Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Rescatame por alexriden02

[Reviews - 1076]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

Él escuchó que tocaban la puerta de su habitación, antes de contestar miró desde su cama hasta la ventana. Asombrado descubrió que aun era de día. El día le parecía pasar tan lento, aun era verano,  estación que odia pues en Seúl los veranos son húmedos, calurosos y lluviosos. El lujoso reloj suizo marca el inicio de la tarde, la manecilla grande marcara las 5 de la tarde.

 

Se acomodo en las sabanas de su lujosa cama inglesa y con voz firme dio  permisos para que entraran a su habitación. Un hombre con pelo blanco vestido con un traje oscuro y guantes blancos hizo una reverencia al pasar con un plato de comida. Sebastián era el mayordomo de la familia de Yunho, había estado  en el nacimiento de Yunho como en el de Junsu. Desde la muerte del padre de Yunho ocupó un lugar fundamental en la mansión, no solo era un sirviente sino que era considerado un miembro más de la familia. Descendía de una estirpe de mayordomos y siempre mantenía la formalidad hacia los señores de la casa. Era un hombre que hablaba apropiadamente y tenía una postura bastante erguida  para su edad, las canas le eran un signo de  sabiduría y no de vejez.

 

-  Veo que luce mejor, señorito – sonrió Sebastián.

- Acaso dudabas de mi recuperación – dijo Yunho riendo entre dientes, confiado en sí mismo.

- No, Señorito – asintió  Sebastián – El doctor dijo que estaría bien. Aun no entiendo cómo pudo caminar bajo la lluvia…

- Sebastián. Fácil, camine con los dos pies – sonrió Yunho.

- Señorito… usted nunca comete esos errores – dijo Sebastián acomodando la almohada de Yunho – Seguro camino bajo la lluvia para conquistar a alguna señorita….

- Bueno… - trago saliva – No exactamente – dijo haciendo una mueca de asco – No quería conquistar a nadie…

- Pero señorito, se enfermo sin motivos…

- Bueno… - mojo sus labios dudando de seguir hablando – Si quería hacer algo con alguien…. pero no viene al caso – dijo Yunho intentando cambiar de tema pues se estaba poniendo nervioso – Ya esta lo que te pedí.

- Aquí lo tiene – señala Sebastián a la bandeja  que deposito en la cómoda de la mesa - … lo que no entiendo es desde cuando le gusta el caldo de pollo.

 

Sebastián había criado a Yunho y conocía cada uno de sus gustos, por lo que le parecía muy extraño que su amo le pidiese un simple caldo de pollo como almuerzo. Desde niño Yunho tuvo un paladar muy selectivo y exquisito, no comía nada que no fuese un platillo elaborado con especies exóticas.  Comidas únicas, hechas para personas con cuantiosas fortunas y paladares exquisitos. Estaba desorientado con el extraño pedido de Yunho. Si hace meses atrás,  Sebastián le hubiese dado ese tipo de comida,  Yunho estaría pegando el grito en el cielo.

 

Sebastián siempre cumplía con los caprichos de Yunho y ese platillo no iba ser signo de su desobediencia. Aun así lo invadía la  curiosidad por saber cómo su amo conocía  tan  corriente platillo, pues Yunho jamás había conocido ese tipo de comida. Pero  curiosos o no, Sebastián no era un mayordomo entrometido, solo hablaba cuando sus señores le daban la confianza para hacerlo. En este caso el silencio de Yunho le decía que no debía preguntar más de lo que su amo le respondía.

 

Acomodó la charola de comida en la cama de Yunho para que este pudiese comerla. Después le entrego dos sobres. Sin mediar más palabras Sebastián le informa a Yunho que esas cartas provenían de China y habían llegado  ayer por la mañana.

 

Yunho lucia bastante molesto. Sebastián se adelanto a los regaños de Yunho  por la entrega tardía de las cartas. No era una excusa sino la verdad, desde que Yunho había marchado a la oficina la madrugada anterior  no había vuelto a la mansión, dos días lejos de la mansión. Las palabras de Sebastián  amedrento el enojo de Yunho, comprendía que era cierto pues había centrado toda su atención en asesinar a Jaejoong.

 

El sobre proveniente de China había sido enviado por un viejo amigo de Yunho. Un ápice de alegría brotó por el rostro de Yunho  al leer el remitente, la carta había sido mandada  por su mejor amigo  Changmin. Impaciente abrió el sobre y leyó la carta, después de terminar bebió rápidamente la sopa. Salió presuroso  del refugio entre  las sabanas de seda albina.

 

Preocupado Sebastián intenta convencer a  Yunho que debía descansar, pues se estaba recuperando de un resfrió pero era como hablar con una pared.  Su amo parecía no escuchar a nadie, estaba tan emocionado por la llegada de su amigo que no se había dado  cuenta de la presencia de Junsu en  la habitación.

 

Con una mirada bastante seria Junsu amedrento a su hermano acusándolo de la desaparición de Jaejoong. De alguna manera esperaba que su hermano le confesara la verdad, también buscaba una explicacion a los motivos que  lo llevaron a raptarlo. Pero lejos de esa explicación, Yunho no se mostró sorprendido ni aturdido por la acusación de Junsu, parecía más calmado que otros días;  guardaba una calma aterradora.

 

-        Hermanito, he estado aquí en esta habitación enfermo – señalo la cama – puedes preguntárselo al doctor o a Sebastián.

-          Joven Junsu… dígale a su hermano que debe guardar reposo – dice Sebastián bastante afligido por la salud de su amo.

-        ¿enfermo? – pregunta Junsu cambiando el tono de su voz acusadora a preocupado - ¿estás bien hermano?

-        Si… solo fue un resfrió – se cubrió con la bata de seda azul oscuro.

-        Hermano… - Junsu sabía que su hermano no mentiría y menos  con una enfermedad. Menos Sebastián,  si Yunho había estado enfermo  supuso que tal vez él no fue  quien rapto a Jaejoong sino  alguno de sus empleados, por lo que quiso  seguir preguntando.

-        Ah… Changmin regresa a la ciudad – seña a la cómoda donde había dejado los sobres que Sebastián le entrego – Nos envió cartas… hay una para ti también. 

 

Sorpresivamente Yunho abandonó su lujosa habitación para cambiarse pues aun debía arreglar pendientes en la oficina y planear la bienvenida para su amigo. No podía darse el lujo de descansar plácidamente, aún con Sebastián rogándole que desistiera su deber era ser el líder de la compañía y mantener todo bajo control… bajo su control.

 

Junsu abrió rápidamente el sobre con su nombre, pues  le parecía extraño recibir una carta de Changmin después de tanto tiempo. Dicha carta  decía:

“              Junsu:

Estaré de vuelta. Seria grandioso volver a reunirnos todos juntos, como en los viejos tiempos.

Atentamente Changmin”

 

Las cartas eran el medio que más adoraba Changmin a la hora de anunciar o contar algo, pues le parecía que solo las cartas tenían ese encanto en anunciar no solo elegantemente sino sorpresivamente. Encanto  que los celulares ni los mensajes por facebook habían logrado convencerlo. Sentía que una carta era más personal y atractiva a la hora de comunicarse con alguien distante.

 

Para Junsu esa carta era fría y formal de parte de quien no solo había sido su compañero de clases en la primaria y secundaria, sino su mejor amigo. Desde que ambos eran pequeños se hicieron muy buenos amigos.  Después de Changmin quedara  accidentalmente seleccionado para ser un artista del entretenimiento las cosas habían cambiado. Aún así Changmin no dejaba de comunicarse con Junsu para preguntarle o contarle cosas, pero desde hace más de un año Changmin  no se comunicaba con Junsu.

 

Junsu observo que había otra carta en la cómoda. La carta estaba dirigida a su hermano, sin dudarlo la cogió  y la leyó pues quería comprobar si Changmin estaba distante solo con él o también con Yunho.

 

“              Querido Yunho:

Volveré a la ciudad… ¿se me ha extrañado? Espero que sí, porque yo los he extrañado.

¿Aun recuerdas lo que me prometiste? Espero que no lo hayas olvidado

Me gustaría mucho que nos volveríamos a reunir… nosotros dos con Heechul y Junsu, todos como en los viejos tiempos.

Amigo, pronto nos veremos. Con cariño Changmin  ”

 

 

Bastante pensativo después de su lectura,  Junsu no puedo evitar cuestionar las cartas de Changmin, una parecía tan distante mientras que la otra parecía ser escrita con cariño. Se preguntaba si había hecho algo para enfadar a su amigo y  que lo tratase de esa manera tan formal. Supuso que lo averiguaría cuando estuvieran cara  a cara con  Changmin.

 

 

Después de haberse cambiado, Yunho se dirigió hacia la oficina, de alguna manera su buen humor por la llegada de su amigo había sido mitigado por los celos. Gruñía furioso por la preocupación innecesaria que  Junsu mostró por Jaejoong. Se preguntaba hasta donde llegaba la relación de su hermano con Jaejoong, porque esa preocupación no era de típica de conocidos ni menos de amigos. Su hermano se había atrevido a enfrentarlo, a acusarlo descaradamente.  Aún si esas acusaciones eran verdad, no toleraba perder el control de las cosas ni la confianza de su querido hermano menor.

 

Entró molesto a su oficina como si buscara romper algo, más bien a alguien; tenía a una sola persona en su mente a quien romper. La oficina relucía de limpieza, solo unos cuantos papeles desordenados por el escritorio.

 

Intentando acomodar esos desastrosos papeles estaba Heechul. Con su habitual alegoría Heechul saluda a Yunho quien parecía un animal apunto de escupir fuego.

 

- ¿Qué te sucede? – preguntó Heechul extrañado – deberías estar feliz… Changmin regresa a la ciudad…– saco de su bolsillo un sobre – ¿recibiste su carta?

- Si… - respiró profundo y cambio su mirada furiosa por una comprensiva - ¿Cómo estás?

- Bien… estoy en los preparativos para la llegada de Changmin.

- Deberías ir a verla…

- Mi padre te llamo ¿verdad? – suspiro Heechul intentando sonreír.

- Si. Es tu madre después de todo  – dijo arrebatando uno de los sobres que Heechul tenía en su poder – Yo me encargare de esto…

- ¿Madre? Nunca la he llamado de ese modo – suspiro profundamente – Siempre me llama cuando logra salir de sus delirios…

-  Es tu madre y  debes ir a verla – palmeo suavemente la espalda de Heechul – Además no es tan difícil hacer esto, me encargare de lo demás.

 

Heechul solo pudo reír, sabía que Yunho sin él estaría perdido al  intentar  arreglar todo ese papeleo, pero por alguna razón deseaba ver a su madre. Su madre había sido una mujer realmente hermosa en su juventud, belleza que con los años no había perdido. Desde niño Heechul admiraba a su madre, pero no comprendía esos arranques que tenia, olvidando quien era, donde estaba o que él era su hijo. Había decidido olvidar a su madre.  Recordándola como lo que había sido y no como la patética  mujer que era en el presente.  Por laguna razón no podía  olvidarla ya que con frecuencia las amistades de su familia le recordaban el enorme parecido que tenía con su madre. Aquellas personas alagaban la belleza de Heechul y la comparaban con la de su madre. Para Heechul esos halagos eran hiriente porque no quería ser comparado con su madre; solo quería olvidarla como ella se olvido de él.

 

- ¿Dónde está ese idiota? – dijo Yunho intentando acomodar el papeleo.

- ¿idiota? – repreguntó Heechul asombrado ya que sabia a quien se refería   su amigo. Sonrió con un gesto taimado pues se preguntaba cuanto tiempo tardaría Yunho  en preguntárselo – Bueno lo deje en su casa y hoy es su  día libre.

- ¡día libre! – se sobresalto  lanzando con fastidio los papeles en el escritorio como si estuviera haciendo un berrinche infantil –  ¿Quién autorizo algo así?

- Está en el contrato… “cualquier empleado debe gozar de un día libre a la semana. Además debe contar con días permitidos de ausencia por motivos académico”

- ¿Quién escribió eso? – grito furioso.

- Fue la cámara de justicia que indica las normas de los trabajadores – dijo Heechul bastante sereno ante los gritos de Yunho pues ya estaba acostumbrado – Además Jaejoong estudia.

- ¿así que estudia? – dijo haciéndose el sorprendido, pero no lo estaba ya que sabía que Jaejoong estudiaba para ser chef. Pero no creía que Jaejoong estuviera en la universidad sino en brazos de su hermano, estaba tan molesto que su mirada hubiese derretido los polos glaciares.

- ¿A dónde vas? – clamo Heechul ante la ida de su amigo.

- Voy a arreglar algunos asuntos – señalo a Heechul – Ve con tu madre…

 

 

Sin pensarlo ni escuchar a Heechul, aquel hombre salió embravecido de su oficina. Tomó su convertible negro de alta gama y salió a toda velocidad.  Estaba dispuesto a averiguar si Jaejoong estaba o no en la universidad, desde que éste le había mentido en la casa de la playa desconfiaba plenamente en cada palabra de su esclavo. Refunfuñaba y gruñía – Si me mintió otra vez… esta vez acabare con él.

 

El cielo brillaba sobre la Universidad Sondum de Seul, los días calurosos de verano eran agobiantes para los estudiantes que se resguardaban del calor bajo la sombra del bufet universitario o bajo la sombra de los arboles del campus.

 

Ese día Jaejoong estaba saliendo de su última clase, debido al calor vestía  unos tenis blanco, unos jeans de mezclilla y una camisa. La camisa era la que Junsu le había obsequiado cuando se conocieron.  Como ese día hacia bastante calor y no tenía mucha ropa para ponerse opto por llevar la camisa,  pues ese día no se cruzaría con Yunho y no tenía nada que temer. Sin darse cuenta sintió que alguien lo tomo de la mano y lo llevo hasta la esquina del bufet.

 

Jaejoong estaba temblando de miedo pues pensaba que Yunho lo había encontrado. Abrió los ojos tímidamente, pero su corazón dejo de latir aceleradamente como si respirara más calmado. Estaba más calmado, no tenía miedo, porque  quien lo había jalado hasta ese lugar no era Yunho. Pero aun así estaba desconcertado por aquel hombre, vestía bastante elegante, pero su rostro estaba cubiertos por  una gorra y gafas de sol oscuro. Altivo Jaejoong se alejo de ese extraño hombre.

 

- Jaejoong – sonrió el extraño de gafas oscuras.

- Tú – esbozo Jaejoong asombrado pues reconocería en cualquier lugar esa sonrisa encantadora - ¿Qué haces aquí?

- Vine a verte – sonrió Hyun Joong – No pudimos hablar la otra noche 

-    ¿Qué haces así disfrazado?

- Ah … esto – señalo sus gafas y se las quito – Tenía miedo de que alguien me reconociera.

- Lo dices porque en la universidad dictan clases de arte – dijo Jaejoong mirando a los costado esperando no ser descubierto por otros alumnos-

- Si… - sonrió palmeando muy amigablemente el hombro de Jaejoong – Tenía muchas ganas de volver a verte – dijo Hyun Joong con una sonrisa mientras tomaba las  manos de Jaejoong y lo llevo contra su pecho – 

 

 

Un imponente convertible negro estaciono frente a la universidad Sondum de Seúl. Del convertible  descendía un imponerte hombre con una esencia masculina tan atractiva que sedujo las miradas de todos los estudiantes. Al caminara atraía todas las miradas tanto féminas como masculinas. Intrigados los estudiantes se preguntaba si quien había ingresado a su universidad era una estrella de cine pues su porte masculino, su elegante ropa y su atractiva forma al caminar junto con unas gafas oscuras le daban un encanto muy especial.

 

Aquel imponente hombre no le importaba en lo más mínimo aquellas miradas. Su vista parecía la de un animal al acecho, buscaba insistentemente a Jaejoong. Había demasiados alumnos por lo que decidió ir a buscarlo con el director o algo por el estilo, pero detuvo su ímpetu al ver a Kim Hyun Joong tomar de la mano a Jaejoong.  Se quito las gafas oscuras pues no estaba seguro de su visión, se preguntaba ¿cómo era posible que Jaejoong estuviera engañando a su hermano con Hyun Joong? Pensaba que fue  buena elección ir a buscarlo  y encontrarlo infraganti, había descubierto que metía con ese supuesto  permiso académico que Heechul le había concedido. Tal era su descontento que involuntariamente  quebró en pedazos sus lujosas gafas italianas.

 

Respira agitado, le molestaba la cercanía de ambos, enfurecía de ver como Jaejoong sonreía ante cada caricia de Hyun Joong. Suponía que todos los homo eran así, promiscuos; no importaba quien o cuando solo había una cosa en sus mentes…  sexo. Llego a esa angustiante suposición pues creía que Jaejoong y Hyun Joong se conocieron solo en una noche. Su lógica estaba impulsada por los celos <<- ¿celos? –>> se preguntaba mientras se escabullía sigiloso hasta las escaleras que llevaban a los salones. Negaba vigorosamente  con la cabeza, pues no podía sentir celos de Hyun Joong.

 

- ¡ah! ¡olvide mi celular! – dijo tanteando en sus bolsillo – Debo haberlo dejado en el salón…

- He,He… siempre tan descuidado eso es lo que más me gusta de ti – sonrió Hyun Joong.

- ¿eh? Disculpa no te escuche… voy al salón y después hablamos ¿te parece? – sale corriendo, no podía perder ese celular ya que no tenía dinero como para comprar otro. Anuqué  el motivo principal que lo impulsaba  ir a buscarlo tan desaforadamente era Junsu, ese había sido el primer regalo de ese joven. Jaejoong apreciaba ese celular pues le recordaba la amabilidad de Junsu. Estaba tan concentrado en encontrar el celular que no notó que alguien le sujetó su mano y lo arrastro hasta detrás de las escaleras.

 

Eran Kin y Xin, esos no eran sus nombres, pero se hacían llamar de ese modo pues eran hermanos gemelos. Tenían el mismo rostro, el mismo cuerpo de boxeador peso pesado, pero se diferenciaban en carácter y en altura, Kin era más alto que Xin. Ambos eran  alumnos del club de atletismo y  becados por la universidad para realzar los premios deportivos de la institución. Conocían a Jaejoong desde niños, pero lo odiaban con todas sus fuerzas ya que le  atribuían la culpa de  las patadas y golpes que Yoochun les proporcionaba cada vez que molestaba a Jaejoong.

 

- Veo que nos volvemos a encontrar – sonrió Kin con una risa aterradora a Jaejoong.

- ¿ustedes? – dijo Jaejoong horrorizado al ver a sus atacantes de la infancia.

- Si, estudiamos en esta universidad – sonrió Xin – Veo que ya no está Yoochun a tu lado – dijo acechando a Jaejoong como un animal impidiéndole la huida. Estaba dispuesto a vengarse de Jaejoong por los golpes que Yoochun le daba a él y a su hermano en el pasado.

 

Kin y Xin acorralaron a Jaejoong, como Kin era el más alto detuvo a Jaejoong agarrándole de ambas manos para llevarlo al patio trasero del campus, lugar desierto por los alumnos debido al calor. Xin escupió sobre el rostro de Jaejoong, tenía tanta rabia reprimida que apretó con fuerza sus puños antes de golpearle  el rostro.

 

Jaejoong no podía zafarse del agarre de Kin puesto que era muy fuerte, le doblaba en altura y en peso muscular, estaba seguro que Xin lo golpearía hasta la muerte. Sin importar cuánto gritara o pidiese auxilio nadie lo escucharía, estaba destinado a ser brutalmente asesinado por una venganza del pasado fue lo que alcanzo a imaginar.

 

Afortunadamente, Jaejoong no estaba solo en ese patio con sus dos atacantes, sino que había alguien más. Yunho intento no intervenir en el enfrentamiento, una parte de su ser le decía  <<- se lo merece por mentir >> pues aun creía que Jaejoong había mentido para tener una cita con Hyun Joong. Pero había otra parte de su ser, en los más profundo de su corazón que le decía <<- debes ayudarlo… ayúdalo>>

Notas finales:

Bueno actualice (n_n)

Espero que os guste ;-)

Grcias por dejar vuestros cometarios...

Siempre son bienvenidas vuestras palabras

Rescateme!!! Jae gritara esas palabras para que Yunho lo salve =P ya lo sabremos en el proximo capitulo.

Hasta la proxima (n_n)

Se que no actualizo con frecuencia... estudio y estudio (U_U) pero prometo que sera a media semana o los fines de semana... 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).