Kim Kibum era un pequeño adolescente de 16 años, con el mejor físico imaginable pues poseía una cabellera rubia y sedosa, tez blanca, pequeños ojos felinos, una naricita delgada y fina, con labios rozados y acorazonados, no solo su rostro era mejor que el de una mujer, también había tenido la suerte de nacer con un cuerpo bien formado, con el que se daba a ser la envidia y deseo de todos, sobre todo las veces que pasaba caminando meneando su pequeña cadera de un lado a otro. Muchos y muchas eran los pretendientes de este pequeño rubio que tenía un carácter de diva, sin embargo a él no le gustaba ni le importaba nadie, porque ya tenía quien ocupara su corazón o al menos su mente.
Cada día kibum al salir de su secundaria y al llegar a su casa, corría hacia la ventana de la sala que daba vista a la casa de los Choi, donde se sentaba a esperar que saliera su sexy vecino.
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-Y es que…. es casi perfecto.- comenzó a hablar el rubio mirando por la ventana al ver que Minho salía de su casa – es el físico ideal, alto, moreno, ojos grandes y expresivos, labios gruesos, una melena castaña, un cuerpo bien trabajado que da la impresión de ser un Dios Griego. – Seguía susurrando mientras sus ojos felinos se posaban en el alto.- ¡Hay! Kibum como puedes seguir babeando por él.-se regañaba a si mismo dándose un ligero golpe en la frente.- Mejor me voy a descansar, no debo perder el tiempo en imposibles.- bufaba mientras caminaba dirigiéndose a su habitación para recostarse en su cama.
Comenzó a cerrar sus ojos estando ya acostado, dejando salir en último suspiro apenas audibles palabras.- Casi perfecto…
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Si te preguntas porque Choi Minho se quedó en el “casi perfecto”, es porque en físico lo era todo, pero de su carácter no se podía decir lo mismo, y es que era engreído, cortante, intimidador e indiferente con todo y todos.
Esto, Kibum ya lo sabía y tenía más que claro que aquel chico con el que soñaba en sus bellas noches, era todo un cretino, pues fue apenas hace dos días en que había juntado todo su valor para declarársele, pero el alto le había hecho arrepentirse de eso y de sentir cosas por él.
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Flashback.
-¡Hoy es el día, hoy debo hacerlo! .- se decía un Kibum tratando de convencerse mientras trataba de cruzar la calle para llegar hasta la banqueta de la casa de Minho donde este se encontraba de espaldas lavando su auto.
Hoy, Kibum haría, lo que había estado planeando hacer la noche anterior. Pensaba en que llevaba 7 años de ser vecino del alto, 5 enamorado de él y seguir sin declarársele era pérdida de tiempo, si se confesaba había una pequeña posibilidad de que le correspondiera, recordó que cuando la señora Choi invitaba a su madre y a él a cenar a su casa, Minho siempre se quedaba presente y los trataba educadamente, no habría porque pensar que le callera mal al alto, tal vez y hasta le agradaba.
-Tranquilo solo debes de ir ahí y decirle lo que sientes, después ya podrás salir corriendo.- pensaba Kibum mientras daba pasos firmes a la banqueta del otro lado de la calle.
Cuando llego a estar a las espadas del alto, apenas iba a abrir la boca para soltar palabra, cuando Minho buscando el trapo con el que había estado limpiando su auto, giro la cabeza pudiendo así ver al rubio detrás de él, regalándole esa mirada fría y penetrante con la que lo comenzaba a intimidar esperando a que hablara.
-………...- trato de hablar pero fue inútil, pues la forma en que Minho lo miraba, hacía que sus nervios lo carcomieran no dejándolo pensar en que decir y haciendo que sus piernas temblaran quedando ahí simplemente inmóvil.
Comenzó a hablar con tono fuerte pero a la vez engreído, mientras se ponía de pie para quedar frente el rubio-mm…..y entonces piensas hablar o solo quedarte mirándome, que si es así tendré que desilusionarte pidiéndote que te largues.-recargando un brazo en su auto, al ver que no recibía respuesta, sonrió y comenzó a dirigirse a él y tomando con su mano la barbilla del rubio- mira niño no sé qué es lo que quieras pero si no te vas en este mismo momento algo malo te puede suceder.- hablando casi en susurro lo último en el oído de Kibum con un tono más sensual que amenazador.
Solo sintiendo al alto tan cerca, sus ojos grandes mirándolo y su aliento pegando en su oído, Kibum pudo reaccionar sintiendo sus mejillas teñirse al rojo vivo y como si fuera un reflejo llevo sus manos al pecho de Minho para alejarlo dándole un empujón que al mayor no le gustó nada porque enseguida le dedicó una fulminante mirada, y así Kibum comenzó a hablar.- Quien te crees que eres para amenazarme...-sintió miedo, no supo de donde saco el coraje para hablarle así pero ya no se podía retratar y tenía que dejarlo en su lugar como la Diva que es.- y creer que me fije en un niño estúpido como tú…- Kibum tenía mucho más que decir pero en cuanto iba a terminar la frase Minho lo miro con una sonrisa de lado y en un movimiento rápido lo sostuvo del brazo con una de sus manos y con la otra atrajo la pequeña cintura del rubio arrastrándolo hasta estar dentro de su casa.
Una vez dentro, Kibum forcejeaba para que el alto lo soltara, pero solo logro que Minho lo alzara para luego aventarlo contra el sillón poniéndose sobre él, apresándolo con una de sus rodillas entre sus piernas e inmovilizando los delgados brazos del otro con los suyos.- así que te fijaste en mí...- decía mirando al rubio mientras veía como se sonrojaba y luchaba para que lo soltara- pero soy 3 años mayor que tú, que demonios pensabas, como me voy a fijar en un niñato como tú- Minho reía mientras kibum forcejeaba y sentía sus mejillas explotar.-como es que había llegado a estar en esa situación.-se preguntaba una y otra vez, pero dejo sus pensamientos cuando noto que el alto se acercaba a su rostro lentamente- en fin no estás tan mal.- comenzó a hablar de nuevo el alto- es más, estas muy bien para tu edad.-miraba al rubio con cierta picardía. kibum notando la forma en que lo miraba el alto, detuvo el forcejeo y comenzó a creer que era momento de gritar por ayuda.- Basta déjame salir……acaso piensas violarme- Kibum se había arrepentido de preguntar eso pues el alto lo volvió a mirar a la cara y con simpleza le contesto.- Por qué no?-.
Continua?