Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Rescatame por alexriden02

[Reviews - 1076]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

 

 

Un convertible negro estaciono frente a al edificio ubicado a unas cuadras de la estación Este de trenes. Dicha estación conectaba el centro de la ciudad con los suburbios. Jaejoong reconocía perfectamente ese lugar, también  el edificio sobre el cual habían estacionado. El Motel donde había  llevado por primera vez a Junsu.

 

Yunho estaba furioso, cogió fuertemente del brazo a Jaejoong obligándolo  a ingresar al lugar. Desde la entrada se podía sentir el aroma a cítricos y sahumerios. Un pasillo desde la entrada conectaba hacia las demás habitaciones.  Sobre la recepción estaba el encargado del Motel.

 

- Muchacho – sonrió confiado al ver ingresar a Jaejoong por la entrada –  Otra vez por aquí  – dijo centrando su mirada hacia el hombre que acompañaba al joven  – Vaya… este es más atractivo – quiso referirse a que lucía más adinerado.

- Veo que eres muy conocido en este lugar – dijo Yunho en un tono secante.

- No se preocupen. Todo es confidencial en este lugar. Jamás decimos nada, es la política del lugar – dijo refiriéndose a Yunho pues lo veía tan elegante que pensaba que tal vez era un político o un empresario que gustaba de jugar con hombres. Estaba acostumbrado, ese tipo de hombres frecuentaban el lugar con jovencitos a los que llamaban amantes.

- ¿Cuántas veces lo viste por este lugar? – señalo a Jaejoong. No le importaba en lo mínimo las explicaciones del encargado. Estaba en ese lugar para averiguar si Jaejoong estuvo o no ese día junto a su hermano. Repudiaba el lugar, el aroma y al encargado. Estaba acostumbrado a los mejores hoteles y eso le parecía un cuchitril.

- No estoy autorizado a responder – esbozo molesto ante la arrogante actitud de aquel hombre.

 

<<- Bien>> Jaejoong suspiró  aliviado. Aunque su  alivio le duro poco. Yunho  había depositado 100 dólares sobre el mostrador.

 

-     Ahora… responde.

-     Dos veces.

-     ¿Cuándo?

-     No recuerdo – dijo rascándose la nuca, haciéndose el desentendido.

-     ¿Cuándo? – volvió a preguntar desafiante.

 

<<- No le diga o estaré muerto>> clamaba los tiritantes ojos de Jaejoong.

 

- Responde – dijo Yunho depositando otros 100 dólares sobre el mostrador.

 

El encargado gustoso por los billetes, señalo el libro de actas. Donde marcaba la entrada de cada uno de los clientes que solicitaban habitación.

 

- La ultima es de hace dos días – señaló Yunho sobre el libro. Estaba pensativo  – Ese día llegaste tarde a la oficina… ¿Qué hacías con mi hermano? – clavó su mirada hacia un Jaejoong que intentaba salir corriendo, pero la mirada de Yunho lo había petrificado.

- ¿Hermanos? – sonrió descaradamente el encargado – Muchacho, sales con dos hermanos… eso está mal.

- ¡Mire! ¡Si no va a decir nada agradable mejor cállese! – señalo furioso Jaejoong al encargado. Después centro su atención en un hombre que lo devoraría en cualquier instante, Yunho. – Ese día… no…

 

Yunho estaba que echaba fuego de sus ojos, no permitió que Jaejoong se explicara ya que pensaba que nuevamente le diría mentiras. Sabía perfectamente lo que sucedió hace dos días en la habitación de ese motel. Como precaución había mandado a poner cámaras en el lugar, intuía que Jaejoong y su hermano volverían a encontrarse. Hace dos días había visto las imágenes  en la que Junsu estaba sobre Jaejoong y ambos se estaban besando. Debido a eso  tenía en mente asesinarlo, pero su fiebre se lo impido como las extrañas palabras que Jaejoong pronuncio al hablar dormido.

 

Furioso, Yunho  pidió  la llave de esa habitación. Tembloroso, el encargado entrego las llaves ya que la mirada de Yunho lo atemorizaba, casi sentía pena por el joven.

 

Ambos ingresaron a la habitación, las pulsaciones de Jaejoong estaban  por desbocarse. Yunho observaba asqueado el lugar. Una insulsa  cama de dos plazas, un velador rojo, un mueble con un tablero superior y tres cajones que guardaban las toallas de baño. El aroma de la habitación  era a cítricos, aroma que Yunho detestaba.

 

- Así que  a este horrendo lugar trajiste a mi hermano – miró con desdén a Jaejoong – No una…  sino dos veces. ¿Qué hicieron esas dos ves?  ¿o se encontraron en más lugares? – dijo con un tono insultante.

 

Antes de responder Jaejoong trago saliva, como si estuviera juntando valor y tragándose el miedo.

 

- La primera vez…. Esa ya la conoces fue cuando te conocí – encogió los hombros – La segunda… sucedió algo similar. Me lo cruce borracho y no se me ocurrió otro lugar, además no quería que lo vieras en ese estado.

- ¡Qué casualidad! – dijo  en tono sarcástico, cogiendo un cigarrillo de su bolsillo – Siempre que ustedes se encuentran es por azar del destino. ¡Vuelves a mentirme! – arrojo furioso el cigarrillo al suelo. Después cogió la muñeca de Jaejoong  y lo lanzo hacia la cama. Se monto sobre el delgado cuerpo del más joven. Sujetando hábilmente las manos y dejándolo acorralado.

- ¡Q…! ¿Qué haces? – se retorció esperando apartar de su cuerpo a Yunho. Pero fue en vano, la fuerza de aquel hombre lo estaba sometiendo – ¡Bájate! – exclamo desesperado – ¡Me lastimas!

- No recuerdo que gritaras de esa forma cuando mi hermano estaba sobre ti – resoplo molesto, sujetando con más fuerza las frágiles muñecas de Jaejoong.

- ¿uh? Como… - abrió asombrado sus ojos. Casi temblaba. Yunho de alguna manera sabía lo que sucedió hace dos días entre él y Junsu. La pregunta era ¿Cómo?

- ¡Que! ¿Cómo lo sé? Eso no te incumbe – hábilmente acerco su rostro hasta el de Jaejoong. Estaba frente a frente y una mínima distancia los separaba a uno del otro. – Fue el día que llegaste tarde… me mentiste.

- ¡No! ¡Espera! ¡Aléjate! – sacudió su torso con fuerza ante la cercanía de Yunho –   ¡Estas malinterpretando las cosas!

- ¡Incites en mentirme y decir que soy un idiota! – retorció con fuerza las delgadas muñecas de Jaejoong, mientras con sus piernas intentaba frenar la huida de su esclavo –  ¡Ese día… mi hermano estaba sobre ti!  – dijo molesto – Además  hacia esto –  la mano de Yunho aterrizo en el  torso de Jaejoong muy cerca del pecho.

 

El gesto de Yunho se sentía tan abrumarte incorrecto para Jaejoong  que su  rostro empezó a sonrojarse. Yunho al ver la cálida expresión en  ese rostro, que dimitía entre el  deseo y la vergüenza,  sintió una incesante sensación de saborear la tersa piel del más joven. Entonces los labios de él, cayeron sobre la piel acalorada del cuello de Jaejoong.

 

Jaejoong abrió sus ojos de par en par. Su cuerpo estaba inmóvil, una extraña corriente nacía desde su entre pierna  hasta el resto de su cuerpo.  Un calor inexplicable recorría su pecho. Esa sensación era producida por las manos de Yunho que habían dejado de estar heladas… se sentía suaves, aún a través de su camisa.

 

- Junsu te hizo esto – señalo la marca morada sobre el cuello. Sobre esa marca Yunho poso sus labios para  dejar una nueva marca. Una marca que identificara que Jaejoong era suyo – Tienes una piel muy suave – susurro dulcemente al oído del más joven – Mejor que el de una mujer.

 

El rose de esa manos, cada caricia erizaban la pálida piel de Jaejoong y confundían su mente. Se mordió la parte inferior de los labios pues no quería emitir ningún gemido. El simple resoplo sobre su cuello por aquel hombre provocaba el aumento de sus pulsaciones. No, jamás había sentido algo así; ni con Junsu.  Miedo, dudas, ansiedad, confusión… todo.

 

- Q… que haces – dijo retorciéndose sobre las sabanas de la cama.

- No lo ves… lo mismo que te hizo mi hermano –  relamió sus labios como si saboreara a su presa.

 

Yunho aproximó su rostro, hasta detenerse frente a  los labios de Jaejoong. Noto como aquel joven lucia petrificado por su cercanía. Estaba jugando con las emociones del joven. Los acelerados golpes del corazón de Jaejoong, hacía eco en sus oídos. Haciendo que desde su pecho naciera un clamor. La expresión de Jaejoong era tan inocente y tímida pero en sus ojos denotaba deseo como si suplicara, exactamente que suplicaba; ni Yunho lo sabía. Esa expresión impedía que él mantuviera su control, deseando acariciar cada recoveco del ardiente cuerpo de Jaejoong. Aunque a su mente venían recuerdos de cómo Junsu besaba y acariciaba el cuerpo de él.  

 

-    Ambos… se retorcieron de placer sobre esta repugnante cama – fijo una devastadora mirada sobre los ojos de Jaejoong. Sus ojos estaba llenos de reproche y asco. – Ambos se acostaron. Seguro no es la primera vez que te revuelcas con un hombre – miró despectivo a Jaejoong quien abrió estrepitosamente los ojos.

- ¡Estas equivocado! – grito Jaejoong empujando ferozmente a Yunho. Esa mirada, las palaras de ese hombre lo habían herido profundamente. Jamás se había acostado con Junsu y menos con otro hombre – No sé cómo lo sabes  –  se incorporo y busco refugió en una esquina de la habitación – Ese día no paso nada… todo fue una equivoca… – antes de que pudiera terminar de explicarse Yunho estaba nuevamente frente a él. 

- ¿Cuánto? – pregunto cercando a Jaejoong para  impedir una futura huida.

- ¿Eh? ¿Qué? – retrocedió tímidamente ante la cercanía de Yunho. Chocando  contra la pared de la habitación, deseando poder atravesarla. No había donde huir. Encogió los hombros buscando esconderse de aquel hombre.

- ¿Cuánto quieres para alejarte de mi hermano? – introduce la mano en el bolsillo interno de su saco y rápidamente saca una chequera cubierta de cuero negro con bordes dorados – ¡Responde! ¿Cuánto quieres para alejarte definitivamente de mi hermano?

- ¡Que! – exclamó casi perdiendo el aire. Su vergonzosa mirada se torno molesta.  Yunho estaba intentando comprarlo como un objeto, comprarlo para que se alejara de Junsu.

- Dime… ¿Cuánto quieres? – Yunho coge un pluma fuente para marcar la cifra en la chequera – 50.000… 100.000… 1.000.000 de dólares… ¿Cuánto?

- Me lo imaginaba – frunció en entrecejo – Intentas pagarme… crees que todo es dinero. Crees que puedes hacer y deshacer la vida de las personas con dinero – miró despectivo a Yunho -  ¡Eres un idiota! El dinero no lo compra todo.

- ¿Hablas del amor o la amistad? Cosas tan absurdas – mira desafiante a Jaejoong – Todo se compra con dinero…. El dinero compra todo felicidad, amor, amistad, familia… todo tiene un precio, hasta tu lo tienes.

- ¡Te equivocas! ¡Yo no tengo precio! ¡Seguiré junto a Junsu! – miró desafiante a Yunho. Estaba cansado, molesto… estaba a punto de golpear a aquel  hombre. Lo estaba empezando a odiar  –  Ese día… él me beso por equivocación… me confundió con otra persona. Tal vez una mujer que amo en su pasado. Supongo que por eso bebe.

- ¿Seguirás a su lado a pesar de que ama a otra persona? – replicó con un tono recriminarte y hasta molesto.

- Si – dijo confiado – Junsu es muy bueno y quiero ayudarlo a ser feliz. Se lo debo, me ha rescatado muchas veces – dijo melancólico – Siempre estaré a su lado…

- No –  cogió de la cintura a Jaejoong y lo llevo hasta su cuerpo - ¡No! ¡Tú eres mío y de nadie más!

- ¡Crees que porque tienes dinero puedes apropiarte de la vida de las persona! ¡Las personas no somos objetos!  -  dijo frunciendo el entrecejo –  Me das lastima.

- ¿Lastima? Alguien como tu… un pobre diablo – sujeto con más fuerza la cadera de Jaejoong. Acercó su rostro dispuesto sellar los labios de éste para que ya no pudiera hablar o gritar. La extraña expresión de Jaejoong era tan hiriente, quería desvanecer esos gélidos ojos. Quería demostrar  su poder.

- ¡Aléjate! – exclamó Jaejoong levantando su rodilla para golpear la entre pierna de Yunho.

 

Después de librarse del agarre de Yunho, al golpear las partes nobles del este, se echo a correr. Quería abandonar esa habitación, ya no le importaba nada;  detestaba a ese hombre y no quería volver a verlo.

 

En su huida no veía por donde corría, solo quería alejarse de ese hombre. Tropezó con alguien a quien realmente deseaba ver. La sonrisa de aquel hombre calmaba todas sus dudas y su furia, solo la risa de Junsu podía lograra tal fin. Su corazón casi se desbocaba de su pecho al verlo, pero su mente se torno preocupada pues Junsu estaba a punto de ingresar a un bar. Él pensaba que  Junsu bebería alcohol hasta perder la razón.

 

- Jaejoong…  ¿Qué haces corriendo de esa manera? – dijo preocupado – Pudiste lastimarte… ¿alguien te persigue?

- No – ladeo de lado a lado la cabeza para negar. No tenia porque contarle a Junsu lo sucedido con Yunho – Solo que perdí el tren y no quería llegar tarde a casa.

- Si ese es el caso – cogió  las llaves de su auto – Te llevare.

- Eh… no hace falta tomare un taxi o…

- No, insisto. Además podremos hablar – sonrió amablemente.

- Está bien – dijo Jaejoong. Al ver esa encantadora risa no podía negarse a nada. Estaba tan feliz de ver a Junsu  que había olvidado a Yunho.

- Hoy luces muy  bien llevando esa camisa – sonrió acomodando un mecho desprolijo que colgaba de la frente de Jaejoong. Después llevo su mano sobre el hombro de su amigo.

- Gracias – sonrió de manera efusiva ante el rose de las manos de Junsu. Se sentía tan resguardado cerca de ese ángel, no temía a nada ni a nadie. Junsu le daba seguridad.

 

 

Después de recuperarse del golpe en su parte baja, Yunho salió tras Jaejoong. Pero detuvo su ímpetu al ver que él  estaba con su hermano. No podía ir tras Jaejoong pues su hermano lo enfrentaría. Se sentía tan perdido, estaba molesto, repudiaba  la cercanía de ambos. No podía ver como ambos se alejaban risueños y contentos. Aun así quería verlo y confirmar la relación que ambos sostenían, no había nada que pudiera hacer;  Jaejoong amaba a su hermano y eso no lo podía cambiar. Sentía un vacio en el fondo de su pecho  al verlos alejarse como una feliz pareja. Se sentía un idiota, estaba tan molesto que sus ojos se tornaron como los de un animal embravecido. Quería gritar, patear, maldecir… quería arrancar ese ardor de su pecho. Destruir aquella sensación de desesperación, angustia y dolor.

 

Yunho estaba angustiado, solo había un lugar a donde  ir; solo una persona lo entendería. Se dirigió al hotel central de Seúl. Un lujoso edifico de más de 20 pisos. Subió por el ascensor y no pudo evitar reflejarse en el espejo que cubría dicho lugar. Frente al cristal no se reflejaba el arrogante y decidido hombre de negocios. Se veía un hombre acabado, devastado por la decepción y la tristeza. Sus ojos ya no marcaban confianza sino dudas e incertidumbre. Su traje no lucia perfectamente elegante sino desprolijo,  al igual que su peinado.

 

Al bajar de ascensor se dirigió a la habitación 507. Custodiando dicha habitación como dos pilares, había dos hombres americanos. Su prominente altura y la masa muscular de sus cuerpos marcaban temor ante cualquiera, menos ante  Yunho que  intento entra sin anunciarse.  Solo logrando ser cercado por esos hombres.

 

-        No saben quién soy – clamó furioso  ante aquellos hombres. Ante la negativa de los mismos decidió enseñarles quien era. Con una certera patada derivo a ambos pilares. Lanzándolos  al suelo. Ensañándose  con uno de ellos, hasta el punto de abrirle la frente romperle los labios y la nariz. Estaba tan cegado por la furia. Él no escuchó que la puerta de la habitación se estaba abriendo.

 

-        ¡Yunho!  –   Max Changmin pego un grito desgarrador  –  ¡Basta!  – se abalanzo sobre Yunho así alejarlo  del custodio que estaba quedando desfigurado. Changmin agradecía ser más alto que Yunho.

-        ¡Suéltame! – clamaba entre gritos pataleando e intentando alejara a  Changmin –  ¡Me duele! ¡Me duele! – repetía cogiéndose el pecho. Sentía  una sensación dolorosa en su pecho, un dolor indescriptible. Quería mitigar ese dolor. Mitigar su impotencia y refirmar su poder.

 

Repentinamente  más custodios acudieron al pasillo al escuchar lo bulliciosos gritos de Yunho. Calmado, Max Changmin les ordeno  que se retiraran, afirmando que conocía a ese hombre. De la habitación continua salió Kangta quien ordenó que   llevasen al hospital al custodio herido, pero que no comentara nada, debían ser cuidadosos con la imagen del cantante, ya que había demasiados periodistas rodeando el hotel. Después mira despectivamente al hombre  que estaba aferrado en los brazos de Changmin. Acento levemente  despidiéndose de Max Changmin.

 

Una vez en el interior de la lujosa habitación, Yunho se desplomo sobre la mullida cama donde segundos antes el cantante estaba descansando. Aún tenía la suave esencia del perfume de Max Changmin.

 

- Lo arruine – suspira melancólico.

- ¿Qué arruinaste?

- No lo sé – se despeina el pelo, estaba bastante agotado.

- Luces espantosos – expreso Max Changmin cruzándose de brazos –  ¿Qué sucedió con Junsu?

- ¿Por qué preguntas eso? – dijo perdiendo su rostro sobre la almohada.

- Siempre que luces así… es porque algo te preocupa y siempre es Junsu.

- En parte es por él y en parte es por otra persona – hundió profundamente su rostro contra la almohada.

- Te refieres –  oprimió sus mejillas – a la nueva pareja de Junsu.

- ¿Cómo lo sabes? – volteo asombrado hacia Changmin.

- Somos amigos desde hace mucho tiempo, te conozco – se acomodo sobre la cama – Hablaste de tu hermano y de otra persona, me imagino que no es una novia tuya sino la nueva pareja de Junsu.

- Siempre tienes razón – dijo Yunho sentándose sobre la cama junto a Changmin – Me molesta y mucho.

- Aun no aceptas los gustos de tu hermano.

- Nunca los aceptare… me parece asqueroso que le gusten los hombres.

- ¿asqueroso? – preguntó Max Changmin soltando una carcajada. Después  rodeo sus brazos sobre el cuello de Yunho como si lo estuviera reconfortando – Que tal si te ayudo a olvidarte de tu problemas.

- ¿Cómo? – pregunto Yunho acurrucándose en los brazos de Changmin.

- Qué tal si volvemos al pasado y hacemos eso.  ¿Recuerdas?

- ¿Eso? –  dice despectivo – No estoy de humor.

- Vamos, no duele.

- Lo dirás por ti, pero mi boca siempre termina acalambrada.

- Sera divertido – dice Max Changmin levantándose de la cama –  ¿Qué haces? – recrimina antes de retirarse de la habitación.

- Me quito el saco, no esperas  a que lo hagamos con esto –  señala la corbata –  Lo hare a mi manera, sin el saco y la corbata… así me siento cómodo.

 

Con una sonrisa de satisfacción Max Changmin se aleja de la cama metiéndose en otra parte de la habitación. Después regresa con un enorme paquete y lo deposita sobre la mesa que estaba frente a su enorme pantalla LED. Desde dicha pantalla estaban las noticias anunciando la redada de la policía a un cargamento millonario de cocaína sobre el muelle de Pusan. La policía había sido alertada por un llamado anónimo.

 

<< - Idiota>> miró despectivo la pantalla  <<- Pronto caerás maldito anciano>> esbozo en sus pensamientos. Yunho había alertado a la jefatura marina sobre ese cargamento, esperando la caída de su jefe; pero aun faltaba. Desde hace años estaba dispuesto a tomar el poder de PSy, pero quería acelerar las cosas.

 

-        He mejorado   – dijo Max Changmin despojándose de los zapatos – Te dejare  exhausto…

-        No me importa si eres una súper estrella del rock… no creo que seas mejor que yo – despeino el pelo de más alto  – Has crecido mucho – dijo asombrado por la altura de Max Changmin.

-        Tu halagos no impedirán… que te deje acabado – dijo Max Changmin cogiendo por la espalda la cintura de Yunho. Depositando levemente su pera sobre el hombro del más bajo – Suplicaras que me detenga.

-        Ya veremos – dijo desafiante mientras alejaba las manos de su cintura del más alto–Serás tú quien quede con la boca acalambrada.

-        Entonces juguemos – se alejo de Yunho - ¡Juguemos al karaoke! – dijo sacando una consola de la caja que había depositado sobre la mesa frente a la pantalla LED – Yunho… esta vez te ganare.

-        Lo dudo – sonrió confiado. Agradecía estar junto a Max Changmin. Siempre que se encontraba deprimido o molesto aquel muchacho alto tenía la solución o la respuesta.

 

Rescatame by Alexriden02

Notas finales:

puf... lo consegui termine el siguiente capitulo (n_n)

 Espero que os siga gustando.

Vale!!! os agradezco por elegir el fic.

Mil disculpas por la tardanza (U.U)

Gracias  por vuetras palabras.

Nii-chan mi imaginacion volvio a activarse... Thanks!!!!! (mejor dicho) Arigato!!!

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).