Que más hubiese deseado Junsu que ese pasado nunca hubiese terminado, permanecer junto a Yoochun por siempre. Pero su realidad era otra, ya no estaban juntos. Es duro encontrarse con una realidad que no nos satisface y eso era lo que Junsu sentía.
El presente le era detestable, odiaba su destino y maldecía su suerte. Su presente le auguraba una prometedora carrera dentro de las fuerzas de inteligencia del país como teniente en jefe. Mientras que Yunho no dejaba de sobreprotegerlo aun contra su voluntad. Sentía que el negocio de su familia y su oscuro pasado familiar lo condenaban a la vida que estaba llevando, se preguntaba cuándo llegaría a ser realmente feliz.
Todos esos problemas ya no importaban, ahora estaba en brazos de Yoochun. Estaba besando al hombre que amaba y nada más importaba. Incluso había olvidado su búsqueda por el paradero de Jaejoong. Estaba tan feliz de que Yoochun lo besases y lo viese solo a él, era egoísta pero estaba feliz de alejar de los pensamientos de Yoochun a Jaejoong.
Rodeo sus brazos por el cuello de Yoochun para intensificar su beso. Estaba maldiciendo usar pantalones tan apretado ya que entre sus piernas había empezado a tener una reacción. Solo deseaba que Yoochun lo tomase entre sus brazos y lo llevase a una cama.
Yoochun no podía negar lo que los labios de Junsu estaban provocando en su parte baja del ombligo. Eso que inicio para saldar una deuda se había transformado en algo que ya no podía controlar. Su mente le decía que debía ir tras Jaejoong pero su cuerpo continuaba prendado de los labios de Junsu, desde hace tiempo que no los había sentido tan húmedo y suaves.
La tranquilidad de una ciudad amenizaba el momento oportuno para que Yoochun y Junsu se entregasen el uno al otro, sin importarles ese pequeño espacio del auto. De repente se escucho como un convertible negro de alta gama atravesaba la calle a toda velocidad, con un ruido ensordecedor al acelerar.
Ese ruido hizo que Yoochun recuperase en control de su cuerpo y apartara a Junsu de su lado. Tomo el portátil de Junsu en donde marcaba la ubicación de Jaejoong. Pero antes bajar del auto noto la expresión en el rostro de Junsu parecía tan excitado, clamaba a gritos que lo llevase a la cama pero no podía, debía recordar a Jaejoong y encontrarlo.
-Discúlpame… no quise confundir las cosas – dijo Yoochun abriendo la puerta.
-No me importa – dijo Junsu apretando fuertemente los puños contra sus piernas – No me importa si me usas…
-Discúlpame – salió del auto, sus piernas le estaba temblando e intento no desplomarse al suelo. Era evidente que su cuerpo aun seguía reaccionado con los besos de Junsu pero sus sentimientos lo apartaban de este. Su corazón le impedía acercarse a Junsu y su mente lo replegaba, lo alejaba de su lado.
Yoochun necesitaba encontrar a su amigo, no podía detenerse a perder el tiempo más bien no quería estar cerca de Junsu. Su cuerpo aun estaba temblando, sus piernas parecían colapsar se del temblor pero no se lo permitió, ya era más importante encontrar a Jaejoong. Según el rastreador Jaejoong solo estaba a unas cuadras. ¿Aún está en la ciudad? Se pregunto extrañado por las coordenadas que marcaba el rastreador. Señalaba que el celular de Jaejoong estaba detrás de una pequeña puerta transparente que decía “ABIERTO”.
Súbitamente Yoochun irrumpió en el local pero solo estaba un anciano de pelo canoso tras el mostrador y un cliente entregándole unos tajes. Claro, era una tintorería. Cuestionaba la veracidad del rastreador, estaba por arrojarlo contra el piso y retirarse cuando repentinamente el anciano hablo.
-Mire… dejo su celular en el saco – dijo el anciano poniendo tal aparato sobre el mostrador – joven… debería revisar mejor sus bolsillo – se refirió al cliente.
Miro nuevamente el rastreador y señalaba claramente al celular que el anciano había colocado sobre el mostrador. Lo que lo llevo a una sola pregunta ¿si ese era el celular de Jaejoong que hacia ese extraño sujeto con este? Estaba dispuesto a todo para encontrar a su amigo. Furiosos sujeto por el cuello de la camisa a aquel extraño cliente.
-¿Qué haces con el celular de mi amigo?
El hombre miro fijamente a Yoochun e hizo una pequeña sonrisa, como si disfrutara ver ese rostro de desesperación en su atacante.
Al ser mirado con tal soberbia por ese hombre, Yoochun enfureció y estaba dispuesto a golpearlo.
Segundo antes de que Yoochun destara su furia con ese extraño cliente, ingresa Junsu – Yoochun… ¿Qué haces? – observa atónito al hombre que Yoochun estaba sujetando – ¿Heechul?
Con una extraña sonrisa Heechul logro apartarse de Yoochun, parecía frágil con su delgado cuerpo pero al igual que Yunho era muy bueno en las artes marciales.
-Luces muy lindo el día de hoy – sonrió Heechul mientras tomaba la mejilla de Junsu.
-¿Conoces a este tipo? – pregunto molesto Yoochun sin salir de su asombro, se preguntaba como Junsu conocía a ese detestable ser arrogante. Claro que se conocían, afirmo, Junsu lo había llamado por su nombre, Heechul.
-Mis disculpas – miro a Yoochun – me llamo Heechul y Usted?
-No importa… ¿Por qué tienes en tus manos el celular de Jaejoong? Más te vale no mentirme pues estoy de mal humor.
-¿celular? – tomo el celular que le había dado el anciano de la tintorería – Ah… este
-¿estás jugando? – dijo enfadado Yoochun.
-Responde – dijo Junsu mirando a Heechul.
-¿Dónde está Jaejoong? – replanteo más furiosos Yoochun.
-En estos momentos en su casa – dijo Heechul mirando su reloj –
-Mientes… ¿Quién demonios eres y que hiciste con Jaejoong?
-Yo nunca miento – dijo Heechul acomodándose la camisa.
Antes de continuar miro pausadamente a Junsu y notándole los ojos hinchados como si hubiese llorado a mares. Suspiro profundamente y respondió las preguntas de Yoochun no porque quisiese sino por respeto a Junsu. Se presento como un compañero de la oficina de Jaejoong, explicándole que por motivos administrativos la asistencia de ambos a una reunión en el museo de Seúl. En esa reunión Jaejoong tuvo que ayudar a una famoso chef y cuando termino la lluvia había empeorado, lo imposibilitaba su vuelta a casa por lo que paso toda la noche dentro del museo al igual que varios empleados. Por lo que solo pudieron salir después del amanecer y que la lluvia parase pues había riesgo por las intensas ventiscas.
-¿Qué hacía su celular en ese traje?
-La compañía le prestó el traje así que me lo devolvió y seguro dejo olvidado su celular – miro el celular – además no tiene batería… - se lo entrego a Yoochun.
- ¿Debo creerte? – dijo desafiante a Heechul.
La calma de Yoochun estaba llegando a sus límites, más con la actitud tan altruista que tenia Heechul. Cuando estaba por enfadarse recibió una llamada. Dudo en atender pero al segundo timbre lo tomo para apagarlo pero noto que le identificador decía que era departe de la casa de Jaejoong.
-Hola – dijo sin perder de vista a Heechul - ¿qué? Jaejoong está con usted…
La mujer confirmo que su hijo había regresado hace algunos minutos. Sin perder su tiempo Yoochun salió del local toda marcha, debía y necesitaba ver a su amigo, para comprobar si se encontraba bien. Salió sin voltear nuevamente hacia Junsu, nuevamente le era invisible.
Esa indiferencia lastimo el adolorido corazón de Junsu aunque estaba aliviado al saber que Jaejoong estaba bien. Aunque no creía los dichos de Heechul, sabía que tras esa desaparición estaba involucrado su hermano.
-Fue mi hermano… ¿verdad? – pregunto serio a Heechul-
- No sé de que hablas – sonrió Heechul.
-No piensas decirme la verdad – dijo Junsu mientras detenía la huida de Heechul del local.
-Solo dije lo que tena que decir – sonrió Heechul.
-¿Dónde está mi hermano?
-Sinceramente… no lo sé…
-Nos conocemos desde hace tiempo y somos amigos desde la infancia… pero siempre has guardado lealtad a mi hermano – dijo Junsu con una gélida mirada en sus ojos – Aun esperas que algún día mi hermano te vea de una manera diferente y te deje de ver como a un perro fiel…
-¿perro fiel? – dijo Heechul borrando su descarada sonrisa y rodeando con su brazos la espalada de Junsu – así que ese es Yoochun… Es bastante atractivo – acaricio un mechón del pelo de Junsu – Veo que no soy el único perro fiel…
Heechul salió del local dejando a Junsu, quien no pudo emitir ningún comentario. De alguna manera le daba credibilidad a los dichos de Heechul, no importaba cuanto Yoochun lo maltratase o rechazase; Junsu siempre lo seguiría como un perro fiel a su amo. Actuaba así ya que no importaba como ni cuando, solo quería estar junto a Yoochun. Desde la primera vez que lo había visto sintió que nadie más ocuparía su corazón. Solo Yoochun era su amor, su alegría, su amargura, su dolor, su pesar… su todo.
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Por la puerta del Coffe History ingresaba Yoochun. Entro con la fuerza de mil hombres, casi tumbando la puerta abajo. Sus ojos veían a lo único que de verdad le importaba, Jaejoong. Estaba sentado en la barra del café con su madre abrazándolo con besos y mimos. Pero su padre estaba bastante furioso, aunque Jaejoong ya tenía 26 años lo seguían tratando como un adolescente; ya que desde la muerte de su hermano mayor lo único que les quedaba era su hijo menor y no querían perderlo.
-¿no entiendes lo preocupado que nos tenías a tu madre y a mí? – dijo molesto el padre de Jaejoong.
-No vuelvas a hacer eso hijo – dijo la madre de Jaejoong con lágrimas en sus ojos.
Yoochun al ver esa escena familiar le hizo recordar a su familia antes de la muerte de su padre. Los padres de Jaejoong lo veían y trataba a Yoochun como un miembro más de la familia Kim, hasta lo llamaban hijo debido al enorme cariño y gratitud que le tenían. Ya que desde la infancia había cuidado y protegido a Jaejoong como un hermano mayor.
-Yoochun… - dijo Jaejoong sorprendido al ver a su amigo parado en la entrada.
-Veo que estas bien y eso es lo que importa – dijo manteniendo ese porte de policía serio, que lo caracterizaba cuando tenían que impartir justicia – Ya no se preocupen – se refirió a los padres de Jaejoong – Ya no lo volverá a hacer, por favor discúlpenlo – dijo Yoochun haciendo una reverencia.
-Si tu estas a su lado hijo… se que Jaejoong ya no se meterá en problemas – dijo el padre de Jaejoong con una sonrisa.
-Si – dijo la madre de Jaejoong tomando la mano a Yoochun – Disculpa las molestias que te ocasionamos…
-No, usted ya saben que siempre cuentan con mi ayuda.
Escuchar las sensatas palabras de Yoochun de alguna manera había apaciguado el sufrimiento que los padres de Jaejoong tenían.
-Creo que deben hablar solos – dijo la madre de Jaejoong – Suban a la habitación y les llevare unos ricos aperitivos.
Sin ninguna objeción Jaejoong subió a su habitación. Agradecía que Yoochun hubiese llegado ya que sus padres estaban a punto de castigarlo con el servicio militar o algo peor.
Una vez en la habitación Yoochun se apoyo sobre la pared con los brazos cruzados y una gélida expresión en sus ojos. Esa expresión gélida impacto a Jaejoong. De repente y sin anunciarlo Yoochun tomo a Jaejoong por la mano y lo abrazos fuertemente.
- Yoochun…
- No vuelvas a desaparecer… – abrazo con más fuerza a su amigo – Jaejoong mi presente sería muy doloroso si no estuvieras a mi lado… creo que moriría.
Esas palabras impactaron el corazón de Jaejoong quien solo podía abrazar a su amigo. Comprendía la enorme preocupación que su desaparición había provocado no solo a sus padres sino a su mejor amigo. En los brazos de Yoochun se sentía tan seguro, lo quería como a un verdadero hermano.
- ¿Dónde estuviste? – le dijo Yoochun a Jaejoong mientras le entregaba el teléfono que Heechul le había dado - ¿me dirás la verdad?
- ¿dónde?... – trago saliva pues no quería mentirle a su amigo, pero un recuerdo le vino a la mente y le hizo erizar la piel. La mansión de la playa y Yunho, su peor pesadilla - Bueno este… yo… estaba…