocería a su madre, a la persona que le dio la vida y aunque nunca estuvo con ella aún así lo amaba y esperaba que él hiciera lo mismo. Se mordió los labios, suspirando e intentando tranquilizarse, como toda un Kim, alta, hermosa, orgullosa y soberbia ¡maldición! Ella no era así.

Sintió como el auto se comenzaba a detener, miraba pensando en cual sería la mansión de la princesita gemela suya y la vio, era la más hermosa y la más grande de todas, suspiró era ahora o nunca, por fin sabría como era su madre y lo vería fijamente y no por una maldita foto vieja y rota.

El chofer le abrió la puerta mientras el moreno se bajaba del asiento del co-piloto.

-Hogar dulce hogar señorita Lauren…
-Gracias– dijo sonriendo suavemente y observando un poco atónita la casa, definitivamente era como un castillo pero más, muchísimo más hermoso.

Suspiró aferrándose con fuerza a la pequeña bolsa que traía en manos – Aquí es… la casa de Lauren – dijo mientras caminaba por el jardín hacia la mansión, a medida que se acercaba su corazón latía más y más, pensaba que se le iba a salir pero no le importó y caminó con paso firme hasta traspasar la entrada y deleitarse con la hermosura del interior.

Esta decorada de una forma muy fina, delicada y hermosa pero aun así se veía acogedor, era muy cálido, algunos adornos de mármol, de cerámica, alfombras finas adornando partes del piso, pareces pintadas de un tono un claro, muebles de madera fina y pues la lista era enorme, eso que solo estaba viendo el recibidor, aun faltaba el resto de la casa.
Suspiró de nuevo al verlo todo, volvió su vista por todos lados intentando buscar a su madre, pero nada, dejó esa cosa en un de los sillones y comenzó a caminar por toda la casa, pasando al comedor, luego a la cocina, a cualquier bendito lado con tal de ver a su mamá, en eso volvió al salón principal y vio algo que no había notado, cerca de la chimenea había un gran letrero con letras moradas que decía: “BIENVENIDA A CASA LAUREN” – sonrió al verlo

Sonrió y pensó que era mejor ver con detenimiento esa casa, tenía cada sorpresa y cada rincón más hermoso que el anterior.

Escuchó salir un tosido de una habitación cercana al salón principal, caminó hasta pasar las escaleras y entró a una gran biblioteca llena de libros grandes y de diferentes colores, todos puestos en orden alfabético sobre los estantes y en el centro un escritorio donde alguien leía periódico tapándose toda la cara. Sonrió sabiendo quién era, sabía perfectamente gracias a lo que Lauren le había dicho.

-¿Abue Hee? – dijo tímidamente pero con una gran sonrisa

La persona dejó el periódico y abrió sus ojos al verla, era un pelinegro maduro pero muy bien conservado, realmente nadie pensaría que era su abuelo


-¿Esa es mi pequeña Laurenie?– dijo tirando el periódico -¿esa niña tan alta y tan linda?

-Si… he vuelto– dijo acercándose un poco más
-Bienvenida a casa hermosa– dijo parándose y corriendo a abrazarla con todas sus fuerzas, la había extrañado y ahora verla tan linda era… era como volver a vivir.

La pequeña cerró los ojos y se dejó abrazar pensando en cómo se sentirían los abrazos de su madre, era su abuelo, su familia, familia que no había podido conocer.

-¿Te divertiste bomboncito?– dijo sin soltarla
-Mucho– dijo y al sentir que este la soltaba comenzó a olfatearlo como solía hacer con quienes recién conocía.
-¿Qué haces?– dijo extrañado

-Solo olfateo-
-¿Olfateas?-
-Te gravo en mi memoria…-
-Ah– dijo enarcando una ceja
-Para que dentro de muchos años cuando sea mayor siempre recordaré a mi abue y su olor tan peculiar… hueles a hierba buena y… tabaco fino– dijo riendo dulcemente junto a un aturdido pelinegro que no recordaba que su nieta fuera tan graciosa y cariñosa para después volver a abrazarla

-Me alegra que hayas vuelto mi amor…-

-¿Lauren?– se escuchó una voz más suave que venía del salón principal, la pequeña se soltó del agarre y comenzó a temblar levemente, había llegado el momento de conocer a la persona de la foto.

-Anda ve… se moría de ganas porque llegara hoy– dijo dándole un suave palmadita en la espalda.

Hanna lo miró y sonrió para luego salir despacio de la biblioteca, caminaba, pero después no pudo más y comenzó a correr hasta llegar al salón y comenzar buscarlo con la mirada, quería verlo, necesitaba verlo pero ¿Dónde? Sentía como su corazón latía más rápido y los ojos se le comenzaban a llenar de lágrimas.

-¿Lauren?-

Volvió a escuchar la voz, volteó su rostro y vio a un joven parado en las escaleras que la veía fijamente, estaba igual que en la foto, el mismo color de piel, los mismos hermosos ojos y facciones que había heredado ella, el cabello rubio como solía usarlo ella y la misma dulce sonrisa que ahora mostraba.

-¿Om…omma?– dijo sintiendo que la voz se quebraba
-Has vuelto– dijo suavemente 

Hanna no pudo más y antes de que él reaccionara ella ya había subido los últimos dos escalones y se había lanzado a sus brazos, sonrió y correspondió el abrazo sintiendo algo extraño, una sensación diferente al abrazarla, era parecido y a la vez diferente a lo que sentía antes al abrazarla, no supo por qué pero sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas y a aferrarla más a su cuerpo, su corazón latía más fuerte y algo en su interior le decía “es tu hija”

Hanna comenzó a llorar al sentirse en los brazos de su madre, había anhelado tanto ese momento desde que tenía memoria, años llorando al ver a todos los niños con sus madres mientras ella no tenía, lo abrazó más fuerte sintiéndose feliz como nunca lo había sentido, su corazón latía con fuerza y sus ojos no dejaban de derramar lágrimas mientras un calor de muy adentro la comenzaba a embargar, sentía que en ese momento todo había valido la pena y que aunque él pensara que abrazaba a Lauren y no a ella misma no importaba, lo que le importaba era que estaba a su lado y ahora ya no se separaría de su lado porque no lo permitiría, no, nunca más.

Sintió como el rubio la besó en los cabellos mientras acariciaba su espalda, era dulce, eran las dulces caricias que nunca había tenido y que ahora le eran dadas y que aunque fuera tarde le parecían las más dulces y tiernas caricias jamás recibidas, ni por su padre que aunque siempre le había demostrado su amor no era igual, no lo era y nunca lo sería.
Se separaron sin saber por qué se habían abrazado de esa forma, por lo menos el rubio no comprendía por que su cuerpo había reaccionado así – “solo fueron ocho semanas y es como si nunca la hubiera visto” – se dijo mientras veía y sentía el rostro lloroso de su hija y el suyo también lleno de lágrimas.

-No puedo creer que eres tú– dijo lloriqueando mientras no lo soltaba de las manos

-Y yo no puedo creer que seas tú– dijo soltándose y acariciándole los cabellos –tú cabello… te lo cortaste – dijo un poco sorprendido, sabía que para su hija su cabello era sagrado, jamás dejó que se lo cortaran- ¿quién te lo dejó así?

-Una niña del campamento…- dijo aún llorando -¿no te gusta?-

-Te ves maravillosa– dijo sonriéndole con dulzura -¿también te perforaste las orejas?- dijo sorprendido
-Ajá…-
-¿No te habrás infectado? – dijo mirando sus orejas pero luego al ver el rostro triste de la niña sonrió de nuevo –te ves hermosa… pero ¿no me escondes más sorpresas? ¿te perforaste el ombligo? ¿te pusiste un piercing en la lengua? ¿te tatuaste?-

La niña sonrió mientras escuchaba eso pero igual no podía contener sus lágrimas

-Oh cielo ¿qué sucede? No estoy molesto…- dijo acariciando su rostro.

-Lo lamento es solo que… te eché mucho de menos– dijo un poco más tranquila mirando directamente a los ojos de esa persona idéntica a ella o más bien ella idéntica a él.

-Lo sé… a mi también me pareció una eternidad– dijo abrazándola de nuevo mientras acariciaba sus cabellos para tranquilizarla
-No tienes idea– dijo aferrándose más a su madre sin dejar de llorar y sentir la calidez de ese cuerpo que le dio la vida –mamá… mamá– dijo mientras cerraba los ojos y sonreía entre sus lágrimas.



-Bien cuéntame todo… ¿hiciste nuevas amigas? ¿te divertiste?– preguntó Kibum

-Pues…- decía sonriente mientras veía como su madre tomaba un poco de café americano, estaban en la habitación de este tomando algo cálido mientras hablaban un poco, la habitación del rubio era igual de hermosa que toda la casa, pintada de blanco, piso de madera, una cama grande y con un baño grande y lujoso incluido.

TOC TOC TOC

 

-Tío– dijo alzando su rostro

-Disculpa pero una de las empleadas encontró un polizón en tu equipaje Lauren– dijo mostrando un animalito de felpa con forma de rana.

-Ay no Keroro– susurró para sí misma pero el rubio escuchó
-¿Keroro?– dónde había escuchado antes ese nombre

-Ah… sí… le pertenece a mi amiga de la que te estaba contando precisamente… no me imagino como pudo llegar hasta mis cosas…- dijo con ese típico acento de niña educada que tenía la verdadera Lauren mientras sonreía a ambos.

-Ya que no es nuestro “Keroro” ¿podíamos disponer de la pequeña criatura? – dijo tocando el peluche con un poco de ¿asco?

-NO – gritó al instante Hanna parándose para tomar el animalito –quiero decir no… debo enviárselo a mi amiga… a ella le encanta esta cosa– dijo tomándola entre sus brazos y aplastándola contra su pecho –realmente le encanta… creo que ha dormido con él toda su vida y que lo hizo su abuela para su nieto pero este se lo dio a ella porque él ya era muy grande para dormir con algo así… y digamos que ella no podría estar en un país lejano donde no entiende la lengua y no tiene la menor idea de lo que dicen sin su muñeco o no, no no… claro que no… yo cuidaré de él… eso es todo… gracias tío Jonghyun– nerviosa
El azabache iba a decir algo pero en su celular comenzó a sonar y contestó ignorando lo último dicho por su hija.

-¿Hola? – dijo mirando extrañado a su hija que abrazaba ese peluche “pero si no le gustaban los peluches”

-¿Cómo va esa tonta sesión de fotos?– dijo sonriendo de medio lado
- ¿Me necesitas pero justo ahora?– dijo enarcando una ceja
-Pero Lauren acaba de llegar del campamento y…-

La niña se acercaba a su madre lentamente mientras escuchaba lo que decía

_ Comprendo pero…

Mientras el rubio seguía hablando la pequeña se había acercado a la mesita de noche de su madre y miraba todo lo que tenía allí, desde una pequeña lámpara, hasta un espejo, algunas joyas y en un pequeño cuadro un dibujo de una niña de quizá tres años que sonreía, no tuvo que pensar mucho para saber que ese perfecto dibujo en blanco y negro era Lauren, definitivamente su madre era un genio. Comenzó a rozar el cuadro con sus dedos pero lo dejó para comenzar a revisar y olfatear algunos de los perfumes, cuando estaba por abrir uno…

-¿Lauren?-

Volvió su rostro asustada pensando que la reprendería pero vio como el rubio con una pequeña mueca de molestia dijo

-¿Te molestaría ir al estudio conmigo?-
-NO… sería ESTUPENDO– dijo sonriendo suavemente.


Caminaron por las calles,  la pequeña dio su mano antes de cruzar la calle, caminaron por hermosos lugares y hermosas tiendas hasta que la pequeña castaña  se detuvo frente a una tienda muy fina viendo un hermoso traje blanco de novio, que a un lado de su precio decía el nombre de su madre.

-Wau… es increíble ¿tú lo diseñaste?-
-Tenía que hacer algo mientras tú estabas de campamento… no es mi mejor trabajo pero sí el mejor traje que he hecho… ¿no te parece demasiado…?– dijo moviendo su rostro al ver bien su propia creación.

-No… es muy hermoso me encanta…- dijo abrazándose a su madre, lo miró y no pudo evitar reír suavemente para luego morderse levemente el labio -¿sabes quien se vería realmente bien en ese traje pero de verdad que muy espectacular?– dijo sonriendo inocentemente

-¿Quién?– dijo siguiendo el juego

-TU-
-¿¿¿YO???– dijo alzando una ceja y con expresión en blanco –creo que el café se te subió a la cabeza-

-En serio-
-Dejemos de distraernos– dijo empujándola para que dejara de ver ese traje



-Ya llegué ¿qué pasa aquí?– dijo el rubio entrando y mirando a todas las y los modelos vestidos pero a ninguno maquillado ni nada, estaban los reflectores, las cámaras pero faltaba el fotógrafo

-Vera no sabemos que hacer con el velo – dijo dándole el velo de novia 
-Si lo usa según Caroline tapará el vestido y tiene razón – dijo una de las encargadas
-Pero si no lo usa el vestido estará incompleto…-

-Verdad… da tu perfil a la cámara– le dijo a la modelo quién lo hizo mientras Kibum miraba su silueta para encontrar una solución – allá está el problema… Lauren

-¿Si mami?– dijo la castaña mirando a su madre
-Tráeme uno de esos sombreros que están en la vitrina-
- ¿Yo?-
-Si-

La pequeña corrió y tomó uno dos sombreros uno negro y una blanco pues su omma no había dicho color.

El rubio miró ambos sombreros, alzó su vista y vio a su hija y no pudo evitar preguntarle

 

-¿cuál usarías tú?-
-mmm…El blanco mami… es más bonito-
-Perfecto– dijo mirándola para luego ver a la modelo –bien ponte esto y encima el velo… a ver como queda

La modelo hizo eso y el rubio no pudo estar más complacido por eso, se veía realmente bien, por favor él era un genio de eso no había duda.

-Posa para la cámara que quiero ver como salen las fotos– dijo mirándola fijamente mientras la chica hacía lo que él decía.

-Bien… no te preocupes por el ramo… recuerda que estas casándote ¿comprendes? En esos momentos lo que menos importa es el ramo lo que importa es verte feliz… juega con la idea ¿si?– dijo sonriendo al ver como la chica se veía natural y hermosa a la vez

Flash tras flash mirada de aprobación o reprobación por parte del rubio y uno que otro concejo era captado no solo por la cámara sino por la niña que mientras veía más a su madre más se daba cuenta de algo.

-Mi mamá es genial– dijo sonriente al verlo tan feliz y tan seguro de lo que decía y hacía



-Omma y ¿haber creado toda un línea de vestidos de novia y novio no te hacen pensar en volver a casarte? O ¿en la letra P?– decía la niña tomada de la mano de su madre mientras caminaban por las calles de Londres
-¿Letra P?
-En mi padre…- dijo mirándolo fijamente 
-Ah… te refieres a eso– dijo jalándola para seguir caminando -en realidad no porque no estaba usando un traje de novio cuando me casé con tu padre

-¿En serio?– dijo abriendo los ojos

El rubio solo asintió

-¿Por qué no?-
-¿Por qué de repente tienes tanto interés en tu padre?– dijo un poco alterado, odiaba hablar de él.

-Siento curiosidad-
-¿Curiosidad y por que?-
-Tal vez porque nunca lo mencionas y no puedes culpar a una niña por preguntarlo y no puedes evadir el tema para siempre… por lo menos dime como era– dijo jalándole de la mano, ya sabía como era pero quería escucharlo de sus propio labios la descripción de su progenitor.

-Bueno– dijo sintiéndose entre la espada y la pared –para ser sinceros él era adorable– dijo un poco ruborizado –cuando nos conocimos era una persona realmente adorable… ¿contenta?

-Contenta ¿y lo conociste aquí en Londres?
-No – dijo tomando un periódico –en Corea del Sur… cuando éramos adolescentes ambos habíamos ido a estudiar a Seul, cursamos todos los años de secundaria y preparatoria juntos, siempre fuimos los mejores amigos, pero éramos muy jóvenes y al final no resultó.

-¿EN SERIO? ¿y qué más?
-Nos casamos en un crucero, por eso no usamos trajes de novios… ¿feliz?

-Mucho entonces cuando se vieron ¿fue amor a primera vista? – dijo con los ojos hechos estrellitas

El rubio se ruborizó, pero jamás lo admitiría y menos frente a su hija.
-Sabía que dirías eso…- dijo antes de sacar un paraguas ara cubrirse de la lluvia que comenzaba a mojar todo Londres y a oscurecer la ciudad –tarde o temprano me preguntarías todo esto ¿verdad?-

-Si– dijo subiendo al taxi que su omma acababa de parar, sin dejar de sonreír al pensar que lo que había entre sus padres era amor a primera vista y que tal vez aún no había muerto.


“Querido papi me pregunto ¿qué estarás haciendo ahora en este preciso momento?”

 

 

 

Aún era temprano, los rayos solares acariciaban con suavidad la ciudad de New York, especialmente su aeropuerto que estaba siendo iluminado de una forma ensoñadora, aquí, en ese lugar habían muchas personas esperando a sus seres queridos, entre toda esa multitud había cierto joven alto de cabellos castaños, bronceada piel y cuerpo de infarto que caminaba impaciente por todo el lugar intentando encontrar a su princesita.

En eso una hermosa sonrisa cruzó su rostro al ver como una niña de cabellos castaños, piel pálida y hermosas facciones bajaba de uno de los aviones, se veía igual y a la vez muy diferente a la pequeña que había visto hace unas 8 semanas atrás.

-Gracias – dijo Lauren tomando su maleta de las manos del hombre que se la daba, bajó los escalones de ese aeropuerto.

 

Volvió su rostro y comenzó a ver a todas las personas que esperaban a sus familiares, suspiró mientras ponía una mano en su pecho

-Por Dios… es papá– dijo mientras sus ojos comenzaban a brillar y retenía los deseos de llorar.

-HOLA HANNIE- escuchó como la llamaba, ella simplemente sonrió suavemente mientras no dejaba de verlo de arriba a bajo, era muy guapo, ya entendía a la perfección porque Hanna lo celaba de las mujerzuelas y resbalosos –BIENVENIDA A CASA-

Lauren sonrió de nuevo y tomando sus cosas corrió hasta donde estaba su padre, este al verla tan cerca se arrodilló para quedar a su altura y verla de frente.

-¿Qué te pasa Hannie? Ven acércate y abrázame princesita- 

-Eres tú– dijo simplemente Lauren antes de lanzarse a los brazos de su padre –AL FIN– gritó como nunca lo había hecho mientras sentía como su padre la cargaba y le daba un suave beso en la mejilla sin dejar de abrazarla a su cuerpo.

Definitivamente esa sensación era diferente a ser abrazada por su madre, al sentirse entre los brazos de su padre sintió su calidez y ese sentimiento de estar protegida entre esos brazos, lo quería, lo amaba, y aunque ese fuera un momento emotivo ella no lloraría, aunque las lágrimas amenazaban con ganarle, pudo controlarse y antes de darse cuenta estaba riendo mientras sentía como su appa acariciaba sus cabellos, era un abrazo cálido, era algo indescriptible y recién en esos momentos comprendió porque toda su vida había sentido un vacío en su interior, lo había necesitado, había necesitado a su padre como nunca lo creyó.

El moreno seguía abrazándola, pero notó también algo extraño al abrazarla, era extraño pero podía haber jurado que sintió el aroma de su Bummie en esa pequeña que era su hija, la abrazó más fuerte sin poder evitar besarla de nuevo, era cálida, conocida y a la vez nueva la sensación, suspiró pensando que estaba sobreactuando mientras bajaba a su princesita.

-Hanna espero que hayas descansado mucho en el campamento porque no vas a regresar– dijo acariciando su rostro mientras esta sonreía –te extrañé demasiado mi amor– dijo besándola en la frente -¿qué te pasó Hannie? Te notó distinta…- 

-nada solo es el cansancio, estoy tan feliz de verte-


Lauren solo sonrió aferrándose a su padre en un abrazo, la besó de nuevo y caminó de su mano con la maleta hasta su auto, ella simplemente suspiró sin dejar de sonreír y mirar a su atractivo padre -“¿Cómo mamá pudo dejarlo si es tan guapo?”– pensaba mirando a su papá.

-Y… ¿cómo estás papá?.... ¿cómo están…?– dijo pensando –el tío Onew y Comme des-
-Bien… todos están muy bien y se mueren por verte… 8 semanas es casi un siglo… me han pasado muchas cosas– dijo un poco más serio
-A mi también me pasaron cosas… me siento como si fuera una… una mujer nueva– dijo sin dejar de mirarlo

-¿Qué pasa? ¿Me manché con algo?– dijo deteniéndose al ver como la niña seguía sin despegarle los ojos de encima.

-No… es solo que bueno… al verte por primera vez… bu-bueno papá tu sabes… sabes después de tanto tiempo– dijo riendo –asta yo siento que estas más alto-

El castaño rió con ella –andando hija… la casa nos espera– dijo mientras la rodeaba con sus brazos y caminaban juntos a la salida.




El alto iba manejando una camioneta lujosa, manejaba lentamente mientras Lauren miraba todo el paisaje, nunca había ido a New York y bueno su padre y hermana no vivían exactamente en la cuidad sino un poco mas alejados, un pueblo cercano pero muy hermoso.
-A propósito gracias por las cartas que NO recibí- dijo riendo mientras volteaba y la miraba –que bueno que te compre ese estuche para que escribieras a gusto… aunque me olvide que odias esas cosas…-

-Quise escribirte papá pero estuvimos tan ocupadas…-
-¿Quiénes?-
- Ah… mi amiga y yo…- dijo riendo –conocí a una niña en el campamento y nos hicimos tan cercanas…-

-¿En serio?-
-Si… era como si fuéramos tus hijas– dijo con una mirada malévola –ajaja es una adorable chica…-
-¿Adorable?– dijo mirándola extrañado -¿desde cuando eres tan propia?-

-Jejeje-

El castaño miró a sus manos y tomó una de ellas mientras la besaba –veo que sigues comiéndote las uñas…-

-¿Cómo lo notaste?– dijo quitando su mano
-¿Cómo lo note? Hanna te las comes hace 11 años– dijo con un tono de burla

-PERO ya no lo haré papá– dijo con un tono desafiante que no pudo disimular –es un hábito horrible-

-Niña adorable… hábito horrible ¿fuiste a un campamento o a una escuela de modales?-

-Eh… jejeje– rió nerviosa mirando como su padre reía.

-Y ¿por qué me llamas “papá” cada vez que dices algo?-
-Papá no lo había notado… no me había dado cuenta de que te decía eso…-

Ambos rieron mientras se miraban

-Papá lo siento…- dijo conteniendo la risa

El alto la miró extrañado

-¿Quieres saber por qué no dejo de decirte así?– dijo mirándolo fijamente –¿la verdad?-

-Porque no habías visto a tu viejo ¿verdad Hanna?– dijo sonriéndole mientras seguía conduciendo

-Exacto– dijo sonriendo nerviosamente –es porque durante toda mi vida…- dijo con un tono nostálgico 
-¿Eh?– dijo extrañado

-Me refiero a las últimas ocho semanas JAMAS tuve la oportunidad de decirte así… papá... ni una sola… y si lo preguntas el papá es una persona irremplazable en la vida de una linda, hermosa, inteligente y adorable niña… es la verdad… además hasta hay un día entero dedicado a los padres… solo imagina la vida si no tuvieras padre…- dijo mirándolo a los ojos, estaba abriendo su corazón y su padre la veía con gracia –sin poder darle regalos, sin poder sentarse en sus piernas… sin poder abrazarlo… sin poder tener cof cof hermanitos cof cof… sin poder decirle “hola papá” o “que hay de nuevo papá” o “luego te alcanzo papá”… papá es una de las primera palabras que aprendemos los niños y claro que siempre estará una con su mamá pero es diferente… y…

-A ver si te entendí– dijo cortándola ¡Dios! Sabía que su princesita hablaba tanto como él pero lo que no sabía era que conociera tantas palabras y que podía decir ese tipo de discursos - ¿extrañaste decirme papá, Hannie?

-Si… eso es lo que sucede padre– dijo con una media sonrisa –de verdad que te extrañé…-

El  la miró y no supo porque pero era como si nunca la hubiera visto, esa mirada llena de seguridad y esa expresión le eran tan extraños, nunca la había visto así, tan madura, tan segura, fuerte, tan calculadora, no era mala solo era diferente a la pequeña e inocente Hanna que había enviado al campamento, había crecido y madurado, tal vez su amigo tenía razón… ella estaba creciendo muy rápido y tal vez pronto lo dejaría

Le volvió a sonreír- “se le parece tanto ahora… es como si fuera él” – pensaba mientras la miraba con amor, la niña solo suspiró mientras miraba por la ventana el paisaje.

-Ay por Dios… ¡Oh por Dios!– gritó al comenzar a ver la hacienda de su padre

-Ya comienzas a parecerte a la de antes– dijo sonriente

El auto entró a la hacienda que era mucho más grande de lo que había visto en la foto, era enorme y se veía tan tranquila y apacible que no comprendía como un lugar tan hermoso pudo formar a una niña tan habladora con la verdadera Hanna, bueno aunque según le contó su hermana apenas llevaban 2 años viviendo ahí.

El auto se detuvo y al instante ella bajó y comenzó a mirar todo, nunca había estado tan cerca de un lugar campestre, la verdad era que lo más cerca a la tierra era el jardín de su casa, definitivamente esa sería su primera vez en un lugar campirano.

Alzó su vista y vio a un perrito sacando su cabeza por la ventana y que la veía- ese debía ser el famoso Comme des del que le hablo su hermana

-AHHH HOLA PRECIOSIDAD– gritó un pelirrojo (Onew) saliendo de la casa al mirarla, era relativamente alto, claro no tanto como su padre, tal vez de una estatura similar a su omma, con una sonrisa enorme y hermosa marcada en su rostro, se veía tan abrazable que le tentaron las ganas de salir corriendo y abrazarlo.


El pelirrojo saltó y la abrazó hasta alzarla mientras no dejaba de darle besos, la había extrañado tanto.

-YA LLEGASTE… Y CRECISTE MUCHO MI SOBRINITA CONSENTIDA– dijo mientras la bajaba –TE ECHE MUCHO DE MENOS…-

-Yo también– dijo suavemente

-Oye… no dejes que tu padre te vuelva a llevar a un campamento infantil…- dijo sonriente


-¿Tienes hambre?-
-Supongo– dijo encogiéndose de hombros
-Hice Kimchi y carne especialmente para ti… pero ¿por qué estas tan callada?-

-Nada… nada solo que me siento muy feliz por estar en casa…-

-te comprendo-

-Oigan… ¿estaban hablando de kimchi y carne?– dijo el alto con la maleta azul en sus manos y ojos brillosos
-Si… esta en el horno pero no te vallas a volver a quemar – dijo mientras no dejaba de mirar a la princesita, estaba un poco distinta, su actitud no era la habitual.
-¡SI KIMCHI Y CARNE!– gritó antes de irse corriendo dejando la maleta

-Hanna te noto un poco cambiada– dijo abrazándola mientras caminaban
-Soy la misma tío Onew-
-humm no pondría mis manos al fuego pero definitivamente has cambiado-

-¿Tú crees?– dijo sonriendo –pues soy la misma de siempre– dijo soltándose mientras caminaba por la casa –en serio-


En eso entró el Comme des a la habitación y comenzó a ladrar al ver a Lauren, mostraba sus dientes mientras parecía estar a punto de atacarla

-Hola Comme des– dijo tratando de calmarlo pero el animalito seguía gruñendo
-¿Y a ti que te pasa perro tonto? ¿no ves que es Hannie? – dijo mientras lo cargaba y comenzaba a acariciarlo

-Tal vez traigo el olor del campamento– dijo alejándose mientras entraba al salón principal.

-¿Qué pasa contigo? Es como si… como si no la reconocieras-

Lauren entró lentamente al salón principal, era grande y estaba decorado de una forma muy acogedora, tenía el piso de madera, las paredes pintadas de crema, varios muebles con objetos que parecían adornos, una chimenea muy hermosa y en fin, era complicado describirlo.

-Vaya es más hermoso que en las fotografías-
-Hanna- Onew miró a la pequeña -¿qué quieres hacer primero? ¿Quieres comer y luego desempacar? O ¿desempacar y luego comer? O ¿desempacamos comiendo?

-Entonces ¿puedo comer en mi habitación? – dijo abriendo los ojos, su madre jamás le había permitido eso, decía que era un mal hábito
-Pues yo diría que es una gran posibilidad – dijo sonriente
-Bueno yo-


-Hannie princesa– dijo Minho entrando a la habitación con un plato de kimchi en las manos -cuando termines quiero presentarte a alguien ¿si?-

-lo que tú digas papá– dijo Lauren sonriente al verlo, enserio que ya sabia porque su hermana siempre pensaba con el estómago, su appa era igual aunque era admirable que a pesar de andar comiendo todo el tiempo tuviera un cuerpo tan marcado, definitivamente se cuidaba mucho.

-Adios– dijo con la mano para luego irse
-A veces me pregunto como nos hicimos amigos- dijo con una gota resbalándole por la sien

Lauren sonrió mientras miraba por la ventana a donde su padre se había ido y lo vio sentarse en la mesa mientras otra persona estaba sentaba en una silla al lado de la mesa, parecía ser un chico, tenía un pantalón blanco entubado con una camiseta con corte V de color azul y un sombrero que cubría su rostro y no le permitía verlo bien

-Tu siempre comiendo Minho- dijo con voz sensual mientras el moreno sonreía sin dejar de comer

-¿Ya le dijiste?-
-Ehh… no-
-Minho~– dijo dándole un suave golpe en la rodilla al alto

Lauren se comenzó acercar a la ventana con una mirada un poco perturbada, estaba molesta por la familiaridad con la que ESE le hablaba a su padre.
-Decirme ¿qué?– dijo cruzando los brazos mientras una mirada de odio estaba en sus finos ojos

-AISHH… como me molesta su voz– dijo el pelirrojo cerrando las cortinas –vamos Hanna tengo mucho que contarte-



-Hannie no es de mi incumbencia que tu padre se esté engañando a sí mismo, yo soy su amigo pero él ya no es un niño… es un adulto y puede tomar sus propias decisiones – dijo sacando las cosas de la maleta, estaban en la habitación de Hanna.

Era grande, adornos de niña, pintado de rosa, una enorme cama y una ventana de la que se podía ver todo el paisaje.

-Comprendo pero ¿quién es él?– dijo algo seria

-Ah… se llama Hwang Kwanghee- dijo suspirando –es un publicista de L.A que tu padre conoció en una de sus fiestas y ahora él le quiere hacer publicidad al viñedo- dijo imitando el tono de voz de la rubia –pero desde que conoció a tu padre creo que está haciendo un mejor trabajo vendiéndose a sí mismo– dijo algo enfadado 

-¿Qué?-

(risas)

Lauren se acercó lentamente a la ventana al escuchar esas risas mientras escuchaba como el pelirrojo bufaba molesto

-Mira Hanna… ambos sabemos que tu padre puede ser muy amable y sociable y no negamos que es guapo, atractivo, un caballero…– dijo sin dejar de mirar por la ventana
-además de actor, modelo, etc-
-Exacto…-

Lauren miraba como su appa salía tomado de la mano del pelinegro a caminar por el pasto, ambos reían parecía como si fueran más que amigos.

Lauren agarró una cámara y comenzó a acercarla a la dulce escena que tenían ambos, el moreno había rodeado con sus brazos al pelinegro mientras esta ponía una de las manos del alto en cierta parte de su cuerpo donde la espalda perdía su nombre.

-Entonces supe que podía haber millones de razones para que ese quiera estar con tu padre además de las que dijimos y por supuesto que está relacionado con los millones que tiene tu padre en el banco-

-¿Te refieres a que él no anda con papá por ser atractivo?- dijo seriamente y sin poder evitar enfadarse 

-Ah yo que sé… aunque te diré algo… ese tiene a tu padre comiendo en la palma de su mano… no comprendo hacen todo juntos, cabalgan juntos, es más cabalga tu caballo, ese que a ti no te gusta que toquen porque es tuyo.



-Cielo bajaste– dijo Minho al ver a su hija acercándose a la piscina donde ellos estaban, tenía encima una camiseta grande pues debajo estaba la ropa de baño.

A un lado, recostado en una silla tomando el sol estaba el pelinegro, su rostro no se podía ver por el sombrero pero aunque no lo viera ya lo odiaba por estarle robando el amor de su padre que era propiedad suya y de su madre y claro esta el de su hermana.

-Voy a presentarte a un amigo mío– dijo tomándola de la mano y acercándola –Hannie princesa él es Hwang Kwanghee
El despampanante joven se sacó el sombrero dejando ver su rostro, era un chico de cabello corto y negro, piel bronceada y ojos oscuros que miraban sensualmente a cualquier persona.

-Hola– dijo sonriente mostrándole sus blancos dientes

-Hola– respondió Lauren seria – Hwang Kwanghee





“No pienso permitir que te quedes con mi papá… Hwang Kwanghee vas a saber quién es Kim Lauren”

 

Ambas miradas se cruzaron como si fueran enemigos mortales, la mirada oscura mostraba mucha sensualidad y a la vez un cierto tono burlón y de curiosidad mientras que la mirada cafe solo expresaba frialdad, Lauren sonrió de medio lado mientras la miraba de arriba abajo, era “sexy” como lo había dicho su tío pero algo le decía que estaba podrido por dentro, además su madre era mucho más deseable y sensual que ese chico, claro que si se lo proponía porque algo le decía que él jamás se rebajaría al nivel de ese chico facil.

-Es increíble que por fin conozca en persona a la famosa Choi Hanna- dijo sonriente mientras la miraba con alegría bastante fingida
-Hmp -

El alto sonrió mientras abrazaba a su hija, quería que fueran amigos después de todo el pronto sería su…

-Todo el verano estuve deseando conocerte… tu padre me ha hablado tanto de ti…
-¿En serio? Pues aquí estoy– dijo fingiendo una sonrisa y emoción.

-Oh Min… es adorable… por la forma en que tu padre hablaba de ti esperaba encontrarme una niña pero TU eres toda una mujercita

-Pronto cumpliré doce… y ¿tú cuantos?– dijo tranquilamente –por como te ves creo poder adivinar-

-Hanna – dijo el moreno empujándola levemente ¿desde cuando su hija era tan cortante y directa al hablar?

-No me molesta Min… a ver dime ¿cuántos años tengo?-
-No menos de 38…- dijo sonriendo al ver como la sonrisa desaparecía del rostro del pelinegro

-No querida… tengo 30 
-¿Seguro?– dijo sonriendo malévolamente

-Si mi amor-
-Ah… entonces eres solo 19 años mayor que yo… ¿Cuántos años tienes papá?-
-Pues…-
-Creo que 28… entonces eres mayor que papá… podrías ser su hermana mayor ¿no crees papá?– decía “inocentemente”

-Ammm… ¿desde cuando te interesa mi edad?– dijo confundido –eh... voy adentro por más carne y… tal vez por una botella de champagne para celebrar…

-Y… ¿qué celebramos?– dijo sonriendo de medio lado
-El que hayas vuelto cielo-

-Ahora vuelvo- dijo el alto mientras se iba, Lauren miró al pelinegro ambas se sonrieron por un momento, definitivamente ese chico conocería su lado malo, pero muy malo.

TIN TIN TIN 


Kwanghee cogió su celular mientras la castaña se sentaba al borde de la piscina aparentando estar entretenida en el agua pero realmente estaba escuchando cada palabra que diría esa mujer.

-Hwang Kwanghee- haciendo ademán de que esperara un momento, la castaña solo blanqueó los ojos y siguió con lo suyo.

-Oh ¿qué tal?... hum… claro que entiendo que es para una buena causa pero… ¿ah si! Lo tengo todo anotado– dijo mirándose las uñas –parece que vale la pena pero por desgracia el joven Choi Minho estará fuera del país en esos días cuanto lo siento…

-“¿Qué? ¿Mi padre se irá?”– pensaba mirando a otro extrañadísima

-Disculpe y espero que pueda disculparlo bye…- diciendo eso colgó, metió el teléfono en su bolso para luego sonreír y acercarse a la castaña

-Hanna y ¿el campamento qué tal? ¿Fabuloso?

-¿Mi padre saldrá del país?– dijo sacándose la camiseta y quedándose solamente con la ropa de baño.

 

-Oh no… esa fue solo una mentirilla para sacarlo de algo… ¿sabes? Jamás había escuchado hablar a un padre de su hija de la forma en que Minho habla sobre ti… es obvio que ustedes dos son muy unidos…

-Bueno– dijo parándose mientras sonreía de medio lado –la es que él y yo solo nos tenemos el uno al otro– dijo mirando al agua de la piscina “bien a la una, dos TRES” gritó interiormente mientras saltaba con todas sus fuerzas logrando su objetivo: mojar al pelinegro con el agua que salpicó su “pequeño” salto.

-AHHH– gritó parándose
-Ay… lo siento mucho no fue intención… ¿te moje mucho?

- Solo unas gotas– dijo secándose con su sombrero –oye adivina… tu padre me llevó a cabalgar el otro día y me dejó correr tu yegua… espero que eso no te moleste– dijo inclinándose a la piscina mirando fijamente a la castaña que ahora se subía a un flotador.

-Oh descuida… ella está acostumbrada a las personas extrañas… no digo que tú lo seas ni nada de eso aunque… jajaja– dijo riendo –comparada con los otros tu eres relativamente normal-

-¿Otros? ¿Cuáles?– dijo poniéndose serio
-¿Quieres los por menores?– dijo “inocentemente”
-¿De qué estas hablando?-

-Ay no sabes… hum no puedo culparte es que mi padre es bastante inestable cuando se hablan de parejas sentimentales… pero creo que mereces saber es decir a mi me gustaría saber que soy la número 28 aunque no… realmente la 29 porque yo soy la número uno en la vida de ese hombre… bueno ¿vida?, vida no, más bien en los últimos tres meses– dijo sonriendo –pero tranquila ser la 29 no puede ser tan malo aunque no… eres la 30 porque mi madre es el número uno-

-¿Yo soy la número 30?– dijo tratando de sonar tranquilo

-Si… aissh siempre es la misma rutina andar a caballo por los viñedos, cenas románticas a la luz de la luna, una botella de su reserva especial de vino, nadar juntos y pues es lo mismo siempre pero tranquila tal vez duren hasta el fin de mes-

-Ya vine y ¿encontraron de que hablar?– dijo el moreno entrando con una botella de vino que al verla el pelinegro arrugo las cejas mientras su sonrisa se borraba

-Siempre es así– dijo Lauren antes de sumergirse en la piscina

-¿Eso fue un si?– dijo al ver lo que hacía su niña
-Te aseguro que sí… “cariño”-



~~~~~~~~~Londres~~~~~~~~~

RING RING RING

-Residencia Kim– dijo Jonghyun al contestar el teléfono

#-¿Está Kim Lauren?-#

-¿Lauren-ah-? dijo el castaño al escuchar la voz de esa personita

-¿Si tío Jong?– dijo la pequeña mientras miraba extrañada a su tío que ahogó un grito al verla

-Dios… tiene una voz idéntica a la tuya- dijo mirándola –disculpe de parte de quien?-

# -Mingyu… ehm… Cho Mingyu-#

-Esta bien- dijo tapando el auricular del teléfono –es para ti Lauren es Cho Mingyu por un momento creí que eras tú-

-¿Yo? Muy gracioso, que bromista eres tío Jong– dijo jalándole el aparato -¿Hola? Mingyu querida hola-

#-¿Cómo te va en tu nuevo hogar?– decía Lauren por el aparato, estaba encerrada en el baño de su propia casa hablando a las tres de la madrugada supuestamente con “Lauren” que irónico #

-Genial… magnífico pero podrías esperar un momento– dijo Hanna abriendo una pequeña puerta donde se guardaban escobas para luego meterse allí con todo y teléfono.

#-Esta bien pero apúrate ¿si?– dijo cruzando las piernas #

Hanna entró y después de sentarse volvió a tomar el teléfono sonriente

-Dios mío mamá es genial– gritó por el auricular –no puedo creer que haya vivido tanto tiempo sin conocerlo… él es tan hermoso y tan perfecto además me encantan la ropa que diseña y ya sé como se conocieron ellos y…-

#-HANNA BASTA – gritó Lauren mientras trataba de apagar su tic nervioso –escucha bien… tenemos un grave problema así que tienes que arreglártelas para traer RAPIDO a mamá #

-¿Rápido? ¿Estas loca?– dijo algo enfadada –solo he estado un día y medio con él… lo estoy conociendo y ¡NO QUIERO NO LO HARE!-

#-Pero entiende es una emergencia TU papá está enamorado– dijo mientras su tic aparecía con más fuerza #

-NO JUEGUES… papá no puede enamorarse ha llevado 11 años solo… no debe ser nada serio-

#-No miento… está enamorado de ese chico… siempre lo tiene cerca, le hace cosquillas y le besa el cuello y los pies #

-¿En serio?-

#-En serio es asqueroso-#

-Pues tendrás que separarlos … sabotéalo-
# -Lo hago pero déjame decirte que me encuentro en desventaja… TIENES QUE TRAER A MI MADRE #

-Lauren no quiero… quiero pasar más tiempo con mamá– dijo buscando algo entre las cosas en eso halló una envoltura de caramelo, tenía miedo de volver, no quería no, se iba a quedar con su madre, comenzó a mover la envoltura cerca de la bocina del teléfono provocando una falsa interferencia

#-¿Qué ocurre?-#

-¿LAUREN? NO TE ESCUCHO LAUREN…- decía sin dejar de mover la envoltura

#-¿HOLA?-#

-Adiós– dijo colgando el teléfono tranquilamente

Se sonrió mientras abrió la puerta y comenzó a salir tranquilamente con el teléfono en eso vio afuera a su adorable madre, tío y abuelo.

-¿Lauren? – dijo el rubio enarcando una ceja 

-Ah hola mamá– dijo aún gateando 

-Comienza a explicar-

-Acaba de llamarme una amiga del campamento y pues es una vieja tradición hablar con tu amiga dentro del armario jiji-

-¿Hum?– dijo cruzando los brazos al igual que los demás

-Sé que suena muy tonto pero… ammm… ¿ya desayunaron?– dijo inocentemente encogiéndose de hombros

 

~~Del otro lado~~


-Gracias hermana– dijo Lauren colgando mientras se mordía el labio, estaba sola en eso y si quería eliminar a ese tipo necesitaba usar todas sus dotes, necesitaba jugar sucio sabiendo que su única aliado era el pelirrojo, suspiró mientras pensaba como eliminar a ese Zors.


-Esta bien aquí vamos, esta es la comida más importante del día– decía el pelirrojo mientras comenzaba a servirle el desayuno.

-Los huevos cocidos a un lado y el tocino bien tostado y si tienes mucha hambre una ración de pastelillo de chocolate que si me preguntas me quedó increíble- dijo riendo –si puedo presumir-

-Ah… gracias tío Onew– dijo seriamente mientras veía la comida, realmente no estaba acostumbrada o mejor dicho su estómago no estaba acostumbrado a desayunar ese tipo de comida ya que por lo general era cereal, fruta, leche y un vaso con jugo de naranja.


El pelirrojo vea a su sobrina, era raro verla tan callada y tranquila lo normal era que comenzara a comer como glotona y a decir tonterías como su padre a la hora de comer.

-¿Sigues sin apetito? Apenas y tocaste ayer tu kimchi y carne y ahora no quieres desayunar ¿estas enferma cielo?- preguntó preocupado mientras la miraba fijamente 

-Oh no es nada tío, es solo que no amanecí con mucha hambre- contesto tranquilamente -¿y mi padre?–


-Ah– dijo comenzando a comer –él y el señorito “yo solo quiero un poco de fruta” se fueron hace una hora– dijo imitando el tono chillón del pelinegro

– pero ¿por qué no me dijo nada?-

-Porque estabas dormida Hannie– dijo el hombre mirándola con cariño -pero bueno creo que yo también me quedaría dormido si llamara a las 2 de la madrugada en el baño de la casa

-Ah… si eso… es que llamaba a una amiga del campamento que vive en Seúl

-Ah comprendo… asi que preferiste llamarla a una hora conveniente por la diferencia de horario– dijo mientras servía café 

-Exacto… por eso mismo-

-Ajá… asi que esperaste a que fueran las 4 de la madrugada allí– dijo irónico.

-Ehh– dijo Lauren nunca pensó que Onew fuera tan lista y rápida –la verdad… eran las 7 de la noche donde ella estaba porque ella vive en seúl pero estaba de vacaciones en Suiza– dijo sonriendo para sí misma
-Ah…- dijo no creyéndole –que lista… pequeña pinocho tu  padre te espera en su oficina–

-¿En serio?– dijo sonriendo –gracias- tomó una tostada la mordió y la volvió a dejar antes de irse

Caminó pero al momento de salir de la cocina de nuevo el perrito de Hanna apareció y comenzó a ladrarle, tembló, por eso odiaba a los animales, menos a los gatos, corrió hasta la puerta y miró a su tío que miraba raro la escena.

-Comme des sigue comportándose raro– dijo temblorosa –adiós y gracias-


Se acercó a la puerta y comenzó a jalarla hacia delante pero esta no se abría ni un centímetro, siguió jalando intentando pero nada, definitivamente ese no era su día.

-Se abre para afuera Hanna- dijo el pelirrojo extrañado

 

-Ah es que… no sé– dijo riendo mientras la abría y salía corriendo dejando a Onew algo confundido.





-Princesa me alegra mucho que estés aquí porque hay algo muy importante que tenemos que hablar– dijo el moreno mientras caminaba con Lauren por el viñedo mirando como los trabajadores empacaban las cajas de vino.

-Que curioso porque yo también tengo algo muy importante que hablar contigo padre– dijo seria

-¿Si? Tu primero– dijo sonriendo
-Eh no tú-

-Bien… quiero hablar de… sobre Kwanghee– dijo un poco nervioso

-Y yo quiero hablarte sobre mi mamá-

-¿Eh?– dijo parándose, ¿por qué justo ahora sacaba ese tema?
-¿Qué hay sobre Kwanghee?– dijo enarcando una ceja, odiaba ese nombre
-¿Qué pasa con tu madre?– dijo agachándose

-Papá pronto tendré 12 años ¿Cuánto tiempo más esperas que me trague esa historia de que la cigüeña me dejó en tu puerta?– dijo cortantemente.

-Ah por favor- dijo rascándose la cabeza –ya hemos hablado de tu madre-

-No es verdad… casi nada– dijo haciendo un puchero –una niña necesita más en la vida que la mitad de una fotografía vieja y arrugada… ya casi soy una adolescente y comenzaré a tener cambios y admítelo… necesito una figura maternal a mi lado-

-¿Sabes qué? Tienes razón necesitas UNA madre a lo que me lleva a…- dijo saliendo del viñedo pero antes de acabar su oración apareció manejando un carro el pelinegrocon su típica pose sensual.

-Kwanghee– dijo suavemente mirándolo, traía puesto un pantaló negro y una camisa rosa con corte V señida al cuerpo.


-Hola Minie… hola Hanna– dijo bajando del pequeño auto seguido de un hombre que parecía ser su asistente, era alto de cabellos naranjas y anteojos.

-Hanna él es mi asistente Heecheol (ze:a)… Heecheol ella es la hija de Minho de la que tanto te he estado hablando

-¿Qué tal?– dijo el hombre acomodándose los lentes.

-Hmp– dijo mirando con indiferencia

-¿Ya le dijiste?– susurró el chico en el oído del alto


-Ya casi-

-Perfecto… ¿Qué tal si más tarde almorzamos en la terraza? – dijo sonriente
-Eh… le prometí a Hanna que saldríamos juntos esta tarde– dijo mientras Lauren se abrazaba a su padre posesivamente

-No hay problema… tengo mucho que hacer con lo de el viñedo y la boda…

-“¿Qué boda?”– pensaba asustada

-Haré una nueva etiqueta que diga: TU Y YO PARA SIEMPRE… ¡te encantará!– dijo subiendo al carrito – adiós cielo… adiós Hanna

Después de que el carrito comenzó a funcionar, la sonrisa desapareció del rostro de la castaña y fue sustituida por una mueca de disgusto.

-Cuando me case con ese idiota el primer cambio que haré será mandar a esa maldita mocosa a un feo internado en Alaska– dijo sonriendo cruelmente

-Uy que malo eres– dijo Heecheol acomodándose los lentes


-Si y también muy egoísta-











Comenzó a correr entre las plantas de uva, estaba aterrada, acababa de huir de su padre, simplemente no quería escuchar lo que iba a decirle porque lo presentía, es que… es que la idea de que ese tipo fuera algo más que un novio la daba asco y terror, creer que podría reemplazar a su madre le hacía pensar definitivamente que su padre era un tonto para no comprender que solo era atracción y no amor, corrió hasta la casa intentando evitar llorar, entró y al instante se sacó el sombrero y comenzó a jadear, nunca había corrido tanto en su vida.

Tenía miedo, todo iba mal, Hanna seguro estaba feliz en Londres con SU vida pero ella no, estaba a punto de perder a papá y estaba sola, sin ayuda, no podía más, no podía, tal vez ya era hora de confesar que ella no era exactamente Choi Hanna.

-Ya no puedo… no puedo continuar con esta farsa por Dios ¡solo soy una niña de 11 años!-

-¿Hay algo que quieras compartir con tu tío, Hannie?– dijo el pelirrojo saliendo de su asiento.

-Ahh tío Onew… me causaste calos fríos– dijo tocándose el pecho, era demasiado para su corazón.

-¿Te causé calos fríos?– dijo tirando a un lado su revista
-Me asustaste… no sabía que estuvieras aquí-

-¿Segura que no quieres compartir nada conmigo?– dijo cruzando los brazos
-Si-

-Comencemos ¿Por qué Comme des ya no se te acerca jamás? O ¿por qué tú cambio de apetito? O ¿por qué ahora aborreces el kimchi si antes era tu favorito? O ¿Por qué eres ahora tan limpia y ordenada y usas expresiones como “me causaste calos fríos”?– dijo imitando su voz 

-Tío yo… cambié bastante durante el verano– dijo intentando sonar convincente

-De acuerdo– dijo suspirando resignado –si no te conociera mejor diría que eres…- dijo mirándola a los ojos –olvídalo… es imposible-

Lauren se quedó mirándolo mientras este se iba, ya era hora de hablar, necesitaba ayuda o sino su padre acabaría casado y ella definitivamente perdería la oportunidad de unir de nuevo a su familia.

-¿Cómo si fuera otra persona tío Onew?– dijo usando su verdadero tono de voz, esa forma ligeramente altanera y seria

-No olvídalo-

-¿Cómo si fuera Kim Lauren y no Choi Hanna- dijo seriamente haciendo que el pelirrojo se volteara a verla

Onew abrió enormemente sus ojos ante tal simple oración, era imposible ¿ella que sabía de su gemela Lauren?

-¿Qué sabes sobre ella?– dijo acercándose mientras tragaba saliva temblorosa

-Mucho… la verdad es que yo… yo soy Kim Lauren-

Notas finales:

Chan Chan Chan!!! -musica de suspenso- xD

Bueno como vieron Lauren ya le reveló a Onew que ella no es la verdadera Hanna *--*

Así que ya se viene lo mejor!!! el re-reecuentro de las gemelas y por fin el reencuentro del MINKEY *O* así que sean pacientes :3

Los Quiero <3 

Nos leemos en el siguiente capitulo :D

Bye~~ <3


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