Mientras Jaejoong mira, le viene espontáneamente no solo la imagen, sino el sonido y olor característico del verano. Una mañana de dos años tras, quizás tres. Cuan diferente era su vida antes de conocer a aquel hombre. Suspiro una, dos, tres veces antes de que el látigo de cuero cayera en sus manos.
Aquel otro hombre hacia preguntas extrañas, pero la que más le impacto a Jaejoong fue una. <<- ¿dime para quien trabajas?>>. Sin emitir gemido alguno, Jaejoong guardo silencio. Aguanto las súbitas ganas de llorar por el dolor de los latigazos.
Siwon estaba admirado del valor del joven, pero eso no impediría asesinarlo. Dudaba que fuera algún custodio de la familia Han-Jung pues no tenía la estructura corporal ni la altura. No obstante siente una peculiar familiaridad en el rostro de Jaejoong. Como si ya lo hubiese visto en otro lugar, pero su mente no estaba clara de donde y porque.
- No golpeen su rostro – dijo deteniendo a uno de sus hombres – ¿te llamas Kim Jaejoong o me equivoco? – dijo cogiendo la identificación del joven – ¡ah! Esta es la dirección de tu casa…
Jaejoong había olvidado que traía consigo esa identificación. Asustado ya no podía seguir guardando silencio. Trago saliva, pues tenía sed.
- Trabajo en el salón de fiestas, soy ayudante de recepción – dijo pues debía explicar cómo llevaba un traje tan costoso.
- Así me gusta. Ahora ¿cómo demonios conociste a Junsu?
- No lo conozco – negó viendo como su carne se enrojecía por los golpes. Su carne había quedado al rojo vivo.
- No lo conoces, ¿entonces qué hacías con él?
- Mi novia… mi novia me engaño con otro, estaba deprimido y salí a tomar aire. Ese joven solo hablo conmigo, justo cuando estábamos por regresar a la fiesta, recibí un golpe y aparecí en este lugar.
- Veo que este día no tienes suerte – dijo musitando unas palabras en japonés a sus hombres y después dirigiéndose a Jaejoong – Tienes un rostro lindo – acaricio la mejilla del joven.
Siwon no podía dejar en libertad a Jaejoong, pero tampoco asesinarlo, lo mejor era ganar dinero con el error de sus hombres. Vendería a Jaejoong como esclavo. Él ordenó que aislasen al joven en una habitación.
Jaejoong estaba nuevamente en la despensa, observaba atónito la pequeña luz de luna que penetraba por una insipiente ventana. Estaba asustado pues estaba atado con unos grilletes en ambas manos. Le escuece la piel donde ha impactado el látigo. También la piel de la muñeca, por donde el acero de los grilletes parece cortarlo. Es consciente de los diversos olores como los ruidos. Se oyen risas de las paredes, el tintineo de vasos, ruido de platos y chicas que se quejan. Suena una bofetada como un petardo.
Más tardes llegan voces de hombres: primero del sirviente, justo en el portón principal. Murmura monótonamente una serie de nombre: señor Kai, señor Peng, señor Yao. A veces simplemente Huésped Honorable. Se mezclan lentamente las voces de otros hombres, sumándose bromas y gritos. Se oyen chillidos estridentes que se funden con pasos sonoros, puertas que se cierran con un golpe y se vuelven a abrir. Suena una citara que recuerda a los sollozos de un niño.
Después. Casi por arte de magia, todo sonido o murmullo desaparece.
- No te esperaba por aquí – dijo Siwon levantando la vista al visitante inesperado.
- ¿Puedo? – cogió una silla para tomar lugar en la mesa de Siwon.
- El lugar está cerrado – dijo Siwon alejando a los clientes y sus empleadas.
*******
Max Changmin estaba más nervioso que otras veces, apenas podía modular al hablar. Había jurado jamás decir lo que sabía, pero creía que ya era tiempo de soltarlo.
Frotó sus manos contemplando el rostro de Junsu. Cuando Junsu nuevamente estaba por reclamarle a Max Changmin que lo dejase ir en busca de Jaejoong. El cantante hablo fuerte y claro como pocas veces. Si bien era un cantante de rock aparentaba ser lo que no era. No era una persona de carácter frio como Kangta lo mostraba, todo lo contrario, su carácter era benevolente y amable.
- Tan solo escúchame – dijo Max Changmin firme, ya que siempre había sido la oreja de Junsu en sus malos momentos. Estaba vez deseaba que Junsu lo escuchase sin interrupciones.
Junsu jamás había visto tan decidido a su amigo por lo que guardo silencio.
- Esto que te diré, jure jamás mencionarlo. Supuse que sería un secreto que llevaría a la tumba, pero ya no puedo.
- De que estas…. – antes de que pidiese seguir hablando Max Changmin sella los labios de Junsu con la punta de su dedo índice.
- Esta vez solo escúchame, es muy difícil decirte lo que te voy a decir – trago saliva y se despeino el pelo. Clara señal de la difícil situación que tenía que afrontar. Su voz se hacía cada vez más tembloroso – Desde hace tiempo he guardado esto – pausa antes de continuar – Ahora comprendo porque Yunho me decía que estaban distanciados. Nunca imagine que lo golpearas de esa manera y con tanto odio. Recuerdo como desde niños admirabas a Yunho y esperabas parecerte a él… ¿Por qué cambiaste tanto?
- Y lo preguntas. Sabes muy bien al igual que yo lo que sucedió – dijo Junsu jugando temblorosamente con sus manos – Todo el daño que Yunho me ha hecho.
Max Changmin recordaba el día que acudió al llamado de Junsu, pero cuando eso sucedía el estaba saliendo de la mansión de la familia Han-Jung. Sin quererlo paso por el comedor cuando escuchó a Mi-Rah hablando con Yunho acerca del amante de Junsu. Mi-Rah no lucia muy conforme con su plan, eso era lo que le decía a Yunho, ya que ella inicialmente quería desaparecer a Yoochun. Alegaba la desobediencia de Junsu a aquel joven, además de la imposibilidad de Junsu para comprometerse con alguna mujer.
- Tu madre estaba furiosa al enterrarse de tu romance con aquel muchacho.
- Lo sé… – dijo triste y furioso, todo al mismo tiempo.
- Mi-Rah deseaba alejar a aquel joven de tu lado a cualquier costo. Musito algo de desaparecerlo para siempre.
- Eso no lo sabía, pero no me extraña. Yunho debió incitarla. Él seguramente….
- No, Yunho nunca dijo nada. Solo hablo conmigo cuando te vio en Pusan – dijo Max Changmin con sinceridad en sus ojos pues recordaba la angustia de Yunho ese día.
- Si, él no le contó a mi madre ¿qué hacia juntos en la academia?
- Ese día Yunho se enteró que tu madre iría a la academia. Fue a buscarla e inmediatamente tu madre se dirigió a la academia, sin decirle los motivos.
- ¿Entonces como se entero mi madre?
- No lo sé, Yunho nunca lo supo.
- ¿Qué más paso? – preguntó ansioso. Junsu nunca enfrentó a su madre después de perder a Yoochun, por lo que su furia solo la descargaba contra Yunho.
- Yunho acompaño a tu madre a la academia sin saber el motivo. Cuando ella ingreso a hablar con el director, estaba dispuesta a pedir la cabeza de Yoochun, pero Yunho intercedió. No sé cuál fue el trato, pero tu madre cambio su estrategia.
- ¿Qué hizo mi madre?
- Hablo con Yoochun y le dio unos pasajes a EE.UU. Yunho no me conto más porque él no presencio la charla – musito aliviado Max Changmin – Discúlpame si nunca te lo mencione, pero Yunho me hizo jurar no comentarlo con nadie.
Junsu quedo sorprendido todos esos años había echado la culpa de su separación a Yunho, además lo culpaba de que su madre se enterara de sus gustos sexuales. Pero su madre lo sabía con anticipación y planeo una estupenda jugada para sacar a Yoochun de su vida.
- Debiste decírmelo ese mismo día ¿Por qué tardaste tanto? Sabes lo indiferente y cruel que he sido con mi hermano.
- Por eso hable – acaricio el rostro de Junsu – Tu en verdad me gus…
El más bajo interrumpió a Changmin.
- Debo hablar con Yunho y pedirle disculpas. Además de más explicaciones – pensó Junsu. Su madre era una mujer casi tan fría y calculadora como Yunho. No daba un paso sin pensarlo dos veces. Si Mi-Rah sabia con anticipación sobre su romance con Yoochun, lo más probable era que mandara a desaparecer a Yoochun. Cosa que Yunho evitó, pero Junsu aún debía saber cuál fue el trato que obligo a Mi-Rah a cesar su venganza contra Yoochun.
- ¡No! – dijo alarmado Max Changmin – Si lo haces sabrá que rompí mi palabra… no quiero que se enfade conmigo.
- No te preocupes soy policía y tengo un don para que la gente me diga la verdad.
- Ahora que sabes que Yoochun se fue por órdenes de tu madre ¿Qué harás? – el cantante entristeció la mirada temiendo la respuesta.
- No lo sé – musito Junsu confundido, pero de algo estaba seguro. Su madre era la responsable de su lejanía de Yoochun. Pero eso le aseguraba que Yoochun jamás lo quiso, ni lo quería. Junsu se sentía un idiota, era el único enamorado.
- Deberías hablar con él – insistió Max Changmin con todo el dolor de su alma. Sabia cuanto Junsu amaba a aquel hombre – Tal vez se aclaren las cosas y puedan volver a estar juntos.
Fingiendo una sonrisa Junsu miró al cantante.
- Siempre fui el idiota enamorado – entristeció su falsa sonrisa - ¿sabes cuan horrible es que la persona que tu amas no te ame?
- Sé cómo te sientes – acento Max Changmin.
- Tú… tú te enamoraste de alguien.
- Si – dijo tímidamente, había hablado sin quererlo – Amo a esa persona más que nada en el mundo, pero está enamorada de otro… así que te entiendo.
- No lo sabía. Discúlpame, siempre te estoy hablando de mis problemas – dijo Junsu en un tono lastimoso, ya que Changmin siempre lo escuchaba y raras veces hablaba sobre sus sentimientos.
- No te disculpes, no me gusta hablar de ello – sonrió amigablemente para que Junsu quitara su rostro desanimado – Además he aprendido a que esa persona solo me vea como un amigo. Al principio fue doloroso, pero comprendí que esa persona jamás sería feliz conmigo así que la deje ir. Pensé que sería doloroso, así que me refugie en la música.
- Debería hacer lo mismo – miro afectivamente al cantante. Admiraba la entereza que Max Changmin tenía habiendo perdido a la persona que más amaba – No creo ser tan fuerte como tú, pero debo dejar que él sea feliz con la persona que el realmente ama.
Junsu no creía poder realizar lo que decía, pero debía intentarlo. No podía seguir toda la vida detrás de una persona que no lo amaba y nunca lo haría. Debía ser tan fuerte como su amigo y seguir adelante. Max Changmin había buscado consuelo en la música, Junsu pensaba que debía buscar consuelo otra parte. No quería seguir agobiando a su amigo, entendiendo que Changmin tenía problemas más graves. Se sentía un inútil al no poder ayudar a Changmin con sus problemas, pero como lo haría, si aún no podía lidiar con los suyos.
El cantante no hizo otro comentario ante Junsu. Lentamente se aproximo al rostro del joven policía, antes de continuar se detuvo cuando estaba por avanzar más de la cuenta. Despeino el pelo de Junsu para esconder sus verdaderas intenciones, como si fuera solo un juego ese repentino acercamiento.
Con una angelical sonrisa, Junsu rodea al cantante entre sus brazos. Un cálido abrazo de Junsu, demostrándole a Max Changmin que no estaba enojado, sino todo lo contrario, era un abrazo para reconfortarlo. Después el cantante deja caer su largo cuerpo sobre el de Junsu. Se acomoda débilmente a un costado de la cama de Junsu.
- Quedémonos así, solo por esta noche – el cantante se aferro fuertemente a la cintura de Junsu – Como en los viejos tiempos.
- De acuerdo – susurro Junsu sobre el pelo del cantante. Acuno a su amigo entre sus brazos, como cuando eran niños.
********
Yoochun destruido al enterrarse del intento de suicidio de Junsu. Decidió tomar su auto e ir hacia la zona norte de la ciudad. Donde estaban la mayoría de los bares. Había estado varias horas meditando hacia dónde ir. No podía presentarse en ese estado ante Jaejoong. Se sentía tan deplorable y miserable. Imaginaba que Jaejoong a esa hora debía estar descansando y no quería molestarlo. Además se preguntaba lo qué diría Jaejoong cuando lo viese en ese estado. No tenía intensiones de hablar sobre su pasado junto a Junsu y menos con Jaejoong.
Condujo durante varios minutos hasta llegar a un restaurante Japonés, que además de bebidas como el sake ofrecía la diversión de señoritas. Supuso que debía entrar a ese lugar, no por la atención de las señoritas sino para experimentar una bebida que hace años no probaba. Además recordaba el sabor del sake tenía un agradable efecto, no tan dulce como el soju pero aún así le gustaba.
Cuando estaba ingresando al estacionamiento para guardar su auto, escuchó que el lugar estaba cerrado. El hombre que anunciaba tal acontecimiento lucia bastante extraño, el instinto policía de Yoochun le aseguraba que algo raro sucedía en el interior del lugar.
- ¿Por qué? – preguntó Yoochun al extraño hombre.
- Esta reservado para un distinguido cliente. Son órdenes de mi jefe. Así que retírese.
- ¿algún famoso? – insinuó Yoochun.
- No lo sé – dijo el hombre mirando a Yoochun
- Entiendo – dijo Yoochun cambiando su tono - ¿conoce otro bar cercano?
- No lo sé – rezongo molesto el hombre.
- Vale… ¿de dónde viene? no parece coreano – insinuó Yoochun.
- Mire me está cansando, solo abandone el lugar. Hace preguntas como un policía.
- ¿Y si lo fuera qué? – dijo en tono desafiante.
- Mire… – retrocedió el hombre un tanto amedrentado por las palabras de Yoochun. Su jefe le había pedido exclusivamente que nada lo molestase – Recién empiezo este trabajo y sólo cumplo órdenes. Así que váyase.
Yoochun dudaba de las palabras de aquel hombre, llamándole la atención que aquel sujeto respondiera que no conocía otro lugar, sabiendo que a dos cuadras existía otro restaurante con el mismo nombre que el lugar del cual estaban desalojando a la gente. Además notó que el hombre no era coreano sino que era japonés. Lo que también llamo poderosamente la atención de Yoochun fue como aquel sujeto se amedrento ante su insinuación de ser policía. Pero Yoochun estaba en duda, estaba tan deprimido que quería ir a buscar otro sitio para beber, aunque su lado policía le clamaba averigua porque un lugar tan concurrido estaba echando a su clientela.
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Cuando finalmente no quedo ningún cliente en el lugar, Siwon tomo lugar en su mesa. Mesa que usaba para recibir visitas importantes. Mando a traer bebidas finísimas en honor de su inesperado visitante.
Después los hombres de Siwon rodearon el salón, rodeando al visitante y a sus dos acompañantes. Los empleados de Siwon lucían alertas ante la visita de aquel hombre. Rodearon el salón como pilares humanos de asesinos en serie. Eso asustaría a cualquier persona, menos a una.
- ¿A qué debo el honor de tu visita Han-Jung? – Siwon fingió sonreír.
Con un gesto taimado, Yunho señalo a sus acompañantes para tomar asiento junto a él. Him Chan y Yong Guk acataron la orden. Ambos custodios estaban alertas ante cada movimiento de los demás hombres. Sin pensarlo estaban en territorio enemigo. Si bien ambos eran perfectos asesinos, su principal objetivo era cuidar a su jefe. El que Yunho estuviera en ese lugar era un suicidio, además desconocían los planes de su jefe para meterse en la boca del lobo.
Un débil pensamiento broto por la mente de ambos jóvenes, suponiendo que la razón por la Yunho estaba en ese lugar era para rescatar al joven que Junsu clamaba que ayudase.
El deber de Him Chan y Yong Guk era proteger con sus vidas a Yunho. Estaban preparados para la muerte.
Him chan miró a Yong Guk, en sus ojos había frialdad. Yong Guk asintió levemente, sus ojos habían perdido el miedo. Para él era una placer morir junto a Him Chan. Luego Him Chan asintió levemente con la mirada. Ambos hombres no necesitaban las palabras para comunicarse, era como si se leyeran las mentes. Por tal motivo Yunho los había juntado como sus custodios de elite.