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Líbranos del mal por hellblack_sasuke-

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Notas del capitulo:

Bueno chic@s

Aquí la continuación...espero que lo disfruten...

comentarios por favor¡¡¡

-"¿Por qué...no me puede dejar en paz? cada día...es como si desapareciera, no lo entiendo...¿por qué....? yo...no quiero vivir así; ya no quiero vivir, no hay nada por qué vivir....yo...¿este es el verdadero infierno? ¿mi infierno? ¿qué fui antes de esto? ¿qué soy? ¿cómo era antes?....-se tiraba del cabello, y cerraba sus ojos con rabia y miedo a la vez- ¿por qué no puedo recordarlo? ¿qué pasó exactamente ese día? ¿qué pasó? ¿qué pasó? -se gritaba dentro de su cabeza, hablando consigo mismo-

-¿De verdad quieres saberlo?

-¿Ah?

-Ven

-¿Quién es?

-Sasuke...ven

-¿Quién eres?

-¿No quieres saber, quién eres?

-Yo...

-Hazlo

-El chico, comenzó a caminar como si de un hechizo se tratara. Lo peor de todo era que su propia cabeza le decía una y otra vez que no fuera; sentía miedo, mucho miedo, las manos le sudaban, las piernas le temblaban, parecía que estuviera apunto de desmayarse...pero esa voz...incluso tan terrorífica, era tan hipnotizante en esos momentos. Sólo podía escuchar "ven, ven, ven a mí", no le podía hacer caso a su mente, era como un sueño, como una ilusión; un suspiro que tal vez, podría responder a todas sus preguntas...¿pero cómo? si esa voz...era tan horrenda; tan grave y a la vez tan suave; ni de hombre, ni de mujer... y en el eco del viento, una risa terrorífica...nada normal...nada humano.

Y de repente, cuando paró en su andar, del otro lado de la calle...vio algo..."algo" que lo asustó demasiado. Sólo pudo levantar un poco la cabeza; era muy alto, sólo podía ver sus....garras, que hacían como si fueran pies...su...pelaje, como si fuera piel...eso era...

-Oye, ¿estás bien?

-Sólo se podía observar que Sasuke estaba mucho más pálido de lo normal, y con una cara, que tal vez no era muy expresiva, pero su mirada, perdida, confundida y asustada, hablaba por él.

-Joven, ¿estás bien?

-¿Ah? -ladeaba ligeramente el rostro- yo...

-Estabas a punto de cruzar la calle, casi te atropeyan...¿estás bien?

-Sí...estoy bien...

-Estás muy pálido... ¿ya desayunaste algo?

-Aún...no

-¿Cómo es posible eso? debes de comer algo, ya es muy tarde. Ven, acompáñame a la iglesia que está a dos cuadras de aquí. Te daré algo para que desayunes

-¿Iglesia? ¿acaso usted es?

-Soy sacerdote -le sonreía ampliamente- soy...

-No es necesario...

-Pero...

-Está bien, ya casi llego a mi casa

-Pero al menos...

-Gracias, pero no necesito su ayuda -se giró rápidamente para comenzar a caminar, y en ese momento el sacerdote lo tomó del brazo- ¿qué diablos? -susurró-

-Mira, desde lejos, se nota, que no estás bien...si necesitas platicar con alguien, de lo que sea; puedes buscarme en la iglesia; mi nombre es Uzumaki Naruto, soy nuevo por aquí....así que si...

-Ya entendí...gracias -dio la media vuelta y desapareció rápidamente-

-"Ese chico...¿qué lo puso tan mal?" -miraba a sus alrededores sin encontrar nada- "Espero, verlo de nuevo" -se decía-

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-¿Cómo te fue?

-Bien

-¿Sólo bien?

-Ya te dije que bien...¿y tú?

-Sólo lo miraba, con algo de tristeza, y cansancio tal vez- En el trabajo me fue bien; lo más seguro es que la próxima semana me asciendan...

-Me alegro mucho por eso

-Y, creo que, sería bueno, que nos tomáramos unos días, sólo para nosotros dos, ya sabes

-¿A dónde?

-Donde tú quieras

-¿De verdad? -se acercaba para sentarse a un lado de él, y acomodar sus pies, en las piernas del contrario-

-Por supuesto que sí. Te lo mereces...

-No sé, que haría sin ti

-No me robes mis frases

-¿Ah?

-Más bien; soy yo, quién no sabría que hacer sin ti -le alcanzaba una de sus mejillas y la acariciaba con ternura-

-No digas eso...sí sólo yo te causo más problemas a tu vida

-Sabes que no es cierto. Quiero estar contigo, y te quiero como eres -le sonreía- y así será siempre

-¿Enserio?

-Te lo juro -tomaba una de sus manos y la besaba-

-Sólo lo miraba, por lo bajo, tratando de demostrar una sonrisa sincera; sabiendo aún así, que no podía dar más de lo que simplemente no se permitía así mismo-

-Así que piensa a donde iremos, iré a revisar unas cosas del trabajo. Estaré en el estudio si necesitas algo. ¿Te mandaron otra receta?

-Sí...

-Mañana vamos a comprar los medicamentos que te mandaron...es algo tarde... ¿qué hiciste durante el día?

-Fui a caminar...ya sabes, además hoy la terapia fue un poco más larga de lo normal

-Ya veo... bueno, ¿comiste algo?

-Algo así

-¿Quieres que pida algo?

-Lo que sea

-¿China está bien?

-Perfecto -lo miraba- está bien

-Bueno...me voy a mi estudio y ahí la pido. El dinero está en la mesa del recibidor. Te amo -le robaba un beso con dulzura- piensa a dónde quieres ir -le sonreía-

-¿De cuánto es el presupuesto?

-Para ti...no hay presupuesto....

-Alemania

-¿Alemania? -lo miraba con ligera sorpresa- entonces, Alemania

-Perfecto -su aspecto cambio a uno completamente infantil e inmaduro. Algo que Gaara adoraba, porque para lograr que Sasuke hiciera esa cara y esos pucheros era casi imposible. Además le encantaba verlo tan feliz, al menos por un rato-

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-¿Sasuke? Es hora de tu medicina –miraba el reloj- ya es algo tarde, vamos a la cama –hablaba en voz alta, mientras terminaba de arreglar todo su papeleo de trabajo. Cerró la computadora ya apagada, terminó de acomodar algunos archivos y apagó la pequeña lamparita del buró que se encontraba a un lado. La puerta de su estudio estaba semi-abierta, de ahí a que la luz proveniente de la sala fuera suficiente para ver su alrededor.

No obtuvo respuesta alguna de Sasuke, así que se asomó al pasillo; giró su rostro hacia la sala, hacia la habitación, un poco más para alcanzar a ver la cocina. ¿Sasuke? Preguntó una vez más; no había respuesta.

Un ruido en la habitación, lo hizo regresar de sus pensamientos; supuso que estaría ahí, lo suficientemente lejos como para poder escucharlo. Se acercó lentamente, sus pies chocaban contra el piso de madera; rechinaba, lo hacía con fuerza, levemente ladeaba uno de los extremos de la puerta, la abría con cautela; pudo observar la habitación; la luz era tenue, bastante tranquila y reconfortable.

Se acercó una vez más a la puerta del baño, abrió levemente. Ahí estaba Sasuke, estaba parado frente al espejo. Tenía una mirada tan perdida, parecía tan fuera de la realidad; ladeaba un poco su cabeza, como si tratase de ver más allá del espejo, ¿qué estaría viendo? Abrió los ojos de par en par; algo lo había asustado. Pasó una de sus manos a su cabello, lo trataba de peinar con ironía y desesperación. Sus ojeras por no dormir bien en las últimas semanas, en ese momento lo hacían lucir tan demacrado. Había adelgazado mucho; a simple vista, podías darte cuenta de que se trataba de una persona enferma.

De repente, algo lo alteró de nuevo. Le dio un fuerte golpe al espejo, casi lo rompe. Gaara no tuvo más opción que entrar rápidamente y preguntarle si estaba bien.

Sasuke al principio no contestó, estaba viendo, hacia la nada, como en un principio. Siguió insistiendo y por fin reaccionó.

-¿Qué pasó cariño?

-No lo sé…lo…olvide

-¿Estás seguro?

-Sólo, vine a lavarme los dientes y…el espejo –volteaba los ojos a donde se encontraba el objeto-

-¿Qué tiene?

-El espejo…yo estaba…

-Estás muy presionado por lo de la recaída…es sólo eso. Mañana antes de ir al trabajo vamos por tus nuevos medicamentos, ya verás que te sentirás mucho mejor…

-………….-se quedaba de nuevo mirando el techo-

-¿Sasuke?

-Hay algo….

-¿Arriba? –Gaara también volteaba a ver al techo, para ver, si lograba notar algo-

-Sí…. –trataba de descifrar de qué se trataba-

-¿Qué es Sasuke?

-Es… -y antes de que pudiera terminar de hablar, un ruido fuerte de la cocina, los asustó a ambos-

-¿Qué rayos? –Gaara se encaminaba hacia la cocina cuando Sasuke lo paró en seco-

-No. No vayas…-lo sujetaba del brazo-

-¿Por qué Sasuke? Tengo que ir a ver qué pasó

-No…aún no…sigue aquí –miraba a todo su alrededor, como si fuera perseguido por alguien-

-Cariño estás asustándome

-Estoy asustado…por favor no vayas

-Pero…-y volvió a sonar algo. Esta vez parecía que algo de vidrio se había roto. También venía de la cocina-

-¿Lo ves? Sigue aquí Gaara –se notaba la desesperación en la voz de Sasuke-

-¿Pero qué es?

-Es algo malo –hablaba con fuerza, pero en un leve susurro, como si alguien fuera escucharlo. Como si estuviese prohibido decir su nombre-

-Sasuke…

-Tenemos que esperar a que se vaya. Sí, tenemos que esperar…esperar –El chico comenzaba a caminar de un lado a otro; las manos le temblaban con fuerza, las pisadas se escuchaban sin ton ni son; su rostro que generalmente nunca demuestra emoción alguna, esta vez estaba llena de emociones. Miedo, temor, nerviosismo, desolación. Toda una carga de emociones, que Gaara no sabía cómo tomar.

En gran parte sabía que hacerle caso a Sasuke, en situaciones tan extrañas como esa, es un gran acierto. Conocía la mayor parte de su historia, tanto su pasado, como su actual presente; y aun así lo aceptó. Tal vez en un principio, no le creía ni pizca de lo que le contó en repetidas ocasiones, pero con el tiempo, comenzó a cambiar su opinión con respecto a cosas, que “van más allá de lo normal”.

Si bien, aun así le costaba trabajo creer en cuentos de fantasmas e historias de brujas; Sasuke le demostró más de una vez, que al menos, cosas que no tienen explicación lógica, sí existen. Pero en momentos como ese, no sabía si creerle, y quedarse con él. O ir a ver qué pasaba.

Podía ser que alguien hubiera entrado en su departamento; algo casi improbable; ya que viven en el décimo piso de una zona bastante restringida de exclusivos residenciales; pero entonces ¿qué pudo haber sido?

Cuando Sasuke se encontraba más tranquilo, Gaara decidió ayudarle a cambiarse y ponerse el pijama. Lo acostó sobre la cama, cubriéndolo con delicadeza, se veía agotado psicológicamente hablando. Le dio sus medicamentos para que pudiera dormir, y casi de inmediato, Sasuke cerró sus ojos y se reacomodó en la cama, para dejarse llevar al menos un rato por Morfeo. Mientras tanto Gaara fue a revisar lo que había pasado.

Ese tipo de cosas, con el tiempo, comenzó a dejar de darles importancia, y de cierta forma desde que conoció a Sasuke, se acostumbró a pasar por cosas casi diarias como esas… Esta vez se trataba de un vaso de cristal, se había caído al piso, y obviamente se rompió…de ahí en fuera no había nada fuera de lo usual. Pero, ¿de dónde se cayó el vaso? Al parecer la única explicación era la alacena; la puerta estaba abierta… Así que sólo la cerró sin prestarle importancia, limpió el piso de los vidrios que se regaron en él, y pasó a prender uno de sus cigarros para salir a la terraza, ver la ciudad y pensar un rato…en todo lo que estaba pasando. Que si bien no lo demostraba, también estaba asustado, esos fenómenos estaban comenzando a hartarlo, ya que si por el fuera, nunca tendría que pasar por esas cosas…pero el amor tan infinito que le tiene a Sasuke, probablemente es mayor, a todo el desgaste emocional que también le causaba, pasar por situaciones tan estresantes como esas.

-¿Por qué tú…Sasuke? ¿Por qué tú? –Se sobaba la cien con desgano-

-Lo del espejo, ¿fue real? –se susurraba así mismo Sasuke, de la forma más baja que pudiera, como si alguien lo fuera a escuchar, hablando consigo mismo, decía cosas que ni el mismo entendía, eran sólo…balbuceos, para qué al final, de nuevo, una mirada fría, perdida, y perturbada, se fijara en el techo…sonreír y decirse que todo está bien. Cerró sus ojos y antes de dormirse, recitó:

Amén –en un soplido, llevado por el viento, de la ventana abierta, que ninguno de los dos…abrió-

Notas finales:

Bueno.... nos vemos en el siguiente...

 

Reencuentro y olvido...ja naaa


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