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Rescatame por alexriden02

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Al otro lado de la ciudad se marcaba los primeros claros del amanecer. Por los ventanales del lujoso hotel céntrico de Seúl, penetraban los primeros rayos solares.

 

Changmin despertaba lentamente, usualmente duerme más; pero los extraños gemidos de Yunho lo habían despertados. Ambos habían quedado exhaustos por la noche anterior, así que se durmieron en la misma cama. La lucha de karaoke había quedado empatada pues el cansancio los venció a ambos. El muchacho a su lado hacia extrañas caras, reía suavemente y hacía gestos de aceptación. La acción lo llevo a hablar dormido y decir  <<- Deseo que me beses cada mañana al despertar>>

 

Cubriéndose la boca para no soltar una carcajada, le parecía muy cómico que su amigo hablase dormido. Como venganza, pues él suponía que gano la partida de karaoke, decide jugarle una broma.  Se aproxima al oído de Yunho y agudiza la voz tanto como puede, no le era difícil pues su profesión se lo facilitaba.

 

- ¿Yunnie te gusto?

 

Con una sonrisa, aún dormido, Yunho asiente. Mientras Changmin intenta contener las súbitas  ganas de reírse a carcajadas.

 

- Yunnie  di cuanto me amas.

- Te amo… aun traspasando el umbral del tiempo.

- Que cursi – susurra en voz baja – Ya veo porque tienes tantas novias.

- Yunnie ¿puedo maquillarte? – endulza el tono de su voz.

 

Con una cálida sonrisa Yunho acepta el pedido. Él seguía perdido en sus sueños. En su mente estaba al lado de la mujer que amaba, como si el tiempo nunca hubiese pasado, él  estaba nuevamente en brazos de esa  mujer. La mujer lo acariciaba tiernamente, rosaba sus mejillas, sus parpado, sus labios. El sedoso pelo de aquella mujer estaba tan próximo que caía sobre su rostro, de repente sintió un beso húmedo en su frente. La acción lo llevo a despertarse bruscamente, casi asustado. Tenía en frente a Changmin, quien estaba riéndose burlonamente.

 

Changmin  volteo y se hecho sobre la cama para reía a carcajadas. Tales risas provocaron dolor en su estomago, lo que impidió que notase la espeluznante expresión en el rostro de su amigo.

 

- ¡Que! ¿Qué crees que hacías? – pregunto Yunho resoplando fuerte.

 

Cuando Max Changmin volteo a ver a su amigo, sus risas  incrementaron y volvió a caer sobre la cama. Sentía que se desarmaría de tanto reír.

 

Yunho estaba molesto, se froto levemente los ojos pues sentía una comezón. Cuando descubrió el motivo de dicha comezón, se abalanzo en busca de un espejo. Cuando se vio reflejado sobre ese cristal, grito  horrorizado. Estaba totalmente maquillado de tonos negros, parecía uno de esos cantantes góticos. Molesto por la broma de su amigo se abalanzo sobre éste arrebatándole el maquillaje de las manos. Después aplico la misma broma sobre Changmin. Ambos estaban maquillado góticamente, con los labios negros, tanto como parpados.

 

En vez de molestarse Max Changmin se echo a reír abiertamente, tales risas contagiaron a Yunho.

 

- Me alegra verte reír así  – dijo Changmin limpiándose el maquillaje de su rostro con una toallita desmaquillante. Lanzando el paquete de este producto a su amigo, para que este hiciera lo mismo.

- Idiota – cogió el paquete y lanzo una almohada hacia Changmin – Tienes suerte… cualquiera estaría muerto por lo que tú me hiciste – empieza a limpiarse el rostro - ¿Por qué me bésate la frente?

- Tu lo pediste – ahoga una risa burlona mientras seca su rostro –  hablaste dormido… ¿Sigues soñando con ella?

- Ah… fue eso – dijo secando su rostro. Después suspiro profundamente y cogió su cabeza como si intentara recordar el sueño.

- Sabes – palmeo la espalda de su amigo para reconfortarlo –este es el Yunho que conozco… no el de anoche.

- Algunas veces ni yo sé quien soy – suspira triste –

- Eres un hombre sumamente fuerte, con ambiciones, leal a tus amigos y familia, generoso… un poco sádico pero eso no te quita tu encanto de amabilidad – guiña  un ojos con una risa burlona.

- ¿sádico? – pregunta melancólico. Después observo sus manos. Se perdió viendo sus pálidos dedos, lucían suaves como la porcelana. Pero con esas manos había arrebatado cientos de vidas, destruido y martirizado a cientos de almas. Esas manos que eran pálidas como la porcelana fina, pero estaba manchadas por la sangre de cientos de personas. Abrió y cerró sus manos, aún eran fuertes pero habían lastimado a muchas personas. Ahogo un suspiro antes de continuar con su pregunta   – ¿soy malo?

- Eh… no, ¿Por qué lo preguntas? Lo que dije sólo era una broma  – intenta animar a su amigo. Recordando que Yunho aún  se culpaba por su lejanía de la mujer que amaba - ¿sigues soñando con ella?

- Cada noche… – dice acomodando su camisa. Pero existió una vez en la que no soñó con aquella mujer. Extrañado recordó la ocasión, fue cuando tuvo fiebre y durmió junto a Jaejoong. No recordaba haberla soñado como cada noche, sino que fue la primera vez que durmió plácidamente. Esa noche el recuerdo de aquella mujer no pesaba en sus pensamientos.

 

Desde  que Yunho había perdido a la mujer que amaba cayó en una profunda decepción, insistiendo en verla. Max Changmin había visto la peor faceta de un hombre angustiado, peor si era su amigo. La actitud de la otra noche era similar a ese día, Max Changmin temía que su amigo volviera a repetir la misma escena. Temía que Yunho volviera caer en el dolor y la desesperación. Conocía perfectamente a su amigo, hasta entendía como pensaba su mente, una cualidad única del cantante con Yunho. Se acercó a Yunho apoyando su mano sobre el hombro.

 

-        Y bien… ¿Quién es la afortunada? – pregunta  suponiendo que su amigo tenía  una nueva novia. Ya que Yunho siempre tenía una nueva chica cada noche con la que no volvía repetir la cama dos veces. Changmin intentaba cambiar de tema para que Yunho dejase de recordar el recuerdo de aquella mujer.

 

En silencio Yunho acomodo el cuello de su camisa sin prestarle atención a los dichos de su amigo. Se veía pensativo, intentando encontrar una respuesta porque no soñó con esa mujer. Su pecho angustiado, no quería olvidarla ni por un segundo, cada día y cada noche  la recordaba, y así debía ser.

 

- Si  alguien duerme con otra persona y no sucede nada… pero esa persona hace que la otra olvide completamente  todo. Tristeza, dolor, angustia ¿Qué significa? – dice en tono angustiante. Yunho no comprendía lo que le sucedía, porque ese día no había soñado con ella. Porque había podido dormir tan tranquilo al lado de Jaejoong. ¿Por qué?

 

Un tanto sorprendido por la pregunta de su amigo, el cantante intenta acomodar las ideas. Entendía, por lo por las pocas palabras de Yunho, que su amigo había dormido con una mujer sin tener relaciones sexuales, además esa mujer hizo que él se olvidara de la otra mujer que estaba guardada en su corazón por tantos años. La  expresión de Max Changmin fue de asombro cuando Yunho  reafirmo sus connotaciones. Si bien Yunho hablaba en tercera persona, el cantante entendía que hablaba por él.

 

- Eso es bueno –  dijo con tranquilidad.

- ¿Por qué? – su tono de vos sonó molesto al saber que era bueno olvidarla y para él no era bueno estar olvidando a aquella mujer.

- Si te hubiese sucedido a ti – bajo torpemente la mirada pues Yunho lo miraba fijamente- Es una suposición – retoma la palabra – Significaría que esa mujer te ayudaría a olvidar a…  – trago saliva pues ni siquiera podía pronunciar el nombre de aquella mujer, ya que temía herir a su amigo.

- ¡No quiero olvidarla! – negó enérgicamente ladeando la cabeza –  ¡No puedo olvidarla! ¡No quiero! ¡Y no debo olvidarla!

- No lo harás – intento tranquilizar a su amigo – Ella siempre será un recuerdo hermoso en tu mente pero esta otra mujer puede ayudarte a…

- ¡No! ¡No quiero que ella sea solo un recuerdo! ¡Quiero que siga siendo mi presente! ¡Solo ella y nadie más!

- Lo sé, pero entiendes que ella no volverá a ti…

- Si – asintió  levemente despeinándose el pelo, le dolía recordar que aquella mujer no volvería a su lado  – Aún así  ¿Tú olvidarías a la persona que amas? ¿la reemplazarías como quien reemplaza un objeto? Dirías… solo fue un recuerdo cuando aun está grabada bajo tu piel – dijo como un ruego, una súplica  a sí mismo por no olvidarla –  ¿eh? ¡Yo no! Entiende que aun la amo.

- Discúlpame – extendió sus brazos para contener a su amigo. Él no quería verlo sufrir. Aun así le intrigaba saber la identidad de aquella mujer que fue capaz, aunque sea por un instante, de apartarle a la otra mujer de la mente de su amigo. Suponía que debía ser alguien muy hermosa y con un carácter un tanto dócil, pero que al mismo tiempo fuera una fierra. Sabía que la futura esposa de su amigo debía controlarlo y confortarlo cálidamente.

- No es tu culpa – correspondió el abrazo de Changmin. Yunho no deseaba olvidar a aquella mujer. Pensó que la mejor forma de aclarar sus pensamientos era alejándose de esa persona que lo confundía. Apartándolo definitivamente de su vida. Volviendo a ser el Yunho que Max Changmin le dijo que era.

- ¡Una carrera hasta la piscina! – desafío  enérgico Max Changmin. Intentando cambiar el ánimo de su amigo –  ¿o estás muy viejo para esas carreras? – dijo en tono desafiante.

- ¡Viejo!  -  coge del cuello a su amigo y le da un capote. Despeinando aun más al cantante – ¡Vaya que eres alto! – saltó a la puerta y salió corriendo – Veras como te gano…

 

Max Changmin siguió a su amigo. Admiraba a Yunho y quería verlo alegre como cuando eran niños, antes de la muerte del seño Han- Jung. Deseaba volver a ver a sus viejos amigos, pero le bastaba con tener cerca a Yunho. Quien desde la secundaria se había convertido en su protector. Cualidad que siempre caracterizo a Yunho, ganándose la admiración y respeto de Max Changmin, además de su corazón.

 

 

Yunho quería aclarar sus pensamientos, y junto a su amigo sabia que lo conseguiría. Con la ventaja que tomó desde la habitación del cantante llego primero a la piscina. Rápidamente se puso el traje de baño y se lanzo al agua. Acción que luego fue imitada por el cantante. Ambos nadaban haciendo brazadas largas, jugaban a competencias que siempre quedaban en empates. Después terminaron exhaustos recostados sobre la orilla de la piscina.

 

- ¡Te gane! – dijo Max Changmin intentando retomar el aire.

- En tus sueños – dijo Yunho  respirando agitadamente, desde hace tiempo que él no nadaba. Más bien, Yunho no recordaba la última vez que tuvo un momento de distención.

- Hablando de sueños, ¿no piensas decirme quien es la afortunada que durmió contigo? – dijo en tono insinuante pegando un codazo a Yunho.

- Esa persona no tiene importancia – se cubrió el rostro con ambas manos y respiro pausadamente, de manera despreocupada – Nunca más volveré a verla.

- ¿Por qué? ¿esa mujer confunde tu mente?

- No solo la confunde, la inquiete… me da temor…

- ¡Tu sintiendo miedo! – expreso Max Changmin asombrado. Si había alguien en el mundo que no tenía miedo era su amigo.

- No importa – volteo para volver a hundirse bajo el agua – Esa persona desde ayer esta fuera de mi vida. Todo ha terminado.

- Si algo termino… entonces algo empezó – insinuó –  Parece que esa mujer te interesa más de la cuenta sino no estarías terminando con ella – sonrió de costado  – Nunca repites la misma mujer dos veces.

- ¿Interesarme? – moja a su amigo - ¡No digas estupideces! – se hundió al agua para nadar y evitar las palabras de Changmin.

- Lo que digas – se sumergió  al agua para seguir a Yunho – no hay duda que esa mujer te interesa…  - hablo consigo mismo. Que más deseaba Max Changmin que su amigo se enamorase de otra mujer y olvidase a aquel recuerdo que solo lo lastimaba.

 

 

En cambio Yunho no quería olvidar los recuerdos de aquella mujer. Debía acabar con esa incertidumbre naciente en su pecho, cortarlo de raíz. No podía de alguna forma volver a interesarse por otra persona que no fuera ella y menos si esta otra persona era Jaejoong. Tampoco podía estar cerca de  él, lo mejor era alejarlo definitivamente.  Suspiró algo nostálgico, pues el agua le recordaba a Jaejoong. Esa vez en donde lo salvo de ahogarse dándole respiración boca a boca. El día en que ambos pasaron la noche juntos en la mansión de la playa, tan cerca del mar. Esos serían sus últimos recuerdos por ese joven, sus últimos pensamientos antes de borrarlo definitivamente de su vida.

 

 

Como siempre haría su voluntad, ese día no iría a la oficina. Quedándose junto a Max Changmin, ya que estar cerca de su amigo lo animaba. Aquel joven tenía una cualidad única de animarlo cuando las cosas andaban mal. Esperanzado de que después que el día terminase sus pensamientos, sus sueños, sus sentimientos volvieran a ser para ella. La mujer que más amo en su vida y a la que aún  amaba.

 

 

Abandonaría  temporalmente la oficina y su trabajo en Seúl, dedicándose a las tiendas departamentales cercanas al puerto de Pusan.

 

- Heechul te encargaras de las oficinas de Seúl – dijo Yunho revisando los balances de la tienda departamental. En uno de los balances notaba que una joya fue comprada por su hermano hace algunos días. Interesado volteo la hoja y ver dicha compra, pues siempre adjuntaban una imagen ante cada compra que realizaba su familia.

- ¿te sucede algo? – pregunto Heechul al notar como los ojos de su amigo se llenaban de furia.

- No es nada – aventó la carpeta sobre su escritorio. Se reclino sobre su silla como si estuviese pensando – Permaneceré aquí hasta nuevo aviso. Claro te daré las ordenes para seguir en las oficinas de Seúl – extendió otra carpeta hacia Heechul.

- ¿Sobre él?

- Ahora mi deber esta en lanzar el disco de Changmin – dijo con una gélida expresión en su rostro – El centro comercial será el primero en vender los ejemplares, además tiene una importante firma de autógrafos, sin olvidar la recepción que daremos en su honor – se levanto de su asiento – Todo lo demás lo dejo en tus manos.

 

Antes de que Yunho abandonase la oficina hablo con Heechul sobre el encuentro con su madre. Heechul no emitió más que sórdidos comentarios, fingía sonreír cuando la realidad era otra, estaba llorando por dentro. Odiaba ver a su madre. Envidiaba a la madre de su amigo, pues era una mujer tan elegante, además cuidaba de Yunho con ternura. Fue gracias a aquella mujer que Heechul conoció el amor de  una verdadera madre, tan distinta de la mujer que le dio la vida.

 

- Sonríe – dijo Yunho cogiendo la mano de Heechul –

- Mira quién habla – sonrió reconfortado por las palabras de Yunho – Tu necesitas sonreír.

- Aún no puedo – fingió una mueca – Sonríe por mí como lo has hecho siempre.

 

 

Yunho abandonó el piso de su nueva oficina. Heechul no quería dejarlo, pero debía acatar las nuevas  órdenes de su jefe y amigo. De cierta forma él noto el cambio en su amigo, no parecía el Yunho de hace algunos días, este lucia más centrado en sus asuntos que en la vida personal  de su hermano menor o de Jaejoong. Eso de alguna forma  tranquilizaba a Heechul, su amigo parecía el de siempre, pero al mismo tiempo se sentía intrigado, deseaba saber  el motivo que lo llevo a tan repentino cambio.

 

Por los lujosos pasillos del centro comercial pasaba uno de los hombres más poderosos del lugar, rodeado de sus empleados. Cada tanto pasaba a revisar el estado de las diversas tiendas que albergaban en el centro comercial. Aún así, los empleados de esas tiendas no se acostumbraban a la presencia de Yunho. Desde hace tiempo que ningún miembro de la familia Han-Jung había velado por los intereses del centro comercial y menos trabajado en ella. Por lo que la presencia del joven heredero impactaba a todos. Fuera de los rostros de sorpresa de  empleados, estaban los rostros de admiración por parte de las empleadas, quienes adoraban ver pasar a ese imponente hombre.

 

En cambio  Yunho no estaba interesado en  las miradas de aquellas jovencitas, pues  no mezclaba el trabajo con el placer, cosa que Psy le enseño. Cada vez que terminaba el recorrido por las diferentes tiendas se metía en su oficina, pidiendo no ser molestado.  A través  del enorme cristal que conectaba su oficina con el exterior, tenía una esplendorosa vista del puerto de Pusan.

 

 

Cogió del cajón del  escritorio un portarretratos  de plata, el cual había sido tallado especialmente para guardar recuerdos, pues tenía una inscripción que decía “forever”.  Se reclinó sobre el cristal y suspiró melancólico observando la foto.

 

- Eres lo único que no puedo tener – resoplo entristeciendo su mirada. Sus ojos se cerraron mientras sostenía el portarretratos en su mano. Después llevo el objeto  hasta su pecho, estaba aferrándose a una simple imagen –  ¿Por qué tenias que ser tú? – preguntó al silencio de su oficina como si esperase una respuestas.

 

Otro día pasaba, otro día en donde  su corazón se debatía por dos sentimientos. Dos sensaciones diferentes una de la otra, pero tan dolorosas, dos emociones que lo confundían. Sentía que su corazón se estaba dividiendo. Aún  estaba confundido y con miedo, pues sabía que el amor sólo deja crueles cicatrices y desgarradoras lágrimas. Quedando solo él, un hombre incapaz de volver a creer en el amor.

 

Notas finales:

Bueno os dejo este capítulo. Espero que os guste,  quise mostrar otra cara de Yunho diferente del hombre sin emociones. Es un ser con penas y  cicatrices,  sus emociones lo están confundiendo. Creo que hay una lucha existencial que está iniciando, abandonar todo por seguir perseverando el recuerdo de aquella mujer. ¿Dejara todo por ella? ¿Olvidara a ese joven que confunde su corazón?

Me disculpo por la tardanza.

Vuelvo a agradecerles a vosotras por seguir eligiendo “Rescátame”. También agradezco mucho vuestros comentarios.

Temo que he de tardar con las actualizaciones, por lo que me disculpo.

 Hasta la próxima. (n__n)

Nii-chan ¿el recuerdo es tan doloroso como el olvido? Siento que ambas duelen.


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