[Editado]
Yoochun quedo sorprendido a lo que sus ojos observaron, su mejor amigo siendo besado por otro hombre.
— ¡Aléjate de él! – lo golpeo. – ¿Estas bien?
Preguntó sin darle tiempo de responder a Jaejoong pues lo aparto del otro hombre.
— ¡Como te atreves a golpearme! – escupió con rabia empujando a Yoochun para sujetarlo por el cuello de la camisa.
— ¡Soy yo quien debe preguntarte eso! ¡Estabas tomando ventaja de mi amigo! ¡Pervertido!
— ¿Pervertido? – dijo cabreado.
— ¡Basta!
Jaejoong sujetó a Yunho por el brazo alejándolo de Yoochun. Tomó un profundo respiro antes de hablar.
– No es un pervertido…
¿Qué? Esa pregunta estaba dibujada en toda la cara de Yoochun.
– Lamento que las cosas se dieran así, pero él es mi… mi…
– Soy el hombre que lo ama – se presentó desafiando a Yoochun. – ¿Tú quién eres?
Yoochun no retrocedió y sostuvo la mirada.
– Soy el hermano de Jae.
Jaejoong sentía que el aire se podía cortar con un cuchillo.
– Ambos cálmense, ya es muy tarde Yunho por favor vete.
– ¡¿Qué?!
– Me corresponde a mi hablar con él, mañana nos veremos.
A Yunho no le gusta la idea de irse, pero una parte de él no quería empezar con el pie izquierdo con su cuñado, al menos por Jaejoong. Sin mas opciones se fue dejándolos solos.
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Mi Rah con una enorme sonrisa llena de satisfacción se aplaudió al terminar de decorar la mesa para la pequeña cena de cumpleaños que tendría Junsu. Ella cada año no podía asistir a esa cena porque solo lograba generara mal humor en su hijo mas pequeño, aun así realizaba la comida y le pedía a Sebastian que ocultara su secreto.
–Haces esto cada año, por favor quédate.
–Yunho – sonrio –, él este día tiene que ser feliz. Ya es hora de irme.
–¿Puedes decirle que se quede?
Mi Rah volteo viendo a Junsu parado en la entrada del comedor casi tan asombrado como ella al verse. Ella tan solo sonrio para esconder su nerviosismo.
–Yo solo me ire, solo finge que no me viste.
Ella toma su bolso lista para salir de la vista de su hijo pero una voz la detiene.
–Todos los años.
Su voz no estaba enojada, sino que esta en un tono neutro que Mi rah no supo identificar. Era mejor solo terminar todo.
–Junsu yo…
–¿Eres mi madre?
Ella volteo a ver a su hijo para correr a su lado y mirarlo a los ojos.
–¡Claro que soy tu madre! – exclamó conteniendo sus lágrimas.
–¿Por qué tu amor es diferente? ¡Porque me lastimaste hace años!
Por una vez Junsu pudo enfrentar sus temores. Ahora que su relación con Yoochun era una realidad no podía seguir huyendo, debía detener a la mujer que era su madre. No dejaría que lo volviera a separarlos.
–No hablare de eso.
Yunho se interpuso antes de que su madre se fuera.
–Por favor, habla de lo que paso ese día.
–El pasado es pasado.
–¡Dime! – entre lagrimas suplico Junsu. – ¡Merezco una explicación! – gritó enseñando las cicatrices de su muñeca.
Mi Rah no pudo seguir conteniendo las lagrimas al ver las viejas heridas de su hijo. Lloró por primera vez frente a sus hijos.
–Ese día, sentí que moría al verte así – sollozó. – Me maldije por orillarte a hacer eso. No me importaba que te enamoraras de un hombre, una madre solo quiere que su hijo sea feliz y amado.
El corazón de Yunho dio un brinco al escuchar a su madre, esa parte de la historia nunca la había escuchado.
–Si ese hombre el día que lo enfrenté me desafiaba y me aseguraba que te amaba, yo jamás hubiera hecho lo que hice.
–¡No tenías el derecho de hacerlo huir!
–No quería que se aprovechara de tu amor, tu posición para lograr escalar en su trabajo y después lastimarte… pero hice que te lastimaras. Me odie, como no tienes una idea.
Con las manos temblorosas y entre lagrimas acunó el rostro de Junsu.
Después de muchos años era la primera vez que Junsu sentía esa calidez de su madre.
–¿No me odias?
–Como podría odiarte, eres mi hijo – abrazó a su hijo. – Nunca te odiaría.
Junsu sollozo más al ser abrazado y escuchar que no era odiado por su elección.
–No importa de quien te enamores, nunca dejaras de ser mi hijo.
Yunho suspiro encantando con aquel momento de su madre y su hermano. La charla que debieron tener hacer año, al fin lo tuvieron. A veces su madre era como un bloque de hielo, pero con sus hijos era una leona y se cegaba por querer protegerlos.
Mi Rah palmeó la cabeza de su hijo, sintiendo una paz que hace mucho no sentía. Ahora entendía porque el llanto era sanador.
Después de unos minutos ella se alejo de su hijo para sacar un pañuelo y limpiar las lagrimas de su hijo y regalarle una sonrisa tan llena de amor.
–Creo que es hora de irme.
–No – sentencio Junsu a su madre. – Tengo que disculparme porque no supe ser un buen hijo…
– No, eres el mejor hijo que pude tener, lamento que te hiciera una idea equivocada de mi amor. A veces los padres no nos damos cuenta de que nuestro amor también los puede lastimar.
–Los hijos tampoco nos damos cuenta de que podemos lastimar a nuestros padres.
–Te amo, mi amor nunca cambiara siempre seré tu madre – apretó las manos de su hijo con ternura.
–Por favor quédate hoy, quiero que mi mamá este a mi lado.
Mi Rah aceptó. La noche fue tranquila, escuchando como Junsu contaba sus anécdotas en la oficina de policías y Changmin haciendo bromas. Al escuchar a su hijo había algo tan similar a su marido que la llenaba de felicidad. Ella prometió cuando su marido murió que siempre protegería a sus hijos sin importar nada. El tiempo de que Yunho ya no tendría que seguir con la venganza estaba llegando a su fin. Aun recordaba el día que Yunho renuncio a todo por seguir y buscar la verdad. Ella siempre se sentía culpable que su hijo no llevara una vida normal porque no fue lo suficientemente fuerte para hacerlo todo ella sola y mantener a sus hijos alejados de todo aquel mal.
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Yoochun espero en una de las mesas hasta que Jaejoong tomara lugar y hablar. En su cabeza había muchas preguntas ¿amante? ¿es gay? ¿desde cuando? ¿por qué se lo oculto? Aunque él también tenia secretos y maldecía no haber hablado antes con su amigo y así no llegar a presenciar tal escena.
La mirada de Jaejoong no era tristeza o culpa, todo lo contrario, estaba aliviado. No era la forma que el esperaba para contarle a Yoochun, aun así, defendería lo que sentía por Yunho. Todo era nuevo para él, pero no huiría.
– ¿Recuerdas esto? – enseño el pañuelo que guardaba con recelo. Por la cara de Yoochun supo que sí, lo recordaba. – Al fin descubrí que estas iniciales significan Han Jung Yunho.
Una sensación de frio recorrió el estomago de Yoochun al escuchar el apellido de Junsu. ¿Un pariente?
–El hombre que viste, es él.
Esa sensación cuando todo el peso del mundo cae sobre uno, esa era la sensación que estaba teniendo Yoochun.
–Creo que estuve enamorado de él desde que era un niño. No sé… es extraño poder amar a una persona solo con verla una vez y entre tanto dolor.
Las manos de Jaejoong temblaban sosteniendo ese pañuelo. Yoochun sabia lo que ese pedazo de tela significaba para su amigo, aquella admiración tal vez fue el primer amor de su amigo, no su único amor. Fue el único hombre que estuvo al lado de Jaejoong antes de perder a su hermano y tal vez el destino o una fuerza superior los volvió a juntar. Después de todo el amor no tiene un solo camino, una sola forma o un solo color.
– No voy a juzgarte – dijo sujetando las manos de su amigo –, eres mi mejor amigo, mi hermano y no importa de quien estés enamorado, soy yo quien debe disculparse.
Jaejoong estaba sorprendido porque temía pelear con su amigo por Yunho.
– Pero este hombre… necesito que me cuentes como volviste a encontrarlo…
Jaejoong aparto las manos de Yoochun, no sabía como iniciar su historia con Yunho. Había pasado tanto en tan poco tiempo que ni él mismo entendía como llego hasta ese punto, pero de algo estaba seguro no retrocedería habiendo llegado tan lejos.
– Cuando conocí a Junsu.
– ¿Junsu?
– Por favor, solo te pido que no me interrumpas, realmente quiero contarte todo desde el principio.
Yoochun sonrió ante la valentía de su amigo al contarle sobre su romance con un hombre. Algo lo hacia sentirse culpable al nunca hablar de su relación con Junsu a nadie.
– El día que conocí a Junsu, ese día también conocí a su hermano… Yunho.
Una aterradora sensación de frio volvió atravesar a Yoochun, “no es cierto” pensó suplicando equivocarse o que su amigo estuviera errado.
– Es el hombre que estaba aquí, él es su hermano.
Yoochun palideció al escucharlo y se odio a si mismo. Era una locura lo que estaba pasando, su amigo y el hermano de Junsu juntos.
–Esto terminara mal – murmuro Yoochun para sí mismos.
–¿Estas bien? – preguntó Jaejoong viendo que Yoochun estaba cada vez más pálido.
–Si – respondió tratando de calmarse. – ¿Qué me decías?
Jaejoong empezó relatando la historia desde el día que salvo a Junsu, el motel donde Yunho los encontró,que trabajo visitando clientes sin cobrar una remuneración, la explosión en el barco, la vez que casi fue vendido como un esclavo, cuando Junsu lo besó por error. Aquello hizo que Yoochun se sintiera miserable, no por el hecho del beso sino escuchar el sufrimiento de Junsu. En todo su relato Jaejoong solo omitió el otro trabajo de Yunho, por ahora no se lo diría a su amigo porque sabia su reacción, solo por esa vez no mentiría, pero tampoco le contaría.
Escuchar el relato de Jaejoong era un mar de sentimientos para Yoochun. Entre preocupación, rabia y molestia. Todo lo que había pasado su amigo a manos de ese hombre en la casa esa de la playa, su mansión y hasta la declaración de amor.
–Realmente te enamoraste de un hombre.
Jaejoong no se sintió avergonzado, había pensado aquello muchas veces. Tal vez su mala suerte con las mujeres ahora tenia sentido.
–Mi madre nunca tendrá los nietos que desea.
–Mi madre tampoco – dijo Yoochun sonriéndole al ver que el Sol se asomaba por la ventana.
–Tu…
–También estoy enamorado de un hombre.
Ahora Jaejoong entendía porque su amigo fue tan comprensible, pero él también tenía curiosidad.
–Me di cuenta hace poco, yo realmente no puedo juzgar a Yunho y decir que lo abandones, porque soy una ser como él.
–Porque siento que…
–No sé si exista el destino, pero conoces a la persona que amo y él te llevo hasta Yunho.
Jaejoong no entendía hasta que de la boca de Yoochun salió el nombre de Junsu. Él relató todo a Jaejoong. Desde la primera vez que Junsu se enamoró de él en aquel campeonato, como lo uso en la academia, su amor no correspondido y su enfrentamiento antes de viajar a Estados Unidos. Aun así él se enamoro de Junsu en al mismo tiempo que su amigo tenía un romance con Yunho.
–No sé qué decir…
–Jae, lo siento, pero fuiste una persona que ame y mi amor fue de hermano, es completamente diferente a lo que siento por Junsu.
–No sé si golpearte o felicitarte. ¿Lo amas?
–Mas que, a mi vida, quiero pasar el resto de mi vida a su lado, pero…
–¿Pero?
–Tenemos problemas – señaló a Jae, – un obstáculo muy grande llamado Mi Rah. Ella es la madre de ellos, una mujer capaz de todo por defender a sus hijos y que a mi me odia por lo que le hice a Junsu.
–No fue enteramente tu culpa, ella te obligo y Junsu tomo esa decisión al perderte.
Yoochun negó.
–Fue mi culpa por no aclar mis sentimientos en ese tiempo, pero ahora defenderé mi amor por Junsu. Aunque temó más por lo que ella haga en tu contra.
–Yo tampoco retrocederé, lo que siento por Yunho es autentico y nunca fui tan feliz, sé que este camino no es fácil. ¡No dejare que ella nos separe!
Jaejoong tenía miedo, a veces olvidaba que ambos eran hombres, que Yunho tenía una posición social muy alta y su amor era imposible, pero no retrocedería. Amaba y quería mantener eso, al menos hasta el tiempo que Yunho lo amara, porque si, algo en su interior le decía que tal vez su amor tendría un final. Aunque así fuera, él seguiría hasta donde se le permitiera llegar.