-Tienes que decírselo- le recordó Camus al entrar al instituto junto a su rubio primo, este, se mordió los labios y bufo
-Ya lo sé, ¡me estas poniendo nervioso Camus! ¡Para ya!- respondió saliéndose Shaka de su usual calma… ¡pero cómo podía estar calmado luego de saberlo! – Mis padres me van a matar… ya verás que si…
-Sísifo y el tío Asmita comprenderán que fue un error… error fácil de cometer dicho de paso, ¿Cómo ibas a saber que tenias esa capacidad? Aunque ahora que lo pienso, ¿es eso hereditario?
-¿¡Que se yo!?- respondió de mala gana Shaka, apoyándose en su casillero, era lógico en cierto modo su mal genio ese día, pero a Camus le fastidio que la tomara con el que realmente no había hecho nada malo
-¡Hola encantos!- saludo Mu que llegaba con una sonrisa animada en el rostro, que vacilo al ver la de sus amigos- uy… ¿Qué pasa?- pregunto al ver la cara larga de su amigo
-Nada… vamos más bien al salón… y- hizo un inciso- hoy no me quiero sentar con Saga… ¡aun no se lo puedo decir!- chisto al ver la cara de Camus- tengo que pensar como decírselo.
-¿Decir qué?- pregunto Mu cada vez mas confundido
-No te lo vas a creer- susurro Camus acercando su boca a la oreja de Mu que abrió la boca a más no poder
-¡en serio! Y yo que pensaba tener el cuento del día- dijo aun sorprendido y al entrar el salón, se sentaron cerca de la ventana, aprovechándose que había exactamente tres puestos vacios allí – pero sin duda lo de Shaka me sorprende mas, eres tan listo que…- enmudeció el pelilila al ver la cara de molestia de su amigo- bu…bueno, ¿a que no adivinan quien estuvo ayer en mi casa?
-¿Quién?- preguntaron ambos amigos al unisonó, en el justo momento en que el profesor entraba, seguido de cerca de Saga que no oculto su sorpresa al verles sentados y que Shaka no le hubiese guardado puesto, frunció el entrecejo y tomo asiento donde consiguió, un poco apartado de su novio.
-Kanon- dijo bajito Mu, aunque era innecesario, el ruido que hacían sus compañero al hablar y sacar cuadernos y lápices lo disimulaba bien- fuimos al mirador y… pues…
-¿¡Pues…..!?- preguntaron ansiosos sus amigos.
-y pues… lo hicimos- balbuceo Mu sonrojado, ante la mirada atónita de los otros dos
-Mu… ¿y qué tal estuvo?- pregunto entonces curioso Camus, Shaka miro mal al instante y se perdió como Mu, en respuesta se mordía el labio inferior y cerraba los ojos con cara de placer
-¿acaso soy el único que piensa que eso es extraño?- intervino Shaka, sacando a Mu de su nube rosa- Nunca has hablado con el mas que una o dos palabras, y de pronto, comienza a hablarte y va y se acuestan… por cierto, ¿premio por hacerte el difícil no?- agrego sarcástico, Mu bajo la mirada apenado de inmediato.
-Mu no tiene la culpa de tus problemas Shaka- intervino Camus en defensa del pelilila – controla ya tu mal humor- murmuro antes de girarse al frente pues el profesor había comenzado su clases
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-¿estas seguro de que no te causara problemas no ir a trabajar?- pregunto en voz baja Albafica, sentando en la cama matrimonial de sabanas blancas impolutas, con una sencilla pijama de dos piezas de color oscuro que contrastaba con su pálida piel, a pesar de tener el cabello recogido en una desordenada cola, para Kardia, Albafica se veía perfecto.
-Sage puede encargarse… tomate toda la sopa…- aconsejo Kardia, sentado al pie de la cama, sus marcadas ojeras revelaban la noche de insomnio, pendiente de la acompasada respiración del peliceleste, ¡Que estúpido había sido! Había tenido casi que perderlo para poder recordar que su vida no tendría sentido alguno sin él.
Albafica asintió levemente con la cabeza, tenia aun vendajes en el cuello y las muñecas donde se había cortado, tomo la cuchara de nuevo y comenzó en silencio a comer la gustosa sopa que sin duda, no había sido hecha por Kardia, Albafica sabía que él era completamente inútil en la cocina, motivo por el cual, una de sus primeras acciones al casarse con Kardia, había sido comprar un libro de cocina y aprender a cocinar.
-Estaba deliciosa… muchas gracias- agradeció con el mismo tono monocorde, sin alzar la mirada, casi ausente, esta actitud mataba a Kardia, que sin dudarlo, tomo la bandeja con el plato vacio y la dejo en la mesita de noche para entonces encarar a su esposo
-Albita… me mata verte así… ya te he dicho que te amo… que nunca quise realmente separarme de ti y que si es lo que quieres, todo es tuyo, pero por Dios, quita esa expresión de tu rostro, no eres más que una cascara vacía de quien eras antes, y eso me destroza… ¿ya no me amas?
-Claro que te amo…- respondió entonces el peliceleste, levantado su perfecto rostro para ver a Kardia- si te amo… pero tú a mi no… no quiero que me perdones en un acto de compasión por lo que paso… soy responsable de mis actos… de todos… no quiero que sientas pena por mi ahora…
- Albafica…dime, ¿tu orgullo abraza mejor que yo?- pregunto entonces Kardia mirándolo con firmeza y algo de severidad –cometimos errores, cometí un error antes… pero no me di cuenta… me dedique tanto a mi trabajo, que no solo deje a los niños de lado, te deje a ti de lado… creí que con dinero podría darte todo lo que necesitas…
-No teníamos ni donde caernos muertos cuando nos casamos… el dinero jamás importo…
-Lo sé, ahora lo entiendo, veo cual fue mi error, y ahora que lo he entendido no puedo culparte por haber buscado un amante- contesto con sinceridad, viendo como las lagrimas comenzaban a brotar de los ojos de Albafica - Pero ahora superaremos todo, tu y yo… compartamos nuestro sufrimiento y alegrías, hare lo que sea necesario para recuperar todo el tiempo perdido y hacerte feliz Albafica… ya no quiero divorciarme de ti, quiero que arreglemos esto… ¿y tú?
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Camus y Mu reían entre dientes, el día se había pasado muy rápido y para ellos dos, bastante extraño y divertido, Saga intentaba por todos los medios hablar con Shaka, mas este le evitaba a toda costa, lo cual incluía esconderse debajo de la mesa al verle cerca, ofrecerle su ayuda al profesor de biología de buscar sapos para la práctica, y parte contar, solo para poder estar lejos de Saga.
-Quien lo diría… Kanon Gemini- sonrió Camus cuando Mu tuvo tiempo de contarle el encuentro del día anterior
-¿Crees que quede como un fácil?- pregunto entonces Mu mordiéndose el labio mientras miraba que nadie les estuviera oyendo, ya que estaban sentados en un banco en el jardín del instituto, era la hora de salida y muchas personas hablaban allí, ante tal pregunta, Camus suspiro hondo, la respuesta real seria decir que sí, pero tampoco quería hacer sentir mal a Mu
-Bueno… influye el hecho de que a ti te gusta demasiado Kanon… si bien podrías haber esperado un poco- dijo con el mayor tacto que pudo
-no quería esperar…fue… absolutamente delicioso… es decir, Kanon realmente sabía que había que hacer en todo momento… tienes que probarlo Camus- sonrió Mu travieso, la sonrisa se le contagio a Camus que iba a responder que no tenia prisas por tener relaciones con alguien, cuando oyeron los pasos pesados de alguien.
-¿Que se ha hecho tu primo?- pregunto Aldebarán al sentarse entre Mu y Camus –Saga me preguntaba si lo había visto… es extraño no verlo pegado a los labios del gemelo ¿no?…
-¿Verdad que si?- rio un poco Camus, sorprendiéndose a si mismo porque eso no le molestara, normalmente le fastidiaba el que Saga, el apuesto y culto Saga, no estuviese disponible- bueeeno, yo me tengo que ir a la biblioteca a esperar a Antares… en la noche seguimos hablando Mu- aseguro el pelirrojo dejando a los dos sentados
-que mal rollo- susurro bajito Mu
-¿Qué sucede? Ahora que lo pienso, tú también has estado extraño el día de hoy…
-¿yo? Para nada… bueno… no sé si debería decírtelo
-a mi puedes decirme lo que quieras Mu- aseguro el mayor con una sonrisa amable en su rostro que hacía sentir al pelilila aun peor.
-Bueno… es que… Alde, me caes muy bien… ¡de verdad que si!, tenemos poco de conocernos pero ya te considero un amigo.
-Gracias… eso me hace muy feliz- replico Aldebarán que presentía por donde iba el asunto si bien no estaba seguro.
-pero… es hora de que sea honesto contigo… me gusta alguien más- dijo finalmente Mu, retorciéndose las manos con nerviosismo, un breve silencio, y entonces Aldebarán sonrió poniendo una de sus manos en el hombro de Mu.
-¡tranquilo hombre! No tienes por qué estar nervioso… sabes bien cuáles son mis sentimientos, pero si te gusta alguien más, yo me hare a un lado, no es mi intención ponerte en una situación incómoda…
-Eres demasiado noble Aldebarán, no te merezco
-Creo que no te ves a ti mismo con claridad, eres, a mi parecer, una de las pocas personas que vale la pena de este instituto… espero que esa persona lo sepa y te trate como un rey….
Mu sonrió un poco y se puso en pie para caminar algunos pasos, intentando liberar tensión – eso no lo sé aun… pero sé que no puedo seguir reteniéndote a mi lado con otra persona en mi mente…
-muy sensato… ¿puedo preguntar quién es?
-Alde…
-Por favor dime que no es Camus…
-Alde…
-O… es Kanon Gemini… ¿verdad? ¿Es él?
-Aldebarán…- nombro de nuevo Mu, esta vez con un potente sonrojo en el rostro que lo delato – no te lo voy a decir.
-No es necesario, ya me lo confirmaste… no te preocupes, no diré o hare nada, pero una cosa si has de advertirle a él… si te lastima, si te hace sufrir de cualquier manera, yo le rompo lo que se llama TODO- amenazo Aldebarán haciendo una cara que jamás le había visto hacer Mu, le dio en cierto modo miedo, mas luego sonrió, confundiendo un poco a Mu.
-de acuerdo…- concedió Mu antes de que este se despidiera de él, dejando un beso dulce en su frente, bueno, tenía que buscar a Kanon ahora…
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Camus esperaba a Milo fuera de la biblioteca golpeando repetidas veces su pie contra el suelo con impaciencia, no sabía que le costaba ser puntual, cuando pasaron quince minutos de atraso, decidió que mejor le esperaría sentando adentro, no le extrañaría que el rubio se hubiese ido dejándolo plantado, y entonces Camus considero tonto haber confiado en que Milo haría lo que una profesora le hubiese dicho, en cuanto entro, una rubia cabellera llamo su atención, pero no era Milo, era Shaka.
-¿Shaka? Pensé que ya te habrías ido a casa- dijo en voz baja al acercarse a su primo que dio un pequeño brinco en la silla y dejo caer el libro en sus manos
-No… estoy intentando pensar como le diré a mis padres…
-Ya…es que como has estado todo el día corriendo de un lado a otro… pues pensé que tal vez te habrías ido
-No puedo más, estoy exhausto – se quejo el rubio recogiendo el libro mientras Camus se sentaba a su lado y suspiraba un poco
-Bueno… si no te andarás con rodeos y hablaras con…
-Cállate Camus- le interrumpió Shaka irritado y Camus tenía la impresión de que le hubiese gritado de no haber estado en la biblioteca -¿a todas estas… que haces tú aquí?
-Espero a Milo… tengo que explicarle química, ¿recuerdas?
-ah sí… ¿y donde esta?
-No se… yo solo sé que espero unos minutos y me voy…
Ambos se miraron unos segundos y suspiraron, obviamente para los dos, el día no resultaba como lo habían planeado, para Camus sin embargo, no era tan problemático como para Shaka, porque para empezar, cuando el rubio tenía un problema, siempre tenía a Saga a su lado para apoyarlo, mas como al que evitaba era precisamente el susodicho, no contaba con ese consuelo.
-¡llegue!- grito Milo al entrar corriendo a la biblioteca y ver a Camus aun allí, algunas personas alzaron la cabeza y se quejaron demandando silencio y la bibliotecaria, con su nariz aguileña y frente arrugada, les dedico una severa mirada-llegue- repitió ya más bajo pero con una sonrisa de oreja a oreja.
-Si, llegaste, casi veinte minutos tarde, ¿la puntualidad significa algo para ti Antares?- chisto enojado el pelirrojo.
-Claro, significa que te importo yo lo suficiente como para esperarme por veinte minutos- replico con tanta naturalidad Milo, que Shaka tuvo que ahogar una sonrisa llevando la mano al rostro y ganándose así una mirada fría de Camus.
-Antares… no colmes mi paciencia tan temprano… te aviso…
-yo te aviso que me gustaría que hubiese algo entre los dos…- respondió Milo, siempre descarado, Shaka no podía dejar de pasar su mirada del uno al otro, si es que eran como agua y aceite, y sin embargo…
-Si a mí también me gustaría que lo hubiera… un muro de concreto, bien alto…- iba diciendo Camus cuando algo los interrumpió, una voz gruesa y desesperada que había gritado y había hecho que los tres, así como todos los demás presentes en la biblioteca, desviaran su mirada rápido hacia la entrada
-¡¡Shaka!!- volvió a repetirse el grito y Saga Gemini entro, con todo ese porte gallardo que tenia, a pesar del sudor que recorría su frente y ese sonrojo en el rostro por el esfuerzo de buscar a Shaka todo el día
-Mierda- susurro Shaka para sí, pasando su mirada rápidamente de Camus a Milo y finalmente al hombre que se acerco a ellos a paso veloz, para cada uno de ellos, una sensación distinta, busco en la mirada de Camus apoyo, miro a Milo con toda la incomodidad de quien sabe que habrá una escena delante de un perfecto desconocido, y finalmente, miro a Saga con miedo, mucho miedo.
-Ho…Hola Saga- saludo con lo que a él le pareció un tono jovial, la mirada de Saga paso de Milo y Camus (que ni habían podido abrir sus libros), para él solo existía Shaka.
-¡Niños molestos! ¡Ruidosos! Fuera de la biblioteca!- gritaba la vieja bibliotecaria, y por un momento ni a saga ni a Shaka les importo demasiado el que los sacaran de la biblioteca, a Milo muchísimo menos, le habría gustado tener un pote de cotufas* para seguir viendo el “drama”, el único molesto y abochornado, era Camus.
-Nunca me habían sacado de la biblioteca- se quejo en voz alta, pero ninguno lo oyó, la pareja se mantenía de pie debajo del dintel de la puerta, mirándose sin decir nada.
-¿Qué es lo que ocurre?- pregunto bajito Milo a su lado.
-ya sabrás…. Cuanta tensión….- replico Camus
-Si… ¿Y si nos besamos para romper la tensión?- sugirió entonces el rubio de modo que Camus dejo de mirar a su primo para lanzarle una mirada envenenada
-Imbécil….
-¿¡Quieren callarse los dos!?- chisto Shaka haciéndolos callar de inmediato, para entonces mirar a Saga.- Saga… veras…
-¿Hay otra persona? – pregunto de la nada Saga temiendo lo peor
-¿otra persona?... Si… ¡pero no es lo que estas pensando! Quiero decir, si hay otra persona, pero no entre nosotros… bueno si estará literalmente entre nosotros pero…
-¿Qué? Habla claro que no te entiendo…- pidió Saga, mirando de reojo a Milo, como los había encontrado juntos, en su mente pasaban unas ciertas ideas homicidas hacia el mejor amigo de su hermano.
-Saga… estoy embarazado….
Saga casi se tragó la lengua y se volvió rápidamente hacia Shaka, mirándolo de hito en hito, olvidándose incluso de respirar. Abrió la boca para decir algo y entonces… se desmayó y cayó de espaldas con un gran estruendo.