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Rescatame por alexriden02

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Pasaban de la media noche. El cielo parecía desplomarse sobre la ciudad de Seúl, la lluvia se tornaba más intensa y grandes precipitaciones se derrochaban en especial durante el verano, pero esta tormenta parecía la peor de todas. Hacia inestable cualquier camino. Aunque la peligrosidad de esta tormenta no se comparaba ni  un gramo  con la de aquel hombre furioso, que transitaba a toda marcha por las calles de Seúl como si deseara desaparecer. Obviando todos los semáforos en rojo se puso en marcha hacia la carretera que daba fuera de la ciudad.

 

Por esa carretera no transitaban autos, temiendo  el peligro de los poderosos vientos, pero Yunho se creía tan poderosos y capaz que no lo amedrentaba una simple ventisca.  Había dejado de apuntar a Jaejoong, aunque su gélida  mirada era aun más peligrosa que aquella arma.

 

Atemorizado por su vida Jaejoong no podía dejar de interrogarse que era lo que había hecho o dicho para que Yunho estuviese de ese humor. Decido guardar silencio mientras se acomodaba en el asiento, levantando sus pies y  llevando el extremo de  sus rodillas al pecho.

 

Al mirar por la ventana del auto, Jaejoong se dio cuenta que se estaban alejando de la ciudad, ya no se veían a lo lejos los rascacielos o las residencias hogareñas, ahora estaba en una carretera que ni él conocía. Baja la mirada, intentando esconderla. Ahogo un suspiro  melancólico, recordando ese paisaje de carretera. Cuando era niño  hizo su primera salida de campo con su escuela a la playa, pero no pudo conocer el mar, ya que se había enfermado y tuvo que volver a su casa. Ese verano casi muere de una fiebre extraña.

 

Estaba temblando de miedo, pero aun así debía preguntar hacia donde se dirigían o lo que le sucedería. Trago saliva y junto todo el valor necesario en su débil pecho, ya que había vivido demasiadas emociones ese día. El repentino encuentro con Junsu y lo sucedido en el hotel, la fiesta en el museo y volver a ver a Hyun Joong después de tanto tiempo <<Demasiadas emociones>>  pensó.

 

Humedeció sus labios antes de hablar - ¿Va a matarme? – dijo Jaejoong mirando por la ventanilla.

 

Levantando ambas cejas  y respirando profundo – Tienes trabajo que hacer – dijo Yunho con la mirada gélida sobre el pavimento de la carretera.

 

-¡Eh! Pero… pero…  si ya no estamos en la oficina – volteo para ver a Yunho.

-La oficina es donde yo este – dijo de manera autoritaria  mientras miraba a Jaejoong –

-¿No va a matarme? – dijo Jaejoong tragando saliva, pues tenía miedo jamás había visto esa gélida  expresión en Yunho. Tal vez otras veces lo había mirado así, pero esta mirada le daba miedo, lo atemorizaba.

-No – dijo Yunho apagando su celular - Necesito de un esclavo para esta clase de trabajos.

-No soy su esclavo – susurro muy bajo Jaejoong, pues temía ser escuchado. Aun así ese término le molestaba.

 

Yunho a medida que conducía empezó a palpar el cuerpo de Jaejoong, tocando los bolsillos de su saco.

 

-      ¿Qué hace? – cacheteo  Jaejoong la mano de Yunho << ¿No puede ser, lo golpee?>>  Pensó Jaejoong pues no sabía cómo se atrevió a golpearlo. Inmediatamente bajo su rostro, deseando que la tierra se lo tragara << ¡Ahora si marque mi sentencia de muerte! >> Pensaba asustado.

 

Yunho infló su pecho ante una respiración profunda fingiendo paciencia, pues quería estrangular a Jaejoong  por haberse atrevido a levantarle la mano - Dámelo – dijo Yunho retomando la vista en el camino y extendiendo su mano como si esperara recibir algo.

 

-¿eh?

-Dame tu celular – dijo buscando en los bolsillos de Jaejoong.

-No lo tengo… se me habrá caído cuando me zarandeo o lo habré dejado en la oficina… no recuerdo – dijo enfadado pues recordaba el arma apuntándole. Volteo su mirada en dirección opuesta a la de Yunho.

 

Cuando Jaejoong giro la cabeza, dejó al descubierto su cuello. Y desde ese ángulo Yunho pudo ver unos moretones sobre ese pálido cuello. Lo cual le molesto,  sabía que esos moretones no eran de una pelea sino de otra cosa; furiosos acelero el auto por la carretera mientras la lluvia se intensificaba.

 

-Si descubro que me mientes… te asesinare aquí mismo- dijo Yunho con una mirada llena de enojo, como si por esos ojos escupiera  fuego.

-¡No entiendo porque me odia tanto! – dijo Jaejoong con los ojos empañados, casi al borde del llanto pensando que esta vez nadie lo podría ayudar. No estaba Yoochun ni Junsu para rescatarlo. Estaba solo en las terribles garras de ese hombre.

 

A medida que avanzaban por el camino, la lluvia dejaba de ser intensa haciéndose más tenue. Sobre la carretera no había otro ruido más que el del motor del convertible negro. También se podía escuchar a lo lejos otro sonido, las olas del mar golpeando contra las rocas de la costa. Emocionado Jaejoong se pego al vidrio de la ventanilla, pues aun con un cielo gris el mar se veía radiante y profundo.

 

 ¿Dónde estaba? Lo desconocía, solo sabía que estaba cerca de la playa. No era una playa como en las fotos de revista, llena de gente y hoteles lujosos a sus alrededores. Esa playa estaba casi desierta, si no fuera  por una enorme mansión sobre un acantilado, ubicado muy cerca de la costa del mar. Sobre ese acantilado las olas golpeaban levemente sin hacerle ningún daño; era como una tímida caricia del mar a la hermosa mansión que descansaba sobre lo alto. Bajando de la utopista se encontraba otro camino que conecta la suave arena con la lujosa mansión, dicho camino estaba ligeramente iluminado por unas lámparas.

 

Yunho detuvo el auto frente al camino obligando a Jaejoong a bajar, ya que el camino era de madera y no soportaba el peso de un auto, por lo tanto  debían ir a pie hacia la mansión.

 

Jaejoong negó con la cabeza –  Prefiero quedarme en el auto – dijo temblando de miedo ya que la mansión se veía aterradora con las luces apagadas – Además no debemos entrar en casas ajenas – dijo temblorosos mientras se aferraba al asiento del auto.

 

- ¿Ajenas? – expresó con intriga Yunho mientras salía del auto–

- Si… además deben haber fantasmas… luce aterradora – asienta atemorizado – seguro en ella vivió alguien aterrador que habrá muerto hace años…  su fantasma debe estar rondando en pena por ella – tembló de miedo con solo pensarlo, pues temía a las casas embrujadas.

- Es mi casa… - dijo Yunho mirando algo molesto por los dichos de Jaejoong – miras demasiadas películas de terror.

- ¿Su casa? – se sorprendió – … preferiría los fantasmas – dijo Jaejoong pues lo que más le aterraba eran los fantasmas pero más que eso era Yunho.

- ¡Ven acá idiota! – exclamo Yunho mientras agarraba del antebrazo a Jaejoong  y lo obligaba a caminar hacia la entrada de la mansión.

 

La mansión de la playa era el lugar de veraneo de la familia de Yunho, pero desde la muerte de su padre nadie había vuelto a pisarla. Aunque de vez en cuando mandaba a alguien para darle mantenimiento, como los cables eléctricos, la limpieza o cosas así.

 

 Jaejoong  gritaba ante la oscuridad,  pero cuando las luces se encendieron noto que la mansión no estaba tan mal. Todo lo contrario era bastante grande, los muebles estaban cubiertos por una tela blanca, había algo de polvo en el suelo y en las ventanas, pero aun así no dejaba de ser lujosa. Su asombro al ver completamente el interior fue tal que casi se le desplomo la mandíbula,  era la primera vez que Jaejoong  pisaba el interior de una mansión y menos en la playa.

 

-Límpiala – dijo Yunho bostezando.

-¿Qué? ¿Para eso me trajo? –  dijo desilusionado.

-Si… tendré invitados especiales… ¿No esperas que yo limpie el lugar? –  dijo extendiendo ambas manos para quitarse la pereza por haber conducido varias horas – Para eso están los esclavos – señalo a Jaejoong.

-¡Otra vez llamándome así! – expreso  Jaejoong molesto – ¡Espere! ¿A dónde va? – pregunto pues Yunho le dio la espalda.

-No te incumbe… pero volveré – dijo tomando la llave de la casa – No intentes huir porque te encontrare, no intentes usar el teléfono porque no funciona… si haces lo que te digo no lastimare a tu familia… pero si me desobedeces… - sonrió satisfactoriamente al ver  el rostro de Jaejoong lleno de temor – Bueno no hace falta decírtelo – después se marcho.

 

Era inevitable, nuevamente Jaejoong estaba en sus garras,  lo había amenazado con su familia su único punto débil y por el cual acataba cada orden de ese hombre.

 

 Molesto, Jaejoong  empezó a limpiar la sala, se sentía peor que un esclavo sentía que su voluntad había sido robada por ese diabólico hombre. Desde el instante en que lo conoció su alma fue robada.  Algo desanimado decidió continuar con las habitaciones superiores. Había una que llamo su atención ya que la puerta estaba abierta de par en par, a diferencia de las  demás habitaciones. Algo asustado ingreso a la habitación, temía encontrarse con algún fantasma. Aunque rápidamente su miedo se transformo en emoción ya que la habitación no solo era enorme, sino que contaba con un balcón que daba una vista completa hacia el mar.

 

Dentro de la habitación había una enorme caja de juguetes, un escritorio repleto de cuentos infantiles y una cama en la que sobre el respaldo estaba tallado unos delfines. Jaejoong curioso abrió el placar, el cual era enorme y en su interior estaba repleta de ropa de niño, tal vez de unos 12 o 14 años. Repentinamente cuando comenzó a esculcar entre las ropas cayo un retrato sobre su cabeza, adolorido lo levanto.

 

-Es Junsu cuando era niño – sonrió  emocionado – Se ve muy lindo y tierno – exploto su sonrisa, estaba realmente emocionado. Observo cada detalle de la habitación - ¡esta debió ser su habitación!

 

El miedo de Jaejoong inmediatamente se transformo en felicidad, tanto que empezó a abrazar fuertemente la ropa y el retrato de Junsu ya que de alguna forma se sentí seguro. Aunque no pudiera ver a Junsu estaba feliz de conocer más sobre su infancia, lo extrañaba y no paraba de pensar en él. Su cuerpo se aferraba fervientemente a las cosas de Junsu, pero repentinamente en su mete empezó a recordar lo sucedido a la mañana, dentro de la habitación del motel. Recordó los cálidos besos de Junsu… y no pudo comprender porque su corazón pedía a gritos volver a verlo… volver a sentirlo cerca. De cierta forma Junsu fue su primer beso y eso lo avergonzaba.

 

La calma de la mansión se vio afectada, la lluvia se hacía más intensa. Por la enorme puerta principal volvió a ingresar Yunho con unos paquetes, estaba completamente mojado, la lluvia lo agarro justo en la entrada. Reviso la sala en busca de Jaejoong, pero no lo encontró, se dirigió a la cocina, el comedor,  sin hallar rastro alguno de él.

 

¿Habrá escapado? Pensó a medida que miraba hacia los escalones. Lentamente subió al piso superior para realizar una última búsqueda antes de comenzar su casería.

 

Frenó en uno de los pasillos notando que  una de las habitaciones tenía las luces encendidas, lentamente se acerco para saber si se trataba de Jaejoong. Efectivamente era él, pero estaba abrazando ropas viejas <<¿Qué estará haciendo? >> pensó Yunho mientras ingresaba sigilosamente a la habitación.

 

-   ¿Qué haces en mi habitación? – dijo Yunho levantando ambas cejas en señal de soberbia y disgusto.

-   ¿Eh? ¿Su habitación? – dijo Jaejoong abriendo sus pupilas parecía no creer que esa fuera la habitación de Yunho y que la ropa que tenía en sus brazos también fueran de él.

 

Yunho se cruzó de brazos esperando la respuesta de Jaejoong, quien parecía no salir de su asombro al verlo.

 

 

Notas finales:

Jaejoong si responde con la verdad es probable que Yunho lo termine asesinando pero si miente y lo descubre tambien sera asesinado... ahora si esta entre la espada y la pared.

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Tardare un poquito en subir los siguientes capítulos, mil disculpas pero desgraciadamente en mis vaivenes perdí el pendrive donde almacenaba gran parte de mis archivos así que perdi parte de los capítulos que iba a actualizar

Mil gracias por leer este fic que nació como un juego… pero me lo he tomado muy enserio, así que continuare los capítulos.  

 

 

 


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