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Rescatame por alexriden02

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Notas del capitulo:

Aún siguen los recuerdos de Yoochun, pero sus sentimientos son confusos. Él debe buscar a Jaejoong, pero un beso con Junsu cambiara todo.

Cap. re-editado por el autor

 

 

Desde el balcón de su habitación Yoochun observaba como los niños regresaban de sus escuelas, en EE.UU aun estaban de vacaciones mientras que en Corea había clases. Repentinamente su vista se centro en un grupo de niños que perseguían a otro, atónito notó que el perseguido nuevamente era Jaejoong. Tomó su abrigo y salió rápidamente del negocio de sus abuelos. Logró alcanzar a eso niños  justo en el momento que estaban por golpear a Jaejoong. Yoochun  cual maestro en artes marciales los deriva con facilidad.

 

-Eres muy débil –  dice Yoochun molesto con la patética actitud de Jaejoong.

-¡idiota! – exclamo otro niño a Yoochun, mientras levantaba un palo para golpearlo – Nadie me golpea… ¿Quién te crees?

- ¡que! ¿Quién me creo? – pregunto Yoochun derivándolo con una patada – Mira idiota - dijo furioso mientras derivaba a otros niños que iba a atacarlo por la espalda – Si vuelven a molestar a Jaejoong se las verán conmigo ¿entendido?

-Si señor – dice el niño atemorizado mientras sale corriendo junto a sus amigos.

-Yoochun… ¡Eres muy fuerte! – dice Jaejoong con una tierna expresión en su mirada admirado de la fuerza de Yoochun.

-Mañana –  dijo Yoochun algo serio.

-¿eh?

-Mañana al finalizar tus clases, vendrás a mi casa y te entrenare.

-¿entrenarme?

-Si - dijo cruzándose de brazos – No te rescatare toda la vida, además solo estoy de vacaciones pronto me iré.

 

 

Desde ese día cada tarde Jaejoong iba a la casa de Yoochun para entrenar. Pasaba la mayor parte de su día junto a Yoochun, además que con sus ocurrencias era el único que podía irritarlo y al mismo tiempo sacarle una sonrisa. Yoochun comprendía que Jaejoong no era una de esas malvadas y egoístas personas que su padre describía, sino un niño demasiado amable e inocente. Tan inocente que una vez ambos fueron a buscar unas especias para la abuela Park. En el camino Jaejoong vio a dos personas juntas besándose.

 

 

-Mira esos hombres – señalo a una esquina donde había dos jóvenes – Uno está intentando comerse al otro.

-¡Qué estupidez dices! – volteo Yoochun para callar a Jaejoong y lo llevarlo hacia otro sitio, ya que estaba levantando la voz.

-Casi muero asfixiado… ¿Por qué hiciste eso? – dijo Jaejoong molesto – Debemos ayudar a ese chico el otro estaba intentando devorarle los intestinos por la boca como en la películas de aliens… ¿No será un extraterrestre?

-No… no son aliens, ni intentaba comérselo… - dijo Yoochun molesto por la ingenuidad de Jaejoong.

-Entonces ¿Qué hacían esos chicos? – preguntó Jaejoong.

-Bueno… ellos… ellos se estaban pasando aire – dijo volteando Yoochun para marcharse en busca de lo pedido por su abuela.

-Aaah… ¡ya entiendo! Uno se estaba asfixiando y el otro le hacía respiración boca a boca – dijo Jaejoong alcanzando a Yoochun – Entonces si yo me asfixio… ¿harás lo mismo?

-¡Que! ¡Por supuesto que no! – dijo Yoochun molesto mientras apresuraba el paso.

-Que malo, dejaras que muera asfixiado….

-¡Cállate! – dijo Yoochun sonrojándose de vergüenza.

 

<<Demasiado inocente>> pensó Yoochun al ver que Jaejoong no reconocía un beso entre dos personas y menos que no le pareciera extraño el beso  entre dos personas del mismo sexo. Además conocía la enorme popularidad que Jaejoong tenía con las mujeres cualquiera fuese la edad niñas, adolescentes, jóvenes, mayores, todas lo adoraban por su rostro angelical. Algunas veces usaba esa inocencia de Jaejoong para hacerle bromas, le causaban gracia molestar un poco la ingenuidad que tenia pues no parecía actuar como un niño de 13 años.

 

 

Durante sus cortas vacaciones Yoochun logró apreciar más a Jaejoong, tanto que era la primera vez que le costó despedirse de Corea del Sur deseando no volver a los EEUU, pero tenía que hacerlo por sus padres.

 

 

A unos meses después de volver a EE.UU, su vida estaba tranquila. Una tarde mientras estaba en la escuela se enterró que su padre había sido asesinado en un atentado mafioso al presidente. Su mundo se había derrumbado. Durante el funeral no pudo evitar llorar sobre la tumba de su padre. Con todo su dolor y sin que su madre lo supiera abordo un vuelo hacia Corea del Sur, escondiéndose en la parte de la carga. No esperaba ir hacia la casa de sus abuelos sino a la de Jaejoong.

 

 

*******

 

 

Esa noche también estaba nublada y Jaejoong despertó pues escuchaba unos golpes pequeños sobre su ventana. Bajo presuroso pensando  que estaba viendo un espejismo o que era un sueño, ya que Yoochun estaba parado frente a su casa. Si mal no recordaba Yoochun se había marchado a EE.UU.

 

Cuando finalmente estuvo frente de él, notó que estaba muy triste y con los ojos rojos, como si hubiese llorado por noches. No parecía el Yoochun que conoció hace meses, este estaba tan débil como una pluma mecida por el viento. Nuevamente las lágrimas brotaron de los ojos de Yoochun y Jaejoong no pudo evitar abrazarlo.

 

-Mi padre murió – dice entre llanto  Yoochun – estoy solo… soy tan débil.

-¡no! – dijo Jaejoong con una mirada decidida – Yoochun no es débil, es muy fuerte… - dijo con la voz a punto de quebrarse por el dolor de Yoochun – Cuando mi hermano mayor murió sentí el mismo vacio que estas sintiendo.

 

El llanto de Yoochun se detuvo al escuchar que Jaejoong había pasado por lo mismo, hace tan solo 5  años su hermano mayor había muerto al enfrentarse con una pandilla. Había sido un excelente hermano, siempre lo protegía y estaba a su lado, pero desde su muerte Jaejoong no había vuelto a ser el mismo. Un tanto inhibido con las personas e inocente, lo que le traía problemas con otros niños, pero jamás usaba la violencia pues tenía miedo.

 

-Pensé que caería en un vacio sin fin hasta el día en que te conocí – dijo Jaejoong sonriendo – Por favor nunca digas que estas solo – abrazo  fuertemente a Yoochun, como si deseara jamás soltarlo – Siempre me tendrás a tu lado.

 

Yoochun solo esbozo un débil “gracias” y se aferro a los confortables brazos de Jaejoong.  Él jamás había sido tan fuerte y esa debilidad que creía sobre Jaejoong estaban mal infundadas, pues parecía ser más fuerte que cualquier otra persona. La fortaleza de Jaejoong lo ayudo a seguir de pie. Decidió volver a Corea del sur junto a su madre y vivir una vida como la de cualquier niño, una vida junto a su mejor amigo; Jaejoong.

 

 

*********

 

 

Esos recuerdos sobre su pasado de alguna forma lo habían reconfortado mientras el semáforo pasaba del rojo y marcaba verde.

 

-Jaejoong es lo más importante que tengo – dijo Yoochun conduciendo con la mirada en el camino.

-¿uh? – esbozó Junsu desconcentrándose ya que no entendía a que venían esas palabras tan repentinas después de un largo silencio.

-Él siempre ha estado conmigo en los momentos difíciles, siempre ha sido más fuerte que yo… desde que somos niños hemos estado juntos. Es lo más preciado que tengo y debo protegerlo –  explica Yoochun con un ligero brillo en sus ojos.

-Entiendo – dice Junsu algo triste mientras tecleaba algo tembloroso los códigos en su computadora, pues entendía los sentimientos de Yoochun por Jaejoong. Un amor que él jamás tendría.

 

Repentinamente Junsu gritó que había conseguido cuadrar satelitalmente la ubicación del celular de Jaejoong, además solo estaba a unas calles de ellos. Él estaba tan concentrado en su computadora que no se percato que la mano de Yoochun estaba sobre su nuca. Cuando pudo sentir las heladas manos de Yoochun sobre su cuello ya era tarde, sus labios fueron impulsados a caer en los labios de Yoochun. Fue solo un delicado roce entre ambos labios, solo un instante, pero para Junsu fue una eternidad que no quería que terminase nunca. Su corazón latía tan aceleradamente que apenas podía reaccionar, tampoco podía  responder con más pasión a ese beso.

 

-¿Por…por… qué? – tartamudeo Junsu mientras acariciaba con su mano los labios que Yoochun había tocado,  como quien acaricia un dulce recuerdo.

-No me gusta deberle favores a la gente… así que estamos a mano – dijo Yoochun bastante serio, pues no quería demostrara mucha amabilidad con Junsu ya que creía que sería mal interpretado.

-¿A mano? Nunca te pedí nada a cambio – explicó Junsu enfadándose y limpiándose los labios con la manga de su saco.

-Lo sé – dijo Yoochun suspirando, mientras doblaba en una esquina – ¿Eso era lo que deseabas?… así que ya no te debo nada – dijo Yoochun frenando el auto.

 

 

 

De repente en el auto hubo un profundo silencio, tan profundo que Yoochun pudo claramente escuchar el tiritar de las temblorosas piernas de Junsu. Fingió no verlo, hacerse el desentendido, pero dentro de ese silencio puedo oír claramente el incesante y acelerado latir del corazón de Junsu, el cual bombeaba sangre más rápido de lo inusual. Yoochun sonríe levemente, como si le causara gracia haber inquietado la calma de Junsu.

 

 

Voltea hacia Junsu y centró su mirada en esos labios. Labios delicados como los pétalos de una rosa y dulces como el agua de manantial. Estira lentamente su mano hacia el rostro de Junsu. Acaricia suavemente el borde de los labios con la yema de sus dedos, haciendo que Junsu empiece a temblar y su rostro tome una tonalidad rojiza, pues su corazón bombeaba a gran velocidad la sangre. Cerró rápidamente los ojos pues desde el interior de su pecho despertaba el deseo. Solo el roce de esas manos era capaz de hacer que su corazón se detuviese y latiese al mismo tiempo, solo él podía encender el fuego de su cuerpo y calmar esas llamas.

 

 

Junsu sentía como las heladas manos de Yoochun habían dejado de acariciar los bordes de  sus labios, sintiendo sobre los mismos algo más cálido… tal vez más suaves. Abrió tímidamente los ojos y lo comprendió, Yoochun nuevamente lo estaba besando. Ahora ambos labios estaban unidos casi fundiéndose en el deseo, sus lenguas se conectaban apasionadamente como si desearan jamás separarse. Ya el silencio se rompió con el sonido de ambos labios besándose, el beso paso de ser simple y estático a ser húmedo y encandecedor.

 

 

A lo lejos se lograba escuchaba los estruendos de la tormenta, pero ya nada parecía importar. Solo continuar con la unión de ambas bocas, el roce de ambas lenguas, el jugueteo de ambas manos sobre sus rostros. El cuerpo de Junsu temblaba, sentía como si su corazón brotara de su pecho clamando un solo nombre, a un solo hombre. No daría marcha atrás, su cuerpo ardía en llamas y deseaba quemarse con el fuego de Yoochun.

 

 

Notas finales:

sea como sea el beso es un símbolo de  “entrega”, el que besa deja al besado algo de sí mismo.

ahora solo queda saber donde esta Jaejoong   sera en el proximo capitulo...

 Nota: Gracias por vuestros comentarios...en tan poco tiempo... Son muy agradables ...  ^_^ disculpen si tardo en subir los capitulos 

 Este capitulo tambien va dedicado para ella..

Nii-Chan fue un placer conocerte, realmente  es un honor que nuestros caminos se cruzaran.

 


os animo a que sigais leyendo. Go!!!


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