Mu habría jurado que lo mas incomodo del día seria hablar con Aldebarán, o el hecho de que Saga le acorralara contra la pared cuestionándole la actitud de Shaka ese día con el… no era fácil mirar a saga a la cara sin recordar a Kanon en aquel auto, el solo recuerdo le sonrojaba e instantáneamente comenzaba a tartamudear delante de un muy irritado Saga… con todo eso, había algo que le había incomodado mucho mas, y había sido encontrar a Kanon con Saori Kido sentada en sus piernas y comiéndose a besos. Había literalmente huido de la escena sin que siquiera el gemelo se diera cuenta. Comenzaba a creer que Shaka había tenido razón como siempre y había algo raro en que Kanon le buscara tan de pronto, eso justamente iba pensando de camino a su casa, había optado por caminar, puesto que pensar era lo que necesitaba, cuando una corneta le hizo girar el rostro y ver al motivo de sus sinsabores.
-¡Mu! Justo iba para tu casa a buscarte lindura - le llamo Kanon desde su auto con una sonrisa de galán que hizo estremecer a Mu, ambos se habían detenido.
-T..Te vi… con ella… - tartamudeo conteniéndose de hacer una escena en la mitad de la calle, mirando a Kanon por la ventanilla
-¿Con ella?- pregunto este
-si… Saori Kido… no l..lo niegues- murmuro el pelililia
-Ah claro… no sabía que estabas por ahí- respondop sin darle mucha importancia
- ¡Si vas a ser así es mejor que no sigamos saliendo juntos!- grito entonces el siempre calmado Mu, perdiendo su tan legendaria paciencia para sorpresa del gemelo
-¿pero de que hablas? No sabía ni que estábamos saliendo- respondió este con naturalidad antes de pensar bien que decía.
-¡Eres un idiota!- volvió a gritar el menor, comenzando a caminar de nuevo mientras Kanon le seguía a la misma velocidad desde el auto.
-No… perdón… no lo quise decir así- dijo Kanon intentando corregir sus palabras, el trato con Milo había sido pasarle cierta cantidad de información para hacer la apuesta más justa… no podía dejar que Mu se enojara con el- es que si lo ves, tu y yo jamás quedamos en nada aquella noche- hizo notar, haciendo que Mu se detuviese.
-¿Y qué pensabas? ¿ qu..que me acostaba con..ti.tigo por que si?- pregunto el chico ahora si a punto de llorar.- pensé qu..ue seriamos… seriamos…
-¿Qué? ¿Novios?- pregunto Kanon, saliendo del auto para acercarse al pelilila- Mu… mis padres ya tienen suficiente con Saga, comprende, nadie puede saber que también me van los hombres… aunque sea uno tan hermoso y perfecto como tu- aclaro tomando el mentón del chico para poder verle fijamente a los ojos- vamos lindura… sabes que te quiero…- mintió con tal facilidad que Mu no pudo más que creerle
-Pero… entonces… ¿que hacemos?- pregunto intentando controlar el maldito tartamudeo que solo se controlaba cuando gritaba
-Pues mantengamos esto en secreto por un tiempo… puede ser muy excitante ¿sabias?
-Pues… no le consigo la gracia a estar contigo y no poder gritárselo a todos- dijo respirando profundo haciendo un pequeño mohin
-tu hazme caso… ¿te mentiría yo?
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Reanimar a Saga no fue tan dificultoso como Camus habría imaginado, con un poco de alcohol y un algodón que les facilito la enfermera del instituto, lentamente, el gemelo mayor abrió los ojos pesadamente y fue entonces Milo, quien tomo al pelirrojo por la camisa y le hizo una señal, a esos dos era mejor dejarlos solos.
-¿Que sorpresota no?, espera a que le cuente a Kanon, joooder y con lo estricto que son los padres de esos, su madre Hilda inspira miedo con solo una mirada.
-Saga es un chico responsable, a diferencia de la mayoría de atolondrados en este instituto, estoy seguro que tanto sus padres, como mis tíos, entenderán que ha sido un imprevisto, además… mi tío Asmita no es tonto y seguro ya imaginaba que esos dos mantenían relaciones, a ver qué pasa ahora… lo mas fastidioso de todo esto es que nos hemos quedado sin donde estudiar.
-que mal pues- respondió sarcástico Milo, ganándose por ello una mirada reprobatoria por parte de Camus.
-Me comprometí con nuestra profesora y no voy a fallar… yo nunca lo hago- dijo entonces Camus con prepotencia y un poco de enfado
-Vale… Vale… ¿entonces qué?- interrogo el rubio, deteniéndose cuando el contrario lo hizo, Milo podía ver la ideas pasando veloces por la analítica mirada de Camus, por supuesto no se lo había dicho nunca, pero era una de las cosas que le habían atrapado del francés cuando lo conoció…
/FLASHBACK
Todo mundo hablaba del nuevo estudiante, las chicas cuchicheaban que era francés, que tenía un porte elegante, refinado y demás cosas, incluso muchos otros chicos lo decían, y pronto Milo, descubrió el motivo de tanto revuelo, Shaka era enigmático y hermoso, pero su primo, Camus, era mucho más interesante, atrajo la atención del griego rápidamente, no era solo elegante, refinado y todas esas cosas que le habían dicho, era también bastante sexy, no del tipo sexy “ te hago de todo y soy un coqueto”, no, era algo mucho más sobrio y atrayente, tenia esa actitud de chico inalcanzable. Ante tal descubrimiento, Milo no dudo en acercarse antes de que alguien se le adelantara.
Al quinto día de haberse visto por primera vez, Milo decidió poner en marcha toda su galantería, abiertamente bisexual, no dudo en acercarse a Camus cuando estaba recogiendo sus cosas para irse y algunos alumnos hacían lo mismo
-Hola- dijo con una sonrisa, tomando el libro que Camus tenía en su mano y se disponía a guardar- ¿me recuerdas? Hablamos ayer…
-Em… si… el amigo del hermano de Saga ¿no?- respondió Camus algo extrañado por tal acercamiento, sin embargo, su mirada se enfoco entonces en el libro que había estado a punto de guardar, y que en esos momentos, Milo doblaba un poco, con rapidez se lo quito de las manos - ¡No lo dobles!
-Uy, vale, tranquilo- respondió Milo con una risita burlona que fastidio a Camus e hizo aparecer un coro de risas iguales en el salón, Camus se sonrojo un poco entonces.
-¿Qué quieres?- pregunto entonces el pelirrojo en un intento de recuperar el control, terminar de guardar sus cosas e irse.
-Bueno… ya que eres franchute, nuevo en la ciudad y todo eso…te daré el honor de mi presencia por un rato, normalmente no lo haría pero… por un bom bom como tu…- agrego mirando de arriba debajo de Camus que frunció el entrecejo de nuevo.
-deja de hacer eso- reclamó fastidiado, definitivamente, si Milo no hubiese actuado así, podría haber tenido un mejor comienzo con Camus, para nadie pasaba desapercibido el atractivo del rubio, ni siquiera para Camus, pero con esa actitud.
- ¿No te gusta que te miren?... qué suerte, no necesariamente tendríamos que mirarnos- respondió este con una sonrisa, demasiado confiado de su encanto, acorto un poco la distancia y planto sus labios en los de un muy asombrado Camus que no acato a hacer algo para impedirlo.- Umm… soso y sin mucho sabor… ¿Qué no era que los franceses eran ardientes?- agrego entonces Milo en voz alta como quien critica un platillo de comida
Camus se sonó los nudillos y una pequeña vena salto en su frente, si, sin duda el rubio le irritaba como poca gente y antes de poder evitarlo, estrello su puño en el mentón del creído griego antes de que este alcanzara a reaccionar… el salón entero estallo en carcajadas y así fue, como empezó la obsesión de Milo con el de cabellos rojos/
-No podemos hacer nada… ni modo… estudiaremos en mi casa…- termino por decir Camus, haciendo que Milo saliera de sus recuerdos y sonriera.
-¿en tu casa? ¡Perfecto!- respondió sonriente, atusándose los largos cabellos- hoy tengo el auto, ¿vamos?
- Me pregunto que harías si no tuvieses ese auto para presumir- murmuro Camus, siguiendo a Milo en dirección al auto – el día que no lo tengas te tocara irte en autobús
-¡Ugh! Cállate, hace demasiado que no tomo uno ya- respondió con esa petulancia que tan odioso lo hacía a los ojos de Camus, pero prefirió callarse para no darle la satisfacción a Milo de molestarle.
El auto de Milo le recordaba en cierto modo al de Hades, no pudo dejar de pensar en que diría este si supiera que Milo estaría en su casa…
-¿Por qué te molesta tanto Hades?- pregunto entonces de pronto Camus cuando se subieron al auto y Milo le miro sorprendido unos segundos antes de hacer una mueca y encender el auto.
-¿Qué tiene el que no tenga yo?- pregunto entonces el rubio echando el carro a andar aunque Camus no le hubiese dado la dirección
-¿Qué tiene eso que ver?- pregunto Camus extrañado y entonces negó con la cabeza- da igual, yo pregunte primero… ¿Por qué te molesta? En cierto modo ustedes dos son muy parecidos… él es más maduro claro esta…- ante estas palabras, Milo comenzó a reír.
-Si…ya…muy maduro, claro…- murmuro negando con la cabeza mientras manejaba, se sumieron entonces en un incomodo silencio que se alargo unos cuantos minutos, hasta que fue el mismo Milo quien lo interrumpió- él fue el causante del divorcio de mis padres- dijo, ¿Por qué lo hacía? ¿Una treta para ganarse la confianza de Camus? ¿O de veras se sentía en confianza él con el pelirrojo?
-¿Hades?... ¿pero cómo es eso posible?- pregunto Camus ahora mas extrañado aun.
-Pues si… fue el amante de mi papá Albafica y… no conforme con eso… luego le mando a mi padre mensajes de voz recalcándole lo que había hecho… es un maldito cretino…- termino de decir con frialdad que dejo a Camus sin saber muy bien que decir.
-Umm… lo lamento Antares… no sabía todo eso…- se disculpo finalmente el francés con un mal sabor en la boca.
-Ni tu ni casi nadie… de mis amigos solo Kanon lo sabe… me imagino que el idiota de su hermano también, y por supuesto, el novio de Dita, pero nadie más lo supo y te pido que no se lo digas a nadie…
-No lo hare- aseguro Camus con un suspiro- Sabes, el motivo por el que vine a Grecia es precisamente que mis padres se están divorciando…
-¿En serio?... no sabía- mintió Milo, después de todo, ese revolcón de Kanon con Mu había servido de algo, aunque fuese un poco de información - ¿y te sientes cómodo con eso?
-Pues… es preferible estar aquí que tener que verlos pelear por quien se queda con que… pero extraño mis amigos si te soy sincero – respondió Camus y suspiro- mi padre Degel… al igual que mi tío Asmita, es doctor… Mamá Marín es jueza… así que no es un divorcio fácil precisamente…- decía Camus, quedándose callado cuando vio que Milo le había traído a casa- oye… ¿alguna vez te dije mi dirección?- pregunto mirándolo de reojo en el auto.
-Nop… pero he estudiado con Shaka desde jardín de infancia, se donde queda su casa… ¿que no es ese el auto de Saga?- pregunto Milo y ambos miraron al frente, bajándose de este, estaban no solo Saga y Shaka, sino también una mujer alta de aspecto severo que Camus imagino, seria la madre del gemelo
-¡oh! Ahora no voy a querer entrar…- confeso el chico imaginando el incomodo ambiente que habría cuando hablaran con sus tíos.
-No importa, quedémonos aquí estacionados un rato- dijo sin complicaciones Milo, subiéndole un poco el volumen a la canción “I Surrender”* que sonaba en el reproductor.
-D..de acuerdo…- accedió Camus mordiéndose el labio inferior, y todo lo que tenía que explicarle a Milo,¡ se iban a atrasar muchísimo!, intento calmarse un poco tamborileando los dedos sobre su propia pierna, quedándose callado, su naturaleza era más bien, siempre silenciosa, lo contrario de Milo, que solo permanecía en silencio, negándose a ser el que hablara primero.
-¿Aun se quieren?- pregunto finalmente Camus, dejando a Milo algo confuso, confusión que Camus noto en los ojos azules y sonrió- tus padres… ¿aun se quieren?
Milo volvió su mirada al frente y frunció un poco el entrecejo, pensando en la situación de sus padres, ciertamente hacia mucho que no los veía felices juntos, ni siquiera decir que pasaban tiempo de calidad ellos dos, si se lo hubiesen preguntado antes del “incidente” habría dicho que no sin vacilar, mas, luego de ver a Kardia tan mal como estaba en el hospital…
-Si… sí, creo que aun se aman… pero… no sé si su orgullo...
-Entonces tal vez aun haya forma de que se reconcilien… -interrumpió Camus sin dejar de mirar a Milo aunque este no le devolviera la mirada-Alguien dijo una vez, “es mejor perder tu orgullo por la persona que amas, que perder a la persona que amas por tu orgullo”
-No creas que no lo he notado, citas a muchísimas personas... ¿por qué?- pregunto Milo girando un poco la mirada, encontrando para su sorpresa, un dejo de interés en los ojos rojizos del francés.
-bueno… supongo que porque me gusta leer… y compartir los pensamientos o frases que me parecen dignos de memorizar…- respondió sincero, para esbozar luego una pequeña sonrisa, cosa poco propia de él y que sin embargo, encanto a Milo que le imito.
- ¿Y qué hay de tus padres?... ¿se aman?- pregunto el rubio, borrando con ello la sonrisa del rostro pálido de Camus de inmediato.
-Um… va a ser que no….- contesto escueto
-Anda que… yo te he contado lo de mis padres, ¿Por qué ahora eres tan parco? No le diré a nadie…- pregunto sonriendo, solo un poco, no quería que Camus pensara que se burlaba de el
-No es eso… es que… es complicado…
-No soy tan tonto, seguro entenderé…- insistió sin perder su porte gallardo
-Mejor no, es realmente largo de contar….- murmuro Camus, esquivo, incomodo
-Los Gemini aun no se van, ¿ves? No han salido de tu casa, así que tenemos tiempo…
-¿No lo vas a dejar pasar verdad?...
-No- aseguro Milo sin perder su sonrisa
-Bueno… tendré que arriesgarme… y esperar que no me detengan mis tíos camino a mi habitación…- respondió el chico, abriendo la puerta del auto y descendiendo.
-¿Qué? ¡No! ¡Espera Camus!- grito Milo bajando también del auto para correr a su lado-¿no me digas que te has enojado?
-No… no estoy enojado… hasta mañana - se despidió esto, abriendo la puerta para pasar, mas cuando iba a cerrarla, Milo metió el pie para impedírselo con una sonrisa de oreja a oreja
- Espera cubito… nunca me respondiste… ¿que tiene el que no tenga yo?
-¿Hades?- pregunto en un susurro Camus con la puerta a medio cerrar- me gusta cómo me trata… me hace sentir cómodo…- admitió Camus y suspiro empujando con su pie el del rubio- Hasta mañana Milo…- repitió y cerro esta vez la puerta, lo que no vio fue la sonrisa burlona de Milo, mal que bien, le había dicho Milo y no Antares, ya era algo.