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I'm your prey por LittlePrincess73

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Notas del capitulo:

Y aquí os dejo la tercera parte de este mini fic Taoris ;P

Espero que os guste!! ^^

POV. TAO

 

No podía concentrarme, tampoco podía decirle que quería que se detuviese.

Mi mente solo era capaz de pensar en el tacto de sus manos sobre mi cuerpo, en la calidez de su aliento en mi piel cuando acercaba sus labios para besar mi cuello sin prisa, encendiéndome, mareándome.

Sabía que era por la bebida, sabía que se aprovecharía de mí, pero en ese instante era incapaz de ver qué estaba mal con el asunto.

Lo quería.

Las sábanas comenzaban a calentarse bajo mi espalda al mismo tiempo que lo hacía mi cuerpo interiormente con cada caricia, con cada roce.

Kris se había encargado de llevarme a aquella habitación de hotel, de quitarme la parte superior de mi ropa, de hacerme olvidar que no debería dejar que aquello ocurriese.

Le vi sonreír sensualmente cuando miré a través de mis pestañas, mis ojos cerrados por el placer que me causaban sus manos recorriendo mi torso, jugando descaradamente con mis pezones, sacando suaves gemidos de mí que ya no intentaba contener.

Sus labios devoraron los míos con hambre, obligándome a corresponderle, a saborear su lengua con la mía, a iniciar una batalla que claramente él dominaría, porque yo quería que lo hiciese.

Gemí entre sus labios cuando su erección se frotó descaradamente con la mía por encima de los pantalones que aún llevábamos puestos, su lengua recorriendo ahora mi labio inferior.

Atrapé el suyo entre mis dientes, tirando un poco de él, para luego coger su pelo, profundizando el beso mientras introducía mi lengua en su cavidad, explorándola como él ya había hecho antes con la mía.

No era correcto, pero para mí estaba bien.

Su cuerpo estaba sobre el mío, pero no tenía su peso apoyado en mí.

Le dejé hacer cuando deslizó sus labios por mi mandíbula, mordiendo levemente, para ir descendiendo por mi cuello dando pequeños besos que alternaba con mordiscos.

Succionó una porción de piel demasiado cerca de la yugular, haciendo que mi pulso se acelerase todavía más de lo que ya lo estaba ante aquello, cogiendo aire ahogadamente.

Noté la sonrisa que formaron sus labios pegados a mi piel cuando continuó descendiendo, hasta comenzar a prestar nuevamente atención a mis pezones, desatendidos desde hacía unos minutos.

Apretaba uno entre los dedos de una mano mientras tiraba del otro suavemente con los dientes, para luego humedecerlo con saliva al pasar la lengua y soplar encima, provocando que se endureciese y mi cuerpo se estremeciese.

Parecía adivinar qué era lo que me gustaba, y era inquietante, pero no importaba.

Abrí mis piernas inconscientemente, permitiendo que se colocase mejor sobre mi cuerpo, aprovechando para rodear sus caderas con mis piernas, friccionando nuestros miembros cuando moví la pelvis al arquear la espalda después de que cambiase sus atenciones hacia mis sonrosados botones.

Escuché una especie de gruñido bajo cuando aumenté un poco la velocidad con la que movía las caderas, provocando que mordiese con algo de fuerza mi pezón.

La zona donde había hincado los dientes ardía, pero no acababa de sentirse mal.

Suspiré, entre aliviado y molesto cuando dejó de atenderme para retomar el camino descendiente por mi cuerpo, deteniéndose en mi ombligo, jugando con él, simulando pequeñas embestidas en su interior con la lengua, mordiendo sin hacer mucha presión.

Notar sus dientes en aquella zona me sobresaltó y me excitó. Se sentía diferente, extraño… era agradable, notaba pequeño hormigueo recorrer todo mi cuerpo para dirigirse a mi entrepierna cada vez que lo hacía.

Sus manos se dirigieron hasta mi pantalón, desabrochándolo para quitármelo en apenas unos segundos.

Recorrió con la yema de los dedos la zona interior de mis muslos lentamente, sin ejercer apenas presión, provocando que se me erizase la piel por su contacto.

Luego decidió hacer lo mismo por los labios, besando aquella zona sensible de mi cuerpo, acomodado entre mis piernas para tener un mejor acceso, dejando marcas completamente rojas en mi blanca piel.

Quedarían moradas en un rato, pero se sentía bien cuando mordía y tiraba de mi piel, cuando decidía succionar un poco para dejar un chupetón.

Permití que me llenase ambos muslos de marcas que no podría enseñar en varios días, incluso me quejé cuando dejó de prestarles atención para deshacerse de mi ropa interior.

Gemí cuando su mano agarró mi erección, como estudiándola cuidadosamente con los dedos, siguiendo el camino que formaban las venas desde la punta hasta la base.

Inició los movimientos con la mano lentamente, ejerciendo una leve presión que me hacía querer más, mis manos sujetas a las sábanas para no hacer yo mismo lo que estaba deseando que me hiciese.

   -    Kris… ngggh… más… emh… más rápido – supliqué, mi voz enronquecida.

Apretó más mi miembro en su mano, cesando todo movimiento, provocando que le mirase.

   -    Pídemelo bien.

Su voz sonaba aún más ronca que la mía.

Me molestó un poco que me dijese aquello, incluso, por unos segundos, pensé en irme en ese instante, posibilidad que se había mantenido alejada de mi mente desde hacía mucho rato, pero notar cómo su mano ejercía aún más presión sobre mi miembro me hizo cerrar los ojos mientras jadeaba sonoramente.

   -    Hy… Hyung… por favor… házmelo más rr… rápido – susurré, casi gimiendo la última sílaba cuando comenzó a  jugar nuevamente con mi erección.

Notaba esas corrientes eléctricas recorriendo mi espina dorsal, concentrándose hasta llegar a aquel punto entre mis piernas, esas cosquillas placenteras en mi bajo-vientre que aumentaban conforme me acercaba cada vez más al final.

Sujeté fuertemente las sábanas cuando sentí su lengua recorrer mi miembro de una sola vez como si fuese un helado, humedeciéndolo, para luego rodearlo por completo en su cavidad bucal.

Sus dientes rozaban de vez en cuando la piel de aquella zona extremadamente sensible, mientras aumentaba el ritmo, succionando la punta a ratos, sacando gemidos de mí que me harían estar afónico al día siguiente.

Estaba muy cerca del final, pequeños espasmos recorriendo mi cuerpo, cuando se alejó de mí, presionando la punta de mi erección, impidiéndome terminar.

Me quejé, molesto por aquella acción, molesto por la sonrisa lujuriosa que mostraba su rostro.

   -    Demasiado pronto para terminar – comentó, abriendo más mis piernas, obligándome a levantarlas hasta que me indicó que las sujetase, dejando completamente a la vista mi entrada.

Era vergonzoso estar así con él, su rostro entre mis piernas, acercándose a mi rosada entrada.

Cerré los ojos cuando tanteó con los dedos el lugar, rozando primero, ejerciendo una leve presión después, para luego solo seguir acariciando un poco sin llegar nunca a entrar.

Con la mano que aún tenía libre, pues se negaba a soltar mi erección aún, me alzó un poco más las caderas, quedando todavía más cerca de él, más expuesto.

Arqueé notablemente la espalda cuando su lengua humedeció por primera vez aquel lugar, aunque luego continuó, ensalivándolo bien, recorriendo circularmente el exterior, hasta que decidió introducirla.

Aflojé un poco el agarre en mis muslos, casi soltando mis piernas, aunque conseguí no hacerlo, ante la mirada lasciva que me lanzó Kris.

Sus ojos no abandonaron los míos durante un corto tiempo, aunque en ningún momento abandonó su actividad.

Mis uñas se marcaron en mi propia piel cuando introdujo el primer dedo de golpe en mi entrada, lanzando a través de mi cuerpo una gran sensación de molestia, que desapareció tan pronto comenzó a imitar pequeñas penetraciones con él.

El segundo dedo dolió más, clavando más profundamente las uñas en mis muslos, hasta el punto que no sabía qué dolía menos.

Sentía sus dedos abrirse en mi interior imitando unas tijeras, dilatando mi entrada, jugando con mi paciencia cuando mi cuerpo pedía por algo más que aquello, cuando incluso mis gemidos parecían querer pedir por más.

Mordí mi labio inferior cuando introdujo el tercer y último dedo, provocándome un pequeño corte, sintiendo el sabor metálico de la sangre, a la vez que comenzaba a moverlos en mi interior lentamente.

El dolor pasó a ser placer en pocos segundos, sintiendo que me faltaba algo.

Hinqué mis uñas nuevamente en la parte trasera de mis piernas cuando tocó ese punto que me hacía contener la respiración, ahogar mis jadeos, simplemente delirar y suplicar por más.

Solo con sus manos me estaba haciendo llegar al límite nuevamente, hasta que la presión en la punta de mi erección me frustró otra vez.

Casi lloriqueé de molestia cuando retiró sus dedos de mi interior, haciéndome sentir completamente vacío.

Solté mis piernas, apoyando la planta de los pies en la cama, descansando mis brazos sobre mi estómago, intentando recuperar mi respiración.

Kris me miraba, sentado sobre sus rodillas en la cama.

Aún llevaba los pantalones puestos.

Desabrochó el botón de estos lentamente, bajo mi atenta mirada, que no abandonaba por nada del mundo lo que hacía.

Cambió de lugar, sentándose a mi lado, su torso apoyado en el cabezal de la cama, una mano rozando por encima de la tela su erección.

   -    Si lo quieres, gánatelo – musitó, sus ojos fijos en los míos.

Esas palabras me hicieron sentirme como una prostituta barata, pero lejos de ofenderme, solo me excité más.

Me levanté, colocándome en sus caderas, mis piernas a cada lado de su cintura.

Junté mis labios con los suyos, iniciando un lento beso, profundizando sin prisa, incitando a su lengua a responder a la mía, alterando nuestra respiración nuevamente.

Sus manos estaban en mi cintura, las mías en su cuello, como sosteniendo su cabeza para asegurarme de que no se alejaría de mí sin mi consentimiento.

Esta vez era yo quien mordía su labio inferior, quien tironeaba de él para enrojecerlo, el que disfrutaba torturándole un poco a mi manera.

La suave presión de sus manos en la piel de mi cintura me gustaba, me incitaba a seguir adelante.

Le imité, recorriendo su cuerpo con mis manos primero, lentamente, hasta llegar al pantalón, comenzando a desabrocharlo mientras descendía con mis labios, explorando su piel con ellos.

Besé su cuello, deleitándome cuando sentí bajo mi lengua su acelerado pulso, disfrutando simplemente de él.

Le marqué como él lo hizo conmigo, succionando pequeñas porciones de piel, mordiendo allí donde me apetecía, encendido por los suspiros que se le escapaban a Kris.

Dejé mis manos en el borde del pantalón, recorriendo con mis pulgares la zona. Me gustaba sentir su piel bajo mis manos.

Besé uno de sus pezones para luego lamerlo, llenándolo de saliva, tirando de él, succionando, hasta que conseguí endurecerlo, oyendo de fondo como él aguantaba la respiración, disfrutando de lo que le estaba haciendo.

Pasé a entretenerme con el otro de igual forma, felicitándome interiormente cuando conseguí rápidamente tener lo como el otro.

Solo ver lo que le estaba haciendo conseguía que quisiese explotar.

Dejé un beso en medio de su pecho antes de besar sus labios demandantemente mientras esta vez sí comenzaba a bajar sus pantalones.

Me deslicé hacia abajo con ellos, quitándolos a la vez que los bóxers para ahorrar tiempo.

Estaba completamente erguido ante mí, sus labios húmedos por el beso que acabábamos de compartir, sus ojos brillantes de deseo.

Fue mi turno de sonreír por lo que había logrado.

Prefería ser directo, así que tomé con una mano la base de su erección, mientras lamía la punta lentamente, trazando formas inconexas en ella que le hicieron soltar una especie de gruñido por el placer.

Lo engullí lentamente, introduciéndolo todo lo que pude hasta mi garganta, hasta casi provocarme arcadas.

Me moví unos segundos muy lento, exasperándole como había hecho él, pero luego no pude evitar acelerar el ritmo, mientras mi otra mano jugaba con sus testículos, los moldeaba, los sujetaba, tiraba un poco de ellos.

Detuve todo movimiento cuando sentí su líquido preseminal en mi lengua, colocándome nuevamente en su regazo, rozando unos segundos nuestras erecciones.

Gemí en sus labios cuando le besé, compartiendo algo de su sabor.

Nos separamos enseguida, ansioso porque me hiciese suyo.

   -    Sabía que esto te gustaría más que a mí – susurró en mi oído.

Sus manos volvieron a tomar mi cintura, mientras me apoyaba en sus hombros para alzarme un poco sobre su erección.

No tuve tiempo de replicar cuando entró de una sola vez en mi interior, desgarrándome por dentro, haciéndome derramar varias lágrimas por el dolor.

Aunque estuviese dilatado y lubricado, aunque también lo hubiese lubricado a él, dolía como el infierno.

Inconscientemente había apretado los hombros de Kris, dejando las mascas de mis uñas, a la vez que mi cabeza estaba en su hombro, escondiendo el rostro del cual caían pequeñas lágrimas.

Sus manos recorrieron mi espalda, intentando distraerme, sus labios buscaron los míos cuando le miré, entrelazando nuestras lenguas, incitándome a estar pendiente solo de eso.

Lo logró durante unos instantes, hasta que sentí la necesidad de moverme.

Comencé a mover un poco las caderas, esperando que él comenzase a moverse también, adaptándonos al ritmo del otro, algo en lo que apenas tardamos.

Sentía como se deslizaba cada vez más profundo en mi interior, casi obligándome a gemir en sus labios, a querer aumentar la velocidad.

Sus manos elevaban mis caderas para ayudarme a moverme, terminando por seguir completamente la velocidad que él me marcaba, arqueando levemente mi espalda cuando llegaba muy dentro de mí.

Gemí en su oído cuando rozó ese punto que me hacía elevarme por encima del placer más profundo, pidiéndole una y otra vez que lo repitiese, que me diese ahí, que lo hiciese más fuerte.

Salió de mí, poniéndome en cuatro y entrando rápidamente en mi interior, de una vez, profunda y duramente.

Grité, pero no de dolor, solo de placer. Había acertado la primera vez desde esa postura.

Sus embestidas eran rápidas y certeras, haciéndome ver las estrellas sin cesar, cada vez más duro, porque yo se lo pedía, porque era lo que él quería.

Estaba cerca del final, sentía que no quedaba mucho tiempo para que acabase, cuando me dio media vuelta, quedando tumbado en la cama nuevamente, él entre mis piernas.

Rodeé su cadera con mis piernas, logrando que llegase más profundo en mi interior, besándonos de vez en cuando, acallando los ruidos que producíamos ambos cada vez que salía completamente de mí para volver a entrar.

Su mano comenzó a prestar atención otra vez a mi miembro a la misma velocidad que sus embestidas, mientras intentábamos mantener el contacto visual.

Arqueé la espalda cuando me derramé entre nuestros cuerpos, los espasmos recorriendo mi cuerpo, apretando el miembro de Kris, que terminó en mi interior segundos más tarde.

Apoyó su peso en mí hasta que recuperamos un poco el ritmo normal de nuestros corazones y salió de mi cuerpo, tumbándose a mi lado.

No hablamos, solo había silencio en la habitación, interrumpido por nuestras respiraciones constantes, aún ligeramente alteradas.

Suspiré, y hablé, sin atreverme a mirarle, la vergüenza haciéndose presente.

   -    No debiste drogarme para esto.

Quería enfadarme, pero se había sentido demasiado bien como para pretender que no lo había disfrutado. Tampoco era tan buen actor.

Le vi sonreír de reojo, hasta que se colocó de lado, mirándome, su mano recorriendo mi cuello con los nudillos, deslizándola por mi mejilla.

   -    Pero te gustó. Lo has disfrutado como hacía tiempo que no lo hacías. Y vas a querer repetirlo por cuenta propia.

Su tono era burlón, mirándome prepotentemente, como si supiese sin ningún asomo de dudas que todo lo que había dicho era cierto.

Era triste reconocer incluso delante de mí mismo que era cierto.

Giré, subiendo sobre su cuerpo hasta colocarme de nuevo en sus caderas, mis codos apoyados en su pecho, mirándole directamente a los ojos.

Le sonreí.

   -    Convénceme de ello – mordí su labio inferior hasta depositar mis labios al completo sobre los suyos, para mirarle nuevamente.

Sonrió a su vez, sentándose conmigo encima.

   -    Me aseguraré personalmente de lo digas con tus propias palabras – susurró, atrapándome nuevamente entre sus brazos.

Aunque en aquel momento había sido una mala decisión, en esos momentos no me importaba, porque había dejado de parecerme tan malo.

Porque sabía que conseguiría que le reconociese que quería más de ello, que querría repetirlo todas la veces que él quisiese.

Notas finales:

Y bien (?) O/

Espero que os haya gustado... y que me dejéis vivir para que siga subiendo cosas (?) XD

La verdad es que pensé que me quedaría peor pero... no está tan mal no?

Digo... soy consciente que he escrito yo misma cosas peores... por eso lo digo XD

Dentro de lo malo, no lo es tanto (?)

Ok lo dejo ya jajaja

Muchas gracias a tod@s l@s que habéis leído el fic, y especialmente a las personitas que comentáis, que me alegráis el día!! ^^

Espero leernos en otra ocasión! ^^


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