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Rescatame por alexriden02

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Notas del capitulo:

Bueno se que es un capitulo bastante largo... ya que no acostumbro a hacerlos tan largos sino dividirlos.

 

 

El amor  parece tan corto cuando somos felices, pero el olvido parece tan fácil y duradero. Junsu recordaba una y otra vez su pasado junto a Yoochun. Aún no podía olvidarlo, deseaba recordarlo una noche más, solo una noche más para decirle adiós.

 

Después de esa maravillosa noche, Junsu esperaba que Yoochun lo ignorase o intentara alegar una confusión por haber bebido. Lejos de las suposiciones de Junsu sucedió todo lo contrario. Yoochun no era ese tipo de personas que negaba lo sucedido o intentaba huir de los problemas, siempre los enfrentaba. Siempre respondía por sus actos y así seria con lo sucedido la otra noche.

 

Durante el día Junsu se había salteado varias clases, alegando un malestar por cansancio; aunque el verdadero motivo era el dolor en la parte trasera de sus muslos lo que le impedía ponerse de pie. Al llegar la noche escuchó como la puerta de la habitación se abría  y desde  esta, él  ingresaba. No hizo ningún gesto, sólo tomo la silla de su escritorio arrinconándola hasta la cama donde descansaba Junsu.

 

La  zagas mirada de Yoochun amedrento el alma de Junsu. Sentía una fuerte opresión en su pecho, apenas podía sostener la mirada; se sentía tan avergonzado. Temía que las palabras de Yoochun fueran despectivas e hirientes.

 

-Estoy consciente de lo sucedido – dijo Yoochun despeinándose el pelo, cosa que hacia cuando intentaba dar alguna excusa  – Pero debes entender que no podemos tener una relación como las demás…

-Es… ¿Por qué somos hombres? – dijo tímidamente mientras tragaba saliva.

-No… ese no es el problema – suspiro algo cansado, pues no sabía cómo continuar con su alegato – Correspondí a tus deseos solo porque entiendo cómo te sientes… - dijo con un tono lastimoso –  Ya tengo a alguien a quien quiero más que a nada en este mundo… así que…

-No me importa – dijo Junsu reprimiendo su dolor al escuchar la terrible confesión de Yoochun – Esa persona no te corresponde… Por eso entiendes mis sentimientos… ¿o me equivoco?

-No tengo por qué responderte – dijo Yoochun algo molesto, pues Junsu tenía razón.

-Me dijiste “entiendo cómo te sientes” lo que significa que tu amor tampoco es correspondido – se levantó para acomodarse junto a Yoochun – Solo déjame amarte… No te pido más – rodeo tímidamente el cuerpo de su superior.

-Sabes que aunque hagas y digas estas cosas…  No me enamorare de ti.

-Lo sé, solo quiero que me permitas estar a tu lado. No pido que me ames, pero sí que algún día puedas verme de otra manera –  acaricio suavemente la mejilla de Yoochun.

-Te diré algo – sonrió Yoochun al ver el rostro angelical de Junsu, era tan hermoso que apenas podía creer  tenerlo  –  Justo ahora te estoy viendo y has captado toda mi atención – tomo el rostro de Junsu, poso  delicadamente sus labios, sellándolos con un beso.

 

Desde ese día Junsu pudo permanecer junto a su superior, amándolo con todas sus fuerzas sin importarle ser o no correspondido; solo quería estar a su lado. Delante de sus compañeros actuaban como buenos amigos, hasta parecían conocerse de toda la vida. Cada uno conocía las debilidades y fortalezas del otro, comida favorita, color favorito, película favorita, en otras palabras sabían todo uno sobre  el otro. Esa supuesta amistad solo era una pantalla para el exterior, para justificar sus salidas a parques,  museos, a bailar y a hoteles, en fin, para justificar sus citas. Ambos disfrutaban plenamente de cada momento juntos, por más pequeños que fuesen.

 

Junsu no era celoso ni posesivo respecto de Yoochun porque  sentía que así, lo perdería. Algunas veces Yoochun se mostraba  indiferente y hostil con él, pero era quien sentía más celos cuando alguien se acercaba o ponía una simple mano sobre Junsu.

 

De alguna forma Junsu sentía muy lejano el día en que su superior lo viese con otros ojos y terminase amándolo. Entendía que el corazón de Yoochun ya tenía un dueño o dueña, en fin otra persona que no era él. Qué más daba, estaba dispuesto a correr ese riesgo, se predispuso a hacer todo lo que estaba a su alcance para permanecer junto a su amado y llenarlo de atenciones, esa era la forma en la que demostraba su amor. Si bien no podía demostrarlo libremente, los pequeños momentos que estaba en la intimidad con Yoochun buscaba hacerlos únicos e irrepetibles; quería hacer feliz a la persona que amaba. Con solo ver el rostro de Yoochun, la mirada de Junsu se iluminaba de felicidad y más cuando se acariciaban por las noches.

 

Para celebrar sus 400 días juntos, Junsu invito a Yoochun a pasar el fin de semana en un lujoso hotel cinco estrellas en el centro de la ciudad de Pusan, muy cerca del puerto. Era el lugar perfecto pues nadie los reconocería.

 

A Yoochun no le molestaba abandonar la ciudad o salir de paseo, pero  le preocupaba estar creando ideas erradas en Junsu, porque no eran y jamás serian una pareja como las demás. Ese tipo de parejas celebraban aniversario y ellos no lo eran, simplemente Yoochun veía a Junsu como un amigo. 

-¿Qué haces? – dice Yoochun esquivando el beso de Junsu.

-¡No hay nadie observándonos! – señalo el desolado comedor del hotel por las mañanas. Después tomo el rostro de Yoochun y lo calló con un beso apasionado.

 

Los dos estaban besándose de manera tan apasionada, que ninguno de ellos escucho los pasos de alguien ingresando al salón comedor del hotel. De pronto se escucho un crack, una copa de vidrio se había desplomado sobre el suelo. Junsu levanto la vista para ver de dónde provenía tal ruido. Noto cerca de la salida del comedor como unos ojos rabiosos los observaban. Entonces una extraña sensación de temor recorrió su delicado cuerpo.

 

-¿Yunho? ¿Hermano? – dijo casi al borde de perder la voz al ver la gélida expresión en el rostro de Yunho. Estaba tan sorprendido pues su hermano lo había visto y se preguntaba qué demonios hacia en ese lugar.

 

Yunho retrocedió de la escena apretando con furia los dedos de la mano contra su palma, formando un puño de ira. Sentía una profunda decepción, había visto a su pequeño hermano en brazos de otro hombre, su descontento no tenia límites. Se sentía apuñalado, desilusionado y traicionado; todo en un mismo sentimiento. Sin darle tiempo a su hermano de alguna explicación salió del hotel, olvidando que en algunos minutos iba a reunirse con unos inversionistas norteamericanos. Ahora ya no le importaba nada, subió a su auto y marco rumbo desconocido.

 

Yoochun no pudo ver al hermano de Junsu porque estaba de espaldas, pero comprendió que ese encuentro había dejado bastante afligido a su compañero. Supuso que Junsu estaba traumatizado o en shock al ser descubierto por su perfecto hermano mayor, besando a un hombre.

 

-¿No iras  tras él? – preguntó Yoochun apartándose de Junsu y abriendo camino para que este se marchase en busca de su hermano.

-No –cogió el rostro de él –  Más tarde hablare con él – dijo Junsu haciendo un esfuerzo por mostrarse despreocupado y sonreír ante Yoochun, no quería desperdiciar su tiempo junto a su amado – Vamos a la habitación –  sonrió.

-No entiendo como lo haces – expreso Yoochun confundido.

-¿Qué no entiendes?

-Cualquiera en tu lugar estaría al borde de la perdición… pero sigues sonriendo como si todo estuviera bien – tomo la mano de Junsu – Tu sonrisa es tan angelical y capaz de borrar cualquier problema…

-Superior no se burle –  dijo Junsu sonrojándose pues Yoochun le había tomado la mano.

-Hoy lograste que  solo te mire a ti… captaste toda mi atención – dice Yoochun con una sonrisa de par en par y besa la frente de Junsu.

 

 

Desde ese día  Junsu intentó hablar con su hermano, pero cada vez que lo hacia Yunho se encontraba en alguna reunión o fuera de la ciudad. Algo confundido entendía  que su hermano lo estaba evitando, eso lo hacía suponer que debía seguir molesto. Decidió esperar a que su hermano se le pasara el enojo y así hablar con él.

 

El  tiempo fue pasando. Una tarde en la que Junsu regresaba de su practica en el polígono (campo de tiro) notó movimientos extraños en la academia. Observo extrañado la lujosa limosina blanca de su madre estacionada frente al portón de la academia. Intrigado, se preguntó si su madre estaría en la academia y si era así, cuál era el motivo que la  obligaba  a dejar sus lujosos viajes. Su madre era una mujer de mundo, no solo contaba con la inmensa fortuna de su familia; sino que era una de las diseñadoras de moda más famosas del país. Sus colecciones eran las preferidas del mundo de la moda por lo que siempre estaba en constante movimiento.

 

 Su rostro dubitativo se asombro al ver salir a su madre junto con Yunho del edificio central del decano. Ambos fueron acompañados por el mismo director hasta la salida. Estaba asustado por lo que se escondió,  no pudiendo develar el motivo de la presencia de su madre en la academia. Aún temía enfrentarse con su hermano pues seguía notando esa la gélida expresión en el rostro de Yunho. Además que le diría, no había más verdad que la que clamaba su corazón; estaba enamorado de un hombre. 

 

Junsu supuso que su madre había intercedido con el director para sacarlo de la academia, pues ella no deseaba que su hijo fuera un simple policía. Cuando le preguntó al director sobre la presencia de su madre, este solo respondió  que su madre vino a preguntar por su estancia en la academia. Si bien esa excusa no le bastaba, saber que su madre no se interponía en su carrera y no había hecho nada malo para perjudicarlo, lo tranquilizaba. Después regreso a su habitación con un sobre que el director había mandado para Yoochun.

 

Cuando ingreso a la habitación notó algo distante a Yoochun, ni siquiera había volteado a mirarlo o darle las gracias por haberle llevado el recado. Como  no quería sonar histérico  guardo silencio ante la sombría actitud de su compañero de habitación, temía hacerlo enfadar. Suponía que tal vez   tuvo un mal día como hace algunas semanas atrás. Para no molestar a su superior, Junsu  decidió recostarse sobre la calma y guardar silencio. Entrecerró los ojos intentando quedarse dormido. Sin esperarlo sus ojos oscuros se encuentran con los de Yoochun. Sin mediar palabra alguna, es callado por los labios de quien tenía encima de su cuerpo.

 

Yoochun deja que sus dedos desciendan por el cuellos de su compañero de habitación y desde ahí  hacia el torso. Forma círculos descendentes con los pulgares, y luego con los índices. Al principio presiona tímidamente, después, cuando  Junsu cierra los ojos y reclina la cabeza ahogando un gemido, lo hace con más fuerza. Se inclina hacia adelante despojando de su ropa al más joven, para masajear con su lengua la carne que protege los pulmones de su compañero, muy cerca del corazón.

 

- Mmmh… Yoochun – susurra suavemente en el oído de su superior. Después, sin desearlo muerde el lóbulo derecho de su amado, pues siente como los dedos de Yoochun hurgan hábilmente bajo su entrepierna.

 

Abre tembloroso los  ojos ante las suaves caricias que ejercía Yoochun en su entre pierna. Primero eran caricias suaves y tiernas, después las hábiles manos de Yoochun empezaron a presionar con más fuerza a su miembro. Casi al borde de la desesperación Junsu gemía y gritaba de placer, a diferencia de Yoochun que no omitía ningún sonido. Lucia tan concentrado en dar placer a su compañero. La mano de Yoochun frotaba arriba y abajo sin cesar.

 

Las temblorosas manos de Junsu acariciaron la parte baja de Yoochun, quería ayudarlo a disfrutar pues se sentía muy egoísta. Con una gélida expresión este lo detuvo de su intento. Después se quito el resto de su ropa quedando desnudo frente a su compañero, su esbelto cuerpo estaba temblando. Se posos sobre el cuerpo de Junsu, sin omitir ningún comentario lo beso apasionadamente. Su legua estaba jugando con la boca de Junsu rozando cada recoveco. Junsu sentía que era la primera vez que su superior lo besaba de esa manera, sentía tanta entrega en ese beso.

 

Sin soltar el beso, Yoochun unió ambos miembros y empezó a frotarlos uno contra el otro. Sabía que de ese modo ambos disfrutarían, y Junsu no tenía que preocuparse por él.  Cada roce llevaba  elevar los gemidos de Junsu, sentía que explotaría, no podía aguantar más.

 

- Superior me vengo – gimió  Junsu como advertencia a Yoochun.

 

Yoochun lejos de detenerse aceleraba el roce entre ambos miembros, mientras besaba  desaforadamente los labios de Junsu. Beso que solo rompió  porque se estaba quedando sin aire. Después beso el torso de su compañero descendiendo hasta parte baja. Introduciendo  aquella erección en su boca, subiendo y bajando.

 

- No… ah… ah… – gimió  de placer al sentir los cálidos labios de Yoochun posados sobre su miembro. Se retorció sobre las sabanas mientras que con ambas manos tiraba del pelo de su superior. Estaba enloqueciendo, solo Yoochun podía hacerlo sentir tan bien.

 

 

Después de lamer la gran cantidad de pre-semen, Yoochun beso la cabeza de la erección de su compañero. Ante ese delicado roce Junsu no pudo evitar retorcerse de placer, empujando su cadera y su erección dentro de la boca de Yoochun.

 

- Mmm… Más… más –  gemía extasiado al sentir y escuchar los ruidos del chupeteo viniendo de su amante.

 

Como si acudiera a las suplicas de su compañero Yoochun intensifico sus movimientos. Metía y saca el eje de Junsu de su boca, aceleraba ante cada gemido de Junsu.

 

La boca de Yoochun se lleno repentinamente de un líquido viscoso, sin importarle, pues la erección de Junsu no parecía haber disminuido.

 

- Lo siento – dijo Junsu apenado, intentando limpiar la boca de su superior.

- Tiéndete – ordena Yoochun a Junsu  escupiendo el líquido al suelo.

 

Paralizado Junsu, se deja arrastrar, permite que Yoochun se enrosque en torno a  él. Sus piernas son elevadas hasta el hombro de su amado. Yoochun se detiene por un segundo y contempla el rostro de Junsu, sus ojos se reflejan en los de su compañero. Se refleja en esos cristales oscuros notando la tristeza en sus propios ojos. Una parte de su ser le pedía que se detuviera, sino seria tarde, mientras su cuerpo clamaba estar dentro de Junsu. Sus blancas manos acariciaron, tímidamente, el rostro de Junsu. Observaba atentamente como Junsu respiraba agitado haciendo  dulces expresiones en su rostro, quería guardar en su mente la dulce sonrisa angelical de su compañero.

 

-        Superior…  –  dijo algo preocupado pues veía cierta tristeza en los ojos de Yoochun.

-        Perdóname – clamo Yoochun angustiado mientras hundía su rostro sobre el de Junsu para fundirse en un beso.

 

El beso de Yoochun era diferente a los otros, pensó Junsu, este beso tenía un gusto a despedida.

 

Sin romper el beso, Yoochun atrae las caderas de su compañero hacia las suyas. Su tallo de jade se sumerge tan profundamente que ya no es en absoluto visible. Suavemente se mueve dentro de Junsu, después, hace embestidas más rápidas y fuertes.

 

El frágil cuerpo de Junsu sentía quebrarse, Yoochun parecía más firme y decidido que otros días. Un par de lagrimas brotaron de sus ojos, si bien cada noche se acostaba con Yoochun, aún su cuerpo era tan estrecho que no estaba del todo acostumbrado a tenerlo dentro suyo. Cada embestida  golpeaba en un punto especial que lo hacía gemir y gritar por más. Ese punto solo era tocado  por Yoochun, su primer y único amor.

 

Ante los gemidos de su compañero, Yoochun acelero las embestidas. Una tras otra, sin descanso y con más fuerza.  Cada embestida hacía temblar la cama, que parecía no resistir. Se oía como rechinaban los resorte y las uniones de la cama ante  cada embestida.

 

La voz de Junsu se quebraba por el deseo, gemía de placer mientras que Yoochun se mordía los labios para no emitir ningún ruido. Quería recordar en su mente no solo el rostro de Junsu sino sus gemidos, quería atesorarlo antes de la despedida.

 

-    Yoochun~ah – intenta sostener su voz  mientras aferrabas sus manos a la espalda de Yoochun. El placer era tan sublime ante cada embestida que hundió sus uñas sobre la pálida piel de su amado.

 

En silencio Yoochun aguanto el dolor que Junsu estaba provocando sobre su espalda, aumentando las embestidas, una seguida de otra. En cada una ponía más pasión y entrega que otras veces.  

 

Un beso cálido y suave fue dado por los labios de Yoochun antes de terminar las embestidas, pues se sentía satisfecho. Había llenado de si, al interior de Junsu. También había sido cubierto por el líquido de su compañero, lo que indicaba que hizo bien su trabajo al satisfacerlo.

 

El ángel  yacía tendido boca arriba, estaba cansado, se había venido dos veces en un día. Yoochun beso la frente de su compañero y se recostó sobre el torso desnudo de su compañero. Junsu atrae a Yoochun hacia sí, esta vez con más fuerza y empieza acunarlo.

 

 En tanto él se enrosca en torno a su compañero de habitación como un gatito. El chico angelical musita en el cabello de su amado frases dulces. Ambos quedan vencidos por el cansancio.

 

La noche era demasiado corta, el día no tardo en llegar.

 

-Esto termino – dijo en tono grave mientras se filtraban por la ventana los primeros rayos del sol.

-¿Eh?- dijo Junsu intentando comprender lo dicho por Yoochun. Se levanto súbitamente del resguardo de las sabanas.

-Desde el principio lo supiste, sabias que esto llegaría a su fin  – dijo Yoochun con una mirada tan fría  que penetraría el alma de Junsu y lo partiría en mil pedazos – Esto acabo.

- ¡Superior! – clamo Junsu aferrándose a él – Yo… yo… lo amo… por favor… por favor… no me aleje de su lado – sus lagrimas cayeron – No me deje.

 

Con una mirada carente de lastima o alguna emoción, Yoochun aparato de su lado a Junsu y le dijo con un tono de voz muy grave – Sabes que amo a alguien más…

 

-¡No me importa! – dijo echándose a llorara pues ya no podía seguir conteniendo sus lagrimas – ¡Aunque no me ame quiero permanecer a su lado!

 

Escuchar esas angustiantes suplicas y como Junsu lloraba a mares, herían el corazón de Yoochun, sentía una profunda culpa. Desde un principio jamás quiso lastimarlo, pero todo había sido su culpa. Debía acabar con ese sentimiento y  alejar a Junsu de su vida.

 

- Jamás te prometí  nada – dijo Yoochun de manera hiriente, pues estaba fingiendo una calma que no tenia – Esto llego a su fin.

- ¿Esa persona a la que amas  te ha correspondido? – pregunto aterrado  intentando secar sus lagrimas –  ¿Por eso me dejas?

-No… esa no es la razón – dijo Yoochun bajando la mirada así no mostrar su tristeza. Ver el llanto de Junsu  lo hería  – Esa persona jamás corresponderá a mi amor… solo me ve como un hermano mayor y  no quiero traicionar sus sentimientos. No quiero que me odie – dijo Yoochun acercándose a la puerta de la habitación – Además pronto me graduare…

-¡No! ¡No! – grito Junsu cayendo con las  rodillas al suelo con intenciones de implorara –  ¡Me niego a dejar de verte! – negó enérgicamente con la cabeza, su angustia era tan dolorosa  que estaba por perder la razón. Amaba desaforadamente a ese hombre y no quería perderlo.

 

Él sabía que ya  no podía seguir ahí, debía  terminar lo antes posible con Junsu o se arrepentiría, pues lo estaba viendo sufrir y eso lo lastimaba. Suponiendo la reacción de Junsu, cogió el sobre que la noche anterior Junsu le trajo. En tal sobre había una invitación para estudiar en EE.UU, también los pasajes de avión.

 

Esa noticia hizo que Junsu se aferrara fervientemente a la pierna de Yoochun, no quería dejarlo ir. Pero Yoochun lo alejo bruscamente con un empujón. De la parte interior de su cama él saca  una valija, la valija de viaje; en la que había empacado todas sus pertenencias horas antes de que Junsu despertara.

 

-El avión parte hoy mismo a EE.UU – dijo cogiendo la valija mientras apoyaba su mano en la perilla de la puerta, como si deseara ser frenado nuevamente – Desconozco por cuánto tiempo permaneceré allí –   volteo a ver a Junsu. Cambio su rostro, su mirada se torno despectiva como si no le importase ver que  Junsu  estaba  llorando en el suelo – No creo extrañarte… esto termino, mejor olvídame – dijo abandonando la habitación y pegando un golpe ensordecedor a la puerta.

 

El corazón de Junsu estaba tan destruido que apenas pudo tener conciencia, no pudo correr tras Yoochun, solo podía llorar desoladamente en el suelo. Lloraba como si hubiese sido herido por un arma, gemía del dolor que estaba sintiendo.  Tendido en el suelo deseaba morir pues su alma se había desintegrado cuando Yoochun le dijo aquellas terribles palabras. En lo más profundo de su corazón entendía que el romance con su superior no duraría  y debía terminar, pero nunca espero que fuese tan pronto y tan doloroso. Empezaba a pensar que su destino estaba marcado bajo la desgracias. El destino se encargo de acercarlo a Yoochun pero también de alejarlo, sentía que la vida jugaba con sus emociones.

 

****************

 

 

Dentro del silencio de la habitación de Jaejoong  miro al agitado cielo, llevo su mano derecha muy cera de su corazón para sentir si su corazón aún seguía  latiendo, pues se sentía muerto en vida. Lo recuerdos de su tiempo junto a Yoochun eran tan alegres como dolorosos.

 

- Esto termino – fijo su mirada en Jaejoong, quien dormía plácidamente – Yoochun…

 

Se prepará para irse en silencio, pues no quería despertar  a Jaejoong. Antes de marcharse agradece la gentileza de los señores Kim prometiéndoles volver en otra ocasión.

 

 Él camino cerca del rio Han, a unas cuadras estaba un lujosa tienda departamental, la más grande e importante. Pertenecía a su familia. Subió por el ascensor y tomo rumbo a la joyería.  Empezó a observar las brillantes mercancías de joyas en oro y plata, también diamantes. Se detuvo en una joya en especial que dibujaba la letra J, un dije.

 

- Le interesa joven – dijo la encargada de ventas señalando el mostrador.

- Si – señalo el dije con la letra J.

- Es una excelente elección, está hecha de oro blanco e incrustaciones de diamante – dijo la encargada cogiendo la joya y depositándolo sobre el mostrador – Seguro será el regalo perfecto para su novia.

- Es para regalar, pero aun no es mi novia – sonrió cogiendo la joya en sus manos, era bastante pesado para ser un simple adorno.

- Seguro que con este regalo aceptara ser su novia.

- Lo llevo – sonrió amablemente – Póngalo a la cuenta de mi familia – enseñó su identificación.

- Si señor Han- Jung – acento la empleado. Estaba sorprendida pues no era frecuente ver a algún miembro de la familia Han-Jung por la tienda departamental.

 

Contento por la compra  coge su celular y marca un número. Espera ansioso a que le respondan del otro lado. Cuando finalmente oye la respuesta, su corazón se acelero de emoción.

-  Buen día dormilón – dijo en tono juguetón.

- Junsu – se escucho del otro lado del teléfono celular - ¡buenos días!

- Gracias – dijo caminando por la orilla del rio Han.

- ¿Por qué?

- Por lo de anoche – sonrió observando el claro del cielo – Que te parece si hoy te invito a cenar y celebramos.

- ¿celebrar? ¿es tu cumpleaños?

- No – emitió una pequeña carcajada - ¿me quieres?

- ¡eh! Este… bueno… 

- Je… je… que tal si celebramos que estamos juntos – sonrió viendo el paquete que había comprado en su mano – además somos amigo o no Jaejoong?

- Si… si… pero…

- ¡Ya está, paso a buscarte a la oficina! – dice elevando su voz alegremente.

- Te noto más animado ¿sucedió algo?

- Aún no… Te dejo… Nos vemos esta noche.

 

Como Junsu había prometido fue en busca de Jaejoong. Lo llevo a uno restauran de los más costosos de la ciudad.

 

Jaejoong se sentía un poco asediado por la mirada de los clientes de dicho restaurante, pues él no estaba vestido de acuerdo al lugar. Sino que lucía una simple camisa y unos pantalones oscuros. Cuando replico a Junsu, este le dijo que había reservado un lugar privado en donde solo estarían ellos dos.

 

El palco individual del restaurante era esplendoroso, tenía un enorme ventanal  que daba una vista  hermosa  de toda la ciudad. Jaejoong no pudo evitar sentirse feliz, jamás había estado en un lugar así. La mesa era tan hermosa, decorada con flores y velas rojas. Las sillas eran de satén aterciopeladas. Tomó asiento inmediatamente ante el pedido de Junsu.

 

Junsu estaba recostado sobre el respaldo de la silla, observando cada movimiento de Jaejoong. Sonreía al ver como Jaejoong parecía un niño, comía desaforadamente. Esa parte ingenua como la de un niño le gustaba y mucho.

 

-        La próxima vez yo cocinare para ti – rompió el silencio pues sentía una sensación extraña por la incesante mirada de Junsu. Claro que sabía como usar esos 12 tenedores y comportarse en una mesa elegante, pero tenía demasiada hambre que no pudo mantener su buena educación.

-        Eso suena genial – sonrió llevando su manos hasta coger la mano de Jaejoong. Después deposito una pequeña caja de terciopelo rojo en las pálidas manos delo joven.

-        ¿esto? – preguntó asombrado al abrir el contenido de la caja aterciopelada. Había un colgante con su inicial.

-        Es un colgante – se levanto de su silla y cogió el colgante para depositarlo alrededor del cuello de Jaejoong – Se verá lindo sobre tu cuello.

-        No – detuvo a Junsu – No puedo aceptarlo.

-        No me niegues esta satisfacción – acaricio la suave piel del cuello de Jaejoong. Cuando este bajo la guardia deposito el collar alrededor del cuello.

-        Pero… pero – aun temblaba por la cercanía de las cálidas manos de Junsu.

-        Tómalo con un presente de disculpas y agradecimiento – sonrió retomando su lugar en la mesa.

-        ¿disculpas? – Jaejoong  preguntó sorprendido.  Sentía que ya no podía quitarse el collar pues sentía que sería un mal educado ante la gentileza de Junsu.

-        Disculpas por haberte metido en problemas con mi hermano y agradecimiento… por salvarme aquella vez – sonrió dulcemente, iluminando sus ojos de alegría.

 

Jaejoong se sentía tan feliz por las palabras de Junsu, quería saltar a sus brazos, pero se contuvo. Era la primera vez que recibía un regalo de esa envergadura, era muy costoso. Apreciaba compartir ese tiempo junto a ese hombre, se sentía tan reconfortado y protegido. Sonriendo satisfactoriamente dio las gracias por el colgante y continuo cenando. Aun no podía creer que aquel gentil y dulce muchacho era hermano de un demonio como Yunho.  El solo recordar a  ese hombre hacia hervir su sangre, de alguna forma estaba aliviado de no habérselo cruzado en la oficina. Aunque una parte de su ser deseaba verlo, para que, ni él lo sabía con exactitud. Tal vez por costumbre o rutina. Pero en ese momento  Yunho no importaba, solo le bastaba estar junto a  Junsu. No pudo evitar observar el collar que colgaba de su cuello, sentía alegría pues simbolizaba el afecto y gratitud de Junsu, pero por otro lado también simbolizaba el inicio de sus desgracias. Ese collar también representaba la forma en la que conoció a Yunho.

 

- La comida esta deliciosa ¿No comerás? – pregunto Jaejoong al notar que Junsu en toda la noche no había probado un bocado.

- Comeré otra cosa – dijo en tono burlo observando a Jaejoong. Notando como este se sonrojaba solo con su mirada. Después cogió una copa de vino y sirvió la de su acompañante.

- No deberías beber  mucho – dijo en tono preocupado. No quería que Junsu bebiera nuevamente. Sabía que si él bebía seria por decepción.

-  Qué lindo – sonrió satisfactoriamente cogiendo su copa de vino – No hace falta que cuides de mi. Hoy beberé porque estoy feliz.

- ¿feliz? – elevo sus cejas tanto que casi  tocaban el cuero cabelludo. Estaba realmente asombrado.

- Brindemos por esta noche – elevo su copa mientras sonreía angelicalmente y sus ojos parecían resplandecer cual estrellas en la noche

- ¡Por esta noche! – ambos repitieron al chocar sus copas. Después bebieron  el vino rojo.

 

Junsu sonreía al ver la expresión de gusto en el rostro de Jaejoong, era la primera vez en muchos años que se sentía bien. La primera vez que disfrutaba al salir con alguien. Ese alguien, le parecía no sólo una buena persona sino muy atractivo. Era la primera vez que conseguía apartar de sus pensamientos a Yoochun, era la primera vez que lo había podido sacar de su mente después de tantos años. Quería ser feliz, estaba decidido a buscar la felicidad.

Rescatame by alexriden02

Notas finales:

Yupiiii (>…<) Cumplimos otro mes de aniversario de “Rescátame”

Hace tres meses que lance este fic, sin imaginarme siquiera que lo continuaría. Ahora van más de 20 capítulos y casi llegamos a los 30 (*o*) Increíble!!!

Solo me queda agradecer a vosotras que siguen eligiendo esta historia.

A mí personalmente me fascina escribir. Bueno solo que sigo siendo un novato en eso de las escenas fuertes (U.U)

Que más decir… que muchas gracias a vosotras y a los nuevos amigos que hice…. A mi familia (solo mis hermanas) ah… y a ti… Nii-chan (la persona que más me importa)

Bueno el capitulo 29… sé que es largo pero no quería dividirlo en dos partes…. me gustaba como quedaba asi tal cual lo escribi.

Sigo con el enorme pudor al escribir tales escena (sé que no son tan fuertes) 

bueno fuera de mi pudor (>´´´<) me encanta escribir la historia.

Junsu al fin se despido definitivamente de Yoochun, bueno eso espero. No quiero que siga sufriendo, hasta a mí me da lástima (T.T) Puede que sus intenciones sean conquistar a Jaejoong pues siente algo. Seria genial si ambos se quedaran juntos y fueran felices…. Pero no… eso no se les permitirá. Como Junsu piensa (buajajaa) el destino se ha ensañado no solo con él sino con todos. Derramaran muchas lágrimas antes de ser felices… (buajaja)

Nah, aun no  sé como seguirá la historia, ya que cada vez que la escribo surgen nuevas ideas y pensamientos, pensaba terminarla al llegar al capítulo 30, pero creo que seguirán  más capítulos (n_n) La imaginación de un escritor no tiene límites (me dijo una amiga) y  la mía vuela (n_n)  créanme que me sorprendo al igual que vosotras con cada capítulo.

Sin más, que solo agradecer a vosotras. Hasta la próxima. 


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