me sentía observado, acechado, sentí un tirón en mi vientre e intente calmarme, estaba alterando a mis hijos y lo sabia, respire profundo y susurre un cantico de protección a Ahura Mazda y canalizando su magia a través de mi voz, sus parientes pudieron ser unos avariciosos casi dejándole en la ruina pero le enseñaron bien sus raíces, lo cual le permitió aprender de los tres mundos principales además de recobrar su fortuna con el poder de su magia Draconiana y buenas inversiones tanto en los tres mundos como en el humano.
Un ruido a mi espalda me hizo girar y mi respiración se quedo atragantada, sentí de nuevo un dolor en mi bajo vientre y lo acaricie para que se calmaran, nunca podría olvidar a aquel hombre tan imponente.
- ¿Podemos hablar?- pregunto el extraño, no tan extraño en un tono bajo que se le hizo casi suplicante
- ¿Esa es tu costumbre violar primero y hablar después?- pregunte en el tono mas mordaz que pude.
- Lo siento- dijo
- Sabes, eso ya no importa, en parte me alegro que vinieras tenemos un problema mas grave que ese, sígueme mi casa esta cerca.
Dirigí aquel extraño a mi casa, era el lugar mas seguro, estaba protegida por múltiples canticos y algunos hechizos, por mas fuerte que fuera el demonio no me derrotaría en mi territorio, y el nunca hubiera tenido oportunidad de someterme si no fuera por que estaba en mi época fértil, suspire audiblemente, por mas que quisiera mandarlo a volar no podía, tenia que pensar en mis pequeños, no quería que fueran como yo con una magia incompleta y cero poder demoniaco.
- Adelante- dije cuando llegamos a mi casa.
- Yo… mira… lo siento, no debí pero no soy humano y… ¡por Lucifer! Esto no es sencillo- lo observe levantarse y sentarse mas de quince veces en 5 minutos.
- Bueno, empecemos por el principio, ¿que clase de demonio eres?
- ¿Perdón?- dijo mirándome con la boca abierta
- Tienes un aura demoniaca bastante fuerte a pesar de que las estas suprimiendo.
- Soy un Agni, solo nacen de los magistelo, y son inestables y necesitan un contenedor y pues bueno…
- Por eso volviste, soy tu contenedor- no pregunte, lo afirme.
- Si- dijo en un susurro.
Me levante y fui por un jugo, me hubiese gustado un trago de cerveza pero no debía en mi estado, serví dos vasos y le ofrecí uno al demonio
- Tu nombre- no tenia intención de ser amable con aquel ser aunque lo necesitara por mis pequeños
- Zakael- dijo con una expresión que no supe descifrar.
- Muy bien Zakael, voy a ir directo al punto, ese día pudiste someterme por que estaba en mi etapa fértil soy un Warlock(1) del tipo auglīga(2) pero mi magia esta incompleta por que mi padre abandono a mi madre y no me dio ni un poco de su poder demoniaco, cosa muy común para algunos demonios, a si pues llevo en mi vientre a tus hijo y aunque no quería verte mas, tengo que pensar en ellos y necesitan que les des tu poder demoniaco para que puedan obtener su magia al cien y no convertirse en humanos indefensos durante los 7 días del periodo fértil cada 4 meses y tener un nivel tan pobre de magia.
Un ruido sordo se escucho en la habitación y supe que Zakael se había desmayado, bueno no lo tomo de la mejor forma, garabatee una nota donde le decía que se podía quedar si quería, estaba cansado y necesitaba dormir, los pequeños me cansaban mucho en esta etapa.
Me dirigí al cuarto y susurre el cantico de apertura, la puerta desapareció y entre luego de susurrar otro cantico para cerrarla.
Me desnude y llene la tina con unas sales relajantes y otras aromáticas, regule el agua caliente y tome un largo baño.
Cuando me acosté por fin en la cama acaricie mi abdomen, sabia que Zakael se quedaría y haría hasta lo imposible por que le perdonara, los Agni eran demonios sobre protectores con su descendencia y en especial con su pareja mucho mas si esta era su contenedor, buscarían su felicidad, ahora la pregunta era ¿yo le daría la oportunidad de redimirse?, estaba cansado a si que decidí consultarlo con la almohada, dependiendo del comportamiento mañana de Zakael asítomaría mi decisión.
Extra
El encantador de dragones
Akinwole y Alexia gemelos destinados a ser pareja y jinetes de Ahura Mazda el dragón regente de Agartha, Alexia poseía la vos mas fina de los tres mundos y con esa melodiosa voz calmaba a toda criatura viviente, un día los dragones presas de temor y pánico por una fuerza desconocida empezaron a atacar toda Agartha, los gemelos montaron el dragón y alexia empezó a cantar, poco a poco los dragones se calmaron pero uno antes que la oscuridad saliera de su cuerpo hirió a el dragón blanco Ahura haciendo perder vuelo y estrellándose con una casa, Akinwole se levanto y busco a su gemela, quien yacía inerte una luz salió de su cuerpo y se dirigió a Akinwole “no temas hermano, pronto renaceré y esta vez nuestro amor no será prohibido pues los lazos de sangre ya no nos separan” diciendo esto beso a su gemelo y su alma un nuevo cuerpo encontró para poder vivir una vez mas con su único amor.